Cruzando caminos: amistades y algo mas.

-Discúlpenme, se me hizo tarde-se escucho una vos desde la puerta. Al fin llego, pensé.

[HOLA A TODOS NUEVAMENTE, AQUI ESTA LA CONTI DE MI ANTERIOR RELATOS, ESPERO DISFRUTEN]

Las coincidencias no existen, las cosas suceden por algo. Los encuentros se hacen inesperados y las vueltas del destino se hacen cada ves mas impredecibles............

Cristian

Hola me presento me llamo Cristian Flores, tengo 29 años y soy profesor de informática. Me gradué hace apenas 2 años asique aun soy novato en la materia. Este es mi segundo año consecutivo dando clases en una universidad y estoy realmente emocionado. Mas por el hecho de ver a una persona que por otra cosa.

En mi actual trabajo doy clases a los de primer año, soy simpático e interactivo por lo que suelo llevarme bien con los alumnos. Muchas veces prefiero más a los chicos que a las chicas ya que estas son bastante “tiradas” por decirlo de algún modo. Supuestamente ellas me ven lindo,  allá ellas. Para mi soy normal, alto de 1,90, flaco, cabello rubio, ojos color miel, rostro estilizado, nada en especial según yo, cuerpo fibrado, nada fuera de lo normal.

Hoy empezaban las clases y yo había llegado 30 minutos antes para preparar toda las clases y de paso también el aula. Cuando de pronto recordé lo que había pasado días atrás.

Aquel sábado la Sra. Isabel me llamo para decirme que su hijo, mi precioso y pequeño hermanito menor, entraría a la universidad en la que yo estaba dando clases y que por petición de mi padre el tomaría mis clases, me dijo que si por favor podría supervisar a su niño, ya que este no era de interactuar muy fácilmente. Francamente la idea no me desagrado para nada.

Mi padre se había vuelto a casar cuando yo cumplí los  18 años, en ese momento estaba yo saliendo de la secundaria y comenzando la universidad para estudiar la carrera. El día que mi padre me presento a la Sra. Isabel y su hijo me quede bastante sorprendido, no solo por la belleza de aquella mujer sino que también por la de su hijo.

Ella era esplendida, en ese momento tendría unos 29 años, era una mujer alta y flaca, su cuerpo completamente estilizado, con grandes atributos delanteros y una cara que la hacía parecer una colegiala. Su cabello era largo y sedoso de un esplendido color chocolate que le llegaba hasta su cintura. Sus labios eran finos y rosados y tenía unos ojos de color verde agua que hacían resaltar su belleza. En verdad mi padre se había sacado la lotería. Adema de su belleza su carácter era espectacular, me costó nada acostumbrarme a ella, era simpática y mas que una madre (las cuales suelen ser mandonas y sobreprotectoras), ella se parecía más a una amiga (comprensible y sabia). De hecho fue ella la primera en mi casa en enterarse de que yo era gay, o más bien lo intuyo,  porque yo nunca di indicios de serlo y ella sin embargo solo con mirarme lo supo.

En cambio su hijo, esa si era otra historia, el mocoso tenía 7 años, era bajito, cabello negro profundo, ojos  azules, cuerpo flacucho y cara de niño. Su carácter era insoportable, entablar una conversación con el era imposible, esperar una respuesta de su parte era incansable y recibir una sonrisa de suya, bueno eso era algo totalmente perdido. O al menos de esa manera se comportaba conmigo, porque con mi padre la relación era excelente pero al parecer yo le desagrade desde el momento en que me vio ya que desde ese instante es como si nuestra relación fuera nula.

De hecho creo que esa es la razón por la que el niño siempre me intereso,  esos ojos que me demostraban desapego y soledad, eran ellos los que me interesaban. Esas sonrisas falsas que le demostraba a nuestros padres, su cara triste en las noches de lluvia y sus llantos al escuchar tormentas, esos secretos tan profundos eran los que me hacían desear estar a su lado. Y ser, de alguna manera, un salvador a ese mundo de oscuridad que llevaba encima de su espalda.

Sin embargo mis esfuerzos por acercarme a él nunca dieron frutos, con mis 26 años no había hecho ningún progreso, el  se había convertido en un muchacho incomprensible a la vista de todos, demostraba felicidad pero en su interior solo existía oscuridad, las razones siempre las desconocí, pero siempre me interesaron. Desiste de mi idea de acercarme a el, y con sus 16 años cumplidos me retire de su vida, ejerciendo mi profesión me aleje de mi hogar y de mi familia. Dejando atrás todo lo que hasta ese momento era importante para mí. Ya que solo al irme de su lado pude comprobar que el interés que llevaba por mi hermano no era otra cosa sino amor, no era otra cosa que querer protegerlo y verlo sonreír felizmente y no con esas falsas sonrisas que siempre demostraba. Pensé que era tarde ya para eso, y me rendí, ya que sabía que si no estaba su lado el nunca me abriría su corazón.

Pero ahora la vida me daba otra oportunidad, el estaría en mi clase, lo podría ver, lo podría acompañar y tal vez, solo tal vez, en esta ocasión lograría que me abriera su corazón, cuerpo y alma.

Un ruido muy fuerte me saco de mis pensamientos, cuando me di cuenta de que ya todos los estudiantes iban ingresando al aula, busque incasablemente con la vista a ver si el llegaba, pero nada daba indicios de su presencia. Acababan de entrar todos  cuando de pronto, se escuchas como si alguien estuviera corriendo, y en ese instante se abrió con todo la puerta del auditorio.

-

Discúlpenme, se me hizo tarde-se escucho una vos desde la puerta.

Al fin llego, pensé.

Samuel

Dios, no lo podía creer, cuando las vi, mi rostro de preocupación cambio por completo su semblante   por uno  de felicidad. Eran ellas, mis dos mejores amigas, Natalia y Camila. Las dos estaban con los brazos abiertos, esperando mi inminente abrazo. No me hice de rogar y prácticamente me tire encima de ellas.

-

Chicas-les dije ya abrazado a ellas-las extrañe, no puedo creer que no las haya visto, me hacían tanta falta.

-

Pero mira que el que lo dice es aquel que prefirió estar con su novio, que con sus amadas hermanitas-dijo Camila revolviéndome el cabello.

-

Esta vez estoy de su lado, no puedo creer que ni un mensaje nos hayas mandado-dijo Nati dándome un leve golpecito en la cabeza, francamente no se que tenían todos con mi cabeza pero parece que con ella se agarraban.

-

PERDON, sé que no tengo excusas, dije ya separándome de ellas y juntando las manos como rezando para pedirle perdón-pero en realidad si las tengo, verán se rompió el celular y perdí todo lo que tenia agendado en él, y como Erick no había llevado el suyo pues estaba completamente incomunicado.

-

A ver- me dijo Camila cruzándose de brazos- ¿me dices que ese cabeza hueca no llevo el celular?, ¿Qué el tuyo se te rompió?, y que ¿no existía ningún teléfono público por la ciudad? o ¿Qué?-me mato, pensé.

-

No verán es que ustedes saben que yo soy pésimo recordando números de teléfono y entonces pues…….no recordaba los suyos-dije encogiéndome de hombros.

-

¿Ni siquiera los nuestros?-pregunto Nati evidentemente enojada- pero tú sí que te pasas, ¿Cómo es posible que seas tan cabeza hueca, ese idiota ya te está contagiando?-continuo retándome- y ahora que lo menciono, ¿acaso el no se acordaba de nuestros números?-termino de decir.

-

Bueno……..es que….verán..cuando le pregunte….pues…..

-

Ya dilo-dijo Cami impacientándose.

-

Es que no me los quiso decir-dije despacito.

-

Y eso ¿por qué?-cuestiono Nati aun mas enojada.

-

Bueno argumento que yo estaría pensando todo el tiempo en ustedes, y que esas eran unas vacaciones para nosotros y que no podía ser tan descuidado con nuestra relación-eso lo dije en cuestión de 2 segundos, estaba nervioso y quería que ese interrogatorio se detuviera.

-

Pero tremendo idiota es tu novio-dijeron las dos al unisonó.

-

Y ¿recién se dan cuenta?-pregunte yo.

-

Bueno en realidad yo lo sé desde que lo vi por primera vez-dijo Cami.

-

Lo mismo para mí.

-

Y bueno chicas-dije yo-¿me perdonan o no?-termine con cara de niño bueno.

-

Tu sabes que sos nuestra debilidad-comenzó Nati.

-

Y que no hay manera de enojarnos contigo-termino Cami.

Lo sabía, si bien ellas se enojan conmigo, siempre terminan  perdonándome, eso se repite cada vez que yo hago algo estúpido y pues ellas son algo así como mi conciencia personal jajá, doble conciencia y doble dolor de cabeza. Las conozco hace ya bastante tiempo, a Nati desde 3 año de secundaria y Camila desde jardín de niño. Esta última era más apegada a mí, y al mismo tiempo la que más me apoya. Aunque a las dos las quiero con todo mi corazón.

A ninguna les agrada Erick, piensan que es un engreído, egocéntrico, cabeza hueca (en realidad yo pienso lo mismo), pero cuando se los dije ambas me apoyaron ya que comprendieron que yo vi algo en el que los demás no pueden diferenciar.

Nos dirigíamos, los tres hacia dentro del instituto cuando de pronto llego la pregunta que me estaba esperando hace tiempo. Comenzó Camila como siempre.

-

Y dime mi querido  Sam, ¿ocurrió algo interesante en todo este tiempo que te mantuviste alejado?-de inmediato entendí la indirecta, pero me haría el tonto para ver si lograba zafarme al menos por el momento.

-

Ehhhhhhhhh  pues no nada interesante, todo igual-dije mostrando cara de “todo anda aburrido”.

-

A ¿sí?-dijo Nati, estoy muerto pensé- y ¿porque traías esa cara de preocupación cuando ibas caminado por el campus?, o ¿Qué? Me vas a decir que no sabes de lo que estoy hablando.

Dios como es posible que estas chicas se dieran cuanta de todo, las mujeres en verdad son persuasivas……y al mismo tiempo peligrosas. Me quede callado bastante tiempo pensando en que excusa podía darles. Debo decir que no sirvió de nada, ante ellas las mentiras tenían pata corta.

-

Yyyy-dijo Camila con la impaciencia que la caracteriza- ¿vas a contestar la pregunta o te la tenemos que sacar por la fuerza?

-

Ya, ya, está bien es que verán……bueno yo…es que no se cómo decirles-termine de decir casi gritando y viendo como todos los que iban por el pasillo hacia sus cursos me miraban.

-

Solo dilo-dijo Nati con esa cara de amiga entendedora.

-

Bueno verán es que hoy me tengo que encontrar con…….-ringggggggg se escucho el sonido del timbre de receso para que entráramos a los salones, literalmente ablando eso era ser salvado por la campana.

-

Mira por ahora te salvaste-me dijo Cami mirándome a los ojos-pero luego te lo saco aunque tenga que utilizar un destapa corcho-dijo casi amenazándome, y con lo ultimo recordándome a los sucedido esta mañana, logrando con esos pensamientos que me sonrojara.

-

Mira  te vas inventando una excusa o ya sabes que esto termina como empieza-me dijo Nati-será mejor que lo sueltes todo de una  vez, ya sabes que ella no se queda con la duda de nada- Refiriéndose a Camila.

-

Lo sé, prometo contarles todo a la salida, pero ahora ya váyanse, no se pierdan las clases por mi-dije terminando de hablar y retirándome hacia mi salón, levantando la mano como despidiéndome.

-

Nos vemos-terminaron de decir las dos  fueron hacia sus respetivos cursos.

Francamente, que me conocían, me conocían, solo con mirarme una vez supieron que algo extraño pasaba. Y la verdad es que aunque tratara de sacarme a mi primo y lo sucedido en el pasado de la cabeza, no podía,  era como intentar parar un remolino solo con las manos.

De tanto pensar no me di cuenta que ya estábamos en el curso, comenzando un nuevo año, con nuevas tareas y nuevos dolores de cabeza.

La profesora  no tardo en presentarse, así como todos los presentes en el nuevo curso, me encontré con 4 compañeros nuevos, 3 chicos y una chica. Casualmente la chica y dos de los chicos se sentaron respectivamente cerca de mí.

Uno de los muchachos me paso la mano y entablo una conversación conmigo.

-

Hola-me dijo ese chico de ojos color marrones y pequeñas ondulaciones en su cabello que llegaba hasta un poco mas debajo de sus hombros-me llamo Raúl, un placer conocerte-termino de decir pasándome la mano y sonriéndome con esos labios rosados y gruesos, y esa cara de chulo.

-

Hola-dije yo con sonriendo levemente- también para mí es un placer conocerte. Me llamo Samuel, espero que nos podamos llevar bien.

-

Eso espero-dijo el sonriéndome de manera picara.

La luz roja que me señalaba peligro se prendió al instante, y una vos en mi cabeza me dijo “aléjate mientras puedas”.

-

Bueno chicos-dijo la profesora- hay algunos que ya me conocen soy la profesora Suarez Roxanne, mis criterios para evaluar son fáciles, si presentan todos los trabajos y terminan los parciales con éxito, pasaran sino pues los tendré que ver a fin de año.

Esa profesora era la típica vieja sangrona, pero por alguna razón me caía bien, supongo que fue porque ella da una de mis materias favoritas (programación y recursos de redes) y pues nunca me he dejado llevar por su carácter podrido, y siempre me ha ido bien con ella, enorgulleciéndome de ser uno de los pocos que el año pasado no se llevo su materia.

-

Bastante sangrona esta vieja-se escucho una voz de mi derecha, era la chica nueva-seguramente no coge hace mucho tiempo-termino de decir aquella chica mirándome y sonriéndome-soy Laura un placer, ¿tú eres?-me pregunto apoyando su cabeza en la mesa y sonriéndome felizmente.

-

Ah hola soy Samuel, pero puedes llamarme Sam-dije sonriendo con la cara de sorprendido.

-

Wauuu debo darle las felicitaciones a tus padres, pareces un ángel con esa cara que tienes- pero ¿Qué le pasa a esta chica? Recién me conoce y ya me dice eso- francamente si no fuera porque ahora estoy de novia ya me estaría tirando a tus brazos-termino lanzándome un beso y dándose vuelta al frente nuevamente.

Pero ¿qué rayos? Acosa explotaron las feromonas y yo ni cuenta me di o ¿Qué? Primero este chico me tira una indirecta, y luego esta viene y me lanza una indirecta demasiado directa. Si el año comenzaba así quien sabe lo que me esperaba más adelante.

-

Lo siento- se escucho detrás mío, ¿y ahora qué? Pensé- mis dos amigos son demasiado brutos para interactuar como ya te abras dado cuenta- dijo el chico de ojos color turquesa como el arcón-es un placer, soy Fernando, pero me puedes llamar Fer, a estos dos los conozco hace mucho y créeme siempre han sido así pero no te los tomes en serio, solo son un poco-hiso hincapié en esa última palabra- brutos.

-

Ah ok-dije yo sorprendido, en verdad su actitud me descolocaba- soy Sam como supongo ya has escuchado-le dije pasándole la mano.

-

Si y nuevamente pido disculpas por estos dos-dijo el sonriéndome y respondiendo con un apretón de manos entrecerrando los ojos y permitiéndome descubrir sus largas pestañas.

-

Pues yo soy así-dijo la chica levantando una mano en el dedo medio levantado, ese gesto me dio gracia.

-

Ella tiene razón, además ¿qué te haces el santo?-dijo Raúl-tu eres peor que nosotros, se podría decir que eres un lobo en piel de cordero-wauuu mandarlo al matadero sus propios amigos, eso sí que me dio gracia.

-

Jajajajajaja-resonaron mis risas-creo que te acaban de descubrir-dije yo tapando mi boca con mi mano para que no se oyeran mas mis carcajadas.

¿ves? Esos son verdaderos amigos, en las buenas y en las malas-dijo Fer dándole un pequeño golpecito a ambos en la cabeza, todos la tienen con la cabeza pensé en ese momento.

-

Bueno al menos son sinceros-dije yo dándome vuelta hacia delante nuevamente.

-

Uhyyyy eso fue un golpe bajo-dijo él.

-

Jajajajajaja merecido-dijo la chica a mi derecha.

-

Por hacerte el santo-dijo el chico a mi izquierda.

-

Ustedes sí que son amigos-dijo el de atrás dando un pequeño suspiro.

Luego de ese pequeño encuentro con mis nuevos compañeros  me decidí a prestar atención a la clase. La hora transcurrió de manera muy lenta, hasta que al fin el receso para el almuerzo llego.

Francamente no tenía hambre, estaba cansado y confundido no sabía cómo enfrentar a mi primo y mucho menos a mis amigas, estaba con la cabeza dada vueltas. Me dirigí hacia la terraza y allí me tire a descansar un rato, tal vez un poco de soledad me dejaría pensar más claramente. Estuve un buen rato, rebobinando todo lo sucedido, la vuelta a la escuela, el encuentro con mis amigas y esos chicos nuevos, el que tuviera que encontrarme nuevamente con Estefan después de años. Es mucho, pensé para mí mismo, estaba agotado, el idiota de Erick me había dejado con la espalda hecho polvo.

Un ruido de una puerta abriendo me saco de mis pensamientos y ahí fue cuando lo vi.

Cristian

Qué hermoso estaba, mi hermanito, ahora era todo un muchacho. Cuando se abrió la puerta, mi corazón dio un vuelco de felicidad, sin embargo su indiferente saludo y mirada me descolocaron y pude volver a la realidad.

-

Pasa-le dije.

-

Gracias, con permiso-dijo el apenas agachando la cabeza en forma de disculpas.

-

Preséntate.

-

Hola, me llamo, Francisco Ruiz Flores, entro este año a estudiar informática avanzada, tengo 19 años, y vendo de la secundaria “XXX”, es un placer conocerlos a todos.

-

Muy bien, Fran, ve a sentarte-le dije señalándole los asientos.

-

Si.

-

Bueno, yo soy el profesor de informática, Cristian Flores, conmigo tendrán que verse a diario,  no deben de preocuparse lo más importante en mi clase es que nunca falten, ya que siempre estamos dando nuevos temas……-continúe diciendo mientras miraba como el empezaba a hablar con su compañero de asiento, era verdaderamente raro verlo sonreír y demás tan abiertamente mientras a mí nunca me ha dedicado nada. Pensamientos como eso cruzaban por mi cabeza mientras iba hablando, creando así un remolino de dudas e indecisiones.

Termine de decir todo esto y comencé a dar la clase, el casi no me miraba era como si evitara mi mirada todo el tiempo. Esos ojos azules no me dedicaban nada, solo indiferencia. Mientras que con sus nuevos compañeros, a los cuales había conocido hoy, les sonreía y a mí, que me había conocido haces años y además era su hermano, nada. Era tan frustrante y doloroso.

La clase transcurrió, el se había hecho amigo de un chico llamado Estefan, si no me equivoco, se llevaban demasiado bien por lo visto. Sonreían y hablaban entre risas y gestos. De un momento a otro me quede tanto tiempo mirándolos que no me di cuenta de que se habían dado cuenta de mi mirada.

-

Sucede algo profesor-dijo el tal Estefan, con un mirada como provocándome-nos ha estado mirando por un buen rato.

-

Eh-dios ese comentario me descoloco-no, no es nada, es solo que bueno……-no sabía cómo continuar.

-

Ah no sabía, está bien no le voy a ser nada a su hermanito, créame-me dijo carcajeándose y hablando muy fuerte produciendo que todo el curso escuchara.

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¿Queeeeeeeeeeeeeee?-se escucho de los alumnos.

-

Oye, que te dije-dijo Fran mirándolo a Estefan.

-

¿es eso cierto profe Cris?-dijo un de las chicas, dios que entrometidos podían llegar a ser.

-

Si-dije yo dándome vuelta a escribir nuevamente en el pizarrón-ahora copien este cuadro que luego seguiremos.

Cuchicheos se escuchaban en todo el salón, solo pensé que luego de eso tendría que hablar muy seriamente con Fran después de todo esa relación con ese chico era algo demasiado grande desde un principio, que le haya dicho algo tan intimo a alguien que acababa de conocer, era algo que tenía que acabar.

El timbre del receso para el almuerzo sonó y al darme cuenta el ya se había escabullido entre los demás chicos, intente hablar con él pero ya era demasiado tarde, el se había ido corriendo hacia no sé dónde.

Me senté en una silla en la sala de profesores y me puede a pensar. Ja que problemática es este chico, fue lo primero que se me paso por la cabeza.

Samuel

Era un chico, estaba bastante agitado, se le veía en la cara y su respiración, parecía un poco asustado, cerró la puerta de la terraza y se quedo quieto y sentado durante un largo tiempo. Me sorprendí bastante asique por unos 5 minutos solo me quede mirándolo. Luego me di cuenta que se dio vuelta y me miro, directo a los ojos, con una mirada penetrante que no pude sostener por mucho tiempo.

-

Hola-fue lo primero que atine a decir.

-

Ah, hola lo siento-dijo el chico de ojos color café y cabello castaño claro.

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No…no te preocupes-dije descolocado ya que me había dado cuenta que esa persona era uno de los chicos nuevo de mi clase- me sorprendió verte aquí, pensé que era el único que se animaba a subir por el hecho de que nos lo prohíben-termine de decir mientras le sonreía.

-

Ahhh si lo sé es que me venía…….escapando y bueno no supe donde esconderme-se pauso en ese momento.

-

Ehhh escapando, pero ¿de quién?-le dije yo un poco asustado.

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De……unos chicos-concluyo el enrojeciéndose por completo, en ese momento era como si él quisiera que lo tragara la tierra.

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Espera aquí un momento-le dije levantándome mientras me dirigía hacia la puerta de la terraza- quédate aquí y no salgas hasta que te lo diga ¿de acuerdo?-le dije tomándole de los hombros y sentándolo al costado de la puerta, saliendo así yo a ver quiénes eran los idiotas esos.

Al cerrar la puerta y bajar las escaleras hasta los pasillos pude encontrarme con la cara de los responsables de asustar a aquel niño, eran el típico grupo de futbolistas todo machistas y que solo servían para agarra una pelota. Como siempre tenía que haber un líder cabeza hueca, en esta ocasión  el nombre de ese idiota era Pablo, el líder del equipo de futbool de la UNI, todos lo querían ya que llevo a la victoria a su equipo durante tres temporadas seguidas y según decía este año no sería la acepción. Debido a su “gran destreza” en los deportes habían muchos que no se oponían a el, y dejaba que hiciera lo que se le encantaba en gana. Era un tonto sin remedio pero que tenía buenos recursos.

Recuerdo que en mi primer año me quiso hacer la vida imposible, pero Erick rápidamente le para el carro al muy cabron, desde ese momento no me volvió a tocar un pelo, sin embargo había muchos de primer año que no tenían la misma suerte que yo y hacían de juguete para él. Al parecer el chico nuevo se había convertido en su nueva víctima, pero sea como sea no iba permitir que eso pasara.

-

Idiotas-les dije a los 3 que inmediatamente voltearon a verme- dejen de molestarlo porque o si no…..

-

si no ¿Qué?-pregunto Gabriel, el era algo así como el segundo al mando.

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si no se las van a ver conmigo.

-

Como si pudieras hacer algo tu solo, te podría hace papilla yo Mismo-dijo Ignacio, ese era el más tonto de todos, fuerte pero sin cabeza.

-

A si y entonces porque no le preguntan a Pablito lo que sucedió el año pasado y la razón por la cual dejaron de molestarme-dije yo mirado de manera inquisitiva a su líder que no tardo en darse la vuelta encaminándose hacia los pasillos nuevamente.

-

Vámonos-fue lo único que pronunció antes de perderse por completo en los pasillos.

-

Esto no acaba acá-termino Gabriel quien rápidamente se encamino hacia donde estaba su jefe.

-

Ya nos volveremos a encontrar y de esa no te salvas, y dile eso también al idiota que estas escondiendo-amenazo Ignacio.

-

Si, si hagan lo que se les dé la gana-termine yo completamente despreocupado subiendo nuevamente las escaleras que se dirigían hacia la terraza.

Al abrir nuevamente la puerta de la terraza me encontré con aquel muchacho, se encontraba sentado con sus brazos abrasados por sus piernas y su cabeza agachada, estaba temblando, sea lo que sea que le hayan hecho o dicho esos idiotas en verdad lo afecto.

Me acerque a él y cuidadosamente de no asustarlo me senté a su lado y comencé a hablarle.

-

No creo que vuelvan a molestarte por un buen tiempo-cuando termine de decir eso el me mira con esos ojos café y esa mirada tierna.

-

Gra…gracias-me dijo apenas inmutando palabra.

-

Está bien no te preocupes no tienes que agradecerme nada- le dedique una sonrisa- y dime ¿Cómo te llamas?

-

Sebastián y ¿tu?

-

Sam

-

Pues me sorprende que hayas podido detener a esos brabucones Sam-me dijo sonriendo al fin.

-

Tengo mis influencias-le dije devolviendo el gesto-y un novio que es muy fuerte-esto lo tire sin darme cuenta debo decir que para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde- lo…lo sient…

-

¿asique eres gay?-me dijo completamente sereno.

-

Eh….bueno pues si..pero a ti ¿no te importa?-le dije con cara de sorprendido.

-

Acabas de salvarme de que “esos” me dieran la golpiza de mi vida y crees que me va a importar tu preferencia sexual-me dijo levantando una ceja, ese gesto me dio gracia-además cabe decir que tengo un amigo que también es gay y que a mí siempre me confunden por mi aspecto asique estoy acostumbrado a las situaciones como estas de hace un rato.

-

¿te refieres a que te molesten?-pregunte seriamente.

-

Si, de hecho me cambie de prepa justamente porque en la anterior había un chico que me acosaba constantemente y bueno……se podría decir que las cosas llegaron en su punto límite.

Sentí que si seguía preguntando sobre aquello entraría a un terreno demasiado lodoso que llevaría a una historia muy intima. Me decidí a desviar la conversación hacia otro tema, de seguro eso sería lo mejor.

-

¿Dónde vives?-pregunte lo primero que se me cruzo por la cabeza.

-

Calle French, departamentos gemelos Brash-me dijo sereno y mirando hacia el cielo.

-

Jajajajajajaja-comencé a reír, no lo podía creer.

-

¿Qué paso?-pregunto confundido.

-

Yo también vivo allí, es demasiada coincidencia para un solo día concluí.

-

¿de verdad? Wau en verdad es demasiada coincidencia.

-

Oye y no quieres que te lleve, digo si bien no está lejos no vendría mal un aventón además de paso podría presentarte a mi novio y el podría hablar con esos idiotas de hoy.

-

Ja-sonrió-eso sería fantástico, pero vivo con mi amigo y prometí irme con él.

-

No hay problema lo llevamos también, digo si para ti no es molesto, créeme que no tengo ninguna razón…

-

Ok-me dijo sonriendo-y no te preocupes si hubieras querido hacerme algo no me hubieras salvado de esos tipos.

-

Jajaja tienes razón, pero es mejor prevenir-le dije sonriendo- y quien es tu amigo.

-

A pues está en el otro campus estudia Informática, se llama Fran.

-

Wau, otra coincidencia, mi novio se llama Erick y también estudia informática va a segundo año.

-

A es lamentable, mi amigo acaba de empezar la carrera este año de hecho fue él quien me convención de venir a esta UNI así podríamos vivir juntos y nos ahorrarías gastos de departamento.

-

Ya veo, tuvo una buena idea, nosotros con Erick hicimos lo mismo.

-

Si es una buena manera de ahorrar dinero.

Ringhhhhhhhh otra vez el timbre del receso había sonado aunque esta vez no era para bien.

-

Tengo que ir a mi clase-concluyo él.

-

Yo también, te acompaño y luego me voy a mi clase-le dije-por si acoso.

-

Gracias-sonrió él.

Nos dirigíamos hacia nuestras clases cuando pude confirmar mis sospechas, esos tontos lo estaban esperando en la puerta de su clase.

-

Adiós-les dije a ellos, yo con cara amenazante.

-

Maldición, no siempre podrás protegerlo-dijo Pablo

-

Gra…gracias-me dijo Sebas que temblaba recostado por mi espalda

-

Está bien-le dije abrazándolo-no te preocupes nada pasara, ahora vengo a buscarte y luego nos dirigimos a el otro campus para que puedas buscar a tu amigo. Ahora más que nunca tendremos que hablar con Erick.

-

Gracias…..no sé qué decir-me dijo soltándose del abrazo y dirigiéndose a su curso.

-

Nos vemos ahora estaré aquí al terminar las clases, no te vayas sin mi-le dije y salude con la mano haciendo signo de despido.

-

Está bien, aquí te espero-me dijo él y sonrió nuevamente.

Sea lo que sea que le haya pasado en su anterior universidad, lo traumo bastante hasta el punto de que con solo recordarlo lo hacía temblar, yo lo comprendía y no dejaría que nada le pasara. En muy poco tiempo se había convertido en una persona muy querida para mí, y alguien que me hizo olvidar fácilmente mis problemas.


Las clases transcurrieron normalmente, pero en todo el tiempo que pasaba no lograba sacarme de la cabeza a Sebas, me preguntaba que sería lo que le paso y que le habrán echo para que se asustara tanto. Planeaba hablar muy seriamente con Erick para que hiciera algo pero no sabía cómo abarcar el tema ya que  seguro el muy cabeza hueca se pondría celoso. Y además yo no era muy fuerte que digamos aunque el carácter me sobraba.

En un momento también se me cruzo por la cabeza contarle todo a ese amigo suyo y que ayudara de alguna forma a Sebas, pero también estaba el hecho de que lo había conocido recién hoy y que se vería muy raro que tan pronto le tuviera confianza.

Estaba entre la espada y la pared, por un lado el miedo de que malinterpretaran la situación y por el otro el terror a que mientras yo dudaba le hicieran algo a Seba. Además conocía perfectamente a Pablo, su modo de hacer las cosas, era que si marcaba a alguien le harían la vida posible durante todo el año. Yo me salve pero había muchos que no.

Me decidí a dejar de pensar y hacer lo planeado desde un principio, buscarlo y así hablar con Erick, al fin y al cabo que el aun me debía lo de esta mañana, esta era la manera perfecta de de cobrárselo.


Llego al fin la hora de salida, estaba aniquilado, ni bien empezamos el año y ya nos habían llenado de trabajos prácticos y lecciones para los parciales.

Me dirigía hacia la salida cuando a lo lejos vi como Pablo y los demás tenían rodeado a Sebastián contra un árbol sin dejarlo escapar. Mi corazón comenzó a palpitar de manera brutal, creo que estaba a 5000 pulsaciones por segundo, estaba asustado e inconscientemente comencé a correr hacia donde se encontraban los muchachos.

Cuando llegue al fin, pude confirmar la cara de asustado que llevaba Sebas, estaba inmovilizado, Pablo lo tenía agarrado del cuello de su remera y los otros chicos los miraban riéndose, en un impulso que salió de no sé donde agarre a Pablo por uno de sus brazos y sin más lo tire al piso. En ese momento Sebas callo arrodillado en el suelo, casi llorando y con la cabeza abajada. De un momento a otro Gabriel  e Ignacio intentaron agarrarme pero ahí fue cuando resonó la vos de Pablo.

-

Deténganse-dijo Pablo a sus dos subordinados- no se atrevan a tocarle un pelo a Samuel- eso me sorprendió- dejémoslo para otro día, no siempre van a estar juntos.

-

¿otra vez?- protesto Ignacio.

-

¿tienes algún problema con eso?-contesto enojado Pablo.

-

Vámonos- término por concluir Gabriel.

-

Ni creas que esto termina aquí, par de maricas-amenazo nuevamente Ignacio.

-

Los espero-dije yo.

En ese instante me di vuelta a ver a un asustado y paralizado Sebastián, me abrase sin más a él y lo ayude a levantarse, este no pronuncio palabra, estaba temblando y tenía los ojos lagrimosos, si no lloraba era porque se estaba conteniendo, eso seguro, ganas no le faltaban.

Caminamos silenciosamente hacia el otro campus, y nos sentamos en los bancos que había en este. Nos quedamos así por un momento cuando de pronto la saca su teléfono y empieza escribir un mensaje que envió en cuestión de segundos. Minutos después logro divisar a un chico que venía corriendo, bastante agitado.

-

Sebas- grito el chico agitado y casi sin vos- ¿Qué paso? ¿estás bien?-al parecer este chico de cabellos negros y ojos azules era ese tan aclamado amigo de Sebastián.

-

Fran-fue la única palabra que pronuncio Sebastián antes de tirarse a sus brazos.

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Shhhh-decia el tal Fran mientras le  acariciaba la cabellera de Seba  y lo abrazaba con fuerza-ya estoy aquí no tienes que preocuparte, todo está bien, aquí nada te pasara, confía en mi Seba-le decía comprensivo y con vos suave, mientras yo los seguía mirando  en la misma posición de un principio, sentado en el banco con las manos cruzadas.

-

Tú debes de ser Fran ¿verdad?-le dije rompiendo el silencio después de unos minutos cuando ya Seba estaba más calmado.

-

Así es-me dijo este mirándome.

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Lo siento-pronuncio seba ya más tranquilo y con una sonrisa nuevamente en su rostro- con toda la conmoción olvide presentarlos- Fran este es Sam- dijo  mirando a su amigo- el me ayudo durante todo el día y gracias al no me dieron la paliza de mi vida, me acompaño hasta aquí y todo.

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Ya veo- dijo su amigo mientras s me miraba de arriba abajo, como examinándome- agradezco todo lo que has hecho por el-refiriéndose a Sebas- suele ser imán de problemas, y como estamos en campus diferentes tenía miedo que algo sucediera.

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Fue todo un placer-dije yo- además no es su culpa que existan idiotas con la cabeza hueca- comente en forma de chiste.

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Gracias- dijo con cara avergonzada nuevamente Sebas.

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No hay de que-dije yo revolviéndole el cabello y poniéndole el brazo alrededor de su cuello.

Después de aquel encuentro le comente todo lo sucedido a Fran y lo que planeábamos hacer con Pablo y los demás, el estuvo de acuerdo en todo, me pidió que si me podía mantenerlo vigilado y yo acepte gustosamente. Llegamos hasta el portón de la salida cuando le suena el celular a Fran (quien ahora ya me agradaba un poco más, ya que vi la sinceridad con la que protegía a Sebas) al ver la pantalla del celular se sorprendió bastante, yo le pregunte si sucedía algo y él me dijo que no. Se dio vuelta unos segundos y comenzó a hablar.

Mientras tanto Sebastián y yo hablábamos pacíficamente, cuando al fin logro divisar que Erick saliendo y me saluda, en eso se da vuelta Fran y si mal no vi, mi novio estaba bastante sorprendido al ver el rostro de Francisco, era como si sus ojos estuvieran pegados al amigo de Sebas. Y al darse cuenta de que yo lo miraba expectante rápidamente dirigió su mirada a mi nuevamente.

Erick

Lo sabía era el chico del pasillo, era imposible olvidar su rostro, su cuerpo, sus ojos, su todo.  Era imposible olvidar a ese adonis que me encontré y que ahora permanecía al lado de Sam y ese otro chico que ni siquiera sabía quién era. No pude desprender mis ojos de el sino hasta que me di cuenta que Samuel me miraba expectantemente, esa miraba que me fusilaba si hacia un movimiento en falso, decidí que lo mejor sería concentrarme nuevamente en el sino quería que se enfadara aun mas conmigo.

Cuando llegue inmediatamente salude a todos con la mirada y para calmar un poco las ansia le comí la boca a Sam para que se calmara un  poco por lo sucedido anteriormente.

El otro chico me saludo normalmente, riéndose un poco por mi acción, mientras que Sam comenzaba a ponerse más colorado que un tomate, hasta que  llegue a “esa persona” y lo escuche nuevamente.

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¿Tú eres?-pronuncio ese chico que ahora se había convertido en el protagonista de mis pensamientos-el chico de esta mañana-termino de decía mientras yo ponía una de mis mejores sonrisas para recibirlo. Mientras los demás miraban sorprendidos por lo dicho con anticipo y esperaban mi respuesta con mucho entusiasmo……………….

CONTINUARA……

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Hola a todos nuevamente, espero me disculpen por el retraso, es Que tuve un pequeño inconveniente con mi computadora y pues permanecí incomunicada por un buen tiempo. Además de que se me borraron los archivos y tuve que volver a rescribir todo además de que por incluir más detalles no pude llegar a  la parte del sexo y esta parte de la historia se quedo sin esa dosis especial jeje. Así que espero sepan disculparme y aprovecho para agradecer nuevamente los consejos dados, uno de gran ayuda el de Nahúm, gracias y espero que ahora tenga más textura como me dijiste, bueno no los demoro mas. GRACIAS Y DISCULPEN POR LOS ERRORES ORTOGRAFICOS.

ESPERO SUS COMENTARIOS BUENOS o MALOS, LOS ACEPTO TODOS, MUCHAS GRACIAS.

SALUDOS NoE….