Cuando los vecinos se divierten (5)
Despues de recibir dinero por las filmaciones es obligado a tener sexo, lo que le termina excitando aun mas...
(Para poder entender leer al menos la parte 4)
Una semana fue la que paso y no veía a Ernesto, ni mucho menos a Cristina. Y aunque no los había visto, había mantenido vigilada la casa, no me subí a mi árbol para que ellos crean que ando interesado, aunque lo estaba mis vacilaciones crecían cuando me daba cuenta de que la ultima vez Ernesto me había filmado.
Un día al salir de clases, en la esquina del colegio desde un taxi escucho a una voz que me dice, "Pablo, Pablo...!!!" regreso a mirar y era nada mas y nada menos que mi vecino, bien cortado de pelo, afeitado, se le veía tan bien, y a su lado estaba su esposa, ella estaba muy arreglada al igual que su esposo. Yo me acerco tratando de no llamar la atención y me aleje de mis compañeros de clases. Me paro en la puerta del taxi y Ernesto me dice "sube, que tengo algo que contarte" yo accedí a subir al taxi así tampoco llamaba mas la atención.
Ya en carro, Ernesto quedo en medio de su esposa y yo. Le dieron orden de arrancar al taxi y nos marchamos.
¿Como has estado estos días?... ¿no nos extrañaste??
No mucho... (no quería decirle que los había estado vigilando)
Recién llegamos de viaje, estábamos viendo un negocio
Me alegra que les este yendo bien.
Esta es parte de tu comisión del negocio.
Me entrego una bolsa negra pequeña con algo dentro, cuando lo abro me doy cuenta que era mucho mas de lo que había contado en mi vida, a mi padre lo había visto con todo ese dinero, pero por mis manos jamás. Estaba petrificado y Cristina también, ella tenia cara de tristeza y de cólera, no lo sabia bien, pero ella me miraba hasta con cara de lastima.
Porque me das esto?
Es la comisión de los videos que hemos hecho los tres (me dijo el)
Que hemos hecho?
Todas las veces que has tenido sexo con nosotros has sido filmado (me dijo Cristina)
Y porque no me lo dijeron
No debías enterarte, pero la ultima vez que estuviste conmigo a solas te diste cuenta y ahora que lo sabes, tienes que ganar tu comisión... (dijo Ernesto)
No la quiero... me quiero ir a mi casa...!!!
Fue allí cuando Cristina me dijo mucho antes que me aleje de ellos, que el no era buena persona, pero me deje llevar por la curiosidad, la misma curiosidad que me hizo subir a ese carro. En el carro yo estaba asustado, y fue entonces que Ernesto me dice que los videos eran vendidos en el extranjero, que los vendían en la frontera con Colombia, donde se traficaba con pornografía, que no seria vista en Perú, así que no me preocupe que me vean siendo sodomisado por el.
Cuando me altere y le pedí que me deje salir, me quede aun mucho mas sorprendido, con lo que el me dijo:
Si no colaboras con los videos en el futuro, tus padres se enteraran
Si lo hace, te vas a la cárcel
Si, pero todos se enteraran que eres un putito.
Déjalo ir, déjalo en paz... (dijo ella gritando)
Tu no te metas, porque tu también vas a colaborar con nosotros en las filmaciones
No lo haré, me quiero ir a mi casa...!!!
No te iras, ahora quiero que me escuches
Fue allí cuando Ernesto me dijo que las filmaciones les habían gustado tanto a los Europeos y Asiáticos, que pedían mas películas de esas, que el tipo latino que Cristina, el y yo teníamos era el que mas gustaba en esos sitios. No es que me haya gustado lo que me decía, pero el hecho de ser admirado me causo algo de alegría, que no hice notar. Me estaba amenazando con ir con mis padres y darles los videos, videos en los que yo no era obligado a nada, que lo gozaba y lo hacia en consentimiento. Me hizo meter el dinero en la mochila y me dejo en un parque cerca de mi casa. Y que nos viéramos en la tarde en su casa, que debíamos seguir con las filmaciones.
Me fui a casa, con la mochila llena de dinero, y con la cólera de ser obligado, para mi había dejado de ser divertido estar con ellos, ya que me estaban causando temor.
La tarde llego y en casa de ellos la escena era extraña. Cristina estaba semidesnuda, y Ernesto tenia puesto un pantalón, sin polo, sin zapatos. Para esta ocasión las cámaras no estaban escondidas, sino que estaban en medio de la sala, y parecía que desde que llegaba estaba siendo filmado. Sonríe solo me decía y muévete como antes... sino ya sabes que puede pasar.
Yo comencé a hacer lo que el me decía, y me acerque a Cristina como el me lo indico y comencé a besarla, desde los pechos, las boca, las piernas, ella tenia que quitarme la ropa y hacer como si fuese la primera vez que lo hacíamos y que se vea que nos deseamos como nada en el mundo. La verdad es que Cristina es una mujer muy atractiva y si me gustaba, no fue difícil hacerlo, y la actitud voyerista de Ernesto me estaba excitando.
Cristina y yo estábamos ya sin ropa, ella comenzó a besarme del cuello, bajo hasta mi entrepierna y se concentro en mi verga que estaba dura, yo tome su cabeza con mis manos y guiaba sus mamada para sentir mas placer. Ernesto a unos metros de nosotros estaba que nos indicaba donde mirar y que gestos hacer, ya con Cristina estábamos en la cama, yo estaba ahora entre sus piernas, mi cabeza estaba entre sus muslos y comenzaba a mamarle su chucha, mordía sus piernas, ella estaba gimiendo, y jugaba con mis dedos y mi lengua que se iba hasta el fondo de su chucha lubricada, ambos estábamos que gemíamos, y yo para ese momento no me importaban la cámaras, ni que su esposo estuviese allí, sentía que de alguna manera le estábamos siendo infieles a el, que imperceptiblemente mientras hacia el amor con ella, creábamos un lazo. Mientras metía mi verga en su chucha cálida y lubricada, sentía que antes no había tenido mi verga a reventar. Regreso a mirar y para ese momento Ernesto estaba que se masturbaba, lo veo acercarse, con la verga en la mano, como tantas veces lo vi desde mi árbol, ahora pone su verga en la boca de su esposa, y yo estaba que la penetraba con fuerza, no saco su verga de la boca de Cristina y con sus manos comenzó a acariciar mi cara, a meter sus dedos en mi boca, a acariciar mi cuerpo, yo estaba a mil, si no fuese por la situación esa era mi fantasía nunca soñada. Para ese momento estaba agitado y veía como mi verga salí a cada vez mas rápido de la chucha de ella, ella estaba también agitada, sentía como su chucha se humedecía y sus gemidos se asemejaban a gritos, sin dejar de mamarsela a su marido, siento que se deja de mover y mi verga se humedece aun mas, no tarde ni medio minuto y yo me vine dentro de ella.
La cara de Ernesto iluminaba al ver la escena y no se quedo quieto aun su verga estaba dura y sentía que tenia ganas de mas, que el espectáculo a el lo había excitado. "Quiero probar tu culito..." y se me acerco a la espalda y me comenzó a besar las nalgas, y con su lengua hizo que mi culo se dilate y mis piernas se ablanden, en la cara de Cristina se veia el malestar, y la pena, yo estaba que lo gozaba y no dejaba de besarle el pecho a ella. Cuando el se dio cuenta que mi culo estaba lo suficientemente dilatado, metió su verga en una que me hizo querer salir corriendo de allí, pero los besos de Cristina y sus palabras "aguanta, el dolor pasa" me hicieron sentir confiado, ya en ese momento no soltaba la mano de ella, la que apretaba tan fuerte, ella me estaba mirando a los ojos, y mi su marido atrás mío que se movía como enajenado, ahora el placer si vino, me estaba gustando, me mordía el cuello, la espalda, sus movimientos se aceleraron y cuando se hicieron mas rápidos y rítmicos salió de mi, y se paro, se puso entre Cristina y yo e hizo que lamamos su verga mientras el eyaculaba, ambos lo probamos y no lo pasamos, luego de eso nos besamos los tres y acostados en la cama abrazados, nos quedamos quietos.
Cuando paso el descanso, Ernesto dijo "parece que esta también quedo muy bien, ya eres todo un pornstar" y se marcho a apagar las cámaras. Con Cristina en la cama nos quedamos hablando, abrazados. Me pidió que nos veamos en dos días a la salida del colegio, que tenia que decirme muchas cosas, que deseaba verme pronto.
Se anocheció y tenia que marcharme, me vestí y cuando estaba por salir Ernesto me exigió que volviera en unos días, que el vería la forma de que lo sepa. "Esperemos que esta guste, empezaras a ganar dinero si es así".
Ernesto y Cristina habían hecho de mi lo que no pensé que podría hacer, pasar del gusto exagerado de un hombre al deseo por una mujer. Ambos me gustaban y ellos lo sabían.
- Espero que les haya gustado.