Cruzando guantes - Capítulo 7

Continúa el arduo enfrentamiento entre las amargas rivales.

Con un gruñido forcejearon durante casi medio minuto intentando recuperar el aliento y a la vez, desgastar a la contrincante, hasta que sonó la campana y ambas se separaron con una sensación de alivio.

El agua raspó sus gargantas y las dos respiraron profundo en un intento por recuperar energías.

En el arranque del siguiente asalto, La Pantera pareció tomar la imiciativa y puso a su rival contra las cuerdas varias veces pero, cuando iban dos minutos, recibió una letal combinación que debilitó sus piernas y se abrazó con fuerza a la campeona, que luchaba por separarse.

Desesperadas, se golpearon al cuerpo en ambos lados arrancándose quejidos y gruñidos que se sumaban al sonido de los golpes.

-Soltame, yegua hija de puta. Peleá...-espetó Mercedes.

-Soltame vos, mal parida.-replicó Analía sin separarse.

Cansadas, en pleno forcejeo, daban la impresión de estar bailando y sus ombligos parecieron escupirse mutuamente gruesas gotas de sudor, mientras sus cuerpos resbalaban juntos, brillantes y húmedos.

Sus mejillas estaban fundidas en el rabioso abrazo de oso al que se estaban sometiendo y una leve molestia comenzó a insinuarse en sus pechos.

Un escalofrío las recorrió y aumentaron aún más la presión de su presa, mientras se empujaban tratando de colocar a su rival contra las cuerdas. Sus abdominales chocaron varias veces con idéntico resultado.

Mercedes golpeó el torso de su rival y gruñó con los dientes apretados.

-Soltame hija de puta. ¿O tenés miedo?

-La que no me suelta sos vos, hija de puta.

Analía devolvió el golpe y ambas se estremecieron al sentir sus rostros sudados pegados mejilla contra mejilla, con la barbilla descansando en el hombro rival y el susurro lleno de odio arañando sus oídos.

La campana sonó y se empujaron para separarse, a regañadientes. Se dieron la espalda y regresaron a refrescarse. Mercedes notó sus pezones endurecidos y agradeció que el round hubiera terminado. Lo que no sabía era que Analía estaba igual.