Crystal y Daniela, una historia de amor. Final.

... triunfara el amor sobre una mala pasada del destino?

Crystal y Daniela, una historia de amor. Final.

De no haber estado sentada Crystal se hubiese caído del impacto. No sabía como reaccionar, y ver destruida a la mujer que amaba le oprimía el corazón. La abrazó, y permitió que se desahogara entre sus brazos. Así estuvieron un rato, sin decirse nada, y en ese tiempo pudo organizar sus ideas. Como futura doctora sabía que el riesgo de contagio entre dos mujeres era casi nulo a menos que de alguna forma hubiesen tenido intercambio de sangre, sin embargo era algo que estaría latente hasta comprobarlo.

Para sacarla un poco de su depresión le dijo:

Amor, es duro todo esto que me cuentas, pero hay que enfrentarlo, y lo haremos juntas. No me voy a separar de tu lado pase lo que pase.

Pero y si estoy contagiada? Se me acabaría la vida.

Eso lo sabremos pronto, no creo que lo estés, pero saldremos de duda. Ven tenemos un sitio a donde ir. Quiero que te laves la cara y te maquilles un poco.

Pero a donde vamos, yo tengo que viajar, debo ver a Yara, a su madree, no se, no se que hacer.

Se que suena egoísta pero debes pensar en ti, si ella hubiese hecho lo mismo no estaría pasando por esto. Después irás a verla y si lo necesitas yo te acompaño, como estás no debes viajar sola.

Como pudo la convenció y bajaron al departamento. Will les había dejado una nota que regresaría tarde, que al volver las vería. Daniela se arregló sin mucho ánimo y salieron a una clínica. Crystal buscó a un amigo suyo que era bioanalista y le explicó en pocas palabras lo que necesitaba. Le hicieron los exámenes a Daniela, pero el les dijo que era un poco tarde, que en la mañana después de las nueve pasaran por el resultado.

De ahí salieron a caminar por el puerto, las horas pasaban lentamente. Entraron a una cabina telefónica y Daniela aprovechó para hacer una llamada.

Alo por favor con la señora Migdalia, es Daniela.

Hola señorita Daniela, soy Carmen la empleada. La señora ha salido para el hospital, Yara está grave, al parecer una sobredosis de droga, está en coma. Ella pidió que si usted llamaba que le dijera.

Es imposible contar como se puso la chica al oír eso, sentía que el mundo se le venía encima. Cuando se calmó regresaron al departamento, hicieron una pequeña maleta con cosas de viaje y Crystal le pidió que le permitiera acompañarla.

Mejor será que no vengas, este es un problema mío y debo resolverlo yo. Ya bastante has hecho.

Sus palabras sonaron cortantes, pero aún así Crystal insistió.

No quiero dejarte sola en esto, por favor, déjame estar a tu lado.

No. Mejor será que yo agarre mis cosas y me vaya de una vez, no voy a volver.

No lo acepto. Sería muy cobarde de mi parte que te dejaría ir así no más. Te acompaño, volvemos y hablamos con calma después, pero ahora no te voy a dejar sola.

La determinación de Crystal no le dejó otra alternativa. Le avisaron a Will que no se preocupara que al volver le explicarían. Llegaron en un autobús ya de noche, tomaron un taxi hacia el hospital y ya ahí al preguntar le dijeron hacia donde dirigirse. Pero habían llegado demasiado tarde, hacía poco menos de una hora que la joven había fallecido.

Allí pasaron dos días, entre el funeral y apoyando a la madre de la chica que estaba destruida, y además temía lo peor, que también Daniela se hubiese contagiado. Para Crystal también fueron días difíciles, todo un torbellino de dudas la atormentaban. Por lo rápido de la situación no había tenido tiempo de pensar en el rumbo que le había dado a su vida. Como lo enfrentaría en lo adelante si Daniela estaba enferma, no quería ni pensar en eso, y por otra parte faltaba su familia, ellos no eran muy conservadores, pero no sabía como tomarían una noticia así. Sin embargo de lo que si estaba segura era que no quería separarse de ella.

Pasados dos días se regresaron. Daniela estaba extraña, en eso días ni siquiera había abrazado a su novia, ni un beso siquiera. Y ahora iba reclinada hacia el otro lado del asiento, evitaba todo contacto entre ellas. Crystal había tenido bastante paciencia, sabía y comprendía por lo que estaba pasando la chica, pero por mas que trataba un acercamiento entre ellas no lo conseguía.

Ya en el departamento la tolerancia entre ambas se agotó.

Voy a retirar el resultado de los exámenes. Pero por favor quiero ir sola.

No creo que sea conveniente. Déjame acompañarte.

¡Quiero estar sola no lo entiendes?

¿En un momento así tú me abandonarías?

No quiero ver lástima en tus ojos, por favor.

Y no la verás porque no la siento, estás proyectando tu autocompasión, por favor Daniela, no quiero abandonarte, por favor.

Lo siento, es mi decisión.

Por mas que insistió esta vez no logró convencerla, y Daniela salió a prisa dejando atrás a la mujer que amaba. Por su mente pasaban mil pensamientos por segundos, y lo que más le dolía era la posibilidad de perder a ésta chica que le había devuelto los deseos de amar.

El camino a la clínica se le hizo eterno, sentía martillazos en su cabeza de solo pensar en las palabras que leería en ese sobre sellado. Las palabras que podían cambiar el curso de su vida para siempre.

Cuando tuvo el sobre entre sus manos de la recepcionista, tuvo que sentarse un momento, las piernas le flaqueaban. La joven fue amable y le alcanzó un vaso de agua, y estuvo a su lado hasta que se calmó, pero aún así no tenía valor para abrirlo. Sin embargo sacó fuerzas, y leyó el resultado: Negativo.

Le volvió en color al rostro, la esperanza al alma. Lloraba como una niña pequeña, con una mezcla de alegría y tristeza en su interior, pero al menos se sentía aliviada. Pensó en Crystal, en lo injusta que había sido con ella, sabía que ahora debería enfrentarla y pedirle perdón por su comportamiento. Y seguir adelante juntas, aprovechar esta nueva oportunidad que sentía que la vida le estaba dando, y ser feliz al lado de la mujer que amaba.

Al llegar al departamento no encontró a la chica, quién si estaba era Will que al verla la abrazó. Ya sabía toda la historia, Crys le había contado, y cuando su prima le terminó de decir el resto se sintió feliz por ella. Pero ahora a ambos les preocupaba Crystal, había salido hacía un rato, estaba bastante deprimida y triste.

Daniela salió en su busca, no sabía a donde dirigirse, pero necesitaba encontrarla. La llamó varias veces al celular y estaba apagado, fue al hospital y no estaba allí tampoco. Will se comunicó con sus padres pero estos le dijeron que no había ido hacia allá. Ya entrada la noche Daniela regresó a casa, Will había ido para el hospital pues debía pasar guardia.

Esperó en la sala, acurrucada en el sofá. Le marcaba cada 1 minuto pero la mandaba directo al buzón. Ya casi a media noche sintió abrirse la puerta y vio la silueta de Crystal en el umbral.

¡Me tenías preocupada, donde estabas, porque no contestabas?

Todo esto le decía yendo hacia ella al tiempo que intentó abrazarla, pero la chica la rechazó.

No debías preocuparte por mí.

¡Fue negativo, el resultado fue negativo!

¿Ya estas feliz? ya sabes que estás bien, ahora puedes hacer tu vida, que bueno.

Perdóname amor, se que me comporté mal contigo. Perdóname.

No tengo nada que perdonarte, me alegro por ti. Voy a ducharme y descansar. Que duermas bien.

Crystal por favor, hablemos, no quiero perderte. Dame una oportunidad. Se que fui egoísta, pero no sabia como enfrentarte si estaba contagiada, además también pensaba en ti. Entiéndeme, tienes razón en sentirte así, pero yo no hubiese permitido que esclavizaras tu vida al lado de una mujer enferma que no tendría nada que ofrecerte, ni siquiera un futuro.

Lo único que entiendo es que de yo haber estado en tu lugar también me habrías abandonado. Lo siento, pero mejor dejemos las cosas así. De verdad estoy feliz por ti. Pero lo nuestro no tiene sentido.

A la mañana siguiente Daniela recibió una llamada de la empresa, que pasara por allí para firmar el contrato de trabajo, que comenzaría cuanto antes. En pocos días la chica se mudó, rentó un departamento, y comenzó a vivir sola. Las cosas con Crystal no parecían mejorar por más que hacía el intento. La había buscado en varias ocasiones para conversar pero siempre encontraba una excusa. Ya no sabía que hacer, lo cierto es que esta situación la estaba matando día a día, la extrañaba demasiado, y solo de pensar que por su estupidez la había perdido era lo que más le dolía.

Por su parte Crystal cada día estaba más triste, también extrañaba a su chica, con ella había tenido una relación maravillosa, y a pesar del corto tiempo que duró estaba convencida que era la mujer que amaba. Sólo que le daba miedo… le daba miedo enfrentar lo que tal vez se avecinaba si decidía hacer su vida a su lado. Y había encontrado una salida quizás un poco cobarde, pero ya no estaba segura tampoco de soportar mucho tiempo sin darle la oportunidad que tanto le pedía. De lo único que estaba segura era que extrañaba sus besos, sus caricias, hacerle el amor y amanecer con ella cada mañana, o los mensajes tiernos que le enviaba durante el día. Lo extrañaba todo. Y lo peor, la amaba cada día más.

Para fin de mes era el cumple de Crystal y Will le preparó una sorpresa, era confidente de ambas chicas y sabía por lo que estaban pasando, así que decidió ayudar un poco al destino a unirlas de nuevo. Crystal pasaría el día con sus padres y de noche saldrían de rumba.

Daniela durante el día le pasó varios mensajes felicitándola, y ella cordialmente se los había respondido, pero no había pasado de ahí. A pesar que las dos seguían sintiendo lo mismo, no sabían como darse una oportunidad.

Will aprovechó y llamó a Daniela, le dijo que a partir de media tarde y con una llamada suya tendría a Crystal en el departamento, que de ella dependía el resto. Daniela se pasó la mañana pensado que hacer, si prepararle una cena romántica, o llevarla a algún lugar a pasear o simplemente esperar que llegara para darle un regalo y pedirle que le aceptara de nuevo en su vida.

Pero todas las ideas las desechaba, tal vez hubiese cenado con sus padres antes de venir, si de repente rechazaba el regalo o no le apetecía salir, la verdad estaba nerviosa y las horas iban pasando lentamente sin haber hecho nada. Pero lo que más temía era Crystal hubiese dejado de amarla.

Para cuando la chica llegó al departamento, ya eran pasadas las 8 de la noche. Todo estaba oscuro. En el preciso instante que abría la puerta le llegó un mensaje de Will diciéndole que la esperara que el y Carlos iban en camino. Cuando ella prendió las luces encontró un sobre en el piso, y afuera solo decía remitente y destinatario, reconoció enseguida de quién era la letra:

Para Crystal, de Daniela:

Hola mi amor, espero que pases un feliz cumpleaños en compañía de tus amigos y familiares, me hubiera gustado estar a tu lado, pero el destino quiso separarnos, te deseo lo mejor del mundo, te lo mereces. Que encuentres a alguien que te ame y sobre todas las cosas te haga feliz. Adiós.

Mientras leía el corazón se le apretaba, no daba crédito a lo que acababa de leer. En su interior pensaba que tal vez sus amigos le tuvieran preparada una sorpresa y que Daniela estuviese entre ellos, le había pasado tantos mensajes que pensaba si la veía hoy darle una oportunidad, o mejor dicho, dársela a ambas porque ella también lo deseaba. Se dejó caer en el sofá y comenzaron a brotarle lágrimas de desconsuelo. Rápidamente le marcó a la chica ansiosa de que respondiera y no se hubiese ido de la ciudad como temía.

Daniela dejó que el celular vibrara entre sus manos antes de contestar la llamada.

Amor porque me haces esto, donde estas te necesito. Se que me comportado como una chiquilla, pero por favor perdóname, ahora soy yo quien te pide una oportunidad.

Crys mi princesa tranquila, yo quiero lo mejor para ti, hoy y siempre.

Lo mejor para mi eres tú,

No digas nada más por favor.

No me rechaces Daniela, no lo hagas, yo te amo, tardé para comprender que no puedo vivir sin ti.

Princesa, voy a cortar la llamada,

No Daniela no lo hagas, escúchame por favor, por lo que más quieras… Daniela… alo…Dani.

Pero sintió como la llamada finalizó y nuevamente la invadió la tristeza.

Te dije que iba a cortar la llamada para que me lo dijeras de frente mirándome a los ojos.

La voz de Daniela la sintió a sus espaldas, venía de la cocina. De un golpe se abalanzó hasta ella y se fundieron en un abrazo, lleno de besos y de caricias. Ambas estaban alegres, felices por ese reencuentro.

Perdóname mi reina, por hacerte pasar este mal momento, pero necesitaba saber si aún me amabas.

No seas tontita, perdóname a mi por haber dejado pasar tanto tiempo sin decirte cuanto te amo.

Entonces no tenemos nada que perdonarnos, olvidemos lo que ha pasado y comencemos de nuevo, quiero hacer mi vida a tu lado, amanecer cada día juntas, y hacerte la mujer más feliz del mundo.

Tu deseo es también el mío, pero lo cumpliré con una condición. Le dijo Crystal pícaramente al tiempo que comenzaba a guiarla entre caricias y besos a su habitación,

¿Cual?

Que me hagas el amor hasta quedar rendida entre tus brazos.


Espero sus comentarios, me han inspirado desde el principio. Nos vemos en próximos relatos.