Cuando la realidad supera a la ficción - Cap. 3

Se empieza a develar la intriga en la clase de teatro para las dos hermosas protagonistas.

Cada una repitió sus frases y cuando llegó el temido momento, completamente cohibidas ante las miradas de sus compañeros y compañeras, unieron sus labios cerrando los ojos para no mirarse y contuvieron la respiración por un par de segundos para separarse tan pronto como pudieron.

_¡Pero qué desastre! ¡Es el peor beso que vi en mi vida! No estoy viendo a dos amigas que se reencuentran. Ni a dos actrices tratando de aprovechar una oportunidad. ¡Son dos desastres que están destrozando una escena climática!

La protesta de Susana airó a Gimena, quien abrió la boca para responder pero, una mirada de amonestación por parte de la directora la hizo mantener el silencio.

Pudieron escucharse algunas risillas malintencionadas por parte de algunas de sus compañeras que las veían con cierta envidia y celos. Y, aunque no dijeran nada, seguramente los chicos habrían estado expectantes con los ojos perdidos en ambas.

_¿Así quieren abrirse un lugar en la industria? ¿Siendo tan mojigatas? ¡Nadie les está pidiendo que se encamen con otro tipo, ni que engañen a sus maridos! Es un beso artístico.

_Profe... por ahí, tienen miedo que les guste...

Intervino Gladys, una morena rellenita a la que no se le había conocido pareja en los cuatro años que llevaba asistiendo al taller. Su ocurrencia fue festejada por un par de compañeras malintencionadas y las dos actrices interpeladas sintieron que enfurecían y le lanzaron una mirada taladrante.

_Bueno. A ver si la terminan con el chimenterío y se ponen a trabajar, que no tenemos todo el día, chicas. _la directora batió las palmas para reclamar atención y la sala volvió a quedar en completo silencio.

Después de tomarse unos segundos para respirar profundo y meterse en el papel, las dos hermosas y sensuales rubias se prepararon y, tras intercambiar una mirada, se acercaron para recrear la escena.

El diálogo había mejorado en la interpretación, en parte por la furia que sentían ambas y llegó el pie para el momento decisivo.

Ambas actrices dieron un paso al frente y sus pechos casi se tocaron, provocándoles escalofríos. Declamaron sus líneas con reproches mutuos y tras un eterno segundo de silencio en el que se miraron a los ojos, y hacía presagiar un intercambio de bofetadas, se inclinaron hacia adelante y unieron sus labios. Pero, esta vez, cerraron los ojos y se entregaron a la escena.

El roce entre sus sensuales y cálidas bocas comenzó a producirles escalofríos. Gimen inclinó la cabeza hacia su derecha y su compañera la imitó, devolviendo cada pequeño beso recibido, en un suave intercambio cuyos chasquidos llenaron el impactante silencio que había comenzado a dominar en la sala.

La imagen era digna del ensueño de todos los hombres presentes, así como también de algunas chicas. Las dos rubias estaban de pie, muy juntas, tomándose por la cintura, con botas negras de taco aguja, calzas de lycra al tono que dejaban muy poco a la imaginación y sus prendas superiores, blanca la de Jimena y animal print la de Gimena, apenas podían contener sus medianos y armónicos pechos, casi juntos. Eran hermosas, más o menos de la misma contextura física y las esculturales piernas incitaban a la imaginación. Sus bellos rostros permanecían muy juntos, con los ojos cerrados y las bocas fundidas en un casto y profesional beso que las estaba electrizando. Cada una intentaba, sin lograrlo, ocultar el temblor interno mientras rogaban porque su compañera no lo advirtiera.

Ambas sintieron que se les aceleraba el pulso y Gimena abrió levemente la boca para acariciar con sus labios el labio inferior de Jimena, quien respondió de igual manera, con el superior. Las dos rubias se unieron en un quedo gemido mientras se abrían la boca mutuamente, disfrutando del sensual contacto entre sus bocas.

La tensión en la sala podía palparse y todos los presentes parecían contener la respiración. Inclusive, Susana, quien estaba atenta a cada detalle corporal que pudiera desajustar la escena y las emociones que quería transmitir.

El abrazo entre las dos actrices se estrechó y las bocas se abrieron un poco más para comenzar a disfrutarse ante la ovación general. El beso se hizo intenso y tanto la una, como la otra, se entregaron a la escena, presionando sus cuerpos juntos y acariciándose las espaldas casi donde estas terminaban mientras sus bocas se acariciaban mutuamente.

_Bueno, chicas. Excelente. _sentenció la directora pero, pareció no haber sido escuchada.

Jimena sintió una urgencia interior y algo que la impulsaba a asomar la lengua y cuando lo hizo, su cuerpo sintió una oleada de estremecimiento al sentir cómo la punta húmeda y suave de Gimena tocaba con la suya, y ambas parecieron enredarse aún más.

_¡Muy bien, chicas!... ¡Así se hace una escena! _aplaudió, pero el beso parecía prolongarse, como si las dos hermosas actrices no estuvieran ante el grupo de teatro en pleno ensayo.

Hubo alguna risilla tonta, especialmente por parte de Gladys, quien era conocida por sus pullas y sus permanentes intentos por humillar a los demás, pero la escena no se detuvo. Por el contrario, las respiraciones se les habían vuelto más pesadas y sus pulsos se habían acelerado, al igual que el hormigueo interno que las recorría mientras sus lenguas se empujaban mutuamente de una boca a la otra.

Susana volvió a batir las palmas y se le unieron sus alumnos. Tanto Gimena como Jimena se sobresaltaron y se separaron, ruborizadas y algo cohibidas. Cada una sentía que le hervían las mejillas y bajaron la mirada, apenadas, al aguardar la devolución de la directora.