Cuando duele el alma

Un relato corto, pero muy pertubador.

CUANDO EL DOLOR TOCA EL ALMA

Llevábamos algunos días sin vernos, el trabajo y el no vivir en la misma ciudad, conllevaba el tener que dosificarnos en las visitas.

Ayer me llamo, a las cinco podríamos volver a vernos, vendrías a casa.

Son las cuatro, me estoy preparando, se probablemente que tras tantearme, y hacerme sentir la palma de su mano sobre mi piel, o tal vez algún látigo u otro artilugio similar me meara, y me hará rociarme con su dorado jugo, ese liquido oloroso, que solo olerlo me estimula y me hace que me entregue, no obstante me gusta estar limpio para el, me gusta que cuando ponga sus manso encimas, mi piel este purificada, que cuando sus meos resbalen por mi piel, no se contaminen, con mi sudor u cualquier otro contaminante, por que mi amo no se lo merece.

Según enjabono mi piel, recuerdo la ultima vez, después de su partida, las marcas visibles de la fusta, eran artísticos dibujos sobre mi piel, en mi boca el sabor de su semen, en mis labios aun recuerdo el ultimo beso, suave y tenue de la despedida.

Mis nalgas enrojecidas, su follada había sido fuerte y mientras me rompía el culo con su potente polla, sus manos aferraban mi cintura y de vez en cuando descargaban abiertas, a plena potencia sobre mis prietas carnes de las posaderas.

Mi polla y mis huevos, se que son insignificantes para ti, son un juguete mas, un pedazo de carne mas tu maltrato, para tus juegos de cordones, para poner la suela de tus zapatillas mientras me retuerzo en el suelo, por los últimos requiebros del placer.

Mi entrega es total, se que me quieres, y yo te adoro, pero en la cama, el dolor es lo que mide nuestro grado de amor, mi dolor es la balanza, y eso solo tu y yo lo sabemos.

Te preparo el café con hielo como a ti te gusta, ya son las cinco pasadas, pero aun no llegas.

Tal vez no encuentres plaza de aparcamiento, esta zona esta muy concurrida a estas horas.

Los hielos casi se han desecho, lo tiro y empiezo a preparar otro, son las cinco y media pasadas.

Suena el teléfono lo cojo……..

Miro el vaso de tu café, tu café preparado, siento el dolor, pero esto es distinto, aun no has llegado, me llamaban desde tu teléfono móvil, tu siempre tan previsor, tu siempre haciendo lo que nunca hacemos , que nos dicen que debemos hacer, tenias mi teléfono como teléfono de urgencias.

Los hielos se han vuelto a deshacer, mi corazón se ha quedado como el hielo, suena el timbre, ya se que no eres tu, ya se que nunca mas volverás a aparecer en el marco de mi puerta, son unos simples hombres de amarillo, los mismo que me llamaron desde tu móvil, viene a recoger los pedazos rotos de tu juguete,

vienen a ver si pueden restañar mis heridas, esas heridas que por primera vez, tú no has hecho, esas heridas que te causa la vida y que a ti ya mi amor, no te las puede hacer.