Crónicas de Vhaalzord - Libro 22 - 2
Mina y Val siguen tras Shargon a través de las Montañas Centrales del Continente Occidental, pero a medida que el rastro de muertos y sangre tras ellos va en aumento, empiezan a cuestionarse si no estarán bailando al son de Shargon...
CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 22
Capitulo- 2
Evidentemente, tanto los Hrull como los Khulgan iban a quedar ocultos por conjuros de ilusión, pero si recordáis lo que os conté sobre ese tipo de magia, podías dirigir a quien afectaría, y normalmente, a quien no afectaba nunca era al que estaba dentro del conjuro, en este caso Mina, todo el rato podría ver la realidad, y eso de montar sobre un Hrull siendo la primera vez que se veía uno… bueno… digamos que es algo “inquietante”. Claro que más lo era hacerlo con un Khulgan… con lo que la pobrecita tenía unas opciones muy escasitas…
Evidentemente, antes de convocar tan agradable compañía, había distribuido varias criaturas, incluyendo un par de Halcones Azules para comprobar nuestros alrededores, no encontrando a nadie en las cercanías y si a varios hombres y mujeres alejándose hacia el interior de las montañas a toda velocidad, felices y contentos, lo que me gusto enormemente ver, pensé en el acto en devolverles el favor lo antes posible.
Salvo Los Archipiélagos, el Continente Sur y el Oriental, en estos dos últimos solo las Zonas Sur y Centro, en los demás y las Zonas Norte de ambos, reinaba el Caos, todos los reinos habían caído, desmembrándose en infinidad de pequeños territorios, y las montañas en las que estábamos no eran ninguna excepción. Por ello no podíamos saber si enfrente te teníamos una banda organizada de bandidos, u hombres de algún pequeño señor de esos territorios… En cualquier caso, estaba claro que de internarnos en las montañas tras nuestras presas, antes o después nos atacarían si o si… Motivo por el que reclame a los Khulgan, no pensaba dejar tras de nosotros a nadie que nos atacase con vida, y en este caso concreto, pensaba también en dar caza a esos que ahora parecían tan alegremente contentos.
Una vez superados los… “problemas” de Mina con su montura, hice que nos pusiésemos al trote siguiendo a nuestros atacantes, algo que por cierto, se me paso comentarle a Mina, ya que sabía que se opondría a ello, lo consideraría como… “poco inteligente”. A las dos horas de estar persiguiéndoles por fin mis criaturas me dieron la información de lo que nos esperaba, y si, no me había equivocado, eso no era ninguna banda, eran tropas organizadas, con sus magos, curanderos, uniformes y general al mando incluido… Por lo que deduje de su situación, despliegue y lo poco que pude ver, se estaban preparando para su desplegué, y lo hacían en nuestra dirección, lo que se traducía en que iban a darnos caza…
Tras verles ponerse en marcha nada más cambiar los huidos de monturas, entendí que se distribuían para dar caza a dos personas a pie, ya fuese adentrándose en las montañas o retirándose de ellas, vi como los “exploradores” partían a toda velocidad en dirección a nuestra supuestas posibles rutas. De inmediato destaque varios Khulgan para que los eliminasen, les hice acompañar de Lobos Espectrales… el problema es que Mina evidentemente se dio cuenta y también, fue consciente en ese momento de que perseguíamos a nuestros atacantes, con lo que se “sulfuro” un pelín de nada, lo justo para que su Halo Rojizo hiciese acto de presencia con todo su esplendor… Rápidamente le recordé la presencia de los Khulgan y los Lobos Espectrales, y socarrón, le recordé como se tomarían estos el que se liase conmigo a golpes… lo que hizo que se controlase mascullando entre dientes. Creo que le entendí algo así como…
•
“Ya te pillare yo a solas, cacho cabrón con pintas…” –por su voz, deduje que estaba bastante enfadada.
Mina preparo sus armas, a la vez que concentraba sus defensas, desplegándolas, usando mis enseñanzas para dejarlas ancladas a su fuente interna con los limitadores y una absorción mínima hasta que entrasen en funcionamiento al recibir ataques. A mi vez le tendí pequeñas conexiones con mi propia fuente interna para reforzarlas, no tenía intención de perderla por “confiado” en sus dotes… prefería confiar en mi poder, la escusa fue su aprendizaje de la Magia Arcana y que está en un momento dado pudiese interferir… No es que quedase muy convencida de ello, pero trago y acepto hacerlo así, que era, en definitiva, lo que me interesaba que ocurriese, no sabía en esos instantes lo importante que luego sería esa desconfianza por mi parte para salvarle la vida a Mina.
La amable gentuza que quería matarnos nos tenían preparada una suntuosa bienvenida en una especie de claro, desde él se accedía a varios cañones que nos adentrarían en lo profundo de las montañas. La genialidad de la trampa por su simpleza, es que no se ocultaron, es decir, una pequeña formación permaneció "acampada" en la entrada de los desfiladeros y cuando aparecimos, fingiendo sorprenderse por nuestra presencia nos atacaron... Eran aproximadamente una veintena...
De haber estado solos Mina y yo, y no ser ambos tan precavidos, quizá les hubiese salido bien, pero primero, no nos fiábamos de nada especialmente tras conocer que teníamos la cabeza puesta a precio, y segundo, aún más importante, con nosotros iban Guerreros Khulgan más algunos de sus magos. Tras el primer encontronazo con Mina y conmigo, su plan más evidente seria escapar por alguno de los desfiladeros. La maestría del plan consistía en que eligiésemos perseguirles o no, entrásemos tras ellos en el mismo o no, la trampa se cerraría del mismo modo dada la interconexión entre ellos por ciertas cuevas. Debo no obstante de señalar, que la trampa ya empezó mal, en el primer encontronazo cayeron todos excepto dos, los únicos que consiguieron huir de nosotros a uña de caballo, pero de verdad, y no porque lo tuviesen así planeado...
Mientras eso ocurría con la primera parte de la trampa, en el interior de los desfiladeros, el resto del grupito estaba siendo masacrado por los Khulgan y los Lobos Espectrales destacados, una de las ventajas de que los magos Khulgan fuesen quienes convocaban a los guerreros, solo tuvieron que guiarse por las posiciones de los Lobos. El grupo en realidad fue el cazador cazado, Mina desde luego en el ataque que sufrimos se esmeró, dos de los muertos lo fueron a manos de ella, uso magia a diestro y siniestro, digamos que estaba un pelín desatada, me empezó a dar la ligera impresión con ella, de que era como si quisiese demostrarme algo, lo cual resultaba muy peligroso en su situación. Cuando todo termino, desconvoque a Khulgan y Lobos Espectrales, aprovechando para hacernos con varios caballos de verdad entre los de los atacantes, una vez en marcha intente hablar con Mina...
•
Oye Mina, sabes que a mí no me tienes que demostrar nada, ¿verdad?
•
Sí, claro que lo sé, ¿porque lo dices?
•
Porque ahí atrás, no ha sido la impresión que me ha dado. Si intentas hacer eso cometerás errores, te expondrás mas de la cuenta, correrás riesgos innecesarios, y créeme, que eso en tu caso, no tienes ni idea de lo peligroso que resulta.
•
No creo que resulte más peligroso que el que se me acerque en una taberna un tío con un cuchillo a corta distancia.
•
No es lo mismo Mina, aquí hablamos de magia, no de espadas. Entiende que estas usando dos clases diferentes de magia, el perder el control es muy fácil y las consecuencias... -me interrumpió.
•
Pero para eso estas tú, ¿no?, me refiero a listo para equilibrarme si me pasa eso.
•
Creo que no lo entiendes Mina. La razón por la que puedes usar magia Humana con magia Arcana tan rápido y sin perder el control al instante, es como tú dices, por mí. Porque sobre ti existen varios conjuros míos que las están forzando al equilibrio, pero como todo, eso tiene un límite, son como una cuerda que los sostiene, si la rompes... No sé si seré capaz de controlar las consecuencias Mina, y el que mueras, quizá no sea precisamente la peor de ellas...
•
No entiendo...
•
No, ya sé que no, pero es algo muy complejo como para poder estar explicándotelo detalladamente, podría tardar días en ello, y no tengo ni el tiempo, ni la paciencia, ni posiblemente la habilidad como para hacerlo en estos momentos con claridad para que me entiendas... Pero créeme que lo entenderás, a su debido tiempo, lo harás en cuanto pueda retirar de ti esas restricciones, pero antes, tienes que ser capaz de controlarte tú misma bajo cualquier circunstancia. ¿De acuerdo Mina?
•
Está bien... Pero sabes que no me gustan tantos misterios y acertijos, ¿verdad?
•
Si, lo sé, pero contarte más de la cuenta solo te confundiría, como me paso a mí, que aprendí por el lado duro, prefiero que vayas poco a poco, paso a paso. De momento dedícate más a tener tu poder bajo control, que a intentar ejecutar magias poderosas, eso vendrá con el tiempo, y no será tardando mucho.
El gran problema de esto, y lo sabía, es que Mina había salido a mí en muchas cosas, y esta de ser cabezota como ella sola, era una de ellas. Era consciente de lo poco que le durarían esas "precauciones" y el andar con pies de plomo a Mina, quizá en la próxima bronca o la siguiente no, pero en la tercera o cuarta, sabía que tendría que volver una vez más a soltarle la charla sobre la precaución con sus nuevos poderes. Otra situación un poco embarazosa entre ambos, es que desde que desembarcamos, habíamos estado a un tris de besarnos en un par de ocasiones, y eso sí que era lo último que quería, liarnos los dos tan pronto, y mucho menos en las presentes circunstancias.
Una vez estuvimos en lo profundo de las montañas tras la pista de Shargon, bien poco podía hacer este por esquivarnos, resultaba relativamente simple seguir su pista, que no digo fácil. La verdad es que las bifurcaciones de caminos eran considerables, pero sus huellas quedaban marcadas de forma clara, en un par de ocasiones nos trataron de despistar con huellas falsas, pero a los pocos kilómetros fuimos conscientes de ello y retrocedidos al buen camino. En realidad el tratar de despistarnos les costaba más tiempo a ellos que a nosotros, y algunas veces para conocer su ruta solo teníamos que preguntar a gente con la que nos cruzábamos facilitándoles una pequeña descripción.
El siguiente inconveniente, lo sufrimos en forma de asesinos profesionales, la verdad es que eran bastante buenos. Si Mina y yo nos hubiésemos fiado, confiando nada más que en ser quienes éramos, en lo poderosos que somos, la cosa más que probablemente habría terminado de una forma muy diferente. Desgraciadamente para ellos, ambos éramos magos y por costumbre, estos disponían de cierto tipo de alarmas en los alrededores de donde duermen, especialmente si saben que pueden ser objetivos de un ataque. Pero en mi caso concreto, con más de dos mil años de este tipo de situaciones a mis espaldas, soy un poco más... retorcido que todo eso.
Dado que mi confianza en que Shargon no intentase mandarnos más mensajeros de muerte era nula, cada noche dispuse mi sistema de alerta en tres fases, la primera era un área considerable a nuestro alrededor con pequeños espías mágicos ocultos a simple vista y que advertirían de cualquier presencia. La segunda fueron varios sistemas normales de “alerta”, tales como cuerdas, trampas con ramas afiladas, etc., pero el tercero y más importante, aunque también estaba destinado a ser descubierto por los atacantes, les obligaba a neutralizarlo con un esfuerzo considerable, de hecho, para conseguirlo sin alertarnos de ello, deberían de ser realmente buenos. De este modo, la alerta real, justo la primera fase, quedaba completamente soterrada por esta última y la segunda.
Se trataba de un equipo de cuatro asesinos, tres hombres y una mujer. El eliminar las trampas físicas como puntas, nuestras ballestas con dardos, cuerdas, cordeles de crin trenzada sujetando ramas con una estaca en sus extremos, etc., no les costó en exceso de eliminar o sortear. Pero la tercera Fase, los sellos mágicos distribuidos con trampas u alarmas diferentes, esos sí, con esos tuvieron que sudar tinta, les llevo más de tres horas conseguir establecer una camino limpio hasta nuestro campamento. Recibimos la alerta de su presencia casi una hora y media antes de que consiguiesen acercarse a nosotros, y así les fue a los cuatro.
Al entrar en el círculo, la mujer fue directa a por mina mientras que uno de los hombres venía a por mí, los otros dos les cubrían las espaldas. La mujer se acercó sigilosa, encorvada hasta donde Mina dormía, cuando se acercó, palpo suavemente las mantas por si llevase alguna armadura o chaqueta de cuero duro. Cuando levanto la daga para apuñalarla se llevó la sorpresa de su vida, de debajo de las mantas que tapaban a Mina salió la hoja de una espada que la atravesó de parte a parte, mostrando su cara la incredulidad que sentía en esos instantes. Tres cuartos de lo mismo ocurrió con mi atacante, una de mis espadas también le atravesó de medio a medio. Los otros dos... bueno, considere mis opciones e hice uso de un conjuro que hacía mucho no empleaba para impresión de Mina, que nada más recuperarse de esta, me pidió encarecidamente y visiblemente emocionada que se lo enseñase, a ambos les hice explotar las cabezas.
Cuando extreme las precauciones Mina se quejó del enorme trabajo que nos llevaría preparar el campamento para pasar en él una sola noche, ahora esperaba que esas reticencias por su parte tras este ataque cesaran y se plegara con más facilidad a mis decisiones en ese sentido. Otro problema es que sabiendo ahora quien era yo de verdad, Mina preguntaba de todo y por todo, lo que me resultaba un poquito mareante, y lo entenderéis si tenis en cuenta mi historial de dar pocas o ninguna explicación... Un ejemplo fue lo de estos asesinos...
•
Estos cuatro no tenían pinta de ser muy buenos, ¿no?
•
Te equivocas Mina, sí, sí que eran buenos, solo que actuaron con excesiva celeridad.
•
No entiendo -dijo visiblemente sorprendida por mi contestación.
•
Veras, un asesino o un Ejecutor, cuando acepta un trabajo de este tipo, lo primero que tienen que hacer es estudiar a sus víctimas, quienes son, sus características, cualidades, puntos fuertes y débiles. Dada la más que posible premura para ejecutar nuestro asesinato, no hicieron nada de esto ni mínimamente.
•
Pero aun así, les habrían informado de quienes éramos...
•
¿De verdad crees que Shargon le contaría a alguien que le está contratando para matar a "La Bruja Roja" y a "Vhaalzord el Nigromante"? Lo mío quizá lo tomasen a cachondeo, pero tu parte créeme que no, tu querida mía, eres lo que se llama... "una leyenda viva", no se lo tomarían a broma, ni permitirían que les metiesen prisa.
•
Entiendo, lo que dices básicamente, es que no aceptarían...
•
Quizá no, quizá sí, pero de hacerlo su precio sería infinitamente más alto de lo que les hubiesen podido ofrecer. Además, créeme que a ti no te habrían atacado con tan poca preparación, como te digo, no habrían aceptado prisas ningunas, hubiesen estado días tras nosotros solo para decidir si definitivamente hacían el trabajo o no. Ellos sin duda esperaban encontrarse con dos magos, y no dudo de que actuaran como si fuésemos poderosos, solo por si acaso, pero solo eso, dos magos poderosos. Buscaron trampas, lo que son las alertas normales o las mágicas, y encontrando ambas en cantidades muy importantes, les costó sudar tinta poder pasarlas con éxito, por lo que no miraron más allá -Mina asintió pensativa.
•
Ahora entiendo lo que hacías con tanto centinela y tanta trampa a la vez, les estabas poniendo delante lo que ellos buscarían. Vieron lo que esperaban ver de dos magos relativamente poderosos que se preocupaban por su seguridad...
•
Eso es. Esperaban encontrar trampas y se las puse, esperaban sellos mágicos y también se los puse. Si tienes todo eso que buscabas delante de las narices, si te cuesta trabajo superarlo, y si crees que está bien hecho para pararte, ¿quién sospecharía de un inocente escarabajo que anda por encima de una roca, de una ardilla que salta entre dos ramas buscando frutos haciendo su vida o de un ratón parado sobre una de las trampas mientras roe algo?
•
Ya veo, por eso sueles usar siempre ese tipo de criaturas como centinelas, ¿no?
•
Por eso, y porque mi fuente de poder me permite un enorme gasto de magia sin resentirse. Tú también lo podrías hacer, pero nunca durante tantos días seguidos como yo lo hago, o terminarías por agotarla del todo y morir. De todos modos, no olvides esta lección, si todo va tal y como esperas con un contrario que consideres excepcionalmente bueno, párate y piensa detenidamente en todo a tu alrededor antes de volverte a mover...
•
Lo tendré en cuenta Val, créeme que si...
Lo cierto es que si he contado esta anécdota es justo por esa última reflexión por mi parte, que no sabía en esos momentos, que pronto, muy pronto, me iba a tener que tragar mis propias palabras y consejos. Digamos que hice lo que le pedí a Mina que no hiciese nunca con un enemigo que considerase "de altura", pecar de sobrado e ir de listo, pero sobre todo, y especialmente en mi caso, rechazar lo evidente por considerarlo imposible... hasta que es demasiado tarde y se tienen entonces que tomar decisiones extremas.
El siguiente paso fue largarnos de allí a toda prisa e intentar viajar la mayor distancia posible antes de que Shargon pudiese reaccionar. No es que nos preocupase que se enterase de que sus asesinos habían fallado, eso lo dábamos por supuesto, pero contra mas avanzásemos, menos tiempo tendría para prepararnos la siguiente sorpresa. Lo cierto es que no fuimos más allá de tres días de cabalgada tranquila, al atardecer del tercero se esfumo la tranquilidad. No tropezamos con un grupo de personas a caballo que por lo que vimos tenían toda la intención de matarnos... o por lo menos, de intentarlo.
Lo cierto es que siempre me sorprendía ese afán de atacar a caballo en las montañas, cuando era lo más contraproducente que existía. Para sacarle todo el partido a un grupo de jinetes se necesitaban una serie de cosas que una montaña difícilmente les proporcionaría. Primero espacio libre para poder maniobrar de forma organizada, segundo un terreno adecuado para poder desarrollar toda su velocidad al atacar, y tercero, protección natural escasa o nula para el adversario, que era justamente todo lo contrario a lo que normalmente ofrecía la montaña. Veinte jinetes, sin magos y cargando desorganizadamente contra nosotros, todos apelotonados, atropellándose unos a otros por la falta de espacio, era algo realmente suicida. Todos ellos cayeron en segundos víctimas de los dardos mágicos que Mina y yo les lanzamos, más de doscientos cincuenta entre ambos.
Otra de las cosas que quería hacer, era limitar en lo posible el uso de nuestro poder, era consciente de que Shargon con el libro de hechizos de Z'mall en sus manos, muy posiblemente tuviese formas de detectarnos gracias a eso. Pero una cosa era limitarla y otra muy diferente no usarla, tenía ciertos recursos para disimular los... "residuos" que dejan los conjuros al ejecutarse, especialmente los más poderosos. Mina también aprendió a usar ese tipo de magia, tanto con su poder Arcano como con el Humano, cada vez iba siendo más diestra en el uso de ambas, así como en pasar de una a otra con rapidez y usar ambas juntas en diferente ámbito, una en conjuros de defensa y la otra en conjuros de ataque.
El siguiente encontronazo cuatro días después de los jinetes, fue un grupito de cinco magos que nos atacaron... "por sorpresa", aunque les habíamos detectado casi media hora antes de que llegásemos a su altura. Remarco el "por sorpresa", pues aunque supiésemos más o menos por donde estaban y no descartáramos problemas con ellos, un ataque antes de poder ver a tu enemigo, técnicamente sigue considerándose por sorpresa. Evidentemente nuestros escudos estaban activos cuando atacaron, también es cierto que los dos primeros duraron poco, cayeron enseguida, uno a manos de Mina y otro a las mías.
Sin embargo con los tres restantes sí que tuvimos algún que otro problema, en concreto Mina. El primer ataque de los cinco fue disperso y sin coordinar, por ello fue sencillo de rechazar y nos permitió el contraataque de forma instantánea, sin embargo, los tres restantes en el segundo si se coordinaron, ejecutando un ataque simultaneo contra Mina. El escudo de esta estaba reforzado por mí, y anclado en él, una unión con mi fuente de poder junto a un limitador, de modo que cuando requiriese cierta cantidad de energía acudiese a mí y no a ella. El problema fue que pese a todo, Mina tuvo que incrementar su poder lo suficiente como para desplegar al completo su "Aura Roja", dejándoles entonces muy claro de quien se trataba.
La parte buena de esto es que los tres al verla, automáticamente intentaron escapar cada uno por su lado, dejándonos terreno abonado para poder eliminarles sin problemas. Cuando terminamos con los tres, yo estaba preocupado y Mina se dio cuenta...
•
¿Qué te ocurre?
•
Tranquila… -hice un gesto quitándole importancia.
•
Estas preocupado Val, y esos cinco no eran adversarios para nosotros... ¿qué pasa?
•
No, no lo eran, aunque han logrado destaparte como "La Bruja Roja" muy rápidamente, y en teoría eso no debería de haber sucedido. Algo me huele muy mal en todo esto...
•
Pues yo no veo nada raro, lo hicieron lo mejor que supieron, si se concentraron en mi quizá fuese porque pensaron que era la más débil de ambos, ya sabes, me quitan rápido de en medio y luego se centran en el último enemigo. Cada vez está más claro que Shargon está mandando contra nosotros todo lo que encuentra a su paso con el fin de retrasarnos y así poder escapar.
•
No estoy yo ya tan seguro de eso... -dije pensativo.
•
¿Porque? -pregunto Mina curiosa-, yo creo que es como digo.
•
Bien, Shargon tiene seis Nigromantes con él, que por cierto también es otro Nigromante o al menos, tiene importantes conocimientos sobre ello, en total son siete. No han lanzado todo lo que podían contra nosotros Mina... no todo... además esto me empiezan a parecer ataques orquestados y ordenados, no al azar con lo primero que encuentran… lo que no se bien, es con qué objetivo exacto…
•
Bueno, no es probable Val, creo que es como dijimos, trata de ralentizarnos de cualquier modo a su alcance. Sobre lo otro, según creo recordar de lo que me explicaste, para usar alzados, el Nigromante tiene que estar presente, ¿no?
•
No, no necesariamente, existen formas de dejarlos con unas órdenes determinadas y poder suficiente para un tiempo limitado. Por lo que sabemos de Shargon y los que le acompañan, ese tiempo podría ser de tres, quizá incluso cuatro días en algún caso. Si te has fijado, hemos pasado antes por algunas tumbas durante el camino…
•
¿Pero entonces porque no lo hacen?, lo tienen también a mano y eso es mucho tiempo, lo que les permitiría prepararlo para esperarnos...
•
Eso mismo me pregunto yo, ¿porque?...
•
¿Podrían estar más lejos de nosotros que esos tres días...?
•
Es una opción Mina, pero entonces, ¿para qué tanta urgencia en mandarnos constantemente gentuza de esa solo con el fin de entretenernos? En el caso de los asesinos lo veo lógico, incluso en el de esos cinco magos, pero los otros... Shargon debería de haber sabido que no nos retrasarían mucho, es más, posiblemente les costase a ellos más tiempo las negociaciones que a nosotros el eliminarlos.
•
Entiendo lo que dices. Para Shargon lo importante según creemos es mantenerse lejos de nosotros y que perdamos definitivamente su rastro, por lo que tardar tanto en negociaciones para tendernos trampas que sabes que salvaremos con más rapidez de las que ellos las preparan, incluso si se quedase uno solo de ellos para arreglarlo, no tiene ningún sentido... A menos que con esto pretenda otra cosa diferente, ¿pero qué?
•
No lo sé Mina, no lo sé, y sinceramente, me preocupa un poco ese, aparentemente, comportamiento tan estúpido por su parte. En todo caso, ya nos preocuparemos de ellos más adelante, venga, sigamos...
•
De acuerdo, venga -dijo Mina poniendo su caballo al trote.
La verdad es que como habíamos dicho, el comportamiento de Shargon no tenía desperdicio, era inexplicable si lo mirábamos de acuerdo con lo que pensábamos que intentaba hacer, que era poner la mayor cantidad de tierra por medio, excepto que los ataques fuesen orquestados y siguiesen un patrón con una meta final bien definida para ellos. Seguimos avanzando tras nuestras presas lo más rápido que podíamos, pero no dejaban de surgirnos un problema tras otro, parecía que hubiese situado un asesino o grupo de matones en cada esquina del camino. Estaba empezando a sentirme muy frustrado, ya había enviado Halcones Azules con la sana intención de vigilarlo, pero no había forma de que le localizasen, por algún motivo no eran capaces.
Tras mucho pensar decidí alterar mi táctica, y por fin obtuve resultados, aunque no los esperados, estuve un buen rato maldiciéndome por mi propia estupidez al no pensar en algo así. El motivo de tal cantidad de trampas, era porque Shargon había dividido a sus acólitos por diferentes caminos y únicamente dos de ellos le acompañaban, el resto iba cada uno por un sitio diferente, pero siempre parándose en todo lugar plausible de poder contratar a alguien y lanzarlo contra nosotros, lo que sí que nos retrasaba sustancialmente. El punto débil de esto, era la cantidad de oro que debían de estar gastando, era del todo imposible que llevasen tanto con ellos y no los ralentizase en exceso...
Fue Mina quien dio con la probable solución cuando se lo comente, y creo que tuvo toda la razón, era un modo de pago valido e incluso habitual en mis tiempos también. Se entregaba una parte del precio, una pequeña piedra preciosa valdría, y se garantizaba que el resto lo llevaban las victimas... el problema de este sistema es primero que debían de “conocer al pagador”, lo que indicaría que Shargon había estado anteriormente por toda esta zona, algo preocupante para mí, y segundo que si luego las victimas resultaban no llevar lo que se suponía, ahí las cosas se podían precipitar de mala manera entre ambos "tratantes". En este caso estaba claro que a Shargon no parecía importarle lo más mínimo que eso pasase, ya que también estaba meridianamente claro que no esperaba que ninguno sobreviviese al encuentro, pero nuevamente, tras esta conclusión, Mina y yo volvimos a preguntarnos el porqué, ¿qué narices estaba tramando Shargon?
CONTINUARA