Cuando el matrimonio no anda bien

Cuando el matrimonio no anda bien, es hora de buscar un poco de diversión...

Esa mañana desperté muy tarde, después de la hora de entrada al trabajo...mi marido no estaba. Llevábamos tres meses de casados y ya me había aburrido...él también...

Él se había levantado muy temprano, pues entra al trabajo a las seis...Yo hasta las 9. Pero como siempre despierta, se baña, se viste y se va, ni siquiera hablo con él en las mañanas, y esa vez se largó sin despertarme, como todas las mañanas.

Preparé un desayuno para una sola persona y me vi...muy sola y con una compañía tan fría que parecía ser un desconocido en mi propia casa. Entonces me miré al espejo, y vi a una joven de 21 años, güera y de cabello pelirrojo pero con las puntas pintadas de morado. De rostro fino y nada sonriente...debido a mi aburrimiento.

Me dije: es mi culpa...si tuviera algo más de voluntad le habría pedido el divorcio en el primer mes...

Y tomé la naranjada y comí el sándwich, me bañé y me vestí. Salí a caminar por el parque que estaba cerca, a una cuadra. Paseando vi a un joven de unos 17 años. De mi estatura, y un poco robusto, pero de ojos azules, apuesto, un poco moreno y de cabello largo y negro y de rostro sonriente que me miró...

Me miró durante un minuto, pues yo caminaba muy despacio y el aún más...yo fumaba un cigarro, el sacaba la cajetilla...Y entonces me sonrió y yo le contesté tímida...

-Cómo te llamas?- Me preguntó el chico...

-Karen...y...y tú?

-Me llamo Federico. Vivo en la misma calle que tú...-Ni siquiera sabía eso debido al trabajo y a la monotonía de mi vida en mi casa.

-Qué haces aquí, Federico? Es que no estudias?

-Si, pero hay días en los que no se antoja ir... Así como tú...

En fin, la plática fue larga, pero amena ,y me encantaba estar con él. Así fue durante tres días...Regresando de trabajar en las oficinas, pasaba por el parque, donde él ya me estaba esperando...

Un día ,mi marido me dijo que no llegaría hasta pasada la media noche...o tal vez más tarde, como algunas veces solía hacer, pues iba a tener una "junta después del trabajo".

Supongo que no debo hablar de cuando me enteré que me era infiel con una secretaria llamada Doris... La verdad no sentí lo que debí haber sentido, pues mi marido ya no me atraía como antes, y aparte no habíamos tenido nada de sexo durante ya algunos días. Unos quince o veinte.

Ese día de la junta le dije a Federico que se paseara por mi casa para charlar un rato, y después tal vez podríamos ir a algún café. Como amigos, y el lo aceptó, porque estaba muy consciente de mi situación...O al menos eso pensé entonces...

Esa noche, al fin platicaría con alguien que en verdad me hacía sentir una mujer divertida y no una joven fría y aburrida como me veía mi marido.

Entonces me arreglé como para esas ocasiones en las que los amigos del sexo opuesto van a tu casa...

Una falda corta, mucho muy arriba de las rodillas, que dejaban ver mis piernas blancas y super cuidadas. Unas zapatillas rosas y una blusita rosa también. Mis labios rosas y un perfume con olor a fresa.

Él llegó a las 10. Y llegó con un pantalón de mezclilla, normal, y una camisa de vestir, un poco desaliñada, que no me importó en lo absoluto, con las mangas dobladas hasta los codos y el cuello parado, pues no le gustaba verse tan normal o tan formal...

Charlamos y el había llevado un vino italiano. Estuvo muy buena la plática. Acerca de su novia y mi esposo. Su novia estaba en planes de cortar con él, porque él era demasiado platicador y ella era tan fría que se parecía a mí cuando estaba con mi esposo.

Entonces fue cuando debí no mirarle a los ojos...ojos azules, a quién no le encantan... Y el rostro fino y a la vez con expresión ruda...Y sus manos grandes y velludas. La verdad es que no lo pude resistir. Me miró y me dijo que sólo si yo quería, podríamos portarnos mal esta noche, y ocultarlo por siempre. Un hombre así no te lo encuentras a diario.

Y no supe qué decirle...una parte de mí decía que ,aunque quería el divorcio ,no debía hacer cosas indebidas con un chico...otra parte de mí me aconsejó que no hiciera lo que no me gustara...es decir, dejar pasar la oportunidad de divertirme un rato.

Y entonces, al ver mi falta de decisión, me besó...y me lo quise quitar de encima, pero me valió un comino y empecé a ponerme arrecha...

Y tomó con sus manos ásperas mi pierna, desde el tobillo, hasta el muslo...y me acarició tan lindo que me pasó por la mente entregarme totalmente...

Me despojó de mi faldita, y al mismo tiempo se desabrochaba el pantalón. Se desvistió rápidamente, soltó la camisa y me hizo un pequeño baile ,al que le sonreí. Yo misma me quité la blusa...

Para sentirme un poco más salvaje y fogosa, tiré de los lados de la camisa, quitándole todos los botones...y se los tuve que poner ...

Me quité el sostén, rosa también...y dejé que viera y disfrutara mis tetas...

Al sentir los labios de Federico sobre mis pezones, me electricé y no pude parar ya...

Mis pezoncitos se endurecieron casi al máximo, porque aún faltaba lo peor...

Dos puntas morenas salían de mis tetas, y eran lamidas desesperadamente por el jovencito.

Y besaba mis tetas y besaba mis labios, y me encantó sentirme así. Me tomó de la cintura y se agasajó rodeándola con sus dedos...y yo también.

Después se le fueron las manos de tentón y agarró mis nalgas paraditas ,y tersas...y me hice hacia delante como con un saltito...

Y el pobre chico tenía la cabeza llena de lujuria...y yo también, y me besaba todita...hasta que me quité la braguita y se volvió loco...y me acarició mi chocha...y me estremecí, pues esto sucedió despues de unas semanitas sin sexo y con un chico que acababa de conocer...

Me tomó de las caderas y me nontó en él...En su vientre, y se quitó el boxer, y vi una tremenda verga parada y con la cabeza rojísima...casi tenía brillo, y la agarré con mis manos, y él me miró con mucha lascivia, y yo tenía la cabeza llena de malos pensamientos...y se me antojaron tantas cosas que ya no sabía qué hacer con esa pijota...

Y me pasó por la cabeza ponérmela entre las tetas y sentir ese glande rojote rozando mis pezones hasta que me ardieran de tanta lujuria...y así lo hice... y aparte chupé esa pija para que mi propia saliva me pusiera bien arrecha, y los pezones se me irguieron como piedras...Ay pobre de mí...las tetas se me pusieron bien paraditas, y los pezones me empezaron a arder tanto que me los pellizqué más para que ahora me dolieran...y le dije a Federico, más bien...le grité que me los lamiera como quisiera. Y así lo hizo. Pero antes de correrme quise pasarme la pija por mi cuello blanco, y verme en el espejo con Federico paseándome el chorizo por todo mi cuerpo...fue de morbo mortal...

Y me puse tan caliente que se me antojó verme toda enculada...y con Federico lamiéndome los pies y las nalgas, no sé como pero me lo imaginé...

Y le puse mis nalgas en su cara, para que las mirara y las gozara...Y me lamió y me nalgueó hasta dejarme mis nalgas bien rojas y ardidas...

Entonces le pedí "por favor" que me pasara el chorizo...y me lo dio, y lo lamí como loca, pero solo para metérmelo en el culo y gozar como perra...

Tal somanta que me había dado me encendió más...y me dí las nalgas por completo, en la cama que mi marido y yo compartíamos...

Y me excité totalmente al sentir la punta de la pijota en mi ano...toda ensalivada , y el morbo que esto me provocó, totalmente increíble...

Federico estaba temblando casi... y me metió todo su chorizo, y me dolió, obviamente, lo metió rápido y me abrió el culo de golpe...Y grité.. y también le pedí que me la sacara un momento...

-Ya no puedo, mija... ya.... estoy recaliente...

-Ay! Ay!!!! Me arde el culo!!

No quise ser tan maleducada, pero no pude...

Y solo me quedó acostumbrarme a la pija en mi ano. Y Federico se quedó quieto un rato, después de bombear e irritarme el culo...y sentí como la base de su pija latía, y esos palpitaditos me hicieron mover las nalgas para ensartarme más...

En uns pocos segundos me abrí las nalgas desesperada, para que me bombeara más el ano...

Y me lo bombeó más, y sentí mi culo bien irritado y yo encantada de estar así...y le entregué mi ano totalmente al chico que me gustaba...

Minutos más tarde, yo ya no podía más...y empecé a gritar y a retorcerme con la pija en el culo y con las manos ásperas del chico en mis nalgas...y él bufaba como un toro mientras me metía y me sacaba todo el chorizo de mi ancho ano...

-Ayyy!! Me voy a venirrrrr!!!!! –le gritaba mientras me acariciaba rápido el clítoris y mientras el hacía su trabajo en mi trasero...

-Bffff!! Bfff!!! –Seguía él mientras sudaba y me miraba las nalgas y el ano... y poco después terminó gritando y me salpicó el culo con unos chorrazos de leche ardiendo...

-AAAAAAAAAGGGGGHHHHHHHHH! –En cuanto noté los chorros ,me jalé las trencitas y puse una cara de placer horrible, y me retorcía y me pellizcaba los pezones que me dolían casi, de tanta lujuria...y el chico me metía más el pito ,echándome los chorros de semen hasta que casi me llena el ano.

Terminé acariciándome el cuello, chupándome los dedos mientras el chico me agarraba de los tobillos...

-GGGGHHHH!-Y seguía con los ojos abiertos y la cara roja, casi chillando por la irritación de mi culo y por el intenso orgasmo anal.

Y durante unos minutos estuve revolcándome así ,y gritando hasta que se me pasó la increíble calentura que tenía...

Me sacó su pito y me seguía tocando el culo.

-Debes irte, mi marido puede llegar en cualquier momento...

-Está bien...mañana podemos vernos?

-No lo creo...ya veré. Mira este desastre...

Federico salió de la casa saltándose la barda para no ser visto por mi marido si es que venía.

Yo acomodé todo, me bañé y me dormí, y no supe nada hasta el otro día, en que todo se tornó normal ,y Federico guardó muy bien el secreto, aunque no se si se repita...