Crónicas de Vhaalzord - Libro 9 - 2

Val se pone en movimiento para llevar a término su parte del acuerdo con Shelby. Val se da cuenta de que asesinar a Draghos no va a ser sencillo ya que es un paranoico de su seguridad

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 9

Capitulo- 2

Para completar mi trato con Shelby debía de eliminar a Draghos, el jefe del otro grupo que operaba en la ciudad, y pese a que la misma Shelby me había dado su localización, el cargárselo podía ser un problema ya que él no era nada confiado, mejor diríamos que era todo un paranoico. El sitio donde se encontraba se asemejaba más a una fortaleza que a un domicilio. Con deciros que deseche el intentar leerle la mente antes de matarlo por la carnicería que tendría que hacer y el escándalo que provocaría, si tras eso los Lahishin no sabían que estaba en esta ciudad es que estaban ciegos.

La edificación donde residía y desde donde manejaba con mano de hierro a su grupo estaba hecha de piedra, en las ventanas se veían gruesos barrotes de hierro cruzados entre sí. El tejado de la misma tenía como si fuese un almenado en los laterales por donde circulaban los matones que sin duda tendría de guardia en el tejado pese a que ninguna edificación a su alrededor tenía una altura superior a la de su morada. También la puertas se veían como enormemente robustas, el reconocimiento que hice de las mismas me indico que debían de tener una plancha de hierro o acero en su interior, con unos goznes de hierro forjado, unos goznes que eran casi el triple de los necesarios para esa puerta, dándola así una mucho mayor robustez y dureza.

Si se intentaba un asalto se montaría tal escándalo que se enteraría hasta el último habitante de la ciudad, incluida su guarnición. El poder acceder a mi blanco era todo un problema, todos los que accedían a él eran ya de sobras conocidos y un intruso no se podría acercar nunca lo suficiente como para resultar peligroso. Tras esta verificación solo me quedo una opción, mi conclusión era clara, si no podía entrar a por el entonces lo que debía de hacer es que saliera de su guarida, ¿y que sacaría a alguien semejante de su protección? Difícil de saber, con una guerra con otra banda sería imposible, precisamente eso solo lo recluiría más aun y lo volvería todavía mas paranoico, así que por ahí imposible del todo.

Pero gracias a los dioses había una opción que sin duda sí que haría que saliese de su guarida... la única posible es que pareciera que alguno de sus propios hombres quería dar un golpe de mano y arrebatarle el poder, después de eso no tenía la menor duda de que saldría para mantener el orden, imponer su ley y castigar personalmente a los traidores, solo algo semejante podría obligarle a abandonar su segurísimas estancias.

Como chivo expiatorio elegí a un pequeño ambicioso de la organización, alguien que ya le había dado problemas a su organización por esa misma ambición según lo que averigüe cuando le leí la mente a Moreff. Tenía la sana intención de crear en su persona un autentico golpista, un ambicioso que estaba planeando quedarse con la organización para él solito. Este sujeto tenía como principal enemigo en la organización a un hombre llamado T’sain, encargado de los negocios relacionado con el puerto, vamos, la entrada y salida de mercancía por parte de la organización. Por los pocos datos que tenía más o menos sabia la zona por la que vivía, aunque sin precisión, de modo que me toco seguirle durante un par de días de forma discreta hasta que localice por fin su vivienda. Todos estos seguimientos y demás, como podéis comprender lo hacía siempre bajo magia de ilusión, variando de forma constante mi apariencia, algo realmente agotador del todo.

Este sujeto vivía solo en una pequeña casa de uno de los barrios más pobres de la ciudad, sin duda esto era porque tendría varios hombres cerca, viviendo quizá en una de las casa adyacentes o alguna cosa similar, porque dudaba que fuese así de confiado dado a lo que se dedicaba. De todos modos no supuso ningún problema para mi, de madrugada forcé la puerta usando magia, entre en su casa con mucho cuidado, verifique que algunas trampas que tenia dispuestas no me sorprendieran y logre llegar hasta su habitación sin hacer el más mínimo ruido.

Estaba a los pies de su cama cuando en la penumbra vi como se movía, erguía un poco la cabeza y daba un salto sacando de debajo del rollo de tela que hacía las veces de almohada una larga y afilada daga. Un suave zumbido al soplar fue todo el ruido que hice, el dardo abandono mi pequeño tubo hueco a modo de cerbatana, yendo a impactar contra su cuello, al sentir el picotazo se llevo la mano a la zona… hizo un gesto raro y cayo redondo sobre el jergón de su cama.

Me arrime a él con cuidado, comprobando que efectivamente estaba dormido, puse con delicadeza una mano sobre su frente, después leí su mente, buscando todos sus conocimientos sobre la organización, quien era quien hasta donde el sabia. Extraje también todos sus conocimientos sobre cualquier operación que se llevase a cabo en la ciudad, todo lo que me pudiese ser de utilidad. Una vez obtenido todo lo que me intereso, coloque su cuerpo en una postura como si hubiese estado durmiendo normalmente, guarde de nuevo su daga en su sitio, retire el dardo de su cuello, usando magia acelere la curación de la herida para que nadie pudiese sospechar nada, limpie todo rastro de magia sobre él y para finalizar lo apuñale en el corazón mientras tapaba su boca para evitar cualquier grito. La lectura de mente que hice la destruyo, pero eso no quería decir que al sentir el dolor no fuese a gritar por instinto, tras esto abandone el sitio del mismo modo que había entrado… en completo silencio sin ser detectado y sin hacer saltar ninguna de las trampas que había en la casa.

Tras esto me dedique a ir cazando a los distintos mensajeros que se enviaban para dar cuenta al jefe de cómo marchaba todo, di caza a casi todos para ser más preciso, solo deje ilesos a los del pequeño señor ambicioso. Empezaron a mirar hacia todos lados, intentando averiguar quién era el que les estaba atacando, todas las miradas inicialmente se dirigieron hacia la organización del difunto Moreff por razones obvias, esta estaba inmersa en una pequeña guerra interna para decidir quién sería el nuevo jefe, y alguno de los candidatos quizá hubiese decidido que el mejor modo de hacerse con el control era atraves de una guerra externa, pero por sus movimientos deduje que rápidamente desecharon esa teoría, sobre todo porque la organización de Shelby les había arrebatado algún que otro negocio y zona de influencia, de querer alguien una guerra, ya tenían a quien enfrentarse sin necesidad de buscarse nuevos enemigos.

Tras esto de los mensajeros, me dedique a cazar a los recaudadores de ciertos jefecillos, quitándoles el dinero que llevaban y que me podría ser muy útil más adelante. Todos los recaudadores terminaban asesinados o bien desaparecían, con excepción de los de uno de los jefes en concreto, el pequeño ambicioso. Únicamente uno de ellos murió, y fue porque averigüe que era un infiltrado entre sus hombres por parte de Draghos… ese desapareció del mapa como si nunca hubiese existido. Reconozco que el día en que las cuerdas que sujetaban a muchos de estos por los pies a las piedras se pudrieran, en el puerto se iban a llevar cada sorpresa que no os cuento, seguro que a estas alturas ya había en sus aguas más cadáveres que barcos.

Por fin sucedió lo que yo quería, seis de los hombres de confianza de Draghos fueron a buscar al pequeño ambicioso, nada sorprendente porque de vez en cuando este lo hacía así para poder hablar con sus lugartenientes u otros integrantes de la organización. Cuando estaban a medio camino ataque, iba completamente vestido de negro, con una liviana capa con capucha y un pañuelo negro que me cubría boca y nariz, únicamente se podían ver mis ojos. Dos dagas se clavaron en las nucas de dos de los hombres que iban delante mientras mis dos espadas acuchillaban por la espalda a los dos que cerraban la marcha… en solo dos segundos de siete hombres reduje el numero a tres.

Una de mis espadas hizo un feo corte en la pierna al pequeño ambicioso, centrándome luego en los otros dos, entreteniéndome con ellos lo suficiente como para darle tiempo a este para escapar, en cuanto vi que emprendió la fuga asustado, sin volver la cabeza hacia atrás, me deshice de los dos hombres de confianza de Draghos que quedaban, esquive sus golpes, pasando en el acto mis armas por debajo de sus guardias para rajarles las tripas y retirarme tres pasos… Cuando llevaron sus manos a sus estómagos solo tuve que dar dos pasos para poder rajarles a ambos las gargantas con las afiladas hojas de mis espadas… Tras esto me largue de allí tras el pequeño ambicioso, escoltándole desde las sombras para asegurarme de que llegara sano y salvo a sus guarida… solo me hubiese faltado que alguien aprovechara la ocasión para cargárselo y joderme el plan.

Tras esta operación despache algunas criaturas a vigilar el domicilio de Draghos, sabía que tras la aparición de sus hombres y tras haber escapado el pequeño ambicioso solo con una herida… Draghos querría respuestas, y rápido. Intercepte todos los mensajeros que Draghos mando, también cualquiera que intentara llegar hasta el excepto los del pequeño ambicioso. Al final sucedió lo que esperaba, Draghos abandono su guarida acompañado de sus hombres de confianza, el problema es que eran una veintena… afortunadamente sabia de un lugar donde podría interceptar a Draghos con casi total seguridad cuando saliera, la guarida del pequeño ambicioso.

Primero entraron doce de sus hombres, apenas cuatro minutos después uno de estos hizo su aparición en la puerta, haciendo señas de que era seguro… ese fue el momento en que Draghos avanzo al descubierto para entrar… ese fue el preciso momento en que mi ballesta lanzo su dardo sobre el… le alcance en uno de sus desnudos brazos… Suponía que llevaría una cota de mallas, o como mínimo algún tipo de armadura de cuero rígido, de forma que mi dardo debidamente envenenado lo dirigí contra una parte expuesta de su cuerpo, los brazos. Tras esto me esfume de allí mientras que sus hombres de dispersaban para buscar al asesino sin lograr dar conmigo. El veneno que use era uno de los más letales del mundo, un veneno muy extraño y difícil de conseguir… en mi caso sabía de dónde sacarlo, y como procesar su origen para poder crearlo… de modo que no tenía ningún problema en abastecerme de él en caso de necesidad. Con la cantidad de veneno que llevaba el dardo, dudaba que Draghos viviera mas allá de dos o tres minutos, como así fue.

Todo este proceso de Draghos me había dejado agotado, necesitaba descansar. Podía resultar un problema el ir a ver en este preciso momento a Shelby, prefería estar pleno cuando tratara con ella, si decidía intentar renegociar el acuerdo, seria matándome y para esa posibilidad, quería ir a verla totalmente despejado y descansado por completo. Otro asunto es que hasta el momento nadie sabía que era un mago, y prefería que nadie lo supiese durante todo el tiempo que fuera posible. Si en mis condiciones físicas actuales tenía problemas, no tendría otra opción que usar magia, algo que no me convenía, por lo que debía de marcharme de la ciudad unos días para descansar.

A estas alturas ya sabía cuál era la casa de Shelby, y esta desde luego era mucho más inteligente que los otros dos jefes de las bandas de la ciudad, sobre todo por no aparecer como la jefa, sino como la inofensiva chica del jefe... supuse que no tardaría en buscarse un nuevo espantapájaros. Su casa estaba bien protegida, incluso por lo que había visto tenía un mago permanentemente de guardia en ella aparte de una docena de sus hombres. No obstante logre localizar su ventana, y por ella le hice llegar un mensaje sujeto a un dardo de ballesta… en él la indicaba que Draghos estaba muerto, y que yo me pasaría más adelante a verla para que ella cumpliera su parte del trato. Tras eso deje pagada mi habitación para más de un mes y salí de la ciudad a caballo en dirección al Norte.

Lo cierto es que tanto me daba una dirección que otra, solo necesitaba alejarme de la ciudad para descansar… llevaba lo necesario para poder estar deambulando sin pisar ninguna ciudad durante un mes o cosa así. Un par de horas después de salir de la ciudad, cambie de dirección hacia el interior del continente. Usando un par de halcones me asegure durante los tres primeros días de que nadie me siguiera… Uno de los halcones lo envié tras esto para explorar por delante mío, para ver que había, me encontré con un amplísimo bosque, un bosque enorme, perfecto para poder internarme en él y acampar tranquilamente en su interior para descansar. Por los datos que tenia sobre la zona, ese bosque terminaba en el inicio de las grandes montañas del centro del continente, por lo que no era paso de nada en ninguna dirección, estaba en un ladito sin molestar a nadie, algo perfecto para que pudiese descansar... o eso pensé yo.

Llevaba tres días acampado, o más bien moviéndome lentamente por el bosque, con calma. Que yo supiera me estaban siguiendo dos hombres, aunque se mantenían ocultos y sin aparentes signos de hostilidad. Pero pese a todo, el tener a dos tipos armados pendiente de ti cuando lo que quieres es descansar, digamos que no es nada cómodo. Un hecho totalmente fortuito vino en mi ayuda, estaba tranquilamente rondando por el bosque cuando mis pequeñines me avisaron de la presencia de una persona delante mío, alguien armado con un arco. Deje trabado el caballo con uno de mis chiquitines con él para saber que ocurría con él en caso de que mis perseguidores decidiesen dejarme sin montura. Tras esto me interne rápidamente en el bosque para ver quién era el "presunto emboscador".

Me fui a encontrar con una mujer armada con un arco que aparentemente estaba de caza, no parecía ningún peligro para mi, nuestro encuentro parecía totalmente casual, sin embargo me preocupo que mis vigilantes se hubiesen acercado rápidamente cuando me adentre en el bosque para ir al encuentro de la chica... no me terminaba de fiar pese a las apariencias. Vi como la chica se aprestaba a disparar contra un venado dándome la espalda, pero también vi como un felino que estaba subido a una rama casi sobre ella se aprestaba a saltar sobre su espalda. Rápidamente me hice la composición de lugar sobre la conveniencia de salvarla o dejarla caer en las garras del felino... decidí que quizás fuese más conveniente salvarla. La chica vestía igual que mis perseguidores lo que parecía indicar que probablemente perteneciesen al mismo pueblo, y el salvarla podía jugar luego a mi favor.

Vi como el felino se aprestaba a saltar sobre ella, lance mis dos colmillos de la Luna contra él en el mismo momento en que iba a saltar sobre la chica, cazándole en pleno inicio del salto, cayó a plomo tras la chica, que se pego un susto considerable al ver al felino muerto tras ella. Salí de mi escondite dirigiéndome directo hacia ella, manteniendo mis manos a la vista mientras la chica dirigía el arco hacia mí, aunque mantenía la flecha en una Angulo de unos 45º, no me apuntaba pero con un leve movimiento podría dispararme sin problemas... digamos que era su forma de mostrar consideración hacia mí por salvarla. Enseguida salieron también al pequeño claro mis perseguidores, ellos se dirigieron hacia la chica sin perderme de vista tampoco... mientras yo estaba recogiendo y limpiando mis colmillos.

Estaba ocupado en ello mientras escuchaba hablar a los tres, usaban un dialecto hablado únicamente en algunos sitios de lo más profundo del continente Sur. En todos los continentes e islas, desde hacía más de 3000 años se hablaba el mismo idioma... no se sabía con certeza como se unifico el lenguaje, pero pese a todo, en los lugares más inaccesibles o inhóspitos se habían seguido manteniendo sus propios idiomas, aunque no era nada extraño que conocieran el idioma general. No podía dejar de preguntarme qué diantres hacían estas personas del continente Sur, en medio de un bosque del continente Occidental, la única respuesta plausible que veía era que fuesen esclavos fugados.

Al final gracias a la presión de la chica, que se presento a mí como "Gadha", me invitaron amablemente a su aldea. Acepte, evidentemente no es que me dejaran muchas opciones pese a su amabilidad, recogimos mi caballo y nos pusimos en marcha. La chica fue conversando todo el camino conmigo, o lo que es lo mismo, intentando sacarme toda la información posible de buenas maneras. Hablaba de forma aparentemente descuidada, con muchas risas, mucho contacto visual, su actuación había empezado ya mientras yo destrababa el caballo para irnos, ella se había arreglado de modo que pudiese lucir todo su encanto conmigo... algo que sinceramente y dado lo atractiva que era no me costo en lo mas mínimo hacer que creyera que lo había conseguido.

Cuando llegamos a su aldea los tres iban un poco tensos y frustrados, en todo el camino hacia ella no habían conseguido de mí otra cosa que generalidades que no les servían para nada. Lo que si me sorprendió es que su aldea estaba a menos de cuatro horas de marcha de donde nos encontrábamos y no me había dado ni cuenta del detalle, ni había notado una mayor presencia humana en la zona. Nos salió al encuentro un tipo de unos dos metros de altura, todo músculos y con cara de muy poquitos amigos. La chica se adelanto y hablo con él, no sé que dirían porque estaban muy alejados como para que pudiese oír nada de nada. Varios hombres más aparecieron armados quedándose por allí como por casualidad... no esperaba una reacción violenta de buenas a primera, pero situé todas mis defensas y me prepare para llamar a mis "guerreros" de necesitarlos, lo malo en ese caso es que lamentablemente nadie podría salir vivo de allí con información sobre mí, todo ese pueblo debería ser exterminado por completo.

Afortunadamente para ellos nadie intento hacer el idiota. El hombre avanzo hacia mí, claramente me pregunto...

- Roig : Mi nombre es Roig, soy el jefe de esta aldea... ¿Podrías decirme cómo te llamas y que hacías en estos bosques?

- Val : (La verdad es que me sorprendió lo directo que fue, pero decidí contestarle con la verdad) Mi nombre es Val y únicamente pretendía descansar, pensaba montar un pequeño campamento durante un mes aproximadamente.

- Roig : ¿Entonces porque te has estado moviendo de forma extraña durante estos días?

- Val : Por culpa de tus hombres, simplemente trataba de ver donde me dejaban en paz para alejarme en esa dirección, pero parece que elegí la dirección equivocada para eso.

- Roig : Val debo de decirte que tu presencia aquí me pone en un compromiso... nunca debieron de haberte traído hasta la aldea. No parece que estuvieses buscándonos, pero eres un riesgo para...

- Val : (Le corte, hablándole en su propio dialecto, haciendo que todos abrieran los ojos sorprendidos) No te preocupes por mí, no tengo interés en esclavos huidos como es más que evidente que debéis de ser vosotros.

- Roig : Como has podido saber eso...

- Val : Aunque no mostráis vuestros cuerpos, en algunos de vosotros se aprecian las típicas cicatrices de las argollas y grilletes que los esclavos tienen tras haber viajado en alguna caravana, podríais ser presos fugados también, pero en ese caso tus dos hombres me hubiesen atacado enseguida y no solo limitado a seguirme, no sois asesinos.

- Roig : Te coy a ser muy sincero, quizá mas de lo que me convendría, pero cada vez me lo pones mas difícil... más todavía cuando demuestras ser tan inteligente...

- Val : Te seré también muy sincero Roig, tu pueblo no me interesa en nada... pero también te digo que en caso de que intentarais algo ahora mismo y pese a los que sois no me costaría mucho esfuerzo mataros a todos en el acto, igual que te digo que también pude eliminar a tus dos hombres desde el principio sin el menor problema, pero como digo no sois mis objetivos. (Le indique paso por paso todo lo que ambos hicieron desde que empezaron a seguirme para conmoción de ambos y Roig)

- Roig : ¿Eres un asesino?

- Val : Digamos que soy un especialista en eliminar gente, pero que voy por libre, no me contratan, persigo mis propios objetivos y en ellos no estáis incluidos vosotros.

- Roig : Que me garantiza que...

- Val : Nada te garantiza que no sea un truco, si lo que me vas a preguntar es si sabría volver a encontraros la respuesta es sí. (Tuve una idea, o quizá una intuición, me deje llevar por ella) Lo cierto es que me gustaría poder permanecer aquí para descansar tranquilo, a cambio os ayudare a ser algo menos obvios en los bosques y a pelear si os parece bien, creo que sería un pago justo por mi parte para vuestra "obligada" hospitalidad durante este mes. Esto sería como un trabajo más para mí.

Roig acepto mi oferta consciente de que no tenía muchas opciones, también de que si me lo tomaba como un trabajo no les delataría… ningún asesino por bueno que fuese seguiría vivo mucho tiempo si se dedicase a hablar de sus clientes, aunque me pidió que por favor le demostrara que podría pagar mi estancia. Formaron un circulo, entrando en él un fornido hombre que se presento como Nigtu, que deduje que debía de ser el más fuerte de todos ellos, llevaba una espada y un escudo, yo solo mi bastón. Me ofrecieron diversas armas, se estuvieron riendo de mi cuando rechace su oferta quedándome solo con el bastón. Mi contrario se sintió ofendido porque considero que era un menosprecio hacia el... se lanzo a por mí con la sana intención de hacerme pagar lo que él consideraba una burla. La pelea duro escasos quince segundos tras los cuales el hombre estaba tendido en el suelo resoplando, intentando coger oxigeno con los pulmones... Le tendí mi mano para ayudarle a incorporarse... me miro fijamente y me la estrecho, aceptando mi ayuda.

- Val : Primera lección, no fiarse nunca de nada, incluso un triste bastón pude ser un arma letal en manos de alguien que sepa usarlo de forma eficaz.

- Nigtu : Créeme que esa lección acabo de aprenderla para el resto de mi vida, no será necesario que nadie me lo repita (Se escucharon muchas risas, lo que distendió el ambiente, Roig asintió aceptando mi oferta)

- Val : Segunda lección de esta pelea...

- Nigtu : (Riéndose) Querrás decir de la paliza que me has dado en unos segundos...

- Val : (Me reí también) Segunda lección... presuponer algo solo por su apariencia es llamar al desastre antes o después.

Evidentemente mis defensas mágicas no las baje, pero mis escudos tras tantos siglos de usarlos eran como parte de mi, estaba acostumbrado a llevarlos anclados a mi subconsciente, de modo que no me significaban concentración o cansancio ninguno llevarlos activos en todo momento, al contrario que otros conjuros que había tenido que estar usando en la ciudad en este tiempo. Pero para mí descansar era el poder despreocuparme de tener que mirar a mi alrededor de forma constante, y eso me lo podía proporcionar esa aldea, casi incluso mejor que el estar solo en el bosque, aquí había otros que vigilarían por mí.

Una semana antes de mi marcha me encontré con Gadha a solas en el bosque, concretamente en un remanso del rio que pasaba cerca de la aldea, la pille bañándose. Cuando me di cuenta me disculpe y me fui a dar media vuelta apartando la mirada cuando Gadha me llamo por mi nombre, al mírala de nuevo vi como salía del agua andando hacia mí de una forma muy sensual, mis ojos se clavaron en los suyos, mientras que mi miembro se empezaba a encabritar deseando clavarse también en ella.

Se acerco a mí con el agua escurriendo por su cuerpo, alzo sus brazos pasándolos por detrás de mi cuello mientras sus labios buscaban los míos. Mis manos acudieron a su cintura para abrazarla contra mí. Nos separamos un poco, lo suficiente para poder quitarme mi túnica quedándome desnudo como ella. Seguimos besándonos tras ello, nuestras lenguas jugando una con otra, explorando nuestras bocas, uniendo nuestros labios sin dudarlo un segundo.

Apenas unos segundo después estábamos ambos tumbados en el suelo, en una amplia zona de hierba que había allí, con Gadha debajo de mi, con sus piernas a mis costados, gimiendo al sentir la cabeza de mi pene jugando con su rajita. Empecé a abrirme paso en su interior, introduciendo lentamente la cabeza del pene para después retirarme y pasárselo por toda su rajita y perineo, para ir a marcar un poquito sobre su culo. Tras esto volvía a meter la cabeza, evitando que ella misma pudiese clavársela alzando sus caderas contra mí, algo que intento la segunda vez que se lo hice.

La quinta vez, cuando Gadha esperaba que siguiese con mi jueguecito la sorprendí, clavándosela por completo de una sola estocada, cuando esperaba una vez mas solo la cabecita, sintió como mi pene entraba por completo, abriéndola hasta estar en su interior por entero, de sus labios escapo un jadeo ahogado al sentirse invadida por sorpresa. Empecé a mover mis caderas lentamente, fòllandomela con suavidad, entrando y saliendo de ella despacio, tomándome mi tiempo, algo que enseguida note que le gustaba.

Gadha empezó a acompasar el movimiento de su pelvis con los míos, ni una sola vez me pido que cambiara el ritmo, que le diese mas fuerte o algo de ese estilo, parecía que este ritmo tranquilo y machacón la estaba gustando sobre cualquier otra posibilidad. A los pocos minutos se abrazo con todas su fuerzas a mí, alzo su cabeza contra mi hombro, lanzo un fuerte gemido en mi oído y su cuerpo se tenso como la cuerda de una ballesta. Acelere levemente mi ritmo cuando sentí como llegaba su orgasmo, potenciándoselo un poco más.

Seguí dentro de ella cuando el orgasmo paso, Gadha estuvo abrazada con fuerza a mi durante un buen rato después de su orgasmo, jadeante, recuperando el aliento, mientras seguía con mi endurecido miembro en su interior. Empecé a moverme cuando me dijo al oído que por favor siguiera fóllandola como hasta ahora, con el mismo cariño y delicadeza. Empecé otra vez a moverme, solo que esta vez mis embestidas eran más profunda y espaciadas en una de cada tres, me retiraba casi por completo y luego dejaba caer mi peso contra ella, penetrándola hasta el fondo, luego volvía a mi ritmo normal las siguientes tres embestidas.

En esta ocasión, unos minutos después de haber vuelto a empezar a follar nuevamente Gadha empezó a tensarse, a abrazarme con todas sus fuerzas, solo que en esta ocasión yo alcance mi orgasmo a la vez que ella, derramándome por completo en su interior, provocándola un segundo mini orgasmo tras el principal al sentir los chorros de mi semen golpear en lo más profundo de sus entrañas. Tras nuestros respectivos orgasmos quedamos tendidos otra vez como la vez anterior, solo que en esta ocasión mi miembro se salió por si solo del interior de Gadha al deshincharse tras la corrida. Estuvimos unos cuantos minutos abrazados recuperándonos, jadeantes, recuperando el resuello.

Tras esto nos vestimos, marchándonos los dos juntos del remanso. Gadha me estuvo contando algunas cosas sobre ellos, sobre porque estaban allí y como habían terminado formando la aldea. Varias de las cosas que conto me sorprendieron, más que nada porque sin querer me desvelo algunas cosas de los Lahishin... En la aldea eran como unas 200 personas entre hombres, mujeres y ahora algunos niños, por lo que me dijo Gadha iban en una caravana rumbo a un reino del interior como esclavos cuando sus cuidadores fueron atacados por cuatro encapuchados que los masacraron en cuestión de segundos, desapareciendo tras ello.

Me conto todo lo que sucedió con detalle, la conclusión a la que llegue es que el esclavista le debía dinero a alguien que había decidido no esperar más para cobrar, y entonces ese alguien había contratado a esos sujetos para que eliminaran a toda la banda entera. Por la forma de luchar de los cuatro sujetos supe en el acto que habían sido cosa de los Lahishin, tras la masacre de los esclavistas me dijo Gadha que desaparecieron en las sombras de la noche dejándolos a todos ellos allí, abandonados a su suerte, junto a los cadáveres de sus captores. Fue entonces cuando Roig tomo el mando de todos, organizándolos para poder ir liberándose unos a otros, para recoger las armas de sus antiguos amos y para escapar de allí. Según me dijo era gracias a él que estaban a salvo en aquel bosque donde poder empezar una nueva vida como personas libres... Esta misma historia también me la contaría Roig un par de días después, poco antes de irme.

Cuando llego la hora de mi marcha me despedí de todos ellos, diciéndole a Roig que no se preocupara que no diría nada a nadie sobre su existencia en esos bosques. En un aparte Roig me dijo que buscase lo que buscase me anduviese con cuidado, porque cuando sus amos fueron atacados por esos cuatro hombres, el jefe dijo a su lugarteniente que debían de escapar mientras que las "sombras" se ocupaban de los demás... pero me aclaro que se refirieron a escapar del continente, no solo de la refriega, se lo agradecí, podía ser un dato importante. Tras esto partí de allí rumbo otra vez a la ciudad y a cobrar mi parte del trato con Shelby.

CONTINUARA