Crónicas de Vhaalzord - Libro 3 - 4
Nhizra es muy inteligente, se las arregla para poner a Val en un serio aprieto que le obliga a tomar medidas drásticas y casi ponerse al descubierto Lizeth y Nhizra además observan a Val como halcones mientras también se vigilan mutuamente
CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 3
Capitulo- 4
Durante al menos tres días los investigadores estuvieron haciendo preguntas a todo el mundo, pasamos de unos a otros sin descanso, debiendo de contestarles una y otra vez a las mismas cosas, después de eso y por orden de la dirección se reanudaron los torneos entre los alumnos. En la pelea de hechizos de combate y defensa fui de lo más normalito, siendo derrotado no a las primeras de cambio pero sí sin pasar excesivas rondas. La cosa es que ahora mismo aparte de no perderme Nhizra ni un momento de vista, había otra persona más que tampoco lo hacía ni por un momento, Lizeth... era como un halcón acechando a su presa, con la vista fija en mí. La misma Lizeth que estoy seguro que estuvo espiándonos a Nhizra y a mí.
En la última de todas que fue casualmente la de lucha con bastón paso más o menos lo mismo que con el resto, sin destacar, siendo alguien que se defiende bien pero nada del otro mundo. Me retiraba de la arena derrotado cuando Nhizra me la jugo pero que bien jugada... me llamo con un grito y cuando me gire sobre mí para ver que quería pude ver como lanzaba un dardo de ballesta directamente contra mi... tenía pocas opciones en ese momento y además en mi naturaleza no estaba el dejarme ensartar por él dardo para no levantar sospechas. Esas decimas de segundo elegí del mal el menos, la desvié con el bastón, golpeándola cuando llegaba a mí. Ante el asombro de todos Nhizra salto a la arena con su bastón... arrojando la ballesta a un lado, cuando se situó frente a mí en la arena solo me dijo..
- Nhizra : Ahora enfréntate conmigo... sin trucos...
- Yo : (Asentí con la cabeza... diciéndola únicamente...) Sin trucos...
Después de esto ambos nos pusimos en una posición de guardia, mientras yo meditaba si debía de perder por poco, ganarla por poco, ganarla, ganarla holgadamente o directamente destrozarla sin piedad... en un instante. Dado que ya lo del bastón no tenía solución decidí hacerla pensar todavía mas, bueno tanto a ella como a los demás investigadores que sin duda estarían pensando también en lo que acababa de hacer. Parar con un bastón un dardo de ballesta era algo al alcance de poquísima gente, y salvo que hubiera sido por casualidad... cosa que al ser provocado por su compañera era algo que tampoco creería ninguno de ellos. Decidí usar con ellos algo en mi favor, algo que sabia del Imperio por mis anteriores pasos por él, un pequeño punto débil endémico de su sistema y propiciado además por la propia academia... Esperaba que eso al menos me diera el tiempo necesario para poder husmear a conciencia por las salas prohibidas de la biblioteca.
Me ataco con precaución para probarme, pero para su completa sorpresa antes de que se hubiera podido dar cuenta de lo que había pasado su bastón estaba en mi mano. Sonriéndola socarronamente se lo devolví solo un instante después, viendo como fruncía el ceño y se mordisqueaba el labio inferior con cierto enfado. Después de eso como podréis imaginar la atención de todo el mundo se redoblo sobre mí, empezando por sus propios compañeros... todos ellos con sus ojos puestos en mí. Para el asombro de todos, incluida Nhizra abandone mi guardia, colocándome de lo más relajado, momento que ella intento aprovechar enfadada por mi aparente menosprecio hacia ella, encontrándose solo unos instantes después sentada en el suelo, sin el bastón, que una vez más termino en mis manos, además de con un doloroso y muy humillante golpe en las posaderas que le di con mi bastón antes de ir a dar con ellas en la arena. Decir que ella me miraba con cara de asombro y rabia seria quedarse corto, tenía la boca literalmente abierta mirándome y unos ojos que parecían querer matarme lentamente.
Después de esto como podréis suponer me cayó encima toda la jauría de investigadores, la dirección, profesores, etc... Todos intentando obtener respuestas de mí. A esas alturas ninguno de ellos se creería lo del alumno, digamos que mi manejo del bastón no era el de una persona normal, lo manejaba excesivamente bien como para no asumir que en realidad debía de ser un mago, y no precisamente un aprendiz para estar dando clases con los demás. La cuestión que se debían de estar todos ellos preguntando es quién demonios podía ser yo. Una vez que todos los alumnos fueron obligados a retirarse de allí mientras todos permanecían a mí alrededor esperando a quedarse a solas conmigo... empezó la juerga.
Contra mas me preguntaban, mas me salía yo por la tangente, contra mas muestras de enfado daban, mas sonreía yo amablemente, al final uno de los investigadores militares exasperado por mi falta de respuestas, de colaboración y mi forma de contestarlos, intento una sonda mental conmigo, una de las más agresivas y dolorosas... que era justo más o menos lo que yo estaba esperando, que alguien perdiera los estribos para poder actuar contra ellos. Según convoco la sonda mental y la lanzo sobre mi se encontró con una dos pequeñas sorpresas sin importancia... en primer lugar destroce su sonda con un cotrahechizo especifico para ella y en segundo lugar le lance yo a mi vez otra sonda mental, o algo muy similar a ellas... pero esta no se usaba para investigar, esta era usada usada como ataque o como tortura incluso, era una que provocaba un dolor de cabeza atroz... la lance de tal intensidad que se derrumbo en el suelo dando alaridos de dolor mientras se sujetaba la cabeza con ambas manos...
Dos de sus compañeros empezaron a convocar su poder para lanzar contra mi sendos hechizos ofensivos, iniciaron la creación de sendos azotes mágicos para usar contra mí, pero se detuvieron en el acto a ver aparecer sobre mí cabeza dos pequeñas esferas de fuego rebosantes de energía mágica listas para ser lanzadas... eran un bonito espectáculo y además de lo mas esclarecedor. Digamos que todos ellos entendieron el mensaje que les mande, ya que fue de lo más obvio para todos los presentes, lo primero solo fue una advertencia por la sonda, un ataque de alguno de ellos y mi respuesta esta vez seria en serio, eliminando al atacante sin piedad...
- Nhizra : ¿Quién eres?
- Val : Un estudiante de segundo año...
- Nhizra : Venga ya, eso no lo hace un estudiante... hay que ser un mago bastante poderoso para hacerlo como lo has hecho tu...
- Val : Te lo repito, solo soy un estudiante, punto.
- Jefe de Investigadores : Quien es tu jefe... es mejor que nos lo digas, antes o después lo averiguaremos... averiguaremos que departamento te ha enviado a la academia y para que...
- Val : Repito que solo soy un estudiante de segundo año... si queréis preguntar por mí a vuestros superiores que tengáis suerte...
- Director del Consejo de la Academia : Está prohibido infiltrar a nadie en la academia por la ley imperial, esa orden solo pueden darla... (Al llegar ahí se paró en seco en sus elucubraciones poniéndose pálido, tan pálido como todos los demás presentes allí al darse cuenta donde se había parado)
- Val : (Con mi mejor sonrisa maliciosa) Si no tienen más preguntas me retiro a mis aposentos... dejen de mareal la perdiz y recuerden que solo soy un estudiante de segundo año, nada más.
Cuando llegue a mi habitación no pude por menos que partirme de la risa al recordar las tensas caras de todos ellos después de decir eso y empezar a andar entre ellos sin que ninguno se atreviera a impedirme el paso, retenerme o decirme ni media palabra más. Evidentemente intentarían hacer averiguaciones aunque estaba casi completamente seguro de lo que sucedería, salvo que diera con alguien que tuviera relación personal con algún implicado, un muy, muy alto cargo o algo así, nadie en su sano juicio intentaría hacer averiguaciones más arriba de ciertas posiciones y mas tras lo sucedido en la academia y con la biblioteca.
Digamos para que lo entendáis que para mandar un mago infiltrado a la academia como sospechaban que era mi caso, de la forma en que había sido realizado y demás, mi presencia tendría que haber sido cosa del Emperador en persona, Del Jefe del Gran Consejo de Magos o del Ministro de seguridad interior, que era tanto como decir que me habían mandado del servicio de contrainteligencia, que era el departamento más temido de ese ministerio, aunque posiblemente seria más preciso decir que era el más temido y punto. Esas tres personas eran las únicas con la autoridad necesaria como para ordenar semejante cosa.
También había otras cosas que empeoraba bastante la situación para todos ellos por una u otra circunstancia, ya que por un lado estaba la violación de la biblioteca en sus mismísimas narices sin que supieran que habían tenido éxito, la extracción del pergamino de invocación, la misma invocación del guerrero Khulgan y para rematarlo todo mi misma presencia infiltrado durante meses sin ser detectado en la academia, el ojito derecho del propio Emperador y de todos sus antecesores durante más de 200 años... cualquier incidencia por pequeña que fuera referida a la academia les era comunicado a ellos desde siempre, y ya ni digamos con algo referente a la biblioteca de la misma por sus particularidades.
Miradlo de esta forma para una mejor comprensión de la situación de todo el mundo allí con mi presencia, digamos que una academia sin problemas era ir directo hacia un ascenso, pero una academia con el más nimio problema era como estar jugando con una serpiente venenosa y sin antídoto posible.
Digamos que esto era básicamente lo que más les preocupaba a todos ellos, el conocimiento de que cualquier incidencia seria del conocimiento automático por parte del emperador, incluyendo el de cualquier error que pudieran cometer, máxime si con esto se tenía en cuenta mi propia presencia con las sospechas de haber sido enviado con lo que se barruntaba una comisión por alguien de “las más altísimas esferas”, y pensad en los cargos que os he dicho, creedme que si eras listo sabias en el acto que no era como para andar moviendo mucho la cosa si apreciabas tu puesto o incluso diría que tu propia vida en algo. Solo tendrías que hacer la pregunta equivocada a la persona equivocada para cabrear a más gente por las altas esferas de las que ya debían de estarlo tras todo lo sucedido. Era jugártela de la peor forma posible si te equivocabas, existiendo entonces la enorme posibilidad de llevarte el premio gordo al más idiota, y esto era algo con lo que yo contaba que sucediera.
Una semana después yo seguía en clase, teniendo todos los compañeros presentes claro que era extraordinariamente bueno con el bastón pero muy mediocre en todo lo demás por increíble que parezca, todos excepto los profesores, dirección, investigadores claro, con esos no colaba para nada... mas después de mi pequeña demostración mágica de las esferas de fuego, cada vez estaba la cosa más animada. La parte mala de todo esto es que lo de la biblioteca cada vez se me complicaba más para poder ir a mirar con tranquilidad. Otra cosa mala era que ahora todos, y digo todos, sentían una extraordinaria y malsana curiosidad por saber qué coño era lo que se suponía que estaba yo haciendo allí durante todo ese tiempo sin dar señales de que hiciera nada en concreto, no sé si me explico. Nhizra no me perdía de vista, sus compañeros tampoco, los profesores menos y la dirección ya no digamos... era de lo más divertido, creedme... que ganas de destruirlo todo que me estaban entrado, de verdad, que ganas.
Luego para terminar de animarte la situación tienes los típicos tontos, los típicos imbéciles y los que son gilipollas desde que nacieron... Llevaba una racha de cosas con las que no había contado que ni os digo, cuando me salto la nueva cosa con la que no había contado. Como tenía todos estos como buitres sin perderme de vista ni un instante algunos alumnos empezaron digamos que a ver con malos ojos lo que parecía desde su punto de vista mi cada mas incipiente encumbramiento a los ojos de los profesores e investigadores, opacándolos a ellos, malinterpretando su interés por mi por completo.
Los primeros en demostrar a todos que eran imbéciles fueron tres lumbreras de cuarto que debieron de pensar que ellos tres, de cuarto curso, emboscándome, a solas contra un único alumno de segundo curso…, vamos por muy bueno que fuera con el bastón ellos eran de cuarto y hablábamos de magia así que... decidieron darme un lección en un pasillo. El resultado fueron los tres con muchos huesos rotos ya que pese a intentar usar la magia los muy imbéciles me emboscaron en un pasillo anchísimo que me permitió mover el bastón con comodidad y en el colmo de su propia estupidez además se pusieron dentro del radio de alcance de mi bastón, un duro trabajo para las curanderas el que les di con ellos.
Yo me fui de rositas ya que eran dos cursos mayores, eran tres contra uno y fueron ellos los que me atacaron al emboscarme... como digo salí de rositas, aunque no se si se hubieran atrevido a intentar hacerme algo, pero como para ellos tal y como yo mismo les recalque iba “de alumno” mejor no tentar la suerte. Pero esos no fueron los únicos imbéciles que les dio por meterse conmigo.
Estuve un mes esquivando ataques, en este caso solo fueron verbales o bromas pesadas de todo tipo y de toda clase de imbéciles contra mi, dado como se estaba empezando a poner el panorama decidí hacer algo público para que dejaran de joderla antes de que me enfadaran de verdad y alguno resultara muerto por accidente. Cuando tres de los mejores del quinto curso fueron contra mí de muy malos modos y como estaba perdiendo mi paciencia a pasos agigantados, solo se me ocurrió desafiarlos a un duelo de lo que quisieran delante de testigos, poniéndome en bandeja de plata desde su punto de vista para poder machacarme vivo como están deseando sin riesgo para ninguno de ellos, como podéis suponer aceptaron en el acto.
Lizeth intento convencerme de que era una locura, todos mis compañeros opinaban lo mismo que ella pero nadie se atrevía a decirme nada para no buscarse problemas con los que me odiaban... Lizeth estaba teniendo problemas con ellos al mostrarse como amiga mia, no había intervenido todavía en lo referente a ella porque lo llevaba muy bien, y desde luego no era ningún blanco fácil. Digamos que con ella se lo pensaban mucho más que conmigo, sobre todo después de ver como convoco el lobo negro, tras eso como que no molaba mucho enfrentarse a ella no fuera que la diera por hacer alguna estupidez. Lizeth con todo esto había empezado a ganarse otra vez mi “estima”, aunque todas las señales digamos que apuntaban a que ella tenía interés en ganarse también otra cosa conmigo y hacerme olvidad su traspiés con el imbécil aquel.
El duelo mágico que ellos pidieron lo aprobó la dirección en el acto, con la anuencia de los investigadores también, supuse que todos ellos deseaban poder hacer una mejor valoración de mis habilidades dado que claramente todo esto iba para poder darles un escarmiento a esos idiotas. Por otra parte cuando mi a mis adversarios me di cuenta en el acto de que estaba clarísimo lo que pretendían esos tres con su petición al llegar ante los profesores, ya que al ser los desafiados exigieron entrar los tres a la vez contra mi... nunca lo hubieran permitido los maestros evidentemente, y ellos lo sabían, pero de este modo me ponían nervioso, o eso pensaban ellos... pero para su asombro le dije al profesor que les dejara entrar a la arena a los tres, que me encargaría de ellos a la vez...
Lejos de mosquearse con esto, con mi aparente seguridad, encima el más tonto de todos, el que iba de jefecillo me dijo con toda la chulería que para vencerme convocarían criaturas que me helarían la sangre haciendo que me meara encima antes de suplicar clemencia rindiéndome a ellos... Estaban avanzando, sonriéndome con maldad, para entrar en la arena cuando ante el asombro de todos a mis espaldas aparecieron cuatro enormes y terroríficos Lobos Espectrales de las Estepas del Norte..., los tan temidos lobos negros parecían un cachorrillo al lado de estos, allí pego un bote hasta el apuntador al verlos aparecer, los tres idiotas se pusieron como la nieve cayéndose al suelo de culo incluso uno de ellos al dar varios pasos atrás por el miedo, parecía que su sangre se hubiera convertido en escarcha.
Los profesores, magos militares de protección de la academia e investigadores se dispusieron a intervenir para evitar que los lobos se escaparan de mi control cuando se detuvieron en seco, viendo asombrados como los cuatro gigantescos lobos buscaban el contacto conmigo para que los acariciara. Este simple hecho para cualquier mago experto lo que denotaba era un control por mi parte muy, muy profundo sobre ellos, pocos magos eran capaces de lograr algo así con un único animal tan peligroso como el que yo había convocado, conque imaginad cuantos de los allí presentes serian capaces de hacerlo así con cuatro de ellos a la vez.
Vi que más de uno y más de dos se ponían repentinamente pálidos al pensar en las consecuencias de lo que acababan de verme hacer, acababa de demostrar sin el menor género de dudas que desde luego era un mago, y además bastante, pero que bastante poderoso, mucho más poderoso de lo que ninguno de ellos pudiera haber llegado siquiera a sospechar en un principio... no creo que hubiera nadie que no se preguntara qué coño estaba haciendo alguien como yo metido en el segundo curso de la academia, pero ahora ya se lo empezaban a preguntar incluso los alumnos. Se veía en las caras de profesorado, investigadores y magos militares de la academia que arreciaban y se intensificaban sus sospechas sobre mi estancia allí… pero ahora sus preguntas no iban dirigidas hacia si era cierto o no, sino hacia qué narices se suponía que estaba yo haciendo allí…
Como comprenderéis el duelo acabo antes siquiera de haber empezado, cuando los profesores los consideraron a los tres como derrotados directamente, sin dejarlos participar ninguno dijo ni media palabra en contra. Es más se fueron como vulgarmente diríamos, con el rabo entre las piernas. No creo que ninguno de vosotros a estas alturas no penséis que lo de la academia se me estaba escapando de las manos por momentos, pero increíblemente la cosa fue mejorando muchísimo después de esto.
De momento los demás alumnos dejaron de fastidiarme a mí, y de paso como por reflejo también a Lizeth... Los profesores también se empezaron a mantenerse al margen conmigo, era como un mueble mas en las clases, ahora sí que no se preocupaban de lo que hacía, no hacía, o como lo hacía, ya que eran conscientes de que todo lo referente a mi mediocridad en sus clases lo hacía a posta... Lo más gracioso es que entre ellos se empezó a mover el rumor de que sin duda era un observador experto enviado allí para evaluarlos a todos ellos, para medir su verdadera capacidad, y que ahora me había descubierto para poder hacerlo con ellos de nuevo en esta ocasión bajo presión por todo lo sucedido, e incluso había quien sospechaba que la presencia de los investigadores junto con lo de la biblioteca que también iba con el mismo fin, recordad como ya os dije que la academia era el ojito derecho de los Emperadores desde hacía más de 200 años.
Descubrí por casualidad que el jefe de investigadores había hablado sobre mí con su jefe, este había hecho por lo visto discretísimas averiguaciones sin lograr sacar nada en claro, por lo que les dijeron si alguien sabía algo se guardaba muy, muy bien en decir nada de nada a nadie, sin contar con lo nerviosa que se ponía la gente con el tema y su inmediato interés en dejarlo correr. Tal y como yo pensé que pasaría, empezaban a apuntar las sospechas de todos ellos hacia el propio Emperador o el ministro de seguridad interior, alguien tan temible o más que el mismísimo emperador, incluso el gran consejo de magos se andaba con pies de plomo con él.
Así que como ya dije anteriormente, usando esta pequeña falla en su perfectísimo sistema, el miedo a perder el puesto o algo peor al tratarse de la academia, me logre mantener "oculto" delante de sus narices. Debo de aclarar sin embargo que esto no hubiera funcionado igual de ser en cualquier otro sitio distinto, en cualquier otro sitio hubieran revuelto lo que hubiera hecho falta para averiguar quién era yo, pero al tratarse como ya he dicho de la academia y automáticamente estar el emperador por medio... nadie quería jugársela por meter la pata con ella, digamos que era algo... "peligroso", y más después de todas las meteduras de pata habidas con respecto a su seguridad.
Debo de decir que yo seguía manteniendo una media perfecta en todo lo que hacía, lo que sacaba de quicio a más de uno, principalmente porque no daba a conocer ni la mas mínima de mis habilidades fuera de lo ya mostrado con el bastón y la convocación de los cuatro Lobos Espectrales... que creedme que ya era bastante, algo que como mínimo ya les hizo saber que debía de ser un mago bastante, pero que bastante bueno. Los investigadores seguían a lo suyo con la biblioteca, investigando que es lo que pasaba con ella pero con un ojo puesto en mi...
Durante mis visitas nocturnas a la biblioteca había descubierto que los nuevos hechizos que protegían las salas prohibidas eran un autentico galimatías, necesitaría muchísimo tiempo para poder desentrañarlos si quería colarme en las salas sin que nadie lo supiera, de forma que se me ocurrió una idea para poder hacerlo sin el menor problema, pero para ello debía de dar un giro mas de tuerca al asunto de las defensas de las salas prohibidas, dándoles de paso a todos ellos una sorpresa la mar de desagradable.
Cuando uno de los días por la mañana abrieron para la entrada de alumnos, se encontraron conmigo sentado tomando licor y un aperitivo en la antesala de las zonas prohibidas de la misma... tras las puertas del último curso. Los investigadores, el encargado de la seguridad y el director de la academia llegaron corriendo al comunicárselo mentalmente el profesor que me encontró allí sentado tan campante con mi piscolabis... cuando llegaron todos ellos, incluida Nhizra, me levante de mi sitio recogiendo todos mis bártulos haciéndolos a todos los presentes la observación de que cuando abrieron yo estaba allí tranquilamente sentado y la biblioteca seguía con todos los hechizos, defensas y precintos intactos...
Con escaso tacto les recordé a todos ellos lo que había detrás de esas puertas que estaban ante nosotros, y lo que ya había pasado cuando un alumno había logrado burlar lo mismo que acababa yo de hacer, solo que él había sido descubierto en su intento y yo de no esperarlos no me hubieran pillado... me puse en marcha hacia la salida sin contestar el maremágnum de preguntas que cayeron sobre mí, saliendo por la puerta mientras les indicaba a todos ellos que más les valía a todos ellos que no pudiera volver a hacer algo semejante una segunda vez... o quizá alguno se tendría que arrepentir.
El director me dijo con voz colérica y antes de que saliera me soltó escupiendo la rabia que sentía, “que nunca hubiera logrado abrir las puertas de las zonas prohibidas, ni siquiera intentando entrar por la fuerza lo hubiera conseguido”.
Justo algo así era lo que esperaba que alguno de ellos me dijera, me pare en seco al oírle decir eso y me volví hacia él, le mire de arriba abajo como calibrándole y entonces simplemente le dije…
- Val : Solo observa…
Concentre parte de mi poder e hice saltar por los aires una por una las cuatro puertas tras las que yo quería mirar con toda mi alma junto con sus poderosas defensas y precintos. Después de semejante demostración todos se me quedaron mirando asombrados y pálidos como muertos, acababa sin casi inmutarme de violar quizá las defensas más fuertes de toda la academia... aunque la verdad es que para haber podido hacer esto las había estado debilitando durante varias noches seguidas de colarme allí, precisamente con idea de poder hacer algo tan espectacular como aquello.
En realidad si lo hubiera intentado sin hacerlo de esa forma, sin duda hubiera podido abrir las puertas de igual modo, pero sus propias defensas intactas, mas sus sellos, toda esa energía latente unida a mi magia, hubieran destrozado todo lo que hubiese detrás de las puertas, puede que incluso hubiera acabado volando más de media academia, y obviamente no quería eso ni por asomo.
- Val : La advertencia ya está hecha, ahora es cosa vuestra…
No dije ni media palabra más a nadie, salí de allí dejando a un montón de magos atónitos y muy confusos por lo que acababan de ver... bueno la verdad es que de acuerdo con mi plan también deje pequeños observadores especiales debidamente ocultos, camuflados y protegidos... digamos que con ellos averiguaría los nuevos conjuros de protección que usarían, y como los usarían para proteger de nuevo esas salas, con lo que me seria facilísimo quitarlos y después volver a ponerlos como si nada... o al menos esas era mis intenciones desde el principio.
Desde luego lo que sí que no creía ya es que después de esto a ninguno se le ocurriera pedir nuevos informes míos a sus jefes por el hecho de que había violado la parte más peligrosa de la biblioteca delante de sus narices y con tanta aparente “facilidad”. Con esto me asegure por otra parte de que todos los presentes entendieran perfectamente que tal y como estaban ya las cosas si las movían de mas sin que yo hubiese dicho ni media a quien quiera que fuese mi superior, las preguntas sobre todo lo sucedido más que probablemente serian para ellos por sus propios jefes para cubrirse ellos su propio culo para cuando yo informara, o por si alguien les preguntara en algún momento más adelante sobre esto, costándoles de paso a todos los presentes como mínimo sus preciosos cargos y reputaciones... una vez más agudice su punto ciego para mi propio provecho.
La verdad es que tenía también un problema tras todo esto, había usado muchísimo poder y necesitaba calmarme con urgencia... estaba empezando a notar ciertas sensaciones que no me gustaban lo mas mínimo, mis ansias de matar se estaban empezando a disparar... Pensé en que quizá el divertirme un poco con Lizeth o con Nhizra me sirviera de amortiguador, pero dado como estaba la cosa con mi situación y con la de ambas, decidí preparar cierta sustancia que conocía para “animarlas” si se diera el caso con alguna de las dos.
Acudí por la noche a los laboratorios dedicados a los especialistas en curación, allí tenían de casi cualquier producto o planta que se pudiera uno imaginar que existiera para preparar pócimas curativas, medicinas, etc... Ya que no solo era preciso saber de magia para ser un buen curandero. Prepare la sustancia, digamos que esta lo que hacía era inhibir a la persona que lo tomaba, pero esto no hacía que alguien pudiera hacer algo que no quisiera, simplemente evitaba las dudas o temores que pudiera tener. En el caso de cualquiera de estas dos, si no estuvieran dispuestas a follar conmigo no serviría de nada, pero si lo desearan aunque no se decidieran por tener alguna reticencia para poder hacerlo… bueno, digamos que era una ayuda que eliminaba el problema casi de raiz y que de paso las pondría como una caldera hirviendo.
Lizeth llego a mi habitación un par de noches después de eso buscando compañía, pero yo sabía que cierta maga andaba con sus propios espías al acecho para poder sorprenderme en un renuncio de algún tipo, y este sería el renuncio perfecto para ella, salvo claro que fuera ella la sorprendida. Le dije a Lizeth que me acompañara que quería ir a dar una vuelta por los tejados, para ver las estrellas y las tres lunas que esa noche estarían en su máximo esplendor mientras hablábamos... como podéis ver, todo la mar de romántico, ella no se negó.
Cogí un frasco de licor que tenía en mi habitación previamente dispuesto con mi preparado y tres vasos, metiendo todo en un pequeño saquito de lona que tenia, saliendo de mi habitación con Lizeth. Pude darme cuenta como durante todo el camino fuimos seguidos y vigilados por los espías de Nhizra…
Estábamos en el tejado, en un cuarto vacio del desván del edificio principal de la academia, por una ventanita se podía salir a una especie de terracilla existente en lo más alto de una de las torres del edificio, que fue donde salimos Lizeth y yo. Calcule el tiempo que tardaría en ponerse la cosa entretenida, entreteniendo a Lizeth contándola cosas de las estrellas... sin duda ayudada por el preparado cada vez se le veía mas nerviosa, digamos que a la pobre la estaba picando determinada parte de su cuerpo y no estaba precisamente muy interesada en las estrellas que digamos, por fortuna llego el momento estelar de la entrada de Nhizra antes de que Lizeth pudiera saltar sobre mi e intentar violarme...
De repente, por sorpresa, una figura salió de golpe a donde estábamos... hizo un pequeño conjuro muy tenue de iluminación y soltó algo del estilo de "¡¡¿Que estáis haciendo los dos?!!"... ni os digo el corte que se pego cuando nos encontró bebiendo tranquilamente licor mientras más que obviamente y para su total asombro estábamos mirando las estrellas sin hacer nada más. Claro que lo peor de todo para ella fue cuando la tendí el tercer vaso que había cogido lleno de licor e invitándola también a ella para que nos acompañara a ver las estrellas... No se atrevió a rechazar la oferta después del ridículo que había hecho.
Decir que ambas mujeres estaban incomodas la una con la otra era poco decir. Por un lado Nhizra se dio perfecta cuenta de que yo la estaba esperando, al darla el vaso con licor según apareció para que nos acompañara, con lo que no hacia tampoco mucha inteligencia para darse cuenta de que la estuve esperando desde el principio, ¿no?. Por otro Lizeth, que al ver para quien era el tercer vaso que cogí y al que al principio no dio importancia porque debió de suponer que lo hice por si alguno de los otros dos se rompía no estropear la noche o algo así, no es que se quedara muy satisfecha que dijéramos, claramente estaba de lo mas incomoda al darse cuenta que yo estaba esperando a Nhizra. Y como idiota no era también se dio cuenta enseguida de que por eso no entre en materia con ella nada más llegar, pero ninguna de las dos ahora, para mi diversión, sabían cómo salir del atolladero en que estaban metidas. Mientras que ambas le daban pequeños sorbitos a sus vasos empeorando con ello más todavía su situación.
Lizeth estaba incomoda, nerviosa y muy enfadada con Nhizra, pero también sin saber que hacer o como poder mostrarla su enojo por su entrada estelar, porque a ver que explicación le podía dar a Nhizra para mostrarse arisca u ofendida por haberla interrumpido cuando estaba a punto de saltar sobre mí, y debido a mi bebida encima cada vez estaba más excitada la pobre... Creo que eso en parte como ya he dicho era por el licor, pero también pienso que en parte también era por el riesgo, dado que no estábamos en ninguna de nuestras habitaciones ambos podríamos ser castigados y seguro que de mala manera de haber sido sorprendidos por ella… Por si forma de moverse se la veía con más ganas de follar conmigo que de encontrar una escusa para poder irse.
Por otro lado Nhizra lo tenía más o menos igual, había ido a pillarnos haciendo algo no permitido... bueno o algo de ese estilo. Pero solo había interrumpido a dos personas que estaban tranquilamente viendo las estrellas lo que podía ser de traca sobre todo al ser yo una de ellas y no haberme cazado en ningún renuncio, a ver qué explicación podía dar si se la preguntaba para estar vigilándonos a ambos a esas horas cuando no hacíamos nada malo ninguno de los dos, más todavía cuando era también obvio que el licor empezaba también a hacerla efecto, se notaba en su arrebolada cara y en su forma de mover sus piernas, frotando sus muslos mientras no me perdía de vista de reojo ni un solo momento...
Ni os cuento lo bien que me lo estaba empezando a pasar, poco a poco mi frustración, mis sensaciones "raras" se empezaban a normalizar... pero yo la verdad es que tenia pensada otra cosa muy diferente sin duda a la que ellas dos tenían en mente. Ellas seguro que estaban pensando en cómo salir de allí pese a sus respectivos calentones o al menos como echar de allí a la otra para poder quedarse a solas conmigo, y yo en cambio estaba pensando en cómo follàrmelas a las dos a la vez allí mismo, a las dos juntitas, en ese mismo momento...
El tejadillo ese en forma de terraza, tenía una superficie plana, pero en su parte del fondo el tejado se empezaba a elevar en pico, como un tejado normal, las convencí a ambas para sentarnos allí mientras mirábamos al cielo y yo les explicaba cosas de las estrellas... cuando llevábamos a si unos pocos minutos me reincorpore un poco para seguir con las explicaciones con una voz soñadora, mientras ellas seguían las dos recostadas... entonces hice mi jugada sobre ambas, metí cada una de mis manos entre las túnicas de cada una de ellas, alcanzando rápidamente sus respectivos y totalmente húmedos coñitos... iniciando unas atrevidas caricias sobre ellos, evitaron como pudieron los respingos al sentir allí mis manos.
Para tratar de evitar que la otra se pudiera dar cuenta de mis manejos y así que no pudiera acusarla de nada, ya que temían las consecuencias si la otra se daba cuenta, ambas intentaron evitar mis manejos de la forma más disimulada posible, dándome el tiempo necesario con ello para que mis caricias empezaran a hacer mella en ambas, lo que unido al efecto inhibidor de mi preparado, poco a poco… iban poniéndome menos pegas, menos resistencia y empezaban a dejarse llevar del todo por mí.
En poco tiempo ambas tenían entre sus piernas sendos ríos de flujos... estaban cada vez mas cachondas, para magnificárselo todavía mas empecé a meter dos de mis dedos en cada uno de sus coños, frotándolas a ambas el clítoris con el pulgar, arrastrándolas a una situación desde sus puntos de vista muy peligrosa por la presencia de la otra, pero al estar completamente fuera de sí, mi preparado hacia que poco a poco la situación de peligro a ser pillada por la otra les fuera dando cada vez más morbo, lo que cada vez las ponía mas y mas calientes, y mas y mas cachondas... Ambas se corrieron evitando hacer ruido como buenamente pudieron con el fin de que la otra no se enterara de lo que acababa de pasar conmigo.
No me corte ni un pelo tras ello, después de eso me volví sobre Nhizra metiéndola un morreo de escándalo delante de Lizeth que me miraba con ojos peligrosos al verme hacer eso con la otra... su falta de reacción de sorpresa al ver aquello me confirmo definitivamente mis sospechas sobre quien fue la sombra que sorprendí al salir de la habitación de Nhizra la primera vez que follamos y que nos había estado espiando creo que durante todo el encuentro entre los dos.
Nhizra no tardo mucho en rendirse a mis caricias pese a todo, ella tampoco se sorprendió cuando Lizeth se unió ante mi petición a besarla y hacerla disfrutar, ya que ella si le saco cuando la interrogo que se lo montaba conmigo. Estaban ambas tan cachondas por la situación que no pudieron evitar tampoco el liarse entre ellas metiéndome a mí en medio de su pelea de gatas. Tras alcanzar ambas un orgasmo mientras se frotaban contra la otra, o luchaban entre ellas porque fueran sus pezones los que estuvieran en mi boca, o que sus coñitos recibieran la mayor parte de mis caricias… quedaron semí tumbadas una abrazada a la otra recuperándose ambas del orgasmo.
Aproveche la situación de relax de las dos para tumbarme y después ayudar a Nhizra a ensartarse en mi polla, mientras hice que Lizeth empezara a comerse la boca con ella mientras esta me cabalgaba... poco después se retiro unos instantes de su frente para volver enseguida a la carga, pero esta vez sobre el culo de Nhizra, mientras ella me cabalgaba abrazada a mí, o más bien yo abrazado a ella para mantenerla con el culo en pompa el mayor tiempo posible. Lizeth la introdujo dos dedos por el culo, haciendo que pegara un gemido de intenso placer al sentirlos en su interior moviéndose acompasadamente a mis embestidas.
Lizeth y Nhizra empezaron después de correrme en el interior de Nhizra con un 69 alternándose las posiciones, según se cambiaban de lugar yo se la metía en el coño a la que estaba arriba mientras la que estaba abajo lamia el clítoris de la otra aprovechando también para darme algún que otro lengüetazo en la polla y en los huevos a la vez. Después de correrme yo una par de veces, una en el coño de cada una de ellas y ellas media docena, quedamos exhaustos en el tejado, los tres abrazados.
Calculo que una hora y media después volvieron ambas a las andadas, uniéndose ambas para chuparme la polla y ponerla en plena forma otra vez. Una vez más volvieron al 69, parecía que esa posición les había gustado a ambas, la que estaba abajo me ponía todavía más enforna la polla con sus lengüetazos para que pudiera seguir dándola fuerte a la que estaba encima... no se las veces que me folle a ambas, las que ambas se follaron mutuamente mientras mi pobre polla descansaba, o las veces que también las comí el coño y ellas a mí la polla. Digamos que más que un trió fue una pequeña orgia entre los tres en lo alto del tejado... ni Nhizra, ni Lizeth harían tampoco comentario alguno de lo sucedido allí esa noche ya que no le convenía a ninguna de ellas… no sé bien que parte de culpa en todo esto tubo mi brebaje y que parte fue por su propio deseo…
CONTINUARA