Crossroads - VII MID-SEASON FINALE
Esta es tu vida, está aquí. Parpadea y te la perderás.
CAPITULO 7
GABRIEL
Pasamos mucho tiempo pensando en el futuro, planeándolo, trabajando para él. Pero en algún punto, empiezas a darte cuenta, de que tu vida está pasando ahora, no después de la universidad o de la especialización, ahora mismo. Esta es tu vida, está aquí. Parpadea y te la perderás.
Sus gruesos labios eran suaves, carnosos y el solo sentir su contacto contra los míos hizo que mi cuerpo se convirtiera en un pararrayos que esperaba por una carga eléctrica impresionante. Creo que tarde varios segundos en comprender que sí efectivamente ese era Diego y sí efectivamente me estaba besando.... bueno “besando” es un termino muy grande, solo presiono sus labios contra los míos pero de una manera delicada y a la vez ruda como si la experiencia y el nerviosismo se hubieran fusionado en una sola emoción. No podía creerlo, sinceramente era imposible, pero las pruebas se encontraban ahí - precisamente contra mis labios-... si le gustaba a Diego, sí era yo de quien hablaba con Santiago en el momento que me estaba “hospedando” en su habitación, sí era yo.
Debo admitir que sentirlo tan cerca de mí - literalmente - hizo que por unos momentos me descontrolara y luego de analizar exactamente que era lo que estaba sucediendo y de que mi subconsciente aceptara que ese era realmente Diego y que me estaba besando... yo me deje llevar ¡No lo pude Evitar!, mis labios comenzaron a moverse y él al parecer lo noto porque tomo una de sus manos y la coloco contra mi nuca como aprisionándome para que no me alejara de él, y en ese momento me di cuenta de dos cosas muy importantes: la primera era que Diego realmente me gustaba y de una forma incomprensible - al menos para mí - , y la segunda era que eso que estaba sucediendo era algo demasiado apresurado, la verdad era que yo si quería besarlo y ahora quería seguir besándolo pero en el fondo una alerta silenciosa se activó recordándome que era lo que había sucedido la ultima vez que me había dejado llevar tan rápidamente, y cuando Diego comenzó a tratar de abrir mis labios para introducir su lengua... yo lo detuve.
En un instante me separe y trate de recuperar el aliento pero se me hacía extremadamente difícil, el beso me había descontrolado todos mis sentidos y creo que por un momento había olvidado como respirar. Su rostro mostraba se convirtió en un símbolo de interrogación y él mio en uno de exclamación.
¿Qué acabas de hacer? - le pregunté un poco alarmado y con emociones que en ese momento no podía descifrar -.
Ehm... fue... un... fue un beso ¿no? - respondió nervioso a más no poder -
Sí, eso ya lo sé - exclamé aún sorprendido - pero ¿Por qué? - pregunté -.
Lo importante aquí es que tu lo respondiste ¿ó no? - contrataco con otra pregunta -.
Disculpa... pero me tengo que ir - le dije y abrí la puerta del automóvil, claro que él como no podía suceder de otra forma... me detuvo -.
Pero no te vallas - comentó rápidamente - fue que acaso ¿n...no... no te gusto? - me lanzó nuevamente -
Ese precisamente es el problema - le dije finalmente -
Como pude me zafé del agarre de su brazo y camine rápidamente hasta tomar un taxi, durante el camino mi teléfono no paraba de vibrar y no era necesario adivinar que se trataba de Diego por lo que decidí apagarlo, no antes de enviarle un SMS a Vanessa informándole que me dirigía a su casa porque necesita conversar con ella.
Mi relación con Vanessa había avanzado a pasos agigantados, ella era como la novia que siempre quise tener pero que al final termina siendo amiga - trabalenguas everywhere - era increíblemente ingeniosa, divertida, demasiado sociable y además de hermosa. Sin notarlo ya no podíamos dejar de hablarnos ni por una hora, si salíamos de la Universidad enseguida me escribía a mi teléfono celular o yo al de ella, si era fin de semana nos encontrábamos o pasábamos una cantidad perturbadora de tiempo teniendo Videochat, el tiempo con ella pasaba increíblemente rápido y creo que al final había logrado una de las principales metas que tenia previstas... hacer una amiga - ó amigo - . Los temas sentimentales siempre eran un gran tema tabú entre nosotros pero lo que quise dejarle bastante claro era que ella no me gustaba, tenía el presentimiento que al pasar tanto tiempo juntos y comunicándonos tanto repentinamente ella definiera “todo eso” como algo más, afortunadamente su risa me quito ese peso de encima y todo hasta los momentos iba de maravilla entre los dos.
En el fondo yo sabía que Vanessa sospechaba de algo sobre “el tema de Diego”, ella solo me aconsejaba lo más que podía pero sin parecer tan obvia. Y además si mi mala suerte con Diego estaba acrecentándose a cada momento ahora debía agregar que Vanessa era pareja de Marcos en el dichoso trabajo final de Ingles, por lo que ya era bastante común verle la cara en la casa de Vanessa.
Nada mas llegar toque el timbre un par de veces y una sexy Vanessa con un pijama de dormir de color negro con toques violetas me invito a entrar.
¿Ahora que Gabo? - me pregunto con una cara que denotaba que se acababa ó se estaba levantando - ¿Qué sucedió en la Universidad?
Salúdame al menos antes ¿no? - le dije, fingiendo molestia y escondiendo una sonrisa - Vanessa te acabas de despertar ¿verdad?
Idiota el punto de no asistir a la Universidad es levantarse bastante tarde - respondió con tono de broma -
El punto es que no se puede dejar de asistir a la Universidad sencillamente porque no se te de la gana - contrataqué igualmente con tono de broma y una sonrisa -.
Vamos a mi habitación Sr. Director - comentó - aprovechemos que mi madre no esta en casa - agrego -.
La cosa es ¿Cuándo esta tu madre en casa? - le pregunte divertido, mientras subíamos las escaleras hasta su habitación -
No me hagas ir ahí - me dijo con cara de hastío refiriéndose al tema de “mama ausente” -.
Esta bien, easy baby
comenté tratando de aligerar el ambiente - mejor vamos a tu explosión de vomito rosa y de pop culture llamada habitación.
Diablos Gabriel, que me guste música diferente a ti no me hace una estúpida belieber ni nada parecido - me dijo ya un poco harta de que a cada momento le recuerde sus “peculiares” gustos, mas que nada lo hacia para hacerle perder la paciencia-.
Lo primero que note fue el fuerte color rosa “Barbie” que adornaba toda la habitación, está era bastante amplía: poseía una especia de mueble que además de servir como soporte para la TV también podía utilizarse como contenedor de ropa, la cama era espaciosa y estaba vestida con colores acordes al ambiente y bueno lo que mas se notaba eran los inmensos posters de Rihanna, Katy Perry y toda esa especie de cantantes pre-fabricadas por MTV que adornaban la pared. Inmediatamente tomamos asiento en la cama y cuando nos acostamos pude notar como “ Kelly Clarkson ” me sonreía desde lo más alto.
- Ahora sí - dijo Vanessa y me sacó de mis cavilaciones mentales - suelta todo, ¿Qué sucedió? - agregó preguntándome - .
Suspire profundamente... y comencé.
Antes creo que debo dejar algo claro - le comencé a decir un poco nervioso y dubitativo - yo... tengo un “rollo” con...D... Diego, hago especial énfasis en rollo porque así es como lo defino actualmente.
¿DE VERDAD? - me dijo completamente sobreactuada e histriónica - tu con Diego, no... Lo puedo... creer - me termino de decir frunciendo su ceño hasta casi unir las cejas demostrando lo sarcástico que había sido su comentario
¿Ya lo sabías verdad? - le pregunte un poco avergonzado aún -.
Lo sospechaba - respondió - vamos Gabo que no deja de verte ni por un par de minutos... tu le gustas ¿no?
Eso precisamente es lo que quería contarte... pero creo que primero debo comenzar por algo del pasado.
Las expresiones que tomaron el rostro de Vanessa fueron variadas cuando le relaté completamente lo que había sucedido con Julián y como Diego me había ¿rescatado? Su rostro termino con un semblante cabreado y denotaba que estaba molesta.
Gabriel... ese maldito - exclamó - tienes que denunciarlo, eso no se puede quedar así.
Ese tema esta zanjado Vanessa - comencé a decir - no quiero ni tengo las fuerzas para recordar eso de nuevo y remover recuerdos que son increíblemente incomodos; eso esta en el pasado y ahí se quedara, además Julián y su estúpido grupo desaparecieron de la Universidad así que no hay nada de que preocuparse - agregué -.
Ahora entiendo todo un poco mejor - dijo pensativa - pero no entiendo porque esa apuesta, no entiendo porque a ti precisamente, no entiendo muchas... - iba a terminar de decir pero le interrumpí - .
Vane por favor - dije mirándola fija y profundamente - no me hables más de ese tema.
Esta bien - me dijo un poco cabizbaja - pero ahora si puedo confirmar completamente, que tu le gustas a Diego... y al parecer mucho.
Un rubor profundo impregno mis mejillas, el solo escuchar “Diego” hacía que me descontrolara y no podía evitar recordar el beso de esta tarde.
Sé que es solo una fase de confusión - le comenté un poco deprimido, sin saber realmente él porque - él esta confundido y cree que siente cosas por mi.
Creo que alguien confundido no hace todo lo que ha hecho Diego por ti ¿no crees? - preguntó - ¿ó no será que quieres pensar eso porque no quieres afrontar tus propios sentimientos? - me lanzó sin anestesia alguna -
No pude evitar titubear por algunos largos segundos y además mantenerme en silencio por algunos otros más.
No digas estupideces - le conteste finalmente - él no gusta de mi y mucho menso yo de el.
Bueno esta bien, deberé creerte - dijo un poco perspicaz - cuéntame que sucedió con él, porque una corazonada me dice que eso lleva el nombre de Diego por todas partes.
Bueno... pues... m... me besó - le dije mirando hacía otro lado e ignorando su mirada -.
Y aún dices que no siente nada por ti ¿no? - pregunto - ¿puedes ser más idiota e iluso?
Eso fue un error Vanessa - trate de mejorar la “metida de pata” que fue besarlo - quizás está confundido, y además lo que finalmente importa es que yo no siento nada por él; estoy increíblemente agradecido pero entre nosotros no puede existir algo más.
Esta bien, entiendo tus argumentos - dijo calmada - pero podrías decirme él porque.
Él es muy diferente a mi Vanessa, buscamos cosas diferentes - comencé mi discurso de auto convicción - él esta confundido de eso puedo estar completamente seguro, además lo de Julián esta demasiado reciente y sinceramente creo que pasara mucho tiempo hasta que pueda lograr querer a alguien y Diego me hace muy difi... - iba a continuar pero Vanessa me corto en seco - .
Me convences a mí o ¿a ti? - me preguntó, pero más bien parecía una pregunta que no era necesario responder - y solo respóndeme esto y te dejare en paz... ¿respondiste el beso? - fnalizao agregando -.
Eso no importa - traté de refutar con la poca confianza que me quedaba -.
Solo respóndeme Gabriel - me dijo nuevamente pero esta vez mirándome fijamente -.
Solo moví mis labios - termine aceptando - eso no significa nada igualmente Vanessa, Diego es atractivo y me era inevitable.
Y que sucedió con el “buscamos cosas diferentes”, mírate Gabriel ahora estas dándome atributos de él... y para dejar esto completamente claro: si no te hubiera gustado para nada el beso sencillamente podías apartarlo y darle su merecido puñetazo pero lo seguiste, vagamente, pero lo seguiste.
Sus palabras me habían abierto la verdad que por alguna estúpida razón no había descubierto aún, pero existían razones de peso por lo que lo “nuestro” no podía suceder.
- Vane me estas confundiendo - comenté pero esta vez estaba mirando fijamente al techo... mejor dicho a Kelly Clarkson
entiende que no siento nada por Diego y se termina el asunto. Él no es para mí ni yo tampoco para él.
Ok, entiendo todo lo que me dices - exclamó - pero creo que mientras más rápido aceptes que te gusta... más rápido puedes permitirte afrontar la realidad, que desde donde yo la veo, no es tan desagradable como la planteas.
Preferí cambiar el tema luego de sus últimas palabras... sentía que venían cargadas de verdad por doquier. Luego seguimos conversando casi toda la tarde y extrañamente no apareció su mama durante todo ese tiempo... de nuevo. Toda esa conversación con Vanessa me había dado la suficiente convicción como para mantenerme fuerte en lo que al “tema de Diego” se refiere, no iba dar mi brazo a torcer porque sin importar lo que yo sintiera ó no, no podíamos estar juntos.
DIEGO
El valor y la adrenalina abandonaron mi cuerpo de la misma manera en que llegaron: rápidamente. Esa corriente eléctrica que aún sentía como navegaba por mis venas había sido causada por el beso con Gabriel... el beso, exactamente eso: el beso. No se donde había encontrado el valor, pero en el momento que lo tuve delante de mí mirándome con esos ojos tan profundos no pude resistir mirar sus labios mientras me decía como ¿quería hacerle daño?, y creo que todo eso de querer hacerle daño había resultado como catalizador. Sentía que había logrado una meta que estaba en mi subconsciente desde hace mucho tiempo, definitivamente nunca había pensado en siquiera tocar los labios de Gabriel pero por alguna razón lo que había sucedido sí involucraba toques... pero de nuestros labios; cuando nuestros labios se tocaron suavemente una especia de calor placentero comenzó a encenderse en mi estomago, me sentía bien, me sentía feliz, me sentía completo, y luego cuando sentí que los labios de Gabriel contratacaban - levemente, pero lo hacían - una inmensa emoción me inundo...hasta que él se detuvo y se separo de mi.
“ Ese precisamente fue el problema ” fue lo ultimo que le escuche decir antes de que saliera huyendo del automóvil... y de mi. No sabia que creer, m cabeza estaba vuelta un mar de dudas y lo peor es que prácticamente ninguna tenía respuesta alguna, todas menos la más importante cuya respuesta acaba de descubrir... Gabriel me gustaba. Finalmente había llegado a esa - ¿ansiada? - conclusión, ese idiota cobarde me gustaba y al parecer bastante, no podía medir exactamente el nivel de ese nuevo sentimiento que se estaba despertando en mi interior pero de lo que si estaba seguro era que estaba comenzado a crecer alarmantemente rápido, no quería asimilar aún el hecho de que la persona que me gustara era un hombre porque nunca ni en mis mas remotos pensamientos había llegado a dicha conclusión, pero Gabriel al parecer había llegado y para quedarse.
No podía comprender aún como Gabriel había transformado mi vida lentamente y sin yo casi notarlo. Mientras reflexionaba camino a mi casa en mi automóvil, aprecié finalmente que mi comportamiento había cambiado considerablemente desde el momento en que Gabriel había aterrizado en mi vida ese turbulento comienzo de clases, últimamente no mostraba mi faceta de “abusador” en la Universidad, mis ganas por aprobar asignaturas habían crecido y en algunos casos nacido, mi relación con los chicos era mas amena especialmente con Santiago que no paraba de recordarme cuanto me estaba cambiando ese “enamoramiento” - como él lo llamaba - por Gabriel.
En el momento que aterrice mi nave en mi casa - jerga bromista de aviadores - inmediatamente me dirigí a mi habitación y me despoje de mis ropas hasta terminar vestido solo con un bóxer de color negro con matices verdes; acostado descansando en mi cama finalmente había llegado a la conclusión de que el beso con Gabriel había resultado increíble... y que necesitaba repetirlo.
Comienza a sonar Somebody that I used to know - Gotye
Trataba de todas las maneras posibles acercarme a él pero me evitaba y ya comenzaba a resultar extremadamente descarado, en el momento que quería acercarme o comenzaba a dar unos pequeños pasos en sus dirección este tomaba el brazo de Vanessa y salían corriendo hacía lugares desconocidos de la Universidad. Toda la semana había transcurrido de esa particular manera exceptuando el lunes que contra todo pronóstico se volvió aún mas incomodo, y es que Santiago me había pedido conversar por algunos momentos a solas y como yo lo había previsto todo se trataba de Gabriel y como iba “mi relación” con él, sin poder evitarlo me confesé y le dije lo del beso y de como este no paraba de ignorarme tanto por teléfono como en persona , Santiago me dio su apoyo y me dijo en plan de burla que él beso tarde o temprano tenía que suceder y finalizó diciéndome que cualquier actualización en el caso se lo informara.
Ya el día Jueves estaba entre nosotros y la situación igualmente no había cambiado en cuanto a Gabriel, me estaba hartando pero sentía que eso era importante y no me iba a rendir sin al menos haber dado un poco de pelea. Había meditado una opción mientras dormía la noche anterior y esperaba llevarla a cabo en el momento que los chicos ingresaran a la Universidad, cosa que afortunadamente no tardo demasiado.
Diego, Diego - me dijo una voz conocida a mis espaldas - veo que estamos volviéndonos un poco madrugones ¿no?
Mi Despertador me hizo una mala jugada - le respondí a Marcos mientras le daba un pequeño golpe en el hombro a modo de saludo -.
No me jodas - exclamó -, últimamente has estado muy extraño Diego, estas más aplicado en clases, prácticamente amaneces en la Universidad y... eres mas amable ¿Qué diablos te sucede?, claro tampoco es que me queje de lo ultimo - agregó con un poco de risa y una leve sonrisa -.
Veo que soy muy importante para ti - le comencé a decir en tono de broma - ya que tienes mi comportamiento completamente vigilado.
Limítate a responder - me dijo ya un poco más serio -.
No me sucede nada idiota, sencillamente que Martha - mi mama - me ha estado sermoneando en repetidas ocasiones para que suba mis calificaciones y me dijo que la mejor manera de comenzar con eso era llegar temprano a la Universidad - finalicé diciéndole la mentira previamente ensayada -.
Que extraño - dijo un poco dubitativo por mi discurso anterior - porque tu mama no le da mucha importancia que se diga a tus calificaciones, pero bueno quizás desea que su hijo no se quede estancado repitiendo el primer semestre por los siguientes 5 años -agregó, mirándome y con una sonrisa triunfadora que yo igualé -, ¿pero bueno y que me dices de tu repentino cambio de actitud? - me terminó de decir volviendo a su semblante perspicaz -.
Veo que te gusta que te trate de mala manera - le respondí rápidamente y evitando el tema de la manera menos obvia posible - lo tomare en cuenta.
Si eres idiota Diego - comenzó a decir aguantando un poco la risa - solo lo decía por que me preocupaba que estuvieras en drogas o algo parecido -
No pude evitar reír por lo alto debido a su estúpida broma, sonreí irónicamente luego y proseguí con la conversación.
Veo que no puedes dejar de decir estupideces - exclamé y di el tema por finalizado -, apropósito y aprovechando que estamos solos en estos momentos... necesito pedirte un pequeño favor.
Ahora no estoy de animo para besos Diego - me dijo en tono de broma pero no pude evitar ponerme un poco tensó y nervioso -
Pongámonos serios ya ¿no Marcos? - le dije tratando de hacer que enfocara en el tema que me interesaba -.
Este bien, dime de que se trata el dichoso favor - respondió un poco resignado -.
Tengo entendido que eres compañero de esta chica... - titubeé unos segundos, para que mis intenciones no fueran tan obvias - Vanessa en el trabajo de Ingles de la Vieja Scar ¿no? - él asintió respondiéndome - ¿Cómo te llevas con ella?.
Es buena chica - me comenzó a decir - además de ser bastante guapa ¿no crees? - yo ahora era el que asentía - nos hemos reunido unas cuantas veces para realizar el maldito trabajo de Scar pero nada mas importante que eso ¿Por qué la pregunta?.
Necesito que se hablen con más frecuencia, que se trates de pasar mas tiempo con ella… vamos quiero que se hagan amigos - le lancé finalmente -
¿Amigos? Pero ¿Por qué? - me preguntaba insistentemente - no entiendo porqu… - me iba a comenzar a decir pero su mirada se detuvo en seco y se quedo en silencio como si hubiera nota algo repentinamente - ahora que lo pienso, Vanessa es amiga del chico nuevo que es un poco raro - dijo refiriéndose a Gabriel y además descubriendo mis planes - ¿acaso necesitas que sea amigo de ella por él? ¿Que diablos te sucede con ese tipo?
Marcos había descubierto hábilmente todas mis “segundas intenciones”, necesitaba tener al menos algún tipo de información sobre Gabriel así fuera externa y saliera de la boca de su - ¿única? - amiga Vanessa, el problema era que no le había dirigido la palabra anteriormente siquiera para un “Hola” y un “Adiós”… ahí fue que decidí aprovechar el nexo - el trabajo de ingles - que compartían Vanessa y uno de mis mejores amigos para obtener un poco de información.
¿Hablas de Gabriel? - le dije tratando de parecer desinteresado y un poco perdido de la conversación - ese imbécil - una punzaba en mi estomago - no tiene nada que ver con esto Marcos, solo necesito que lo hagas como un favor para mi… él amigo por el que tanto te preocupas - finalicé, con una sonrisa sincera y que esperaba esclareciera un poco sus dudas -.
Sé qué él tiene algo que ver con esto Diego no me engañas - comentó aún reacio a mi respuesta - primero Manuel con el tipo ese que terminaste golpeando hasta casi matarlo, y ahora yo pero con Vanessa ¿Qué te traes con Gabriel? - preguntó -.
Un poco de pánico me inundo pero supe disimularlo de la mejor manera, tratando de buscar la mejor explicación le solté la primera idea que se me vino a la cabeza.
Creía que él tema de Manuel y Tomás ya estaba aclarado - le recordé - y de verdad te aseguro que esto no tiene nada que ver con Gabriel, no se si decirte porque no quiero arruinar la sorpresa - agregué, tratando de encender la chispa de la curiosidad en Marcos y al parecer había funcionado -.
¿Qué sorpresa? - preguntó intrigado - háblame claro por favor Diego.
Está bien Marcos, lo hare pero no quiero que hagas un gran lío sobre esto - comencé a decirle… mejor dicho a mentirle - se de muy buena fuente que a Vanessa le pareces atractivo, y solo quería que se hicieran amigos para lograr que la química entre ustedes creciera y ver si terminaban siendo algo mas que eso… pero no quería decirte mi plan completamente porque se como te pones de nervioso cuando quieres conquistar a una chica - terminé de decirle, siendo lo último lo único que era verdad-.
El al parecer se sorprendió un poco, pero inmediatamente se recupero y me respondió.
¿Es verdad todo lo que me estas diciendo? - me preguntó aún un poco incrédulo -.
Creo que me conoces lo suficiente como para saber que no jugaría con esto Marcos - le dije completamente serio -.
Diablos - soltó - le gusto a Vanessa, no puedo creerlo Diego - dijo de nuevo incrédulo - ahora en estos momentos me siento un estúpido idiota… tu quería hacerme un favor y yo solo cuestiones tus razones y dude de ti.
No te preocupes hombre - dije, tranquilizándolo al parecer un poco - lo importante es que me digas si me harás el favor ¿o no?
Pues claro que te hare el favor - comenzó a decirme, con un semblante alegre - aunque de “favor” no tiene mucho.
Bueno es verdad -respondí - solo quiero pedirte que no le digas nada a los chicos, creo que lo mejor es esperar para ver si concretas algo con esta chica - él asintió - y mas importante, es quiero que me cuentas todo lo que suceda con ella ¿está bien?, quiero estar involucrado como el cupido que soy - concluí entre bromas y una gran sonrisa -
Si eres idiota… además de un gran amigo. Ten por seguro que esas dos condiciones las tomaré en cuenta, ahora creo que lo mejor es que nos dirijamos al salón ¿no? - me dijo finalizando así el tema y comenzando a caminar por los pasillos de la Universidad -.
Sabía que era bastante cruel utilizar a Marcos de esa manera, pero bueno pensándolo mejor él también estaba ganando bastante con esta especie de trato… claro que no más que yo.
La semana había terminado y al parecer Marcos había comenzado su parte del “plan”, la actitud de Gabriel era la misma y no había cambiado en nada, mientras tanto yo no podía dejar de observarlo e imaginarme besando de nuevo sus labios… me estaba trastornando y al parecer Santiago lo estaba notando. El sábado había recibido una llamada de él la cual había ignorado e igualmente la del domingo, no tenía ánimos para hacer nada quería estar acostado en mi cama hasta que esta especie de depresión terminara. Mi familia lo había notado y el obvio interrogatorio no puedo faltar, les mentí diciéndoles que estaba preocupado por mis notas en la universidad y que eso me tenía un poco estresado pero nada preocupante, por fortuna me creyeron.
El Lunes había llegado y nuevamente me dirigía hacía la universidad sin ganas algunas y esperando estúpidamente que quizás Gabriel cambiara su estúpida actitud, Santiago trata de hablarme pero las ganas no existían y por lo tanto la conversación la terminaban dominando mis monosílabos “Si” y “No”; así mismo fue el martes y el miércoles… pero el jueves si fue algo diferente.
Nada mas salir de mi casa hacía mi automóvil noté como Santiago estaba esperándome recostado en el costado del mismo, me sonrío y me saludo.
- Sube - me dijo serio - conduce que necesitamos hablar.
Yo realiza las acciones mecánicamente y cuando íbamos ya un poco avanzados en el camino el comenzó a hablar.
Diego - me llamó - que diablos te sucede, decir que has sido menos que un zombie estas dos semanas es decir poco… ¿esto es por Gabriel verdad?
¿Es necesario responderte? - le pregunte mirando fijamente el camino -.
No puedo creer que tu, él gran Diego que no se deja dominar por nada - me comenzó a decir - ni nadie, él que no se encariña, el que le huye a las relaciones… diablos ¡El abusador de la Universidad! - continuo - se deje derrumbar por lo que piense un idiota, ¿es que acaso te gusta tanto?.
¿Es necesario responderte? - le pregunte nuevamente -.
¡Si lo es! - me respondió con un tono de voz alto que hizo que terminara prestándole mi completa atención -.
Santiago entiéndelo - exclamé yo - nunca me había gustado nadie de esta forma, demonios nunca me había gustado un ¡Hombre!, y nunca nadie me había ignorado de esta forma… siento que soy un idiota masoquista que sigue y sigue insistiendo en una causa sin rumbo. Gabriel no siente nada por mí y lo mejor es que me rinda y deje de hacerme falsas y estúpidas ilusiones - termine de decirle, completamente derrumbado -.
Él me miró por unos segundos y puso su mano en mi hombro.
Te gusta bastante más de lo que pensaba por lo que veo - comentó - pero entiende que una persona no tiene por qué marcar como te comportaras por el resto de tu vida, que más si te dijo que no… eso no impor… - me iba a terminar de decir pero lo interrumpí -.
No me lo ha dicho - dije -.
¿Cómo? - pregunto sin idea alguna -
Que no me ha dicho que no - reconocí un poco avergonzado - porque sencillamente no me le he declarado.
Dios mio Diego - me dijo esta vez ya con una sonrisa y algo de risa - se nota que eres idiota… ¿Qué diablos estas esperando? Piensas que él se va a enterar de que le gustas viéndote deprimido y sin ganas de nada por toda la Universidad, ¡debes decírselo!
Santiago él me rehuyó el beso - reconocí nuevamente - eso quiere decir que no siente nada por mi.
De seguro esta igual o más asustado que tú en estos momentos - continuó - ¿Cómo puedes ser tan idiota? ¡Tú le gustas! Él lo sabe, yo lo se, Vanessa lo sabe y todos lo saben menos tú al parecer. ¿Qué estas esperando? - me preguntó pero se respondió él inmediatamente - ah claro, supongo que esperas que se encuentre a otra persona y está vez tu terminar en el suicidio por los celos.
Santiago me estaba abriendo los ojos, no entendía como pero siempre tenía esa cualidad de inyectarme confianza en situaciones donde era más que imposible. Quizás lo último que podía hacer antes de darme por vencido era declarármele a Gabriel… pero el problema era ¿Cuándo? Y más importante ¿Cómo?
VANESSA
Aunque siempre me he considerado una chica bastante sociable tengo una regla de oro en cuanto a amistades se refiere: “Nunca confiar tan rápidamente en alguien o tu corazón terminara destrozado”, pero al parecer esa regla tenía una excepción en letras pequeñas que terminó aprovechando Gabriel en el momento de conocernos. Decir que habíamos cultivado una increíble amistad en un periodo extremadamente corto de tiempo es mencionar poco, nunca me había abierto de esa manera con nadie, ni con mis antiguos novios. Hablábamos por horas consecutivas incluso a pesar de haber pasado prácticamente todo el día juntos en la universidad, él me conto todo sobre él omitiendo cierta información sobre su vida amorosa que luego me revelaría, yo le conté todo sobre mi vida... bueno casi todo. Ese secreto sentía que no era capaz de compartirlo con nadie.
Cuando Gabo me contó todo lo que había sucedido con Diego y anteriormente con Julián no pude evitar una sonrisa por lo primero y una gran mueca de molestia por lo segundo, Julián era un desgraciado, imbécil, maldito y todo lo demás y no podía comprender como Gabriel había permitido que eso terminara de esa forma, él tenía que denunciarlo pero de todas maneras estaba segura que en un futuro iba a terminar convenciéndolo.
En cuanto a Diego creo que era demasiada obvia la especie de tensión sexual que existía entre los dos, diablos que Diego no dejaba de mirarlo ni por un segundo cuando estábamos en clases o en el campus de la Universidad; debo admitir que nunca ni en un millón de años hubiera imaginado que Diego tuviera inclinación por los hombres, y aunque Gabriel se encargaba de repetirme en cualquier oportunidad que tenía que solo era una confusión... ese tipo de sentimientos, situaciones y acciones uno no los realiza por “una confusión”, era obvio que le gustaba.
La semana posterior al beso de Gabriel y Diego todo fue de mal en peor, ya era algo común encontrarme hablando con Gabo en cualquier lugar de la Universidad y que Diego nos interrumpiera con la excusa que necesitaba hablar con él, obviamente que Gabriel lo rechazaba con cualquier estúpido motivo... y eso mismo se repetía todos los días. Notaba como Gabriel estaba menos comunicador, las tardes en mi casa ya no eran las mismas que antes más que nada debido a él pésimo humor que estaba cargaba la mayoría del tiempo, él solo hecho de hacerlo sonreír de volvía más y cada vez más difícil, sus constantes burlas y reclamos hacía mi cuarto y mis gustos musicales ya no existían y sentía que estaba hundiéndose él mismo en un pozo de baja autoestima del que no iba a poder salir tan fácilmente.
- Gabriel - le llamé una de esas tardes en las que para variar se encontraba deprimido y acostado en mi cama -
Solo volteó a mirarme y esa la única repuesta que obtuve de su parte, al menos sabía que tenía su atención.
- No me gusta verte así -le seguí diciendo con voz baja y acariciando su cabello - siento que cada vez eres más diferente al Gabriel de antes.
Me miró fijamente por algo así como un minuto y finalmente me respondió.
No puedo evitarlo Vane - me comenzó a decir con una mirada triste - siento que no tengo las ganas para hacer nada, salgo de la cama para ir a la Universidad obligado por mi mama y por ti... creo que esto confirma la teoría de todos de que realmente soy bipolar - terminó de decirme con algo que parecía una sonrisa... pero bastante forzada -.
Estas así por Diego ¿verdad? - le preguntó evitando el tono de obviedad -.
No... - me respondió luego de varios segundos - es solo que he estado susceptible estas semanas, pero no tiene nada que ver con Diego - agregó, mintiéndome obviamente -.
A mi no tienes por qué mentirme tonto - dije directamente, ya me estaba cansando de su negación - sabes que puedes confiar en mí. Lo que no entiendo aún es porque no se sientan a hablar, al menos así sea para decirle que no quieres nada con él... Gabriel el chico no deja de perseguirte.
Él miro a otro lado rápidamente y luego regreso su mirada a mí, sus ojos estaban un poco brillantes.
- No te estoy mintiendo Vanessa - me dijo por lo primero - y no quiero hablar con él porque sencillamente no tenemos nada que hablar, lo más seguro es que su ego este dolido porque no le hice caso a su “confusión” y por eso me persigue a cada momento.
Al parecer Gabriel estaba inmerso en su pozo de negación más de lo que imaginaba, no entendía porque diablos no terminaba de aceptar lo que Diego sentía por él, y lo que él sentía igualmente por Diego. Mi paciencia había llegado a su límite y terminé explotando.
- Creo que es el momento de dejarnos de juegos estúpidos - le lancé - quiero que me contestes ¿Por qué no quieres acercarte a Diego?, y quiero que me contestes con la verdad Gabriel.
El al parecer había notado la dureza de mis palabras porque su mirada y su cuerpo se tensaron, él utilizo uno de sus brazos como soporte y termino sentado justo al frente de mí.
Creí ya haberte contestado Vanes... - comenzó a mentirme de nuevo, pero ya mi limite de paciencia estaba bastante bajo -.
Te dije que sin juegos y mentiras Gabriel - le interrumpí inmediatamente al percibir su mentira - ya basta de tus tontas excusas, háblame claro y con la verdad.
Vane es que... - de nuevo iba a decirme excusas tontas -.
Es que ¡Nada! - le interrumpí nuevamente - respóndeme sinceramente, Gabo sabes que puedes confiar en mi - agregué, pero esta vez con mi características dulce, tomándolo de los manos y dedicándole una mirada que al parecer lo desarmó -.
Se que puedo confiar en ti - me dijo sin soltar el agarre de nuestras manos - pero es que ni yo estoy completamente seguro de nada con Diego, todo me confunde.
Inténtalo - le impulse - solo habla desde lo que sientes, deja que las palabras fluyan.
Se tomo varios minutos que se volvieron extremadamente largos, por un momento pensé que se había acobardado e iba a interrumpirlo nuevamente para exigirle que me dijera todo... pero finalmente hablo.
No puedo hablar con él - me comenzó a decir, un poco nervioso - porque... porque sé que si lo hago no soportare mirarlo a los ojos... sin rendirme ante él.
Entiendo - dije yo aún absorta en sus ultimas palabras - continua.
Él me gusta Vane, y es obvio que tu lo sabes - yo asentí - pero no me puedo permitir quererlo, no puedo permitirme sentir algo por él, como te lo dije ya anteriormente: lo de nosotros no puede ni podrá ser.
Pero ¿Por qué? - preguntó yo completamente intrigada - solo quiero saber ¿Por qué?.
Porque... porque - continuó diciéndome - aún recuerdo lo que sucedió con Julián... y tengo miedo que me suceda lo mismo con Diego, tengo miedo que lo que él dice que siente en estos momentos sea solo una confusión y termine haciéndome falsas ilusiones y además herido como me sucedió con Julián - me terminó de decir finalmente, pero ahora no me miraba a los ojos sino que miraba hacia abajo en un gesto de lo que me pareció vergüenza y tristeza-.
Vamos Gabriel - le respondí, tomando su mentón y alzándolo para que me mirara fijamente - creo que Diego te ha demostrado que no se parece en nada a Julián, y que obviamente tú le gustas. Esa forma de mirarte, esa forma de tratarte y esa forma de hablarte solo me demuestran que le gustas... y mucho.
Suponiendo que todo eso fuera cierto - me dijo un poco desanimado - sé que no podemos estar juntos Vane, aún no estoy preparado para estar con alguien... y menos con un hombre.
Eso lo entiendo Gabo - exclamé - pero dime algo ¿Qué sientes sinceramente cuando lo vez en la Universidad?.
Ese es precisamente el problema - y está vez si me miro fijamente confirmándome que hablaba con sinceridad - cada vez que lo veo en la Universidad solo puedo pensar en repetir ese beso que nos dimos en su automóvil, es por eso que no quiero hablar a solas con él... tengo miedo que no pueda ser fuerte y terminemos besándonos nuevamente.
Pero eso no tiene nada malo - dije yo, ya algo exasperada - entiéndelo Gabriel... ambos se gustan y pueden hacer los que le da la regalada gana con sus vidas.
No quiero avivar cualquier especie de sentimiento que él crea sentir - respondió rápidamente - la única solución es alejarnos y esperar olvidar esto.
¿Pero es que acaso no te das cuenta de como ha estado él toda esta semana? - le pregunté, y luego de unos segundos de silencio de su parte decidí responderle yo mismo - no puede dejar de mirarte idiota, y creo que su humor está incluso peor que el tuyo. Vamos, los dos están deprimidos sin razón alguna... ¿eso no te dice algo?.
Me dice que tu te estas volviendo un poco paranoica, y lo mejor es que cerremos este tema finalmente Vanessa... no quiero que me hagas sentir incomodo tú también - me dijo tajante, finalizando la conversación -.
Con eso último había confirmado lo que sospechaba: Diego y Gabriel son un par de idiotas. Al parecer los únicos que no notaban lo que sentían eran ellos mismos, sabía que no podía dejar que Gabriel se auto-destruyera de esa forma... era demasiado importarte para mí como para verlo sufrir de esa manera. Algo se me iba a ocurrir, seguramente que si.
La semana siguiente había resultado incluso peor que la anterior, y bueno además un poco desconcertarte. Gabriel estaba prácticamente igual que antes y al parecer Diego también, no podía entender como ese par de idiotas no abrían los ojos finalmente... se querían y ¡Todos lo Sabíamos!. Al parecer Diego se había cansado un poco de la actitud de Gabriel y había dejado de perseguirlo, y esté ultimo se había terminado de convencer de que todo lo que Diego sentía era una confusión y que por eso había dejado la insistencia. La actitud de ambos era desconcertarte... pero no tanto como la de Marcos.
A pesar de ser elegido como mi compañero en el trabajo final de Ingles la relación entre Marcos y yo era algo menos que la de unos compañeros de clases normales, nos habíamos reunido en algunas ocasiones en mi casa pero solo hablábamos lo suficiente... algo que él al parecer había decido cambiar. En toda la semana él no paraba de sacarme cualquier tipo de conversación, me miraba constantemente e incluso me había pedido mi número de teléfono celular.
Todos los días me enviaba mensajes preguntándome como me sentía, y terminábamos hablando con cadenas de al menos 50 mensajes. Me estaba haciendo sentir un poco especial, pero de verdad que no entendía su repentino cambio de actitud. Me había visitado ya un par de veces a mi casa aun cuando no existían motivos estudiantiles que lo requerían, ya me había confirmado que al parecer le gustaba a Marcos, y vamos que el chico no era feo pero en esos momentos mis problemas personales captaban toda mi atención... mis grandes problemas personales.
El domingo para variar Gabriel me había dicho que no tenía ningunas ganas de salir de su casa y que se la iba a pasar todo el día tirado en su cama, también había recibido un mensaje de Marcos preguntándome si podía venir a visitarme y de la forma mas amable posible le conteste que no, y no obtuve respuesta de su parte. Luego de una hora y algunos minutos el timbre de mi casa interrumpió mi ritual de ver TV, estar conectada a internet y a su vez cocinar algo de comida; no entendía como a Marcos no le había quedado lo suficientemente claro que no podía venir a visitarme porque estaba un poco ocupada, y pensé en no salir a contestar y así él se cansara y terminara por irse... cosa que no paso. El timbre sonó en otro para de ocasiones y me decidí a ir a abrir la puerta y despachar a Marcos de la manera mas educada posible, pero cuando abrí la puerta no era Marcos el que se encontraba al otro lado... era Santiago.
GABRIEL
No entendía como una persona, una acción, un momento había influido tanto en mi vida; era cierto que me habían dicho que la universidad iba a cambiar mi vida de maneras insospechadas, pero incluso yo el chico que casi fue violado reconozco que estaba alejándome demasiado de como era anteriormente. Me sentía deprimido en todo momento, sentía que al parecer era la única persona en la faz de la tierra que no podía estar con la persona que quería, el beso de Diego me había vuelto añicos la cordura, creía que estaba volviendo loco por momentos en los que no podía dejar de pensar en él. Continuamente recordaba su delicado beso y llevaba estúpidamente mis dedos a mis labios como tratando de recordar con cada toque... su toque.
Mi familia estaba preocupada, Vanessa estaba preocupada... incluso la profesora de ingles había tenido una pequeña conversación conmigo en donde me preguntaba porque me encontraba tan ausente en las clases. Solo a Vanessa había tenido el valor de decirle que Diego era la razón, verlo todos los días y saber que no podía estar con él, saber que no podía besar sus labios nuevamente me estaba matando. Él en verdad me gustaba, pero no tenía el valor suficiente como para lanzarme en una “relación” donde nuevamente podría resultar lastimado, crep que no era capaz de soportarlo.
La tortura en clases cada vez se hacía mas dura teniendo que evitar constantemente las palabras de diego y sus peticiones para conversar en privado, además de sus constantes mensajes, llamadas y correos... pero todo termino repentinamente un día. Ya no buscaba, ni me escribía, ni me llamaba al parecer había logrado lo que yo quería... superarme. Esto me confirmo que mis sospechas de que lo que Diego sentía era una confusión eran verdad, y lo peor era que lejos de alegrarme mi humor se había deteriorado y a mucho peor.
Vanessa constantemente me impulsaba para que hablara con Diego asegurándome que él gustaba de mí, pero que se había cansado de que lo hubiera ignorado todo este tiempo. Habían momentos en mi habitación donde escribía SMS increíblemente largos donde le relataba todo lo que me sucedía y todo lo que sentía por él... SMS que nunca llegaba a enviar. Marcaba su número de teléfono celular llamándolo pero en el momento que escuchaba el primer “bip” colgaba, mis fortalezas estaban flaqueando y sinceramente no me lo podía permitir.
Decidí enfocarme lo más que pudiera en mis clases y olvidar cualquier factor externo que pudiera distraerme, esto funciono por un par de días pero cuando nuevamente noté que me seguía observando disimuladamente nuevamente caí en el juego de la depresión.
Vanessa me visitaba casi diariamente a mi casa y sin ninguna sorpresa se volvió incondicional de mi madre, al parecer esta le había contado que estaba muy preocupada por mi comportamiento de estos últimos días y Vanessa le había prometido que iba a hablar conmigo... cosa que cumplió.
Puedes dejar de sentirte miserable por favor - me lanzó repentinamente, un día miércoles que para variar estaba en mi casa -.
Si pudiera no me vieras en este estado ¿no crees? - le conteste sarcástico... como en los viejos tiempos -.
Gabriel cada vez siento que me preocupas mas - me comenzó a decir - ya casi no sales a divertirte, solo estas encerrado todo el día en tu cuarto... y en la semana sales a la Universidad.
No tengo ganas de nada Vane ¿Qué no lo no entiendes? - le respondí ya un poco hastiado de sus insistencia - por favor puedes dejar ese tema.
Está bien, vamos a hacer un trato - me comentó con una sonrisa cómplice - yo prometo que te dejare en paz con respecto al tema de la depresión... y Diego - no pude evitar sentir un punzada en mi interior - solo si aceptas salir conmigo a una fiesta este sábado.
¿De que hablas Vanessa? - le pregunte intrigado y mirándola a los ojos - ¿acaso crees que estoy de humor para una fiesta?.
Precisamente por eso - expresó alegremente - creo que lo que necesitas es divertirte al menos por algunas horas... además te prometo que no te molestare más con el tema, te doy mi palabra de verdad.
Sinceramente no entendía como una fiesta podía hacerme cambiar de humor, pero el solo hecho de saber que Vanessa no me molestaría más con el tema de Diego me hizo aceptar.
Esta bien, acepto - le dije resignado - pero solo si me aseguras cien por ciento que no me molestaras más sobre el tema.
Te lo aseguro tonto, pero promete que te divertirás - contrataco aún con su sonrisa en los labios -.
Te aseguro que me divertiré - le mentí - pero ahora aclárame algo... ¿de quien es esa fiesta? - le pregunté -
Bueno digamos que al anfitrión no lo conozco - me dijo un poco nerviosa - pero nuestros acompañantes si - afirmo -.
¿Acompañantes? - le pregunté nuevamente, pero esta vez aún mas intrigado -.
Si... - comenzó a titubear - quien me invito a la fiesta fue Marcos, él amigo de Diego.
¡¿Cómo?! - le grite sorprendido - estas loca ¿cierto?, como se te ocurre que yo iré a una fiesta donde asistirá Diego.
¿Sera que me puedes dejar responderte antes de que te alteres? - me preguntó y yo asentí sin ninguna otra opción - me invitó Marcos y él me aseguro de todas las formas posibles que ni Diego ni el otro amigo de ellos iba a poder asistir a la fiesta porque tenían otros compromisos. Solo iba a acompañarnos Santiago que además iba a servir de chofer... de verdad te puedo asegurar que Diego no va a asistir - finalizó diciéndome -.
¿De verdad me lo aseguras? - preguntó yo aún u poco escéptico - .
No tendría por qué mentirte tonto - me dijo - además yo sé que si Diego asistiera tu obviamente me rechazarás la invitación.
Más te vale que todo lo que me digas sea verdad - le indiqué - y por cierto ¿Qué te traes tu con Marcos? Últimamente los he visto más juntos de lo común además de que tu bandeja de entrada tiene alrededor de 300 mensajes con su nombre como remitente - le inquirí, con un aire de sospecha -.
No tenemos nada tonto - me respondió un poco nerviosa por lo que noté - y además ¿Por qué tu revisas mis mensajes de texto? ¡Son Privados! Hasta cuando te lo debo repetir - agregó fingiendo molestia -.
Eres mi mejor amiga, se supone que no tenemos secretos - me excusé diciéndole - además se nota que le gustas Vane ¿Por qué no le das una oportunidad?.
Nada de que le gusto - respondió rápidamente - además si tú no lo aceptas yo tampoco - me dijo, jugando un poco sucio - lo importante aquí es que aceptaste asistir a la fiesta. Los chicos te recogerán de ultimo en tu casa a las nueve de la noche, espero que seas puntual y te vistas bastante guapo.
Siempre tienes que decirme esos comentarios - le dije yo un poco sonrojado - y ten por seguro que seré puntual. Solo espero que esa bendita fiesta no termine conmigo siendo el chaperón de ustedes como linda parejita.
Ella solo volteo los ojos lentamente y rio bajamente, repentinamente se me había contagiado y terminamos riéndonos juntos. Toda la tarde terminó así y ya llegada la noche le informe a mi mama que iba a asistir a una fiesta con Vanessa el sábado y esta reacciono con una gran sonrisa y un “ Ya era hora ”. Definitivamente las mujeres estaban locas.
Lo que restó de la semana siguió de igual manera que la semana anterior, Diego solo me miraba en contadas ocasiones y yo sentía un color en mi estomago cuando lo hacía. Finalmente y para alegría de Vanessa el viernes había llegado y con esto el comienzo del fin de semana... un fin de semana que involucraba una fiesta.
Justo cuando faltaban treinta minutos para las nueve Vanessa me había enviado un mensaje preguntándome si estaba completamente listo porque los chicos se dirigirán a mi casa. Al parecer Santiago había tomado prestada la camioneta de su padre y por eso íbamos a estar bastante cómodos, sin pensarlo dos veces le respondí que “ SI ”.
Sentado en mi habitación escuche como un auto se estacionaba en la entrada de mi casa, y al mirar por la ventana confirme que se trataba de una camioneta. Realicé las despedidas de rutina y me prepare para efectuar mi mejor actuación, en el momento que abrí la puerta de mi casa para salir pude notar como la inmensa camioneta de color gris tenía las luces encendidas y al parecer me esperaba a mí, la ventanilla del asiento del copiloto se bajo lentamente y Vanessa apareció diciéndome que me sentara en el asiento de atrás. Camine unos pocos pasos y abrí la puerta trasera, enseguida noté como el interior estaba bastante oscuro pero no le di mayor importancia, en el minuto que cerré la puerta Santiago y Vanessa me saludaron y pude notar como había una persona sentada a mi lado pero por la oscuridad no la pude definir. Le indique a Santiago que encendiera las luces y creo que logré divisar como asintió, cayendo en cuenta que quien estaba a mi lado... era Diego.
Inmediatamente lancé un silbido de sorpresa y no pude evitar notar como tenía su mirada clavada en mí, no sabía que diablos sucedía pero estaba seguro que Vanessa tenía algo que ver con esto. Al minuto una voz me saco de mis pensamientos.
- Seguro te preguntaras que diablos sucede aquí ¿no Gabriel? - me dijo Santiago, mientras miraba fijamente el camino - .
Yo solo logré asentir, al parecer mi garganta había bloqueado cualquier tipo de sonido.
- Antes de nada - comenzó a decirme - debo informarte que Diego no tiene ninguna idea de lo que esta sucediendo, él esta tan sorprendido como tú - agregó - si quieres buscar culpables somos Vanessa y yo.
Ella solo movió su cabeza flexionándola hacía la parte de atrás y me mostro su rostro de complicidad y un poco de arrepentimiento. Yo solo la mire con un odio gigante.
Creo que se deben preguntar porque están aquí juntos ¿no? - habló de nuevo Santiago - creo que es tu turno Vanessa - dijo viéndola y haciendo un gesto con su cabeza -.
Creo que no es necesario adornar esto con analogías estúpidas -lanzó Vanessa directamente hacia nosotros - sabemos que ustedes se gustan y queremos que solucionen esto ahora mismo, entendemos que quizás les de un poco de vergüenza hablar con nosotros aquí adentro... así que en cuanto lleguemos a casa de Marcos para recogerlo les daremos exactamente veinte minutos para que conversen lo que tienen que conversar, no nos importa si terminan teniendo algo ó no. Solo queremos que esta era de depresión crónica termine - finalizó de decir Vanessa y se mantuvo en silencio como lo había prometido -.
No podía ni comenzar a decir lo molesto que estaba con ella, me había traicionado y solo para justificar que si tenía razón en lo que me decía, estaba increíblemente tenso y nervioso con Diego a mi lado, esté no dejaba de mirarme y sentía como me escaneaba de arriba abajo en todo momento. Podía notar como Santiago lanzaba fugaces miradas por el espejo retrovisor hacía la parte de atrás y suponía que era para ver que hacíamos Diego y yo. Quería escapar de ese maldito lugar, sabía que iba a tener que conversar con Diego y no sabía si iba a poder soportarlo o mantenerme fuerte.
Durante el corto recorrido comenzó a llover espeluznantemente y lo mejor de todo es que al parecer la casa de Marcos quedaba algo lejos, y en una especia de colina con calle en “T”, sea lo que fuera que significara eso.
El temido momento llegó cuando Vanessa nos informo que habíamos llegado y que bajarían para buscar a Marcos, que teníamos veinte minutos y que por motivos de seguridad se llevarían las llaves del carro dejándonos a oscuras. Cuando cerraron las puertas solo podía oír la respiración de Diego, y contra todo pronostico podía verlo levemente... podía distinguir su figura. Sentía que los minutos corrían tan lento como las gotas del roció de la mañana, sentía las palabras en mi garganta pero estas no salían... hasta que finalmente Diego rompió el silencio.
Comienza a sonar Chasing Cars - Snow Patrol
- ¿Por qué me ignoras? - me preguntó fríamente - solo quiero saber eso para largarme de aquí.
Sus palabras sonaban extremadamente duras y yo lo comprendía, no sabía que responder ni como hacerlo... pero el valor me sobrecogió repentinamente.
Ya eso te lo respondí ¿no? - le dije-.
Déjate de basuras - me dijo aún con su tono duro - quiero que me digas la verdad.
Mi pecho comenzó a hincharse y las gotas de sudor comenzaron a hacer acto de presencia, estaba nervioso y algo en mi cuerpo termino traicionándome.
Porque no se si tenga el valor para hablarte sin hacer ninguna estupidez - le dije finalmente, me estaba confesando y aunque lo negara... se sentía un poco bien -.
Puedes explicarte - continuó, bajando un poco sus defensas - por favor.
Diego... eso que sucedió en tu auto no se puede repetir - exclamé un poco avergonzado -.
¿Hablas del beso? - me preguntó -.
Obviamente hablo de eso - seguí diciéndole - ese beso no se puede volver a repetir.
¿No te gusto? - preguntó ignorando mi respuesta anterior -.
No se trata de eso, se tra... - le iba a decir pero me interrumpió de tajo -.
Solo respóndeme - exclamó -.
¿Es necesario responderte? - le pegunté tratando de zafarme del asunto -.
Si, solo hazlo por favor - me dijo rápidamente y pude sentir como levanto y acaricio casi fugazmente mi mano, esto al parecer termino derrumbándome -.
Si... - dije por lo bajo - si me gusto ¿eso era lo que querías saber?.
Su semblante cambio instantáneamente, al parecer se tensó rápidamente y se quedo sin palabras.
¿Por qué huiste entonces? - continuó con el interrogatorio -.
Tenía miedo - respondí igualmente por lo bajo -.
¿Miedo de que? - siguió preguntándome -.
Miedo de que no me pudiera controlar - le lance finalmente, le dijo lo que quería escuchar y lo que yo quería decir desde hace mucho tiempo -.
Esto cambio nuevamente su semblante, ahora estaba como un poco mas relajado.
- Quiero preguntarte algo y por favor necesito que me contestes con toda la sinceridad que tengas - me comenzó a decir, esta vez un poco mas relajado y mirándome en la oscuridad fijamente - ¿yo te gusto? - me preguntó finalmente -.
Mi corazón dio un vuelco, me había preguntado lo que no quería responderle... no podía hablar con la verdad.
Eso no te lo puedo responder - le dije zafándome un poco - no puedo de verdad.
¿Por qué no puedes? - preguntó colocando esta vez si completamente su mano sobre la mía e instintivamente yo la retire.
Sencillamente no puedo - le dije nuevamente - lo mejor es que te olvides de esto por favor.
Respóndeme - me dijo ahora él nuevamente.
No puedo decírtelo diablos - le dije ya un poco desesperado - lo mejor es que te olvides de esto... y de mí.
Él se alzó y se enderezó un poco de donde estaba sentado y se acercó mucho a mi y pude verlo ahora si completamente, por unos minutos pensé que iba a besarme nuevamente... pero no.
¿Lo dijiste? Te amo… no quiero vivir sin ti… cambiaste mi vida… ¿Lo dijiste? …
- Maldita sea - me comenzó a decir - ¡No puedo!, ¿no ves que no puedo? ¿Acaso no ves que me vuelves loco de mala y buena forma? ¿No entiendes que desde que nos besamos no puedo borrarte de aquí? - dijo señalando a su cabeza - desde que te conocí no puedo dejar de pensarte, diablos no puedo ni dormir sin estar penándote; estas en todos lados y además en la Universidad... ignorándome. Estas aquí - señalo a su costado derecho, supongo que a su corazón - y aunque lo trate no puedo sacarte, ¿no crees que lo he tratado? ¿Crees que quiero quererte así como lo hago? Es muy difícil hacerlo Gabriel en especial si tú no me lo permites ¿Cómo no te das cuenta de una maldita vez? - finalizó -.
...Haz un plan, fíjate una meta… trabaja por ella...
Todo mi cuerpo estaba descontrolado, sus palabras habían llegado hasta el fondo de mí... hasta el fondo de mi corazón aunque me cueste decirlo. Sabía exactamente lo que tenía que hacer e incluso cuando sentimos como dos personas ingresaron al auto con la excusa de que “debemos buscar algo rápidamente y nos retiramos” no puede dejar de hacer lo que debía.
...Pero ahora y cada vez más, mira a tu alrededor, vive a fondo…
Tome su mano rápidamente y la entrelace con mis dedos para luego usarlo como impulso y con mi otra mano acariciar su mejilla... para besarlo profundamente, besarlo como lo necesitaba, besarlo como era necesario, besarlo como la razón me lo indicaba. El beso era increíble, sentía como todo mi interior estaba caliente y a su vez sentí como sus manos se posaron en mi cintura atrayéndome más y más hacia él.
...porque eso es todo...
El luego llevo sus manos a mi cuello y en ese instante un estruendo rompió el momento y todo a mí alrededor comenzó a girar violentamente, sentí como una luz blanca me enceguecía y como la camioneta daba vueltas en el aire hasta estrellarse contra el suelo, sentí un ardor inmenso en mi brazo y una fuerte presión en él, muchos cristales estaban cortando mi cara por lo que la sangre comenzaba a inundarme - ¿nuevamente? - , cuando trate nuevamente de moverme el auto comenzó a moverse nuevamente y un golpe extremadamente fuerte impactó en mi cabeza dejándome a oscuras.
...y podría desaparecer mañana.
Debo aclarar varias cosas: la primera es que a partir de ahora me tomare unas vacaciones de aproximadamente 1 mes o algo parecido, de ahí el titulo de “Mid-Season FInale”, lo segundo es que las gracias no alcanzan para agradecer cada uno de sus comentarios y sus calificaciones por favor háganme saber en los mismos si odiaron este capitulo porque estuve alrededor de 5 días meditando incluir el accidente o no por ser tan fatídico y lo tercero es que alguien va a morir eso si es 100% seguro tengo pensado quien lo hará pero quizás cambie de opinión cuando regrese. Esperen que disfruten el Chasing Cars con ese momento del relato porque realmente lo escribí escuchando esa canción. Saludos, y hasta pronto.