Cruzando Caminos: Después de la tormenta

Teníamos mucho de qué hablar, compartíamos algo muy preciado. Y ya era hora de que interviniéramos en el asunto.

Capitulo anterior

Fran entiende al fin la relación entre Estefan y Sam (primos), estos últimos logran reconciliarse pero en el proceso la verdad sobre la relación que mantiene Estefan con David (pareja) sale a la luz. Sebas por su parte se entera de los sucesos ocurridos antes de la inminente rotura en su relación con Aarón, este ultimo revela que lo detuvo para que esa fatídica noche no hiciera nada para ayudar a su indefenso amigo. Y finalmente se entera de la verdad de los sentimientos de Sebas (no ama a Aarón). Por último pero no menos importante, logran al fin poder estar juntos, COMO AMIGOS, lo que nunca debieron dejar de ser.


Fran

P odía sentir sus manos pesando suavemente por cada parte de mi cuerpo, mientras su voz susurraba mi nombre en mis oídos y su cuerpo se pagaba aun mas a mí, haciendo que el ritmo de nuestros corazones se unieran en una melodía única para nosotros.

Yo veía su rostro, con esos ojos brillantes, tocaba sus mejilla tímidamente y el parecía ronronear ante mis torpes caricias. Y de mis labios una sonrisa escapaba, provocado el que los besara hasta poder saborearlos.

Nuestras lenguas jugaban, mientras una se escapaba, la otra intentaba encontrarla y cuando al fin lo hacían se acariciaban, rosándose dulcemente, disfrutando del momento. Nuestros labios no deseaban despegarse el uno del otro pero los pulmones clamaban el aire, sin embargo al soltarnos eran sus ojos mieles junto con los míos azules los que se insinuaban, ambos destellaban el deseo a través de suaves parpadeos y picaras sonrisas.

-Te amo-movía sus labios- te amo-repetía mientras sus curiosas manos bajaban por mi abdomen- te amo- otra vez las mismas palabras pero ahora junto con un tierno movimiento que hacia estremecer cada parte de mi cuerpo- ¿tú me amas?- sus palabras eran la más dulce melodía y sus expertas manos no paraban de moverse de arriba abajo mientras que los suspiros salían sin previo aviso de mi boca.

-Como no amarte-mis ojos se cerraron intentando experimentar con mayor precisión el suave tacto de su piel sobre mí.

-Dímelo, dime que me amas, di esas palabras, susurra mi nombre en lo alto y deja escapar a tu corazón encadenado-el ritmo aceleraba y cada vez la excitación aumentaba, mi cordura se había perdido ya hace tiempo atrás.

-Te amo…te amo tanto amor mío…no pares, sigue, continua... en verdad yo-estaba a punto de sucumbir ante todo, ya no aguantaba, ya estaba en mi limite- Cris…Cristian-su nombre no pude evitar decirlo y entonces……

De un salto estaba sentado en la cama, mi cuerpo estaba cubierto por el sudor, y mi respiración era completamente agitada como si hubiera estado corriendo un maratón..... Un sueño, solo fue un sueño... me dije a mi mismo!!!

Sebas

Sin importar cuánto viese esa escena no lo podía creer… tenerlo nuevamente a mi lado… volver a sentirlo cerca… volver a mirarlo dormir y poder sentir el calor de su pecho junto al mío…escuchar nuevamente esa dulce melodía, esa que cada vez que me acercaba se aceleraba, esa que retumbaba cada vez que le sonreía, la que tantas veces me calmo, la que me hizo dormir sabiendo que mi mundo se venía abajo… la de su corazón palpitante, la de antes… y esos brazos, nunca pensé que me habían hecho tanta falta… tan acogedores y reconfortantes, tan tiernos, y fuertes… francamente tenerlo nuevamente a mi lado era más que un sueño, era algo netamente imposible.

-¿Sabes lo difícil que es estar cerca de ti y aun así no poder hacer nada?-dijo aquel que abrazado a mí se había dormido después de calmar por completo sus lagrimas.

-Sí, lo sé, pero no puedo evitarlo extrañaba esto-dije sonriente apretujándome aun mas contra él.

-Eres egoísta, no sabes cuánto me estoy reprimiendo-su tono era serio pero por alguna razón sin importar que no podía evitar estar a su lado, sabía que era verdad, pero no podía evitarlo.

-Lo siento, no puedo evitarlo…tenerte…perderte….volver a encontrarte… y después dejarte ir nuevamente…sin importar cuán egoísta sea no te dejare alejarte de mí-mi voz resonaba en aquella habitación.

-¿Qué pasara si me descontrolo, que pasara si vuelve a pasar algo como “aquello”?- mi cuerpo se tenso y un escalofrió recorrió mi espina dorsal.

-No quiero perderte…no de nuevo…lo siento, pero eso es lo único de lo que estoy seguro…si me dejas una segunda vez yo…no tengo las respuestas…yo simplemente quiero a mi amigo de mi lado…-la voz intentaba quebrarse pero resistí.

- Egoísta -el susurro de su voz resonó en mis oídos- te quiero… -y otra vez mi sonrisa se torno aliviante.

Camila

Estábamos en bar donde trabajaba, por suerte ese día tenia libre, eran alrededor de las 10 de la mañana pensábamos juntarnos con Natalia también, pero a parecer se tomo el día, el caso fue que cuando llegamos esperamos alrededor de media hora y la mina ni acto de presencia.

Hablábamos de lo que había pasado, se lo tomaba muy sereno hasta el momento, la noche había terminado con cada uno de nosotros separados. Por mi parte quería ver como estaba el pero al parecer tenia las cosas controladas.

Fran se había ido junto con Estefan ya que quería “hablar seriamente con él” o algo así. Nata se engancho con Fernando que apenas y la soltaba. Sebas desapareció en medio de la noche. Ceci y Laura al final se terminaron haciendo amigas a la fuerza, ambas planearon algo macabro respecto al pobre sebas. Raúl y ese chico que no conocía hasta el momento, creo que era David, se habían tomado unas copas ya que ambos se sentían como peces fuera del agua. Y yo recibí una llamada de Gabriel diciendo que me necesitaba asique no estuve mucho tiempo más en la fiesta.

Para mí fue difícil entender que el perdonara al idiota de su primo pero al mismo tiempo sabia que lo necesitaba, asique no insiste mas con eso y simplemente continúe con la siguiente pregunta, referida a Erick.

-Y ¿Cómo se lo tomo?-pregunte, y vi como el levantaba lentamente la vista sonriendo.

-Más bien de lo que me esperaba.

-¿Se lo tomo bien?-preguntaba yo con asombro.

-Sí, cuando llegamos al dpto se lo conté todo de principio a fin, incluso sobre lo que decidí y lo que me conto después respecto a ese amigo de Natalia, por un momento me asuste pero pareció tomárselo con calma, es mas dijo que apoyaba mi decisión si es que eso me hacia bien-me respondía.

-¿Estamos hablando de la misma persona?-aun no salía de mi asombro.

-Así parece-dijo el sonriendo divertido- a por cierto que paso con Sebas, anoche no me di cuenta de que de un momento para otro ya no estaba.

-No lo sé realmente, cuando estábamos fuera con Fran me dijo que le había enviado un mensaje diciendo que se encontró con alguien, pero aparte de eso no sé nada-respondí sorbiendo un poco de la taza de café que estaba delante.

-Ya veo, ¿estará bien?-pregunto mas para sí mismo que para la persona que estaba delante de él.

-No te preocupes Sam de seguro ya podrás hablar con él-lo tranquilice.

El sonrió, esa sonrisa que irradiaba luz, una sonrisa que hace mucho tiempo no mostraba.

Fran

-Si me dijeras porque te levantaste así te dejaría de molestar-me decía Sebas apenas acabando de llegar.

-No es nada, solo tuve un mal sueño-conteste-además el que tiene que pedir explicaciones soy yo, ¿Por qué llegaste a esta hora y porque me dejaste solo anoche?-pregunte un tanto enfadado.

-Te mande un mensaje asique no te quejes, te dije que me encontré con un amigo -me dijo Sebas mientras esquivaba mi mirada.

-Y ¿Quién se supone es ese amigo?-pregunte acercándome a él.

-No lo conoces-me dijo dejando sus cosas sobre la cama.

-Sebas me dices quien es o lo averiguo por mi cuenta-me puse delante del cosa que no pudiera esquivarme mirándolo de manera inquisidora.

-Aarón-susurro esquivando mí mirada nuevamente.

-Aarón…-repetí- Sebas ¿te hizo algo?-pregunte tomándolo del brazo.

El solo me mostro una sonrisa—No, no me hizo nada—respondió abrazándome muy fuerte.

-Paso algo ¿verdad?-pregunte correspondiendo su abrazo.

-El....el me dijo…que me ama-respondió titubeante.

Sonreí, al fin todo estaba aclarado, al fin Sebas dejaría de llorar por las noches y sus lagrimas ya no serian derramadas, con él a su lado estaba seguro que todo volvería a ser como antes, como cuando los tres éramos amigos y la vida a nuestro alrededor no importaba, solo nosotros, egoístamente nos centrábamos en nuestro mundo dejando pasar todo lo que nos hiciera mal, abstrayéndonos y viviendo nuestras vidas lo mejor que podíamos.

-Al fin te lo dijo-lo abrace más fuerte.

El se soltó, mirándome pudo encontrar en mi rostro una sonrisa, una que relucía por sobre todo, el miro confundido mi rostro y después de procesarlo pareció comprender lo que mi expresión significaba.

-¿Lo sabías todo?-pregunto.

-Desde luego que no, pero el único que no se daba cuenta de cómo te miraba Aarón eras vos, el resto lo sabíamos, cualquiera que los viera hubiera dicho que eran pareja pero para ti el siempre fue únicamente un amigo, ¿verdad?- conteste caminando de nuevo hacia el sillón y allí me senté.

-Era más que un amigo, siempre fue alguien en quien podía confiar, estar a su lado era lo más parecido a la felicidad que tenia, con el podía escapar de mi mundo y estar tranquilo-me dijo mientras se sentaba a mi lado.

-Pero lo sabes ¿verdad?-lo mire- que él no puede quedarse a tu lado-mire como se apretaba fuertemente sus manos.

-Lo necesito-murmuro.

-Lo sé-le dije y lo abrace.

Lo mire sonriendo, el comprendió, sonrió y solo se levanto.

-No te parece que ya es tiempo de que me digas porque te levantaste así-me pregunto de nuevo.

-Y dele con el mismo rollo-lo reproche.

-Me dices o te lo tengo que sacar a la fuerza-me dijo guiñando un ojo.

-¿Por qué crees que es?-prendí la Televisión poniendo un programa de música.

-Tal vez por tu querido hermanito-me dijo un poco sarcástico.

-Te parece si no hablamos de esto, me incomoda-respondí.

-Como quieras, voy a salir-en ese momento se termino de cambiar.

-Otra vez-lo mire.

-Si, otra vez-me dijo cerrando la puerta.

Muy bien solo de nuevo, otra vez con mi mismo al menos ahora ya podía estar tranquilo con respecto a Sebas ahora solo faltaba arreglar mi propia vida.

Sebas

Camine unas cuantas cuadras hasta toparme con la plaza, allí lo vi parado, parecía distraerse con los colores de cielo y el viento que soplaba suavemente.

-Hola-le dije.

-Hola, Sebas ¿verdad?-contesto sonriente, tenía la misma sonrisa que esa otra persona.

-Sí, un placer, supongo sabrás porque te cite aquí-le dije mientras que el sonreía tontamente.

-¿Cómo no saberlo? Es demasiado obvio, fue fácil deducir que había pasado algo entre esos dos, tú solo me lo confirmaste-me contesto-¿Por qué no te sientas y lo hablamos tranquilamente?

-Estoy de acuerdo-me senté a su lado en el banquillo.

Teníamos mucho de qué hablar, compartíamos algo muy preciado. Y ya era hora de que interviniéramos en el asunto.

Gabriel

Estaba mirando la foto en la que estábamos él y yo cuando éramos más pequeños, ambos abrazados por los hombros, sonriendo. En ese tiempo todo era muy fácil, la vida se llenaba de problemas pequeñitos que se resolvían con un día de pelea y al otro día un nuevo pacto de amistad.

Pablo en aquel entonces todavía era el tipo de persona que si bien peleaba al momento se arrepentía y volvía a ser el chico amable y cariñoso. A el siempre le cago la vida la familia, luchaba por ellos hasta el punto de amargarse la vida. Y a diferencia de la mayoría que demuestra ese dolor él lo guardaba y lo sacaba únicamente con la violencia hacia otros, se mostraba fuerte y era débil.

-Gabriel baja ahora mismo, necesito hablar contigo-interrumpió golpeando la puerta de mi habitación mi padre.

-Voy- respondí desde mi cuarto aun parado frente a ese estante donde esas fotos estaban, el recuerdo de nuestra niñez, la única parte de mi vida que no quiero olvidar.

Baje la escalera desganado, y en el sillón del living se encontraba ese hombre alto, morocho, ojos marrones y cabello negros. Él era el otro gran problema en mi vida, y pensar que estos dos hombres podían llenarme la cabeza de tantos problemas.

-Siéntate-me dijo mirándome a los ojos, tan profundos, penetrantes a la vista de cualquiera.

-¿Qué pasa ahora?-le pregunte.

-Eso quiero saber yo, se supone que tengo que creer que anoche llegaste a las 10am, ¿Qué te había dicho? A tu madre y a mí nos preocupas-me dijo reprochándome algo sin sentido.

-Camila llego cerca de las 5 de la mañana ¿Por qué a ella no la reprochan?-le pregunte desafiante.

-Porque tu hermana no viene lastimada cada vez que sale-me dijo mirando directamente a mis muñecas y mi cuello.

-Sí, claro, ¿Por qué simplemente no me dices que me odias?-le pregunte esquivando su mirada.

-Eres mi hijo, me preocupo por ti-me dijo.

-Yo no soy tu hijo, tú no eres nada para mi, tu solo eres otro más que mi…-lo escuche pararse furioso y gritando me interrumpió.

-¡Gabriel!- exclamo- no te atrevas a decir eso, soy tu padre y punto, te crie y eso es lo importante, que nuestra sangre no sea la misma no significa que no me preocupe por ti ni tampoco que sobreestime a tu hermana por ello-continuo diciendo.

-Yo no necesito a un padre, ni a una hermana- me pare y quise terminar con esa conversación.

-Pero los tienes-tomo mi brazo y me detuvo, yo aun no lo miraba, no quería ver sus ojos- yo soy tu padre y ella es tu hermana, tienes una madre preciosa que te ama y tu eres mi querido hijo- me dijo poniendo una mano en mi hombro- y te quiero a pesar de todo, siempre te voy a querer-soltó mi hombro tomando la delantera y saliendo por la puerta de al frente.

-Yo te odio- unas lagrimas salía de mis ojos y desde mi espalda nuevamente unos brazos me rodeaban, pequeños brazos que me daban calor.

-Tú lo amas-me dijo ella con suave voz.

-Mama…-le dije dándome la vuelta y abrazándola.

-Tonto… ¿Por qué no se lo dices?-me pregunto.

-Se sentiría decepcionado-murmure a sus oídos.

-Te equivocas, el es el padre más orgulloso del mundo, por sus hijos daría lo que fuera-me dijo ella mirándome tiernamente con esos ojos verdes.

-Ese es el problema, el no es mi padre-le dije soltándola y dirigiéndome hacia mi habitación- No me molesten- dije.

Subí a mi cuarto, allí podía estar un rato tranquilo, al menos de esa manera no tenia que escuchar los sermones de mi madre.

Después de un rato divagando en los sueños escuche un ruido muy molesto.

-Ábreme-esa voz la reconocería a kilómetros.

-Vete, no tengo ganas de hablar-le conteste.

-Está bien, entonces entro por mi cuenta-y la vi entrando sin ningún inconveniente.

-No sabes que entrar a la habitación de otra persona sin su permiso es considerado de mala educación-le dije dándome vuelta para darle la espalda.

-Lo es también el no mirarme a la cara-me dijo ella sentándose a mi lado en la cama.

-Mama me conto, ¿qué aras?-me dijo.

-¿Con respecto a qué?-me hice el sonso.

-Gabriel esta es la mejor oportunidad-me dijo ella.

-Camila no necesito que alguien como tú me diga que es mejor para mi, no eres nadie en mi vida- sentí como ella se acostaba a mi lado quedando en posición de cucharita.

-Soy tu hermana…-me abrazo- Acéptalo de una vez.

-Eres hija de mi madre y de ese hombre, pero yo no soy hijo de tu padre-conteste.

-Tanto te molesta no tener la misma sangre, de verdad cambia tantos las cosas solo por eso-me dijo.

-Si-susurre.

-Mientes-me dijo.

Era verdad, mentía, no tenía nada que ver son ello, la verdad es que temía no ser el hijo que él deseaba, ser su orgullo. Había solo dos cosas a las que le tenía miedo, una era a no ser considerado un hijo para el hombre que me crio toda la vida, y la otra era ser despreciado por quien fue siempre mi mejor amigo.

-Te mientes a ti mismo todo el tiempo, temes saber la verdad para no enfrentarte a ella, no vez la realidad como la vemos todos-me reprocho- culpas a otro por las cosas que te pasan y haces sufrir a quienes te aman-me dijo.

-¿Quién les ha dicho que se preocupen por mi?-conteste orgulloso.

-Debes decirlo, y no es el único que merece la verdad…-quiso continuar.

-No te atrevas-la desafié.

-Pablo tiene que saberlo también, que lo amas desde hace años-me dijo.

-El nunca debe enterarse-dije débilmente.

-Yo creo que ya lo sabe, y nuestro padre también lo debe de saber, eres tú el único que se niega a decirlo-me reto.

-Y ¿qué quieres que haga?-le pregunte, para ella todo era tan fácil- yo no podría vivir sabiendo que ellos me desprecian-me acurruque aun mas y ella me abrazaba fuertemente.

-Ninguno te despreciara, no creo que Pablo, aun siendo como es, te niegue es mas podrías llegar a ser alguien importante para el…-me dijo comprensiva- y papa…el te ama…solo que le molesta verte de esa manera, Gabriel te estás destruyendo a ti mismo.

-Camila ¿Cómo se los digo?-me atreví a mirarla suplicante por encontrar una respuesta en sus ojos.

-Hermano, tan solo díselo, yo estaré a tu lado-me miro sonriente.

No podía soportar más el dolor que llevaba dentro, realmente necesitaba a alguien que estuviera a mi lado.

-Cami…te necesito-le dije abrazándola.

-Hasta que al fin lo dices-me dijo ella y me abrazo.

-Tengo miedo a perderlos, a Pablo y a papa…no podría vivir sabiendo que ellos me desprecian-confesé.

-Papa no te desprecia, te ama, sufre al verte de la manera en la que estas; mírate a ti mismo en un espejo Gabriel, todo tu cuerpo parece un saco de boxeo, por tus ojeras parece que nos has dormido en días, ya ni siquiera puedes ponerte remeras cortas porque se nota todas las magulladuras. ¡Por dios hermano! Una cosa es amar la otra es dejarte controlar por alguien que no toma en cuanta tus sentimientos.

-Pero LO AMO , Pablo es la única persona que hace latir fuertemente mi corazón cada vez que su recuerdo viene a mi mente, sin el no podría vivir-me lamente mientras las lagrimas salían nuevamente de mis ojos.

-Si tus sentimientos es tan puro entonces ¿Por qué te niegas a decirlo en voz alta?-pregunto ella.

-Porque tengo miedo a escuchar una negativa de su parte-dije bajando la mirada, ella levanto mi rostro mirándome comprensiva.

-Pero, si no se lo dices él nunca podrá darte una respuesta, acaso no es eso negar que lo amas y que el sexo que tiene es solo casual de ambas partes- la mire sorprendido por su palabras, nunca me había planteado esa situación- nunca podrás culparlo a el por hacerte todo esto sí es con el consentimiento de ambos, tu se lo estas permitiendo y te estás forzando a soportarlo nunca podrás decirle siquiera una vez que lo amas, ¿eso es lo que quieres?-me pregunto elocuentemente.

-Pero…-lo pensé, mis lagrimas seguía cayendo pero ahora mi mente estaba mucho más clara- ¿Cómo le digo?-levante mi rostro decidido.

-Con la boca-me dijo divertida sonriendo.

-Camila…-dije mirándola seriamente.

-Perdón, pero no me gusta ser dramática, lo sabes-me dijo, es verdad nunca en la vida la vi siendo dramática era bastante divertida y siempre lograba sacarle una sonrisa a las personas- pero, no tendrías que resolver primero lo de papa-me había olvidado de eso- tienes que decirle todo.

-Si tienes razón- resople.

-Por supuesto que la tengo -me dijo ella con suficiencia.

-¿prometes estar a mi lado?-pregunte dudoso.

-Siempre, en las buenas y las malas-tomó mi mano.

-Gracias-cerré los ojos y me abrace a ella.

-Te quiero hermanito-me dijo.

Yo solo me abrace más fuerte, después de tanto al fin sentía algo de paz, Camila desde pequeña tenía esa cosa de poder consolarme pero desde que me entere que papa no era mi padre, sino que yo era producto de una relación que mi madre tuvo antes de casarse con él, ese lazo tan fuerte que tenia con ella se rompió. Fue hace exactamente hace un año, al mismo tiempo en que Pablo me confesó que se sentía enamorado de Samuel el mejor amigo de mi hermanita, y peor aun el día en que toda mi pesadilla comenzó.

Pero hoy por fin empezaba a soñar nuevamente, acunado en los brazos de quien siempre tuvo un ojo puesto en mí, que hasta hoy en día no dejaba de perder las esperanzas en mí… en los brazos de mi hermanita .

Cami

-Después de la tormenta…-dije mientras que ponía la mesa.

-Viene la calma-dijo mi madre parada detrás de mí…-hablaste con el ¿verdad?-me pregunto.

-Sí, quedo dormido en la pieza, parecía tranquilo-sonreí- y tú ¿hablaste con papa?

-Me alegro-ella también sonrió-No serán padre e hijo de sangre pero ambos son cabeza dura-respondió resoplando.

-¿Se lo dijiste?-pregunte esta vez.

-Sí, me dijo que el ya lo “ intuía ” hacia un tiempo, pero que no quiso decir nada-trajo los platos poniéndolos en la mesa.

-Papa es perceptivo, no me sorprende-conteste- Supongo que por eso se enojo.

-Más bien por lo que paso con ese chico, me dijo que no podía creer que se dejara jugar de esa manera-se sentó en la mesa sacando un cigarrillo.

-Era de esperarse, una cosa es que no le contemos que su hijo es gay pero lo otro es no decirle que está siendo prácticamente controlado por otra persona- el olor del cigarrillo no me gustaba por lo que trate de alejarme.

-De hecho después de eso me dijo algo así como “ el amor te ciega ” casi me caigo cuando me lo dijo-esbozo una sonrisa.

-Papa es una caja de sorpresas- reí.

-Ambos son demasiado problemáticos-dijo ella apagando el cigarrillo a medio fumar.

-Sí, pero, “después de la tormenta viene la calma”-divague.

-Pues más vale que sí, porque osino soy capaz de desatar un desastre natural-me dijo ella mientras reía sonoramente.

-Mama tú también eres una caja de sorpresa-la seguí y me tire encima de ella-Te quiero mami.

-Y yo a ti preciosa pero aun tienes que sacar la basura asique ve-me dijo dándome una pequeña palmada en las nalgas.

-Mama…-refunfuñe, solo siguió su camino, sonreí, ella parecía contenta también.

Salí afuera, el día era hermoso, el sol brillaba mientras la suave brisa lo acompañaba. Al fin las cosas están mejorando, y al parecer la calma llega a mi vida -eso era lo que en mi mente rondaba.... la calma!!!


Bueno chicos aquí termina esta parte, sé que me tarde un montón y pido disculpas por eso, francamente entre unas cosas y las otras no me di cuenta de cuánto había pasado. Realmente lamento eso.Ahora como se habrán dado cuenta la descripción del capítulo anterior está más larga ya que, pensando en que se podrían olvidar y para que no leyeran de nuevo todo el capi anterior decidí hacerle como un pequeño resumen. Les recomiendo leerlo para no perderse.

La última cosa que les diré es gracias, por los comentarios del capi anterior y por todos lo que leyeron. Realmente gracias. Y bueno en especial a uno de los autores que amo Guyanonimes. A quien comenta y da consejos para mejor VickMan, y por supuesto a los que siguen la historia, Axell123, Nahúm, Leyter, elbotiija10, hugo. TODOS muchas gracias. Valoren y comenten, saludos…:-D