Cuando conocí a mi sumisa

Relato real.

Lucy sentía como se le agolpaban todos los sentimientos experimentados desede hacia tiempo en la boca de su estomago, por fin estaba allí y por fin conocería a su dueño, el viaje en tren había sido largo, lo cual había aumentado estas sensaciones.

Observo como sin darse cuenta caminaba despacio por él anden, casi como por inercia, sentía como flotaba y como seguía caminando de forma automática, algo la llevaba hacia él. El Ford Mondeo Azul estaba en la puerta, justo donde él le había dicho, se detuvo un instante temiendo despertarse en ese momento, había vivido demasiadas veces en su mente este instante, diviso el coche, justo donde él le había dicho que estaría, dentro consiguió distinguir solo una silueta, justo en ese instante el se giro y sintió, como aun llevando gafas de sol, él le clavaba sus ojos, la había reconocido, no era difícil, iba vestida como el le había ordenado, blusa abotonada de color claro, falda negra por encima de las rodillas, y el dato quizás mas importante medias, hacia calor, pero el insistió en mediad negras y liguero, acompañados de zapatos de tacón alto, hacia calor pero Lucy se sentía bella, volvió a Sentir como su Señor la miraba despacio, apuro una calada a un cigarro y se volvió de nuevo hacia él, frente mientras una nube de humo salía por la ventana. Algo la impulso de nuevo a moverse y sin darse cuenta ya había dado el primer paso, se dirigió hacia el coche, sin darse cuenta había bajado la mirada. Llego hasta la ventanilla, ambos se miraron y se dijeron hola, sus miradas hablaron por ellos mismos, no hacían falta mas palabras, el maletero esta abierto, dijo su Señor- ella deposita su maleta en él y volvió para sentarse junto a su Señor.

Él emprendió la marcha y ella sintió como un golpe en su nuca, como activada por un resorte abrió sus piernas al máximo, acababa de recordar una orden de su Señor, eso hizo que la falda subiese hasta la mitad de sus muslos, justo donde las medias se unían al liguero, el movimiento había sido tan brusco que él lo había notado, se giro despacio, dirigiendo su mirada hacia los muslos y esbozando una sonrisa, eso calmo un poco a Lucy.

Habían salido de la ciudad, ella no sabia a donde iban, viajaron en el coche durante veinticinco minutos mas, hasta coger un camino forestal. Eso volvió a recordarle su boca del estomago. Llegaron a un pinar, había una pequeña cabaña, el se bajó y abrió la puerta de la misma, se dirigió de nuevo al coche y le dijo a Lucy- entra en la cabaña-, ella obedeció, la cabaña era sencilla pero cómoda, siguió a su Señor el cual le mostró su habitación, era muy simple, solo una cama baja y una mesilla de noche, no pudo dejar de observar la cadena que colgaba del techo en una esquina, no los grilletes amarrados a las partes superiores de la cama, también observo que encima de la cama había una cortisima falda de látex, un portazo tras de si le hizo dar un salto hacia delante, rápidamente comprendió y se dispuso a quitarse su falda y su blusa, sabia como tenia que estar Para su señor, sus pechos quedaron desnudos, la falda apenas le tapaba las nalgas, y encima de la falda había encontrado una cadena con unas pinzas que unió sus pezones realzando aun más sus pechos, se sentía realmente guapa.

  • Ven aquí Lucy, oye como le decía su Señor desde el salón rápidamente se dirigió hacia allí, el también se había cambiado, ahora llevaba un pantalón vaquero y una camisa amplia por fuera del mismo, ambas prendas de color negro, tenia apoyadas los pies sobre una mesa y se veían las puntas de sus botas parecidas a las que usan los motoristas, llego hasta donde estaba arrodillándose en el suelo y apoyado su mejilla derecha en sus rodillas, aun no se había atrevido a subir la mirada, -ponme una copa le dijo señalando un mueble, mientras acompañaba el gesto subiendo el pie marcando la dirección, se dirigió al mueble, estaba bien surtido, ella miro sabia perfectamente lo que buscaba, las largas noches delante del ordenador había servido para conocerse perfectamente, vio la botella de Ginebra Bombay Blue Zafiro y unas botellas de tónica Nordic, añadió dos cubitos de hielo al vaso junto con una rodaja de limón exprimida, el jugo antes de caer había resbalado por sus pezones, y le llevo la copa, llego junto a su Señor y se arrodillo ante él, se sentó sobre sus talones, bajo su mirada y extendió sus brazos, él la observó durante un instante como queriendo detener el tiempo, cogió la copa y le dijo se levantara y se acercara mas y ella lo hizo hasta que su muslo toco el suyo, en ese momento observo que el se había rapado la cabeza, después sabría por que, el poso su mano en el muslo y lo fue subiendo despacio hasta el nacimiento de la nalga, - justo al pie del sillón había Una fusta que Lucy no había advertido, el se dio cuenta que la había visto, la cogió la paso por su abdomen desnudo, descargo un golpe seco y por fin pudo ver el rojo de su piel, Lucy aguantó el envite solo cerrando sus ojos, quería complacer a su Señor lo conocía bien, el bajo lentamente la fusta y la metió por debajo de la falda, con la punta levanto la falda y el sexo depilado de Lucy se mostró ante su señor, paso la fusta por entre sus labios vaginales y Lucy empezó a mojarse como una colegiala,, el se puso de pie la agarro por la nuca y le estampo un fuerte beso en la nuca mientras aumentaba la presión de la fusta en el sexo de Lucy, la Asió con una mano por la nuca y la llevo a su dormitorio.

Una vez en el dormitorio de Lucy, la dirigió a la cadena que colgaba del techo y le ato mas las manos, Lucy quedo de pie tocando solo con las puntas de los dedos el suelo, él le ato un palo a los tobillos y sus piernas quedaron abiertas al máximo, Lucy se sentía indefensa, una sensación de estar en las manos de su Señor le recorría todo el cuerpo, el le dijo, ahora quiero ver como goza una autentica perra de tu categoría, y mientras hacia esto volvió a pasar la fusta pero esta vez por sus pezones, descargo un suave golpe en el pezón derecho, y enseguida lo mordió, Lucy sintió como se le endurecía el volvió a repetir la misma operación con el otro pezón. Dejo la fusta cogida por los dientes de Lucy y sin previo aviso, empezó a morder sus pezones mientras un dedo entraba de golpe en su húmedo coño, lo movía despacio, pero lo suficiente para mezclar el dolor que sentía en sus pezones, con el placer que le daba las caricias de su Señor.

Cuando el noto que Lucy estaba realmente caliente paro, en seco, y Lucy sintió como si le hubieran sacado las entrañas de golpe, se sintió vacía, vio como se dirigía a un cajón, negro de madera, no era muy grande, saco un consolador y un pañuelo negro, con el que le tapo los ojos, ahora Lucy aun se sentía mas indefensa, sin saber por donde le vendrían las caricias o los castigos.

Noto que el cuerpo de su Señor se le pegaba casi queriendo fundirla con él, mientas notaba como su polla empujaba dentro del pantalón contra su pubis rasurado, dos manos abrieron sus nalgas y una vez abiertas noto una enorme presión en su ano, debía ser el consolador, entraba despacio pero constante, debía haberlo lubricado con su saliva, una vez mas de medio dentro de su cuerpo, el paró de golpe. Se retiro y cogió algo del cajón, volvió rápidamente y mediar palabra de un solo golpe, introdujo el resto del consolador, Lucy dio un pequeño grito que logro ahogar mordiéndose el labio inferior, sintió como conectaba el vibrador del consolador y lo ataba con otro pañuelo a su cintura, dejándole completamente clavado el mismo en su año, la sensación empezaba a ser mas agradable por la vibración.

Oyó el chasquido de una cerilla, sus sentidos no privados estaban en permanente atención, tras un tiempo, noto en su costado izquierdo calor, dio un respingo una gota de caliente cera había caído por la cara interna de su muslo y se deslizaba por su piel, después sintió el otro muslo, perdió la cuenta de cuantas gotas cayeron, tras sus muslos las sintió en sus pechos, en sus pezones, en su rasurado pubis, el consolador en el ano y las caricias que su Señor le dedicaba en el sexo, la estaban llevado a un dimensión desconocida, Su señor le quitaba la cera aun caliente con los dientes en sus pezones, le puso la vela ya casi gastada en la boca por lo que las gotas seguían cayendo sobre su estomago y pubis, el la balanceó para que pudiera apuntar con la vela, saco el consolador de golpe y volvió a balancearla, las gotas ya caían por todo su cuerpo.

La luz le cegó los ojos por unos instantes, el había quitado el pañuelo y recobro la visión cuando vio que ataba sobre su cabeza una redecilla con cubitos de hielo, cuando las gotas se mezclaban con las de la cera era una sensación muy especial, volvió a balancearla. Saco un cubito de hielo de la bolsa y lo introdujo de golpe en su dilatado ano, ahora sentía como por la parte delantera de sus muslos, caían gotas calientes de cera mientras por la parte trasera un reguero de agua bajaba hacia sus talones y formaba un pequeño charco junto a las puntas de sus pies que a veces la hacia resbalar.

Su señor le quito la vela de la boca, se le acerco y le mordió la dolorida boca tras haber mantenido la vela, -así me gusta perra,, saco una barra de labios y le pinto la boca de forma grotesca, la besaba a la vez que la pintaba, Lucy imaginaba la imagen en su mente, atada a una cadena, las piernas abiertas y la cara pintada, así me gusta verte puta, le seguía diciendo su Señor, sin dejar de besarla palmeo sus nalgas, sentía las manos como si fueran tablas, las manos de su señor eran grandes, la apretaban, golpeaban, y acariciaba con fuerza, Lucy se mecía como una marioneta indefensa, de repente sintió que algo se le clavaba en su coño, el calor del miembro hizo Que lo reconociera enseguida, su Amo la estaba follando de una forma brutal, sentía como sus huevos chocaban contra los labios de su coño, así estuvo un buen rato hasta que su amo descargo toda su leche dentro de su caliente coñito, no sabia cuantos orgasmos había tenido en su sesión, su Señor le había dado permiso para tenerlos, lo había hablado con anterioridad, esa seria la única vez que podría correrse sin permiso.

Lucy sintió como el semen de su Amo resbalar por su vulva. El paso los dedos y le introdujo dos dedos hurgando en su coño, los saco y los llevo a la boca de Lucy, esta los chupo con avidez, y el le refregó los dedos por sus labios y cara, le volvió a poner el pañuelo en los ojos, y le dijo has sido la autentica puta que esperaba, bajo las cadenas, cuando las piernas de Lucy volvieron a sentir el peso de su cuerpo flaquearon y se doblaron, las cadenas dejaron de bajar justo cuando ella quedo de rodillas, sintió los pasos de su Señor y Amo que se alejaban, tras eso un portazo, allí estaba Lucy. De rodillas, desnuda, con las piernas abiertas, manchada de cera, ahora sus rodillas estaban en el charco de agua producida por los hielos, sentía aun el semen caliente de su amo, en su coño, pero sobre todo aun podía olerlo y saborearlo, Lucy era feliz, solo era viernes........

Seaman_ds@yahho.es