Crucero por el Mediterráneo (5)

Sandra yace junto a Alex, que la va calmando del mal trago vivido con Germán, aunque decide ir a verle para que sepa que no le odia. Breo, también intenta convencer a Germán, que Sandra no le guardará rencor. Breo, aprovechará su turno. Espero que os guste. Un besazo. Sandra Raquel.

CRUCERO POR EL MEDITERRANEO

-------------- 5ª parte --------------

Sandra y Alex yacieron juntos y desnudos durante buena parte del día.

Se sentían cómodos los dos y de hecho sus efusiones de amor, placer y gozo eran sincopadas.

  • Alex, creo que debería ir a visitar a Germán, debe de estar fatal por los últimos acontecimientos.

  • Sandra, lo que tu desees, creo que estará bien......aunque me hubiera gustado más, seguir yaciendo contigo, pero respeto tu forma de pensar. Así, que ve......cuándo lo creas oportuno.

  • Gracias Alex. Nunca olvidaré lo que es un hombre amable, entrañable, generoso y sobre todo “un amor”.

  • Sandra, me harás ruborizar de nuevo.......jajajajajaja....Ve pues, aquí siempre me tendrás.

  • Alex, ahora me voy.....pero antes de terminar el crucero, me tendrás a tu lado por más de una noche. Es mi deseo, mi ilusión y sobre todo el amor que siento hacia tí.

  • Sandra, te estaré esperando ansioso. Cuídate por mí, por los dos.....vale?.

  • Lo haré Alex......por los dos.

Sandra abandonó el camarote de Alex y con una pequeña túnica, se dirigió al camarote de Germán. Llamó a la puerta y cuándo ésta se abrió, se encontró con Breo.

  • Adelante preciosa, creo que tu presencia salvará a nuestro amigo. Pórtate bien.

La dio un beso dulce y cálido y salió de aquel camarote, para dejarlos a solas. Mientras caminaba hacia cubierta, sonreía y pensaba, cuánto conocía a la chica de todos sus sueños. Sandra, siempre Sandra.

Germán, se quedó alucinado al ver en el camarote a quién había creído perder para siempre. No supo articular palabra alguna y menos un gesto de bienvenida. Simplemente se quedó paralizado.

Sandra, se acercó hasta él y le abrazó tiernamente, al tiempo que le daba besos sencillos pero gratificantes en todo su rostro. Germán, no sabía responder y de sus ojos cayeron lágrimas de amor, pero también lágrimas de pena, que fueron bebidas entre caricias, miradas y besos por ella.

Germán, aún se sentía miserable, pero la dulzura que Sandra le daba, poco a poco logró que se calmara y pudiese yacer junto a ella, a la que miraba, respetaba y amaba en silencio.

  • Sandra, por favor......perdóname. Te amo desde el día en que te conocí. Y me siento miserable, por lo que te he hecho.

  • Germán, nada de perdones. Ya estoy a tu lado de nuevo, Verdad?. Entonces, no existe traba o problema entre nosotros dos.

Germán se sintió altamente reconfortado y se abrazó a ella, dejando su rostro inmerso entre las tetas de Sandra, que le daban la energía y el valor suficiente, cómo para volverse a sentir bien, pletórico, joven y enamorado.

Se enroscaron los dos cómo si fuesen un único cuerpo y se dieron placer y amor durante más de 2 horas, hasta quedar exhaustos, sudorosos y terminar durmiendo.

Cuándo Germán se despertó, pudo admirar el cuerpo que yacía junto al suyo. La vio simplemente maravillosa. Su dormir era relajado y su cuerpo bombeaba lentamente el aire en sus pulmones. Mirarla y contemplarla era una dicha infinita y un gozo añadido. Sonrió al recordar la apuesta con Breo. Sería genial poderle pagar la deuda, sólo, por poder estar al lado de ella. Aunque sólo fuese un minuto, ya valía su vida.

Germán aprovechó para ducharse, mientras Sandra seguía dormida. Cuándo salía de la ducha, limpio y seco, Sandra comenzaba a desperezarse. Germán pudo admirar las posturas altamente sensuales de ella y supo qué ella, nunca sería relegada al olvido. Imposible olvidarla.

  • hummnn............ufffff, hola Germán......qué hora es?.

  • Son las 12 del mediodía. Has dormido bien, princesa?.

  • Uyy......siiiií........hummmmmnnn........Las doce?.

  • Tranquila preciosa, no hay prisa para nada. Además es un placer y gozo añadido verte despertar de este modo.

  • Jo.......gracias Germán. Me halagan tus palabras. No me guardas rencor?.

  • Sandra, una vez fui tu seguidor más fiel........más adelante, tu perverso verdugo, de lo que me arrepiento constantemente........y desde hace unas horas tu amor total, pase lo que pase y estés con quién estés.

  • Germán.......no estás desvariando un poco?. No me he comportado contigo, para lo que dices.

  • Sandra, sí lo has hecho y multiplicado por infinito. Te lo explicaré. Sí anoche, no hubieras deseado saber más de mí, yo lo habría asumido. Sin embargo Breo me avisó de cómo eres y aunque tenía mis dudas más que fundamentadas, tu apareciste y te uniste a mí. Y ahí radicó todo mi mundo. Simplemente, tenía cuánto había ansiado y deseado. Y tú, Sandra, me lo diste sin más.

  • Germán, hice lo que mi mente me dictaba. No podría haber soportado que te alejaras de mí. Pero, muchas gracias por tus palabras. La verdad es que me llenan de fuerza y aún más, de energía y amor.

  • Vale......jajajajaja..........me encanta escucharte Sandra. Ahora levántate y date un buen baño, que Breo te vea tan guapa y maravillosa cómo tú eres. Ah, nos besaremos después de que te asees, te parece bien?.

  • Síiiii, vale entendido, debo oler fatal.

Sandra salió de la cama y pasó ante Germán, pero éste la cogió por la cintura y la atrajo hacia sí, para besarla apasionadamente. Sandra, al cabo de unos instantes, se dejó besar y le correspondió hasta sentirse inmersa en una especie de nube de amor y relax.

  • Al baño, mi amor. Tienes de todo y el agua está caliente. Te esperaré aquí. No podría quedarme quieto, si te contemplara en la bañera.

Mientras Sandra se bañaba, Germán se sentó y se tomó un whiskito rememorando cada uno de sus recuerdos para con ella. Eran pensamientos gratificantes en su gran mayoría. Algunos un poco tristes y desconsoladores, pero eran fácil evitarlos sólo con pensar de nuevo en ella.

Cuándo Sandra apareció, Germán se sintió como un súbdito allegado a su Diosa. Estaba guapísima y además seguía siendo sensual, armoniosa y llena de amor.

  • Sandra, estás preciosa........bueno, siempre estás preciosa.

  • Germán, me adulas, pero muchas gracias. Ahora qué hacemos?.

  • Ahora, es el turno de Breo. Creo tener entendido que os conocéis bastante bien. Incluso hasta puntos inimaginables. O sea, que sois capaces de presentir lo que piensa el otro, antes de que suceda. Es así?.

  • Germán, años atrás es verdad que lo lográbamos y sí, nos conocemos bastante bien, aunque últimamente no hemos coincidido demasiado.

  • Dime, que está pensando ahora mismo Breo......por favor.

  • Me lo pones muy complicado Germán. Breo es impredecible, aunque tal cual me llegan sus auras, creo que está pensando en nosotros dos y cuándo me vas a llevar a él.

  • Sandra, me permites visitarle a solas unos minutos?. Así sabré si tus auras son buenas, o no.

  • Vale, pero no tardes demasiado o me volveré loca.

Germán salió de su camarote y llamó a la puerta del de Breo. Y éste le contó sus pensamientos recientes. Los mismos que Sandra había citado.

Cuándo Germán regresó a su camarote, encontró a Sandra leyendo, desnuda y acoplada en uno de los sillones del camarote.

  • Sandra, deja de leer y prepárate, pues Breo te espera desde hace rato. Y es verdad, lo que me decías. No sé cómo se puede lograr éso, pero realmente es así. Te llevaré junto a él, que ya va siendo hora.

  • Germán, no siempre adivino los pensamientos de Breo, pero llegamos a saber lo que nos escribíamos antes de que llegase el escrito, por lo que cualquiera de los dos, ya contestaba antes de que llegase. de ese modo, podíamos decir un montón de cosas en un tiempo mínimo. Además, te digo más. El insistirá en que te quedes en su camarote y que sea de los dos al mismo tiempo. Ya lo verás, así que prepárate, porque no te va a ser posible evitarlo.

  • Sandra, cada día me sorprendes más y más. Venga, vamos a visitar a Breo. Deseas una camisa mía?.

  • No Germán, así me siento cómoda. Además a Breo, le gusta verme desnuda. Bueno, también le gusta verme vestida, pero en otras circunstancias.

Germán y Sandra salieron del camarote y se dirigieron al de Breo. Entraron sin llamar y vieron a Breo desnudo y con su pene rígido, cómo anunciando lo que deseaba de ella.

Sandra, no se inmutó al ver la erección de Breo y se acercó para darle un fuerte y emotivo beso en los labios.

  • Sandra, te llevo deseando desde hace más de una hora. Mira como tengo la polla. Podrás hacer algo por ella?.

  • Breo, lo mejor es que cuidemos y la dejemos reposar en la cueva, hasta que se vuelva ciudadana, no te parece?.

  • Vale, encárgate tú, amor. Germán ponte cómodo y sirve 3 whiskitos, espero y deseo que te quedes junto a nosotros dos. A Sandra le gusta tu presencia.

  • Me quedaré con gusto. Sandra ya me anunció que así lo querrías tú. Es algo que no alcanzo a saber o conocer, pero lo de vosotros dos, me hace reflexionar mucho, sin llegar aún a saber, porqué sucede así.

  • Germán, no te atosigues. Es mucho más fácil de lo que parece. Se llama “unión de auras” o almas. Da igual. Consiste en una afinidad propia de seres que se han amado y vivido en todos los espacios y modos posibles. Aquí dónde ves a Sandra columpiándose sobre mi polla, ella me hace desvariar, pero al mismo tiempo me transmite toda su energía, sensibilidad y amor. Yo la obtengo, la proceso a mi modo y se la devuelvo a ella. Y todo vuelve a empezar.

  • Breo, realmente, no me he enterado de nada.

  • Germán, es muy sencillo....sigue a Sandra y ella te aportará la solución a todos los enigmas. Quizás te resulte difícil al principio, pero lograrás entender todos los dones que da la vida, mediante el sexo y el amor, pero sobre todo por el amor.

Breo, ya jadeaba ante el continuo movimiento de la vagina de Sandra, que subía y bajaba sobre el pene de Breo, sin darle descanso alguno, pero proporcionándole los mayores placeres y sensaciones.

  • Germán, cómo podrás apreciar en Sandra, ella es un cuerpo infinito. Esta llena de placer, de ansias, de amor y de juegos. Nunca tendrás una hembra tan maravillosa. Sandra es única y así deseo que siga siendo. Mírala cómo se mueve, sus ojos, su boca, sus gestos, sus convulsiones, todo. Ella es magnífica y así seguirá siendo muchos años más.

  • La verdad Breo, es que me tiene pillado totalmente. Su cuerpo me llama, me provoca, me instiga a hacerla fechorías, pero no debo hacerlas, porque ella representa mucho para mí.

  • Tonterías, Germán. Acércate a ella y retuércela los pezones, verás cómo y cuánto se excita. Dale cachetadas en las tetas, mientras esté follando y la verás pletórica de energía. Anímate y pruébalo, verás que cambios se producen en ella. O si quieres, métele tu polla en la boca hasta sofocarla, ella te lo agradecerá. Sabe que la voy a azotar, lenta y sádicamente y así lo espera y ansía.

  • No sé Breo, creo que no estoy preparado aún para ella. Me voy a almorzar, después os veré.

  • Entendido, cuándo vuelvas, no es necesario que llames...entras y lo que tu desees.

Germán salió del camarote empalmado, pero con una sensación extraña dentro de sí. Ni siquiera Sandra se había vuelto para despedirse.

Breo, siguió disfrutando de su bella hembra, lanzando resoplidos y removiéndose ante las convulsiones inmediatas a un enorme orgasmo.

Cuándo terminó de eyacular dentro de la vagina ardiente de Sandra, ésta se detuvo para darle tiempo a que descansara y se suavizara su respiración. Sandra ya sabía lo que vendría después y estaba preparada y ansiosa por vivir esas nuevas sensaciones.

Breo no era un sádico, pero a Sandra le gustaba pensar y sentir cómo si lo fuere. A ella le gustaban los malos tratos que sólo Breo sabía inflingirla. Y estaba deseando sentir los efectos de una crueldad consentida.

Sandra, se separó del pene medio apagado de Breo, para con su boca excitarle y extraer los últimos flujos de su semen.

Mamaba ese glande amoratado y semi flácido, succionando sus últimos efluvios, a la vez que provocando nuevas sensaciones placenteras para él.

Cuándo logró exprimir del todo la polla de Breo, este se sentía empalmado de nuevo, pero decidió que un castigo era lo más apropiado para ella y para él.

Sandra estaba preparada para la nueva situación y deseaba ardientemente, que fuese dura y larga la sesión, para poder sufrirla en silencio y desnuda, junto a su gran Amo de Amor.

  • Sandra, has estado genial durante estos días, pero ahora te toca sufrir un poco por todo lo que se ha comido ese coño tuyo. Ya sabes cómo me gusta que te pongas. No lo trataré especialmente mal, pero sí le daré 25 latigazos, sin un grito por tu parte. Al menos eso espero. Colócate mientras busco el látigo fino.

Sandra, sabía que tipo de castigo era. Demasiado cruel, para como ella se encontraba, pero ante Breo, nunca había discutido algo. Y mucho menos sus caprichos, decisiones y deseos.

Colocó una banqueta a los pies de la cama y situó sus caderas sobre la misma, dejando caer su cuerpo al suelo, mientras sus piernas dobladas, se abrían quedando expuesta con los pies sobre la cama. No la apetecía en lo más mínimo estar así y máxime sabiendo lo que la aguardaba, pero ante Breo nunca pudo, ni supo ser suplicante. Debía soportarlo, por más terror que tuviese a semejante tormento.

Breo, que la había observado debatirse en un mudo silencio de terror, sonrió, sin que ella se percatase. Y acercándose a ella con un fino y elástico flagelo de 4 tiras de cuero, se situó ante ella y apreció el cuerpo magnífico de Sandra.

Recordaba, cómo la conquistó la primera vez y todas las cosas que la había hecho, pasando por su primera cita, en donde la crucificó durante muchas horas, al tiempo que la ultrajaba y azotaba. Y seguía estando magnífica y sensualmente atractiva.

Nunca había conocido a alguien tan adaptable para el sadomaso, pero sobre todo tan densa y llena de amor, además de vida y fantasía.

Sandra, podía admirar desde la posición de su cabeza en el suelo, el cuerpo esbelto y siempre joven y elástico de Breo. Era guapísimo cuándo le conoció por primera vez, pero al pasar los años era aún más atractivo y robusto.

Desde su posición y mientras la flagelaba el coño sin piedad, ella no se perdía el encanto de poder ver sus testículos prietos y su pene erecto, moviéndose al unísono de los latigazos.

Se sentía agradecida por poder tener esa visión tan maravillosa de su “AMOR”, aunque sentía cada latigazo como una pesadilla de rabia y dolor.

Breo, terminó de asestarla el 25º latigazo y acercó su rostro al de ella, que estaba empapado en lágrimas silenciosas.

La ayudó a incorporarse y abrazándola, la besó dulce, tierna y largamente hasta lograr la compostura adecuada en ella.

  • Sandra, “mi Dacil”, que alegría siento al tenerte de nuevo. Estás muy guapa y mucho más mujer. Qué tiempos aquellos en los que nos conocimos. Ahora, eres sobradamente mi orgullo. Y sé que no cambiarás ya.

  • Gracias Breo. Sí, me siento más realizada y plena. Pero a veces dudo de mi tipo de vida.

  • Tu tipo de vida es excelente para gente cómo yo. A tí te gusta exponerte y a nosotros, nos gusta atormentarte. Es genial.

  • Sí, Breo, pero cada día que pasa, los castigos son más dolorosos.

  • Bueno, eso es cierto, pero mejor así, no te parece?. A nosotros nos gusta verte sufrir y cuánto más mejor. Sí ahora sientes más el dolor y la perversión, pues es que es genial. Además, ésto irá en aumento por lo que en un par de años, será un suplicio para tí, pero al mismo tiempo te recompensará más ampliamente.

  • Breo, no se qué pensar, la verdad. Cada vez llevo peor lo de sufrir. Hasta los más pequeños azotes, a veces me provocan enormes sensaciones de dolor, cuándo antes me producían placer.

  • Bien, entiendo. Lo que te sucede es que acabas de traspasar la barrera de tus sensaciones. Debes decidir si apartarte de esta vida o bien acometerla de un modo distinto. Comienza tu destino y sólo tú debes elegir el camino.

  • Breo, podrías ayudarme?.

  • No, mi pequeña Dacil. Ni puedo, ni lo deseo. Tú debes decidir tu futuro. Todo, será más duro y bárbaro para tí. Conocerás el dolor verdadero y te sentirás morir muchas veces. Es verdad, que disfrutarás de grandes momentos de pasión, amor y hasta gozosos dolores, pero no podrás ya controlar tus días y tus momentos. Estos se impondrán al azar y tú no sabrás cómo evitarlos.

Sandra, se abrazó con más fuerza a Breo y gimió durante unos minutos, dejándose acariciar las tetas y el vientre por las manos sabias de Breo. Comprendía las palabras de Breo y debía tomar una decisión demasiado drástica.

Este viaje la había avisado de lo que la esperaba. Debería cumplir con Malossi, aún sabiendo que le esperaba lo peor. Pero, sí no lo hacía, qué otra cosa podía esperar?.

No tenía pareja. Nadie que la mimara y cuidara. Quizás lo mejor fuera entregarse según fuesen sucediendo los acontecimientos. Tenía ahora, mayor miedo al dolor, pero aún así su corazón le decía que siguiera adelante, a pesar de los tormentos.

  • Breo gracias por tus palabras de ayuda. No sé que haré, pero no creo que mi vida se pudiese adaptar ya a algo distinto. Aún así, siento el miedo al dolor y a los tormentos que me esperen. Sí supiera leer mi futuro, podría decidir algo. Hago mal en pensar así?.

  • No, mi querida Dacil, haces muy bien. Simplemente quise avisarte de lo que te aguardaba a partir de este día. Pero me encantará que sigas esta vía, porque es la que más se acerca a tu verdad.

Sandra, se quedó durante unos instantes pensativa, para después darle un beso a Breo y ponerse en pie, con las manos sobre el pelo y preparada para ser azotada por su “Amo de Amor”.

Breo, sonrió a espaldas de Sandra y se armó con una fusta fina y elástica y se acercó a la espalda de ella.

En ese instante, entró Germán viéndola desnuda y con las manos sobre la cabeza. Sandra, no dijo palabra alguna y Germán se quedó casi bloqueado. Breo, rompió el silencio.

  • Germán llegas justo a tiempo.  Prefieres follarla antes de que la castigue?. Tiene el coño totalmente irritado de los azotes. O si lo prefieres, su culo está intacto.

  • No, gracias Breo. No deseo aprovecharme de ella en esta situación.

  • Vale, pero no te vayas. Al menos espera a ver cómo la doy unos cuántos latigazos. Podrás soportarlo?.........jajajajajaja. Espero que sí.

Germán, sonrió también, pero no estaba su cuerpo para muchos amagues.

Sandra, por su parte estaba muy seria y sabía lo que se le venía encima. Además, al estar Germán debería apenas gritar y jadear. Lo cual agravaba el castigo. Se debería concentrar en su cuerpo junto a Breo, Germán o Alex, que eran quienes la habían hecho volar de placer.