Cruzando guantes - Epílogo

Es el fin?

Mercedes activó la alarma del gimnasio y caminó hacia la puerta enfundada en sus zapatillas deportivas, jeans gastados ajustados y una remera negra con un estampado rockero. Sus cabellos aún estaban humedos y su rotro, aunque limpio y seco, evidenciaba el paso del cruento combate en el que había vencido.

Analía se acercó, con su mochila al hombro, también con zapatillas y jeans, algo más oscuros y una remera negra con el logo de una banda de heavy metal.

Ambas se miraron en silencio por un segundo, sin que ninguna diera muestras de comenzar a hablar.

Analía asintió con la cabeza en señal respetuosa y Mercedes la imitó. La Leona le extendió la mano a modo de saludo y La Pantera la estrechó con fuerza para atraerla contra sí y rodearle la cintura con la otra mano, antes de susurrar un suave.

_Gracias.

Y darle un sonoro beso en los labios, que se prolongó algunos segundos en los que ambas sintieron un hormigueo que las recorría.

Cuando se separaron, Mercedes jadeó quedamente.

_Gracias a vos, Analía. Te la rebancaste.

La retadora se ruborizó y la miró fijo, buscando algún indicio de burla, pero sonrió complacida al no hallarlo.

_Si, pero vos fuiste mejor, Mercedes.

_Esto tiene que quedar acá... Nunca pasó nada entre nosotras. ¿Ok? _advirtió la campeona con un tono amistoso pero firme.

_Por supuesto que no, putita... Y tampoco va a pasar la revancha en donde nos vamos a volver a dar sin asco. ¿No es así? _La Pantera le guiñó un ojo y se mordió el labio inferior.

Por toda respuesta, Mercedes la tomó por la cintura y le comió la boca. Ambas se disfrutaron fugazmente por casi un minuto hasta que se separaron con la respiración acelerada.

Minutos más tarde, cuando la campeona cerró la puerta con llave, ambas se separaron luego de dedicarse una última mirada, y cada una tomó una dirección diferente con la promesa interna de una próxima revancha.