Cuando la realidad supera a la ficción - Cap. 1
Dos mujeres de treinta y pico, felizmente casadas con sus maridos, con muchas cosas en común, reciben una noticia inesperada.
Gimena era una hermosa mujer que rondaba los 40. Heterosexual y felizmente casada, tenía una hija adolescente que había heredado su belleza y elegancia. Es que ella era de esas mujeres que causan impacto apenas verla. De ojos café y bucles rubios que caían grácilmente sobre los hombros para enmarcar un rostro de bellísimas facciones en las que destacaban un par de sensuales y carnosos labios que parecían hechos para ser besados.
Sus hombros eran delicados y perfectos, como tallados a mano por un escultor renacentista y sus pechos tenían una pequeña y deliciosa caída, producto de la maternidad, que realzaba la naturalidad de su belleza. Sus caderas eran opulentas y sus nalgas redondas y firmes coronaban un par de firmes muslos que nada tenían que envidiar a las grandes celebridades.
Trabajaba como maestra jardinera, lugar en el que podía dar rienda suelta a su dulzura y contención con los más pequeños. En sus tiempos libres, que eran pocos, le gustaba estudiar actuación y se había apuntado a un taller de teatro al que asistía desde hacía dos años. Ya había participado en las muestras y en una pequeña obra, donde tuvo un rol de reparto que logró buena crítica.
Jimena, por su parte, también tenía un matrimonio feliz con una hija adolescente, que como ella, había sido dotada de una impactante y sutil belleza. De cuerpo menudo, con muslos esbeltos, nalgas redondeadas y firmes, un abdomen plano con caderas vertiginosas y pechos medianos, parecía tener una sonrisa siempre dibujada en el rostro, de hermosas y ensoñadoras facciones, con una nariz respingada, ojos color miel y labios finos y sensuales.
Ella trabajaba como animadora de fiestas infantiles y allí podía disfrutar de su histrionismo y humor contagioso. Hacía tres años que estaba en el taller de teatro y, al igual que Gimena, había participado en varias muestras y un par de obras.
Esa fría tarde de míercoles, gris y lluviosa tendría nuevos aires en las vidas perfectas de ambas.
Susana, la directora, les extendió el guión para la obra en la que quería que trabajaran. Por primera vez, serían las protagonistas en una historia que intentaba no pasar desapercibida. Ambas se sintieron reconfortadas por este anuncio y sonrieron complacidas.
Una vez que distribuyó los roles, comenzaron a trabajar en las escenas hasta que le pidió a todos los alumnos que salieran por unos minutos para quedarse a solas con las dos actrices principales.
La historia sería sobre dos amigas que se reencuentran después de 20 años. El secreto entre ellas es que en la adolescencia, tuvieron un leve besuqueo del cual ninguna se pudo olvidar y dejaron de verse, avergonzadas. Ahora, vueltas de la vida, se cruzaban por casualidad en un shopping y la química parecía renacer. La charla continuaría en casa de una de ellas donde, después de una leve discusión acusándose por aquella noche, las dos se fundirían en un beso ardiente y desesperado.
Tanto Jimena como Gimena retrocedieron con rechazo. Si bien no eran amigas ni enemigas, la idea de besar a otra mujer les desagradó y les provocó un resquemor. Susana insistió con suave autoridad:
_Vamos chicas. Sean profesionales. Es el primer protagónico para ustedes y la posibilidad de comenzar una carrera seria. Tendrán un lugar en el afiche de prensa y un sueldo de base más porcentaje de las entradas. ¿Cuál es el problema?
_Es que... _vaciló Jimena. _no me da. No tengo nada contra Gime, de hecho es hermosa pero, no creo poder hacerlo.
Su compañera asintió, como corroborando y la directora continuó con el asedio.
_A ver... chicas... Nadie les está diciendo que se pongan en pareja y a salir. Es un beso, nada más. La escena más climática de la obra y quiero que sean ustedes dos. Se lo merecen y sé que pueden hacerlo muy bien.
Las dos bellas actrices se miraron de reojo, con cierta resistencia.
_Vamos... ¿No me van a decir que un beso las hace pensar que son lesbianas? ¿No vieron que ahora todas las series y películas incluyen besos entre mujeres? Es actuación. Recuérdenlo.
_Pero... Susana... _intentó Gimena antes de ser interrumpida.
_Pero nada. La escena tiene que ser con ustedes dos, porque el productor, el que pone la plata para la obra pidió que fueran ustedes. Las protagonistas tienen que ser ustedes y el beso tiene que estar. Si no, ninguna de las dos participará en la obra y... olvídense de cobrar y de conseguir un papel importante. Ustedes deciden.