Crónicas de Vhaalzord - Libro 5 - 1

Val emprende rumbo al Continente Occidental atraves de “Los Archipiélagos”, a lo largo de los últimos 1000 años lo ha intentado entre seis o siete veces sin lograr terminar nunca de cruzarlos… y en este nuevo intento la travesía vuelve a empezar mal… pero que muy mal

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 5

Capitulo- 1

Durante dos años estuve moviéndome por el continente oriental con diversa suerte. Durante este tiempo estuve deambulando como juglar, contando historias por unas pocas monedas y desde luego escuchando las leyendas nativas de boca de los más ancianos, ya que muchas veces estas tenían ciertos visos de realidad, por este medio fue que di con las ruinas.

Encontré el conjunto de ruinas de lo que parecía una antigua ciudad en un gran bosque que se alzaba en un punto estratégico clave, ya que se encontraba entre varios reinos. La parte mala es que se encontraba ocupada por gente que según sus propias palabras, "se dedicaba a recoger las propiedades de los demás para que estas no les amargasen la vida". Reconoceréis que la forma que tenían de definirse a sí mismos era cuanto menos original, ¿no?.

Por algún extraño motivo asumieron que un hombre solo, con una cierta cojera, que se apoya para poder caminar en un bastón, cuyo medio de vida consiste en contar historias y leyendas, por un lado es una fuente valida de información y por otra que es alguien inofensivo o mínimamente peligroso. Aceptaron de buen grado mi presencias allí, por lo menos para divertirse a mi costa, lo que me empezó a molestar ligeramente ya el primer día.

La banda estaba formada por un centenar más o menos de sujetos y se dedicaban a asaltar las caravanas poco protegidas que transitaban entre los distintos reinos y a los viajeros solitarios, matando a todos aquellos que no de dejasen robar. Una gente la mar de agradable y yo me fui a presentar allí sin que me hubiesen detectado, por fortuna para mí me juzgaron por mi apariencia y llegaron a la conclusión de que había pasado entre sus guardias por pura chiripa, aunque el jefe los castigo a conciencia. Eso me gano algunos enemigos entre los bandidos.

Durante aproximadamente tres meses estuve aguantando las tonterías de esa gente y explorando las ruinas mientras las estudiaba, fue decepcionante no me sirvió para nada. Llegue a la conclusión de que debió de ser alguna ciudad de transito por el bosque que por alguna epidemia, guerra o algo fue abandonada hacia siglos, bastantes siglos, para colmo ni siquiera las ruinas de sus templos fueron mínimamente interesantes para mí. Una vez descartadas para mi búsqueda me dispuse a continuar viaje.

Debo de reconocer que cuando pretendí hacer eso tuve un pequeño problema, por una parte el jefe de los bandidos no quiso permitírmelo y por otro tres de los que fueron castigados por mi culpa presionaron aprovechando la ocasión para que se ocuparan de mi ya que según ellos no servía para nada. El jefe medito, sonrió, dijo que mis historia ya aburrían y entonces les dio permiso a esos tres para que me mataran... les soltó un "Matadle" con una sonrisa de oreja a oreja, lo que me sentó fatal, lastima, yo que pensaba no hacerles nada de nada antes de irme.

Según desenvainaron sus espadas y me miraron con caras torvas mi Shilkka los despedazo a los tres, y después... bueno la verdad es que como estaba un poco en plan vago no me complique con el resto de bandidos. Convoque cuatro magos Khulgan, estos unas tres docenas de guerreros y yo además también a media docena de lobos espectrales para que se encargaran de los vigilantes... fue todo muy desagradable, todos los bandidos fueron exterminados, yo solo mate al jefe aparte de esos tres. Al jefe como estaba un poquito enfadado con el por lo del "Matadle..." le destripe y luego le estrangule con su propio intestino... muy desagradable, me puse perdido de sangre y lo que no era sangre, una autentica guarrería, podéis creerme.

Tras esto me dirigí hacia una ciudad costera con la sana intención de dirigirme al continente occidental desde allí. Supuse que con lo de los bandidos alguien se alegraría ya que eran muy molestos en toda esa zona para el comercio, incluso fui lo suficientemente vago como para no llevarme las cabezas de varios de ellos para que me pagaran lo que ofrecían por ellas, pero bueno, tampoco es que fuera mal de dinero que dijéramos, los bandidos tenían bonitas cantidades de oro y dado que sería una pena que se quedaran por allí muertas de risa, pues… me lleve una buena parte. Cuando llegue a la ciudad en cuestión empecé a mirar de encontrar un barco que fuera rumbo hacia alguno de los archipiélagos del Gran Océano.

Entre el continente Oriental y el continente Occidental está el Gran Océano en el que existen una enorme cantidad de islas dispersas por él, sus tamaños varían una enormidad. Para que os hagáis una idea el Gran Océano seria como cuatro veces y medio el Océano Pacifico de grande. Las islas irían desde las grandes como pueda ser islas como Nueva Guinea o Madagascar, hasta pequeñas como cualquiera de las del atolón de las Marianas o las de la polinesia. A la totalidad del conjunto de islas del Gran Océano se las llama "Los Archipiélagos", y no me preguntéis la razón de esto porque no tengo ni la menor idea del porque se conocen así islas que en algunos casos se distancian entre sí en más de 20.000 km, metiéndolas a todas en el mismo saco. Evidentemente luego cada agrupación de estas y cada isla tiene como es lógico su propio nombre.

Durante todo este tiempo los archipiélagos no han sido unos sitios donde a mi me diera por ir, ya que ninguna de mis investigaciones me llevaron hasta alguna de las islas, no digo que no haya visitado alguna, pero desde luego aquí sí que no me conocen ni por casualidad. Si me presento a alguien de los archipiélagos con mi nombre posiblemente sería algo así, "Hola me llamo Vhaalzord", os garantizo que la contestación sería algo del estilo de, "encantado Vhaalzord, yo soy fulano"... Por aquí no he pisado mucho, y solo en medio docena de islas, donde además "no he dejado huella con mi peculiar estilo"... hasta el momento, claro.

Una cosa que me pone muy nervioso al viajar entre estos dos continentes desde uno u otro extremo del Gran Océano atraves de los Archipiélagos es que lo he intentado creo recordar que unas siete veces a lo largo de 1000 años, y ni una sola vez lo he logrado, siempre he acabado en otro sitio distinto del que quería ir por una cosa o por otra. Siempre que he logrado viajar entre uno y otro continente ha sido o atravesando el Gran continente o el Continente Sur, es decir en dirección contraria, pero por los archipiélagos ya os digo que jamás lo he conseguido... y no sabéis como me inquietaban mis experiencias previas en estos intentos, más que nada porque estos intentos de viaje siempre terminaban afectando rápidamente a mi humor y a mi paciencia… no digo que corriera el riesgo de enloquecer, pero… bueno, imagináoslo.

Partimos en un flamante barco desde una ciudad costera... ni recuerdo el nombre exacto, rumbo a una pequeña isla relativamente cercana... dado que el barco repentinamente empezó a hacer agua terminamos en otra isla diferente a nuestro destino, una situada a unos 300 km de distancia de nuestro destino original, y claro está, mucho más lejos de mi destino final que la otra... no veáis que mal rollo me estaba empezando a dar ya... y eso que solo acababa de empezar el viaje para cruzar los archipiélagos… ¡¡¡Uyyyyy, que mosqueooooooo…!!!

El barco atraco en una pequeña población con dársena para donde poder repararlo... lamentablemente tuve que irme de la población con cierta prisa al día siguiente a nuestra llegada, digamos que decidí sabiamente... cambiar de aires. Me metí en un local donde por lo que vi jugaban a diversos juegos, cartas, dardos, concursos de cuchillos, etc... No sé si es que me vieron cara de tonto, que llevaba mucho dinero o qué, pero lo cierto es que me intentaron timar con los cuchillos. Primero me medio forzaron a participar y después encima me dieron cuchillos "preparados" lo que me enfado lo suyo, cuando se me paso el cabreo por el intento de tangarme creo que había matado, al dueño del local, a los tres jugadores que me intentaron tangar, al barman que entrego los cuchillos trucados, a tres tíos con aspecto patibulario que sacaron unas espadas para matarme... y creo recordar que a nadie más, aunque en el caso de tres de los clientes que intentaron sacudirme no es que este muy seguro. Bueno el caso es que recogí mi dinerito junto con el de los mangantes y decidí no quedarme para dar explicaciones ya que tampoco es que tuviera muy claro si iban a ser aceptadas... así que decidí hacer turismo por la isla.

Dado que la isla era muy pequeña, me dirigí directamente a la otra ciudad que había con un puerto aceptable, tome un barco para salir de allí, solo que como obviamente llevaba prisa por salir de allí, tuve que irme en uno que iba hacia una isla del sur, y no hacia el Continente Occidental... como veréis seguía en racha. En esta ocasión llegamos perfectamente, sin contratiempos a nuestro destino. Era la Gran Isla de Qhorit, calculadla del tamaño de Madagascar, junto a tres islas mas solo un poco más pequeñas formaban el reino de Qhorit, obviamente estábamos en su capital... qué bien, ¿no?. Este era uno de los países más prósperos y poderosos del sur de Los Archipiélagos... Pero era un país que por una o por otra tenia la mala costumbre de estar siempre metido en todas las trifulcas que se organizaban por aquí.

De momento ya entre mal en la ciudad... nada más bajar me tropecé sin querer con un tío de aspecto patibulario, capitán de barco por lo que me dijeron. Un marinero del barco donde había llegado me dijo que ese capitán tan desagradable con el que discutí era un corsario de un reino relativamente cercano, y que era rencoroso como no me podía hacer una idea, amén de muy sanguinario, me aconsejo salir corriendo ahora que todavía podía... era lo que me faltaba.

Para los que no lo sepan, os diré que un corsario es un pirata "legal", cuando un país quiere joder la economía de otro, habitualmente enemigo, a cierta gente les entregan "patentes de corso" lo que les habilita a piratear los barcos del enemigo en nombre del gobierno que la expide, con lo que en ese país es alguien muy respetable y respetado, igual de hombre honrado es a efectos legales también en cualquier otro país al que no le haya atacado sus barcos, obviamente para el país al que ataca solo es un pirata mas al que si echan el guante normalmente terminaran ahorcando o algo peor.

La tercera noche en la ciudad buscando algún barco que me pudiera acercar a mi destino tuve un desafortunado encuentro con cuatro de los hombres del señor corsario ese tan simpático en un oscuro callejón del puerto. Lamentablemente para ellos los termine matando con mi Shilkka... como no estaba para bromas después de tres días de infructuosa búsqueda me fui al muelle, y desde una posición discreta probé algo que se me ocurrió mientras iba enfadado a hablar con el señor corsario para ver si tenía algún problema conmigo. Tranquilamente y durante al menos una hora y media o por ahí estuve creando burbujitas de poder en la estructura del barco, entre las cuadernas, los mástiles, la quilla, el timón... etc. Ya sabéis a que burbujitas me refiero, ¿no?.

Bueno pues tras prepararlas las insufle lentamente poder hasta que empezaron a reventar... digamos para que lo entendáis que el barco se deshizo por sí mismo, se cayó en trocitos al romperse cuadernas, la quilla por varios sitios, etc... Imaginad lo que las burbujitas hacían a las cabezas o los brazos y piernas de la gente..., ahora trasladarlo al barco entre sus maderas, cuadernas, mástiles, tablones y carenado... se desmantelo por completo, solo quedo un amasijo de maderos flotando en el muelle con muchos piratas intentando nadar, algunos que no sabían se ahogaron, mala suerte para ellos, con eso me di por satisfecho... Aunque confieso que fue un error, debí de hacer caso a mi primera intención cuando me dirigía a presentarle mis respetos al capitán, que era quemar el barco con todos ellos dentro, pero en fin... se me ocurrió, me hizo gracia, pensé que me iba a pasar con lo de quemarlos vivos y lo hice, mala decisión, aunque en ese momento no lo sabía.

Dos días después encontré pasaje en un flamante navío recién botado, tenia líneas finas que de notaban la enorme velocidad que sería capaz de desarrollar. Según averigüe estaba basado en una nueva idea de unos de los mejores constructores de barcos de los Archipiélagos, pero lo mejor es que su primer viaje lo llevaría directamente al Continente Occidental. Dos días después el desastre, habían asesinado a los guardias que lo custodiaban y había sido robado, todo apuntaba a cierto pirata y su tripulación a los que misteriosamente se les desencuaderno el barco. Llevándoseme los demonios pensé que definitivamente debí de haberlos quemados vivos a todos en vez de hacer aquella gilipollez del barquito.

Creo que a estas alturas ya os habréis dado cuenta todos de que desde casi el principio del viaje por Los Archipiélagos, estaba de un humorcito un tanto peculiar, ¿verdad?. Estuve durante los siguientes tres días buscando algún barco que me pudiera por lo menos acercar más a mi destino final, pero entonces un nuevo desastre, estallo una guerra entre dos coaliciones en ese sector de Los Archipiélagos, lo que se traduciría en una inmejorable ocasión para que piratas y corsarios se pusiesen las botas atacando de forma indiscriminada todo barco solitario que encontraran fuese del país que fuese aprovechando la confusión.

El poderoso reino de Qhorit en el que me encontraba, se metió en medio de todo el fregado como era su costumbre, allí de donde se pudiera sacar tajada, allí que se metían… Qhorit decidió desplegar su poderosa flota de guerra por sus principales rutas comerciales para protegerlas, cobrando además a los barcos ajenos que transitasen por ellas por su protección… y yo mira por donde encontré pasaje en un barco que hacia una de ellas sin ser del Reino de Qhorit, una de las principales y quizá la más peligrosa ya que se encontraba justo entre ambos contendientes… genial.

El barco en el que por fin encontré pasaje hacia comercio de telas de alta calidad, algo muy semejante a la seda pero más liviano, resistente y caro, de hecho enormemente caro, lo que lo convertía en un blanco de primer orden para cualquier pirata o corsario poco escrupuloso con el pabellón de sus presas. Para aumentar más sus ingresos su capitán no se negaba a llevar algunos pasajeros como era mi caso y el de dos jóvenes damas de alta cuna con cuatro sirvientes, aunque mas tenían pinta de escoltas que de sirvientes.

Yo seguía manteniendo aparentemente mi oficio de "contador de historias", en algunos sitios los llamaban también juglares que es un término más fino y educado. Los buenos contadores eran sumamente apreciados... y yo otra cosa no, pero historias sabia... un buen montón de ellas, esta no era la primera vez que usaba este disfraz. El capitán como pago por mi pasaje no me pidió dinero cuando le solicite que me permitiera viajar con él, sino que quiso que amenizara el viaje con mis historias, ya que cuando hablamos me pregunto por las historias que conocía, le dije que sabia muchas del Gran Continente o el Continente Sur, algo que ciertamente por esos lares no eran tan famosas y podías sorprender con ellas a la gente... algo que empecé a hacer desde el primer día en la ciudad para mantener mi disfraz ya que procuraba no dejar nada al azar, relatando algunas de las historias más populares en esos otros continentes.

Para mi sorpresa al segundo día paso lo que tenía que pasar y que no me espere que saliera a relucir, que ingenuo. El capitán me pido que contara alguna historia de según él, la más grande leyenda del Gran Continente y del Continente Sur, Vhaalzord, el Nigromante. Genial, en ese momento casi me lleve las manos a la cabeza, solo me faltaba tener que contar historietas sobre mí, la mayoría de las cuales encima eran mentira... joder, joder... Pero sí que me di cuenta de una cosa según iba contándolas, a las dos jóvenes no las sorprendía lo que escuchaban, lo que no concordaba con su supuesta procedencia...

La historias que más se llevaban en las aldeas eran las más sangrientas, de magos, de guerreros, de amores imposibles... etc, pero entre la nobleza no, magos, guerreros y amores, pero de lo más sutiles en cuanto a su violencia, digamos que sus paladares eran exquisitos y muy refinados. Por lo que era rarísimo que a una damita de alta cuna que en teoría estaría hiperprotegida se le permitiera escuchar según que relatos, mucho menos de los que yo estaba contando, relatos de sangre, magia, dolor, sexo y crueldad sin limite... en definitiva alguno de las más populares mentiras que circulaban sobre mi... ver para creer lo sanguinario que me pintaban en casi todos.

A los cuatro días, cuando me cerciore de mis sospechas hable discretamente con el capitán sobre el asunto, le pregunte si conocía a esas jóvenes y sabia que eran quienes decían ser... para mi asombro me dijo que no, que era su segundo quien les había concedido el pasaje y respondía por ellas, me dijo riéndose y dándome una palmadita en el hombro que este eran un hombre honorable, que estuviera tranquilo... Entre el capitán y yo se había creado una especie de relación de amistad, contándome este anécdotas de su vida y de su hija, su única familia... era desde luego un buen hombre y me temía que estaba muy confundido con el ambicioso de su segundo oficial. Para mi sinceramente la forma de ser de este parecía más la de un pirata que la de un hombre honorable, en definitiva, que eso no solo no me tranquilizo, sino que agudizo mi incomodidad por determinadas situaciones y empecé a fijarme mucho más en casi todo a mi alrededor... algunas cosas entre las dos jóvenes, sus guardias, el segundo oficial y ciertos marineros no me gustaron ni media...

Con la situación de guerra que había creada, el valor del cargamento que sabía que llevaba el barco, mas el mosqueo que llevaba con esta gente..., malo, digamos que mi instinto me empezó a indicar peligro. Empecé a indagar a mi manera sobre todos y cada uno de los tripulantes del barco, incluido el propio capitán pese a caerme tan bien... Encontré algo que no me gusto ni un pelo, el segundo oficial era un mago... no sabía bien si es que no era excesivamente poderoso o bien era un imbécil redomado, pero era un mago al fin y al cabo.

Cada vez me gustaba menos todo este asunto, la parte buena es que el segundo oficial parecía estar tan confiado en si mismo que no se había molestado en sondear a nadie del barco para que no se le colara en el otro mago... justo igual que había echo yo, otro idiota confiado mas, podríamos decir. Además debido a mi presunta cojera supongo que me ignoro y no me tomo en cuenta, una ventaja de mi "profesión" de cuenta cuentos es que estos también suelen llevar bastones, cayados o similares... son muy útiles a la hora de gesticular e impresionar con detalles de fabulosos y fantásticos combates a tus oyentes... Prepare varios conjuros sobre mi bastón, quería asegurarme de poder emplear algunos en particular en caso de que mis peores presagios se cumpliesen...

Un día después y a menos de cuatro de nuestro destino un navío nos alcanzo, navegando raudamente a nuestro encuentro... al igual que el resto de la tripulación no tuve ningún problema en identificarlo, ya que como muchos otros estuve presente el día de su botadura, el barco mas rápido construido en ese momento en Los Archipiélagos... Era ese barco y todos sabíamos quienes eran sus tripulantes. El capitán ordeno desplegar todo el velamen y que todo el mundo cogiera sus armas, confiando en encontrarnos pronto con algún barco de guerra del Reino de Qhorit... entonces fue cuando mis sospechas cobraron vida...

La dos jóvenes que aparentemente al ver junto con los demás el barco que nos perseguía estaban tan asustadas se pusieron en movimiento... una cogió por sorpresa al capitán, poniéndole un cuchillo en la garganta y otra al segundo oficial, haciendo lo mismo con él. Sus cuatro escoltas espada en mano se pusieron a su lado para cubrirlas... La que tenía cogido al capitán movió su cuchillo degollándolo sin inmutarse en lo más mínimo, mientras la otra amenazaba con hacer lo mismo con el segundo oficial si no tiraba todo el mundo las armas y nos situábamos en cierta posición donde les seria facilísimo controlarnos hasta que llegaran sus compinches... La verdad debo de reconocer que me pillo en un momento en que estaba pensando en otras cosas, llevaba días cerca del capitán para evitar precisamente que pudiera ocurrir algo como eso... Pensé que la muerte del capitán en cierta forma era en parte culpa mia por haberme despistado de la forma en que lo hice.

Cuando todos estuvimos en la proa, como ovejas, todos apretaditos en la parte más estrecha y completamente desarmados excepto yo que mantenía mi bastón... ya sabéis, por mi cojera. El segundo oficial se destapo junto a seis marineros más de la tripulación... Ahora enfrente teníamos al segundo oficial, las dos jóvenes y diez hombres armados controlando a los restantes dieciséis marineros y el cojo relator de historias... Una vez que todos pusieron sus cartas sobre la mesa y los que no debían de morir estaban todos juntitos a mi espalda..., me moví yo para poner orden allí...

Dos de los marineros del segundo se vinieron a por mí cuando me separe del grupo para avanzar hacia ellos, tuvieron la mala suerte de toparse con dos de mis Dagas Khlomn que se enterraron en sus cuellos, matándolos en el acto. Entonces el segundo oficial con la cara congestionada por la rabia me dijo...

- Segundo : ¿Quien coño te has creído que eres?, vas a morir estúpido...

- Yo : ¿Tú crees?

Me lanzo un conjuro de ataque que desvié como si tal cosa con mi mano, como dándole un manotazo con el revés de la mano, mandándolo hacia el mar...

- Yo : ¿Eso es todo?

El segundo lanzo un dardo ígneo sobre mí, un dardo de considerable poder, dardo que mis defensas rechazaron sin el menor problema, en ese momento los cuatro escoltas de las chicas que creyéndome distraído se habían movido sutilmente para rodearme me atacaron... mi bastón se transformo en mi Shilkka y mi cojera desapareció, los cuatro fueron muertos en segundos ante la atónita mirada de todos los presentes...

- Yo : Ahora me ocupo del resto de vosotros... pero antes debo de ocuparme de ese barco...

Ante la atónita mirada de todos extendí mi bastón apuntando sobre el navío pirata que se acercaba a toda vela con su estandarte desplegado al viento indicando quienes eran con claridad. Entonces hice un gesto contra el barco soltando el poderoso conjuro ígneo que retenía en el bastón, segundos después una enorme bola de fuego envolvió el barco de los piratas... todos los presentes en el barco palidecieron al verlo... no hay nada más terrible en el mar que un incendio en un navío al estar todos construidos en madera, aunque segundos después las caras de la tripulación reflejaban regocijo con claros signos de esperanza, y la de los traidores miedo...

Tras esto me moví velozmente con mi Shilkka hacia los traidores restantes que permanecían mirando al infierno de llamas con la boca abierta, abatiendo a los marineros traidores por sorpresa y sin piedad, dejando para el final al segundo y a las chicas. El segundo se intento defender, pero ni su poder se podía comparar con el mío, ni sus conocimientos estaban a mi altura... use varios conjuntos de captura contra los tres, usando un conjuro sellador contra el poder del segundo, encargando a la tripulación que los ataran antes de retirarles los conjuros de atadura. Me encontré de repente con que aunque parezca mentira acababa de ascender a capitán del barco según sus tripulantes... supuse que era por miedo, pero bueno, de momento me interesaba para ser yo quien controlara el castigo de estos tres.

En primer lugar ordene que pusieran rumbo a los restos flotantes del barco pirata, lance dos poderosos halcones mágicos al cielo para observar por sus ojos si había supervivientes, encontrando media docena escasa de ellos, incluido el capitán pirata. Una vez todos abordo se les ato como a los otros. Me di la vuelta y dirigiéndome a cuatro marineros les dije que prepararan unas poleas y pasaran tras cabos debidamente encerados desde proa por debajo de la quilla... los prisioneros se pusieron pálidos como muertos al oír esa orden, intentaron zafarse de las ataduras...

Uno de los piratas logro aflojar lo suficiente sus ataduras como para moverse e intentar huir saltando por la borda... al verse acorralado sin posibilidad de huir no sé cómo se le pudo ocurrir semejante memez, pero intento venir a por mi... prepare un conjuro al verle avanzar hacia mi... al llegar a mi alcance le lance mi mano extendida como si fuese un cuchillo, esta penetro en su pecho ante la atónita mirada de todos los presentes que vieron como mi mano abandonaba su pecho con su todavía palpitante corazón en ella... no sé quien me miraba con más miedo después de eso, si la tripulación o los prisioneros... dije en voz alta algo así como “no sabéis lo mal que me sienta que me intenten atacar…, me cabrea muchísimo…”. Tras eso hice que dos marineros tiraran "los desperdicios" al mar, corazón incluido.

Los piratas, el capitán y el segundo murieron pasados por la quilla. A los fondos de los barcos cuando llevan cierto tiempo en el agua se adhieren todo tipo de moluscos, conchas, etc... Todo ello normalmente terriblemente afilado. Al condenado a pasar por la quilla se le ata a ambos extremos del encerado cabo que previamente ha sido pasado por debajo del barco y después puesto en poleas para minimizar el esfuerzo de los encargados de tirar de él, con estas se hace viajar al condenado por toda la ruta del cabo bajo el barco, muriendo la mayoría de ellos por los cortes recibidos al pasar "restregándose" por la quilla del barco mientras esta atado al cabo, por los golpes contra el casco, y en algunas ocasiones incluso medio devorados por carnívoros acuáticos como los escualos. A nosotros quien más nos aguanto fue el segundo, que tuvo la suerte de pasar tres veces antes de morir completamente hecho un guiñapo sanguinolento... después de ello todos fueron colgados en las vergas como recordatorio de lo que les ocurre a los piratas... Seguro que además habría algún tipo de recompensa por ese capitán ya que pertenecía a la coalición contraria a la de la isla que era nuestro destino, bueno y también porque me pareció divertido entrar así, con esa decoración en el puerto, que coño.

A ambas jóvenes las hice atar en unas traviesas en forma de aspa de pies y manos, a la pregunta de la tripulación de que pensaba hacer con ellas mi respuesta fue obvia... "violarlas, por supuesto". Hacía mucho que no estaba con una mujer y esas dos putas eran enormemente atractivas, así que... fui el primero en follàrmelas.

La primera me la folle por el coño... estaba seca, pero un poco de saliva y un truquito de magia hizo que empezara a lubricar pese a su miedo. Estuve como cinco minutos fòllandomela el coño, cuando vi que la zorra estaba a punto de correrse, se la metí de golpe por el culo aprovechando que mi polla estaba lubricada por sus propios jugos, y levemente protegida por un escudito mágico para no hacerme daño. Creo que por sus alaridos de dolor le tuve que rajar el culo a conciencia... estuve como cinco minutos dentro de su culo embistiéndola hasta correrme en su interior... tras lo cual un marinero le paso una especie de esponja por su culo para dejarla lista para el siguiente... todos y cada uno de ellos se la follaron por ambos agujeros sin piedad.

La otra joven tuvo menos suerte ya que fue quien degolló al capitán, alguien que me caía enormemente bien. Use un conjuro para exacerbar sus sensaciones de dolor, y sin más miramiento de ningún tipo la rompí el culo a lo bestia. Sus alaridos se confundían con los de la otra chica. Ambas a esas alturas estaban llorando a moco tendido sin que a nadie nos importaran tres pepinos ninguna de ellas. Tras su culo vino su coño que estaba completamente seco, fue más de lo mismo, al meterla mi polla allí de golpe y en plan salvaje creo que le ocasione desgarros en la vagina... una vez que me corrí en ella llego un marinero con su correspondiente esponja con agua de mar (lo que debía de escocerlas) para limpiarla y dejarla limpita para la siguiente polla.

Fueron pasando todos los tripulantes como habitualmente se hace en estos casos, por riguroso orden de tamaños, de forma que el que la tuviera mas gruesa fuera el ultimo por aquello de la dilatación de la victima... De todos modos use en las dos un hechizo para que esta fuese la mínima imprescindible para no matarlas o que perdieran el conocimiento por el dolor. Lo que no pude jamás suponerme fue lo del último marinero al que le toco divertirse con ambas... le llamaban "el Mástil", y no precisamente por su envergadura física... era algo monstruoso lo que tenia al angelito... 27 cm de largo por unos 12 a 14 de ancho... como su apodo indicaba, un autentico mástil de barco...

A la primera que decidió follarse la reventó por completo el coño... se lo dejo en carne viva casi, por el agujero abierto en el se podía meter cómodamente una mano... que animal, estuvo dándola de forma salvaje unos tres minutos hasta correrse, aguanto tan poco debido a su calentura. Con la siguiente tardo lo suyo, y antes de correrse también se la follo por el culo... no os cuento los alaridos de la chica cuando ese mástil la perforaba el culo sin piedad, abriéndoselo y rajándoselo por completo... tras saciarse en el volvió a meterle semejante monstruo en el coño para terminar corriéndose dentro de ella esa segunda vez...

Todavía no obstante no había terminado, tras esto pidió permiso para poder follarse a la primera también por el culo... al ser el ultimo no le importo a nadie, incluso se hicieron apuestas entre la tripulación por ver cuánto le rajaría "el mástil" el culo a la chica. Aun se corrió una tercera vez entre los alaridos y gritos de dolor de la chica al sentir como esa enorme verga la destrozaba igual que a su compañera... Tras ello se empeño en que las dos le chuparan la polla para dejársela limpia de heces, sangre y flujos... solo consiguió que una de ellas lo intentara morder al acercarla la polla a la boca...

Al ver que el marinero quería cortarla el cuello por el intento de morderle se lo impedí... o al menos lo intente, no sé si es que no pillo bien el mensaje que envié sobre lo de atacarme a mi o no lo di lo bastante claro al arrancar aquel corazón... pero lo cierto es que intento apuñalarme con el mismo cuchillo con el que quiso matar a la chica, el resultado fue que le bloquee el ataque, le desarme y con mi propio cuchillo le corte la verga disfrutando de sus chillidos de dolor... poniéndole después la palma de mi mano en su pecho y empleando con él un conjuro de impulso sobre el... salió volando unos quince metros por el aire yendo a chocar contra la borda del barco, donde intento contener la hemorragia con sus manos... tras eso y dado que avise de que mataría al que se acercara sin mi permiso, nadie se atrevió a hacer nada por el... deje tranquilamente mientras le miraba agonizar con perversa satisfacción que muriera desangrado por la herida que cause al cortarle el pene...

Por lo que pude observar en el resto de la tripulación, esta vez sí que por fin logre dejar clarísimo lo que opinaba de los intentos de atacarme y de lo mal que me los tomaba. Tras esto volví a las chicas otra vez, ordenando a dos marinos que limpiaran otra vez de "mierda" la cubierta, tirando al muerto y su pene al mar. Después de esto decidí que hacer con las mujeres tras habérnoslas follado a las dos todos los tripulantes como castigo y diversión. A la que no toco al capitán di orden de colgarla de uno de los palos con los demás piratas, pero a la otra, a la que degolló al capitán... a esa hice que la clavaran a la proa del barco para usarla como mascaron, solo que un poco mas debajo de lo habitual...  me gustaba ver como rompían las olas contra ella al navegar a toda vela... murió tan solo un par de horas antes de entrar en el puerto de destino. Cuando llegara al puerto tenía pensado negociar la carga, y llevarle todos los beneficios obtenidos junto con el barco intacto a la hija del capitán como mi último gesto hacia el... en cierto modo como disculpa por no haberle podido salvar.

CONTINUARA