Cuando los deseos se cumplen

Pensaba como reaccionaria, sí supiera que mi esposa era infiel.

Cuando los deseos se cumplen.

Pensaba como reaccionaria sí mi esposa me fuera infiel alguna vez, y con el tiempo lo supe.

Recién cuando me case, pensaba como tomaría mi esposa el movimiento de intercambio de parejas; los tríos, etc. O bien ¿cómo me sentiría si descubría que me era infiel?, ¿Qué tipo de sentimientos podrían inundarme? Y por supuesto tenia el temor de arriesgarme.

Pero en alguna ocasión le pregunte su opinión al respecto y ella me contestó:

  • Pues no lo sé, pero de seguro no lo haría-

  • pero, ¿porque?, ¿Cuales son tus argumentos para llegar a esa conclusión?-

Me contesto:

  • Pues no sé exactamente... pero dime: ¿tu, que pensarías de verme cogiendo con otro hombre?

Me soltó la pregunta a quemarropa; por un momento me desconcertó. En eso había estado pensando los últimos días y sin embargo ahora era Rosalía; (Así se llama mi esposa) quien me lo planteaba; ¿Qué pensaría de verla cogiendo con otro tipo?

Por un momento me invadieron sensaciones encontradas, celos, miedo, coraje; pero también excitación, morbo, un verdadero cóctel de sensaciones.

Entonces le conteste:

  • No lo sé, realmente no lo sé; pero más que pensar, seria lo que sentiría, y creo que eso solo lo sabría si lo intentáramos -

Le plantee la solución.

  • Realmente... ¿ te gustaría hacerlo con otra pareja?- Me volvió a preguntar

Pensé que aceptaría y sin embargo su respuesta fue:

  • Pues no cuentes conmigo, creo que no tengo el valor de hacerlo; aunque te confieso que la idea no me desagrada-

Nuevamente me dejo sorprendido con su respuesta. No volví a insistir sobre el tema.

Los meses pasaron. Ambos seguimos con nuestra rutina laboral, domestica y sexual.

En esa época tuve una época de trabajo muy pesada que me obligaba a viajar por semanas y cuando podía, regresaba a casa por dos o tres días y teníamos sesiones de sexo muy buenas.

En una ocasión que regresaba de viaje me encontré a una amiga de mi mujer y me dijo:

  • Ya conocí al nuevo novio de Rosalía, pero no es tan buen mozo como tu; pero... ¿desde cuando se separaron? – Para mi fue una impresión muy fuerte, pero pensaba que era broma y le dije:

  • ¿Ah, si, y como es el tipo? – y me confeso

  • Pues es un tipo alto, delgado, entrado en años, canoso, etc. – y medio todas las características y volví a inquirir.

  • ¿ Y donde los viste?-

  • Pues estaban en su coche, afuera de su negocio-

  • ¿No me digas?- le dije.

  • Pues mira, no lo sabia, pero cada cual su vida ¿no crees?

  • Pues si, pero bueno, me dio gusto saludarte

  • se despidió un poco amoscada y se fue.

Tome un taxi y me fui a un hotel; después le hable por teléfono a Rosalía, para avisarle que salía dos días mas tarde.

Bueno amor, me hablas cuando salgas de allá, ¿ok? –

  • Si muñeca, así lo haré – y colgué el teléfono.

Toda la tarde estuve inquieto, preguntándome que debería hacer; si seria cierto o solo era una mentira; finalmente me aposté cerca de su negocio, se acercaba la hora de cerrar.

Desde donde estaba podía ver sin ser visto, cerro y puso el ultimo candado; caminó hacia la esquina contraria y se subió a un auto; Con las luces de cortesía aun prendidas, beso al tipo que estaba en el auto.

Los seguí a prudente distancia, y por la ruta que seguían, iba a mi casa seguramente.

Así fue, entraron al estacionamiento y cuando salió Rosalía del auto, el tipo la abrazo y la beso muy ardiente, luego se abrazo a el y subieron.

Deje pasar un buen rato; ahora sabia lo que se sentía llevar un par de cuernos; y a decir verdad, era una mezcla de celos y coraje; celos porque estaba con otro tipo; y coraje, porque me había mentido; la falta de lealtad era mi molestia; pero además me sentía excitado, y mucho, mas que los celos y el coraje; deseaba verla cogiendo con otro.

Entonces subí, y como el departamento tiene dos entradas, entre por la puerta de servicio; sigiloso, entre por la cocina, apenas iluminada por la luz de la luna.

A través de la claraboya de la puerta de la cocina, se veía la luz de la sala, me asome... ¡y los vi!

Bailaban muy abrazados, besándose, acariciándose, ella se pegaba a la entrepierna de él, mientras apretaba sus caderas, uniéndose mas a él.

Él le besaba el cuello, le mordisqueaba los lóbulos de las orejas y le mordía los labios; luego bajo sus manos y le apretó las nalgas, se apretaba contra ella, como si se la estuviera cogiendo; por un momento pensé en aparecerme junto a ellos y hacer un buen teatro, pero así como tenia la pinga, hubiera sido ridículo, así que continué observando como la iba desnudando; le quito la blusa, le beso los hombros y el pecho, luego le desabrocho el sostén y sus senos saltaron liberados, sin ser enormes, me gustaban por firmes y de buen tamaño; y los tomo en sus manos, los apretaba, acariciando el pezón, que crecía ante la caricia, el tipo los puso entre sus labios y los lamía con dulzura, pasando la lengua por todo el pezón; luego metía la teta en su boca y mamaba, para que, finalmente los mordiera placenteramente, provocando en Rosalía tal placer, que empezaba a gemir; le tomaba la cabeza y la sostenía sobre sus tetas, indicándole que hacer:

  • Aaaaaaaahhhhh....amor.....siiiiii, chupa así......suave......ooohhhh....¡ahí corazón!....aaaaaaah...como me gusta.....ahí, muérdeme los pezones....ssshhhhhh....si.....masssss......mmmaaaasssss.-

Cuando su amante le iba a desabrochar la falda, ella se lo impidió, se escapo de sus brazos y corrió a la recamara; ni su amante, ni yo podríamos caminar por la erección, pero aun así, nos esforzamos en seguirla, él por delante, mientras yo me esperaba para no ser visto.

Después me acerque y afortunadamente el balcón de la recamara se comunicaba con el estudio, así que tenia una vista excelente, sin ser visto.

El estaba sentado en la cama, se había quitado a camisa y Rosalía parada frente a el, con las tetas a la altura de su boca, continuaba chupando, besando y mordiendo sus hermosas tetas.

Luego le quito la falda dejando a la vista una tanga y un liguero sosteniendo unas medias negras.

Yo no podía mas, me saque la tolonga y empecé a puñetearme; Rosalía se volteo y con un movimiento se saco la tanga dejando su hermoso culo a la altura de la boca de su amante.

Quien ni tardo, ni perezoso empezó a acariciar asando sus dedos entre las piernas con un vaivén que llevaba la mano de adelante, hacia atrás, a lo largo de su pucha y sus nalgas.

Rosalía permanecía agachada, apretándose las tetas y pidiendo placer:

  • Ooooh, que ricos dedos..... así... me gusta que me los metas... mas adentro... mmmasssss... mi amor....

mmmaaaasss!!!. -

El tipo se levanto y se termino de desnudar, ayudado por Rosi; Esta se sentó en la cama y tomo la verga de su amante, que se había levantado para desnudarse.

Se llevo la pinga a la boca, lamiendo el glande y el tronco, acariciando los huevos, apretándolos; para metersela completa en la boca.

Su amante la tomó por la nuca y prácticamente se la estaba cogiendo, moviendo las caderas de atrás para adelante:

  • Mi amor, chupala así amor... que rico mamas....eres una verdadera puta....como comes verga...aaahhhh... me matas.....aaaaahhhhh.... sigue putita.... sigue mamando...aaaahhhhh....- exclamaba el tipo

Rosi se saco la pija y lamiéndola, le dijo:

  • ¿Te gusta papacito? –

  • Si muñeca, ¡mamas como una verdadera puta! –

  • Pues ahora te toca a ti, cabrón –

Se acostó en la cama, abrió las piernas, las apoyo n la orilla de la cama y metiendose los dedos en la pucha, se los ofreció al amante.

  • ¿Quieres? - le pregunto Rosi

Y sin mas el tipo incrustó su cara en la pucha de Rosi, chupandole y mordiendo su coñito; luego metió un par de dedos en su coño y se los ofreció a Rosi, quien los chupo con glotonería, luego se acostó completamente y se acariciaba las tetas, pellizcándose los pezones, suplicando:

  • Que rico mamas... chupame la pepita... ssssssiiiiii... aaasssssiiiiiiii!!!..... oooohhhhhh..... que lengua tienes, mamon... ssssssiiiiiiiii...... aaaaahhhhhiiiii.... aaahhhiiiii!...... muérdeme amor..... sssi..... asssiiiii.. hhhmmmm

y se mordía los labios y acariciaba la cabeza de su amante

luego le pidió

  • Meteme un dedo en el culito papacito... por favor...metemelo! - y el tipo hundió un dedo en su culito:

  • ssssssiiii...agggghhh.....sssssiiiiiii.... aaayyy como me hace gozar, mi rey....mmmjjjj.... que mamada me estas

asi continuaron con la mamada, Rosi se levanto y le dijo:

  • Ya.. meteme la verga amor....por favor....metemela toda, ¿si amor?

Rosi se puso a cuatro patas sobre a cama; su amante le puso la verga en la boca y le dijo:

  • Lubrícala, mi reina, para poder metertela toda -

Y Rosi se la mamo, mientras le acariciaba las tetas; después se coloco atrás de ella y le metió la verga, despacio, pero sin detenerse, hasta que entro toda.

La cara de Rosi era un poema erótico, moviendo la cabeza de un lado a otro y mordiéndose los labios, hasta que estuvo bien ensartada.

Entonces su amante empezó un movimiento de mete y saca, lento, sacándola despacio y metiéndola rápido mientras le comía la espalda y le apretaba las tetas.

Nunca había visto tan caliente a Rosi y por supuesto; yo también estaba hecho un fogón, viéndola gozar y escuchándola gemir.

  • Mmmmmhhh ssssssiiiii..... así.... cogeme bien... meteme toda la vergaaaa... aaasssiiiii..... que rico coges... la siento hasta dentro.... mmmaaaasssss..... mmmaaaassss..... dame toda la vergaaa...hmmm que rica..... que verga tan gorda.. jugosa.. así papi.... cogeme!

Y el tipo sudaba con el esfuerzo de darle placer a Rosi, y le correspondía diciéndole:

  • Si amor.... que caliente coño tienes... que rico!... me lo estas comiendo... aaassssiiii amor, mueve tu culo...

me matas, corazón... me encantan tus tetas... tan ricas! -

Y Rosi respondía:

  • Si mi rey... ¿te gustan?... son tuyas... todas tuyas... apriétamelas, pellízcamelas... aaasssiiii... que delicia...que sabroso me coges, papacito... siii... sssiiii....aaassssiii... que delicia... maaasss... por favor, metemela mmmaaaassssss... casi llego, papacito....aaaaahhhhhh! -

Efectivamente; Rosi en su estertor cayo sobre la cama se volteo y levantando las piernas, se abrió los labios de la pucha y se metió los dedos, ofreciéndole el coño

  • Ahora mi rey, acábame... quiero sentirlo dentro.... un poco mas, papi.... mas, ¿si? -

y se lo volvió a clavar, le dio unos golpes mas y se vinieron juntos, es decir, nos venimos juntos, mientras ellos se venían:

  • Aaaahh... me vengo amor... dale más rápido... así... cogeme, bien cogida... mmmeee vvveeeennnggggoooo!!!! - gimio Rosi

  • Ya mi reina... te la doy toda... todaaaa!!!!... Aaaaahhhhh!!!! -

Quedando extenuado sobre la cama, yo aventaba toda la leche, sobre el cristal de la ventana.

No sé si me escucharon, pero salí rápido de la casa; Ahora estaba seguro de mis sentimientos. Y lo que había visto, me serviría para manejar a Rosi mas adelante.