Crossroads XII

Hay mucho que decir sobre el vaso medio lleno, sobre saber decir cuando; creo que es una línea borrosa, un barómetro de necesidad y deseo...a veces solo queremos probarlo, otras veces no hay suficiente, el vaso no tiene fondo y lo unico que queremos es más.

CAPITULO 12

DIEGO

Tengo una tía que cuando te sirve cualquier cosa, te dice: “Dime cuando”. Mi tía decía dime cuando, y nosotros no lo decíamos, no decimos cuando porque siempre existe la posibilidad de que haya más, más tequila, más amor, más de lo que sea, más es mejor.

  • Nunca dejaras de ser mal educado - le reclamo ella a Diego y a pasos cortos camino hacía mi extendiéndome la mano - ¡Mucho gusto! Soy Hannah, la novia de Diego.

Sabiendo ya como era Hannah no era nada extraño que dijera lo que fuera a decir sin siquiera pensarlo, sabía que no iba a poder evitarlo y mucho menos retrasarlo, pero al menos quería hablar antes con Gabriel para explicarle exactamente de que se trataba todo eso.

Gabriel reacciono casi inmediatamente después de lo que Hannah le dijo y rápidamente me miro a mí y luego a ella, antes de subir las escaleras sin siquiera decir una sola palabra.

  • ¿Qué le paso? - pregunto Hannah mirándome sin poder entender nada - ¿Dije algo malo?

No pude ni siquiera comenzar a responderle cuando Gabriel ya estaba bajando hacía nosotros vestido con la ropa con la que había llegado. No miro a Hannah y mucho menos me hubiera mirado a mí sino fuera porque estaba justo frente a la puerta.

  • Quítate - me dijo en una voz bastante baja y mirándome distraídamente -.

Iba a decirle algo y ya sabía exactamente qué, pero conociendo ya un poco a Gabriel no hubiera importado lo que hubiera dicho porque igualmente se iba a ir. Me aparte lentamente y lo vi caminar hacía la calle antes de tomar un taxi que al parecer acababa de dejar a un pasajero hace unos segundos. Al menos ya estaba seguro que había tomado un taxi, lo que si iba a ser más difícil era saber si había llegado bien a su casa o no.

  • ¿Qué hay con él? - me dijo Hannah haciéndome voltear hacia ella y automáticamente cerrando la puerta - Está un poco tocado tu amigo ¿no?

Comienza a sonar Treasure - Bruno Mars

  • Hannah apenas acabas de llegar - respondí mientras caminaba hacia ella y tomaba su maleta que estaba un poco más pesada de lo normal - y ya estas criticando todo lo que se te atraviesa.

  • Ya me conoces ¿no? - pregunto riendo mientras caminaba junto a mi hacía mi habitación - pero es en serio Diego, ¿Le hice algo malo? Porque la verdad es que estaba un poco - bastante raro.

  • Generalmente él es siempre así - comenté, mientras abría de una patada la puerta de mi habitación y lanzaba la maleta en el suelo - y ya deja las preguntas y acuéstate a dormir que mañana tienes que explicarme algunas cosas.

  • Al menos podías haber subido la maleta a la cama - y de un saltó se subió a mi cama - que por cierto ¡la pido yo! Así que vete haciendo un lugar en el suelo o en el cómodo sillón de abajo.

  • ¡Pero es mi cama! - dije subiendo un poco la voz y pateando la ropa que Gabriel hace minutos llevaba puesta - y además ¡es mi casa también!

  • Y ¡No me importa! - me grito imitando bastante bien mi voz - soy la visita y además soy una mujer, y para que veas que soy una buena persona y te quiero mucho ¡toma! - dijo mientras me lanzaba una almohada en la cara -.

  • Mejor vete a dormir Hannah - tomé la almohada y la coloque en mi hombro - había olvidado lo que era tenerte aquí molestando - agarre bastante ropa que estaba en el suelo y que sospechaba le hacía bastante falta una buena lavada - y más te vale no hacer una de tus famosas bromas porque de verdad necesito dormir y además mañana me levanto temprano para la Universidad - y antes de irme le lancé toda la ropa echa una bola justo en la cara -.

  • ¡Estúpido! Además sabes que me amas, y ¿la Universidad? ¿Qué le paso al Diego alérgico a la Universidad? - gritó suavemente justo después que rápidamente cerré la puerta y comenzaba a bajar las escaleras - ¡DIEGO LAVA TU ASQUEROSA ROPA! - reí mientras un buen grito se escuchó bastante claro en el sillón de la sala donde estaba acostado -.

Me trate de acomodar en el sillón, acomode la almohada y maldije a Hannah por hacerme dormir tan incómodamente, no quería pensar en nada y solo quería dormirme pero me movía constantemente tratando de encontrar una posición donde todo mi cuerpo entrara en el maldito y pequeño sillón, ya cuando finalmente me di por vencido termine pensando en Gabriel y todo lo que había pasado, y en como el idiota seguro estaba ahorita pensando lo que no era con respecto a Hannah, sabía que lo mejor era explicarle todo desde el principio, pero también sabía cómo era de idiota Gabriel y como de seguro iba a terminar diciéndome en ingles que era una mierda y que iba terminar evitándome hasta que uno de los se cansara. Finalmente cuando lance la maldita almohada en el suelo y me tire ahí para dormir, decidí que antes de ir a la Universidad pasaría por la casa de Gabriel para obligarlo a hablar como debía ser.


Después de esperar casi una hora a que Hannah terminara de usar el baño y que casi prácticamente me obligara a salir a comprar comida “para los dos”, finalmente arranque el carro en dirección a la casa de Gabriel; luego de pensarlo un poco decidí que lo mejor era esperarlo cerca de la Avenida donde por lo general agarraba el taxi para ir a la Universidad, así no tendría ninguna oportunidad de evitarme caminando por otra calle que no fuera la que estaba frente a su casa.

Ya habían pasado alrededor de diez minutos y preferí esperarlo comiendo algo y aprovechando la ocasión bebiendo algo también, estaba apoyado en mi carro bebiendo la cerveza cuando vi que Gabriel venía caminando revisando su celular y con los audífonos puestos. Ya estaba preparado para todo lo que venía, especialmente para sus increíbles comentarios.

  • ¡Ah claro! Ya me había extrañado no verte esperándome frente a mi casa - me dijo luego de estar bastante cerca de mí y levantar la cabeza para ver el camino -.

  • Quería hablar contigo - comencé a decirle, mientras se quitaba los audífonos y me miraba normalmente... quizás demasiado normal - de lo que paso ayer, ya sé que seguro estas confundido con eso y con Hannah y la verdad es que quería expli... - no me dejó ni siquiera terminar la frase -.

  • No es necesario Diego, en serio no hay nada que explicar - interrumpió con el tono de voz normal de antes, y me miro despreocupado - yo sé exactamente qué está pasando y también quien es Hannah ¿no? ¿Ese era su nombre? - me pregunto rápidamente pero no espero mi respuesta - recuerda que ella misma me lo dijo ayer, no hay problema alguno.

  • No creo... que entiendas en verdad que pasa, todo eso de ayer.

No pude terminar de hablarle porque la sonrisa que puso me distrajo un poco.

  • ¿Hay algo gracioso, o qué? - pregunté algo serio -.

  • Lo gracioso es como te preocupas en explicar algo que no es necesario - respondió rápidamente, mientras me miraba - ya eso paso y no es necesario volver a eso otra vez - hizo una pausa corta - lo único para lo que en realidad quería hablarte era para decirte que esto que estás haciendo, lo dejes de hacer.

  • Espera... ¿Qué?

  • Ya Diego dejémonos de juegos, y de verdad deja el estúpido deja vu del gato y el ratón - me miró nuevamente - no necesito que estés buscándome “para hablar”, para ya con eso, para con las excusas que de verdad no quiero escuchar y para con todo. Entien... - lo interrumpí de una sola vez -.

  • No son excusas, lo que qui... - pero al parecer no le importo que lo hubiera interrumpido, porque continúo hablando -.

  • Entiende que lo que pasó ayer, pasó y listo. Todo - dijo recalcando esa palabra - lo que paso ayer, pasó y listo. Piensa que fue algo así como una segunda oportunidad o una wake up call , olvida lo del “arreglo”, olvida lo de la habitación, olvida lo del auto, olvida lo de Julián, olvida todo eso - continuó, sin dejar de mirarme con esa extraña expresión - nada de eso sucedió... es más ¿de que estábamos hablando?

No sé si fue el tono sarcástico con él que me dijo la última pregunta, o en realidad todo lo extraño que estaba resultando la conversación, pero la verdad es que no sabía ni que decir, ni que responder.

  • Y la verdad es que ya se me está haciendo tarde para la Universidad - y al contrario de la “charla” anterior, su mirada y su expresión cambio... ahora estaba bastante serio y al parecer molesto - así que solo me queda decirte algo - hizo una pausa, y luego hablo con una voz baja - en el salón de clases, la Universidad, y en prácticamente cualquier lugar... yo no estoy, yo no existo y por lo tanto no puedes hablarme, imagina que cuando vez donde yo debería estar solo hay un espacio vacío con el que no debes ni puedes hablar. Sé que cuando vuelvas a ser amigo de Santiago, porque sé que lo harás, van a haber momentos donde “mágicamente” volverás a verme y eso gracias al estúpido cuento de hadas que están viviendo Vanessa y Santiago, pero la regla de “no hablar” seguirá vigente; es más piensa que es algo así como un juego que se llama “¿Dónde está Gabriel?”, y que como los juegos de antes tiene niveles infinitos y lo mejor es nunca perder. Así que también como sabes las reglas fueron creadas por una razón y cuando las rompes recibes un castigo - se acercó un poco más y su tono de voz y mirada se volvieron más duros - escúchame bien porque solo lo voy a decir una vez, si llegas a tratar de hablar conmigo bajo cualquier circunstancia y en el lugar que sea... te voy a romper la cara, como debí haberlo hecho anteriormente y créeme que sinceramente últimamente necesito algo en lo que volcar tanta “violencia” acumulada por tantos años y solo necesito una excusa para que termines siendo el “Ganador”... y bueno ahora que lo pienso en este “Juego” el único ganador soy yo, porque si no me hablas termino ganando, y si me hablas obviamente también gano.

Y caminando normalmente se fue unos pasos más adelante para tomar un taxi, yo me quede... solo eso “me quedé”, pero ¿!Que Mierda había pasado!? , que mierda... que mier... que mierda todo. No podía ni siquiera comenzar a explicar nada de lo que había acabado de suceder, después de horas de haber calculado cada una de las posibles cosas que podrían suceder y las respuestas que tenía ensayadas para cada una de ellas, llega Gabriel con su mierda del juego de no-se-que verlo ni hablarle, tal vez me había hablado en Ingles, y sinceramente era lo que creía, porque nada de lo que había dicho tenía algún sentido para mí.

Supuse que estaba al menos un poco molesto, pero de ahí a que me llegara con la versión opuesta de molesto - ¿Feliz? - y con un discurso de estupideces estaba bastante lejos. Es que nada, nada pero ¡Nada! De lo que había dicho tenía sentido; no sabía si es que había tenido un ataque o si simplemente no se había tomado su remedio de “maldito loco” pero es que hasta sentía que la persona con la que había acabado de hablar no era él, era otra persona... normal, tranquila y hasta un poco - más - malditamente loca que de lo que estaba acostumbrado cuando estaba con Gabriel.

No sabía cuánto tiempo había pasado pero suponía que no mucho porque mi celular no había sonado con el siempre puntual mensaje de Manuel para saber si ya estaba en la Universidad, aun pensando en que era exactamente lo que había acabado de pasar me subí al auto y completamente distraído maneje rápidamente a la Universidad, quería al menos llegar más rápido que el taxi en el que se había montado Gabriel para ver si podía hacer que me explicara que mierda había sucedido.

Lo único bueno de la mañana es que el estacionamiento estaba bastante vació y estacione cerca de la salida/entrada, así me serviría para saber cuándo Gabriel llegara y además a la hora de salir de clases no tendría que maniobrar para no chocar los carros caros de los niños “buenos” de la Universidad; justo estaba terminando de bajarme del carro y mientras colocaba la alarma escuche como se estacionaba alguien cerca de la entrada, y era un taxi, y era Gabriel quien venía en el asiento de atrás, y era Gabriel bajándose y caminando normalmente hacía la entrada.

Camine rápidamente y espere que estuviera lo suficientemente cerca para decirle lo que quería, pero el extrañamente caminaba aún con los audífonos puestos y normalmente... como si él fuera normal.

  • Ahora sí - le comencé a decir, viendo que ya estaba algo cerca como para poder escucharme - puedes decirme de que mierda hablabas hace unos minutos cuando estab... -me interrumpió -.

Comienza a sonar Radioactive - Imagine Dragons

- Es que nunca entiendes al parecer - me dijo, acomodándose los audífonos y guardando el teléfono a la vez - un punto menos muchachón.

No sé si fue lo confundido que estaba por lo que ya había sucedido, pero cuando alzo la mano no pude entender que mierda era lo que estaba haciendo ahora... excepto cuando el golpe me dio de lleno en la cara y quede tirado en el suelo, todo paso tan rápido como tan rápido Gabriel siguió caminando normalmente hacía la entrada de la Universidad. Quizás fue la impresión o el recordar luego de tanto tiempo lo que se sentía que me dieran un golpe en la cara, pero pasaron unos segundos hasta que pude levantarme, me toque donde Gabriel me había dado y la verdad no me dolía demasiado pero también sabía que solo faltaban unas horas para que comenzara a ponerse de color morado y además se me hinchara; aún estaba sorprendido y confundido pero la única diferencia era que ya no sabía por qué estarlo, nunca hubiera imaginado que Gabriel fuera capaz de pegarme, pero lo hizo, y con bastante fuerza al parecer, por que la cara que había puesto justo antes de darme el golpe no era diferente a la que yo ponía cuando me entraba a “madrazos” con quien fuera; y además también reconocí por lo menos algo que no me había pasado por la mente desde que había hablado con Gabriel en la Avenida, y era que ese golpe a pesar de todo, me lo había dado por que estaba molesto... y muy molesto por lo que podía sentir mi cara.

Vi a mi alrededor y al parecer no había nadie entrando al estacionamiento ni alguien cerca, así que por lo menos nadie había visto el golpe que me había dado Gabriel. Camine dentro de la Universidad y algunas personas no dejaron de verme la cara, no le preste atención a todos esos malditos y seguí caminando hacía el salón de clases.

  • Jefe - me saludó Manuel, mientras tocaba mi hombro desde atrás y me hacía voltearme rápidamente pensando que quizás Gabriel quería la revancha - ¡Mierda! ¿Con quién estuviste “hablando” que tienes la cara así?

  • No es nada - le respondí normalmente, con mis pensamientos en otras cosas “más importantes” - solo un idiota que quiso “jugar” conmigo mientras estaba esperando para cruzar el semáforo.

Por suerte, sabía que Manuel se creería lo que fuera que le dijera y al menos no tendría que explicarle algo que ni siquiera yo podría explicar.

  • ¡Mierda! - repitió con voz más alta - ¿pero sabes quién es? ¿Lo conoces? Vamos a enseñarle con quien no debe meterse, le vamos a partir hasta la... - pero antes que terminara decidí interrumpirlo -.

  • No fue nada, eso se queda así y ya - le dije seriamente

  • vamos mejor ya al salón, que lo que falta es que la vieja de Contabilidad nos diga algo.

  • Esta bien vamos - dijo mientras caminaba junto a mí por el pasillo - además solo puedo imaginar cómo quedo el maldito ese, si te logro dar un golpe.

Si Manuel hubiera sabido como había quedado el “maldito” ese, quizás esta conversación la hubiéramos tenido con él tirado en el suelo ahogándose de la risa de tanto burlarse de mí, por eso lo mejor era hacerle creer que todo lo que pensaba era verdad, además no podía perder mi reputación que tanto - “madrazos” - me había costado conseguir.

Nada más entrar al salón todo el mundo hizo silencio y comenzaron a verme la cara mientras hablaban en voz baja entre ellos... bueno todo el mundo, menos Gabriel que ya estaba sentado junto a Vanessa y Santiago y en ningún momento volteo o pareció darse cuenta que era yo quien había entrado. Los mire rápidamente a ellos tres y también vi como Santiago se quedó unos segundos de más viéndome la cara de una forma rara, me senté con Manuel al final del salón y mire un poco más a Gabriel antes de que Manuel me diera un par de codazos pero “decirme” que la vieja acaba de entrar al salón.

Durante toda la clase no pude ni quise prestarle algo de atención a mi amiga Marisol, la profesora más entretenida de la Universidad - ¡Maldición! Maldito sarcasmo de Gabriel -, y todo lo de Hannah, Gabriel y el “golpe” seguían en mi mente y trataba de darle algún tipo de explicación a la mierda que se había vuelto mi vida cuando era “normal” hace menos de dos días. Vi un par de veces como Gabriel revisaba su celular y como Vanessa y Santiago estaban juntos o más juntos como habían estado ya desde hace unos días.

Cuando por fin terminaron las clases quede con Manuel en ir a visitar a Hannah porque según él tenía “mucho tiempo sin verla”, aunque sabía que lo que quería era violarla con la mirada como siempre, lo bueno es que yo también quería verla para comenzar la conversación que me debía y que me dijera exactamente que hacía aquí. Caminamos al estacionamiento y muchas más personas no dejaban de verme, gracias a que él golpe era ya un moretón y según Manuel uno “rudamente feo”, los ignore como siempre y además puse mi cara común y corriente lo que hizo que muchos evitaran mirarme como lo hacían desde antes. Ya cuando estábamos junto a mi carro y Manuel se estaba subiendo vi como Gabriel estaba en la calle de la Universidad, esperando al parecer el taxi que al parecer iba agarrar ahí. Claro que cuando vi que del carro que se estaciono junto a él se bajaba Roberto, estuve completamente seguro que no estaba esperando el taxi. Solo logre ver cuando Roberto le golpeo ligeramente el hombro a Gabriel, porque lo siguiente fue verme caminando a pasos largos hacia donde ellos estaban.

SANTIAGO

  • Santiago - me llamó Vanessa, luego de algunos minutos en los que sospechaba estaba observándome mientras comía - ¿Quién es Hannah?

¿Hannah?... ¿Hannah? La única Hannah que automáticamente me vino a la cabeza fue... la Hannah de Diego.

  • ¿Quién? - le pregunté luego de atragantarme después de pensar en la “Hannah de Diego” - ¿Qué Hannah? ¿De qué hablas?

  • ¿Sabes que cuando estas nervioso las venas de tus manos como que empiezan a latir? - pregunto riendo un poco pero seria a la vez y mirándome - ¿y también sabes que comienzas a hacer preguntas tan rápido que nadie sabe que estas preguntando en realidad? - se quedó en silencio por unos segundos - ¿y también sabes que si conocías quien era Hannah y lo que era de Diego y no me lo dijiste, hasta aquí llego... nuestra amistad, no? - me preguntó finalmente -.

Esto era lo que me faltaba, meterme en problemas con Vanessa por culpa Diego, ya era obvio que no podría mentirle a pesar de lo bien que se me daban porque ya había conocido mis puntos débiles; además más importante aún... no quería mentirle. No quiero que lo bien que estaba con Vanessa se echara a perder por una idiotez en la que yo ni siquiera era culpable, aunque también era cierto que Diego es... era mi amigo y no iba a decir exactamente todo lo que sabía y que él me había dicho en cuando estábamos solos, eso ya le correspondía hablarlo él con Gabriel o con quien fuera que quisiera.

  • Hannah... ¿hablas de Hannah la amiga de Diego? - le pregunte mirándola un poco serio y dejando ya de comer -.

  • No, hablo de Hannah... la novia de Diego - recalcó -.

  • ¿Novia? - dije un poco sorprendido - ¿Hannah novia de Diego? ¿De dónde sacaste eso?

  • Supongo que por tu tono de sorpresa... y tus manos sin venas - rio - me estás diciendo la verdad. Así que explícate, y dime quien es Hannah porque Gabriel cuando estábamos en el salón me “menciono” otra cosa muy diferente - volvió a estar seria -.

  • ¿Me estas montando una escena de celos? - le pregunte un poco serió pero obviamente divertido - porque debo decirte que no me molesta nada, es más... me gusta - y reacciono como quería y se puso un poco roja, pero luego siguió mirándome seriamente - está bien, está bien - accedí - Hannah es una vieja amiga de Diego, pero eso es lo único que voy a decirte - antes de seguir hablándole vi la cara de reproche que puso y me apure en continuar - porque indiferentemente que Diego y yo ya no seamos amigos, compadres o lo que sea, lo que él hablo conmigo y me dijo cuándo “si lo éramos” se queda entre nosotros y ya. Si él quiere decir lo que sea que quiera decir con respecto a Hannah o cualquier otra cosa, ya depende de él... y espero que entiendas - terminé de decirle, mientras la miraba con, esperaba, una mirada que hablara con verdad o al menos que la fingiera -.

Vanessa se quedó callada por unos momentos y después volvió a ser la Vanessa de siempre... la Vanessa que me gustaba. En silencio al parecer entendió todo lo que le había dicho y cambio de tema mientras seguíamos comiendo en el cafetín de la Universidad.

  • ¡Ah claro, ahora entiendo todo! - dije sorprendiéndola, mientras caminábamos por el pasillo hacía el salón de clases para la segunda hora - por eso Diego llego como si lo hubieran usado de pera de boxeo - reí bajamente... - al parecer Gabriel pega duro - ... y Vanessa también -.

Estuvimos hablando durante todo lo que quedaba de clases y además yo fingía prestar atención mientras le echaba miradas rápidas a Vanessa; Gabriel se fue rápido por algo de unas clases de Inglés y Vanessa se quedó conmigo esperando a que mi papa pasara por mí para llevarme a casa.

  • Pero si Gabriel practico boxeo con Diego - le comenté mientras caminábamos hacía la salida después de que mi papa me mandara un mensaje de texto diciéndome que ya había llegado - no entiendo por qué estaba tan normal con nosotros, bueno mejor dicho “normal” contigo - corregí -.

  • Estaba actuando, siempre hace eso cuando quiere que nadie sepa lo que le pasa - me respondió Vanessa mientras ya estábamos saliendo de la “gran” entrada de la Universidad -.

  • Tu amigo es raro - dije riendo fuerte y dando un salto pequeño para bajar el escalón de la entrada con las muletas - y ya te lo había di...

Mientras estaba respondiéndole logre ver como Gabriel estaba en la calle que estaba frente a la Universidad y hablaba con un tipo que no sabía quién era, pero que luego de afinar la vista reconocí como Roberto el hermano de Marcos. No hubo necesidad de preguntarme quien era la persona que se acercaba a donde estábamos Vanessa y yo para ir adonde estaba Gabriel. Se veía molesto... por no decir “encabronado”, y justo cuando paso cerca de mi alargue mi mano y lo tome por el brazo.

  • Hey... ¡Hey! - le dije mientras trataba de sujetarlo y el a su vez de soltarse - tranquilo, cálmate brot... Diego, ¡Calmate! - subí la voz mientras seguía forcejeando conmigo más duro por soltarse -.

  • ¿!Que pasa!? ¡Suéltame! ¡Voz a enseñarle a ese maldito a no meterse con lo que no es suyo! ¡Le voy a destruir la maldita cara! - me grito y Vanessa rápidamente lo tomo por el hombro y me ayudo a sujetarlo -.

  • Cálmate Diego - le dijo esta vez Vanessa, con la voz bastante baja y los dientes apretados - no hagas una escena aquí, que es lo único que falta - lo miro con ojos no tan comunes en Vanessa, estaba molesta - además tú fuiste el que estropeaste todo, no te hagas el ofendido por una simple salida de amigos... ¿además que es todo eso de “Lo que no es suyo”? Sí sabes que Gabriel es una persona, ¿verdad? - le preguntó, sin esperar una respuesta al parecer -.

  • Si le partes cara, te pueden expulsar - continúe hablándole yo, ahora que se estaba calmando un poco y además Gabriel y Roberto ya se habían ido - ya has tenido demasiados problemas en la Universidad y uno más va a hacer que te corran.

El pareció pensarlo por unos segundos y se quedó tranquilo, pero enseguida se soltó de mi agarre y del de Vanessa.

  • ¿Y a ti que te importa? - me preguntó sin mirarme, terminando de soltarse de mí con un empujón - ¿Qué te importa lo que te pase? Ya no somos amigos ¿o se te olvido “brother”?

Me quede callado y enseguida el camino hacía su carro y se subió con Manuel que al parecer lo estaba esperando. Vanessa me miro un poco apenada y me acarició la mejilla justo cuando la corneta de mi papá sonó y nos separamos rápidamente. Maldita sincronía de papá.

  • Tranquilo - me dijo Vanessa, despidiéndose de mí con un beso en la mejilla - todo va a arreglarse, lo prometo.

Lentamente me acompaño a donde estaba el carro de mi papa y después de negarse a que la llevara a su casa, me subí luego de poner las muletas en el asiento trasero.

  • Todavía no le has dicho nada ¿no? - preguntó papá luego de algún tiempo de estar manejando, sin siquiera voltear a verme concentrado al parecer en el camino -.

  • ¿Ah? ¿De qué hablas? - conteste extrañado sin saber de qué diablos estaba hablando -.

  • Santiago eres mi hijo y aunque no lo creas, sé cuándo algo te preocupa - me confeso y ya lentamente estaba sospechando por donde venía toda esa charla - tienes ya casi un mes babeando por Vanessa ¿no crees que es momento que le digas algo? Si no fuera por ella estarías solo todo el tiempo - continuó hablándome, mientras veía ya cerca la entrada del complejo urbanístico donde vivíamos - ya no estas con Diego, que a pesar del comportamiento y de lo problemático que es, era uno de tus mejores amigos... y bueno ya Marcos no está - siguió mirando el camino y justo cuando estábamos cruzando el umbral de “Bienvenida”, continuó - además nunca habías estado tan entusiasmado con una chica, y ambos sabemos que Vanessa no es cualquier chica.

A pesar de la confianza que tenía con papá y que extrañamente esto no me pareció incomodo en absoluto, después del accidente la relación con mis papas cambio casi tanto como la de mis amigos, y aunque poco a poco todo volvía a ser como antes aún había cosas de las que no era tan fácil hablar... y Vanessa era una de esas.

  • Es complicado pa’ - dije lentamente, mientras se estacionaba en la entrada de la casa - es bastante complicado.

Se bajó del carro, saco mis muletas y me las dio mientras me ayudaba a subir los pocos escalones que habían en la entrada de la casa.

Comienza a sonar Reload - Sebastian Ingrosso feat. Tommy Trash

  • Simplifícalo entonces - dijo sencillamente y entro a la casa seguido de mí -.

Nada más entrar el olor del café me pego de lleno, y los sonidos de mamá en la cocina al menos me decían que tendría una excusa para no seguir hablando con mi papa de Vanessa o de cualquier otra cosa.

  • Santiago ¿eres tú llegando? - me grito mi mama desde la cocina -.

  • Mamá tienes mis horarios controlados desde hace casi un mes - grite ahora yo, mientras “caminaba” lentamente en dirección a la cocina - obviamente si soy yo.

  • Siempre me preguntare si fue Diego quien te pego esa antipatía y esos malos modales - no necesite si quiera ver completamente para saber quién era, aún recordaba claramente su tono de voz - ¡Santy!

Hannah se lanzó sobre mí y casi terminamos en el suelo si no hubiera sido porque me sostuve rápidamente de la pared.

  • ¡Hannah! - dije luego de terminar de acomodarme, abrazándola con un solo brazo y dándole un beso en el cabello - ¿Cuándo llegaste? ¿Qué haces aquí?

  • Gracias por ese recibimiento - me dijo, fingiendo una rabieta clásica de Hannah -.

  • Santiago, no seas tan maleducado - comentó mi mama mientras entraba en la sala y vi como Hannah reía por lo bajo -.

  • ¡Mamá está fingiendo! - me defendí, subiendo la voz y poniendo cara seria - siempre lo hace.

  • Ya cállate, y anda a lavarte las manos que ya vamos a comer - sin querer contradecirla, camine con la muletas a la cocina a lavarme las manos - y tú ya puedes dejar de reírte señorita, recuerda que te conozco por casi cuatro años y ese viejo truco me lo sé de memoria - escuche como mamá le decía a Hannah mientras caminaba, y comencé a reír sin poder evitarlo -.

Hannah había regresado, y eso significaba que todo estaba realmente comenzando a ser como antes... claro sin Marcos. Y aunque sabía que estaba superándolo poco, también sabía que aún me faltaba mucho camino para llegar a donde quería, pero afortunadamente Hannah había regresado y quizás tenía a otra persona de mi parte... además de Vanessa.

Lo que había comenzado como una “comida”, había terminado con Hannah contándonos todos y cada uno de los chismes que había descubierto mientras estaba de viaje y además preguntándonos sobre qué había pasado con todas las personas que conocía... o no.

  • Hannah si sabes que se llama vida privada por algo ¿no? - le pregunte, luego de cansarme con sus constantes preguntas sobre si Lucía - una tipa que conocíamos todos y que además había salido conmigo por un tiempo hace algunos años - estaba o no embarazada de un tipo casado -.

  • Déjala Santiago - como siempre mamá salió en defensa de la pobre e inocente niña... que Hannah no era - además yo también necesito hablar y “hablar” sobre otras personas, con mujeres después de tanto estar encerrada con puros hombres, sin una pizca de sentido del humor.

  • Tampoco Sofía, ya comenzaste a exagerar - esta vez era papá quien hablaba, y reviso su reloj un par de veces antes de continuar - creo que pasar este tiempo con Hannah ya te está pegando lo dramática - Hannah solo sonrió y su risita, aunque trato de ocultarla se escuchó bastante fuerte - además ya se nos hizo bastante tarde, se suponía que debíamos estar en la recepción de la boda las seis de la tarde, y ya son las cinco.

  • ¡Oh! ¡La Boda! Lo había olvidado por completo - le respondió mi mama, sobreactuando bastante y moviendo mucho las manos - pero León, recuerda que igualmente no creo que podamos ir. Sería injusto solo ir a la recepción y no asistir a la boda como tal y obviamente tú y yo sabemos que si vamos no podremos regresar sino hasta mañana... y no podemos dejar a Santiago solo.

  • Esperen ¿de qué hablan? - pregunté yo casi saltando del asiento y viendo como Hannah me miraba divertida con el hecho que casi perdí el equilibrio - ¿acaso se refieren a la boda de la tía Karen? - ambos asintieron - o mejor dicho, la quinta boda de la tía Karen - esta vez solo mamá asintió y papa se mantuvo serio, haciendo que Hannah nuevamente riera - y además pasando a lo más importante, ¿Quién les dijo que no podían dejarme pasando la noche solo? ¡No soy un niño! ¡Ya tengo 20 años!

  • No se trata de si eres un niño o no - me interrumpió mi papá - se trata de que no puedes estar solo toda la noche, porque prácticamente no puedes levantarte de la cama sin ayuda y si necesitas algo no vas a tener a nadie a quien llamar.

  • Papá tampoco soy un inútil - le recriminé, poniéndome ahora serio - puedo hacer todo por mí mismo.

  • Nadie dice que no hijo - comentó Mamá - pero lo importante del asunto es que no me siento tranquila dejándote solo toda la noche, con solo el celular para que nos llames en caso de una emergencia.

  • ¡Pero que no soy un niño! - dije nuevamente, pero esta vez gritando y terminándome de levantar - además ni siquiera cuan... - mientras estaba terminando de hablar Hannah me interrumpió, como cosa rara -.

  • ¡Ya se! - dijo alegremente - Hannah como siempre tiene la solución a su problema - ahora fui yo el que la miré - ¿Por qué yo no me quedo y cuido de Santiaguito toda la noche? Y así ustedes pueden ir al matrimonio cinco de la tía Karen, que por cierto no conozco - mis papas voltearon rápidamente a mirarla y se quedaron en silencio por unos momentos -.

  • Yo tengo ningún problema con eso - dijo mi papa sonriente -.

  • Pero... - yo -.

  • ¿Harías ese favor por nosotros Hannah? - ella asintió orgullosa - aunque me parece demasiado para pedirte.

  • No te preocupes Sofía, tú sabes que ustedes son mis amigos y estaría encantada de ayudarlos.

  • Pero ya les... - yo otra vez -.

  • Perfecto entonces - accedió mi mama sonriendo mientras le daba dos besos a Hannah - si necesitas cualquier cosa solo tienes que llamarnos, y por supuesto que puedes dormir en la habitación de nosotros.

  • Pero que diabl - yo nuevamente, “otra vez” -.

  • Ya tranquilo bebito - me dijo Hannah mientras me apretaba la mejilla bastante duro - no tienes por qué tener miedito por mamita Hannah está aquí para cuidarte, nada malo va a pasarte.

Sabía que Papá y Mamá habían visto mi cara porque enseguida y mucho más rápido que como nunca habían hecho, fueron a bañarse y salieron vestidos increíblemente rápido para despedirse de mí y agradecer de nuevo a Hannah por ese “gran favor” y luego sin más explicaciones salieron por la puerta y se fueron.

Me quede viendo por unos minutos la puerta por donde mis papas habían huido y luego revise mi teléfono para ver que exactamente eran las siete de la noche, al parecer aún quedaba bastante tiempo para que Hannah se burlara de mí.

  • Quédate tranquilo tonto - me habló Hannah, luego de que me senté/acosté en el sillón nuevamente - todo eso era una broma, además... si quieres puedo irme y decirles a tus papas que igual me quede a pasar la noche.

  • No, no es eso - comencé yo - es que... - silencio - es solo que... - suspiro - olvídalo.

Raramente Hannah se quedó en silenció, supongo sin saber que decir, y solo me miro por bastante tiempo mientras yo hacía lo mismo pero con el techo.

  • Estas cambiado - dijo luego de muchos minutos en voz lenta y baja - no lo digo solo por las heridas y por lo cojo - esa era la vieja Hannah - ya... ya no pareces ser tú, es como si estuviera contigo pero no estuviera contigo, ¿me explico o nuevamente parezco una loca?

Reí lentamente y ella también lo hiso conmigo.

  • Todos cambiamos - respondí luego de un par de risas más - quizás para bien o para mal, pero creo que cuando eres parte de un accidente donde alguien muere... algo tiene que cambiar ¿no crees? - nuevamente silencio, así que continúe - Diego como debes saberlo ya no es el mismo, y yo al parecer tampoco... o al menos es lo que dicen mi papá, mamá, algunos amigos y tú - ahora si sonrió, pero solo un poco - y la verdad es que no quiero hablar de eso Hannah, pero ya no somos los de antes... y mucho menos somos Marcos, Diego, Manuel y Santiago: “la pandilla”, como nos solías decir.

  • ¿Yo también lo extraño sabes? - me comentó, mientras miraba al suelo y luego a mí - los extrañe a todos... y bueno cuando supe lo de Marcos, fue... fue difícil no poder venir ni siquiera a despedirme, pero esa es una de las contras de estar en una competencia en otro país - me quedé callado - y aunque sé que prácticamente todo ha cambiado, tú y Diego en una manera no lo han hecho, porque aún siguen siendo igual de testarudos y obstinados como antes sobre todo con esta tonta “pelea” que tienen.

  • No hablemos de eso Hannah, ya te lo dije - trate fingir ponerme serió para que al menos dejara de hablar sobre “ese” tema -.

  • No voy a hablar de eso - se mantuvo en silencio - solo voy a decir que son un par de idiotas - pero no pudo evitarlo por más de dos segundos, la mire seriamente y ella rio - ¡ya! Está bien, ya no hablo de eso - cedió al fin - pero de lo que si debemos hablar es de lo raro que esta Diego y con la gente con la que te “sustituyo” - sin poder evitarlo caí en el juego de Hannah y me extrañe enseguida - digo, tampoco es que tú seas muy normal que se diga... pero ese otro chico, el alto que estaba con él en su casa es incluso más raro que ustedes combinados, esa mirada extraña y ni siquiera saludarme sabes que significa que esa persona está loca.

Solo era cuestión de tiempo antes de que la “habladora” Hannah mencionara a Gabriel y Diego, aunque al parecer no sabía exactamente qué era lo que pasaba entre ellos dos.

  • Te dije que no hablaríamos de Diego - le dije ya volviendo a estar serio - y ya creo que es bastante tarde, así que lo mejor es que lo llames para avisarle que vas a dormir aquí - me comencé a levantar - y te vayas directo al cuarto “principal” a dormir, maquillarte o lo que sea que vayas a hacer.

  • ¡Eres un aburrido! - me grito mientras yo “caminaba” hacía mi cuarto haciendo bastante ruido con las muletas - y yo que pensé que íbamos a tener una fiesta.

Escuche su risa y yo sin poder evitarlo también lo hice, recordé rápidamente nuestras “legendarias” fiestas y a la vez me parecieron bastante lejanas... aunque imaginaba que no para Hannah, porque esa vieja forma de beber como “camionero” era imposible de olvidar y sobre todo lo que pasaba después de beber y los charcos con “pruebas” que dejaba por todos lados.

Nada más entrar a mi cuarto lancé las muletas en encima del mueble que estaba en la esquina más lejana, me quite la camisa y me acosté directamente en la cama sin pensar en nada más que dormir... sin pensar en nada más, sin pensar en nada más.... pero nada funcionaba, y “pensar en nada” solo me hacía “pensar” y el sueño no me llegaba aunque lo intentara cerrando los ojos o haciendo cualquier estupidez. Agarré mi teléfono y tenía pensado llamar a Vanessa para al menos hablar con ella y hacer algo de tiempo antes de que me diera algo de sueño, pero cuando vi que eran ya las 11:30 de la noche decidí que seguro estaba durmiendo y eso no era una buena idea.

Me termine de quitar la ropa y me puse un short para estar algo más cómodo, vi que las muletas estaban bastante lejos y preferí caminar lentamente apoyándome de la pared y dando “saltos” cortos hacía la cocina para tomar algo... agua, una cerveza, cloroformo o lo que fuera.

Cuando vi la luz de la cocina prendida recordé que Hannah se había quedado conmigo y que de seguro se había olvidado de apagarla cuando fue a acostarse... pero estaba equivocado.

Comienza a sonar The World Is Ugly - My chemical Romance

  • ¡Miren quien tampoco puede dormir! - me dijo nada más darse cuenta que estaba entrando a la cocina y terminándose de beber lo que fuera que hubiera en el vaso que tenía en la mano -.

  • Hannah ¿ya tan rápido conseguiste la bebida? - le pregunté, mientras daba otro salto para llegar a la silla que estaba al lado de ella y sentarme - es todo un record que hubieras esperado tanto.

  • Es agua tonto - respondió seria y se quedó en silencio - ...es solo que no podía dormir y vine a... bueno no sé a qué rayos vine, pero necesitaba estirarme y beber.

  • Lo mismo por aquí - agregué -.

Nos quedamos callados por mucho más tiempo, casi parecieron horas. Pero todo lo que hacíamos era respirar y ocasionalmente mirarnos.

Hay mucho que decir sobre el vaso medio lleno, sobre saber decir cuándo...

  • Creo que quizás fue porque estaba lejos o porque no había hablado en persona con ninguno de ustedes - comentó Hannah después de un largo suspiro - pero creo que ya estoy comenzando a entender y aceptar que... Marcos no está.

... creo que es una línea borrosa...

  • No creo que sea por eso - le hablé yo, sin mirarla a la cara - a mí también me ha costado mucho aceptar... eso.

...un barómetro de necesidad y deseo...

Silencio otra vez.

  • Estaba soñando con él - dijo con voz baja -.

...depende por completo del individuo...

  • Ya me ha pasado.

...y depende de lo que te estén sirviendo...

Silencio otra vez.

  • Lo extraño mucho - dijo igualmente con voz baja -.

...a veces solo queremos probarlo...

  • Yo también.

Está vez si me volteó a ver luego de un poco más de silencio, y comenzó a reírse un poco, demostrando que Hannah era la mejor persona para hablar de temas importantes y “serios”.

  • Siempre es un placer hablar contigo - comentó luego de parar de reír - eres muy profundo.

...otras veces no hay suficiente...

Ahora fui yo el que comencé a reírme y luego nuevamente nos quedamos en silencio... por aún más tiempo que el anterior. Parecía que íbamos a quedarnos así por mucho más tiempo pero luego Hannah volteó nuevamente a verme y yo también hice lo mismo, pero ahora sentía que si “nos veíamos”. Todo estaba comenzando a volverse extraño hasta que después de unos segundos alzó su mano y me acaricio la cara lentamente.

  • ¿Es extraño como suceden las cosas no? - habló bajamente antes de acercarse lentamente y besarme un poco -.

...el vaso no tiene fondo...

Sabía que estaba mal, sabía que estaba muy mal... y no por todo el “tema de Diego” sino más bien por alguien más importante... Vanessa.

  • Esto... esta mal - trate de decirle entre besos, mientras Hannah colocaba sus brazos detrás de mi cabeza -.

...y lo único que queremos...

  • Ya estoy harta de siempre hacer “lo que está bien” - respondió luego de separarnos y mirarnos por unos segundos... antes de volvernos a besar y caer lentamente en el piso -.

...es más.


Este capítulo lo estoy enviando el viernes exactamente a la 1:00 de la tarde (Hora Venezuela) y lo más seguro es que sea publicado el Sábado en la madrugada o algo así por el estilo. El otro no se preocupen que ya está listo (COMPLETAMENTE) pero quería esperar uno o dos días para que digieran este antes de comenzar a leer la “Seaosn Finale”, así que creo que estará publicado el Domingo (si lo envió mañana) o el Lunes (si lo envió el Domingo). Escribiré un testamento explicando muchas cosas cuando suba la Season Finale, así que no piensen que las “disculpas” se me olvidaron. Comenten y disfruten... Paz & out

En la Season Finale:

“Nos enseñan que hay siete pecados capitales. Todos conocemos los más importantes: gula, soberbia, lujuria. Hay un pecado del que no oímos hablar mucho: la ira, tal vez porque pensamos que no es tan peligrosa, que podemos controlarla. Quería decir que puede que no nos tomemos en serio la ira, y quizá es más peligrosa de lo que pensamos. Cuando se trata de comportamientos destructivos, la ira es el número uno”