Crónicas de Vhaalzord - Libro 6 - 2
Tras dejar las instrucciones a Dhi, Val se lanza tras la pista de un falso Vhaalzord que está usando su nombre de forma poco apropiada según su forma de verlo ¡animalito como lo pille !
CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 6
Capitulo- 2
Descubrí que uno de los inconvenientes de convocar por tu propia cuenta a un Hrull es dominarlo, una vez hecho esto solo queda otro problema, evitar que cause el pánico por donde pase, os recuerdo que es como el esqueleto de un caballo algo extraño con coraza o algo parecido cuando se le ve, eso sin contar con sus ojos de un color rojo intenso... Decidí usar un conjuro de ilusión sobre él, hacer que pareciera un caballo normal, la verdad es que me quedo perfecto salvo por un pequeño detalle sin importancia del que no me di cuenta en esos momentos... debido a las características del Hrull este quedaba como un caballo excepcional, un caballo increíble, con una estampa alucinante.
El principal problema al hacerlo, es que tienes que ajustar la ilusión a las dimensiones reales del Hrull ya que si lo haces más pequeño para que sea como un caballo normal, al montarte quedarías flotando por encima suyo, lo que supondría ponerte tu también bajo otra ilusión para quedar a su altura... algo excesivamente complicado y complejo de mantener..., además se complica todo mas al ser el Hrull una criatura “mágica”, no es que no pudiera hacerlo con cierta facilidad dada mi experiencia… pero aun así es un dolor de cabeza, creedme. Lo más simple es lo que hice, pero claro, el resultado es para entendernos un esplendido semental, de esos de uno entre un millón... Así que imaginad lo que es andar con semejante animalito por tierras de pueblos nómadas que viven del, para y por el caballo... es algo genial de verdad, casi no llamas la atención cuando te ven galopando sobre él.
El resultado es que yo iba con un caballo más alto de lo normal, con una esplendida complexión física, que daba zancadas también más largas de lo normal, que mantenía un altísimo ritmo de viaje y que parecía apenas cansarse por el esfuerzo al que se veía sometido... la voz se corrió rapidísimo entre las aldeas de esas tribus casi en el acto, yo procuraba evitar poblados porque cuando me acostaba desconvocaba el Hrull y supuse que me resultaría bastante complicado explicar que había pasado por la noche con mi caballo, para desaparecer y volver a aparecer al otro día... Otro problema es que primero convocaba el Hrull y luego aplicaba la ilusión, cuestión de un par de minutos escasos, pero si alguien hubiera visto al Hrull... hubiera tenido lio seguro, de forma que decidí dormir al raso y evitarme complicaciones... o eso pensé que sucedería al hacerlo así.
Desgraciadamente parece que algunos miembros de algunas de las tribus que atravesaba no opinaban igual que yo, a ellos les gustaba mi caballo y amablemente intentaban comprármelo ofreciéndome bastante por el... el problema parecía radicar en que yo me negaba amablemente a vendérselo, entonces ellos decidían cogerlo por su cuenta y riesgo... lo que podréis suponer que terminaba sistemáticamente de forma la mar de desagradable para ellos.
La primera vez fueron cinco miembros de una tribu que me ofrecieron seis caballos de la mejor raza por el mío, amablemente me negué a realizar la operación, aparentemente pareció que aceptaban mi decisión... cuando se preparaban para irse sacaron sus armas con la sana intención de matarme... dos de ellos cayeron por mis dagas Khlomn, otro cayo con la tripa abierta en canal por mi daga, otro se llevo la misma daga de antes sobre el corazón, cayendo con ella atravesándole, quitándomela de ese modo de las manos. El quinto y jefecillo de todos ellos evite matarlo como a los otros... estaba algo enfadado por el ataque, de forma que simplemente le hice explotar las rodillas con sendas burbujitas de poder en ellas... a continuación me tome la molestia de contener su hemorragia y cauterizarle las heridas, tras lo cual le enterré de media cintura para abajo en la tierra, consolidándola con mi magia... le unte bien de su sangre por su tórax dejando un apetitoso bocado para las alimañas... Una vez hecho esto monte en el Hrull... retirándole la ilusión unos segundos para además aterrorizarle... y me lleve como pude los caballos de esos cinco idiotas.
Lo cierto es que me costó bastante llevarme los caballos, ya que estos no estaban nada cómodos cerca del Hrull... quizá debiera de haber explicado que los Hrull son omnívoros, al igual que mis Lobos Espectrales convocados, en realidad no necesitan comer, ya que se alimentan de mi magia, lo que no quiere decir que no puedan hacerlo llegado el caso... y creo que eso los caballos por la forma de comportarse presentían que el Hrull los miraba como un bocadito apetitoso. Al final tuve que abandonarlos porque no podían seguir el ritmo de mi montura aun yendo sin jinetes.
La segunda vez fue unos días más tarde, un grupito de siete guerreros de otra tribu decidieron que mi caballo debía de ser para ellos y me atacaron sin previo aviso, por sorpresa... o eso se creían ellos. Los caballos por regla general no llevan bien encontrarse de repente enfrente de ellos un Hrull por muy camuflado que este, y menos todavía si hay media docena de Lobos Espectrales junto con el... mientras los guerreros intentaban controlar los asustados caballos yo aproveche para hacer una escabechina con ellos... use el bastón para derribarlos, una vez cayeron mis lobitos se entretuvieron zampándoselos mientras yo continuaba con el Hrull sin volver la vista atrás... no quería perder tiempo, desconvoque a los lobos cuando calcule que habrían terminado su comidita...
La tercera vez fue atravesando las montañas para abandonar la zona central del gran continente, una vez en el otro lado estaría ya en territorios "civilizados"... Cuatro guerreros de la tribu que controlaba ese territorio me interceptaron exigiéndome como pago por atravesar por ese lugar la entrega de mi caballo... cuando me negué decidieron alegremente sentenciarme a muerte y después quedarse con mi caballo... sinceramente estaba empezando a hartarme tanto interés en el Hrull... Pensé enfadado que si querían mi Hrull, entonces les daría algunos Hrulls... cuatro para ser más exactos, uno para cada uno... creo que el problema fueron los Khulgan que los montaban... no me parecieron muy conformes con darles sus monturas cuando les explique amablemente lo que esos cuatro aterrados guerreros querían, y ellos, muy cariñosamente destriparon a los cuatro guerreros en segundos... después me saludaron y los desconvoque.
Una vez en territorio civilizado llego el problema definitivo con el Hrull... digamos que por una lado me confié y por otro llevaba prisa, por lo que no quería perder más tiempo del necesario, así que decidí no andar convocando y desconvocando al Hrull de no ser estrictamente necesario. Entre en una especie de posada o cuchitril de comercio avanzado... vamos un sitio donde conseguir cama caliente, comida caliente y donde los aventureros que se adentraban en los territorios de las tribus podían vender lo que conseguían a buen precio... habría allí unos 20 o 25 de esos personajillos, sin contar el posadero-comerciante, su mujer y dos chicas más que hacían las veces de camareras, y supuse que compartirían también cama con los clientes por un módico precio. Yo le guste a la posadera, y mi caballo al posadero... mala combinación, ¿a que si?.
Supongo que como iba de paso, llevaba bastante dinero y no tenía pensado quedarme, les obligue a improvisar... cuando fui a la habitación donde me dijeron que podía darme un baño, la dueña entro tras de mí y se lanzo a mis brazos... La verdad es que para que os voy a engañar, a esas alturas no me fiaba ya ni de mi sombra por culpa del Hrull, de forma que lance una sonda general sobre todo el mundo... con el matrimonio profundice mas, ya que no me gusto lo que sentí y quise saber mucho mas, encontrándome con dos asesinos que no dudaban en matar forasteros para quedarse con lo suyo... y por lo que pude saber yo iba a ser otro forastero más en su haber...
Según se lanzo sobre mí para besarme y abrazarme, por un lado cree un conjuro de insonorización para que sus futuros gritos no se escucharan y después use mi superior fuerza para obligarla a girarse, destrozarla la ropa, ponerla apoyada en la Tina y metérsela sin contemplaciones en el culo... menudo alarido pego al sentir como mi polla la destrozaba su trasero, menos mal que insonorice al habitación. Apenas medio minuto después entro el marido en la habitación haciendo un escándalo por pillarnos follando... entro con un enorme cuchillo con intención de matarme, para su desgracia estaba frente a él, detrás de su esposa, fòllandomela a lo bestia... no le deje decir ni media más, una daga Khlomn se enterró en su cuello matándolo en el acto.
La mujer chillo al ver caer muerto a su maridito... aproveche para darla con más saña y meterla la polla hasta el hígado sin contemplaciones... use mi magia para que se cerrase la puerta y quedase atrancada con los tres dentro, ella, yo y el difunto cornudo. La zorra no parecía estar por mas labor que la de llorar por su marido... Aun así su cuerpo respondía a mis caricias y embestidas sin que pudiese controlarlo... Logre que se corriera dos veces mientras me la follaba, aunque para mi asombro ella parecía que continuaba llorando a lágrima viva por la muerte de su maridito, creedme que era algo totalmente surrealista. Cuando por fin estuve a punto de caramelo para correrme en su interior la degollé...
Como ya he dicho alguna vez, esto es algo que personalmente me encanta, justo cuando empiezan a convulsionarse por la muerte, los músculos de la vagina y los del esfínter se contraen estrujándote la polla de un modo especial, al hacer fuerza para continuar con el mete-saca la sensación es maravillosa, llevándote a un orgasmo realmente demoledor... Tras el orgasmo por regla general la victima aun tarda un minuto o cosa así en morir, no es algo que haga muy a menudo, pero la verdad es que siempre que se me presenta la oportunidad la aprovecho...
Tras esto me arregle bajando a la parte baja, donde la parroquia seguía bebiendo alegremente, jugando en las mesas o alternando con las dos chicas... actué con rapidez, transforme mi bastón en la Shilkka y entre en acción eliminando parroquianos, las dos chicas intentaron darse a la fuga siendo detenidas por mis dagas Khlomn... En poco más de cuatro minutos había eliminado a todo ser vivió en aquel antro, después de matar al matrimonio decidí borrar cualquier rastro de mi paso por allí, y eso incluía matar a todos los presentes, una vez salí fue cuestión de emplear dos bolas de fuego para que todo ardiera... monte una vez más en el Hrull y seguí mi camino, aunque era consciente que poco a poco iría aumentando la población, así que en dos o tres días como mucho debería de dejar el Hrull vistos los problemas que me acarreaba y hacerme con un caballo normal para poder continuar sin llamar la atención...
Apenas un día después me encontré en el camino con dos personajes un tanto curiosos... habían acampado fuera del camino, en un sitio donde no llamaban la atención, pero desde donde podían controlarlo perfectamente. Al verme llegar ambos me comenzaron a vigilar y dispusieron sus armas para poder usarlas con rapidez, me di cuenta de que ellos pensaban que yo no los había descubierto todavía, por eso con mucho cuidado de no hacer ningún movimiento extraño lance sobre los dos una sonda mental... eran dos ladrones que huían de la ciudad cercana, ya que se habían metido en terrenos de aquellos que controlaban los bajos fondos de la misma... ni me lo pensé, tenían dos buenos caballos, de forma que puse el Hrull al galope hacia ellos, convertí mi bastón en la Shilkka una vez mas y con dos certeros golpes acabe con ellos.
Lo primero que hice fue desconvocar el Hrull, después revise todas sus cosas quedándome con todo aquello que me pareció que podía serme útil o de cierto valor, incluido el dinero evidentemente. Use su propia comida para prepararme algo suculento y no recurrir a mis provisiones... tras ello, me puse en marcha con los dos caballos, pensaba usar ambos para poder mantener un alto ritmo de viaje hasta mi destino final... esperaba que el señor "Vhaalzord, el Nigromante", no se hubiera ido muy lejos de allí y pudiera encontrarle... tenía unas ganas de echarle el guante que no os hacéis a la idea. Estaba vendiéndose al mejor postor o chantajeando a aldeas enteras con el terror que genera mi nombre...
Pero mis prisas por llegar hasta él no eran por eso, había algo en esta historia que me preocupaba más que todo eso... y es que por lo que había averiguado el parecía usar determinados hechizos propios del culto del Dios Loco, o al menos muy similares, y que por otro parecía llevar consigo algún tipo de extraño libro de magia o algo muy parecido a eso... Sinceramente dudaba que fuera el Libro de Hechizos, mas tras ver las protecciones que tenía el de Rezos, pero tenía claro que debía de asegurarme de ello a toda costa... y de paso ocuparme del farsante.
Cuando llegue a la ciudad volví a mis antiguas costumbres y apariencia de ser un simple cuentacuentos e intente informarme de forma discreta sobre los rumores que circulaban sobre las últimas "hazañas" de Vhaalzord... Lo cierto que es estos más o menos definían bastante bien la zona por donde parecía habérsele visto en las últimas ocasiones... era una zona muy amplia pero bueno, por lo menos lo tenía más o menos delimitado y sabia por donde buscar... otro problema diferente fueron los caballos que confisque de aquellos dos que mate en el bosque, según parecer uno de ellos había sido robado a uno de los jefes de los bajos fondos, precisamente el mejor, así que... eso apuntaba a mas problemas.
Entre en un hotel a pedir alojamiento, deje los caballos al cuidado del mozo de cuadra, al que por cierto vi un brillo en los ojos que no me gusto nada cuando vio ambos caballos... me empecé a oler problemas, pero estaba demasiado cansado como para molestarme por esa nimiedad... al llegar a mi habitación use los conjuros de protección habituales para estos casos y me eche a dormir tan feliz. Debo de reseñar que nadie me molesto en lo mas mínimo ni nada por el estilo durante la noche y la gran parte del día siguiente que estuve durmiendo.
Al día siguiente cuando me levante directamente para comer fue cuando empezaron los problemas... nada más entrar, sentarme en una mesa y pedir algo de comida, vi como me miraban con una mezcla de sorna y preocupación, dependiendo de quién procedieran las miradas, si de los "clientes"... o al menos de algunos de ellos, o de los empleados del hotel. Una tremendamente discreta sonda mental sobre los empleados me descubrió que el origen de todas esas miradas estaba en mis caballos... según parece su "dueño" había mandado a alguien a recogerlos, y además había dejado una cuenta de gastos para mí por haberlos usado... la preocupación de los empleados era por tener que darme esa nota, decirme que se habían llevado mis caballos y saber cómo me lo tomaría de mal... Era solo un maldito cuentacuentos muerto de hambre, estaba cojo, pero siempre llevaba mi bastón encima y ellos se temían que quien me lo dijera se llevara algún bastonazo por mi parte... de risa.
Al final fue el propio dueño seguido de tres de sus empleados... supongo que por si me ponía violento el que se acerco a darme tan agradables noticias... Me limite a mirarlo, cruzar mis manos ante mi cara apoyando en ellas mi barbilla mientras le miraba fijamente a los ojos escuchándole atentamente. Una vez termino de hablar con voz fría le pregunte por la dirección del amable señor que me había robado los caballos, su nombre y donde estaba la casa del alguacil de la ciudad, ya que iba a denunciarlo... Las carcajadas atronaron la sala, esta vez eran de todos los presentes a la vez... Uno de los camareros amablemente y riéndose en mi cara me dijo donde podía encontrar al alguacil.
Con el alguacil la verdad es que me enfade lo suyo, le pille en un bar bebiendo a cuenta de la casa, que por cierto era de quien ya os podéis imaginar... cuando intente denunciar al que me robo según el posadero se puso pálido, después cargo contra mi exigiéndome que le demostrara de donde había sacado mi dinero y empezando a acusarme de robo, saco incluso su espada para "detenerme", rápidamente tres parroquianos de los presentes se animaron a ayudarle, argumentando mi falsa denuncia sobre un caballero... cuando me fui del local dentro solo quedaban una docena de muertos, el alguacil, dos camareros y todos los clientes que en ese momento había en su interior. Digamos que no es que me intentaran atacar todos ellos y me obligaran de ese modo a matarlos... pero el que se rieran de mi cuando el alguacil me intento detener insultándome, y le hicieran coro a los insultos... me mosqueo bastante con ellos... así que una vez que empecé a matar gente en el local... continúe con todos los restantes... total, una docena más o menos...
Después de este fracaso, fui al establo a ver que me podía contar el encargado sobre el hecho de que se llevaran mis caballos... nada más entrar y preguntarle se empezaron a torcer las cosas con él, según pregunte por mis caballos no me hizo ni caso, ni se molesto en mirarme o contestarme... después empezando a enfadarme se lo exigí, consiguiendo que me llamase muerto de hambre, ladrón, escoria y otras lindezas por el estilo, amenazándome incluso de muerte si seguía molestándole... Mi siguiente acción consistió en arrancarle la lengua por sus insultos y después destriparlo vivo... cuando abandone el establo estaba intentando volver a meter otra vez sus tripas en el interior de su cuerpo... murió a los pocos minutos.
Entre otra vez decidido en el hotel en que me alojaba, fui directo al dueño para preguntarle donde vivía el amable caballero que requiso mis caballos... otro más que se confió en mi apariencia y buenos modales... lo primero fue insultarme, lo segundo decirme que no me lo diría y lo tercero pegarme un empujón diciéndome que abandonara su establecimiento, todo entre risas que corte de cuajo cuando vio como mi bastón se convertía en mi Shilkka. Por sorpresa puse mi mano libre sobre su frente, usando cierto conjuro y extrayendo la información que necesitaba... después lo solté y de un rápido golpe de mi Shilkka lo decapite... dos empleados que se creyeron en la obligación de defenderlo siguieron su suerte, cayendo también a los pocos segundos de morir su jefe. A continuación entre mis dagas Khlomn y mi Shilkka elimine sin piedad a todos los presentes, mal momento para haber decidido ir a tomar algo... no quería testigos que me pudieran identificar o acusar ante los soldados, de forma que los elimine saliendo después por una ventana trasera para evitar que nadie me viera...
Para que ninguno os asombréis por mis acciones, os recuerdo que este es un mundo donde desgraciadamente la vida vale muy poquito... y para mi concretamente, nada en absoluto... el que no mate gente inocente, o no totalmente culpable al menos, no quiere decir que llegado el caso, como en esta ocasión no lo haga con toda tranquilidad. Necesitaba encontrar a ese hombre y no iba a permitir que alguien me denunciase a los soldados, entonces tendría que hacer una carnicería, porque a ese individuo tan agradable que se llevo mis caballos por las buenas y además tuvo la desfachatez de dejarme una nota para que pagara por el uso de sus caballos, pensaba encontrarlo si o también. Por otro lado era un jefe de los bajos fondos, así que con toda probabilidad tendría información sobre mi objetivo... el todopoderoso "Vhaalzord"... Uyyyyy cuando le echara el guante a ese idiota con el cabreo que empezaba a acumular contra el... últimamente notaba que me encontraba de un humor un tanto peculiar con la gente...
Había conseguido información sobre varios de los negocios del individuo en cuestión, de forma que solo me restaba ir pasándome por ellos para averiguar donde poder encontrarlo, quizá incluso tuviera suerte y me topara con él en alguno de los mismos. En primer lugar visite una casa de alterne regentada por una mujer de aspecto desagradable y una crueldad extrema con sus pupilas. La verdad es que el asunto fue bastante rápido con ella...
Nada más entrar mate a los cuatro gorilas que protegían la casa y a tres clientes que había en esos momentos allí, como acababan de abrir sorprendí a todo el mundo juntito en el mismo sitio. Tras hacer esto amablemente le pregunte a la señora encargada de la casa lo que quería saber, me escupió en la cara como respuesta, por lo que puse mi mano en su cabeza extrayéndole todo lo que encontré sobre aquello que me interesaba, tras mi lectura quedo con la mente desecha, por lo que le corte el cuello con enorme placer. A las chicas las dije que tenían una hora para abandonar la ciudad o lo lamentarían... una de ellas me pregunto desafiante que pasaría si alguna no lo hacia... La conteste en el acto, mi Shilkka la decapito dejando clara mi respuesta a su pregunta, aunque para lo que la sirvió... creo que esas mujeres nunca había corrido tanto, ni se habían mudado con tan pocas cosas como esa vez, sin duda mi explicación sobre consecuencias de quedarse debió de ser de lo mas esclarecedora. Todas a la vez salieron corriendo a sus habitaciones llevándose todo lo que pudieron rápidamente... les indique donde estaban los establos y los caballos, además les di todo el dinero que encontré en la casa repartido entre ella a partes iguales, una bonita suma para cada una, por cierto.
La cosa es que encontrar al tipo empezaba a resultarme frustrante y cada vez me enfadaba mas, todos parecían saber quién era, pero nadie lo conocía realmente... había escalonado muy bien su organización, donde solo conocían al inmediato superior, desconociendo el resto de miembros de la misma, todo perfectamente compartimentado. Seguramente el sujeto seria alguien con fama de honrado, de ser el más respetado y posiblemente repetible de la ciudad. La señora me proporciono los datos y como encontrar al segundo de la organización... que por lo que deduje fue quien dio las órdenes sobre la incautación de mi caballo y de que me pasaran la nota en persona... pues nada, iría a pagarle enseguida el uso de los dos caballos...
El segundo de la organización estaba en una casucha de aspecto desvencijado, que era donde tenían su base de operaciones y donde estaban los matones de bajo rango junto con los miembros más peligrosos de la banda habitualmente. Llegue a la casa, pique a la puerta y me pidieron contraseña para poder acceder... era lo que me faltaba con el cabreo que llevaba. Decidí usar mi propia contraseña, apoye la palma de la mano contra la puerta y un hechizo la hizo saltar por los aires, mandando la puerta contra la pared, incrustándola en ella con el portero entremedias... que por cierto creo que el portero murió. Tres tipos que estaban allí dentro reaccionaron instantáneamente atacándome con sus armas... murieron igual de rápido por mis dagas Khlomn... otros dos que aparecieron después cayeron con sedes colmillos de la luna incrustados en medio de sus caras, y los dos siguientes en aparecer perdieron sus cabezas por hechizos de burbuja en el interior de las mismas, lo que las hizo explotar.
Lo cierto es que mi humor empeoraba rápidamente... Se oían las ordenes desde cierta dirección de la casa, con el cabreo que llevaba decidí ir directo a las voces de mando... usando magia me empecé a abrir paso por las paredes... Empecé a usar poderosos haces de energía concentrada derribando paredes y destrozando a quien pillaba detrás de ellas... solo tuve cuidado con la ultima, pero solo por evitar matar al segundo, a ese le necesitaba vivo para que me dijera donde coño estaba el gran jefe y organizador de mi creciente enfado...
Entre por la pared en una gran sala, donde debía de haber al menos una docena larga de gente desagradable... pero que muy desagradable, y todos juntitos a la vez se lanzaron sobre mi... Cuatro enormes Khulgan hicieron su aparición en el acto rodeándome... fue cómico ver como todos los presentes que se habían lanzado alegremente a por mí ahora trataban de frenar su impulso aterrados al ver sobre lo que se lanzaban... El segundo intento huir pero un conjuro de ligadura mío lo ato a la silla donde estaba sentado, y esta la fijo al suelo. Di orden a los Khulgan de matarlos a todos excepto al de la silla... ese era mío.
Una vez quedo claro que los Khulgan habían entendió a quien no podían matar no hice la menor intención de ir a por él, me quede disfrutando del placer de ver a los Khulgan jugar con los malotes... algunos incluso se acercaron a mi llorando suplicando por su vida... claro que ninguno llego a menos de un metro de mi, antes de llegar a esa distancia alguno de los Khulgan ya lo había atravesado con su arma y clavado al suelo con ella... Al primer asesino de la banda que se lanzo sobre mí para matarme y que por tanto estaba más cerca de mí, cuando vio los Khulgan aterrado intento frenar, pero lo que de verdad le freno en seco e instantáneamente fue el Hacha que uno de los Khulgan le enterró en medio de la cara, partiéndole literalmente la cabeza en dos mitades.
En cuestión de diez segundo tras su aparición, empezaron a volar miembros amputados de bandidos a mi alrededor... si alguno intentaba extender el brazo para tocarme pidiéndome piedad, siempre había algún Khulgan cerca para cortárselo instantáneamente antes de que pudiera rozarme siquiera... no os digo lo que disfrute con el espectáculo que me ofrecieron los Khulgan... la sangre cubrió incluso amplias secciones del techo de la habitación... a mí no veáis como me pusieron con las salpicaduras…
No creo necesario deciros que cuando me acerque al segundo de la banda seguido de mi cariñosa escolta y le pregunte... se apresuro a contarme con pelos y señales todo lo que sabía, suponía, se imaginaba o se le ocurría que me pudiera interesar sobre su jefe, la ciudad, los demás jefes, su vida y cualquier otra cosa que le pasaba por la cabeza... una vez que me conto lo que quería saber y en vista que no había forma de que callara les pedí por favor a los Khulgan que lo arreglaran... Lo cierto es que una espada cortándole por la mitad, una lanza atravesándole la boca y saliéndole por la nuca, un hacha sobre la cabeza y que freno su entrada al dar con la lanza, mas una espada entrándole por el cuello hacia el centro de su pecho lo hicieron callar de una forma bastante efectiva... aunque agradecí enormemente el no tener que seguir interrogándole después, porque hubiera sido todo un problema el poder hacerlo...
Ahora por fin sabía donde encontrar a la bellísima persona que decidió quedarse con mis caballos y encima querer que le pagara por haberlos usado... No tenía muy claro que le iba a hacer menos gracia a tan amable caballero, si mi visita o mi forma de pago... Desconvoque a los Khulgan y me dirigí a su casa... Aunque antes me fui a dar un buen baño, porque iba de sangre hasta las cejas... pensé con recochineo que ante todo debía de ir presentable para visitar a tan ilustre persona...
CONTINUARA