Crucero por el Mediterraneo 2

Segunda parte de la historia. Lo que le ocurrio a Carlos y Ana.

Después de estar un buen rato relajándonos en la piscina a la luz de la luna y las estrellas y habiendo tocamientos por debajo del agua decidimos que la noche ya había acabado y nos dirigimos hacia los camarotes respectivos. Nos despedimos con un beso en la puerta de su cuarto, ella entro y yo me dirigí hacia el mío. Al entrar me encontré a mis dos amigos sentados en la cama.

-          ¿Dónde te metes?- Me pregunto Carlos tomando un sorbo a la que se estaba bebiendo. Que te hemos perdido la pista desde que saliste de la discoteca.

-          Pues he ido a tomarme un bañito a la piscina que tenía ganas de bañarme de noche.

-          A ¿Ahora a eso se le dice a eso un bañito no?- Me contesto Antonio riéndose.

-          Pues he hecho lo mismo que ustedes dos, que a uno lo he visto y al otro me lo han contado. Además que poca vergüenza me despedí al salir de la habitación y ni tuvisteis la decencia de contestar.

-          Como tu comprenderás no estaba yo en la situación de contestar.- Me contesto Carlos riéndose.

-          Bueno ya que estamos aquí los tres vamos a contar lo que nos ha sucedido esta noche no.- Dijo Antonio apurándose la copa que se estaba bebiendo.

-          Venga vale pues empiezo yo.- Dijo Carlos: Pues cuando te fuiste de la discoteca con María seguimos bailando una rato mas los cuatro, yo al rato yo ya estaba un poco cansado así que me fui a uno de los sofás que había en la discoteca para descansar un poco, estando allí sentado llego Ana y se sentó al lado mío.

-          ¿Qué poco aguante tienes?- Me dijo mientras le daba un sorbito a la copa que e estaba tomando.

-          Oye poco aguante no es que llevamos un buen rato bailando. ¿Bueno y que te cuentas?, cuéntame algo de ti.

-          Pues mira, acabo de terminar la carrera, llevo casi tres años sin pareja, y casi el mismo tiempo sin tener relaciones sexuales.

-          Pues será porque tú no quieres porque tienes un cuerpazo que quita el hipo.- Le conteste yo mientras le ponía una mis manos en su pierna.

-          Que va lo que pasa es que no hay ningún chico que me allá llamado la atención en estos casi tres años.

Tras decirme esto se me abalanzo y me empezó a comer la boca de una forma muy apasionada. Yo la verdad es que no me lo esperaba pero al ver su reacción yo me deje lleva y también le seguí el juego. Mientras nos besábamos y al ver que estábamos en un sitio oscuro y apartado sin mucha gente a nuestra alrededor decidí meter mi mano debajo de su vestido. Me sorprendí que no llevara nada debajo, el tacto de su chocho era muy suave, estaba completamente depilada y se notaba que se lo había depilado ese mismo día. Desde el primer momento se notaba que estaba muy mojadita y no habíamos hecho aun casi nada. Mi pene estaba ya que iba a reventar os pantalones y Ana lo noto porque poso su mano en mi pene y lo empezó a acariciar por encima de los pantalones. Mi reacción tras esto fue el de meterle un dedo en su chocho, tras notar esto Ana pe dio un mordisco en el labio, se notaba que estaba llena de lujuria.

-          Oye y si nos vamos a mi camarote que allí estaremos más a gustos y sin que nadie nos vea.- Le dije yo mientas me separaba de sus labios pero con mi dedo aun metido en su chocho.

-          Vale pero para irnos me tendrás que sacar la mano de debajo de mi falda. Aunque por mi lo dejaría metido hay toda la noche.

-          Tranquila que en el camarote te voy a meter los dedos y lo que tú quieras.

Después de estas palabras le metí y le saque un par de veces más mi dedo en un chocho y nos levantamos para irnos. Antes de irnos buscamos a Antonio y Patricia que estaban un par de sillones al lado del nuestro también dándose el lote.

-          Oye que nos vamos a nuestros camarotes.- Le dije yo a Antonio.

Sin dejar de besar a Patricia me levanto el dedo diciéndome ok todo vuestro el camarote.

Mientras esperábamos a que llegara el ascensor no dejamos ni un solo segundo de besarnos y meternos mano por todos los recovecos de nuestros cuerpos. Al fin llegamos al camarote y allí tire a Ana de un empujón a la cama y m puse encima de ella. Al rato de estar así empecé a desnudarla, al ser el vestido de una sola pieza no me costó mucho tiempo en quitárselo, y al no llevar braguitas me fui directamente hacia su chocho. Todavía estaba muy mojada y con muchas ganas de marcha. Sin perderé el tiempo empecé lamerle el clítoris mientras le metía un par de dedos. Los gemidos de Ana cada vez eran más fuertes y se contoneaba como una loca hasta que le llego el primer orgasmo.

-          Oye yo quiero también llevarme algo a la boca así que tráeme para acá tu pene.- Me dijo Ana con una cara de lujuria que pocas veces había visto.

-          Vale pero yo quiero seguir comiéndote el chocho así que hacemos un sesenta y nueve.

Me baje los pantalones y ella me bajo los calzoncillos y nada más bajarlos se metió mi pi pene en su boca sin dejar un solo milímetro fuera de su boca. Yo después de esto seguí a lo mío y de  me fui directamente otra vez hacia su chocho. Aun estaba palpitando del anterior orgasmo y aun salía fluidos de él.

-          En ese momento es cuando entraste tú, que eres muy inoportuno.

-          Jajaja que le vamos hacer yo tenía que ir por mi bañador.- Le conteste Luis riéndose.

Bueno como te distes cuentas nosotros ni nos inmutamos seguimos a lo nuestro, la verdad es que me estaba haciendo la misma mamada que me habían hecho en mi vida.

-          Se nota que llevas tiempo sin hacer esto porque valla tela como me estas poniendo, voy a reventar como sigas así.

-          Que ganas tenia de esto que necesitada estaba.- Tras decir esto se volvió a meter mi pene en su boca.

Tras un buen rato así se saco mi pene de la boca y me dijo:

-          Esto que he tenido en mi boca lo quiero tener dentro de mi chocho y ahora mismo.

Tras escucha esto me levante y ella se puso a cuatro patas justo en el borde de la cama, y yo de pie le puse la punta de mi pene justo en la entrada de su chocho, antes de entrar quise ser un poco malo y empecé a rozar la punta por los labios vaginales de ella, ella ya deseosa me cogió el pene y se  lo introdujo de una sola vez hasta dar mis huevos contra sus muslos. A los pocos segundos de estar así a Ana le llego el segundo orgasmo de la noche, pero yo para ser un poco malo con ella no pare el ritmo, al hacer esto ella miro hacia atrás donde estaba yo y me dijo.

-          Ni se te ocurra parar.

-          Vale pero vamos a cambiar de postura que estoy deseando de comerme esos pechos que veo que son muy apetecibles.

Tras decir esto me tumbe en la cama  y ella se puso encima mío. Empezó a cabalgarme mientras se amasaba ella misma sus pechos y se pellizcaba los pezones, que eran rosaditos y con unas pequeñas areolas. Cuando intentaba tocárselas no me dejaba y me decía.

-          Tú sigue dándome y si te portas bien te dejare que hagas lo que quieras con mis tetas.

Yo al escuchar esto seguí dándole cada vez más fuerte, en ese momento fue cuando Ana llego a su tercer orgasmo. Tras esto ella dejo de amasarse y pellizcarse los pezones y ella misma fue la que me ofreció sus pechos. Yo no perdí el tiempo y empecé a lamerle y a chuparle los pechos, también le mordisqueaba los pezones. Yo ya en ese momento no podía más y le dije.

-          Estoy a punto de correrme, ¿Me corro dentro?

-          No quiero que te corras en mi boca que hace tiempo que no lo hacen.

Yo al escuchar esto me levante de la cama y me puse de pie en ella, Ana se puso de rodillas y empezó a pajearme de una forma endiablada, cuando estaba ya apunto se metió el pene en la boca y empecé a descargar dentro. Ella intento que no se saliera de su boca nada, pero le fue imposible porque yo descargue mucho al estar tan excitado como estaba. Cuando termine de correrme ella se la saco de la boca y los restos que se le había derramado sobre sus pechos los recogió con los dedos y se lo metió en la boca, tras esto empezó a lamerme el pene para dejármelo limpio, tras dejármela limpia fue al baño para asearse ella un poco y vestirse para irse a su camarote. Nos despedimos con un beso y se fue para su cuarto. Y justo al poco tiempo de irse llego Antonio y a los cinco minutos has vuelto tu Luis.

Continuara….