Cuando la realidad supera a la ficción - Cap. 6
Las dos hermosas actrices empiezan a sentir los sacudones del ensayo
_¡Quedó buenísimo! Aunque un poquito largo. Medio como que nos copamos mal. _se rió Gimena sentada en el sofá junto a su compañera, mientras sostenía el celular en el que veían la escena que habían ensayado.
_Jajaj. ¿Vos decís? Puede que haya quedado un poco largo, es verdad. Por eso te digo que tendríamos que cronometrarlo.
_Pero, si acá en el video nos dice cuánto tiempo lo hicimos.
_¿Y si nos ponemos una alarma al minuto?
_¿Al minuto? ¿No será mucho? _preguntó la dama de ojos café, con una mezcla de estupor y horror.
_No sé. Fijate que nosotras estuvimos tres minutos. Y a mí se me hizo un poco... _Jimena se interrumpió, contrariada y sintió que le ardían las mejillas.
_¿Un poco qué? ¿Largo? _Jimena se sintió incómoda por la observación y hasta dejó salir un dejo de fastidio en la interrogación.
_No, Gime. Todo lo contrario. ¿Por? ¿A vos se te hizo largo? _apenas terminó la pregunta, lamentó haberlo hecho y se sintió avergonzada. Lo que no advirtió fue el dejo de alivio en el rostro de su interlocutora.
_No, para nada. Pero tenés razón. Si querés lo ensayamos de nuevo. _propuso y se levantó a colocar el celular sobre la mesa para dejarlo en posició.
_¿Otra vez tooooda la escena de nuevo? _protestó Jimena con un bufido.
_Bueno, ¿nos salteamos los diálogos y vamos al beso? _la dueña de casa sintió un escalofrío al mencionarlo y sintió que había demostrado más interés del que debía.
_Mejor, Gime. _aceptó su partenaire y se colocó en posición para poder ser retratada por la cámara.
Ambas se miraron a los ojos, frente a frente y cada una pudo respirar el aliento de la otra, electrizándolas.
_Me parece muy brusco que te dé un pico de la nada. No sé. Como muy forzado. _admitió Gimena.
_Tenés razón. ¿No sería mejor que nos fuéramos gritando cada vez más cerca y me arrebates? _propuso la rubia de ojos color miel ante el gesto de asentimiento.
_Y creo que no tendríamos que tardar tanto en abrazarnos. _la anfitriona hizo una leve pausa, cohibida y ruborizándose. _Bueno, no sé.
_Sí. Había pensado en lo mismo. Es como si no fueramos dos amigas que se reencuentran. Tiene que haber confianza.
_Bueno. ¿Pongo a grabar?
Ante el gesto de asentimiento, el celular comenzó a registrar el íntimo momento de práctica entre las dos hermosas damas.