Cuando la realidad supera a la ficción - Cap. 2
La noticia cayó como un balde de agua fría para las dos treintañeras.
Un eterno minuto de meditación transcurrió hasta que ambas compañeras se miraron de reojo y asintieron tímida y silenciosamente. Susana sonrió y les extendió el guión. La idea era que se encontraran a solas en el baño, luego de una fiesta de reencuentro de ex alumnos y allí discutieran acaloradamente hasta llegar a encararse, pechos contra pechos y nariz contra nariz para dar paso al giro del polémico beso.
Susana hizo pasar a todos los estudiantes y comenzó a explicarle un resumen de la obra. Hubo algún murmullo de desaprobación respecto a los protagónicos, principalmente por parte de otras chicas de buen ver que creían tener las mismas o más condiciones para el papel.
Fueron pasando las diferentes escenas hasta que llegó el reencuentro sorpresivo en la fiesta y las sonrisas gélidas y de protocolo hasta que las dos actrices se encontraban en privado y quedaban a solas. Susana apagó casi todas las luces para que la iluminación se centrara en ellas.
_Nunca entendí por qué te fuiste, Gime... _comenzó la blonda más delgada haciendo caso del guión.
_¿Yo me fui? Vos fuiste la que desapareciste y continuaste con tu vida. _fue la réplica airada.
_No me culpes... Si te fuiste dando un portazo...
_Y vos no atendiste mis llamados días más tarde. _fue la áspera respuesta.
Las dos eran grandes actrices y habían apelado al recuerdo emotivo, por lo que estaban casi al borde de las lágrimas.
Desde las butacas se las podía apreciar en todo su esplendor. Ambas llevaban botas cortas con taco aguja, calzas negras y una camisa blanca para Jimena, mientras Gimena llevaba una camisola animal print algo ceñida que marcaba sus pechos algo más grandes, los cuales apoyó contra los de su compañera, según marcaba el libreto. Ambas suspiraron quedamente y continuaron.
_Te fuiste, Gime... Desapareciste como si nada.
_Vos fuiste la que desapareciste. La que no se bancó...
_Que no me banqué, qué cosa?
Se hizo la pausa dramática, tal y como estaba indicada y parecía prolongarse largamente.
_Vamos, chicas. ¿No les falta algo? _intervino Susana desde su butaca y se pudieron escuchar algunas risitas.
_¿Ahora vendría el beso? _preguntó Gimena, algo contrariada.
Una afirmativa grupal, con algo de morbo fue la respuesta que las estremeció a ambas.
_Vamos de nuevo desde esas dos últimas líneas, chicas. Y no corten el ritmo. _advirtió la directora.
_Vos fuiste la que desapareciste. La que no se bancó...
_Que no me banqué, qué cosa?
Por toda respuesta Gimena acercó su rostro y le dio un beso de pico que fue respondido de igual manera. Ambas cerraron los ojos, humilladas y como con asco y Susana se levantó, protestando, diciendo que parecían dos señoras paquetas y conservadoras que hacían algo que no les gustaba. Que en ningún momento les había creído que fueran amigas que se reencontraban después de varios años.
_Tienen que poner más pasión. El beso tiene que ser creíble. ¿Están capacitadas para hacer una escena tan jugada, chicas? _las increpó con un tono que no admitía réplica ni dulzura.
Las dos contrariadas protagonistas asintieron y retrocedieron para repasar sus líneas de guión a la espera de retomar la escena.
Esta vez, el diálogo fue más encendido y cuando sus labios se unieron fue por un par de segundos en los cuales ambas tuvieron un hormigueo de asco.
_¡Muy bien! ¡Volvimos a 1940! ¡Qué beso tan pacato y poco creíble! Bueno... parece que voy a tener que cambiar de protagonistas y me voy a quedar con dos estudiantes menos. _amenazó la directora, levantándose de su silla y batiendo sus palmas. _¿Alguna quiere un protagónico?
Varias de sus compañeras levantaron la mano y hasta clamaron que podrían hacer mucho mejor la escena.
Jimena se sintió golpeada y, luego de carraspear, pidió disculpas y un minuto para concentrarse y hacer un último ensayo. Aunque, a su pesar, Susana aceptó y pidió silencio para que las dos hermosas rubias pudieran concentrarse.