Cuando la realidad supera a la ficción - Cap. 4

La escena conmovió a las dos hermosas actrices. ¿Será el primer paso hacia un mundo más grande?

_Eso que hicieron fue fantástico. ¡Así quiero que se comporten y se comprometan con las escenas! ¡Felicitaciones, chicas! ¡Por hoy, terminó la clase! _aplaudió la directora después de consultar su reloj.

Las dos cohibidas actrices hicieron una leve reverencia y descendieron del escenario. Sus compañeros las felicitaron y más de una de las chicas, sorprendidas por la emotividad de la escena les decía que no sabría si hubiera podido hacerla, en caso de haber estado en su lugar.

Después de escuchar las indicaciones para la siguiente clase, cada alumno fue para diferentes lugares. Jimena se metió en un cubículo del baño de damas y aprovechó para consultar los mensajes en su celular. Al minuto, pudo escuchar algunas voces femeninas comentando lo ocurrido.

_Estuvieron bárbaras! Yo ni loca hubiera podido.

_¿Viste como se besaron? Esas dos mosquitas muertas, mojigatas se mataron de lo lindo. Si la profe no las separa, ahora estarían desnudas en el escenario! _intervino otra con un tono levemente chillón.

_Bueno, ¿cómo culparlas? Son dos diosas. Si hubiera tenido que arriesgarme a hacer esa escena, hubiera preferido a cualquiera de ellas en lugar de a la gorda pedorra de Gladys.

Jimena pudo escuchar varias risas y trató de contener la respiración. Quería pasar desapercibida y no perder detalle. Por lo pronto, tenía sentimientos desencontrados. Por un lado, se sentía reconocida pero, por el otro, le molestaban los comentarios malintencionados y punzantes.

_Si piden voluntarias para ensayar, yo me prendo. ¿Viste lo lindas que son? _intervino una, a quien creyó reconocer como la más desaforada del grupo.

_Vos con tal de probar, cualquier cosa, nena. _se mofó otra.

_No me digas que no te dieron ganas de probar. Vení, dame un beso, guacha...

_Soltáme, pelotuda. Salí de acá o te doy un schiafo!

La airada protesta fue recibida con algunas risillas y la actriz oculta en el cubículo tuvo que hacer un esfuerzo para contenerse.

De pronto, se hizo un silencio y se escucharon varios pasos saliendo del baño. Jimena abrió la puerta para salir en el preciso instante en el que la irritante voz de Gladys cortaba el sonido del goteo de una canilla abierta.

_¿Y tu novia? ¡Qué lindo chape se dieron! ¿Hace mucho que se tenían ganas? ¿O ya estaban saliendo?

_Cerrá el orto, gorda pedorra. _le espetó Gimena.

Encerrada en el cubículo, Jimena decidió permanecer en silencio y ver cómo continuaba aquello.

_¿Qué pasa, rubia? ¿Dije algo incómodo?

_Tomátelas, foca. El baño de hombres es al lado. _siseó venenosamente la rubia, en el preciso momento en el que Susana entraba.

Gladys advirtió la llegada de la directora a través del espejo y partió en retirada, algo frustrada por no haber podido continuar con sus burlas.

_Gimena... No entres en su juego. Estuviste... estuvieron fantásticas. Espero que sigan mejorando.

_Muchas gracias, Susana. Seguro que sí. Gracias por esta oportunidad. De corazón.

_Las dos lo hicieron muy bien y vienen esforzándose hace bastante tiempo. Era hora de darles una oportunidad. Espero que la aprovechen. Nos vemos el miércoles. Ah... y otra cosa... No hagan caso a lo que digan los demás... Siempre va a haber alguien criticando. Por envidia, ignorancia o...

_O por estupidez. _interrumió Gimena.

_Precisamente. Buen finde. _saludó la directora y Jimena pudo escuchar el sonido de la puerta al cerrarse.

Esperó unos minutos y cuando salió, ya no había nadie.