Crónicas de Vhaalzord - Libro 9 - 3
Val regresa a Shurpel para recoger su parte del trato realizado Shelby. Continúan sus investigaciones sobre los Lahishin. Poco a poco, Val va logrando obtener lo que necesita
CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 9
Capitulo- 3
Regrese de nuevo a la ciudad de Shurpel, otra vez a mi alojamiento. Lo primero que hice fue irme a buscar a Shelby para que "pagara" su parte del trato. El sitio más eficaz para poder sorprenderla era en su casa pese a las dificultades para entrar, concretamente en su habitación, en el lugar donde suponía que se sentiría más segura, de este modo la mandaba también un mensaje, que si no cumplía su parte no estaría libre de mi de ningún modo.
Tarde dos días en idear cómo y cuándo entrar, descubrí una pequeña laguna en su seguridad. Cuando ella estaba o como una hora antes de su aparición por su casa la seguridad se extremaba, pero cuando ella no estaba, ni había indicios para su gente de que fuese a aparecer… digamos que se confiaban mucho. Por lo que pude observar había un sitio en esa casa que, por paradójico que pareciese, era el lugar perfecto para poder esperarla escondido con escasos visos de ser detectado. Me cole y espere pacientemente a que apareciese en sus mismas habitaciones, ya que salvo la mujer que le hacía las veces de doncella parecía que allí todo el resto del personal tenía prohibida la entrada. Shelby entro directa y sin mirar dos veces a su alrededor. Ya se había quitado el vestido cuando por fin se dio cuenta de mi presencia en la habitación... aunque no pude sino admirarme de ver la frialdad con que reacciono, no dejo traslucir la menor sorpresa o susto por el inesperado encuentro…
- Shelby : ¿No podías haber llamado a la puerta como todo el mundo....?
- Val : La verdad es que si, pero pensé que quizá prefirieras que nadie nos pudiese relacionar
- Shelby : Pues lo cierto es que preferiría que no, la verdad. Te encargue matar a Draghos, que fue lo que hiciste. Sin embargo no te dije nada de su organización, y sembraste también el caos en ella...
- Val : Bueno, eso fue... digamos que un accidente...
- Shelby : Ya, claro... de todos modos visto como has manejado los hechos y la información que tengo que darte, prefiero que nadie sepa de nuestro acuerdo
- Val : Entendido y comprensible por tu parte...
Shelby me dio un nombre, estuvo de lo mas comunicativa, también me dio explicaciones de todas clases sobre el sujeto, donde estaba y lo que probablemente me encontraría al llegar al sitio donde estaba. Cuando termino de hablar continúo despojándose de ropa tranquilamente frente a mí. Cuando se quedo completamente desnuda puso sus manos en las caderas mirándome fijamente, luego me dijo...
- Shelby ; aun tienes que disfrutar también de tu otro pago (avanzo hacia mi)
Me levante de donde estaba moviéndome hacia ella mientras me quitaba ropa de encima. Cuando llegue a su altura se me colgó del cuello besándome con saña, mordiéndome los labios. Terminamos cayendo los dos sobre la cama de Shelby mientras nos comíamos los morros. Tras eso quede encima suyo, colocándome apropiadamente para poder penetrarla.
Me abrazo pidiéndome que se la metiera de una vez, obedecí en el acto, se la fui introduciendo despacio, lentamente, dándola tiempo a acostumbrarse a la presencia de mi miembro en su interior. Empecé a moverme lentamente, con calma, saliéndome casi por completo y empujando hasta metérsela todo lo profundamente que podía. Shelby jadeaba con cada embestida... empezó a rogarme que fuese más rápido, pero no hice caso, seguí manteniendo el ritmo lento que llevaba desde el principio.
Shelby se desesperaba porque mi forma de follarla hacia que no le terminara de alcanzar el orgasmo, el placer se incrementaba lentamente, de forma totalmente agónica, llevándola hacia el límite, pero a un ritmo tan lento que la empezaba a sacar de quicio. Seguí moviéndome mientras evitaba que Shelby pudiese tomar el control del polvo, ella intentaba empalarse de forma más rápida alzando las caderas a mi encuentro cuando yo me movía hacia ella o me retiraba, pero lograba impedirlo, lo que la sacaba de quicio todavía más. Al final tras bastantes minutos así la llego el orgasmo, arrancándola un grito de placer al correrse, sentí como se estremecía debajo de mi al alcanzarla el orgasmo, como cuando paso quedo jadeante y agotada.
Espere tranquilo a que se recuperara, una vez vi que ya estaba otra vez lista empecé a embestirla esta vez con fuerza y rapidez, modificando completamente el ritmo de la follada. En esta ocasión debido al violento cambio de ritmo empezó a gemir de forma sincopada, a jadear casi constantemente, al final tras unos pocos minutos en ese plan, ambos estallamos en un nuevo orgasmo. Me vacié en su interior, llenándola el coño de leche... Repetimos la juerga de la primera vez pero muy ampliada durante varias horas, la dimos por terminada antes de que amaneciera con el fin de que me pudiese ir de su casa sin que nadie me viese. Después de un rato descansando nos vestimos ambos.
Antes de irme me invito a un trago, estábamos bebiendo los dos cuando decidí satisfacer mi curiosidad, le pregunte...
- Val : ¿Por qué?
- Shelby : ¿Te refieres a porque he cumplido con toda mi parte del trato? ¿a porque no te he intentado matar?
- Val : Si, básicamente si...
- Shelby : Me precio de conocer a los hombres y a las mujeres... tu en un principio no inspiras nada, eres alguien a quien se podría ignorar tranquilamente, sin riesgos, pero solo en un principio, luego...
- Val : ¿Luego?
- Shelby : Inspiras temor... y no es por lo que has hecho aquí, que has destrozado dos de las organizaciones más poderosas que he conocido durante mi vida sin inmutarte y sin ser descubierto... no, es... más profundo, es algo más intenso... como si la propia muerte fuese tu permanente compañera de viaje… no sabría explicártelo.
- Val : Vamos, que doy cierto miedo... (Puse cara de decirlo medio en broma, pero ella no se rio)
- Shelby : Algo más que eso para serte sincera, y no es un miedo normal como ya te he dicho... quizá sea algo mas atávico… como te digo, no lo sé bien, pero lo que inspiras es… como digo no sé. (Pensativa meneo levemente la cabeza para recuperarse rápido otra vez) Pero sobre lo que me preguntaste del porque he respetado el acuerdo… Digamos que tengo bastante claro que cumples tus tratos escrupulosamente, y que si yo lo incumpliera puede que no fuese nada bueno para mi salud... antes o después. No compensa incumplir un trato como el que teníamos, y menos por algo de lo que nadie sabrá nada... sería el colmo de la estupidez hacer algo semejante con alguien como tú, y no he llegado aquí siendo una estúpida.
- Val : Evidentemente no
- Shelby : Te interesaría trabajar para mí
- Val : Lo siento, pero no… además, no temes que pudiese terminar por quitarte de en medio para hacerme con tu organización…
- Shelby : No, ni en lo mas mínimo… igual que de algún modo sé que es mejor no tenerte enfrente, de ser así creo que ni aun matándote me sentiría segura otra vez… pero como te decía, no tengo dudas de que serias tan leal conmigo como yo lo fuese contigo…
- Val : Vaya, parece una respuesta muy profunda… y en varios aspectos además. (Sonriéndola) Pero como te dije, no, no puedo quedarme a trabajar para ti…
- Shelby : Bueno, al menos tenía que intentarlo, alguien como tú, con tus… “habilidades” me sería muy útil
Me quedo bastante claro eso de que Shelby no era nada estúpida. Durante el mes que había estado fuera se había hecho con el control de las otras dos bandas, uniéndolas a su organización. También había logrado hacerse con el control total de la ciudad, ahora solo quedaba ver si sería capaz de mantenerlo... y sinceramente no tenía la menor duda de que lo haría. Me fui para mi habitación pensando en lo que me había contado Shelby sobre el tío del que yo quería información.
No iba a ser nada fácil el acercarse a él, yo esperaba a alguien en una gran ciudad, y el tipo este sin embargo, estaba en un pequeño pueblo al sur de la ciudad, a un día y medio a caballo de Shurpel. Al día siguiente partí hacia allí, parándome a observar detenidamente la zona desde lejos, para ir acercándome poco a poco controlando todo lo posible el movimiento de la aldea, intentando ver como poder acceder a mi blanco. Al final descubrí gracias al uso de varias criaturas conseguí encontrar un momento y un lugar adecuado para poder acceder a mi víctima, digo a mi blanco.
Todas las noches iba a cenar a una taberna de una aldea cercana, cena que hacia siempre en una especie de reservado, lejos de las miradas curiosas. Llevaba un total de cuatro hombres de escolta con él, algo que no suponía ningún problema para mí. Después de verle cenar tres días supe lo que tenía que hacer. Espere a que como todas las noches se quedase la taberna sola con un único ocupante, mi blanco, en ese momento era cuando tanto el tabernero como la gente que le ayudaba con las cenas aprovechaban para descansar solo pendientes de que mi blanco pudiese llamarlos, pero de no ser así no aparecerían por donde él estaba.
Estaba aislado en su reservado, comiendo como siempre, a dos carrillos, cuando como siempre también, a una orden suya sus escoltas se salieron fuera para vigilar. Yo puede entonces salir de mi escondite por detrás del tipo, cuando llegue a su altura espere a que tragara para sujetarlo por el cuello estrangulándolo justo cuando la comida estaba en la garganta, impidiéndole gritar y respirar. En ese preciso momento puse mi mano libre sobre su frente, leyendo su mente en profundidad, obligándole de paso a permanecer inmóvil pese a estar asfixiándose, extrayendo toda la información que me pudo ser útil. Poco después de eso moría ahogado con una bola de comida atrancada en la garganta, cualquiera que lo viera pensaría que se atraganto con la cena, pensaría que solo fue un accidente.
El sujeto por lo que vi servía de intermediario para determinadas operaciones nada limpias, era claramente un filtro para los Lahishin, para que no los pudiesen relacionar con sus operaciones y de ese modo seguir siendo solo una leyenda. Me lleve una sorpresa cuando descubrí que el sujeto en cuestión conocía a otros dos intermediarios mas, aunque curiosamente aparecían los dos en la misma zona. Por los datos que saque de la mente del tipo, el continente estaba dividido en cuatro zonas, una para cada unos de los negociadores de los Lahishins y que de este modo no se pisaran el terreno. El tipo también conocía datos de nueve posibles operaciones de los Lahishin... solo tres me interesaban, ya que por la posible dificultad deberían de ser cubiertas por alguien de cierto nivel, lo que suponía que su mente probablemente tuviera valiosa información para mí. Una de las operaciones era fuera del continente occidental, lo que la dejaba fuera de mi alcance, demasiado lejos. Me centre en las otras dos, ambas eran asesinatos de gente importante.
Mi intención era capturar y leer la mente de esos asesinos para conocer todo lo posible sobre Thalmunt, y esos asesinos de cierto nivel podrían facilitarme datos muy valiosos del funcionamiento, situación y distribución de Thalmunt, algo vital si quería entrar en ella para destruir a todos los Lahishin. El problema es que por lo que averigüe de su mente, este sujeto recibía el encargo, y mandaba un aviso a Thalmunt para que allí decidieran sobre el trabajo, una vez era aceptado a él le comunicaban que debía de comunicárselo al cliente para que pagara, una vez que el cliente pagaba se ponía todo en marcha. Pero desde ese momento era el encargado del trabajo el único que sabía los detalles del golpe o el momento exacto del mismo.
En estos dos casos la ventaja es que había unos topes mínimos o máximos en las instrucciones para la realización de ambos encargos, lo que me dejaba con unas fechas aproximadas para poder hacerme con el asesino. Me decante primero por el blanco más cercano a mí, un riquísimo comerciante de oro y joyas. Estuve durante cuatro días estudiando como poder llegar al comerciante para asesinarlo. Al final logre trazar una más que posible ruta que seguiría el asesino, así que lo único que me quedaba ya era sentarme tranquilamente hasta que apareciera el encargado de ejecutar al comerciante.
Tardo apenas una semana en aparecer el asesino... tomo más o menos el camino que yo pensé para entrar en casa de su objetivo. Era una casa alta, rodeada de un lustroso jardín, muy apto para ocultarse tranquilamente a esperar a que pasaran los hombres que estaban de guardia dando rondas. Entro por donde pensé que lo haría, escondiéndose donde supuse, según llego a la posición le dispare un diminuto dardo con un pequeño tubo hueco... el dardo llevaba un potente paralizante... Me acerque sigiloso a él y le hice una lectura de mente, dejándole la mente como es lo habitual con ese conjuro, completamente destrozada. Luego deje una pequeña serpiente junto a él, pero antes hice que le mordiese... tras eso me retire tan sigiloso como había llegado.
Al día siguiente lo encontraron muerto en ese mismo sitio debido a la picadura de una serpiente de las más mortíferas del continente. Por lo visto según se creía la serpiente salió del campo, muy cercano a la casa, y termino en ese jardín, el asesino simplemente tuvo la mala suerte de ir justo donde estaba el animal. Además esa serpiente debido a su pequeño tamaño, y a su color, muy similar al del arbusto, mas al sumarse el ser de noche... en fin, que según contaban solo fue mala suerte, seguramente no se entero de la presencia de la serpiente hasta después de que le picara, y una vez le pico estaba muerto. Después de asegurarme que se tomara por un accidente me fui raudo a la caza del otro asesino.
Había logrado interesantes datos sobre Thalmunt y más o menos quien era quien allí. También tenía una bonita colección de nombres y caras con sus respectivas habilidades extraído de su mente. También el conocimiento de algunas zonas de Thalmunt... pero aun así todavía me quedaba mucho por investigar. Tenía todavía tres días de viaje hasta donde atacaría el siguiente asesino, y este posiblemente fuese más peliagudo y peligroso. El trabajo consistía en eliminar a un consejero del rey de uno de los países del Norte del continente occidental... Sin duda el asesino seria alguien muy bueno, este no sería tan "fácil" de capturar como el anterior.
Me tome toda una semana en explorar la ciudad y el castillo del rey, que era donde vivía el consejero. La ventaja de este encargo es que el asesino debería de hacerlo entre dos fechas concretas, facilitándomelo bastante. Al final encontré un par de posibles planes viables para matar al consejero, el problema es que el camino de entrada podía diferir, solo era seguro el de salida, sería el mismo con cualquiera de los dos planes mas previsibles o probables... era por tanto la opción más segura. El problema es si hacía saltar la alarma cuando cumpliera la misión... si fallaba o era descubierto me podía meter en problemas a mi también, me sería difícil poder explicar mi presencia allí, y muchísimo menos mi apariencia, armas y equipo, pero decidí confiar en que los Lahishin supiesen lo que estaban haciendo al mandar al ejecutor.
Las murallas tenían un punto débil, y es que alguien había permitido la construcción de algunas viviendas pegadas a un punto de sus murallas, por ahí al asesino le seria facilísimo de escapar, aunque estaba bien vigilado... la rutina era mala consejera, y las guardias eran muy rutinarias, durante la noche había tres momentos durante unos diez minutos en cada ocasión, en que ese punto estaría sin vigilancia. Desde ahí había una ruta bien definida por los tejados de las casas, en cuatro minutos podía estar así en los aledaños de la muralla exterior de la ciudad. Estuve trabajando cuatro noches seguidas en el tejado de una de las casas de la ciudad.
Por suerte la noche en que el asesino actuó yo ya había terminado mi labor en el tejado. Uno de los tejados tenía un pequeño alero de piedra, perfecto para tomar impulso en el e ir a caer en el tejado de la casa de enfrente, ese era el camino perfecto para la huida. Cuando el asesino intento hacer eso precisamente, el alero cedió ya que me había entretenido durante esos cuatro días en debilitar el mortero que lo sujetaba... Como supuse de antemano, el asesino no tuvo problemas para solucionar la peliaguda situación, uso ciertas técnicas que le permitieron llegar al suelo sin matarse, aunque sí muy magullado y algo aturdido por los golpes que se dio. Fue entonces cuando un dardo lo alcanzo mandándolo al mundo de los sueños. Me acerque corriendo comprobando lo primero que siguiese vivo, después descubrí la frente de la asesina que habían mandado, hice una lectura de mente y le rompí el cuello. Simule que se lo había roto con la caída al desprenderse el alero sobre el que intento saltar, de nuevo otro accidente, esperaba que los Lahishin lo considerasen otra vez solo como mala suerte.
La información que obtuve fue de lo más interesante, ambos asesinos tenían datos sobre anteriores operaciones en las que habían participado. También sobre como entraban y salían las cosas de Thalmunt, como la comida, los esclavos, etc. Pero esta última además tenía información sobre cómo se orquestaban las operaciones de tipo militar en Thalmunt. Conocía otros dos intermediarios, pero decidí ver primero cual de ambos me podía resultar más interesante, sabía que antes o después sospecharían de la mala suerte. Puede que solo tuviese tiempo de hurgar en los negocios de uno de ambos intermediarios antes de que me tocase tomar la decisión de cuando y como ir a por Thalmunt. Tarde dos semanas en comprobar cómo eran ambos intermediarios y enterarme de cual de ambos podía serme más útil, al final me decidí por un tal Zhiklus que resulto no ser un intermediario “normal”, este tenía su base de operaciones en un pequeño puerto de la costa Oeste del continente occidental… aunque era un intermediario que como ya digo, veía un tanto “raro”.
Se trataba de un puerto muy bien protegido por la naturaleza contra el clima y el océano, su situación natural también lo convertía en un puerto muy resguardado de la posible curiosidad del ser humano dado lo aislado y apartado que estaba. Algunos de los barcos que se encontraban fondeados en el no parecían ir muy acorde con la población, junto con los típicos barquitos pesqueros se veían un par de velocísimos barcos oceánicos y alguno que otro pertenecientes a gente con negocios poco recomendables como esclavos, piratas, comercio de productos "exóticos"... Tenía toda la pinta de ser el puerto de entrada y salida usado por los Lahishin, y no de que se encargase desde aquí de aceptar encargos para sus jefes.
Otra cosa curiosa es que para ser un puerto tan... aislado tenía un buen número de locales dedicados al ocio y la diversión de los marineros, juego, prostitución, etc. Sin embargo no parecían existir en el los habituales conflictos entre marineros borrachos, etc, lo que indicaba que por algún lado había alguien que se encargaba de mantener el orden de forma contundente, pero no podía distinguir a nadie... solo tenía un blanco conocido en la ciudad, el intermediario, y además aparentemente sin protección, algo ridículo dado a lo que se dedicaba. Tendría que moverme con más sigilo que de costumbre para que no me descubriesen, todo en este pueblo era rarísimo.
Accidentalmente o quizá afortunadamente, en las afueras de la ciudad me encontré con tres tipos de aspecto patibulario, por las trazas debían de ser marineros de alguno de los barcos anclados, si hubiese tenido que apostar lo hubiese hecho por cierto barco pirata de la bahía. Pues nada mas verme me atacaron, sacaron sus armas y llamándome espía se lanzaron a por mí, sin haber intercambiado una sola palabra entre nosotros. Transforme mi bastón en mi Shilkka en el momento en que estuvieron lo bastante cerca como para que no todos ellos pudiesen escapar de su radio de acción... en los tres segundo posteriores a la aparición de la hoja de la Shilkka, dos de ellos habían sido partidos por la mitad, el otro había echado a correr, deteniéndolo en seco una daga Khlomn que se clavo en una de sus piernas.
Como ya podréis suponer a estas alturas le leí la mente, el resultado de mi investigación es que descubrí algunas cosas muy interesantes de alguien de quien no esperaba sacar mucho. Primero que todos los barcos del puerto eran habituales y en ese pueblo todo el mundo se conocía. Trabajaban todos para el intermediario... pero lo más valioso es que en la mente de este sujeto estaba la solución perfecta para pode lograr ver al intermediario a solas. Solo tenía que quemar el barco de esos tres para que todo el mundo acudiera al puerto y el intermediario se quedara prácticamente solo. La velas del barco estaban siendo reparadas y en esos momentos estaban embreándolas y encerándolas, algo que las convertía en algo altamente inflamable hasta que el material se asentara y apelmazara, lo que tardaría todavía dos o tres días, así que ese era el tiempo que tenia para poder con el intermediario de forma discreta.
Me deshice de los tres cuerpos, los enterré en un paraje donde esperaba que no fuese mucha genta hasta que el terreno recuperara su antigua consistencia y no se notara que habían cavado en el. Tuve que esquivar varios grupos más de gente que andaba de forma distraída por los alrededores del pueblo... por la lectura de la mente del pirata supe que eran patrullas que se encargaban de vigilar que no se acercara o entrar en el pueblo nadie extraño... También eran los encargados de guiar a ciertas caravanas que llegaban de forma más o menos regular hasta sus destinos en los almacenes del puerto y por lo que parecía estaban esperando una caravana para esa misma semana... por lo visto uno de los barcos había llevado ciertas sustancias para ellos y estaban esperando que se pasaran a por ello.
Me toco nadar hasta llegar al barco cargando algunas cosillas que necesitara... cuando me alce en la cubierta me acerque por detrás del marinero que estaba de guardia derribándolo de un solo golpe seco. Después use un cuarto de botella de Grog que había llevado de la que le obligue a tragar un poco, vaciando lo poco que quedaba sobre él y el suelo para manchar su ropa dando la sensación de que se había emborrachado... Luego levante una parte de la vela, sujetándola con una serie de pequeños maderos a un altura como de 20cm, colocando justo debajo para que no se viera el resplandor del fuego un cordón empapado en brea previamente a modo de mecha, cordón que iba enrolladlo desde el centro de ese espacio hasta terminar en contacto con la misma tela pasando varios metros por debajo de ella. Era un temporizador, calcule que el fuego de la mecha tardaría en llegar a la tela de la vela como unos quince minutos, tardando al menos dos más en prenderlo todo, que era el tiempo que tenia para desaparecer de allí y prepararme para ir a por mí blanco.
Cuando las velas que estaban sobre la cubierta empezaron a arder estallo el caos en el pueblo y los demás barcos. Al ser un puerto pequeño los barcos estaban muy juntos, si alguno de los palos del barco en llamas caía hacia sus costados acabaría prendiendo los barcos de su lado... mientras la tripulación del barco incendiado junto con población de la aldea trataba de apagar el incendio, el resto de los barcos trataba de salir de allí y poner agua de por medio para evitar correr el riesgo de sufrir su misma suerte. El intermediario vivía en la parte más alejada del puerto y los locales de diversión, por lo tanto la zona más tranquila del pueblo. En esos momentos esa parte estaba desierta, muchos de sus habitantes estaban intentando apagar el incendio y en la calle aparentemente solo quedaban los dos guardias de la puerta del intermediario, y parecían más interesados en el resplandor que se veía que en prestar atención a su cometido. En esos momento se veía a los dos hablando animadamente con otros dos que habían salido por la puerta que estaban custodiando.
Me cole por la parte trasera de la casa, los dos guardias que debían de estar controlando el interior, estaban hablando en la puerta de la calle con los guardias del exterior sobre lo que podía estar pasando en el puerto. Sabía que solo tenía minutos, y muy pocos, de modo que entre en el cuarto del intermediario le deje inconsciente mediante un conjuro... si no le golpee fue por no dejar marcas sobre él. Le hice una lectura de mente extrayendo toda la información que pude, que fue mucha, para después pararle el corazón con otro conjuro. Una vez hubo muerto limpie todo rastro de magia de su cuerpo y salí como había llegado, en completo silencio y sin ser detectado. Cuando lo encontraran y lo examinaran solo verían una muerte natural... pero debía de empezar a ir con cuidado y ser de lo más selectivo con mis movimientos... los Lahishin no tardarían en sospechar de tanta muerte accidental, empezaba a parecer una epidemia de ellas en toda regla... y por lo que ahora mismo sabia, aun les quedaban por sufrir unas cuantas muertes mas.
CONTINUARA
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