Crucero por el Mediterráneo (3)

Germán le cede el día a Malossi y Sandra se ve sometida a un tratamiento ligeramente cruel. Espero que os guste hasta mi regreso de vacaciones. Un beso....Sandra Raquel.

CRUCERO POR EL MEDITERRANEO

--------------------- 3ª parte------------------

  • Buenos días, Sandrita. Has dormido bien?.

  • Sí, la verdad es que muy bien, gracias Malo. Me vas a azotar en la cama?.

  • No, encantadora hembra. Sólo te até para poder disfrutar de tu despertar, desnuda y atada. Aunque te preparo una sorpresa para el resto del día. Ahora te desataré, te darás una ducha y saldremos a desayunar.

Sandra, se quedó un poco perpleja ante semejantes palabras de Malo (Malossi). Una vez en pie y fuera de la cama se abrazó a él y le besó, mientras restregaba su cuerpo desnudo contra él.

Pasó al baño, orinó y después se lavó los dientes después de una severa, pero gratificante ducha de agua fría.

Se puso un pareo sobre sus tetas y salió acompañada de Malo, hacia el salón en donde ya estaban todos los demás, a excepción de FX, que se ocupaba de la nave.

Nada más verla, todos gritaron a coro un ""YA ERA HORA.."" y rieron, mientras les hacían sitio a los dos.

Desayunaron entre chanzas y bromas, sobre todo dirigidas a ella.

Al terminar el desayuno, se levantó Malo tirando del pelo de Sandra, sin miramiento alguno y ante cierta perplejidad por parte de algunos de los presentes. Sin embargo, Sandra no se sintió ultrajada y siguió a Malo hasta la cubierta.

Una vez en el exterior, Malo la quitó el pareo y la condujo hasta el centro de la popa, justo entre la cabina del puente y la piscina. Había unas cadenas que colgaban desde una cruceta del puente, con unos grilletes plastificados y separados entre sí un par de metros.

Sandra, ya sabía que iba a ser anclada en sendos grilletes, pero se sentía llena de alegría de sabérselas con Malo de nuevo, aunque desconocía que se proponía hacerla a pleno sol. Hacía ya demasiado calor para estar en ese lugar. Sin embargo contempló todos los preparativos que realizaba Malo.

  • Puedo ayudarte en algo, Malo?.

  • Sandrita, hacía mucho tiempo que no me nombrabas así. Creo que podrías ayudarme a desenredar estos látigos y de paso limpiarlos un poco.

  • Vale, lo haré. Son todos para mí?.

  • Te gustaría que lo fueran?.

  • No lo sé, pero me encanta mirarlos.

  • Bueno, de momento desenróllalos y después los limpias bien con este líquido. Ah! y ponte una pamela o pillarás una insolación.

Aquel detalle de Malo, me hizo sentirme bien. Era un detalle digno de guardar en la memoria.

Sandra, se limitó a desenredar los látigos y limpiarlos con aquel líquido azulado. Cuándo terminó la tarea eran casi las 12 de mediodía.

  • Sandra, ya te toca posar desnuda para los demás. En breve pasarán a la piscina y deberán poderte contemplar cómo he imaginado. Salta y alcánzame ese grillete, después pillaremos el otro.

Saltó y asió el grillete sin dificultad alguna. Y se lo pasó a Malo, que a su vez le ancló la muñeca izquierda en el mismo.

Malo, en un solo salto, agarró el otro grillete y lo fijó en la muñeca derecha de Sandra.

  • Bien, ya estás atada. Es la hora de escribir el mensaje a los demás.

Sandra, no decía nada pero miraba expectante a Malossi, que en aquellos instantes cogía una especie de rotulador y escribía sobre el cuerpo desnudo de Sandra un mensaje muy largo.

"Decía así................:

"

**CORTESÍA DE MALOSSI

"..........**

""Por favor, para poder comer, es necesario que me borréis todas las letras a latigazos""......"

Según escribía Malossi sobre el cuerpo de Sandra, llegando desde los hombros hasta los muslos, la pintura subía y se quedaba pegada a la piel con 2 milímetros de espesor, por lo que las letras se veían perfectamente.

Sandra, se sentía alucinada ante semejante rotulador. Y aunque sabía lo que decía y significaba, no paraba de darle vueltas a la cabeza, las maravillas de semejante rotulador.

  • Malo, ese rotulador es genial. Ya se lo que significa lo que has escrito en mi piel, pero cómo lograste ese aparatejo?.

  • Te lo contaré en Madrid, al regreso del crucero.

  • Cómo dices?-

  • Que cuándo ya estemos de vuelta, te invitaré a mi nueva casa y allí te lo contaré todo........y algunas cosas más.

  • Qué tipo de cosas, Malo?.

  • Bueno, pecata minuta, Sandrita. Tratamientos severos de sado, incluyendo experiencias muy duras en electro, urticantes, frío, calor, desmenbrantes y hasta quemaduras en diversas partes sensibles de tu anatomía.

  • Malo, creo que estás peor que tu nombre. Qué cosas se te ocurren. No iría a tu casa, ni por todo el oro del mundo.

  • Ya sé que no irás por el oro, pero vendrás dócilmente a mi casa y te haré las perrerías mas grandes que jamás hayas imaginado.

  • Malo, creo que el sol te está ablandando el coco.

  • No, Sandrita. Estoy seguro de que me visitarás, por eso te estoy diciendo todo lo que te va a suceder en mi nueva casa.

  • Por qué presupones todo eso, Malo?.

  • Pues, porque te conozco desde hace años y sé que vendrás a mi casa sin condiciones, sólo para entregarte a mí y mi sado-lujuria acumulada.

  • Malo, lo que me propones es una especie de suicidio lento y muy doloroso. Imaginarás, que no lo voy a aceptar ni aunque estuviera drogada, verdad?.

  • Jajajajaja.........lo aceptarás, Sandrita. Ya lo verás. Además en la visita, me traerás un látigo especial para Bullwhip que tú misma elegirás. Y ya puedes ahorrar, porque no cuesta menos de 3.000 euros.

  • Ni lo sueñes, Malo.

  • Vale, no necesito soñarlo. Por el momento es todo cuánto te digo. Ahora anclaré tus tobillos separados y te dejaré colgando. Ah!, antes pondré una venda sobre tus ojos, para que no veas el panorama.

Sandra, se dejó poner la venda y no pataleó al ser anclados sus tobillos, quedando colgante y formando una especie de X.

Sentía el sol abrasador, pegado a su cuerpo que la hacía sudar y hasta la picaba un poco las tetas y los costados, porque los 32 grados de temperatura, a pesar de la brisa cálida y húmeda del mar, la iban achicharrando lentamente.

Sandra, no cesaba de pensar en las palabras convencidas de Malossi. Cómo se le habría ocurrido tal cosa?. Era absurdo, pero sus palabras seguían resonando dentro de ella, mientras permanecía colgada y expuesta a la perversión del sol.

No sabía cuánto tiempo había transcurrido desde que sus ojos quedaran cubiertos por la venda, pero escuchaba voces cercanas y al perecer leían lo que en su cuerpo estaba escrito, pues escuchaba pequeñas risas y hasta alguna broma mal sonante.

Sandra, deseaba ardientemente ya, que la azotaran de algún modo y que para ellos fuese una especie de juego. Sentirse colgada, sin poder sentir nada era altamente desesperante.

Alguien intentó arrancarle una letra tirando de la misma y sólo logró un alarido por parte de ella. Al parecer desistieron de arrancarle las letras del cuerpo. Pero nadie la azotaba.

  • Sandra, soy Alex. Sí lo deseas yo puedo hacer que te liberen.

  • Oh Alex, gracias......pero no, estoy a merced de Malossi durante todo el día de hoy. Sólo puedo ser liberada cuándo no tenga letras sobre mi cuerpo.

  • Y no hay formas de sacarlas, sin azotarte?.

  • Ya lo han intentado Alex y me ha dolido un montón........mucho más que 2 latigazos seguidos.

  • Bien, en ese caso animaré a la tropa para que se afanen en hacer desaparecer esas letras. Por cierto, estás preciosa así, Sandra.

  • Gracias Alex........me gusta lo que dices.

Alex se apartó y Sandra pudo escuchar entrecortadamente, que ella debía descansar lo antes posible, así que animaba a todos que la hicieran desaparecer las letras impregnadas en su cuerpo.

  • Sandrita, creo que están muy amuermados con el calor. Sí me prometes que asistirás a mi casa después del crucero, yo mismo azotaré tu cuerpo hasta eliminar todas las letras y así puedas comer con todos.

  • Malo, me gustaría decirte que sí, pero no me atrevo.

  • Atrévete.....lánzate a la piscina, Sandrita. A tí te gusta ser dominada y lo que más ser humillada y atormentada. Dí que sí y te quito a latigazos las letras, comemos y después a mi camarote a follar y a que te enseñe algunas prácticas mías de las que te aguardarán en Madrid.

  • Jo.........Malo, me lo pones fatal.

  • Y..........?

  • Vale, que sí...........que ya me he decidido. Iré a tu casa sin condiciones.

  • Ves qué fácil es, Sandrita?.

  • Ahora unos cuántos latigazos y a comer junto a los demás. Y después nuestra fiesta secreta. Por cierto, sigues estando preciosa.

  • Gracias........Malo.

Sandra fue azotada en exclusividad por Malossi, hasta que éste anunció que había perdido todas las letras en el cuerpo.

Sandra, se sentía agradecida a Malossi y un poco defraudada por los demás. Cuándo Malossi la liberaba, tuvo que abrazarle y dejarse llevar hasta el salón, para poder comer con los demás.

Malossi estaba pletórico, aunque un poco escocido por la respuesta de los demás, hacia su chica del día.

Comieron en silencio, aunque hubo risas y miradas lascivas sobre el cuerpo desnudo de Sandra, que ella ignoró. Prefería al ultrajante Malossi a los demás. Y deseaba irse enseguida a su camarote. Ahora ya deseaba sentir todo lo que él quisiera hacerle. Al menos, se sentiría atendida.

Terminada la comida, Malossi agarró del pelo a Sandra y ambos se fueron hasta el camarote de Malossi.

Sandra apenas había probado bocado, pero se sentía bien con Malossi.

Nada más entrar en el camarote, Malossi la tumbó sobre la cama con una bofetada, que la dejó aturdida durante unos segundos.

  • Malo........qué es lo qué he hecho mal, para merecer este trato?.

  • Sandrita, no has hecho nada mal......al contrario, has estado genial. Simplemente me apeteció darte esa bofetada. Algo que aludir?.

  • No, está todo bien. Gracias Malo.

  • Así que vas a venir a mi casa, verdad Sandrita?. Uy te esperan tormentos crueles y un trato muy humillante.

  • Malo, me lo pones genial para desdecirme.

  • Jajajajajajaja........Yo creo que todo lo contrario, preciosa mía. Es más ahora te atormentaré los pezones y el clítoris con electrodos y después follaremos hasta reventarnos. Había pensado exhibirte esta noche para ellos colgada de los tobillos, pero dado cómo se han comportado, lo guardaré para nosotros dos.

Sandra, alucinaba. Malo, era directo y la exponía las máximas depravaciones sobre su cuerpo...y sin embargo ella no deseaba perderlo. No le amaba lo más mínimo......ni siquiera le gustaba como físico.....pero algo había en él, que la llevaba a los más oscuros rincones de su mente.

  • Vale, me rindo Malo........seré tuya y del modo que tu quieras, sin condiciones.

  • No esperaba menos de tí Sandrita. A ver busqueños las pinzas de cocodrilo........ah, aquí están. Bien te pondré una en cada pezón y otra en el clítoris, asi que vete masajeándolo para que aparezca y poderlo pillar.

Y Sandra obedeció sin rechistar, acariciándose la vagina y rozando el botón especial hasta hacer aflorar su pequeño pero estimulante clítoris, que Malossi pinzó ante el dolor de Sandra. Una vez anclado el clítoris, Malo la pinzó cada uno de los pezones y echándose sobre ella la besó con lengua profunda y después de unos segundos de gemidos, le ató las manos a la espalda con un cable de luz.

Sandra, nunca había experimentado los calambres por electrodos y menos en su clit, así que se sentía un poco desesperada, pero al mismo tiempo ardiente de descubrir que le aguardaba.

Malossi la sonrió y conectó los tres cables a un aparato reducido y de éste un cable a la corriente eléctrica. Sandra miraba con ojos extraños, llenos de un miedo atroz, pero sin intentar liberarse del tormento que la aguardaba.

  • Asustada, Sandrita?.

  • Sí.........mucho........uffffffff......Me va a doler?.

  • No te va a doler demasiado, pero te sentirás muy rara y sentirás calambrazos profundos en los pezones y en el clit. Iniciaré con la potencia más suave. Aquí pasaré de 1 a 2. Pero en mi casa no bajará de 4 nunca.......y llega hasta 7. Así que disfrútalo y sueña con sentir intensidades más elevadas.

  • Jo..........bueno.......vale, Malo......lo que tu decidas.

  • Así me gusta mi preciosa Sandrita.

Y Sandra se removió sobre la cama, como si la estuvieran arrancando las tetas y el coño al mismo tiempo, cuando las primeras fluctuaciones llegaron hasta ella. Sus ojos se llenaron de lágrimas y sus labios se cerraron para evirar soltar un alarido estremecedor.

Malossi, giró el contacto a 0 y la permitió recuperarse un poco.

  • Qué tal Sandrita?-

  • Ufff, me he sentido fatal. Ponme una mordaza, porque siento ganas de gritar. Podría probarlo otra vez en la misma intensidad?.

  • Vale, te lo repetiré otra vez. Ya sabía yo que te iba a gustar ésto.

Malossi, la colocó una mordaza de bola y tras apretar mas fuerte las ataduras, volvió a girar el contacto hasta el 1.....y lo mantuvo así durante 15 segundos, mientras Sandra se debatía entre estertores y convulsiones que daban miedo de ver.

Malossi, giró el contacto al 0 y esperó a que Sandra se recuperara.

  • Mejor ahora, Sandrita?.

  • Aggggggg........ufffffff..........si.......siiiiiiii........mmm, creo que ahora lo he entendido bien.

  • Probamos con el 2?

  • No, antes fóllame, azótame y tortúrame........después me dejaré encalambrar de nuevo.......hasta el punto que quieras.

  • Jajajajajaja........sabía yo que eras segura......jajajajajaja.

Malossi, la quitó mordaza, pinzas y cuerdas y se sumergió junto a ella en una orgía de sexo descarnado y brutal, que Sandra agradecía y le animaba a ser más depravado en cada instante.

Sandra gemía y se convulsionaba llena de placer, ante las cosas que la hacía Malossi y deseaba más y más a cada instante.

Pocos minutos después terminaron agotados y sudorosos, pero Sandra aún jadeante se izó y cogiendo el paquete de tabaco de Malossi encendió un cigarrillo exhalando el humo al tiempo que se ponía a horcajadas sobre el cuerpo de él tendiéndole el cigarrillo encendido.

  • Malo, quémame los pezones, el clit y lo que quieras. deseo sufrir para tí.

  • Sandra, esto se ha acabado ya por hoy. En Madrid, te haré todo eso y mucho más.

  • Por favor, Malo.......sólo un ratito. Y después azótamelos y me pones las pinzas......solo unos momentos, no podría dormir así.

  • Vale, haré lo que pides. Pero, ni se te ocurrar soltar un ay.

Sandra asintió y se preparó para recibir el tormento minorizado de Malossi.

La quemó suavemente en cada axila, ante los resoplidos que ella daba y después en varios puntos de sus tetas, mientras Sandra se removía entre espasmos y sensaciones de dolor y placer inimaginables.

Sandra, cayó desplomada de puro agotamiento sobre el cuerpo de Malossi y así terminaron de pasar la noche, durmiendo cómo dos enamorados más.