Cuando buscas a otro cansado del mismo y monotonia

Deslice mi mano a lo largo de su tronco hasta la base de sus genitales, me gusta el tacto rugoso de su polla, noto como sus gruesas venas tiembla ante mis caricias… ooohhh, mi mano se impregna en sus fluidos… mmm. Se me hace la boca agua de solo pensar tenerla dentro, pero por otro lado ignoro si me podría entrar dentro… uuuffff.

Cuando buscas a otro cansado del mismo y su monotonía

Recuerdo mis últimos encuentros con Manuel… mi maduro amigo y amante, nuestra despedida no fue pactada sino por necesidad, pues este tuvo un accidente laboral cuyo desenlace no fue solo apartarlo de sus funciones laborales, sino también apartarlo de las carreteras mediante la prohibición de poder conducir, cuya consecuencia es la imposibilitaría la presencia de poder acercarse al Charco de la Pava y su cercanía.

Bueno pero ante de ese desenlace, nuestros últimos encuentros fueron muy monótonos, demasiado aburrido y sin alicientes en nuestras relaciones. Por lo que me dio por buscar nuevas expectativas, dándome por buscar por zonas que solo estuve de la mano de mi amigo Manuel, me aventure a pasar al otro lado de las bases de hormigón. Ornamentos que eran las base de las pérgolas de la Expo92 y que hoy día solo sirve para delimitar el acceso a los vehículos, delimitando también la explanada de los aparcamientos del Charco de la Pava con el otro lado. Lado al cual accedías a la zona del apeadero del tren, zona que aunque cercada por estos objetos por un lado, estaba abierto por el otro.

Bueno no alargo más mis comentarios, comenzare pues… vale, os diré que ese día accedí hacia esa zona… encontrándome nuevas experiencias, experiencias como cuando conocí al que os hare llamar “Algarrobo”, un hombre de aspecto de campo, brusco tanto de modales como de habla, cuya edad rondaría los 64 años o quizás algunos más. Persona que tras acercarse y sin llegar a presentarse comenzó por preguntas, cuyas respuestas le debió de gustar pues inicio una conversación entorno al lugar donde estábamos y también, fue una manera de romper el hielo sobre todo ante mí falta de decisión. Dándome cuenta que mientras me hablaba no dejaba de mirarme de arriba hacia abajo al tiempo que se magreaba su entrepierna, entrepierna que debía de ser grande ante el bulto que se le apreciaba y para que mentiros, aquello me calentaba mucho más aun a raíz de mis morbosos pensamientos. Nada más dar este por acabada la conversación se me presento, preguntándome en plan borde...

-         “Te gusta comértela”.

Respondí… “Si, me gusta”

Volviéndome a preguntar… “Te gusta que te follen”.

Moví la cabeza y solté una débil afirmación, cosa que este me soltó…

-         “Quiero follarte esa dulce boca y ese estrecho coñito… mmm”.

Tras contestarle aún más débilmente mi contestación que la vez anterior, acabe por contestar… “Vale, pero a donde vamos”, contestándome él… "Aquí mismo… para que vamos a ir más lejos". Para que os situéis… estábamos en la zona de aparcamientos que hay justo por detrás de la estación de tren de Cartuja, zona que está separada mediante una hilera de arbustos y maleza, donde precisamente estábamos nosotros en una de ellas, estábamos situados junto a una de estas hileras y nuestros coches paralelas a estas a modo de ocúltanos a miradas ajenas.

Recuerdo como este no dejaba de sonreír y acabo por soltarme ante mí actitud…

-         “Es tu primera vez o quizás es la primera vez que te sueltas, te noto nervioso… si tienes dudas lo dejamos… no pasa nada”.

Lógicamente estaba nervioso… no lo negare, lo miraba dubitativo y volvía a mirar de un lado hacia el otro, no sabía cómo entrarle aunque precisamente experiencia no me falta, pero suelo ser nervioso por naturaleza sobre todo al principio. Con una sonrisa picarona me dijo… “Que vas a hacer al final”, dejándose caer hacia atrás y apoyarse sobre el coche, me mantuve callado y volví a mirar de un lado hacia el otro cerciorándome que nadie hay… volviéndole a mirar, él continua sentado sobre el lateral del coche a la altura del capo al tiempo que se magrea su bulto con su mano derecha, continua sonriendo pero ahora de vez en cuando se pasa la lengua a lo largo de su labio. No puedo apartar mi mirada de su abultado miembro… mmm, me siento muy nervioso y al mismo tiempo demasiado excitado, noto incluso la humedad en mis calzoncillos por mi propia excitación… mmm.

Se nota que espera que sea yo quien dé el paso, sabiéndolo… finalmente lo doy, acabando por acercarme y él me rodea con sus grandes y fornidos brazos al tiempo que su boca busca la mía. Rehuyó y le hago saber que no me gusta besar, prosigo por hacerle saber que no deseo que me deje marcas en el cuello como muerdos o chupetones. Pero el me dice que le gusta besar y a pesar de no querer que me como la boca… lo intenta, siento sus manos en mi nuca al tiempo que su boca sobre la mía que a pesar de mantenerla cerrada, intenta su lengua introducirse entre mis labios y acaba por desistir ante mi tenas negativa (ganando yo el primer asalto).

Acaba por respetar mis deseos… comenzando por besarme el cuello, ascendiendo hasta mi oreja e introducirme la yema de su lengua dentro de mí oreja, siento escalofríos y me estremezco… mmm. Mientras su mano derecha se encuentra acariciándome mí nuca… descendiendo de vez en cuando hasta mi cuello, siento como con su mano derecha comienza a acariciarme mis nalgas… descendiéndola hasta mi muslo y volver a ascender… mmm. No pierdo el tiempo y conduzco mi mano derecha hacia su entrepierna, comenzando a palpársela sobre su pantalón… mmm, dándome cuenta que a pesar de su abultado bulto aun no esta dura del todo… mmm. Mientras me dejo… no dejo de magrear su miembro sobre la tela de su pantalón, palpando está me hace adivinar su apreciable tamaño a pesar de no tenerla aun erecta... uuummm, notando como esta tiembla ante mis caricias... ooohhh.

Escucho sus gemidos y me hace apreciar sus modales cada vez más bruscos, tanto que sus besos en mi cuello se convierten en muerdos… ooohhh, queriéndome apartar y cosa que él evita al tomarme por el cuello. Aquello la verdad en vez de molestarme por alguna razón que en ese momento desconocía… comenzó a gustarme, ignorando porque motivo me ponía poniéndome cada vez más caliente… mmm. Acabo por coger el sipe de su cremallera y comenzar a bajársela, introduciéndole mí mano por dentro de su bragueta hasta toparme con su bóxer, prenda interior que echo a un lado y toparme con su tronco… mmm.

Su miembro está caliente e incluso húmedo… mmm. Deslizo mi mano a lo largo de su tronco hasta la base de sus genitales, percibiendo como no la tenía del todo dura a pesar del grosor… mmm. Me gusta el tacto rugoso de su polla, noto como sus gruesas venas tiemblan ante mis caricias… ooohhh, mi mano se impregna en sus fluidos… mmm. Se me hace la boca agua de solo pensar tenerla dentro, pero por otro lado ignoro si me podría entrar dentro… uuuffff.

Aun me estremezco al recordar el tono de su voz en susurros al llamarme… “putita”, no dejaba de insultarme al oído… no dejaba de decirme obscenidades, soltándome con un tono despectivo… “aráñame con suavidad la polla”. Obedeciendo… comienzo a acariciarle con las yemas de mis dedos su tronco, descendiendo desde la base hasta su glande mientras se estremece… aaahhh, no dejo de acariciar su tronco por dentro de su pantalón y al rozar su glande… mmm, no puedo evitar impregnarme de sus fluidos… ooohhh. Este aparta su mano derecha de mi nuca y aprovecha por desabotonarme los botones de mi camisa, tiempo que aprovecho para soltar el cinturón con mi mano izquierda y sigo con desabotonar el botón de su pantalón, cayendo este solo a sus pies... mientras continuo magreándosela con la mano derecha… aaahhh.

Me separa lo justo para abrirme la camisa y sacármela del interior del pantalón, soltándome… “Hermoso pecho… mmm, cuantos vellos tiene mi nenita… más me gustan que no tengan vellos”, nada acabar de soltarme esa lindeza se inclina y posa sus labios sobre mi pecho... ooohhh, besa desde mi cuello hasta mi ombligo y al mismo tiempo, aprovecha para ir bajándome los calzoncillos una vez que ha pellizcado la tela por mí cinturilla. Tirando de estos y dejándomelos caer una vez que estos se deslizan entre mis piernas, cayendo a mis pies junto a mis pantalones.

Como olvidar esa mirada cuando avergonzado le miro y me encuentro su mirada… mmm, volviendo él a ascender y en esta ocasión en vez de besar… mmm (me estremezco), le da por lamer mí piel hasta mi pezón… ooohhh, pezón que chupa como si se tratara de una tetina... uuuffff, mordiéndomelos hasta lograr arrancarme un grito de placer… aaahhh, finalizando por apoyar sus manos sobre mis nalgas desnudas… comenzándomelas a magrear e intentar introducir uno de sus dedos... ooohhh.

Dedo que saca y se lo lleva dentro de su boca, sacándolo nuevamente impregnado en saliva y vuelve a retornar la faena, notando como en esta ocasión ese dedo me entra… aaahhh. Soltándome…

-         “Joder que estrecho lo tienes, seguro que eres virgen y todo, como vamos a disfrutar, vas a saber lo que es un macho de verdad… cabrón”.

Yo no he dejado de magrear su polla... aaahhh, notando como aquel tronco duro vibraba en mi mano, notando como sus venas se hinchaban... mmm, dándome miedo de su posible tamaño. Es este el que tras introducirse una mano dentro de su pantalón, acaba por sacársela fuera y diciéndome…

-         “Como veo que no te decides por sacármela… te ayudo, mira como está… uuuffff”.

Cuando la cogí parecía aun mayor… que cuando se la acaricie dentro del pantalón, aquello era enorme al menos eso me pareció tras verlo, aquel viejo que por su aspecto se me pareció a Algarrobo. Recuerdo que aquella polla que visiblemente era grande pero que no me asuste por el tamaño, sino precisamente por su grosor… mmm, haceros una idea está mediría al menos 18 cm y su grosor rondaría entre los 3,5 cm o 4 cm de diámetro. Se me acerco y me suelta al oído...

-         "Cométela putita, enséñame lo que sabes hacer… mmm".

Cuando me arrodille al mismo tiempo que él me ayudaba a hacerlo, mediante sus manos en mis hombros, cogí su miembro y me lo fui acercando hasta tenerlo a la misma altura de mi boca… aaahhh. Aunque lo que me viene más a la memoria de aquel hombre, fue precisamente tanto sus modos como sus modales, sobre todo cuando estaba chupándosela… mmm. Imaginaros estaba yo ahí... unas veces arrodillado y en otras inclinado, ya sea por el dolor de mis rodillas o por facilitarle que pudiera jugar con mi orificio anal… ooohhh. Sujetándosela ya sea con mi mano derecha o con la izquierda, tanto su tronco en unas ocasiones como en otras sus testículos. Oliendo primero y comprobándolo después su mala… por no decir poca higiene, constándome tanto lo primero como lo segundo. Hay me vi yo... sudando por introducirme su pollón dentro de mí boca, temiendo hacerle daño con mis dientes mas debido a los nervios... mmm.

Cuando mente previamente sus modos o modales, eran precisamente a su forma de comportarse ante mí torpeza a la hora de chupársela, pues intentaba introducírmela en la boca y aunque desaparecía su glande dentro, este deseaba como es lógico la totalidad de su miembro, acabando torpemente por rozarle con mis dientes. Llevándome alguna que otra torta… no por no saber chupársela, sino no hacerlo como él deseaba, pues como he dicho torpemente mis dientes rozaban su grueso miembro y claro está, esto como a todos… duele.

Lógicamente como he dicho, esto ejerciendo en él un gran dolor, dolor que me advirtió no solo con palabras… sino mediante amenazas. Tras volverlo a intentar… abriendo mi boca todo lo que pude, intentando esconder mis dientes al tiempo que con la lengua relamía su tronco, pude tragarme un poco más quizás también influyo que estaba más tranquilo, viendo amenazado cuando este me sujeto con sus grandes manos mi nuca e intento que tragara aun más, cosa que hizo que tuviera arcadas y me asustara, cuya consecuencia fue que sin poderlo evitar volví a rozarle y causarle un gran dolor. Sacándomela violentamente y como si yo fuera un muñeco, me levanto sin dificultad alguna y sin miramiento alguno me abofeteó por dos veces, quedándome de piedra ante sus modales y pidiéndole una nueva oportunidad, oportunidad que este me brindo al tiempo que me amenazo con mostrarme su brutalidad a la hora de la penetración. ´

Tome aire y más tranquilo me puse a ello. Comenzando por lamer su tronco desde su glande... descapullándolo en cada caricia hasta llegar a sus genitales... mmm. Levantaba su polla hacia arriba apuntando su capullo a su rostro y mirándole a los ojos, mi lengua descendía hasta lamer y rebañar sus testículos... chupándoselos con dedicación, introduciéndomelos dentro de la boca... primero uno y segundos después el otro, mientras el jadeaba y no dejaba soltar obscenidades e insultarme al tiempo que acariciaba mi nuca, ya más calmado y en esta ocasión vez con cariño... ooohhh.

Me concentre y tras varias intentonas me la fui introduciendo… mmm, controlaba hasta donde podía introducírmela sin que rozara con mis dientes, jugueteaba con su glande y sin darme cuenta me la acabe por metérmela por completo... no creyéndomelo ni yo, sentí arcadas como es natural… no os lo niego, pero esa sensación de notarla dentro de mi garganta es difícil de explicar... mmm.

Estaba disfrutando y haciendo disfrutar hasta que perdí la concentración, no siendo por otro motivo que por la aparición de un mirón, mirón que ignoro el tiempo que llevaría allí. Pero que a este hombre poca importaba e incluso quizás se excitaba aun más al tener público, observando temeroso como ese otro hombre se masturbaba a escasos metros de nosotros. Acabando por sacármela de mi boca ante la aparición de mis nervios y notándolo este, acabo por decirme…

-         “Ha llegado la hora de follarte”.

Cuando llego la hora de la penetración, antes de que este apuntara ya con su glande a mi orificio anal, cogí y le di un preservativo para que se lo colocara… si deseaba metérmela. Este de mala gana no lo quería, explicándome que nunca ha necesitado uno, exponiendo que no tenia enfermedad alguna y que lo suyo es a pelo, pero lo que te queda en la mente no son sus replicas, sino… ver como intentaba colocárselo, rompiéndose el primero tras intentar colocárselo y tras coger el segundo, este logro ponérselo a duras penas… fijándome en su polla, pues esta se puso morada… detalle que calle.

Tras echarme sobre el capó del coche vino lo peor, vino la penetración y mas que penetración fue la tortura. Pues tras colocar su glande en la entrada de mi orificio anal, comenzó a presionar una vez tras otra, no dándose cuenta que no entraba por más que empujaba, entrándome solo su gran capullo… aaahhhyyy… uuuffff.

El dolor fue horrible y fue aumentando a medida que sus fuertes embestidas que este me daba, sacaba su miembro y tras escupir… volvía a la carga… aaahhh, penetrándome violentamente. Hasta lograr introducirme la mitad, sintiendo algo dentro de mi romper, comenzando este a moverse... sacándola despacio, no por evitar que me doliera a mí… sino para evitar que le doliera a él, comenzando a introducirla de un golpe, llorando yo de dolor como era lógico... sollozaba y el placer aparecía de lejos, pero al menos aparecía… pero lógicamente llevado de la mano del dolor.

Mientras me penetraba… aprovechaba algunas ocasiones por acariciarme la espalda, eso sí… una vez que levantaba mi camisa… mmm, continuado después para tirar de esta hacia abajo con la intención de quitármela, pero dejándomela en mis muñecas con la intención de tenerme maniatado con mi propia prenda. Dejándome impedido al estar atado, sintiendo esa fría chapa erizar mis vellos… ooohhh, sentir como en cada una de esas brutales embestidas… mis pezones endurecidos “arañaban” su capo… ooohhh.

Penetrándome durante un tiempo, tiempo que no os sabría precisar  ahora, pero sí que me acostumbre a ese grosor y tamaño... ooohhh!!!. Hasta pegar tales gritos que me asusto pues más creía que le pasaba algo y no era más que su orgasmo, orgasmo que sentí extrañado pues se puso un preservativo. Pero ver cómo al retroceder y su polla salir de mi dolorido culito, sorprendido me quede al ver su polla llena de leche, heces y sangre. Sentí como algo líquido salía del interior de mi orificio… diluyéndose por mis mulos hasta mis pies, mientras aun continuaba escupiendo chorros de leche caliente y translucida… uuummm.

Dándome cuenta realmente en ese momento que cuando en un momento de las embestidas note como algo se rompía… no era otra cosa que el preservativo, motivo por el cual facilito la penetración y notar como sus gordos cojones golpeaban mis nalgas… ooohhh. Cojones que vacio en mi interior, observando una gran mancha blanquecina mezclada con sangre y con mierda, cuya polla es la culpable.

Bueno os dejo hasta una nueva experiencia… vale, ya me contáis que os aparecido y hacer posible me lo hagáis saber, bueno os dejo y hasta pronto. Espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí, vale os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , lógicamente va todo junto, hasta pronto.