Crónicas de Vhaalzord - Libro 7 - 1

Val se dirige al poblado de Dhi en su busca, dispuesto a iniciar con ella el viaje en busca de las Talkinq de la desaparecida 18ª aldea… Se dan algunas curiosas situaciones en el poblado de Dhi

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 7

Capitulo- 1

Nada más entrar en las salvajes tierras de la zona central del Gran Continente mande un mensajero alado a Dhi para que fuera terminando los preparativos que le había encargado casi un año antes. Al dirigirme hacia allí con un Hrull, y habida cuenta de mis anteriores conflictos en la zona debido a su apariencia mantuve todo el tiempo posible un Halcón Azul en el cielo controlando mis alrededores para poder esquivar a cualquier miembro de las tribus de los territorios que atravesaba, incluso si era solo una persona, prefería no confiarme y evitarme de ese modo tener que volver a sembrar de cadáveres allí por donde pasaba.

Cuando llegue al territorio de las Talkinq puse un segundo Halcón Azul en el cielo para controlar esta vez la aldea de Dhi, quería ver que se cocía en ella. Por lo que pude observar atraves de mi alado espía el triunvirato de matriarcas debía de estar en la aldea en esos momentos, había un cierto descontrol de gente entrando y saliendo de la aldea, lo que me dio una idea... decidí presentarme directamente en la tienda de Dhi, que por lo que vi estaba prácticamente en el centro de la aldea... me sonreí al pensar en el pequeño terremoto que se armaría si lograba mi propósito.

Al estar el triunvirato en la aldea "de visita", había un montón de gente extraña entrando y saliendo de ella constantemente, incluyendo esclavos... así que cuando me acerque a sus alrededores lo primero que hice fue desconvocar el Hrull, de seguido use un conjuro de ilusión sobre mí para disfrazar mi cuerpo y vestimentas, adoptando la apariencia normal que más o menos tendría cualquier esclavo de las Talkinq, ya que por ejemplo sus ropas solían ser más o menos similares, fueran de quien fueran los esclavos, las diferencias al respecto eran mínimas.

En las cercanías de la aldea había un pequeño bosquecillo en el que me hice con algo de madera, con ella hice un fardo y echándomelo a la espalda me dirigí hacia la aldea de Dhi. Entre con mi fardo tranquilamente por la puerta sin que nadie me dijera ni media palabra al respecto, también es cierto que normalmente todas las aldeas de las Talkinq se construyen con empalizada de madera a su alrededor, pero esto es mas por evitar los animales peligrosos que por protegerse de un ataque, de forma que sus puertas no están vigiladas. En cualquier aldea un extraño era difícil que entrara ya que casi todos los habitantes se conocen entre sí, pero al estar las tres grandes matriarcas había un buen numero de "extraños" que deambulaban por la aldea... de eso me aproveche.

Una vez dentro de la aldea me desvié un poco de mi camino para pasar por delante de la arena de entrenamientos de la aldea, por mi Halcón sabia que a esas horas lo normal es que Dhi estuviera en ella. Al llegar vi como Dhi estaba entrenando un grupo de jóvenes guerreras con sus dos hijas, Dhilmia y Vhalara de ayudantes. También pude observar que había algunas guerreras veteranas observando los avances de las sufridas estudiantes, supuse que serian guerreras pertenecientes a los clanes de las que estaban bajo la tutela de Dhi. Lamentablemente y pese a que me hubiera gustado permanecer allí un rato mas observando, me vi obligado a continuar mi camino para evitar tener una conducta sospechosa.

La parte más peligrosa de mi "gracia" llegaba ahora, y era simplemente entrar en la tienda de Dhi. Por lo que había visto Dhi era una persona de cierta preeminencia entre las Talkinq, así que es muy probable que todas las de la aldea y bastantes de las foráneas, conocieran a toda la gente que entraba y salía habitualmente de ella... En ese momento era posible que alguna de las Talkinq de la aldea al no conocerme me pudiera interpelar al no estar su propietaria o sus hijas y ser las únicas integrantes de ese clan... afortunadamente no sucedió nada de eso, entre tranquilamente sin que nadie pareciera fijarse en mi persona.

En el interior de la tienda me encontré con la presencia de tres esclavos que por las trazas debían de pertenecer a Dhi... evidentemente estos sí que me hicieron las pertinentes preguntas sobre que hacia allí un esclavo extraño con un fardo de leña. Mi contestación fue que era un presente para la dueña de la tienda... cosa por otro lado un poco estúpida la escusa, porque enviar leña como presente a alguien del estatus de Dhi... pues que queréis que os diga, un poco cutre supongo que sí que se veía por lo que vi en la reacción de los esclavos, supongo que se tomaron el presente como si fuese algo negativo, uno de ellos dijo que iría inmediatamente a avisar a su señora para que viniera a la tienda a atenderme. Si algo sabia de mi periodo de "esclavitud" con Dhi, es que por una estupidez semejante raramente un esclavo que fuera inteligente molestaría a su dueña o a alguna otra persona del Clan salvo que fuera uno de los hombres, y en este caso era evidente que esos tres no se fiaban de mí ni un pelo.

A los pocos minutos de haber salido el esclavo para ir a buscar a sus dueñas, entraban por la puerta Vhalara, Dhilmia y Dhi, por este orden, las dos jóvenes se situaran a mis lados y Dhi se situó frente a mi... por su primera pregunta me di cuenta de que a ella la debió de parecer mi "presente" tan extraño como a su esclavo.

- Dhi : ¿Que quieres y a quien perteneces?, ¿dime? (el tono era cortante)

Vi que Vhalara estaba preparándose para lanzar sobre mí una sonda mental, por lo que decidí que antes de que la cosa se complicara era el momento de darlas mi "sorpresa", procedí a retirar el conjuro de ilusión que use sobre mí... mostrándome ante sus atónitas caras. Os aseguro que me falto el canto de un pelo para echarme a reír con las caras que pusieron las tres al ver que el esclavo que se había metido tranquilamente en su tienda era yo...

- Val : Vaya un recibimiento... menuda borde que estas hecha Dhi, y eso que te traía un regalito y todo... por cierto Vhalara, si intentas usar esa sonda mental conmigo puede que te arrepientas... yo que tu lo dejaría...

- Dhi : Vhalara vale... estate quieta. Y tú, so cretino, ¿te lo has pasado bien con esta tontería...?

- Val : Si, la verdad es que si, ver vuestras caras ha sido muy divertido la verdad, Jajajajaja...

- Dhi : Anda y dame un abrazo antes de que me lie a golpes contigo por graciosillo...

- Dhilmia : Estábamos entrenando con una de las grandes matriarcas y la hemos dejado allí plantada por culpa de tu estupidez... ¿sabes como habrá quedado mi madre ante ella al dejarla allí por un estúpido esclavo?

- Vhalara : Madre no sé como tienes tantas contemplaciones con este imbécil que... (Dhi no la dejo seguir hablando, las hizo a ambas un gesto para que callaran y siguió ella hablando conmigo)

- Val : Vaya... veo que el cariño que sienten las dos por mi sigue en todo lo alto, ¿eh Dhi?

- Dhi : ¿Y te extraña...?

- Val : No, lo cierto es que no...

Tras esto Dhi y yo nos quedamos mirándonos unos segundos a los ojos para romper ambos en carcajadas, abrazándonos con cariño mientras nos reíamos. Lo que si os garantizo es que eso solo sirvió para aumentar un poco más la antipatía que generaba en las dos jóvenes, pero al menos vi que Vhalara había hecho caso a su madre y no había vuelto a intentar nada de nada contra mí aun creyéndome distraído con ella en esos momentos.

Después de esto Dhi y yo estuvimos hablando sobre lo que había pasado con su petición a las matriarcas... el resultado era mejor de lo que yo esperaba, ya que la dieron el permiso que pidió sin ponerla pegas. Por lo que me comento, dado que les dijo que yo iría a por ella cuando llegara el momento para que me acompañara a buscar a las descendientes de la 18ª aldea y traerlas de regreso, no había problema con concederla el permiso, ya que las tres grandes matriarcas podrían verme en persona y a ninguna de las tres por lo que me recalco Dhi riéndose se le había olvidado nada de lo que ocurrió conmigo. Además de que las tres me conocían personalmente y ahora estaba prácticamente igual que en ese entonces, después de esto me soltó la bomba... Dhi quería que acudiéramos a la arena para que me enfrentara con ella y sus dos hijas, ni os cuento la cara de "ilusión" que pusieron Dhilmia y Vhalara... sus semblantes mustios se animaron en el acto al oír a su madre, casi me rio en sus caras ante el gesto de ansiedad que pusieron las dos pensando en la posibilidad que les acababa de proporcionar su madre de darme una paliza... ¡ingenuas!.

Sinceramente debo de decir que parte de la petición de Dhi no me sorprendió en lo mas mínimo, aunque si donde la hizo, yo me esperaba eso mismo mas o menos pero una vez que estuviéramos en viaje y no en la misma aldea, y menos todavía delante de todas las demás Talkinq. Lo que no me esperaba es que incluyera a Dhilmia y Vhalara junto a ella para enfrentarme, eso sí que reconozco que me sorprendió un poco. Cuando la pregunte si estaba segura de que no prefería que fuese ella sola me respondió que no, que era consciente de que ella sola no tendría nada que hacer conmigo si me ponía serio, pero que quizá entre las tres pudieran lograr algo incluso contra mí, aunque lo dudaba, pero al menos era una oportunidad. Antes de salir de la tienda para ir a la arena me hizo prometerla que me podría serio con las tres... que no tendría consideración con ellas con el resultado final.

El camino hacia la arena fue de lo más curioso, prácticamente todas las Talkinq que nos cruzamos se nos quedaban mirando ya que yo iba con las tres mujeres como un igual y los hombres que había por allí eran todos esclavos... al ir las tres con sus armas e ir hablando en voz alta tan tranquilos de las normas de la arena muchas de ellas nos siguieron "discretamente" hasta allí, quedándose de publico una vez que vieron de que iba todo aquello.

El no va mas fue cuando llegamos a la arena y Dhi, tras solicitar permiso para poder usar los cuatro la arena en solitario a la Gran Matriarca que estaba allí entrenando, regreso con nosotros acompañada de la propia Gran Matriarca, cuya reacción al verme me pareció un pelín graciosa, primero se puso pálida como una muerta, y después ante el asombro de todas las presentes me saludo al estilo Talkinq de máximo respeto entre guerreras... juntando los dos antebrazos derechos y sujetándose mutuamente por las muñecas con la mano, para después hacer una inclinación de cabeza como respeto... El que la Gran Matriarca otorgara ese saludo a un hombre... fue casi un terremoto, habida cuenta de que además esta Gran Matriarca era una avezada guerrera. Por la sonrisita que se le escapo creo que no pudo evitar pensar en nuestra escaramuza amorosa la vez que estuvo conmigo y con di en los bosques durante mi anterior estancia entre ellas.

Casi todas las Talkinq presentes habían entrenado o se habían enfrentado en combates simulados con Dhi o alguna de sus hijas y todas ellas habían mordido el polvo sin poder remediarlo, así que cuando vieron que entre las tres eran incapaces de tocarme tan siquiera empezaron a moverse con nerviosismo mientras veían la pelea... El problema que las tres tenían era que por un lado no las permitía rodearme y por otro mi bastón me daba mayor alcance que sus armas a ellas, con lo que tampoco podían cazarme... Dhi lo llevaba bien y se mostraba paciente, pero desgraciadamente para ella ni Vhalara y Dhilmia tenían todavía la paciencia de su madre, sobretodo Vhalara...

Cada vez que alguna de ella se acercaba en demasía hacia un molinete con el bastón obligándola a retroceder, después de unos cuantos intentos Vhalara intento aprovechar el momento en que terminaba el molinete para atacarme rápidamente creyéndome indefenso esas decimas de segundo, desgraciadamente para ella descubrió que esas decimas que parecía perderlas de vista al parar el molinete y volver a controlar mi bastón solo había sido un truco por mi parte para que alguna hiciera lo que ella acababa de hacer, cometer un error. Lo peor para ella no fue el golpe que le di por "lista", si no que el golpe con el bastón fue en el culo. Se tiro con su espada a por mí, abandonando una de mis manos el bastón aproveche para usar una presa sobre su muñeca y acelerar su impulso desequilibrándola, al pasar por mi lado baje con mi otra mano el bastón, metiéndolo entre el brazo y la cadera para poder hacer fuerza con él, golpeándola con fuerza en el culo según pasaba por mi lado... Dado que Dhi y Dhilmia estaban a la espera de cualquier despiste mío no se si alguien se rio, pero os garantizo que Vhalara desde luego ni en lo mas mínimo, incluso juraría que cuando se recupero y se dispuso a volver a enfrentarme parecía que sus lagrimas quisieran escapar de sus ojos de la rabia, la humillación y la frustración de ese golpe...

Pero al menos esto sirvió para que las tres redoblaran su atención en lo que hacían, intentaron de todo para poder pillarme en algún renuncio sin lograr nada de nada, por otro lado las tres me ponían muy difícil el poder derrotarla al cubrirse unas a otras cuando las atacaba, al final fui yo quien pudo usar un error de las tres. Dhilmia y Vhalara me atacaron a la vez pensando que de esos modo alguna de las dos lograría tocarme, pero no calcularon que de la forma en que atacaban lo único que conseguían así es estorbarse entre sí, lo que me vino muy bien porque me permitió conectarlas dos golpazos a cada una que las deje tiritando. Después fue Dhi en solitario la que tuvo que frenarme hasta que las dos fueran capaces de recuperarse de mis golpes.

Al final logre tumbarlas a las tres sin que pudieran remediarlo, se que Dhi se dio cuenta de que las tumbe en el momento en que deje de defenderme y pase a atacar asumiendo ciertos riesgos minimos. Lo más gracioso llego poco después. Veréis...ciertas "grandes jóvenes guerreras", o que al menos ellas se consideraban así, empezaron a comentar la decepción que habían sufrido al ver a sus tres ídolos por los suelos y lo mal que lo habían hecho conmigo cuando según ellas era tan sencillo derrotarme, pero para su mala fortuna lo hicieron delante de la Gran Matriarca menos indicada, una que ya sabía por propia experiencia como me las gastaba yo realmente... una de las mejores guerreras de las Talkinq.

Eran siete de las mejores jóvenes guerreras a las que hizo entrar para enfrentarme y según ella demostrarla con hechos lo que decían de palabra... Fue realmente divertido de ver, como la Gran Matriarca tuvo a bien el informarme de lo que las siete guerreras habían estado diciendo y además me medio exigió que no me entretuviera en darlas margen para no humillarlas, digamos que hizo que me lo tomara de lo mas enserio. Si con Dhi, Vhalara y Dhilmia el problema era que durante mucho tiempo aparentemente no éramos capaces de tocarnos los unos a los otros, con estas siete el problema era otro. Ellas no parecían ser capaces de tocarme mientras que yo me estaba poniendo las botas soltándolas golpe tras golpe a cual más humillante y doloroso con toda la mala leche del mundo, todo de acuerdo con la petición de la Gran Matriarca.

Tampoco es que las humillara demasiado rato de ese modo, como no quería buscar enemigos de forma tonta a Dhi y su descendencia pese a lo que quería la Gran Matriarca, decidí terminar pronto con su sufrimiento y las puse finas en un momento a base de golpes repetidos, no tuvieron mas remedio que aceptar que aquí ellas tenían muy poco que rascar, y que lo que Dhi, Dhilmia y Vhalara habían conseguido logrando que no pudiera tocarlas en todo ese tiempo era..... algo increíble. Tampoco os cuento las caras irónicas que tuvieron que soportar las siete por parte de la Gran Matriarca, Dhi y sus dos hijas, por otro lado en las caras de todas las demás Talkinq presentes se veían miles de preguntas con respecto a mi humilde persona, pero supuse que al estar involucradas en ello la Gran Matriarca y Dhi que resultaba evidente que si que me conocían, nadie se terminaba de atrever a preguntar nada.

Una vez de regreso en la tienda de Dhi, la Gran Matriarca me comento ante el asombro de Vhalara y Dhilmia que si fuera más joven me intentaría secuestrar para repetir aquellos masajes del lago cuando el problema con los Lantares. Ni os digo como nos reímos los tres, ella, Dhi y yo, aunque juraría que lo de Dhi fue más forzado que otra cosa. Apenas unos minutos después hicieron su entrada las otras dos Grandes Matriarcas, a las que por cierto se pusieron bastante pálidas cuando al entrar me vieron... supongo que una cosa es saber que estaba allí, y otra muy distinta tenerme delante en persona. Les explique a las tres lo que sucedió realmente con la 18º aldea a la que todas daban por perdida a mis manos... ante el asombro de Dhilmia y Vhalara también las Grandes Matriarcas parecían aceptar quien decía que era yo por muy imposible que eso fuese desde su punto de vista... pero evidentemente tan tontas como para decir nada en esa ocasión no eran ninguna de las dos.

Las matriarcas aceptaron la petición pero pusieron una condición indispensable para aceptar... que Dhi fuera la primera y única Matriarca de la nueva aldea durante al menos diez o quince años. Si Dhi se quedo con la boca abierta por la exigencia del triunvirato ni os digo las caras de sus dos hijas... unas caras de alucinadas de cuidado. Dhi acepto la condición, aunque vi que lo hacía renuente y preocupada, bastante preocupada por ello, pero sabía que no tenía otra opción mas que la de aceptar la condición impuesta por el Triunvirato consciente de que habían transigido con todo lo demás y podrían haberle puesto muchísimas mas pegas pese a mi estancia allí con ella.

Una vez que el triunvirato se hubo marchado me toco hablar seriamente con Dhi... o por lo menos esa fue mi intención inicial, veréis, en principio no quería que Dhilmia y Vhalara estuvieran presentes, pero al decirlo se lio gordísima porque insistieron en que vendrían con nosotros al viaje por las buenas o por las malas, su madre insistió en que ni de broma... y se lio un pandemónium entre las tres de padre y muy señor mío... Para mí que los gritos se debieron de oír en media aldea, fue increíble. Para poner fin al espectáculo hice un conjuro de insonorización sobre la tienda y después me senté tranquilamente a ver como se gritaban unas a otras... lo cierto es que me estaba resultando todo bastante divertido.

Al final quedaron en que yo hablaba delante de las tres, según Dhi solo iríamos ella y yo, y según sus hijas que al viaje íbamos todos... pero al menos me dejaron hablar, que ya fue algo. Explique todo lo que sabía de Thala y lo que la encargue, al terminar nuevo follón al canto... por un lado lo de tener un familiar lejano vivo, por otro Dhi se puso como una fiera por el hecho de que yo hubiera tomado la decisión de convertirla en matriarca de forma unilateral, sus dos niñas por el hecho de que yo según su punto de vista apoyaba a su madre para que no nos acompañaran en el viaje, ya que según su opinión estaba loco y no era de fiar... Lo dicho, que al final acabaron las tres enfadadas conmigo por una u otra cosa, creo que en gran parte fue porque se dieron cuenta que todo lo que me estaban diciendo me estaba entrando por una oreja y saliéndome por la de enfrente... no sé quien andaba mas cabreada, si Dhi, o sus hijas.

Dhi decidió que esa noche me alojara en su tienda, con ella, sus hijas se negaron en redondo argumentando que no querían un hombre suelto por allí, que no se fiaban de mí, que debía irme a otro sitio donde estuviera controlado. Dhi amablemente las dijo que no se preocuparan que como estaría con ella en su lecho estaría controladísimo... lo que no os cuento ya la que lio... a las dos niñas solo las falto echar espuma por la boca del berrinche. Dhilmia le dijo a su madre con toda la mala ostia que no podía ser, que yo era capaz de confundir la situación, a lo que Dhi la contesto que por supuesto que no, que yo nunca la confundiría, que sabría en todo momento que era para poder follar los dos, que haber sino para que quería compartir lecho conmigo... no os cuento la cara de recochineo cuando soltó eso por su boquita... Al final nos fuimos a acostar todos, las dos chicas mas cabreadas que una mona y Dhi conmigo con la sanísima intención de follar durante buena parte de la noche.

Si dijera que hicimos el amor mentiría como un bellaco, no me dejo casi ni llegar a su lecho, empezó a quitarme la ropa nada más entrar a su estancia, desnudándose a si misma al tiempo. Un minuto después de desnudarnos los dos yo ya estaba tumbado sobre el lecho con Dhi empalada sobre mi polla intentando acostumbrarse a ella... fue visto y no visto, ¡¡que fiera!!.

Puso sus manos sobre mi pecho mientras comenzaba a moverse, hace pequeños círculos con sus caderas mientras se levantaba y sentaba sobre mí con suavidad, poco a poco iba cogiendo ritmo y velocidad. No hablábamos, casi ni gemíamos, solo nos mirábamos a los ojos. En los ojos de Dhi se podía leer todo el deseo y la lujuria que llevaba acumulada desde que me había visto el año anterior... bueno y también porque cinco minutos después de empezar a moverse se tumbo sobre mí y a mi oído me susurro...

- Dhi : "Que ganas te tenia, un año entero para poder volver a disfrutarte... me estoy relamiendo solo de pensar en el tiempo que vamos a estar juntos en este viaje...", "te quiero..."

No me dio tiempo a contestarle nada de nada, se volvió a incorporar y continuó moviéndose cada vez de forma cada vez mas rápida, sus jadeos y gemidos empezaron a ganar en volumen, sus manos se empezaron a aferrar a mi pecho mientras las mías acariciaban los suyos, masajeándoselos, pellizcándola con suavidad los pezones, algo que le ponía la piel de gallina y aumentaba sus gemidos al sentirlo... poco después alcanzaba un orgasmo que la hizo tenderse sobre mi agotada.

Estuve acariciándola un buen rato mientras se recuperaba del orgasmo, después la voltee dejándola debajo de mí, me situé entre sus piernas y guie mi miembro al encuentro de su raja, introduciéndolo lentamente de nuevo en su interior. Dhi empezó a jadear de forma sincopada al sentirme invadirla nuevamente.

Una vez que estuve por completo en su interior empecé a moverme lentamente al principio, para poco a poco ir ganando más velocidad, saliendo casi por completo de su interior para después volver a clavarme en ella con fuerza. Dhi se abrazo a mí, sus brazos rodearon mis hombros con fuerza, pasando también sus piernas en torno a mi cintura mejorando así la profundidad de mis penetraciones. Cada vez entraba y salía con mayor velocidad, con mayor virulencia... nuestros jadeos y gemidos también eran cada vez mas continuos y en un volumen más alto... hasta que al final alcanzamos un orgasmo casi a dúo, primero le llego a ella y después, antes de que este hubiese pasado me derrame por completo en su interior provocándola un segundo orgasmo mucho más suave que el anterior...

Tras esto quedamos abrazados sobre su lecho, hablando de la planificación del viaje, de la ruta, hasta donde iríamos, como se haría, quien nos esperaba allí... a partir de ese momento la conversación prácticamente se convirtió en un monologo sobre Thala... Dhi quiso conocer todo lo que sabía sobre ella, como la conocí, que opinaba ella de todo esto, como se tomaría el que ella fuera la Matriarca única de la nueva aldea, como era como persona y físicamente, etc...

CONTINUARA