Cuando intentas no ir de calientapollas...

Gritaba y gemía al compas de las embestidas, gemía tan fuerte que hasta me dolía los oídos, temiéndome lo peor no y no siendo otra cosa que alertar a mirones, mirones que se no se contentan solo con mirar

Cuando intentas no ir de calientapollas y tienes que cumplir

Antes de nada, agradecer tantos a todos aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, pues por vosotros sé que hago bien contando mis confidencias. No me considero un experto en la materia, simplemente pienso que soy morboso y curioso por naturaleza, claro está en el ámbito sexual.

Muchos son los que me dicen que las experiencias fortuitas o casuales, dicen que las cosas se ven venir e incluso las imprevistas, no siendo yo la verdad de esa opinión. Mirad yo siempre he dicho que no voy de calientapollas, la verdad no es lo mío, siempre he pensado que si una persona me atrae… me acerco, otra cosa es que cuando me acerco esa persona hace algo que me retracto. Entonces simplemente me marcho, disimulo o finjo que contesto una llamada, dando media vuelta y me marcho. Claro está a habido veces que un encuentro que no ha salido la cosa, no teniendo más remedio que satisfacerlo, pues no quiero parecer hipócrita, farsante o simplemente calientapollas, acabas inclinándote y saciarlo, aunque no me guste… mmm.

Pero también esas veces que no puedes continuar y no queda más remedio que dejarlo, eso me ha pasado más de una vez… cosa que me arrepiento en más de una. Yo solía adentrarme en la zona de la Raya antes de que la cerraran, zona no muy recomendable la verdad, solía bajar a la dársena del rio donde las bajadas hasta un camino con bancos de hormigón, estaban flanqueadas por malezas de cañas, cañas que en más de una ocasión me han servido como a muchos como zona de sexo. También continuaba por eso caminos de arena hasta llegar a los campos de labranzas, donde te encuentras casas en ruinas que han servido para el mismo propósito… mmm.

Por aquella zona conocí a muchos, no os sabría decir el numero, pues comencé muy joven a pesar que iba a mamar… mmm. Recuerdo uno de tantos, uno con el cual comienzas a magrearnos mientras él soba principalmente mi culo, besando cuello, hombros y pecho al tiempo que me desabotona la camisa. Calentándome por minutos, incluso cuando penetra mi orificio anal con sus dedos… mmm, primero uno y más tarde dos… uuummm. Aquello me puso como una moto, pero la cosa cambio cuando en medio de todo comenzó a escupir, aspiraba como si… bueno dejemos ese nauseabundo recuerdo. No me quedo otra que dejarlo a medias, aquello me pareció repugnante, cortándome todo el rollo.

Cogí y me levante sin decir palabra, cosa que a este no le pareció bien, quiso continuar aunque intente apartarme de él. Intentaba retenerme, llegando a cogerme por los bolsillos traseros de mi pantalón, tirando hacia abajo y con la consecuencia que los rasgo. Dejándome prácticamente desde mi nalga hasta medio muslo visible, si… dejando el pantalón roto, viéndose mis calzoncillos a la vista. Este tras ver lo que había conseguido, dio muestra de arrepentimiento y síntomas de malestar por lo que había hecho.

Pero en esos momentos y no me digáis que es momento para callar… porque no, pues no… yo no soy a veces de los que callan, cogí y le solté un par de burradas al tiempo que le amenace, momento en que debía de haberme callado. Cogí y como estaba me di la vuelta, caminando por el camino de arena de la loma, cuando siento como este me coge desde atrás por mi brazo y tira de mí. Tira hacia atrás y me lanza hasta unos árboles, teniendo la mala fortuna de golpearme con uno de ellos, gracias a la pendiente. Momento en que pierdo la noción por unos minutos, tiempo suficiente para que este se me echara encima, presionándome con su cuerpo contra el tronco del árbol, sin tiempo para reaccionar. Tiempo que aprovecha para tirar de  mis calzoncillos hacia arriba, calzoncillos que uso que son de tipo short.

Notando acto seguido su glande babeante por mi nalga, glande que restriega a lo largo y ancho… mmm, buscando  mi ingle… mmm, buscando la unión de mis glúteos… unión que da a mi orificio. Su fuerza me supera, pues su cuerpo presiona mi espalda con fuerza contra el árbol, ayudándose de su brazo izquierdo y sus piernas, piernas que me obligan a separar las mías. Acto seguido, note su glande presionar mi orificio anal… mmm, presión que tras unos minutos logro introducirme su capullo… ooohhh!!. Comenzando a moverse… uuuffff!!, comenzando a embestirme hasta sentir sus genitales golpear mis nalgas… aaahhh!!. Este comenzó a sodomizarme contra mi voluntad allí mismo… aaahhh!!, sodomizarme sin necesidad de bajarme el pantalón… uuummm!!.

Lamiendo mi rostro, siguiendo por comerme y lamer las orejas, mordiendo el lóbulo e introduciendo su lengua… ooohhh!!, besando y chupándome el cuello… aaahhh!!, zona demasiado sensible para mí… mmm. Mordía mi hombro al tiempo que me pellizcaba mis pezones, soltándome…

  • “Vaya con la nenita, no has puesto tanta resistencia como pensaba… ooohhh!!”.

El gritaba y gemía al compas de las embestidas, gemía tan fuerte que hasta me dolía los oídos de escucharle, temiéndome lo peor… temiéndome lo que llego a ocurrir. Pues sus gritos y gemidos alerto a otros, alerto a mirones que se contentan unos con mirar mientras se masturban, mientras otros se contentan con acercarse y magrear, llegando a sacarse su miembro a modo de que se la chupe, cosa que este final hizo. Este me follaba con maldad, dándome unas embestidas que me hizo ver las estrellas, no gemí y menos hice algún gesto de placer, no deseaba darle ese gusto. En cambio el sí… disfrutaba de lo lindo, disfrutando incluso del dolor que me proporcionaba al retorcer mis pezones… mmm. Pezones que estaban más libres al llegar a quitarme la camisa, llegando a utilizar esta como correa alrededor de mi cuello. Percatándose de los mirones, soltándome nuevamente…

  • “Mira si vas a tener admiradores después de todo, no te preocupes que le vas a demostrar lo bien agradecida que estas”.

Tirando de mi prenda hacia atrás, obligándome a separarme del tronco e inclinarme hacia delante, encontrándome a los pocos minutos el miembro de uno de esos mirones. Miembro que olía repugnantemente, olía a orín e incluso semen reseco y lo peor que sabia igual. Llegándome este a decir…

  • “Deseaba correrme en tu boca… pero veo que la tienes ocupada, bueno no pasa nada… me corro dentro y ya está… mmm”.

  • “Uuuffff!!, no puedo aguantar más… mmm, menudo coñito que tienes putita. Vas a tener de cabeza a más de uno, pero no hoy… uuummm!!, hoy es solo mío y te voy a preñar… aaahhh!!”.

Acabando este por correrse y sentir como deja los chorros dentro, no dejando de embestirme y es el mirón quien comienza a correrse, teniendo la mala suerte de que cuando la saco de mi boca, no le dio tiempo para retirarla y acabo por correrse en mi rostro. Ese hombre acabo por sacarla, limpiarse con un pañuelo de papel que gentilmente me ofreció uno, intentaba incorporarme al tiempo que me limpiaba la cara, recogiendo restos de semen del mirón. Sintiendo como ese hombre que me sodomizo, intentaba limpiarme el culo y los muslos, limpiarme restos de la follada.

Este cogió y me dio el paquete de pañuelos clínex, arreglo sus ropas y se despidió, dejándome allí a la vista de varios hombres, hombres que en su mayoría mayores que estaban masturbando. En ese momento mi mayor temor no es salir de allí, sino en llegar a caso con semejante facha, pues como explicar lo del pantalón. Por suerte cuando llegue a casa mi mujer no estaba, dándome tiempo para meter este en una bolsa, luego una ducha y limpiar resto de esa experiencia. Comenzando a masturbarme al recordar la hazaña, maldiciéndome a mí mismo al no quedarme y haber disfrutado de todos esos machos.

Pero esta anécdota no fue la única, pues os podría decir que tuve otros encuentros, tanto dentro de la casa en ruina abandonada, donde estas con uno que entre magreos y juegos me deja sin pantalones. Juegos que tras el magreo y caricias, deja paso a sodomizarme con un juguete que trae (eso me recuerda un amigo que trae una porra… mmm). Momentos que deseo que deje ese juguete y que me coja, estando en un momento de placer y cuando menos lo esperas, aparecen tres hombres con ganas de participar. Cagándose de miedo mi acompañante, no sabiendo ni qué hacer, actuando como primera medida en darle cartera, reloj e incluso llaves del coche. Estos tres que dos de ellos tenían más pinta entre magrebíes que otra cosa, mientras el tercero era un hombre mayor de cabellos canosos.

Hombres que pidieron participar, colocándose uno de ellos a horcajas sobre mi rostro al tiempo que sacaba su miembro del interior de su pantalón, mientras el segundo echaba hacia un lado mis calzoncillos, dejando mi ingle a su vista… mmm. Dejando mi orificio enrojecido por ese juguete a su merced, donde sentí como escupía y acto seguido sus dedos… ooohhh!!. Llegándome a ver siendo obligado a chupársela al primero, mientras el segundo comenzó a penetrarme… ooohhh!!, viendo como ese hombre canoso cogía mi polla y se la introducía en su boca… uuuffff!!. El dolor de un fuerte manotazo en mi nalga, seguido de un comentario…

  • “Grita… puta, gime de placer”.

Me hizo cuando podía expresar la satisfacción de la mamada y de la penetración, penetración que me daba con condón, llegando a observar como ese cagón estaba impasible de pie mirando. Los tíos se turnaban por utilizar cualquiera de mis orificios, dejando solo al canoso en disfrutar de mi polla… aaahhh!!. Mis gritos de placer y gemidos eran ha veces más fuerte, quizás debido a la polla de uno de ellos, polla de grandes dimensiones y por suerte para mí no tan gruesa. El hombre canoso daba a estos de oler de un bote rojizo, bote que ponía a estos aun peor, dándole más energía y de paso dejándome a mí peor. Llego a disfrutar hasta el cagón, pero mi peor recuerdo de esos momentos, no fue otro que cuando intentaron penetrarme ambos… mmm. Momentos en que sientes como entra, sintiendo el dolor por esas dos pollas, pollas que solo se movía una de ellas, mientras que el primero permanencia inmóvil. Aquello duro al menos algo más de diez minutos… eternos diez minutos, aquellos tíos me embestían mientras el canoso no dejo de mamármela, no contento con lograr que me corriera una vez… este continuo.

Bueno, creo que mejor lo dejare aquí, quizás en otra ocasión os relataré más andanzas por aquella zona de la Raya, zona que me gusta y que añoro la libertad de estar. Bueno os dejo, espero que os haya gustado tanto como a mí recordarla, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com