Cuando leas este e-mail...
Cuando leas este e-mail, recibirás unas fotos bastante peculiares, bastante comprometedoras. Si, eres tú...
Julián es un joven inquietante. Era amable, era simpático, generoso, amigable pero hay algo algo que te inquieta. Algo en lo mas recóndito de su ser que te imprime inseguridad, que te obligaba a estar siempre alerta cuando estas junto a el, que te obliga a sospechar continuamente. Hay algo, eso esta claro, y crees saber el que es.
Desde que le conociste en la facultad, le deseas, es verdad, le deseas, es imposible que no lo hagas, le deseo hasta yo y no me atraen los hombres en absoluto. Lo deseas tanto como yo te deseo a ti, tanto como ambos te deseamos.
Morirías por hacértelo con el, y de hecho, puede que salgas perjudicada, por que se lo que has hecho, se como lo has hecho y se por que lo has hecho. No te equivoques, no siento envidia por el pobre Julián, el solo es una victima tuya, solo siento celos ¿Por qué él y no yo? Se que es una respuesta bastante clara, se que puede que el sea mas guapo y mejor persona que yo, que su carácter atraiga mas que el mío, que el físico también pero, yo te deseo, y lo sabes sabes cuantas noches he llorado tu nombre, sabes como me duele verte y no tenerte, sabes el dolor que me produce que no seas mía, que no te tenga jamás y es que no te tendré jamás. Por que se que ha pasado, pero se lo que pasara.
Bien, te voy a relatar como ha sido, pero antes te recordare el día que nos conocimos. Sabes perfectamente de lo que estoy hablando, del momento exacto en el que me enamore de ti, el momento justo de la fiesta. Si, te refrescare la memoria, pues el alcohol seguro que te influyo en algo de lo que hicisteis.
Estoy seguro de que por tu mente recibirás retazos en forma de flashbacks de lo que ocurrió esa noche, si, estabas muy ebria. Seguro que te acuerdas de a quien le comías la boca, seguro que recuerdas quien era el que te besaba, el que te acariciaba, el que te amaba en aquel sofá. Seguro que recuerdas como fuisteis ambos al baño, de la mano, mientras le devorabas entera. ¿Recuerdas el estrecho cubículo donde te desnudo, donde te beso y recorrió con sus labios y lengua todo tu cuerpo? ¿Recuerdas los espasmos de placer que te producía esa lengua al acariciar tu coño, al besar tus labios y a lamer tu clítoris? Seguro que si algo así no se olvida, por muy borracha que estuvieses ¿verdad?
Seguro que rememoras lo que viene después, como te apoyo contra los fríos azulejos blancos del baño. Ahora mismo seguro que en tu mente se reproduce mentalmente el sonido que produce una bragueta al bajar la cremallera. Recuerda como un miembro ardiente recorría toda tu entrada, como se empapaba de flujos y saliva y como jugueteaba con tus labios, queriendo entrar pero quedándose en el resquicio de la puerta. Se lo que dijiste en ese instante, se lo que implorabas, se lo que rogabas a dios, se que necesitabas que entrase dentro, necesitabas otro orgasmo, necesitabas correrte otra vez, correrte salvajemente, solo como tu sabes.
Lo necesitabas.
Y te lo dio, te penetro suavemente, al principio. Conforme tus gemidos aumentaban de volumen, la velocidad aumentaba. Acercabas tus caderas a su pubis, buscando una mejor penetración, te sincronizabas con el, erais como una maquina sincronizada, no había fallos, no había errores, solo había sexo. Sexo salvaje y descontrolado, sexo del que todo el mundo ha oído hablar y del que muy pocos han disfrutado. Sexo bestial, sexo salvaje. Te conocía, le conocías, ambos sabíais que botón apretar en el momento indicado. Cuando deseabas que te pellizcase los pezones, lo hacia. Cuando el deseaba un cambio de postura, te subiste encima suya. Cuando empezaron sus espasmos, los tuyos empezaron. Cuando lleno tu veinte de su elixir, llegaste a un orgasmo esplendido.
¿Qué como lo sé? Yo estuve allí, yo era el. Yo oí lo que le contaste a Julián.
También vi lo que hicisteis Julián y tú, vi como varias noches después, en otra fiesta, os encaminasteis al jardín del anfitrión de la fiesta. Como os comíais en las hamacas, como os lanzasteis a la piscina y como follasteis como animales dentro. Vi el gozo en tu cara y en la suya, vi tu deseo y su deseo. Vi y oí vuestros orgasmos. Desee ser yo el que te penetraba en la piscina, el que te lamia, el que te devoraba entera.
¿Por qué no fui yo? ¿Que tiene Julián que yo no tenga? El esta muy arrepentido, el estaba muy borracho y se que no lo hizo con mala intención, le creo. Y sabes por que, aunque sea obvio, la familia es lo primero, y a mi hermano le creo. Que seamos gemelos no te da derecho a gritar su nombre cuando estas conmigo ni a gritar el Mio cuando estas con él. Estamos los dos muy dolidos, muy mucho.
Eres una puta, y como una puta te vamos a tratar, cuando leas este e-mail, recibirás unas fotos bastante peculiares, bastante comprometedoras. Si, eres tu, y uno de nosotros. No sale nuestra cara, no, ni falta que hace. Ahora harás lo que te digamos.
Si, ha sido idea de Julián, haces bien al no fiarte de el, pero no debiste tirártelo, no. Todo es idea suya, el es el genio malvado que me sugirió la idea de la carta, el que me comento como gozaste conmigo sin saber que era yo. ¿Querías follarte a los gemelos, verdad? Ahora los gemelos te van a follar a ti, te maldecirás por lo que has hecho, bruja.