Crónicas de Vhaalzord - Libro 22 - 1

Mina se encuentra herida de Gravedad tras sufrir una emboscada por parte de Shargon en la que ni ella ni Val han salido indemnes… Val, para poder salvarse ambos, se ha visto obligado a abrir las puertas de su mente… y quizá demasiado

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 22

Capitulo- 1

Mina se encontraba tendida, seguía bajo un conjuro de sueño profundo. A la espalda escuche un leve ruido producido por alguna hoja al ser aplastada, me moví levemente para poder mirar, vi como dos Lobos Espectrales cruzaban despacio el campamento para salir por el extremo contrario. A nuestro alrededor montaban guardia una docena de ellos en parejas, sus órdenes eran claras, matar a cualquiera que se acercase a menos de quinientos metros de nosotros sin ser invitado.

Mina continuaba aun absorbiendo poder de mi fuente interior, me resultaba agotador el control del flujo del mismo que dejaba que tomara, debía de medirlo con precisión casi milimétrica para no saturarla o dejarla sin la cantidad mínima necesaria. Desgraciadamente para ella cuando despertase ya no sería la misma Mina, pero lo peor es que estaría en un peligro mortal sino lograba obligarla a controlar su nuevo poder, porque Mina, cuando abriese los ojos ya no sería "La Bruja Roja", sino una Shaddin-Nur de pleno derecho y potencial, e incluso me temía que muy probablemente, ahora sería incluso mucho más que eso, me olía por lo que veía en su interior y todo lo sucedido para poder salvarla, que en realidad, ella ahora también fuese una “Guardiana”… si es que yo era realmente eso, que esa era otra

Llevaba allí un mes con ella, alimentándola con magia, obligándola a comer alimento previamente masticado por mi hasta dejarlo reducido a pulpa, o el jugo de determinadas frutas que le había obligado a beber para mantenerla hidratada. En esos momentos estaba alimentando y obligando a su fuente de poder a almacenar la poderosa magia de Nakriss a la vez que la sometía a diversos conjuros de propia creación para forzar un control sobre la magia oscura que por sus condiciones dominaría.

Otro asunto problemático era que hacer si conseguía despertar por sí misma, seria todo un problema explicarle de sopetón y en sus circunstancias, además quien era la persona que me estaba ayudando a cuidarla. Por cierto que mi preocupación por ello parecía causarle gracia y una especie de placer perverso a Amaratha, cuando me centraba en pensar en ello siempre la pillaba con una sonrisita sardónica en sus labios, aunque enseguida trataba de reprimirla sin mucho éxito que digamos. Al final creo que fue incapaz de reprimirse más

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No deberías de preocuparte tanto, dudo mucho que se lo tome mal, sabrá aceptar que nos conozcas e incluso tengas trato con nosotros. Lo hará solo por ser tú.

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Eso no te lo niego, pero prefiero ser yo quien se lo “comente” en un ambiente controlado por mí, que no aquí, encontrándose ante una de las “poderosas” Reinas Dragón, entiéndeme… -“ eso junto a todo lo que no puedo contar aun… y que realmente no sé si quiero hacerloalgún día ” pensé para mí-.

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Lo hago Val, créeme que lo hago. Preferirías no explicárselo ante una bellísima joven que resulte luego ser una Dragón, ¿te entendí bien? –dijo divertida.

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Tú lo has dicho, y si deseo del otro modo es especialmente por culpa de la bella joven de ojos ambarinos presente aquí…, y te recalco el “bella” -le saque la lengua en tono de burla.

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Jajajajajajaja –su risa sonó cristalina-. Bien, comprendido, ya era hora que lo admitieses de ella. Cambiando de tema, le he ordenado a T’ldord que investigue lo que deseabas, cuando ella se recupere tendrás que ir a verle para que te informe, para entonces ya debería de tener respuestas... Con respecto a lo otro, espero poder avisarte con tiempo, de no ser así enviaría a buscaros, más vale que para entonces ella ya lo sepa

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Por eso no te preocupes, me encargare de que si llega ese momento sea plenamente consciente… de vosotros. Gracias por lo otro.

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De nada, es importante, y desgraciadamente pienso como tú… está aquí… Si lo que me dijiste es cierto… -dejo en el aire la pregunta.

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Morirá, créeme que morirá… y esta vez, lo hará para siempre, tuvo su oportunidad y fracaso –“ además no sabe lo que ha despertado con este ataque… aun no… pero lo sabrá, ya lo creo que lo sabrá, Z’mall recordara todo esto hasta el fin de la eternidad… me encargare personalmente de que así sea… cuando lo cace deseara que de verdad lo hubiese matado, lo suplicara cada maldito segundo de su miserable vida ” -dijo Val para sí, sus ojos brillaron peligrosamente, cargados de una furia fría, metódica y controlada-.

Dos horas después Amaratha alzaba el vuelo, perdiéndose rápidamente en el cielo, ascendiendo muy por encima de las nubes, mas allá de donde nadie pudiese verla aun por casualidad. Lamentaba no poder ser del todo sincero con Amaratha, pero había ciertas cosas que debía de verificar y conocer antes por mí mismo, para luego poder decir si contar algo o no… La segunda de todas ellas, hablar y conocer a mí… “verdadera madre” o lo que coño fuese, la primera era ponerme de inmediato a revisar mis recuerdos de estos últimos cuatro meses mediante mi magia, pero para ello, debía de protegernos a Mina y a mi antes de empezar...

Mina ya estaba estabilizada, mis conjuros de control sobre ella eran poderosos y muy profundos. Lo único que quedaba por esperar era cuanto tardaría en despertar en el momento en que retirase mi conjuro de sueño profundo, y asegurarme que entendiese al abrir los ojos que no debía de molestarme, para ello iba a usar un conjuro de conocimiento sobre ella… confiaba en que funcionara. Una vez hecho eso, los Khulgan apoyados por Lobos Espectrales se encargarían de protegernos… Veinte magos Khulgan, Trescientos Guerreros Khulgan y cien Lobos Espectrales merodearían en lo profundo de las Montañas del Continente Occidental matando a todo el que se acercase mientras durase mí… investigación, y la total recuperación de mi compañera.

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UNOS TRES MESES ANTES

Mina y yo acabábamos de desembarcar en el extremo sur del Continente Occidental, los barcos que habían llevado hasta ese pueblo de mala muerte a Shargon y sus Nigromantes habían llevado anclas tres días antes, mientras que ellos se internaban en el continente alejándose de la costa. Mandamos de regreso a su casa a Zoila, aunque esta nos pidió que si la necesitásemos, le hiciésemos llegar un mensaje por medio de un Halcón Azul, igual que había hecho en la Isla de Nauruem. Nala y Khala esta vez fueron muy fáciles de convencer para no venir, desplegar mi poder, aparecer mis ojos y los zarcillos fue todo uno con que las dos se volviesen tremendamente dóciles a mis “sugerencias”.

Nos pusimos en marcha tras las huellas de los huidos, en la primera población relativamente importante tuvimos nuestro primer problema. Según averiguamos alguien puso precio a nuestras cabezas, y al entrar fuimos rápidamente identificados por las joyas de la población, eso sí, cuando salimos de ella la habíamos dejado más limpia que la patena. Empezó en el hotel en que nos alojamos, la primera noche dos tipos intentaron entrar en… mejor dicho, entraron de hecho en nuestra habitación, en completo silencio, de puntillas, con espadas en sus manos, solo para recibir tres palmos de acero cada uno en las tripas… Les abrimos en canal y arrojamos sus cuerpos al pasillo.

A la mañana siguiente tuvimos una “conversación” con el propietario del local, le argumentamos y nos entendió, o quizá lo que entendió, fue el aviso de que si volvía a pasar algo semejante le incendiaríamos el lugar. Fue muy agradablemente colaborador, incluso nos advirtió de la presencia en la calle de cinco habituales del cuchillo. Como imaginareis, Mina y yo directamente fuimos a por ellos, o eso intentamos, nada más poner un pie en la calle se abalanzaron sobre nosotros. Fue deprimente, según saque mis espadas decapite al primero, destripe al segundo y ensarte al tercero por el pecho con ambas hojas, por su parte Mina había degollado al primero que se le arrimo, y con un cordel de seda, estrangulado al segundo tras hacerse a un lado, hacerle una llave de combate cuerpo a cuerpo y tumbarle en el suelo.

Aclaro que por iniciativa propia, Mina estaba “forzándome” a enseñarla técnicas de asesino y recibiendo entrenamiento como Ejecutora… todo según ella, en pago por estar todo este tiempo cachondeándome de ella acompañándola sin decirle quien era, de algún modo había llegado a la conclusión, y estaba mucho más que convencida, que yo sabía a quién buscaba, sino desde el comienzo, sí que casi desde el principio de viajar juntos, y si no había dicho nada era porque no me dio la gana. Así que ahora, consideraba su entrenamiento como un pago por mi… “estupidez”, y cualquiera le decía que no, solo había que ver como se cabreaba a la mínima que le llevase la contraria sobre ello.

Los dos teníamos claro que Shargon y los suyos no estaban en la ciudad, pero claro, una cosa era saber que no estaban, y otra muy diferente saber hacia dónde se dirigían, desde allí podían haber tomado dos posibles caminos, hacia el interior, continuando el que llevaban, o hacia la costa de nuevo, porque estaba claro que retroceder no lo habían hecho. El preguntar eso, lo ideal sería hacerlo en los bajos fondos, soltar un poco de dinero, recibir lo que pedíamos y luego partir tras ellos… pero al poner precio a nuestras cabezas, todo se complicaba un poco más.

El siguiente intento fue en una tabernucha de mala muerte, nos sirvieron la bebida que pedimos, aunque esta estaba adecuadamente aderezada con un potente veneno. Para su desgracia tanto Mina como yo estábamos protegidos por un conjuro contra ellos de mi propia cosecha, que se activó de inmediato, nada más tocar el veneno nuestra boca, el conjuro empezó a dar por saco. El problema del conjuro era que pese a ser muy eficaz, era también sumamente desagradable, provocaba que la sangre te ardiese al purgarla, contra mas veneno y más potente fuese este, más te ardía… luego más dolía

Estire la mano alcanzando el pecho de barman mientras Mina sacaba su espada de inmediato, no me plantee nada, solo estaba cabreado, muy cabreado por el intento de envenenarnos, aunque más que por mí, por Mina. El hecho de llevar ella también el conjuro había sido por insistencia mía, de hecho era mío y estaba anclado a mi fuente de poder, lo que era un engorro que ahora me alegraba de haber hecho. Como digo le saque de la barra por encima, luego mientras intentaba apuñalarme yo me entretenía golpeando su cabeza contra el suelo… Cuando se quedó quieto, puse mi mano sobre su frente… le hice una lectura de mente para después degollarlo como un cerdo.

El gasto de magia era ínfimo, pero dado que por la lectura supe que todos los presentes sin excepción sabían lo que ocurriría con nuestras bebidas… bueno, estire mi mando, cerrando puertas y contraventanas de madera, usando un conjuro de viento para ello, luego… media decena de Khulgan con un mego hicieron su aparición… y comenzó la matanza. Mina al ver los Guerreros saltar hacia la gente, lanzo el grito de guerra de las Talkinq y se unió a la fiesta, por mi parte, me dedique a eliminar gente usando mi adorada Shilkka que reclame enseguida… Cuando Mina y yo salimos de allí, una veintena de cuerpos destrozados quedaban tendidos en el local

Del barman averigüe quien era el que mandaba en la ciudad, entendámonos que me refiero a los bajos fondos, y tranquilamente fuimos a visitarle. No fue gran cosa, averiguamos gracias a él, que camino tomaron nuestras presas, y además nos sirvió como “método de practica” para Mina. Como intento matarnos, nos mandó a los hombres que le quedaban con esa intención, me esmere en cogerle con vida, después… bueno, con alguien debía de practicar Mina el uso de las Dagas Khlomn, ¿o no? Practico hasta que murió, siempre claro, apuntando a las extremidades y lugares no “vitales” para que la practica durase más y fuese más provechosa para ella, pero al final y pese a la magia que use para mantenerle con vida, termino por morir desangrado.

Según la información obtenida, Shargon y sus muchachos seguían hacia el interior del continente, hacia las grandes montañas de su zona central, cosa que no me agradaba mucho, pues los bosques y las montañas son perfectas para las emboscadas, con lo que te las preparen o no, te obligan a viajar más lento por simple precaución. Durante el camino, aprovechaba para entrenar a Mina, tanto en el uso de mágica como en la práctica con las armas… y claro, las preguntas de esta caían por si solas, algunas de ellas, justo las que no quería contestar

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Oye Val, dijiste que debería de controlar tres magias, una es la humana, otra la de la raza esa que me estas intentando enseñar, la Arcana, la misma de mi aura y que según me dijiste tengo al llevar tu sangre… ¿pero y la otra?

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La otra… es complicado Mina, y requiere de explicaciones que como ya te he dicho antes, en estos momentos no puedo darte.

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Vale, pero viene por tu sangre… por otra cosa… ¿de qué me viene?

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Mina, cualquier cosa sobre esa tercera magia, deberá de esperar. Te diré que la mantengo sellada en ti con un poderoso conjuro, y es así porque esa y la Arcana son opuestas, se interfieren, hasta que no tengas el control básico de la magia Arcana, la otra permanecerá sellada y tú no sabrás nada de ella… es lo mejor para ti en estos momentos.

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Pero

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Sin peros Mina, es al menos la décima vez que te lo digo, te repito una vez más, que por mucho que me cambies las preguntas, a eso no te daré respuestas –vi su intención de hablar-. ¡¡No!!, el asunto está zanjado Mina, no hablare de ello hasta que llegue el momento.

Sabía que estaba frustrada, era consciente de lo que deseaba saber cosas, pero en estos instantes no pensaba hablarle de los Dragones, era consciente de que sabía de su existencia, pero hasta qué punto, y ese junto con su magia, era un tema muy… “delicado” como para tratarlo mientras perseguíamos a Shargon y trataba de dominar su magia Arcana.

Mina no llevaba nada bien la magia Arcana, para poder dominarla necesitaba cambiar todo su modelo de pensamiento al conjurar, la magia humana se servía de un modelo, la Arcana de otro y por supuesto la Draconiana de otro completamente diferente a los dos anteriores, aunque al dominar las dos anteriores era más fácil de llevar. Prefiero no deciros ya, la complejidad de la magia de Nakriss, lo que sucede, es que tras dominar los tres espectros anteriores de su magia, el controlar esta, solo era una cuestión de práctica, y no de dificultad para entenderla, pues sus estados básicos los dominabas de antemano.

Para haceros una idea, dos días antes de entrar en esa población, Mina estuvo practicando y sudando la gota gorda con un sencillo conjuro de fuego, claro, que con magia Arcana. El sencillo conjuro para encender una hoguera, se transformó rápidamente al perder el control de la magia Arcana, en un poderoso conjuro que provoco un incendio de grandes dimensiones, arrasando varios campos cultivados antes de que yo pudiese hacerme con él. Debo de precisar, que si bien al principio se lo tomo a broma, tras los primeros encontronazos con la magia Arcana, Mina se puso seria con ello.

Entendió perfectamente las ventajas que le explique sobre su dominio en cuanto vio cómo funcionaba la magia Arcana. Como explique en su momento, cada magia era mucho más eficaz contra las otras, pero esa eficacia se pagaba en la defensa, sin embargo, Mina al igual que yo hacía, entendió la ventaja que supondría ser capaz de usar magia defensiva humana y ofensiva Arcana. De ese modo maximizabas daños contra tus oponentes, y mantenías intacta la eficacia defensiva de una magia contra sus propios ataques. Pero eso actualmente para Mina solo era una bonita teoría. Tras eso paso a tratar el tema de nuestros perseguidos, creedme que con tanto cambio de tema no sabía muy bien a donde pretendía llegar… y me sorprendió.

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Oye Val, no crees que es raro que ese Shargon no deje ninguno de sus acólitos para intentar matarnos. Solo está empleando gente de tres al cuarto que debería de saber que no van a conseguir nada.

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Bueno, quizá piense que alguno pueda tener suerte, y puede que no sepa como de buenos son quienes están tras ellos

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Es una posibilidad, pero tú no crees eso, ¿no?, si sabe lo que ocurrió en la Isla, sabrá que intervenimos, de modo que… -lo dejo ahí colgando.

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No, la verdad es que no –sonreí-, creo que sabe perfectamente lo buenos que somos y por eso trata de ponernos todos los obstáculos posibles en el camino.

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Eso lo entiendo, pero no por qué no deja atrás a alguno de los que van con él, tiene a su servicio a seis poderosos Magos según sabemos, con ellos las posibilidades de que ocurra una casualidad se incrementan.

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Puede, pero esos seis magos son Nigromantes, y para el son excesivamente valiosos, dudo que los arriesgue sin necesidad o sin una oportunidad muy clara. De momento no creo que quiera otra cosa que ralentizarnos, pero si por casualidad se librase de nosotros o alguno resultase herido… bueno, eso que saldría ganando en tiempo o en número de enemigos tras él.

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Podría contratar mejores magos que esos, créeme que conozco algunos muy buenos que aceptarían matarnos por dinero

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Pero no son Nigromantes Mina, y por ello irremplazables para lo que sea que este tramando. La Nigromancia es un arte proscrito y ha sido así durante milenios, un mago podrá reconocer muchas cosas, pero nunca el saber las Artes Negras de la Muerte, quizá yo sea la única excepción en reconocerlo abiertamente o que mi fama me preceda en ese sentido.

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Pero esa fama es real, ¿no?, me refiero a que de verdad eres un Maestro en las Artes Nigrománticas

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Sí, eso es cierto, soy un Nigromante puro, ya que domino plenamente el Arte Negro de la Muerte sin desviaciones de otros elementos. No sé si aún existirá alguien en el mundo con tales conocimientos, pero en todo caso, te podría casi garantizar que se podrían contar con los dedos de las manos, y esos seis que siguen a Shargon no son de ellos

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Pero si Shargon, no? –pregunto Mina.

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¿Sinceramente?, no lo sé. Por lo que averiguamos en la Isla de Nauruem no tengo tan claro que tenga poderes Nigrománticos Plenos, más bien quizá obtenga esos conocimientos de otras fuentes externas –dije pensando en el Libro de Hechizos de Z’mall.

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Quiero que me enseñes –me soltó Mina de improviso.

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Como dices

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Que quiero que me enseñes el uso de las Artes Negras de la Muerte, las Artes puras.

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¿Estás loca?

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No, ni mucho menos, entiendo que primero deberé de poder manejar ese poder que me estas enseñando a controlar ahora, mas luego ese del que no quieres hablar, pero cuando lo consiga, quiero que me entrenes también como Nigromante.

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Mira Mina, el uso de la Nigromancia es muy… -me cortó tajante.

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Tal y como pasa contigo, yo no pretendo usarlo, pero si quiero conocerlo para poder estar preparada para lo que surja desde ese espectro mágico, y sería una negligencia por mi parte no aprovecharme de tener junto a mí a un maestro perfecto para ello.

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No creo que te sea necesario aprender nada de eso

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Puede que no, pero quiero aprender, como tú me dices siempre, contra mas aprenda más preparada estaré para lo que sea que me caiga encima, ¿o no?...

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Está bien –claudique-, pero solo será cuando domines lo que tengo que enseñarte, una vez hecho eso, volveremos a hablar de este asunto.

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No, ten claro que cuando consiga dominar lo que me quieres enseñar, solo hablaremos de cuando empezaras a enseñarme las Artes Negras de la Muerte, como tú llamas a la Nigromancia.

Sabía que no debía discutir con ella en esos instantes, no me llevaría a nada salvo a cabrearla, y necesitaba que colaborase al máximo con su entrenamiento en magia Arcana, si ella pensaba que ya estaba todo aclarado, bueno, mejor para mi si podía sacarle provecho a su error, aunque más adelante se enfadase conmigo. Ni siquiera me moleste en explicarle que Artes Negras de la Muerte no era como yo llamaba a la Nigromancia o lo que ella misma entendía como tal, sino que esta era la forma de denominar al camino más puro de ese arte, y por lo tanto, también el más peligroso y corrupto de todos los que existen o hayan existido antes, motivo ese que me decidió a aprenderlo en mis años de locura. Y si, como podéis sospechar, tras conseguir mi “maestría” y medio recuperar mi cordura, hice una limpia bastante sangrienta entre los magos que seguían ese sendero. Una de los ejemplos más claros está en la Torre de los Huesos, Situada sobre la antigua ciudad de Kliwgord, y cuyo señor es un Lich, un muerto viviente, uno de los más claros exponentes de ese camino

La parte mala comenzaba en esos instantes, empezábamos a adentrarnos en las montañas, territorios hostiles para cualquiera ajeno a sus costumbres o que no pertenecieran a ellas. El que nuestra cabeza estuviese puesta a precio se notó, además por el encontronazo que tuvimos supimos ambos que el precio era más que considerable. Si en el pueblo tuvimos que vérnoslas con un pequeño grupo de imbéciles, al poco de entrar en las montañas la cosa cambio, intentaron sorprendernos en una emboscada varios magos.

Nuestros escudos respondieron a la perfección, pero lamentablemente lograron lo que parecía su objetivo real, matar nuestras monturas, que quedaron tendidas sobre el suelo, alcanzadas por varios conjuros mágicos. En circunstancias normales, la perdida de las monturas supondría la muerte segura de quien sufriese dicha adversidad, especialmente si como a nosotros, había alguien que conociese el terreno tratando de matarle. Tras la pérdida de las monturas los asaltantes simplemente desaparecieron

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Creo que tenemos problemas graves, van a tratar de agotarnos para poder matarnos luego tranquilamente… Su blanco no éramos nosotros, sino los caballos -dijo Mina.

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Lo sé, si seguimos andando y adentrándonos en las montañas nos agotaran poco a poco

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Y si damos media vuelta Shargon se nos escapara… ¿Qué hacemos?

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De momento enfadarnos por ser tan estúpidos, y luego, demostrar a esos cretinos porque motivo nuestras cabezas valen tanto oro.

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¿Y cómo piensas hacer eso?, te recuerdo que no tenemos caballos

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Es cierto Mina, no tenemos caballos, pero eso no quiere decir que no contemos con monturas… y con aliados… -sonreí.

Desplegué completamente mi poder, ejecute un conjuro que provoco que medio minuto después Mina retrocediese tres pasos negando con la cabeza repetidamente y soltando un

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¡¡¡Ni de coña monto yo ahí, que no coño, que no… que no me monto en… “eso”!!! –replico Mina completamente exaltada.

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Venga, no seas idiota, vas a montar, por las buenas o por las malas, tu sola en ese, o con uno de ellos… -dije señalando a los Guerreros Khulgan.

Lo que hice fue convocar a tres magos y estos a una veintena de Guerreros Khulgan, además de dos Hrull adicionales para montarles nosotros. No creo tener que decir, a que exactamente era a lo que se negaba en redondo la buena de Mina, creo que el motivo real, eran los afilados dientes del Hrull que tenía que montar y como se relamía este cada vez que la miraba… sin contar con las garras de sus patas… claro.

CONTINUARA