Crossroads - VI

Es el karma y, lo mires por donde lo mires, es un asco.

CAPITULO 6

GABRIEL

A veces, hasta la mejor de las personas toma decisiones precipitadas: malas decisiones, decisiones de las que somos conscientes de que nos arrepentiremos a la mañana siguiente… Bueno, tal vez no del todo porque, por lo menos, nos hemos lanzado. Pero, aun así, algo en nuestro interior decide hacer una locura que sabemos que se dará la vuelta y nos morderá el culo, pero la hacemos de todos modos. Lo que quiero decir es que recogemos lo que hemos sembrado, nos devuelven nuestros actos. Es el karma y, lo mires por donde lo mires, es un asco

No estaba, no aparecía, incluso decidí esperar hasta la segunda clase para cerciorarme de que efectivamente... Julián había desaparecido. Debo aceptar que el pánico y el nerviosismo que afronte durante las 3 largas horas en las que el Universo decidía si iba a volver a ver a Julián me estaban descontrolando, tampoco sus dos amigotes habían aparecido, se habían esfumado como el humo... solo que el humo no deja cicatrices como las que él me causó. Diego estaba completamente alerta al igual que yo de la llegada de mi “ex” - maldición -, de su llegada... y de mí; no apartaba su mirada de mí, era como si quisiera conocer que era lo que estaba pensando, sentía que me desnudaba y que me volvía inútil ante él, pero lo que mas notaba era la necesidad de explicaciones... explicaciones de porque salí prácticamente corriendo se su casa luego de su conversación con Santiago.

Esa conversación no paraba de dar vueltas en mi cabeza, me estaba volviendo completamente loco y me hacía creer a mi mismo que Diego estaba refiriéndose a otro Gabriel o que Santiago le había jugado algún tipo de broma y él le había seguido el juego.  Inmediatamente después de escuchar el “discurso” de Diego sobre “ese” Gabriel, recogí lo poco que tenía de ropa y en el momento que Diego subió a la habitación  le informe que era tiempo de volver a mi hogar y le agradecí por sus atenciones, me ofreció llevarme a mi casa en su auto y otras cosas más pero cada uno de sus diálogos los refute indicándolo que necesitaba llegar inmediatamente  a mi hogar para hablar con mis padres. Él solo quedo con una expresión de sorpresa y duda en su rostro, expresión que deje de observar en el momento que me acompaño hasta la puerta principal y emprendí el camino hasta mi home .

El arribo a mi casa no fue mejor que la despedida de Diego - aún recuerdo su mirada -, la herida que sobresalía en mi labio aún era protuberante y por mas que tratara de ocultarla mi mama y mi papa la notaron; sobra decir que el sermón de proporciones bíblicas estuvo presente, pero al final logre convencerlos que todo se debía a una pelea que había sucedido en un Club al que había asistido con mis amigos -  yo mismo me sorprendí de mis grandes dotes en la actuación  - y que desafortunadamente me habían golpeado sin ser parte del problema y por ser amigo de uno de los luchadores - pelea de ring, mis mentiras tomaban otro nuevo nivel -. Todo termino con un sermón aún mayor sobre como debo seleccionar mis amistades y sobre los lugares que debo concurrir con los mismos. Finalmente logre subir a mi habitación y rencontrarme con una de mis mejores amigas: mi cama. Solo pude descansar un poco ya que las pesadillas se habían vuelto algo común en ese momento, además de que Diego ahora también se había vuelto un protagonista de mis ¿pesadillas?.

En los pequeños recesos que teníamos entre clases hacía lo imposible para escapar de Diego y cualquier tipo de conversación que pudiéramos tener, había decidido que me alejaría de él y que lo mejor era que ni la amistad existiera entre nosotros... las secuela de Julián aún estaban latentes y no podía - ó mas bien no quería - confiar ni comenzar cualquier tipo de relación con otro chico, esto claro suponiendo que de verdad Diego gustara de mi... una imposibilidad imposible.

En el ultimo - afortunadamente - receso antes  de la salida, decidí “esconderme” en un pequeño terreno que se encontraba algo cerca de la cafetería, pero al parecer iba tan rápido y también distraído que termine chocando con una chica... que fue a parar al suelo.

  • Hey, te fijas por donde caminas o ¿no? - me dijo un poco molesta y tratando de levantarse, a lo que yo como caballero y culpable decidí ayudarle-

  • Discúlpame por favor - le dije yo arrepentido por la situación - al parecer  no me había fijado que venía alguien.

  • Claramente no - respondió con un tono que me pareció de ¿broma? - haz estado todo el día corriendo y escapando de no-se-qué en el salón.

  • ¿Disculpa... - pregunte yo, intrigado - me conoces acaso?

  • Te crees tan superior que no notas a la gente a tu alrededor al parecer, estudiamos juntos por eso sé que estabas escapando.

  • ¿Superior? - le dije tratando de esconder una sonrisa - digamos más bien que he estado en un estado de automático todo el día y por eso no he notado nada a mi alrededor y menos a mis admiradoras - agregué está vez si con una obvia sonrisa - mucho gusto, mi nombre es Gabriel.

  • Vanessa - me respondió el saludo - y al parecer eres un poco graciosito ¿no?, bueno eso no importa creo que la pregunta adecuada sería ¿de quien estabas escapando? - termino lanzándome la pregunta -

  • Ehm... ¿escapando? ¿Yo? - la cuestione tratando de reforzar la idea de que realmente era un buen actor - es solo que estaba un poco apresurado por ir a la Cafetería.

  • Ah claro... la cafetería - exclamó con una mirada que denotaba que me había descubierto - bueno aprovechare que te diriges hacía yo y te acompaño... además así saludo a nuestros otros compañeros de curso, ya que por si no lo sabes están todos allá en este momento - me termino de decir, con una mirada delatora en todo su rostro -

Rayos, debía admitir que la chica era inteligente porque me había atrapado en mi propia y estúpido juego. Además de inteligente también era bastante hermosa, su cabello perfectamente liso de un color café oscuro combinaba con sus ojos dorados como la arena del desierto, su piel era algo blanca pero no era ningún vampiro o algo parecido - dato curioso: Odio Twilight... pero no me sucede lo mismo con True Blood - y la contextura de su cuerpo era perfecta para su mediana altura. Vanessa era preciosa indiscutiblemente.

  • Esta bien me descubriste - respondí ya resignado - podemos dejar de fingir que no sabías que escapabas de alguien desde el primer momento - agregué, y ella no pudo evitar sonreír -  este es el trato: me puedes acompañar pero sin ninguna pregunta sobre la identidad de quien me escapo, solo hablemos ¿estamos?

  • Me parece perfecto - respondió sonriente - eres bastante elocuente ¿sabias? Creo que nos llevaremos bastante bien.

  • Espera a conocer mis otras virtudes y quedaras sorprendida - le comente con una falsa superioridad -

Solo lanzó una carcajada que se me hizo increíblemente pura y real, era verdad lo que ella decía: Nos llevaríamos bastante bien.

Vanessa era increíble, es más creo que esa palabra no le hacía ningún tipo de justicia. Y al final terminamos conociendo mucho sobre nuestras vidas, ella era tan sincera sobre su vida que no me quedo más opción que serlo yo también con la mía. Sentía que éramos amigos desde hace muchos años, ella me conto sobre sus padres separados, sobre su cambio de país  debido la asignatura y la universidad a la que quería asistir, sobre sus pocos amigos, sobre un chico que le gustaba en el salón - me cerciore que no se tratara de mí, y afortunadamente no lo era - y yo le conté absolutamente todo sobre mí... bueno “todo” excepto el tema del millón: mi vida amorosa. Un simple “Ahora creo que lo mejor sería abandonar ese departamento y enfocarnos en otro tema” fue necesario para que ella captara la indirecta que ese tema era bastante sensible para mi.

El tiempo se me pasó volando mientras hablaba con mi nueva “amiga”, compartimos números de teléfono y nos dimos las direcciones de nuestras respectivas casas, vivíamos relativamente cerca algo que definitivamente era una ventaja. Al final decidimos regresar a la ultima clase del día y quedamos en que nos iríamos juntos hacía la Avenida principal y cada quien tomaría su camino. Nada más entrar al salón pude sentir como la mirada de Diego se clavó en mí... y así se mantuvo hasta el final de clases.

Comienza a sonar In pieces- Linkin Park

Trate de escapar lo más rápido posible junto a Vanessa, pero Diego me intercepto en la entrada de la Universidad.

  • Son ideas mías o me estas evitando - me lanzó a quemarropa -.

  • ¿Disculpa? - le respondí yo un poco nervioso - creo que estas equivocado Diego, solo que he estado bastante ocupado con las clases.

  • No me engañas Gabriel - continuó diciéndome - sé que algo te ocurre y creo suponer que yo tengo que ver en “eso”, no entiendo porque huiste de mi casa el Sábado, vamos sabes que puedes hablar conmigo sobre lo que sea, ¿Qué te ocurre?

Me quede en silencio por algunos segundos y decidí decirle a Vanessa que se adelantara en el camino, ya que esto me tomaría solo algunos minutos. Diego y yo fuimos cerca del estacionamiento y ahí comenzó la función.

  • Creo que lo mejor es que dejemos de tener contacto y que si alguna vez lo fuimos dejemos ser amigos - le dije yo repentinamente  y con la mirada y el tono más frío que tenía en mi repertorio -

  • ¿Cómo? - me pregunto un poco incrédulo por lo que le acaba de decir - que estas dici...- me iba a comenzar a decir pero lo interrumpí -

  • Creo que ya lo escuchaste Diego, te agradezco inmensamente por todo lo que haz hecho por mi - le continúe diciendo - pero creo que lo mejo es que a partir de ahora tomemos caminos separados, y con respecto al trabajo de Ingles nos reuniremos solo en dos ocasiones para decidir de que se encargara cada uno.

El silencio reino en el ambiente por no sé cuanto tiempo, el rostro de Diego era... no se ni que diablos era. Solo sé que yo estaba comenzando a flaquear y eso no me lo podía permitir.

  • No lo entiendo - me dijo rompiendo el silencio - enfrentamos juntos el problema de Julián y todo...

  • Ya te lo di... - lo seguí interrumpiendo, pero el tenia otros planes al parecer -

-  ¡NO ME INTERRUMPAS! - me dijo con un tono de voz alto y creo... frustrante - que mierda es esto Gabriel - continuó, pero ahora un poco mas calmado quizás gracias al semblante de nerviosismo que yo había tomado... al fin y al cabo los gritos anteriormente solo habían terminado de una forma - el sábado todo estaba normal, no entiendo porque... - iba a terminar de decirme pero me arriesgue a interrumpirlo -.

  • Diego... ser tu amigo - la voz comenzaba a temblarme - ser tu amigo me recuerda demasiado a todo lo que sucedió con Julián - y finalmente le dije la raíz de la mentira, su rostro cambio a una expresión de asombro instantáneo - creo que por mi propio bien lo mejor es mantenernos alejados como te dije, discúlpame de verdad pero ya no puedo estar aquí.

Y con esto ultimo comencé a alejarme de Diego y a caminar hacía mi encuentro con Vanessa, durante todo el camino sentí algo así como un increíble vacío en mi estomago, un vacío que lentamente fue transportándose a mi pecho e hizo que una fuerte presión me inundara el mismo.  A pesar de todo estaba seguro que todo lo que había sucedido era lo mejor, Diego y yo no podíamos ser amigos porque sentía que a cada momento me estaba confundiendo más y más... y no era justo para ninguno de los dos. Multitud de pensamiento inundaron mi cabeza y la verdad es que todos tenían un factor en común: Diego. Afortunadamente Vanessa había mantenido su palabra y me espera fielmente cerca de la parada de taxis.

  • ¿Terminaste? - me dijo, terminando de guardarse su teléfono celular en el bolsillo delantero del jean que vestía - una conversación bastante larga e intensan a mi parecer, sobre todo por la forma en la que te encuentras.

No entendía como, pero Vanessa poseía en sexto sentido que le permitía percibir cuando mi humor estaba por los suelos o algo parecido.

  • Ahora lo confirmo - le conteste con un poco de animo - definitivamente eres bruja.

Ella solo sonrío y me coloco su brazo alrededor de mis hombros.

  • Aún es intocable el tema de tu vida amorosa ¿no? - me pregunto, y yo solo  asentí - estas mal ¿verdad? - de nuevo asentí - ¿él tiene que ver algo con eso? - pregunto finalmente mirándome a los ojos-.

Yo de nuevo asentí.

DIEGO

¿Porque diablos había tenido que conocer a Gabriel? ¿Qué mierda tenía que hacia que sintiera todas estas “cosas” por él? Pero más importante era: ¿Qué diablos sentía yo por Gabriel? Inmediatamente mi mente recordaba la conversación con Santiago en mi casa el sábado donde prácticamente me libere y le confesé que Gabriel me gustaba, pero ¿realmente me gustaba? ¿Por qué todo tenía que ser tan malditamente confuso? Ninguna  mujer me había echo perder la cordura pero ahora venía un hombre, Gabriel para ser mas exacto, y me cambiaba todas las reglas del juego, me dejaba totalmente perdido y sin respuestas. No era posible que yo fuera Gay, maldita sea ¡Me gustaban las mujeres!, pero es que él... él era él, sencillamente eso.

Santiago me había tomado por sorpresa cuando decidió repentinamente pasar por mi casa “para  ver que podíamos hacer y además una explicación de lo que había sucedido con Tomas” - según sus propias palabras -, al final no me quedó mas opción que decirle que estaba arriba en mi habitación, malherido y que Julián había tenido parte... mejor dicho había sido el culpable de todo. No me sorprendió la sonrisa irónica que surco sus labios luego de que le relate todo exactamente como había sucedido, aún recuerdo el “ Él te interesa ” que me lanzó repentinamente, no sabía que responder porque sinceramente ni yo mismo sabía si Gabriel me interesaba ¿sentimentalmente? - maldita sea ahora también hablo de sentimientos, que mierda me esta sucediendo -. Santiago comenzó un interrogatorio donde obviamente el perdedor resulte siendo yo, y luego sin pensarlo  siquiera mis labios se movieron lentamente y mis cuerdas vocales reafirmaron la respuesta que al parecer mi amigo ya tenia desde hace algún tiempo respondida: Gabriel me gustaba.

Era obvio que su rostro contenía un poco de sorpresa pero la sonrisa de satisfacción en sus labios la opaco completamente, luego de unos segundos de “respiro” me informo que el lunes íbamos a tener una larga conversación sobre lo que me estaba sucediendo y finalmente me dejo a solas con Gabriel... “a solas” que duro solo unos minutos ya qué me dijo que tenía que regresar a su casa ese mismo día y que me agradecía por todo lo que había hecho por él. Y así sin más...  se fue. Toda la noche no pude evitar pasarla en velo con constantes pensamientos sobre el repentino comportamiento de Gabriel, y eso ya era mucho decir ya que los constantes “cambios” de actitud que había tenido desde el momento que lo había conocido hasta la actualidad me hacían replantearme la idea de que era bipolar ó que sufría de trastorno de personalidad múltiple, no pude evitar sonreír ante ese ¿alocado? pensamiento; también pensé que sus constantes cambios de actitud se debían al reciente shock que había sufrido y que eso no era algo precisamente fácil de superar, no sin ayuda profesional al menos. No pude evitar pensar que en el momento que había pisado - de nuevo -  la Universidad... mi vida giraba en torno a Gabriel.

Él temido día lunes al fin había llegado y mi nerviosismo por “la charla” con Santiago era inocultable, inmediatamente luego de  saludarnos en la entrada de la Universidad me dijo en voz baja “ A la salida nos vamos juntos en tu carro, recuerda que tenemos muchas cosas sobre las que hablar ”. No sabía como diablos iba  a tomar Santiago que repentinamente me gustaran los chicos... o mejor dicho, me gustara Gabriel... o mejor dicho, ¿me gustaba Gabriel? Él precisamente fue el foco de mis pensamientos hasta el momento que finalmente lo vi entrar por la puerta del salón de clases que nos tocaba en ese momento, estaba ¿guapo? - otra vez los malditos pensamientos - noté como recorría el lugar minuciosamente y aunque no quisiera admitirlo muy en el fondo de mi esperaba que estuvieras buscándome... pero no lo hacía. Claro está que el maldito cobarde de Julián había desaparecido juntos con su estúpida gente, él sabía lo que le convenía y además le había dejado bastante claro que si lo veía a un metro de Gabriel terminaría peor que su amiguito Tomás... ó muerto.

Luego de que finalizo la primera clase quería hablar con Gabriel para... ni sé para qué diablos quería conversar con él, solo tenía la necesidad de hacerlo. Cuando iba a dirigirme hacía él, Manuel decidió preguntarme que había sucedido exactamente con Tomás y porque lo había golpeado tan delicadamente - delicadamente según yo claro -, en ese momento Santiago salió en mi rescate y les dijo - Marcos incluido - que eso había sido un problemas personal de él con Tomás y todo su grupo y que yo había sido tan buen amigo que había decidido tomarlo entre mis manos. Al parecer se creyeron la patética excusa que Santiago les había dicho y decidieron no preguntar mas nada, por lo que yo retome el camino hacía Gabriel... pero no estaba. Y no estuvo durante todos los recesos que se hicieron presentes en el día. Claro a excepción del momento en que entro al salón acompañado de una de nuestras compañeras de carrera, no recordaba su nombre pero algo que si podía identificar de ella era su increíble belleza, Gabriel no paraba de dirigirle miradas y sonrisas y eso hacía que poco a poco mi humor comenzara a convertirse en el de Hulk, por suerte el humor no venía acompañado con los superpoderes.

No entendía que le sucedía ¿quizás estaba enfadado conmigo? Ó le había sucedido algo malo al regresar a su casa ó mucho peor, Julián había regresado y lo había amenazado de algún modo. Necesitaba descubrir que le sucedía a Gabriel y además tenía el presentimiento de que si lo descubría también podría obtener algunas respuestas sobre lo que me estaba sucediendo a mí. ¿Acaso eran... celos los que había sentido?.

Me dispuse a esperarlo en la entrada - ahora la Salida - de la Universidad y esté venía acompañado nuevamente de la guapa chica del salón, una punzada se clavó en mi pecho y me dificultaba levemente respirar. No quise ponerlo sobre aviso de mi presencia ni nada por el estilo así que le lancé de inmediato mi duda: ¿me estaba evitando?

Creo que lo peor de la conversación que había tenido con Gabriel era la manera fría en que me había tratado, luego de... no se... la manera tan amistosa en la que se había abierto conmigo. Mi humor callo por lo suelos y sinceramente no tenía ánimos de nada, sentía que Gabriel me había abandonado sin siquiera haber sido mio o yo suyo. No entendía que era lo que había echo conmigo porque sinceramente ya ni me reconocía, se había vuelto un eje importante en mi vida y ahora removerlo iba a resultar... doloroso.

Y no teniendo suficiente con eso aún faltaba enfrentar a Santiago lo que significa que probablemente a mi mejor amigo también lo iba a perder. Camine al paso mas lento posible hasta mi automóvil en el estacionamiento y ahí junto a las puertas estaba de pie Santiago esperándome, era la hora de la verdad.

  • Te dignaste al fin - me dijo entre divertido y un poco molesto por esperarme tanto - ¿Por qué tardaste tanto? - me preguntó -.

  • No quiero hablar de eso - le dije automáticamente - vamos a lo que vamos.

  • Tenemos humor de perros ¿no? - pregunto irónicamente - déjame adivinar... Gabriel tiene que ver con esto ¿ó me equivoco?

Te felicito Santiago habías dado en el clavo, es que acaso ¿era tan notable mi cambio de humor debido a... él?. Solo me limité a mantenerme en silencio por unos largos segundos y mirarlo intensamente, y creo que captó mi respuesta. En silencio cada quien se subió al auto y conduje hasta mi casa, momento que al parecer Santiago estaba esperando.

  • Diego - me llamo repentinamente, sacándome de mis pensamientos - creo que es el momento de que me digas exactamente que sucede con el rar... Gabriel - se corrigió rápidamente -.

  • No sucede nada Santiago - le conteste, aun abatido por la reciente conversación con Gabriel - ó al menos ahora no.

  • ¿Ahora no? - me pregunto intrigado - ¿a que te refieres?

  • ¿Quieres la verdad? - le conteste con otra pregunta - ¿crees soportarla?

  • Por algo estoy aquí ¿no? - continuo el juego de preguntas - dime sinceramente Diego - agregó, mirándome fijamente - ¿Qué sientes exactamente por Gabriel?

Ya el momento de la verdad y creo que en este punto era totalmente estúpido e inútil mentir. Santiago era mi mejor amigo y al menos se merecía la verdad... ó lo que yo creía que era la verdad.

  • Es ese exactamente el problema - comencé a decirle yo bastante nervioso - no sé que siento por él... creía que era mi amigo pero ahora todo esta demasiado confuso, tu bien sabes que no soy Gay ni nada por el estilo - el asintió, y eso me relajo un poco - pero él... él causa un efecto en mi que sinceramente nunca había conocido siquiera por una chica. Siento que él es positivo y yo negativo porque no puedo mantenerme alejado de él, lo que sucedió con Julián me lleno de tanta ira que me hizo darme cuenta que me preocupara por él y bastante. No sé que mierda me sucede Santiago, esa es la respuesta: no sé que siento por Gabriel, pero él solo estar o hablar con él hace que mi día sea...perfecto - termine de decir mi discurso.... en extremo curso a decir verdad -

El solo cabeceo un par de veces y luego me dedico una sincera sonrisa, como las de siempre.

  • Te gusta Diego - exclamó con una sonrisa - y por como hablas de él, te gusta bastante. Creo que él único que no se da cuenta de lo que siente realmente eres tú... y él por lo visto.

  • ¿Él? -pregunté completamente extrañado - ¿no entiendo lo que me tratas de decir?

Sonrío más ampliamente aún, y me respondió con un tono algo serio pero bastante sincero.

  • Tú también le gustas - me comentó, y mi pecho se ensancho de una manera abrumadora - es bastante obvió Diego.

A qué diablos se refería Santiago ¿yo gustarle.... a Gabriel?, era algo imposible especialmente por la conversación que habíamos tenido hoy al salir de clases donde prácticamente me dijo que mi presencia no era grata para él.

  • De nuevo estas diciendo estupideces - le dije con una falsa sonrisa en mi boca - es obvio que lo único que siente Gabriel por mí es agradecimiento... solo eso - y no pude sentir una nueva puntada en mi pecho -

  • Claro, estupideces - respondió con un tono extremadamente irónico - Por qué cuando fui el primero en decir que él te gustaba me había equivocado ¿no? - me terminó de decir, con una sonrisa que incluso le ganaba en ironía a Gabriel -.

Y no pude evitar mantenerme en silencio por un par de segundos, era cierto que Santiago había ¿descubierto? Lo que “sentía” por Gabriel incluso antes que yo. Pero esta posibilidad que me planteaba era completamente disparatada.

  • Aún no se si me gusta o no Santiago - conteste rápidamente - y en cuanto a que él sienta “eso” por mi, creo que no puedes estar mas equivocado... hace un momento precisamente acababa de decirme que me mantuviera alejado de él porque le recordaba todo lo que había sucedido con Julián y no podía soportarlo - le termine de decir, con un tono y expresión triste -.

  • Ah claro, por eso la cara de pocos amigos ¿no? - dijo como si hubiera encontrado una pieza faltante de un puzzle - creo que no es necesario decirte que estas triste y amargado debido a que  el chico que te gusta te acaba de decir que te alejes de él. Es obvio Diego él te gusta y mas importante... tu a él a también.

  • Digamos que me ciertamente me gusta - afirmé  - ¿eso estaría bien para ti?

Solo sonrío y trato de aguantar la risa.

  • Mientras no sea yo el que te guste - dijo riendo - no por nada malo claro, más bien porque no podría corresponderte - yo igualmente sonreí -, pero ahora si hablando en serio... eres mi amigo Diego, diablos nos conocemos desde hace ya suficiente tiempo como para que tengas claro que no te voy a rechazar por una tontería. Claro que es diferente que te guste un chico en vez de una chica, ¿es malo?  Por supuesto que no - se respondió a si mismo -... lo único malo es que ahora no podré robarte las novias - y comenzó a reír, y no pude evitar acompañarlo -.

  • Gracias - fue lo único que pude decir -.

  • Por favor dime que no nos abrazaremos y comenzaremos a llorar por lo buenos amigos que somos - me dijo terminando de cortar la poca tensión que quedaba en el ambiente -

  • Siempre tienes que ser tan idiota - exclamé yo riendo de buena gana - bueno creo que lo mejor es que te lleve a tu casa -

  • Está bien - respondió - aunque aún queda un tema pendiente ¿no?

  • ¿Cuál? - dije tratando de evitar lo que se venía, era obvio que sabía de que tema hablaba -

  • No te hagas ahora tú él idiota - me respondió nuevamente - ¿Qué harás con Gabriel? Es obvio que te gusta y bastante.

  • Nada - dije secamente - él me acaba de decir que no me le acerqué más y eso planeo hacer.

  • Eres mas idiota de lo que pensé - me comenzó a decir con una expresión seria -, tú le gustas Diego y es tan obvio como que eres un idiota en estos momentos. No pienso aconsejarte sobre relaciones porque creo que no soy un experto a seguir - agregó - pero solo te diré que no desaproveches ninguna oportunidad, si él te gusta... ve por él, no permitas que el miedo te juegue una mala pasada. Nunca he visto que te rindas tan fácilmente por algo que desees.

Y eso era en gran parte verdad, yo nunca me rendía fácilmente, pero estaba el ligero detalle de que estaba seguro que Gabriel no sentía nada por mi excepto agradecimiento. No supe que contestar a las palabras de Santiago y lo único que hice fue encender el motor de mi carro para dirigirme a su casa, él al aparecer había captado la indirecta y habíamos cambiado el tema durante el trayecto. Pero ¿acaso era verdad lo que me Santiago? ¿Debía luchar, aún por alguien que sabía no sentía nada por mí?... ¿no debía rendirme por Gabriel?


La semana estaba pasando de forma gris y opaca, las mismas clases, los mismos castigos, los mismos hábitos y... Gabriel ignorándome. Me era imposible no sentirme triste a cada momento, los chicos lo habían notado pero gracias a que Santiago había dicho que estaba un poco enfermo me salvé de su interrogatorio. Todo era ahora tan monótono, sentía que la poca emoción que le había inyectado a mi vida las últimas semanas había desaparecido... o mejor dicho había dejado de reconocer mi existencia. Lo extraña era que en ocasiones notaba como Gabriel volteaba de forma disimulada hacía la parte de atrás y me veía... ¡me veía!, no sabía bien a que se debía pero esa acción solo hacía que la estúpida idea de Santiago se volviera mas latente ¿realmente yo también le gustaba?.

La chica nueva - en la vida de Gabriel - Vanessa, como me había dicho Marcos que se llamaba, era ahora una constante en Gabriel, no había momentos en que no estuvieran juntos y eso solo me hacía pensar que mantenían o iban en camino de mantener una relación. El día viernes al parecer Vanessa había tenido algún tipo de emergencia familiar - por lo que nos había comunicado la rectora de la Universidad - por lo que Gabriel paso la mayoría del tiempo solo en la cafetería o repasando apuntes de no-sé-qué materia, durante esos momentos no podía para de verlo ¡No podía! Y obviamente que Santiago había notado eso.

Luego del tortuoso día de clases, como siempre, me tocaba acercar a Santiago lo más que pudiera a su casa pero esté al parecer tenía otra idea.

  • Vamos Santiago, ¿porque siempre tienes que ser tan lento? - le dije mientras nos dirigíamos en dirección a mi auto -

-¿Y porque tu tienes que ser tan rápido? - me respondió gracioso... y extrañamente sin dejar de mirar hacía la gran entrada de la Universidad -

Cuando por fin habíamos llegado a mi auto, subí al asiento del conductor y le abrí la puerta a Santiago para que fuera de copiloto... pero no entró.

  • Puedes subirte Sr. Soy muy lento en todo - le dije ya un poco harto -

  • Bueno Diego este es tu momento - me comenzó a decir - hoy obviamente no te iras conmigo, solo puedo decirte que tomes la Avenida principal... y que aproveches la oportunidad - me termino de decir, y se alejó caminando hacía dentro de la Universidad -.

¿Ahora que diablos le sucedía a Santiago? No entendía porque siempre debía jugar con sus estúpidos acertijos y adivinanzas extrañas, sinceramente no tenía las ganas suficientes como para pensar y descifrar de qué se trataba el “mensaje” de Santiago, así que encendí mi motor y me dirigí a la salida.  “ toma la Avenida Principal” fue lo único que mi mente recordó rápidamente y decidí hacer lo que el estúpido de Santiago me había dicho.

Justo en el momento que tomé la dichosa Avenida principal pude ver la razón por la cual Santiago me había dejado solo... Gabriel se encontraba caminando por esa Avenido y solo. Ahora el “aprovecha la oportunidad... este es tu momento Diego” tenía un sentido increíble ¿Santiago acaso había planeado todo eso para que pudiera encontrarme con Gabriel?, sea cual fuera la respuesta a esa pregunta era obvio que aunque se encontrara solo en ese momento iba a seguir ignorándome y negar mi existencia, así que lo mejor era alejarme y olvidar eso. Pero algo dentro de mí me decía que me atreviera, que me jugara todas las cartas y  que al menos tratara de hablar con él para terminar con la maldita incertidumbre que me estaba quitando el sueño.  En un instante mi carro reposaba cerca de donde caminaba, y la corneta sonaba fuertemente un para de veces debido a mi insistente toque.

Comienza a sonar I won’t give up - Jason Mraz

  • ¿Puedes Subir al auto? - le pregunté, terminando de bajar la ventanilla -.

  • ¿Disculpa? - me dijo un poco desorientado, al parecer estaba sorprendido de que se tratara de mí - ¿Qué dices?

  • ¿Puedes subir al auto, que necesito habla contigo? - le repetí nuevamente la pregunta -

  • Diego... - me comenzó a decir - creo que ya dijimos y dejamos todo claro la ultima vez que hablamos. Lo mejor es que me valla

No pude evitar recordar a Santiago. No debía desaprovechar la oportunidad.

  • Es solo un momento Gabriel - exclamé - por favor.

Dudo por unos momentos.

  • No...- respondió - ya te dije que no, dejemos esta “relación” hasta aquí mejor y no nos dirijamos la palabra.

Y ese fue el detonante. El oír la palabra “Relación” causó en mí algún tipo de adrenalina, que hizo que me bajara del auto y me colocara frente a Gabriel.

  • Sube - le dije nuevamente - es la ultima vez que lo digo.

  • ¿Ahora me amenazas? - preguntó un poco extrañado - me voy Diego, hasta el lunes.

Comenzó a alejarse... pero no pude dejarlo, mi mano se apodero de su brazo y lo jale fuertemente hacía mi.

De una forma u otra, nuestro karma nos obligará a enfrentarnos a nosotros mismos. Podemos mirar al karma a los ojos o esperar a que nos ataque por la espalda....

  • Subirás al auto por las buenas... ó por las malas - le dije en un tono extremadamente serio -.

Y ahí fue que sucedió. Gabriel comenzó a temblar y a tener escalofríos tremendos, su piel se volvió extremadamente fría y su mirada se encontraba perdida. No entendía que le sucedía pero me estaba asustando, no lo entendía hasta qué...

...De un modo u otro, nuestro karma acaba encontrándonos...

  • Por favor... no...no me... hagas daño.... Julián - me dijo en un tono de voz quebrado -

¿Qué diablos? Yo era el más idiota de los idiotas, era un imbécil, un estúpido, un tarado y todos los posibles sinónimos. Era obvio que aún Gabriel no había superado todo el tema de Julián y ahora yo con la forma en que lo había tomado por el brazo - algo fuerte debo confesar - y la “amenaza” que la había lanzado al parecer había tenido una especie de secuela o recaída y pensaba que se encontraba con Julián. No podía siquiera pensar en una razón por la cual mi estupidez era tan gigante, había arruinado todo y lo pero es que fue inconscientemente.

...Por mucho que lo intentemos, no podemos escapar de nuestro karma; nos persigue hasta casa...

Comencé a notar como al parecer Gabriel iba a desmayarse así que tome su brazo y lo coloque detrás de mis hombros - no pude evitar recordar el primer momento en que había hecho lo mismo - y lo senté en el asiento del copiloto y luego yo igualmente subí también al auto. Al parecer estaba calmándose poco a poco, lo noté en el momento que repitió la frase anterior... pero diferente.

  • Por favor no me hagas daño... Diego - me dijo sin mirarme-

  • ¿Disculpa? - le dije casi sin encontrar palabras posibles, no entendía que era lo que estaba sucediendo - creo que te confundiste de persona... te refieres a Julián ¿no?

  • Te estoy hablando a ti Diego - me recalcó de formo punzante - por lo que mas quieres déjame ir.

En realidad, no podemos quejarnos de nuestro karma; no es injusto, no es inesperado, sólo iguala la balanza...

  • ¿Es conmigo? - le pregunte de nuevo, yo incrédulo - que mierda estas diciendo Gabriel, como te atreves a pensar que yo podría hacerte daño.

  • No lo pienso - comenzó a decir - hace unos instantes acabas de gritarme y acorralarme como lo hizo Julián así que creo que no estoy tan equivocado.

...Incluso cuando estamos a punto de hacer algo, el karma siente tentaciones de mordernos el culo...

  • No entiendes nada maldición - respondí yo, comenzando a frustrarme - nunca me atrevería a hacerte daño.

  • Y entonces que fue eso de hace unos... - me iba a decir nuevamente -.

No sabía que diablos le estaba sucediendo a Gabriel, cuando dijo que lo quería lastimar mi corazón dio un vuelco total, mi mente estaba trabajando a todo lo que daba, no estaba razonando correctamente quizás fue por eso que en el momento que me quería repetir que le iba a hacer daño acomode mis brazos y una tomo su nuca y el otro sirvió como apoyo para lanzarme hacia adelante... y besarlo.

... aunque nos da igual: lo hacemos de todos modos.


Infinitas gracias por todo su apoyo en cuanto al relato, gracias tambien por apurarme y recordarme el compromiso que tome con ustedes cuando decidi comenzar a publicar mi serie. El proximo capitulo se viene bastante interesante y creo que tendra un gran cliffhanger... por lo menos hasta los momentos es asi. Comenten -y califiquen-  lo que deseen como siempre, insulten, feliciten, saluden LO QUE DESEEN. Nos vemos en la proxima.

PD: Roxanne yo tambien quiero tener contacto contigo, mandame tu email. o sencillamente respondeme por aqui xD