Crossroads IX

Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar, aunque también es importante recordar que entre todo lo malo siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse.

CAPITULO 9

GABRIEL

Gracias al calendario volvemos a empezar todos los años. Sólo hay que esperar a Enero. La recompensa por sobrevivir a la Navidad es el año nuevo que viene acompañado de los tradicionales buenos propósitos, dejas atrás el pasado y vuelves a empezar. Es difícil resistirse a la oportunidad de empezar de nuevo, de dejar tus antiguos problemas a un lado.

¿Comprensión? Acaso, ¿Cuál era el significado de esa palabra? No sabía si se trataba de que mi léxico era muy limitado o que sencillamente algunas palabras “sentimentales” mi robótico cerebro no podía procesarlas, aunque ahora obviamente podría vincular esa palabra con el acto de “compasión” - dos de dos - que tomo el rector de la universidad al suspender las clases por una semana debido al “ horrible acontecimiento que tuvo lugar hace dos días y en el que uno de nuestros queridos alumnos desgraciadamente perdió la vida”... personalmente sigo creyendo que todo ese show fue montado por puro protocolo, si de verdad hubiera sido una “sentida perdida” al menos podrían haberse acercado al funeral y darle el pésame a la familia.

Habían transcurrido exactamente dos días desde la despedida de Marcos y todo se encontraba completamente de cabezas, Vanessa me ignoraba y al parecer su teléfono celular sufría de una severa “mala recepción selectiva”, Santiago se había alejado de Diego y prácticamente y se dirigían la palabra, y Diego... bueno Diego, era Diego.  Desde el “beso forzado” que solo sucede en comedias románticas de dudoso presupuesto y calidad, no habíamos tenido la oportunidad de conversar y por “oportunidad” obviamente me refiero a que no había respondido ninguno de sus mensajes, cosa que soluciono simplemente presentándose en mi casa e informándome - exactamente eso, “informándome” - que íbamos a tomar un café o recorrer un poco la ciudad en su carro el Martes... y exactamente ese era el día en el que me encontraba.

No sé si igualmente como algo había cambiado en todos también cambio en mí, pero extrañamente no me sentía nervioso por lo de hoy con Diego,  más bien algo... ansioso. Me vestí increíblemente sencillo y nuevamente me burle y critique a los idiotas que en una “cita” se visten como si fueran a su cena de graduación... ah claro y obviamente también me sorprendí a mí mismo cuando califique este encuentro como una cita, al parecer el idiotismo se me estaba contagiando. La melodía de Linkin Park resonó en mi teléfono y esa era mi señal para saber que Diego había llegado.

Abrí rápidamente la puerta del copiloto, entre al auto... y un silencio se apodero del interior, corrección, un largo silencio de apodero del anterior.

Comienza a sonar Ho Hey - The Lumineers

  • Mmm - tararee mirándolo - creo que este es el momento en que se supone que el auto debe acelerar... claro si es que quieres que avance - agregué con mi tono sarcástica en nivel 3 -.

Él se quedó nuevamente en silencio y al parecer acababa de comer sanguijuelas o gusanos porque su garganta se contraía extremadamente rápido.

  • Hey - dije llamándolo y luego agitando mi mano frente a su rostro - Diego ¿estás ahí?

  • Ehm - me contesto en un tono de voz muy bajo -  si... claro. Discúlpame.

Con la última oración entendí finalmente lo que le sucedía, no pude reprimir la sonrisa que adornaba mis labios.

  • Valla, Valla - exclamé con un tono de voz... triunfador - al parecer la valentía que tenías ayer se esfumo ¿no? ¿Estamos un poco nerviosos o me equivoco? - terminé, preguntándole -.

  • Ahh - trato de decir, o al menos eso parecía  - no seas idiota, obviamente que no... Solo estaba pensando.

  • Bueno al parecer te subestime bastante - comencé a decirle tratando de aguantar la risa - efectivamente sí piensas, aunque al parecer Hollywood no te ha enseñado nada - continúe - obviamente deberías saber que en una cita no se insulta al acompañante ¿entiendes idiota?, deberías hacerte un favor y dejar de ver Jersey Shore o mejor para cortar de raíz, MTV. Me extraña que ahorita te muestres así, cuando ayer eras un gallo de pelea con la confianza hasta el pico - concluí, ahora sí con una gran carcajada -.

  • Yo no veo Jersey Sho ... - me iba a comenzar a replicar - ¿cita? ¿Acaso acabas de decir la palabra? - pregunto mirándome - ¿es eso lo que tú consideras que es esto?.

  • ¿Acaso no lo es? - le re-pregunte mirándolo fijamente - aunque bueno juguemos con tus reglas, ¿Cómo lo nombrarías entonces?.

  • Una salida de amigos supongo - contesto dubitativo -.

  • Claro, Claro - asentí - amigos que se besan.

El levanto las cejas inmediatamente y al parecer el nerviosismo descendió un poco.

  • ¿Vamos a besarnos? - pregunto con un tono... bueno un tono “Diego” - bueno si así lo quieres.

- Easy Tiger - dije con una sonrisa en mi rostro que no podía borrar - primero debes llevarme a un lujoso restaurant y obviamente darme un regalo extremadamente caro... solo en ese momento discutiremos lo del beso.

  • ¿Podrías por favor no hablarme en inglés? - me pregunto un poco impaciente y desorientado - sabes que soy un poco  bruto en eso  - agrego con una sonrisa - y por lo que parece hoy mi cuenta bancaria quedara en saldo negativo.

  • Pobre Diego - continúe, aún con mi sonrisa - al parecer no terminas de entender que eres bruto en muchas cosas no solo en inglés - reí y él... al parecer no - ya deja tus idioteces y arranca el auto de una vez, ¿no estabas muy impaciente por esta “salida de amigos”?.

  • Definitivamente nunca dejaras de sorprenderme - y con esa enigmática respuesta, piso al acelerador -.

Quizás que todos me consideraran un ermitaño no era tan incorrecto como pensaba, ya que cuando Diego tomo No-se-que vía alterna para salir de la ciudad mi rostro supongo que solo pudo reflejar la confusión en la que me encontraba. Apartando esas cortas palabras para informarme hacía donde nos dirigíamos, Diego se encontraba en un silencio absoluto aunque si podía notar como cada cierto tiempo volteaba a verme por unos largos segundo. Ya llevábamos en la carretera algo así como 30 minutos y decidí jugar un poco con él. Cuando noté que nuevamente estaba viéndome, voltee rápidamente y lo encare.

  • Veo que aunque no tienes tiempo para entablar una conversación más o menor trivial - dije, mirándolo fijamente - si lo tienes para mirarme y hacerme sentir cada vez más incómodo.

Él sé quedo en silencio nuevamente y continúo manejando.

  • Discúlpame - dijo repentinamente obviamente aún nervioso - es que no se... no se me ocurre ningún tema de conversación.

  • ¿Puedes dejar de disculparte a cada momento? - le dije un poco ya harto de su comportamiento infantil - solo admite que estas nervioso y listo, ¿es muy difícil?

  • No estoy ner... - lo interrumpí de tajo -.

  • ¿De verdad vas a seguir con tu estúpida negación? - pregunté con la paciencia ya a niveles muy bajos - quizás si al menos admitieras que lo estas, yo podría decirte que yo también estoy nervioso.

Diego levanto las cejas en un gesto de sorpresa supongo y siguió manejando.

  • ¿De verdad estas nervioso? - preguntó mirando aún la carretera y evitando el contacto visual conmigo - si acaso lo estas sabes disimularlo muy bien, además no entiendo porque deberías estarlo. Y para que te tranquilices  sí lo admito, estoy nervioso -concluyó aun mirando el camino -.

  • No tengo porque mentirte ¿o sí? - pregunté solo por preguntar - y bueno ya descubriste que una de mis mejores cualidades es que se actuar muy bien, es prácticamente una regla si tienes mi magnética personalidad - continué sarcásticamente - además idiota no se te pudo haber ocurrido que si tu estas nervioso porque estas teniendo una “salida de amigos” conmigo, yo también lo estoy. Creo que no es necesario recordarte que exceptuando a... a - tartamudee un poco - Julián, eres el único idiota con el que oficialmente he tenido... lo que sea que sea esto.  Además que con Julián nunca tuve ninguna “salida de amigos”.

El ahora si volteo a verme y su mirada se clavó completamente en la mía, era extraño... he intimidante. Él maldito era guapo y lo peor era que lo estaba reconociendo.

  • Disculpa por recordarte a Julián, ¿sabes que es lo menos que quería no? - me pregunto un poco apenado, y yo simplemente asentí - y ya lo sabes, estoy nervioso por “esto” que está pasando. Nunca he tenido siquiera un remoto pensamiento que me atraiga hacía otro tipo, y vienes tú con todo tu idiotismo y me cambias todo lo que sé y lo que no sé. Te aseguro que nunca he estado nervioso en una cita con nadie - agregó y yo solo levante un poco mis cejas - y ahí está ya lo llame por su nombre  ¿contento? Esto obviamente si es una cita.

  • Ves ¿eso era muy difícil? - le dije con una sonrisa - ya dejémonos de estupideces y cursilerías, tomémoslo como una salida de amigos y nada más siempre y cuando no me beses por sorpresa como al parecer se te ha vuelto una costumbre - continué y el no pude reprimir una gran sonrisa - en serio idiota no soy una marioneta, no tienes por qué controlarme cada vez que quieras que haga algo - él rio y yo también lo hice, luego deje que el silencio continuara mientras tomaba la valentía para decir lo que quería - y aunque para ti es difícil... esto, para mí lo es aún más. No me gusta comportarme como una niña, pero es un poco difícil estar aquí así contigo después de todo lo que ha pasado; solo tengámonos paciencia y hagamos todo un paso a la vez ¿está bien? - termine de decirle con un tono de voz bajo y mirando por la ventana del copiloto.

El no dijo nada por los segundos, minutos u horas que siguieron solo sentí cuando me tomo la mano y siguió manejando. La carretera cada vez se hacía más angosta y el flujo de automóviles comenzó a aumentar paulatinamente lo que me indicaba que ya estábamos por llegar a donde sea que fuéramos. Diego tomo un desvió por una calle aún más angosta y se estaciono cerca de un árbol gigante que custodiaba lo que parecía una tienda, él se bajó del auto y yo solo emule sus movimientos caminando junto a él y entrando a un pequeño y recóndito café.

Era un diminuto café con la única diferencia que tenía dos pisos siendo el piso superior uno más “privado” o algo parecido. Nada más entrar una de las guapas camareras saludo a Diego con un “ ¿Cómo estas guapo?” que se me hizo increíblemente gracioso, fuimos hacía el piso superior que estaba solo ocupado por una pareja de adultos que ocupaban una de las cuatro mesas en total que habían, nosotros nos sentamos en la esquina más alejada donde “sorpresivamente” no podíamos ser vistos fácilmente...  y eso apestaba a Diego por todos lados.

  • Eres muy popular aquí ¿no? - le dije luego de sentarme -.

  • Eh venido un par de veces - me respondió imitándome en mi acción -. Es un buen lugar, además de alejado.

Esas últimas palabras me dejaron un poco confundido, mí sentido araña se había activado pero preferí dejar el tema y continuar con la conversación.

  • Oye por cierto ¿Has sabido algo de Santiago? - le pregunte tratando de cambiar el tema -.

  • ¿Además de que no me habla? - dijo cabizbajo - solo he sabido que al parecer a estado pasando bastante tiempo con Vanessa, últimamente se han vuelto inseparables... quien sabe porque.

  • No te preocupes por eso, Vanessa esta de la misma forma conmigo  - exclamé, tratando de confortarlo un poco - le mando textos y no los responde, voy a su casa y tampoco nadie responde; no hay que ser adivino para saber que está evitándome. Quien sabe que les sucede pero al menos no están pasando por eso solos.

  • Si claro, tienes razón - asintió - aunque es extraño no estar con Santiago... ni con Marcos.  Soy un idiota por decirlo, pero eran mis mejores amigos.

Sinceramente no sabía cómo responder, no era exactamente la mejor persona para dar ánimos y mucho menos para apoyarse en situaciones como la que todos estábamos viviendo... pero en especial Diego.

  • Creo que solo debes darle su tiempo y espacio para que piense en todo lo que está sucediendo, además recuerda que por lo que está pasando no es particularmente fácil- le dije dándole un pequeño roce a su mano que estaba apoyada en la mesa - piensa que es como una de tus múltiples novias/conquistas y solo debes dejar que pase un tiempo prudencial para atacar de nuevo - termine de decirle, con una sonrisa en mis labios -.

Comienza a sonar Taken for a fool - The Strokes

  • Nuevamente - me comenzó a decir, también con una sonrisa en los labios - algo serio lo conviertes en algo de risa, ¿sabes que tienes un humor algo negro no? - asentí aún con la sonrisa - imagino que es por eso que me gu...

-Buenos días y ¡Hola Diego, cada vez más guapo eh! - dijo interrumpiendo nuestra vivaz mesera, además de hacer que Diego se sonrojara un poco - ¿Qué van a querer para comer? - preguntó -.

Yo no sabía si alegrarme o maldecir por la interrupción de la mesera, sabía que Diego iba a decir algunas palabras importantes y sinceramente no sabía si estaba preparado aún para escucharlas y mucho menos para corresponderlas.

  • Yo quiero dos trozos de pizzas y una Coca-cola - dijo Diego y la mesera anoto la orden en la pequeña libreta, a continuación me miró esperando mí pedido al parecer-.

  • Yo quiero... - dije indeciso y pensativo - solo un juego de naranja.

  • Esta bien guapo -  dijo la mesera esta vez dirigiéndose a mí - oye que amigos te gastas Diego, deberías presentarnos - continuo ella pero esta vez manteniendo conversación con Diego como si yo sobrara al parecer -.

  • Creo que es el momento de entregar el pedido Rossana - le dijo Diego a la mesera con un tono de voz algo frio, y esta se retiró inmediatamente -disculpa eso, al parecer despiertas más pasiones de las que pensaba  - exclamó con un deje de  ironía envuelto en lo que me parecían celos -.

  • Siempre debes decir un comentario idiota ¿no? - le conteste con una sonrisa sarcástica en mis labios -.

El solo sonrió igualmente y antes de que pudiera contraatacar algo la mesera - ¿Rossana? - nos entregó nuestro pedido y nos dispusimos a comer. El tiempo que duramos comiendo me pareció que no estaba hablando con Diego sino más bien con uno de mis más viejos amigos, entre chistes, comentarios sarcásticos - de mi parte, que no podían faltar - y burlas logre olvidar por unos minutos todo lo que nos había sucedido. Al parecer el nerviosismo desapareció del cuerpo de Diego en el momento que entramos por las puertas del café, la conversación era fluida y estúpida; todo era increíblemente trivial, y obviamente noté que no quería indagar en temas personales ya que quizás pensaba que se estaba moviendo demasiado rápido.

  • Sabía que eras un bully, pero Refresco con laxante ¿no te parece excesivo? - le dije entre risas mientras me decía una de sus tantas historias donde humillaba y ridiculizaba a las personas - aunque para ser un idiota, se te ocurren buenas bromas.

  • Y no la considero como una de las mejores - dijo riendo conmigo -.

  • ¿Sabes que lo que haces es cruel, inhumano y repugnante no? - pregunte cambiando mi semblante por uno serio y enojado, y además dejando que un largo silencio hiciera acto de presencia -.

  • Pero si hace un... - iba a decir algo, un poco avergonzado por lo que veía -.

  • Era broma idiota - continué de nuevo con mi risa - sinceramente me importa muy poco lo que le hayas echo a esos perros falderos de la Universidad, ¿olvidabas que no tengo sentimientos? - le pregunté -.

  • SI claro - me respondió, obviamente sarcástico - ¿te han dicho que eres bastante bipolar no?

  • De nuevo me sorprendes - respondí subiendo las cejas y tratando de mantenerme lo más serio posible - tu léxico es mayor de lo que imaginaba ¡Hasta no podrías ser idiota como todos creen! - agregué con un tono sarcástico característico y el solo me miro con un poco de enfado en su mirada - y ya te había dicho que era un poco bipolar ¿no? Y antes de que respondas, hold that thought que voy al baño un momento - termine de decirle, para luego levantarme -.

Camine a grandes zancadas al baño que arquitectónicamente mal ubicado quedaba en el primer piso, algo cerca de lo que parecía la cocina de la cafetería. Nada más entrar tome un poco de agua y la arroje en mi cara para así sentirme un poco más relajado, todo estaba saliendo muy bien con Diego... demasiado bien mejor dicho, el maldito me estaba haciendo sentir bastante cómodo y la verdad preferí levantarme y usar la excusa del baño antes de que compartiera cosas personales que luego no pudiera borrar de su mente; incluso antes de lo sucedido con Julián mi confianza era algo que muy difícil alguien se podía ganar, además de que en el contacto físico y social con las personas era un poco como Sheldon de The Big Bang Theory , este obstáculo ya Vanessa lo había superado - y muy fácilmente - y la verdad es que algo muy en el fondo de mi me decía que aún no era el momento para abrirme completamente con Diego.

Dure casi 5 minutos en el baño pensando estupideces y dando algo de tiempo para tranquilizarme y planear los temas de la conversación que obviamente iba a seguir, seque mis manos y salí para subir la escalera cuando la mesera más famosa del cafetín me sonreía y se acercaba a mí.

  • Eres muy afortunado ¿sabes? - me dijo con una sonrisa amigable en sus labios -.

  • ¿Por qué lo dices? - le pregunte, respondiéndole -.

  • Eres el primer amigo que trae Diego a ti - comenzó a responderme - antes solo había traído a su chica o chicas.

  • ¿Chicas? - pregunte nuevamente, comenzando a intrigarme - ¿te refieres a novias o algo parecido?

  • Bueno, la verdad es que no diría novias precisamente - comentó - esto lo digo porque no creo que se consiga una novia diferente cada semana por casi todo un año ¿no?

  • Creo que me perdí - dije un poco contrariado, aunque ya teniendo un poco idea de lo que estaba sucediendo - ¿te explicarías mejor?

  • Lo que quiero decir es que Diego ha venido aquí desde hace un año consecutivamente, con una nueva conquista cada semana. El chico es rápido y al parecer se aburre con facilidad - me terminó de decir con una sonrisa -.

  • Ah claro - dije fingiendo una sonrisa muy real - el idiota es todo un Don Juan, ¿imagino que también tuvo algo que ver contigo no? - le pregunte más por protocolo que por curiosidad, ya todo lo que necesitaba saber había sido dicho -.

  • Diego es bastante guapo, pero la verdad es que no es mi tipo - respondió, mirándome y flirteando sínicamente - me gustan más los chicos solitarios y misteriosos... como  tú.

La verdad es que no pude evitar sonrojarme, pero mi posición no cambia ni un centímetro y tampoco lo hizo mi expresión.

  • Tú tampoco te quedas atrás - le dije adoptando también una posición de flirteo - si me das tu número, quizás salgamos un día a divertirnos.

  • Pensé que nunca lo pedirías - me dijo aún con la sonrisa en sus labios y tocándome seductoramente el brazo - ¿tienes donde anotar?

Toque mi bolsillo y no encontré mi teléfono por lo que supuse que lo había dejado en la mesa con Diego.

  • Al parecer mi celular está arriba en la mesa con el Don Juan - me excuse, pero sonriéndole aun siguiéndole el juego -.

  • No te preocupes - dijo tomándome la mano y extendiéndola - siempre estoy preparada para estos casos - y a continuación escribió en números bastantes grandes su celular... y luego beso la palma de mi mano - espero que me llames pronto.

  • Eso no lo dudes - exclamé - siempre y cuando Diego me deje claro - dije, ¿seductoramente? -.

  • Ya te lo dije, no creo gustarle a Diego - respondió tomando una pequeña libreta donde al parecer anotaba los pedidos de los clientes - además hace ya algún tiempo que no viene con ninguna conquista desde la discusión con la última chica,  claro y ahora obviamente que viene contigo pero en plan de amigos - agregó, ahora caminando en dirección hacia la entrada de la cafetería donde al parecer ingresaban nuevos clientes - bueno guapo creo que mi tiempo libre robado para coquetear  ya terminó, esperare ansiosa tu llamada - termine de decirle dándome un beso en la mejilla, y alejándose con la libreta en mano -.

No sabía que mierda se me había metido en la cabeza al hacer todo eso con la camarera, no es que estuviera comprometido pero se me hacía como algo sucio con Diego... claro que él precisamente no había explicado algunas cosas bastante importantes, y yo como un idiota pensando en que lo estaba ¿traicionando? Cuando la verdad es que como estábamos ahora, no teníamos ningún tipo de relación; esto era simplemente una salida de amigos.

DIEGO

Nervioso, impaciente,  emocionado, excitado - de la forma emocional claro... nada sexual - y ¿avergonzado? Últimamente no sabía cómo diablos era que debía reaccionar, de la ¿perfección? de vida que llevaba hace algunos meses atrás solo quedaba el mero recuerdo; ahora uno de mis mejores amigos estaba muerto, mi otro mejor amigo no me hablaba y claro lo más estúpido y pequeño de todo... ahora me gustaba un hombre. Bueno hombre no, más bien un niño chiquito de 7 años porque así era como últimamente se comportaba Gabriel, no entendía como para algunas cosas podía ser increíblemente maduro y para otras ser tan inmaduro e infantil. Todo el tiempo era un constante “quiero y no quiero” y no podía entender como yo, precisamente yo era el más maduro de los dos y el que a cada momento tenía que dar “el pequeño empujón” para que las cosas sucedieran. Definitivamente algo estaba mal conmigo, maldita sea yo antes nunca pero nunca había sido tan insistente con una chica para nada, generalmente solo me costaban unas pocas frases y como máximo un helado - del más barato posible -  para que en menos de 2 horas estuviéramos entrando a una habitación de hotel.

Cuando al fin pude obligar... digo convencer al idiota para que al menos habláramos un rato no sabía en donde, ahora era yo el imbécil inseguro y nervioso que no sabía cómo actuar y de solo pensar que ese mismo martes en la tarde estaría a solas - ¿hablando? - con Gabriel la poca confianza que tenía en mí desaparecía. Y claro está tampoco podía hablar o pedirle consejos a Santiago porque por alguna razón yo y solo yo era la persona que en estos momentos menos soportaba, cuando me canse de que me ignorara las llamadas y decidí ir a su casa a ver exactamente qué demonios sucedía Cristina - su mama - me invento una excusa idiota y me dijo que en esos momentos Santiago no podía hablar conmigo... momentos que se extendieron por toda una semana cuando iba diariamente a su casa a visitarlo y nuevamente las excusas no paraban. Solo me quede un poco más tranquilo cuando me entere de que Vanessa estaba haciéndole compañía y estaban pasando bastante tiempo juntos, al menos no estaría solo por todo lo que estaba pasando y con eso tenía suficiente.

La “salida de amigos” - definida por mí -  que tenía con Gabriel estaba resultando un completo fiasco, “ ¿Cómo te va con tu familia? ¿Qué has hecho últimamente? ¿Te ha sucedido algo interesante estos últimos días?” eran estúpidas frases que había ensayado - precisamente eso... “ensayado” ¿Qué mierda estaba sucediéndome? - minutos antes de irlo a recoger a su casa, claro que no había contado con que en el momento que Gabriel se subiera a mi auto todas las “frases” se esfumarían. El viaje en carretera fue increíblemente aburrido y no podía creer lo idiota que estaba siendo, maldición luego de tanto esfuerzo para lograr lo que sea que fuera esto con Gabriel yo como el propio idiota estaba mandándolo todo al carajo, yo lo veía, el me veía, yo lo veía nuevamente, y él... me confronto, al fin luego de casi 20 minutos de viaje estábamos hablando realmente. Él me dijo que estaba un poco - bastante - nervioso y que lo mejor era que lleváramos todo lo más lentamente posible y acepte a esas condiciones inmediatamente, claro no sin antes dejar de pensar sobre lo de “amigos que se besan” porque la verdad... es que yo realmente tenía ganas de besarlo.

Otra de mis geniales ideas había sido que para que todo estuviera lo más controlado posible y no se me saliera nada                de las manos lo mejor era llevar a Gabriel a un sitio conocido... por mí claro. La primera idea que se me vino a la cabeza fue llevarlo al café a donde llevaba a todas las chicas con las que había tenido cualquier tipo de relación, inmediatamente olvide ese idiota pensamiento porque lo menos que quería era que Gabriel pensara que era alguien más en mí - gran - lista de conquistas, aunque claro estaba que él no conocía a nadie allá y que era prácticamente imposible que se enterara de cualquier cosa mientras estuviéramos juntos y pudiera vigilar cualquier tipo de conversación que tuviera con cualquier extraño en el café. Con esa estúpida lógica en mente decidí apegarme a ese plan.

Toda iba increíblemente bien entre Gabriel y yo, sus bromas algo pesadas encajaban perfectamente con las mías un poco más pesadas y ya ejecutadas anteriormente, hablamos de nosotros antes de “conocernos” y obviamente también hablamos de Santiago, Vanessa y todo lo que estaba sucediendo; ya el nerviosismo con el que había comenzado el día se había esfumado y solo me quedaba una sensación de comodidad, claro no todo fue tan cómodo en el momento que Rossana una de las meseras del café que me conocía bastante bien se le estaba prácticamente regalando a Gabriel delante de mí, él aunque no se le notaba que estuviera si quiera un poco incómodo yo sabía que sí lo estaba así que apresure a la mesera para que nos abandonara, me había molestado eso que había sucedido y no es que estuviera celoso era más bien que... si exactamente eso, estaba celoso y con bastante razón de mi parte, al fin y al cabo Gabriel había venido conmigo y nadie tenía porque “coquetearle” - Gabriel ya había dicho que mi léxico era muy limitado, ¿me pregunto porque? - mientras estuviéramos juntos.

Bromas y más historias nos decíamos mutuamente y la verdad es que él se notaba que estaba al menos confiando un poco más en mí, luego de un comentario sobre su salud mental se retiró un momento para ir al baño y yo me quede solo esperándolo en la mesa donde nos encontrábamos, definitivamente Gabriel era raro y bastante pero a pesar de todo eso ya hacía mucho tiempo que no me la pasaba tan bien con alguien, en eso estaba pensando cuando el teléfono de Gabriel comenzó a gritar un ruido inentendible y en inglés, supuse que se trataba de “música” y la verdad era que sonaba bastante fuerte y no quería que las pocas personas a nuestro alrededor comenzaran a verme raro. Tome el teléfono y toque la pantalla - con algo de dificultad - varias veces para desbloquearla y afortunadamente la música se detuvo, pero justo en el momento que iba a dejarlo donde lo había encontrado leí que el destinatario del mensaje que le había llegado era Roberto, el hermano de Marcos.

Comienza a sonar One More Time - Maroon 5

Creo que no lo pensé siquiera por un par de segundos pero automáticamente estaba abriendo el mensaje y leyendo lo que Roberto le había escrito a Gabriel, “ Que hay extraño? Oye como habíamos quedado te escribo para decirte que tome una decisión, decidí quedarme con la casa de Marcos y venirme a vivir aquí. Quizás cuando termine la mudanza deberíamos arreglar algo para que ustedes los amigos de Marcos vengan a la casa, sería bueno conocerlos a todos además de a Diego y a Santiago. Respóndeme en cuanto puedas ” ahí fue que entendí que lo que había “sentido” cuando Rossana se le regalo a Gabriel no habían sido celos, porque lo que estaba sintiendo en este momento era aún más fuerte que lo anterior, apretaba mis puños como cuando quiero golpear a alguien y la verdad es que el poco sentido común que me quedaba se estaba yendo rápidamente... definitivamente estaba celoso y en niveles peligrosamente nuevos.

Trataba de calmarme pensando en cualquier otra cosa que no fuera el maldito mensaje, respiraba profundo y tomaba bastante agua pero la verdad es que nada parecía funcionar, mis puños continuaban cerrados y uno sostenía fuertemente el teléfono de Gabriel.

  • Sabía que estaba aquí en la mesa - dijo Gabriel a mis espaldas, regresando de lo que parecía un largo viaje al baño - no encontraba mi teléfono por ninguna parte.

Y ahí fue la poca razón que me quedaba se fue completamente al demonio, no sabía si estaba alucinando o algo parecido pero capte en su tono de voz algo extraño cuando dijo lo de su teléfono. Al parecer el maldito me restregaba en la cara que me estaba... haciendo lo que fuera que estaba haciendo con el hermano de Marcos, Roberto. Apreté nuevamente mis puños y el teléfono de Gabriel crujió un poco.

  • Por cierto, ¿Qué haces con mi teléfono en tu mano? - me preguntó notando la presión que le aplicaba mi mano -.

  • Ah claro - dije liberándolo y entregándoselo - discúlpame, supongo que necesitas revisar a ver si alguien importante te ha escrito - agregué fingiendo tranquilidad y con semblante irónico - para ahorrarte un poco las molestias... sí lo hicieron.

  • ¿De qué hablas, idiota? - pregunto tomando su silla y sentándose en la mesa, todo esto con una  sonrisa que por momentos se quería convertir en risa - un... mensaje... impor - decía pausadamente y mantuvo la última palabra mientras suponía yo, leía el mensaje de Roberto -.

  • ¿Listo? - le pregunté fingiendo curiosidad - ¿ya le respondiste a Roberto? Supongo que si salimos ahora de la cafetería podría acercarte a su casa y no llegarías tan tarde, vamos que esperas ¡Llámalo!

  • Esto supongo que es una broma ¿no? - me respondió luego de varios minutos de tener la mirada clavada en la pantalla del teléfono - todo esto del mensaje y tu actitud “especial” es una de tus bromas de mal gusto, ¿cierto?

  • No sé a qué te refieres con “broma” - respondí ahora yo, sobreactuando mis movimientos y con una sonrisa en mis labios - creo que el mensaje de Roberto lo dice todo ¿no?

  • Por supuesto que el mensaje de Roberto lo dice todo - exclamó ya subiendo un poco el tono de voz y agregándole obviedad al asunto - lo que no dice, es por tú sin mi consentimiento tomaste mi teléfono para leer algo que obviamente es privado y que no se dirigía a ti.

Y ahí fue que la perdí, estaba tratando de controlarme todo lo posible y fingía que había pasado nada y estaba bien. Pero su maldita hipocresía y cinismo ahora queriendo voltearme todo hacía mi como si yo fuera él  había hecho algo malo, termino por acabar con mi paciencia y mierda si no hacía algo iba a explotar y eso definitivamente no iba a ser bueno.

  • Discúlpame - dije fingiendo molestia y respirando hondo tratando de calmarme - solo vi que el teléfono estaba sonando y quise apagarlo de alguna manera, no imagine que estaba abriendo un mensaje extra privado y secreto de tu admirador.

Al oír lo último, su cara tomo una expresión extraña como de molestia y algo más... algo más que no pude descubrir.

  • ¿De qué mierda estás hablando? - me pregunto nuevamente, ahora si visiblemente molesto - habla directamente y deja tus estúpidas ironías y palabras idiotas

Trate de respirar hondo nuevamente, pero ya definitivamente no podía aguantar ni un minuto más. Él quería que le hablara sinceramente y eso iba a hacer, pero tenía el ligero presentimiento que no todo iba a terminar bien.

  • ¿De qué mierda estoy hablando? - le repetí su pregunta, pero esta vez dejando la maldita mueca de serenidad y utilizando el tono de voz acusador que quería usar desde el momento que regreso del baño - la pregunta sería: “¿De qué mierda estás hablando tú?”, “¿Qué mierda estás haciendo tú?”, “¿Qué mierda es todo esto?” - él quería abrir la boca pero no lo deje responder, ahora era mi turno de hablar y molestarme como era debido - no entiendo por qué ahora finges molestia porque leí un maldito  mensaje que aparentemente no debía leer ¿Cuándo le tocaba a Roberto, ah? ¿Mañana? ¿El Miércoles? - agregué subiendo el tono de voz y molestándome si se podía aún más - ¿Cuál es tu maldito juego? ¿o es que acaso quieres mantener tus opciones abiertas? Te lo pregunte varias veces ¿o no? Al perecer lo que aquí más vale es q... - continúe “hablándole” pero el simplemente se levantó de su silla y vi como bajaba las escaleras para luego salir por la entrada/salida de la cafetería -.

Creo que fueron unos segundos los que duré en la mesa respirando profundo y tratando de calmarme para luego seguir el mismo recorrido que él había hecho. Justo cuando salí por la puerta del Café - no sin antes dejar algunos billetes en la mesa para pagar todo el servicio  - noté como Gabriel caminaba por la calle en la que nos encontrábamos hacía la Avenida, inmediatamente me subí a mi auto y maneje hasta estar lo suficientemente cerca de él.

  • Ahora ni si quiera tienes el coraje suficiente como para defenderte en medio de una discusión - le pregunté, bajando la ventanilla del conductor y hablando un poco alto para que pudiera escucharme - por lo menos admite que todo lo que dije era verdad.

Él solo camino aún más rápido hacia la Avenida y yo aún molesto como estaba y sin pensarlo lo suficiente, acelere y le corte el paso a gran velocidad. El dios unos saltos hacia atrás y perdió un poco el equilibrio pero sin caerse finalmente, yo  inmediatamente me baje del auto y me quede mirándolo.

  • Discúlpame - le dije un poco avergonzado por mi comportamiento - no debí atravesarme de esa manera.

  • ¿Ahora esta es tu nueva personalidad? - me dijo sonriendo sarcásticamente, recordándome al viejo Gabriel - ¿Dónde quedó tu versión agresiva y gritona que me recibió hace minutos?

  • Solo estaba tratando de disculp... - le iba a comenzar a decir, retomando un poco la molestia que estaba tratando fuertemente de olvidar -.

  • ¿Disculparte? - me lanzó, con un tono de voz irónico y frio - ¿disculparte por qué? ¿Por ser un maldito idiota allá dentro y avergonzarme con tus gritos? ¿o por ser un maldito idiota nada más? Entiende esto Diego - continuó diciéndome pero esta vez alzando mucho el tono de voz - la única razón por la que no te lance un par de puñetazos allá dentro es porque a diferencia de ti, a mí no me gusta hacer escenas extrañas en lugares públicos como si estuviera comprando frutas en el mercado o algo parecido. Solo te advierto que ya no estamos allá adentro.

Mantuve mi mirada fija en él durante todas sus palabras y la verdad era que contrario a lo que pensaba, mi “enfurecimiento” estaba bajando un poco.

  • ¿Ahora me vas a pegar solo por decirte la verdad? - le pregunte en tono de voz serio y grave, sin dejar de mirarlo -.

  • ¿Cuál verdad? - respondió inmediatamente aún molesto, y mirándome fija y duramente - ¿Cuál maldita verdad?, ¡Ah claro! Supongo que te refieres a la verdad de que violaste mi privacidad y revisaste mi teléfono leyendo un mensaje que claramente no era para ti, la verdad de que me montaste una maldita escena de celos por algo que ni siquiera entendía porque no sabía de que se trataba, o la verdad de que te portaste como un estúpido maldito idiota allá adentro sin siquiera darme la oportunidad de explicarme, ¡Ah cierto! olvidaba que en tu mundo  - continuó diciéndome molesto y señalándome - tú siempre eres el que tiene la razón, tú siempre eres el que debe molestarse, tú siempre eres el que debe de ser escuchado y tú, tú y siempre todo eres tú. Mira a tu alrededor Diego y vas a ver que existen otras personas además de ti, y te vas a dar cuenta que siempre existen dos lados de una historia y que no todo es lo que parece - él se mantuvo en silencio por unos segundos y al ver que yo no le respondía continuo - y sinceramente sé que no tengo ninguna necesidad de explicarte algo de lo que tu obviamente asumiste que era verdad automáticamente, pero no me gusta dejar asuntos sin terminar y menos con idiotas sin cerebro, porque si al menos hubieras pensado un poco y hubieras usado ese musculo que al parecer esta atrofiado por falta de uso hubieras notado que la “larga conversación” que mantenía con Roberto solo contenía un solo mensaje, y era porque eso era todo lo que habíamos hablado... ¡Un solo maldito mensaje! Y además de él, nunca le había escrito y mucho menos él a mí porque si no lo recuerdas  nos conocimos hace poco en el funeral de uno de tus mejores amigos, y él su hermano se sentía bastante tan mal considerando todo así que decidí animarlo un poco... mierda es que ni siquiera somos amigos, conocidos o lo que sea.

Él seguía mirándome increíblemente molesto y yo solo me mantenía callado y con un creciente sentimiento de culpabilidad que poco a poco se fue apoderando de todo mi cuerpo.

  • Sabía que todo esto era y había sido un maldito error - continuó diciéndome aún molesto pero ahora agregándole un leve tono de decepción - ¿ya ves por qué no mantengo ningún tipo de relación “romántica” con nadie? No quiero estar teniendo que dar explicaciones constantemente sobre cosas por las que además no soy responsable, no quiero estar teniendo que recibir gritos y escenitas estúpidas como las de hace momentos en cualquier lugar; porque si te hubieras detenido al menos un poco a pensarlo, obviando el hecho de que no tienes un maldito cerebro, hubieras notado que estaba contigo, estaba saliendo contigo y estúpidamente me estaba comenzando a abrir contigo, un craso error obviamente y ya entiendo que no debo juzgar a las personas por sus comportamientos porque de seguro como tú puedan ser un minuto un tipo agradable y con él es que es fácil conversar  y en el otro un completo idiota que no entiende razones de ninguna manera, ¿así que cual va a ser Diego? - me pregunto apuntándome con el dedo acusador - porque esto de ser un minuto un buen tipo y el otro un imbécil está comenzando a resultar bastante pasado de moda, así que elige asshole.

En ese momento no sentía culpa ni nada parecido, quizás lo más cercano que sentí fue una vergüenza aplastante; no pude evitar recordar esos momentos cuando estaba con una chica y recibía una llamada, un mensaje o me encontraba con otra persona en el lugar donde estábamos y está me montaba una escena de celos que en ocasiones llegaba hasta a los gritos y movimientos agresivos de manos, no pude evitar recordar también lo molesto y lo enojado que me encontraba siempre que eso sucedía... casi de la misma forma en la que se encontraba Gabriel. Todo y absolutamente todo había sido mi culpa y ahora no había si quiera un pequeño margen de error, yo lo aceptaba y lo entendía, los malditos y repentinos celos se apoderaron de mí y lograron que no pensara correctamente y actuara de la peor forma posible.

No podía ni siquiera mirarlo a los ojos, sinceramente estaba avergonzado por todo lo que había sucedido y que yo como un maldito idiota había ocasionado, todo lo que él había dicho sobre mí era completamente verdad y no podía entender esta creciente inseguridad que sentía cuando todo se trataba sobre Gabriel, entendía que todo el tema de Roberto lo había exagerado a niveles agigantados pero no había sido así con lo de Rossana y su obvio “regalamiento”; sencillamente estaba celoso y había estado celoso la mayor parte del día, algo que no entendía porque... yo no era así, si había algo que me aburría más de las relaciones y de tener encuentros constantes con una chica eran los absurdos y a veces obsesivos celos que comúnmente terminaban conmigo mandándolas a volar y diciéndoles que “lo nuestro” había terminado.

Comienza a sonar Apologize- Timbaland

Pensaba en todo lo que había dicho y me maldecía mentalmente por ser tan idiota, solo escuche cuando Gabriel susurro “ Me voy de esta mierda ” aún con un tono molesto y frio, yo lo tome rápidamente del brazo pero las palabras no abandonaban mis pensamientos así que él con un movimiento se liberó de mi agarre y continuó su camino hacia la Avenida. Solo atiné a entrar a mi auto, quedarme en el asiento sin hacer ningún movimiento y pensando cómo había arruinado lo que me había costado tanto trabajo conseguir, sin pensarlo comencé a golpear el volante y el sonido de las cornetas no se hicieron esperar. Cuando al fin pude tranquilizarme recordé lo difícil que era conseguir cualquier taxi por esta zona en particular así que encendí mi auto y me dirigí a la Avenida donde como había previsto aún se encontraba Gabriel sentado en una banca y con un brazo flexionado  sosteniendo el peso de su cabeza. Tomé valor de donde obviamente no lo tenía y me estacione a su lado, lo mínimo que podía hacer después de arruinarle el día era llevarlo hasta su casa.

  • Puede que pasen horas hasta que consigas un taxi para irte - le dije, bajando la ventanilla y hablando con un tono de voz lento y arrastrando las palabras sin saber exactamente que decir -.

Él se mantuvo en silencio sin siquiera dar alguna señal de que notaba mi presencia.

  • Vete, por favor - me dijo en un tono de voz apenas audible y yo solo baje si era posible más la cabeza -.

  • Solo déjame que te lleve a tu casa - insistí tratando de convencerlo - te prometo que no hablare en todo el camino y solo te llevare a tu casa.

Aún mantenía el silencio que duro por algunos segundos y yo decidí jugarme mi última carta, claro mi última carta hasta mi última opción que era quedarme estacionado a su lado hasta que por fin lograra detener un taxi... al fin y al cabo no iba a dejarlo solo en un lugar que no conocía.

  • Esta zona es muy poca concurrido por autos - le dije nuevamente, mirándolo por unos segundos - es muy difícil que consigas un taxi y que además este vació.

Su cuerpo no se movía ni un centímetro y ya estaba por darme por vencido cuando se levantó lentamente y mirando siempre al frente abrió la puerta del copiloto y entro en el automóvil.

Creía que el viaje de ida había sido bastante incomodo pero la verdad no se comparaba en nada con  el viaje de regreso, Gabriel no había mirado durante todo el trayecto que ya habíamos recorrido y sentía como la tensión inundaba el ambiente; estúpidamente creaba frases y maneras de decirle que lo sentía y que por favor me disculpara pero creo que más por vergüenza que por cualquier otra cosa, esas frases nunca se atrevieron a salir. Ya íbamos aproximadamente por la mitad del camino y la verdad es que me estaba impacientando bastante, y obviamente que la única solución fue mirarlo a constantemente y hacerlo, sí se podía, sentir más incómodo aún.

  • Se suponía que solo ibas a conducir ¿no? - me dijo fríamente, sin mirarme y sacándome de mis pensamientos -.

  • Discúlpame - repetí, y a diferencia de él yo si lo miraba -.

  • Solo limítate a conducir - dijo... repitiendo el mismo tono de voz -.

Me mantuve en silencio por algunos segundos o minutos y la verdad no podía evitar mirarlo, no sé de dónde diablos pero finalmente reuní  el valor para hablarle como era debido.

  • Discúlpame - repetí por decimoquinta vez, pero esta vez con algo más de fuerza en mi voz - por... todo.

Él nuevamente se mantuvo en silencio y continuaba sin mirarme y yo igualmente continúe.

  • Me comporte como un idiota - él dio signos de vida y soltó un bufido que gracias al silencio se escuchó bastante fuerte - y sé que tienes todo el derecho a estar molesto pero yo solo... - continué diciéndole antes de que me interrumpiera -.

  • Se suponía que solo ibas a conducir ¿no? - repitió exactamente la misma frase, pero con una ligera diferencia... ahora si se había volteado a mirarme - dime si vas a continuar y por favor estaciónate aquí mismo para bajarme.

  • Sé... sé que tienes todo el derecho a estar molesto - continué,  obviando sus negativas y amenazas - y te repito, discúlpame por todo lo que suce... - me interrumpió nuevamente -.

  • Estaciónate aquí adelante - pero justo antes de que el comenzara a quitarse el cinturón de seguridad, bloqueé los seguros del auto - estaciónate y desbloquea el auto - me dijo, pero esta vez su voz venía con molestia que creía yo estaba “guardada” y no había salido en la discusión de hace 20 minutos -.

Esta vez sí hice caso a sus peticiones, bueno mejor dicho a “su” petición porque lo único que realmente hice fue estacionarme.

  • Solo déjame explicarme  - le dije en un tono de voz bajo y lento, mirando como colocaba una cara de aburrimiento y al parecer disgusto - te prometo que luego de eso hago lo que quieras y desbloqueo el... - pero antes de terminar, me interrumpió nuevamente -.

  • ¿Explicarte? - me pregunto irónico, pero mirándome fijamente y haciendo una extraña mueca de sorpresa - ah claro, ¿Cómo tú me diste a mí la oportunidad de explicarme? - preguntó - la verdad es que no tengo tiempo para más idioteces, desbloquea el auto.

  • De verdad... de verdad entiendo que estés... molesto - continué diciéndole tratando de ignorar el acertado comentario anterior y dudando un poco de mi explicación y de mis palabras - pero solo quiero... - y de nuevo me interrumpió -.

  • ¿Entiendes? - me pregunto nuevamente, repitiendo toda “su actuación”  anterior - vamos Diego, eso implicaría que reconoces que a tú alrededor viven otros seres humanos y que no solo tú existes.

  • Yo solo... solo quiero - titubeé y a diferencia de las otras ocasiones él no me interrumpió, yo me mantuve en silencio sin saber que decir -.

  • Basta de idioteces - afirmó duramente y un poco exasperado - ya desbloquea el carro, de verdad que lo menos que necesito ahora es escucharte... ¡Te diste cuenta! - agregó con sorpresa fingida - tenemos algo en común, ninguno de los dos deja que él otro de explicaciones.

Mis débiles argumentos no se sostenían de ninguna forma y sin poder pensar en más nada solo pude mirar hacia adelante fijamente y llegar a la conclusión en que definitivamente era un idiota.

  • Ya sé que soy un idiota - le dije a un inquieto Gabriel, mientras yo aún miraba al frente más que nada para evitar su mirada - ya sé que arruine todo hoy, ya sé que me comporte como un patán y también sé que no debí desconfiar en ningún momento de ti, pero lo que pasa es... - titubee por solo un instante pero volví al ataque y esta vez sí lo estaba mirando - lo que pasa es que me gustas, me gustas y ya está ¿no lo entiendes? ¿No entiendes que cuando leí el mensaje de Roberto sentí tantos celos que no me pude controlar y explote? Sé que lo que hice estuvo mal... pero no lo pude evitar, no pensé claramente y la sola idea de pensar que Roberto o quien sea estuviera detrás de ti me hizo actuar así - él compartió su mirada conmigo y por unos segundos nos quedamos en silencio solo mirándonos - nunca había sido sentido celos por nadie como los sentí hoy por ti y eso lo dice todo ¿no crees?.

Él por unos segundos parecía no reaccionar a nada y llegue a pensar que estaba dormido con los ojos abiertos o algo parecido, pero luego su postura cambio y se vio más relajado. Al parecer quería pero a la vez no quería hablar.

  • No sé - me dijo repentinamente y luego se mantuvo en silencio - eso que sucedió nunca me había pasado y la verdad no estoy preparado para que me suceda nuevamente - continuó con un tono de voz bajo y lento - necesito pensar seriamente las cosas, si esto paso en estos momentos no quiero imaginar que sucedería más adelante.

Estaba procesando sus palabras cuando el “ no quiero imaginar que sucedería más adelante ” hizo que mi mente diera vueltas, ¿acaso eran ideas mías o Gabriel pensó en lo que sea que fuera esto, a futuro? No entendí o no comprendí muy bien lo que dijo pero estúpidamente tuve la esperanza que no todo estaba aún perdido.

  • Te prometo que esto no se va a volver a repetir - dije aun mirándolo, pero tratando de aligerar mi seria expresión -, no puedo asegurarte que no sienta celos más nunca. Pero si puedo decirte que nunca rompo mis promesas.

  • No lo sé Diego - me respondió aun igualmente mirándome - necesito pensar bien todo. Todo lo que sucedió hoy me hizo caer en la idea de que me estaba involucrando más de lo debido en una persona, ya te dije que soy muy malo en las relaciones y no sé exactamente como debo actuar en algunos casos - me continuó diciendo, esta vez un poco más relajado y pensativo - eso de tus celos y tus ataques me dio un golpe de realidad y me hizo entender que esto no era un juego, tu aun en la forma más estúpida e idiota posible estas creo comenzando a sentir cosas por mí y eso casi siempre ocasiona problemas y vuelve complicado todo. Si no, mira todo lo que sucedió hoy.

  • No puedo discutirte que soy un idiota - le afirmé esta vez yo, asomando un poco una sonrisa - eso creo que ya quedo bastante claro hoy. Y admito que yo tampoco había querido pensar seriamente en todo lo que nos estábamos metiendo y con lo que pasó hoy entiendo que es algo bastante grande. Solo hagamos lo que dijimos en el auto y tomémoslo todo con calma y vallamos lentamente... aunque si hoy fue un día lento no quiero saber cómo debe ser un día rápido y movido.

El por primera vez luego de “la pelea” sonrío y eso me hizo quitarme un peso de encima, ya todo estaba arreglándose. Pero sabía que debía jugármelo todo para que ya todo estuviera arreglado así que decidí hablar con la verdad... a mi manera claro.

  • Además hoy a pesar de todo - continué diciéndole, recuperando mi seriedad y acercando peligrosamente mi mano a su asiento casi rozando su hombro - debo decir que fue uno de mis mejores días, hacía bastante tiempo que no hablaba y no estaba con alguien como hoy contigo.

  • No arruines todo volviéndote una niña cursi - me dijo al fin, sonriendo un poco y volviendo a ser él de antes - solo falta que me regales un anillo de promesa y me dediques una balada estúpida o me regales chocolates.

  • Definitivamente y lo repito - exclamé yo sonriendo - nunca dejas de sorprenderme, idiota.

Encendí el motor del auto y continuamos el camino de vuelta a su casa, con la diferencia que ahora si hablábamos y que como no podía ser de otra forma, aún Gabriel hacía sus comentarios y bromas que no podían faltar. Faltando ya poco para llegar a la ciudad decidí hacer una peligrosa jugada que de salir bien, me daría una muy buena - y ansiada - recompensa.

  • Ahora que recuerdo - dije llamando su atención mientras el cambiaba de estación buscando una “música que mis odios puedan soportar y no esa bazofia que llaman Reggaeton ” - creo que me debes algo ¿no?

Quien decide cuando acaba lo viejo y empieza lo nuevo no es un día del calendario...

  • ¿Te debo? - me pregunto intrigado - ¿Qué cosa? ¿O ahora también me vas a cobrar lo que gastaste en el café? - continuó preguntándome, con una sonrisa -.

...ni un cumpleaños...

  • Claro que no idiota - respondí igualmente con una sonrisa y una mirada suspicaz - me parece que cuando íbamos vía el café habíamos quedado en hacer algo al terminar el viaje ¿no?

...ni un nuevo año...

Él me miró si se podía aún más intrigado y luego de unos segundos todo su rostro cambio y mostro una sonrisa algo maliciosa.

Comienza a sonar Locked out of Heaven - Bruno Mars

  • Eres aún más idiota de lo que pareces - dijo mirándome divertido y con una sonrisa - la verdad es que no entiendo a qué te refieres - agrego, con un fingido desconcierto -.

  • Oye fue algo que tú mismo me dijiste ¿o me equivoco? - exclamé, sin perder la sonrisa y frenando un poco el auto debido a un pequeño embotellamiento al cual nos íbamos a enfrentar - solo repito lo que tú me aseguraste que iba a suceder, aunque ya veo que él único que mantiene sus acuerdos soy yo -terminé de decirle haciéndome el ofendido y avanzando con el auto un poco para darme cuenta que más adelante había un accidente, lo que nos aseguraba estar detenidos por al menos unos largos minutos -.

...Es un acontecimiento grande o pequeño algo que nos cambia que nos da esperanza...

  • Claro que si tú mismo debes recordar esos “acuerdos” se pierde la emoción ¿no? - me dijo sin pensarlo, y yo inmediatamente creí comprender lo que trato de insinuar - definitivamente eres un idiota.

No sé si fueron unos segundos o minutos, pero supe desde el momento que nuestras miradas se encontraron que “algo” iba a suceder; y contrariamente a las veces anteriores, fue él que rodando los ojos en señal de exasperación me tomo por la nuca y junto sus labios a los míos. En ese momento comprendí lo que estaba sucediendo y con mis manos colocadas en su espala y en su abdomen lo atraje más hacia mi si se podía, mis labios rápidamente abrieron sin ninguna resistencia los suyos y nuestras lenguas se encontraron como hartas de esperar el ansiado reencuentro. Me sorprendió la agresividad y seguridad con la que Gabriel me besaba y al parecer el tiempo pasaba  extremadamente lento o extremadamente rápido, comencé a sudar y la chaqueta que llevaba me estaba comenzando a sobrar pero el agarre y los besos de Gabriel me tenían ocupados, eran violentos, profundos y bastante... excitantes. De esto me di cuenta cuando me comenzó a acariciar la espalda con una mano y la otra la colocaba en mi pierna, todos mis músculos se tensaron aún más y una erección demoniaca comenzó a crecer en mi entrepierna; yo también comencé a acariciar su espalda un poco ancha y en el momento en que comencé a acariciar sus piernas... ¡CLANC! ¡CLANC! Un claxon del auto que teníamos atrás me indicaba que debíamos avanzar.

...Una nueva forma de vivir y contemplar el mundo...

Nos separamos rápidamente y tuve que bajar la ventanilla para poder recuperar un poco del aire perdido que deseaba rápidamente volver a perder. Vi que Gabriel estaba en extremo colorado y trato de evitar mi mirada mientras yo me quitaba la chaqueta para tratar de refrescarme lo más rápido posible. Cuando pasamos el accidente y continúe el camino notaba como ahora era Gabriel el que ocasionalmente me lanzaba miradas extrañas mientras yo no dejaba de pensar en los besos de hace minutos y en como todo mi cuerpo había reaccionado. Era necesario... eso debíamos repetirlo.

...para dejar marchar los viejos hábitos...

En menos de 15 minutos ya estábamos en la calle próxima a su casa, ya estaba oscuro y al parecer ya era el horario nocturno. Yo me mantuve sin la chaqueta por las extrañas olas de calor que me daban cuando recordaba los besos extremos que Gabriel me había dado, durante todo el camino restante no dijimos como máximo 5 palabras y antes que lo notara ya estábamos estacionado justo  frente a su casa.

...los recuerdos...

  • Bueno - me dijo luego de unos segundos de impaciencia - ya me voy.

Solo sonreí y le di un amistoso golpe en el hombro mientras él abría la puerta del copiloto, la diferencia fue que en vez de salir como normalmente debió haber hecho se regresó, cerró rápido la puerta y se lanzó encima de mí tomándome esta vez por la espalda y volviéndome a besar. La verdad es que por más que trate de luchar con la excitación que estaba sintiendo, no pude evitarla y la erección volvió al cabo de algunos segundos. Esta vez era yo el que dominaba la situación y los besos que nos dábamos estaban siendo aún más agresivos, yo le mordí un poco los labios y él se agarró fuertemente a mi espalda y a mi brazo mientras poco a poco bajaba hasta su cuello dándole leves mordidas, ya mi entrepierna pensaba por sí misma y la excitación estaba llegando a niveles que no sospechaba así que rápidamente acaricie su espalda y en un movimiento que hasta a mí mismo me dejo sorprendido deje caer mi peso sobre él y terminamos prácticamente acostados cruzando los dos asientos. Mientras movía la incómoda palanca del auto que me estaba apretando una costilla cortándome un poco la respiración noté como otra palanca que no era la mía se encontraba también luchando para mantenerse horizontal. No pensé o mejor dicho, la excitación no me dejaba pensar así que como si no hubiera sentido nada seguí besándolo y tocando todo su cuerpo hasta que sentía como su bolsillo izquierdo comenzó a vibrar y... su teléfono comenzó a gritar una música que por más que lo tratara no podía entender.

...Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar...

Yo me levante rápidamente y él también lo hizo, mientras se acomodaba y bajaba la camisa y yo me acomodaba igualmente el cuello de mi arrugada camisa. Respirábamos entrecortadamente y él se disculpó mientras leía el mensaje de su celular, yo estaba como fuera de sí pero a cada momento deseaba lanzármele encima y continuar donde lo habíamos dejado.

  • Era... Vanessa  - me dijo, respirando entrecortado y acomodándose el pantalón para que no notara la erección que tenía - me dijo que mañana quería hablar conmigo.

  • Eso es bueno ¿no? - le pregunte tratando de dejar de mirar su pantalón, y acomodando igualmente el mío y cruzando las piernas para disimular “mi excitación” -.

...aunque también es importante recordar que entre todo lo malo...

  • No es algo malo - me respondió algo pensativo y esperando algunos segundos - ahora sí creo que lo mejor es que me valla - agregó mirándome fijamente mientras con su mano sacudía mi camisa que estaba manchada con no sabía qué diablos -.

  • Esta bien - respondí este vez yo, algo más tranquilo - te escribo mañana para saber cómo termino todo.

Nuevamente abrió la puerta del copiloto pero esta vez sí salió del auto normalmente y espere hasta que entrara a su casa para encender mi motor y alejarme rápidamente de ahí. Definitivamente el día de hoy había estado lleno de sorpresas, pero de lo que si estaba completamente seguro era que de ahora en adelante... tendría que aprender a controlarme.

...siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse.


A estas alturas explicar porque tarde tanto para continuar la historia  como el próximo disco de Paramore en salir, creo que no es necesario decirle. Pero solo deben saber que la combinación de la Universidad más las actividades extracurriculares y  el poco tiempo libre no ayudan a la finalización del relato. Este capítulo lo fui escribiendo durante todo este tiempo y constantemente cambiaba cosas porque me parecían muy incoherentes, ya queda de su parte comentar y valorar mi trabajo y escribirme un “Buen Trabajo, esperare hasta que subas el próximo capítulo dentro de dos años”. Sinceramente no estoy muy seguro de cuando pueda subir la continuación, pero aseguro que no pasara tanto tiempo como ahora. Paz & Out !

SPOILERS

  • La temporada terminara con 13 capítulos, y aún estoy pensando si hacer el ultimo capitulo doble o juntar la parte 12 y 13.

  • El sexo vendrá muy pronto, será sucio, excitante, caliente y quizás no involucre a los protagonistas

  • No esperen leer romanticismo cursi ni mucho menos “tomo con sus manos mi nuca y con su beso me llevo hasta el cielo más rosa y delicado que puede existir en el mundo”, NO es mi forma de escribir.

  • Lo que queda de temporada tratara mucho sobre la amistad, es uno de los pilares fundamentales de “la serie” incluso creo más importante que Diego y Gabriel.

  • La música va a jugar un papel muy pero muy importante en los capítulos siguientes... algunas canciones quizás contengan pistas sobre “algo” que va a suceder en la Season Finale

  • El ultimo arco de la temporada será muy disperso para todos los personajes, las storylines se van a separar y serán individuales para cada uno de los personajes principales; todo convergiendo al final en una poderosa escena que aún está en mi cabeza pero que poco a poco la estoy recreando completamente.

  • No planeo más tragedias al menos por los momentos, pero si habrán acontecimientos WTF y un poco peligrosos principalmente en la Season Finale