Crónicas de Vhaalzord - Libro 8 - 5 - (Fin)

Por fin llegan los exámenes en la academia… Val, el profesor Ka, empieza la carnicería entre ellos

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 8

Capitulo- 5

Dos días después de recuperarnos Nhizra y yo de nuestras heridas, esta junto con Lizeth se sentó conmigo en la biblioteca para hacerme una serie de preguntas. Nhizra no había olvidado en lo más mínimo todo lo sucedido durante el combate con Kless.

- Nhizra : ¿Qué es eso de los Lahishin y de que quieran capturarte?

- Val : Creo que sería mejor que no supierais nada Nhizra

- Lizeth : Nhizra me ha contado todo y creo que preferimos las dos saberlo, al fin y al cabo somos dos de las personas que conocen sobre ti y ese maldito libro...

- Val : Esta bien, ¿qué queréis saber?

- Nhizra : Los Lahishin, ¿Son reales, no un mito?

- Val : Son tan mito como pueda serlo yo mismo

- Lizeth : ¿Como son de poderosos, cuántos son?

- Val : No creo que debáis de preocuparos por eso, no creo que vuelvan a representar ningún peligro para nadie, como mínimo en varios cientos de años...

- Nhizra : ¿Que quieres decir?

- Val : Que pienso dedicarme a exterminarlos por completo cuando termine aquí, nada más.

Las dos se pusieron pálidas cuando me escucharon decir eso mientras leía un aparatoso volumen de grabados sobre antiguas técnicas olvidadas de asesinar, digamos que estaba refrescándome la memoria. Aunque el libro era lo de menos, el asunto es que lo había dicho desprovisto de emociones, como si estuviese hablando de hormigas.

- Nhizra : Ese anciano se suicido cuando se dio cuenta de que eras tu... no lo entiendo Val, era muy poderoso, ¿por qué?

- Val : En primer lugar estaba vencido desde que empezamos por culpa tuya, el tenia como ayuda un aprendiz, yo una poderosa maga. Aun sin descubrirme y por lo que deje entrever sobre mi poder, el hubiera considerado que nuestros recursos eran muy similares, pero tu marcabas la diferencia con su aprendiz, por eso sus ataque eran normalmente dirigidos hacia ti...

- Nhizra : No te he preguntado eso, lo que me has dicho ya lo había dilucidado por mi misma...

- Val : Se suicido porque temía caer en mis manos, sabía que le leería la mente obteniendo así todos sus conocimientos sobre los Lahishin y evidentemente que luego lo degollaría, por eso se suicido provocando la explosión de su poder, para de paso matarnos y que sus mensajeros pudiese llegar con la noticia de que me había localizado y donde estaba.

- Nhizra : Pero era muy poderoso tu no hubieras podido leerle la mente y...

- Val : Error Nhizra, con determinado método me hubiese sido muy sencillo extraer de su mente todo lo que el sabia, aunque para ello se la destruyera por completo, como paso con la del secretario del Gran Mago cuando él se la leyó... es uno de los hechizos relacionados con la secta de "ese libro" maldito

- Nhizra : Pero esa secta fue destruida...

- Val : No del todo, los Lahishin son descendientes de ellos que se han mantenido ocultos para que yo no supiese que existían... de haberlo sabido hubiera hecho lo mismo que pienso hacer ahora con ellos.

- Nhizra : Pero porque buscarte, sería mejor que no supieses...

- Val : Hace dos mil años mate, o más bien, selle a su Dios, yo soy la clave para devolverle a la "vida", por eso me quieren, y por eso mismo pienso matarlos a todos ellos, del primero al último que haya de ellos.

Vi como las dos se miraban con los ojos muy abiertos... no sabían muy bien ninguna de las dos como encajar todo esto que estaban conociendo, Lizeth intento hacer una broma para suavizar las cosas y le salió el tiro por la culata con ella.

- Lizeth : Bueno, al menos no ha aparecido también un Dragón, solo nos hubiese faltado eso, gracias a los dioses algunas leyendas son solo eso, leyendas...

- Yo : Pues has escogido un ejemplo pésimo Lizeth, reza por no ver jamás a ninguno, y si lo ves reza porque te mate rápidamente y no le diviertas lo suficiente como para pensar que estarías mejor como su esclava...

- Nhizra : Jajajajajajajaja... que gracioso que eres, mira que tienes mala ostia... (Se puso pálida al ver mi cara, igual que Lizeth)

- Yo : No estoy de broma, lo digo enserio, no os daré más datos sobre esto porque no creo que nunca en vuestra vida os topéis con uno, pero si veis alguno que sea tal y como lo describen los libros... escondeos y rezar para que no os descubra... ni yo mismo me atrevo con uno de ellos si puedo evitarlo... deberíais de ir pensando en que las leyendas por lo general son por algo y no todas necesariamente falsas.

Por las caras de las dos me di cuenta de que se les acababan de terminar todas las ganas que las quedaban de seguir haciéndome preguntas. Permanecieron las dos un buen rato rumiando todo lo que les acababa de contar a ambas, cuando fueron a levantarse se lo impedí, les dije que eran mi escolta y que les pensaba poner unos ejercicios para que mejorasen como magas. Al tercer día creo que estaban las dos arrepentidas de haber ido a preguntarme nada, estaban agotadas con los ejercicios que tenían que hacer mientras yo estaba liado en la cámara con el libro de rezos o en la biblioteca con el de formas de asesinar.

Fue en esa época cuando hicieron público que yo sería uno de los profesores que realizaría el examen al último curso, colocándome en el punto de mira de todo el mundo. Empecé a trabajar a solas en la cámara del libro creando un pequeño cubículo en una de las paredes cuando considere que no podía seguir sacando nada mas de él, retirando con cuidado las piedras de la pared, haciendo el agujero y tratándolo mágicamente con poderosos conjuros para que sea capaz de resistir cualquier cosa que se me pudiese ocurrir, y eso llevaba tiempo. En este periodo no permití ni a Lizeth, ni a Nhizra que me acompañara en la cámara, ninguna me pregunto porque, aceptaron lo que les dije, creo que se les había quitado las ganas de saber nada de nada mas sobre ese libro en concreto, solo querían saber que lo iba a dejar a buen recaudo y lo más protegido que pudiese.

La academia en los últimos tres meses recibía visitas de familiares de los alumnos del último curso, aunque su presencia estaba limitada a un reducidísimo espacio de la misma. Pese a todo se las solían apañar para ver, saludar y tentar a los diversos profesores para que fuesen "justos" con sus familiares. A mí me lograron abordar dos veces familiares de sendos alumnos de la mitad de la clase, dos chicos que esperaba que no fuesen estúpidos y aprobaran, no dije ni media a nadie, me limite a sonreír y asentir con la cabeza a sus palabras como un idiota, yéndose tan contentos.

Desde ese mismo momento no permití tampoco que Nhizra o Lizeth estuviesen en ninguna de mis clases. Empecé por volver al principio del todo con los estudiantes, a repasar todos los principios básicos de la magia, así como un montón de conjuros simples y de las mas dudosas utilidades. Por lo que vi a ninguno de ellos les hizo la menor gracia, protestaron casi todos ellos, solo hubo un alumno que no protesto en lo mas mínimo cuando empecé con los repasos, Jhargu.

Al final termine por cansarme, o más bien, por frotarme las manos ya que esto era parte de mis intenciones...

- Ka (Val) : Bien... veo que están casi todos ustedes en contra de estos repasos... ¿por qué?

- Alumna : Profesor, ya somos magos, todo lo que está contando lo sabemos de sobra, no necesitamos repasarlo, es solo una pérdida de tiempo...

- Ka (Val) : Ahhh, según usted entonces, ya están aprobados, ¿no?

- Alumna : Si profesor, si, si no sabe usted cómo funciona esto debería de preguntar para que se lo expliquen, en lugar de estar haciéndonos perder el tiempo.

- Ka (Val) : Pues creo señorita, que la que está mal informada es usted, según me ha dicho el propio emperador personalmente, si yo no le apruebo este examen a alguno de ustedes, esa persona tendrá que repetir este curso independientemente de lo que haga con los demás profesores. De modo señorita, que le sugiero a usted, que si no sabe cómo funciona esto debería de preguntar para que se lo expliquen, en lugar de estar haciéndonos perder el tiempo a todos los aquí presentes...

Mi sonrisita fue beatifica y el tumulto que se organizo de escándalo. Lo único que se escuchaban eran gritos por todos lados, yo me senté tranquilamente en mi silla, cruzando las piernas y los brazos, esperando a que pasara la tormenta. Si esta paso fue porque entraron en la clase Nhizra y Lizeth... fue entrar ellas dos y callarse todo el mundo como muertos. Por las miradas que echaron las dos a los alumnos os aseguro que a más de uno de ellos les puso los pelos de punta.

- Nhizra : Ka, ha llegado un mensajero del emperador, esto es para ti... (Me tendió un mensaje escrito)

- Ka (Val) : Gracias... (Estuve leyéndolo detenidamente)

- Lizeth : Si tienes algo que hacer nosotras nos encargamos de tu clase hasta que regreses...

- Ka (Val) : (Sujete el mensaje en la mano y lo hice arder con magia destruyéndolo) No, no os preocupéis, no pasa nada... por cierto, ¿terminasteis las dos lo que os encargue?

- Nhizra : Si, gracias por tu ayuda, tenias razón en lo que nos dijiste, estábamos haciéndolo mal, es mucho mejor hacerlo como tú nos explicaste.

- Lizeth : Por cierto...

- Ka (Val) : Si...

- Lizeth : (Viendo lo pendientes que estaban los alumnos cambio de idea) Mejor te lo decimos luego en tus habitaciones...

- Ka (Val) : De acuerdo, aunque supongo lo que es, y la respuesta es de acuerdo.

- Nhizra : Gracias

- Ka : Eso mejor cuando terminemos, no sea que os tengáis que arrepentir de lo que me pedís…

Salieron las dos mientras los alumnos me miraban con caras de curiosidad. Al final les dije a los alumnos que no estaba por la labor de perder mi valioso tiempo con nadie, que si alguno no quería asistir a mis clases era libre de hacerlo, podía dirigirse a la biblioteca o hacer lo que considerase oportuno. Si alguien no obstante deseaba seguir dándola sería bienvenido a ellas... también solté con toda la mala ostia del mundo que contra menos gente molestando mejor para los alumnos que se quedaran, mas aprenderían. Se levantaron casi todos, apenas quedaron diez alumnos en ella, cuatro chicos incluido Jhargu y seis chicas, les hice señas de que ocuparan las primeras mesas ante mí. Lo más gracioso es que según me pareció, el que diese mi brazo a torcer hizo que se tomaran a broma mis palabras sobre que mi examen decidiría si aprobaban o no y que estaba respaldado por el propio emperador… interiormente no pude evitar sonreír malignamente.

Durante esa primera semana estuve haciendo practicar conjuros simples a los alumnos que quedaron, solo al final de la semana empezaron a darse cuenta de la utilidad de mis enseñanzas y el porqué. Determinados conjuros simples empezaron a darse cuenta de que podían combinarlos con otros haciéndolos mucho más eficaces. Poco a poco fueron por si mismos preguntándome por posibles combinaciones, unas que si se podían hacer sin problemas y otras en las que pese a que si se podían lograr, había que tener encuentra muchos otros factores para ver si era rentable hacerlo o no, una parte de estos ejercicios estaban destinados a obligarlos a pensar en todo tipo de soluciones para los problemas, y no siempre ir a lo más difícil, poderoso o complicado, que casualmente siempre es lo que más cantidad de magia necesita. Lo cierto es que tal y como estos alumnos estaban absorbiendo los conocimientos que los estaba impartiendo, no tuve la menor duda de que aprobarían sin problema, o al menos, sin más problemas de los necesarios.

Con Nhizra y Lizeth tuve una serie de clases de combate, que era lo que me querían pedir, que las entrenase yo durante este tiempo que aun estaría en la academia como profesor. El primer combate los realice con las dos y las derrote en tres segundos justos desde el momento en que dije “empezamos”, dejándolas a solas para que pensaran detenidamente en su propia estupidez. Hice sangre con ellas apropósito con muchísima mala leche, las pille a traición y con alevosía. Estábamos listos para el combate, dije el “empezamos”, lo que hizo que en el acto las dos iniciasen a convocar su poder para atacarme, cuando de repente sedas dagas salieron de mis manos enterrándose en sus pies, solo dije...

- Ka (Val) : Estáis las dos muertas, yo gano el combate...

- Lizeth : Pero esto es un combate de magia y tú has usado dagas...

- Ka (Val) : Solo especificamos que os entrenaría en combate, no se dijo nada de nada sobre los métodos, solo que combatiríamos hasta que alguno no pudiese seguir o se diese por vencido... Las dos habéis dado por supuesto que sería solo con magia y eso de haber sido real os hubiese costado la vida en el acto.

- Nhizra : Pero esto no vale, las normas...

- Ka (Val) : Parece mentira que después de lo que tu viviste con el Lahishin todavía digas esas estupideces Nhizra, en un combate no hay normas, ninguna, solo vale el vencer, solo eso... ahora decidme las dos como podríais protestarme si ya estaríais muertas por confiadas. Mañana seguiremos, el resto del tiempo que teníamos previsto para la práctica os aconsejo que lo dediquéis a pensar en lo que acaba de suceder.

Me fui de allí riéndome para mi mismo, era un viejo truco que aprendí por las malas en cierta ocasión, yo salí solo con una herida en un hombro por hacer lo que ellas, presumir que mi contrario por ser un mago recurriría a la magia, afortunadamente en aquella ocasión, el no era tan bueno como yo con las dagas arrojadizas y solo me pudo herir, pero aprendí la lección. Estaba seguro que después de esto, tanto Lizeth como Nhizra no se volverían a dejar sorprender con nadie por algo así, no volverían a confiarse otra vez con algo similar. Puede parecer una estupidez, pero no hubiesen sido los primeros magos que he matado haciendo eso mismo.

Mis alumnos, bueno, los que acudían a clase cada vez estaban más entusiasmados con las clases de recuerdo de las bases de la magia. Sabia de sobra que estos alumnos tenían que aguantar bromitas de pésimo gusto de los "listos" que no acudían y se creían ya aprobados pese a lo que dije en la última clase que tuve con todos ellos. Tenía claro que el Emperador quería que ese examen fuese un examen en toda regla y era lo que iba a tener, solo esperaba que nadie colmara mi paciencia o podría llegar a sufrir un accidente letal.

No había calculado bien lo que suponía la presión de las grandes familias sobre los profesores este ultimo año ya que yo todavía no había recibido realmente nada de presión excepto aquellas dos ocasiones que vi a familiares de dos alumnos que además eran de los que estaban todavía dando clases conmigo, o para aclararnos, dos de los diez que tenían todas las papeletas para aprobar, porque el resto... dudaba que ninguno de ellos llegara a poder aprobar su eximente conmigo.

Enseguida tuve que empezar a recibir a familiares, porque esa era otra, en ese último curso era obligatorio para los profesores recibir a los familiares para darles la información que se solicitara sobre su pariente. En el caso de la mayoría de los alumnos eso no era ningún problema para los profesores, pero en el de las grandes familias sí que lo era, y mucho. Para mi "suerte" en este año la mayoría de los alumnos pertenecían a poderosas familias del imperio, menuda alegría que me dio saberlo, así que mi misión teóricamente sería mucho más complicada.

La primera familia que tuve que recibir me causo una profunda sorpresa, ya que era de las más poderosas y era la de Jhargu, algo que no me espere en ningún momento. La entrevista la hice con uno de sus tíos, también un poderoso mago al servicio del Imperio, me hizo todo tipo de preguntas para al final ofrecerme una gratificación por la "buena puntuación" que sin duda recibiría su sobrino...

- Ka (Val) : Mire, le voy a ser muy claro, si su sobrino recibe una buena calificación será porque la merezca, no porque usted me gratifique... creo que subestima muchísimo a su sobrino...

- Tío : Muy bien, veo que usted habla claro, yo también lo hare. Se de sobra como es mi sobrino y no creo que por sí mismo consiga una buena nota, es un... (le corte)

- Ka (Val) : Su sobrino tiene ciertas limitaciones por su físico débil, pero sigo diciéndole que le esta subestimando gravemente... le sugiero que antes de seguir diciendo algo de lo que luego se tenga que arrepentir, confié en su sobrino por una vez... créame que se sorprenderá...

Después de eso me levante yéndome de allí, dejando al poderoso hombre pensativo mientras me retiraba. Sinceramente esta entrevista me dio cien patadas, porque ciertamente Jhargu había mejorado de forma más que notable en todo este tiempo que había estado conmigo, es más, incluso tuve que detenerlo en alguna ocasión para que no se pasara y se perjudicara a sí mismo.

En las entrevistas con las familias de los demás alumnos hubo de todo un poco, incluso en alguna concreta llegaron a las amenazas cuando les deje claro que su "niño" repetiría si no aprobaba el examen que les pensaba poner, y que desde luego no pensaba aprobarle por la cara. Lo cierto es que en algunas de las entrevistas tuve que pensar muy seriamente en si era conveniente o no cortarles el cuello a las personas con quienes estaba entrevistándome, porque incluso me pareció que sería lo correcto y todo, o por lo menos era por lo que me estaba muriendo de ganas de hacer.

Mas o menos fui entrevistándome con las familias de todos o casi todos los alumnos, contra más humildes mejor me caían y mas se preocupaban por lo que habían aprendido o no sus familiares en lugar de por el aprobado del mismo, aunque desgraciadamente más de una de estas familias no reconocerían tras estos años al imbécil en que su familiar se había convertido, porque había algunos que no veáis. Durante esos últimos exámenes estarían presentes las máximas autoridades del imperio, normalmente también hacían acto de presencia muchos de los mejores y más poderosos magos del imperio.

Para cuando llegaron los exámenes el libro ya estaba ocupando su sitio definitivo en el hueco que había hecho en una de las paredes de la cámara. Le selle con el Arcano de Sangre, de forma que a quien quisiera abrirlo le iba a costar lo que no estaba en los escritos, amén de que yo me enteraría enseguida y regresaría aquí de un pésimo humor. También añadí nuevos y más poderosos conjuros de protección, e incluso dispuse de algunas trampas, por ejemplo, aprovechando el poder residual que el propio libro dejaba es capar le deje un espejismo en forma de burda trampa, pero si ese conjuro no se retiraba de la forma adecuada dispararía las protecciones del libro, y la primera de todas las que dispararía era la de los Khulgan, seguro que el incauto se reiría muchísimo cuando se diese cuenta de que había picado.

El cofre donde había estado hasta ese momento quedo debidamente cerrado y sellado de nuevo, también reforcé sus sellos y protecciones. Además lo hice de forma que pareciera que seguía encerrando en su interior el libro. Ni siquiera Lizeth, Nhizra o alguien del Imperio sabia donde estaba realmente el libro, aunque tanto Nhizra como Lizeth si sabían las dos que ya no estaba en el cofre, sino oculto en otro sitio distinto de las camaras.

Y llego por fin el examen, la escabechina que hice entre los alumnos fue apoteósica, solo aprobaron catorce de ellos, el resto suspendieron todos y algunos incluso suspendieron de mala manera, terminaron con los curanderos. Deje que los alumnos mismos se organizaran por equipos si querían para el examen de enfrentamiento conmigo. Unos decidieron formar equipos y otros hacerlo en solitario, desde luego tendría en cuenta todo esto también para su evaluación.

El primer examen lo hizo Jhargu y aprobó, le costó, porque le hice sudar para poder aprobar pero lo consiguió. No llegamos a usar conjuros poderosos, principalmente porque tras lo que paso en el primer enfrentamiento no me dejo estar cómodo, atacándome sin parar con ataques leves y débiles, pero sin permitirme a mí atacarle de mala manera o concentrar el suficiente poder en mi bastón para hacerlo. Al final mordió el polvo ante mí, pero se tiro sus buenos diez minutos haciéndome ponerme más o menos “serio” con él para vencerlo. Recibió multitud de aplausos, y por lo que vi su propio tío fue uno de los que más le aplaudió, cuando se dio cuenta de que le miraba hizo una inclinación de cabeza y un gesto a modo de disculpa reconociendo que yo tenía razón cuando hablamos.

Después de Jhargu llego el imbécil número uno del curso y sus tres pelotas, los suspendí a los tres segundos de entrar en la arena y empezar el examen. Las protestas de sus familiares fueron airadas y las de ellos más aun, incluso me llegaron a decir que era porque no tenía agallas a enfrentarme a ellos porque me había dado cuenta del poder de sus "escudos" defensivos... simplemente extendí mi mano haciendo que el suelo bajo sus pies explotara lanzándolos a los cuatro a más de veinte metros de distancia... tuvieron que entrar los sanadores a por ellos para atenderlos... Todos los magos presentes se dieron cuenta de que por aumentar su poder de defensa no habían completado su escudo por completo, no cubría el suelo bajo sus pies, lo que era de una estupidez supina, ya que cualquier conjuro del tipo bola de fuego los podía haber incinerado porque el mismo suelo que pisaban los habría abrasado vivos rompiendo con ello su poderoso escudo. Tuve el placer de ver como los familiares de todos ellos se sentaban avergonzados al ver semejante estupidez por su parte.

También use el truco de los cuchillos en dos ocasiones, del mismo modo que como en el caso de Nhizra y Lizeth. La primera fue con dos de los alumnos que asistieron a mi clase y no los sorprendí, de hecho dieron con uno de los bordes de su escudo mientras ellos saltaban para quitarse de una posible trayectoria hacia su cuerpo (evidentemente los lance ante ellos y no contra ellos). Después seguí con su examen aprobando como resultado, aunque también mordieron el polvo.

Sin embargo la segunda vez que los use sorprendí a los tres alumnos, suspendiéndolos en el acto, sus familiares tampoco rechistaron en lo mas mínimo, pese a ser también de familias poderosas, no pusieron la menor objeción. De hecho cuando uno de los alumnos empezó a protestar fue su propio padre el que lo reprendió, diciéndole que de ser real estaría muerto... que esto era un examen de combate, no un examen solo de magia, que desde luego ninguno de ellos merecía aprobar si habían caído de semejante forma tan estúpida en una cosa tan burda como esa. Creo que fue todo un mazazo para los chicos.

Cuando el examen termino fue un autentico desastre para ese último curso, solo catorce alumnos había aprobado, y ni uno solo de todos los del curso habían logrado tocarme siquiera un pelo pese a haberlo intentado. Nadie puso pegas a mis notas, todo el mundo quedo conforme con esos suspensos ya que reconocieron que eran tan merecidos como los aprobados, pese a haber perdido todos los alumnos conmigo, pero eso dado la diferencia de experiencia y sin duda de poder era lógico. Si nadie protesto los suspensos realmente es porque no sabían lo que pasaría de suspender conmigo. La tormenta llego cuando se dijo que todo el que no aprobara mi examen tendría que repetir el curso, y eso era algo que nadie se esperaba en lo más minino, hasta ese momento por suspender una sola de las pruebas no ocurría nada... cuando se dio la noticia el escándalo que se organizo fue de órdago.

Hubo una reunión de todas las grandes familias con el emperador y el Gran Mago para protestar por mi examen y el que eso hiciese que repitiesen curso, ya que habían aprobado en todo lo demás. Estaban todos protestando cuando yo entre en la sala llamado por el propio emperador, nada más entrar me di cuenta de por qué lo había hecho. Yo había estado todo el tiempo del examen con una capucha sobre la cabeza tapándome el rostro y nadie había podido verme la cara excepto los alumnos que estaban frente a mí. Uno de los que protestaban era cierto poderoso mago que sabia quien era yo de verdad... era Kruhn, el jefe de los magos que se quedaron protegiendo al emperador cuando me ocupe de Kless.

Dos de los presentes, hermanos, se tenían por los magos más poderosos del imperio, pero sobre todo uno de los dos, un tal Zhuntha, que era un cretino integral, pero por lo que vi durante la conversación el tal Kruhn también debía de tener su fama, ya que con él estos dos se lo pensaron en serio... veréis, más o menos fue así...

- Zhuntha : Que el profesor se enfrente a mi hermano y a mí, que demuestre que es tan bueno como para poder decidir sobre todas las materias del curso...

- Kruhn : Opino igual majestad, me parece exagerado todo esto... ese profesor no tiene ni idea de lo que hace, cualquiera de nosotros estamos más cualificados que él, sabemos mucha más magia, deje que se enfrente a alguno de nosotros... también me ofrezco como voluntario para ello…

- Ka (Val) : (Retire la capucha sonriendo malignamente a Kruhn que se puso pálido como un muerto al verme) Vaya, vaya, vaya... así que el Sr Kruhn quiere enfrentarse a mí... ¿no? Que valiente que es usted, tiene todos mis respetos por desafiarme de semejante modo…

- Kruhn : (Se puso pálido al verme, tragando saliva ostensiblemente) ¿Usted era el profesor?

- Ka (Val) : Evidentemente, el emperador me pidió que examinara a este último curso, y mi decisión es firme, solo esos catorce merecen aprobar... y aun así preferiría que los mantuvieran un año más en la academia como ayudantes para perfeccionarse... pero en todo caso esos catorce pueden ser asignados sin problema. Pero a lo nuestro Sr. Kruhn, en cuanto el Emperador lo autorice nos enfrentamos los dos… (dudaba que la cara de Kruhn se pudiese poner ya mas blanca)

- Kruhn : Mis disculpas profesor, si usted dice que no están listos es que sin duda no lo están...

- Zhuntha : Pero que dices Kruhn, como...

- Kruhn : El que no sabes que dices eres tú Zhuntha, el es...

- Gran Mago : Kruhn te sugiero que pienses lo que vas a decir, el castigo por revelar algo sobre eso es la muerte para ti y toda tu familia sin excepciones... ya lo sabes... (Todos miraron con interés y muchísima curiosidad a los dos hombres cuando el Gran Mago dijo eso)

- Kruhn : Perdón alteza, no os preocupéis, soy plenamente consciente de ello... escúchame atentamente Zhuntha, créeme cuando te digo que el maestro Ka podría matarnos a todos los presentes en esta sala sin excepciones en menos de un minuto de quererlo... Yo personalmente aquí y ahora te reconozco que no me atrevo a ponerme frente a él, supondría mi muerte en sus manos en menos de un segundo si lo hiciese…

- Zhuntha : Pero que dices, eso es imp...

- Emperador : Zhuntha ya basta, Kruhn no te está mintiendo, si Ka decidiera matarnos a todos os aquí presentes sin excepción, incluyendo a todo el mundo en esta academia, ninguno de nosotros tendríamos la menor oportunidad de sobrevivir o escapar de él. Por cierto, que yo mismo le pedí que hiciese este examen a los alumnos y que fuese así de duro con ellos. Además esos catorce que aprobaron por orden directa mia seguirán un año más en la academia para perfeccionarse tal y como él ha sugerido, la decisión está tomada y no hay marcha atrás, se termino esta discusión desde ya.

El tal Zhuntha no quedo nada conforme con lo que le estaban diciendo, vi que seguía en sus trece todavía, pero no se atrevió a llevar la contraria al emperador. Al final le pedí al emperador que me concediese  la posibilidad de salir a la arena con él y su hermano para demostrarles si estaba capacitado, si sabía la suficiente magia o no para ser un profesor.

Me gustaría poder decir que fue un gran combate, que fue algo épico, pero lo cierto es que me habían tocado las narices a base de bien y me emplee a fondo con ellos. El combate entre los tres duro menos de un minuto, mis dos adversarios se rindieron nada más empezar. También es cierto que como ya he dicho me deje de tonterías con ellos, fui directo al grano con los dos.

Antes de entrar a la arena volví a cubrirme con la capucha, solo que esta vez cruce por delante de mi cara una gasa negra, dejando únicamente al descubierto mis ojos, tras ello retire mi conjuro de ilusión para disponer de todo mi poder. Vi como ambos hermanos sonreían irónicos pensando que lo de taparme la cara lo hacía para intimidarlos. Dejaron de reír, mientras que todo el público se quedo mudo de asombro cuando en cuestión de un minuto destroce todas sus barreras de forma sistemática para terminar por dejarlos tirados sobre el suelo, hundiéndolos física y mágicamente a base de dolorosísimos azotes sin que hubiesen podido atacarme ni una sola vez ninguno de los dos...

Después de semejante paliza y como espectáculo final para todos los presentes, destroce todas las protecciones del la Arena de un solo golpe masivo de energía, provocando que todos los espectadores se pusieran lívidos como cadáveres, entre el regocijo del Emperador, el Gran Mago, su Segundo, Nhizra y Lizeth ya que ninguno de ellos hubiese podido ni acercarse a causarlas daños de un solo ataque, aun usando todo su poder. Por si alguno os lo estáis preguntando si, el que más lívido se puso fue el Bibliotecario Jefe, que se dio cuenta de lo que pudo pasarle de habérmelo tomado enserio con él en algún momento.

Después de esto me despedí de todo el mundo durante los dos días siguientes, marchándome hacia el mayor puerto del Imperio, donde pretendía coger un barco que pondría rumbo hacia donde pensaba iniciar la destrucción de los Lahishin y Thalmunt.

EPILOGO

Jhargu se convirtió con el tiempo en un más que capaz investigador para el imperio. Cuando Nhizra subió al sillón del Gran Mago se encargo de tenerlo cerca como colaborador igual que a Lizeth. Los tres formaron un importante grupo de apoyo para el trono.

El Imperio continuaría manteniendo su estabilidad y poder gracias a la academia durante unos cientos de años más. Tras esta "experiencia" los sistemas de evaluación de los alumnos sufrieron modificaciones para evitar que volviese a pasar lo que sucedido conmigo.

Aunque parece ser que muchos preguntaron a Kruhn que era lo que sabía sobre el profesor Ka, el nunca contesto a esa pregunta, siempre remitía a quien se la hacía a que fuese a hablar con el Emperador. Según parece después de desaparecer yo, Zhuntha y su hermano no muy conformes todavía con lo sucedido pese a la paliza que el profesor Ka les dio, decidieron poner precio a su cabeza...

Apenas dos días después ambos hermanos, los magos más poderosos del imperio por esas fechas aparecieron brutalmente asesinados en un callejón de la ciudad portuaria más importante del imperio junto con una docena de sus hombres, dicen que sus caras, las de todos ellos reflejaban un terror absoluto... nadie sabe qué fue lo que debieron de ver en esos últimos instantes de sus vidas. Tras su muerte la recompensa por el profesor Ka que pusieron tras los exámenes de la academia, fue retirada por la familia por orden imperial, bajo pena de exterminio para toda ella de no hacerlo así.

FIN