Crónicas de Vhaalzord - Libro 2 - 3

Continúan las complicaciones para Val… Empiezan los problemas con Norah… Sexo salvaje con Norah… Los problemas se van agudizando poco a poco

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 2

Capitulo- 3

Durante las tres siguientes noches mis paseos me condujeron, de forma discreta y por distintos recorridos, hasta la zona donde estaban los barcos de guerra Nekrim con su embajador. Tenía claro que debía hablar con ese caballero sobre su interés en mi persona, o más bien su interés en deshacerse de mí. Pero por lo que estaba viendo la cosa no pintaba nada fácil para poder hacer lo que quería. Sin embargo, La última noche justo cuando me iba encontré la solución, pase cerca de uno de los barcos y un peculiar olor llegó hasta mis finísimas naricillas... un olor inconfundible a  cierta sustancia altamente inflamable que se usa para encerar las velas y cabos de un barco. Tras comprobar la situación una vez más me di cuenta de que los tres barcos estaban en ese trabajo de mantenimiento dándome una solución para poder ver brevemente a su excelencia, el señor embajador de los Principados Nekrim.

La siguiente noche me metí al agua, trepé al barco por uno de los cabos que colgaban, la verdad es que me las apañe para ir de barco en barco eludiendo los guardias... fui preparando diversos montoncitos de material inflamable para crearme una distracción y poder escapar de allí. Una vez que incoe los fuegos en los tres barcos no tuve el menor problema en lograr llegar al señor embajador, pero para mi desgracia no soltó prenda, y tampoco podía entretenerme mucho con él, así que hice lo que haría cualquiera en mi lugar, le solté media docena de sopapos que lo dejaron medio idiota perdido, después le unte con el potingue de las velas por encima, prendiéndole fuego... salió de la habitación como una exhalación envuelto en llamas mientras yo le seguía, escabulléndome hacia el extremo de popa y lanzándome al agua desde allí.

Al día siguiente me enteré de que los tres barcos de guerra Nekrim habían ardido, muriendo el embajador  y junto a él más de cien marinos y soldados. El fuego además se había extendido a tres barcos cercanos dañándolos terriblemente, eran uno de esclavos y dos de contrabandistas... entre sus tripulaciones también hubo unas cuantas decenas de muertos al caerles encima velas ardiendo, por los golpes recibidos al caer también los maderos de los palos, etc.

La parte mala es que no logré averiguar por qué coño quería matarme, la parte buena es que en principio ya no debía de seguir preocupándome mas por él, aunque veríamos cuando llegara el nuevo embajador que seguro que mandaban después de este desastre. Tras este incidente en que los Nekrim le echaron la culpa de lo ocurrido al Imperio la guerra se recrudeció entre ellos, aumentando el número de salvajadas que cometían unos y otros... creándose un odio enfermizo entre ambos bandos. Si alguno pensáis que lo sentí estáis listos, os recuerdo que literalmente no tengo sentimientos, soy incapaz de sentir, sé cómo se siente, sé fingirlos, pero no capaz de sentirlo. Para mí estos muertos son como las hormigas cuando las pisas, igual.

El verdadero problema vino cuando a la semana justa de todo esto volvieron a las andadas conmigo... Me intentaron matar dos tipos en una callejuela de los muelles, para su sorpresa se encontraron con sendas dagas en el cuello que terminaron con ellos, pero esta vez no estaba por la labor de que la cosa siguiera así, de forma que me deshice de los cuerpos en el puerto, les puse unos pesos y los lancé al agua para que se hundieran allí, a ver si de esa forma era capaz de saber si había alguien especialmente nervioso con su desaparición. Aunque parezca mentira poco a poco iba recuperando mis habilidades para el combate personal... para el uso de determinadas armas que no usaba a menudo y algunas otras cosas que me reservo.

Tenía una sensación con tanto asesino como de estar metido en medio de algún lio de narices pero sin saber en qué coño se suponía que me había metido. Para complicar más las cosas por accidente escuché a uno de los parroquianos del local, que alguien con nombre y apellidos había estado contratando gente para por lo visto eliminar a alguien, pero que ninguno había logrado regresar, cuando dijo el nombre del contratante me dio un vuelco el corazón, aunque me lo estaba temiendo desde que aparecieron los dos nuevos asesinos, me estaba imaginando que no todos los que le achaqué al embajador de Nekrim serían enviados por él... el nombre que apareció fue el del embajador del Imperio Sharnem que era justo lo que me faltaba por oír.

Deduje sin temor a dudas que en lo que fuera que me habían metido, era algo que sin duda me había colocado en medio de la guerra entre estos dos países... era lo único que me faltaba, yo que no quería llamar la atención y me pasaba esto, acojonante del todo creedme que sí. Si quería saber algo referente a esta situación, la clave obviamente estaba en la ciudad, y todo apuntaba en la misma dirección, o era el local, o era Norah, su dueña. Pero claro para esto tenía que ocuparme de tener un poco de calma, y os garantizo que el tener asesinos detrás, pues como que no calma demasiado que digamos. No me quedaba otro remedio que preparar un accidente también para el embajador del Impero Sharnem, que le pasara lo mismo que al señor embajador de Nekrim, que desapareciera, para de ese modo obtener cierto margen de tranquilidad hasta la llegada de los sustitutos.

Esta vez no me compliqué la vida para nada... Primero me presente en la residencia del embajador del Imperio, me colé en su habitación tras eliminar a tres guardias cortándoles el cuello y degollé al mismo en su propia cama, sólo pataleo un poco nada más. Usé un cuchillo Nekrim para esto... que se jodan y no anden intentando joderme a mí. Después fui al puerto, concretamente al barco del embajador a por el general que lo acompañaba siempre como consejero, ya que él podría ocupar su plaza tranquilamente. Preparé otra linda fogata con los cuatro barcos Imperiales amarrados a uno de los espigones del puerto, si con eso pensaban que estarían más a salvo, iban dados.

Como comprenderéis no me arriesgué a que el general se salvara para nada... según salió a cubierta para dar órdenes sobre como combatir el fuego, le disparé un único dardo de ballesta desde un tejado cercano que le entró por el lado izquierdo del pecho, alcanzándole el corazón... un dardo Nekrim por supuesto, de algo me tenía que servir la pequeña armería existente en su embajada, ¿o no?. Después de ver caer con un dardo en su pecho al general, los marineros se preocuparon más de ponerse a cubierto que de intentar apagar el fuego... el resultado unos pocos muertos y tres de los cuatro barcos hundidos tras quemarse... el cuarto daba pena verle como quedó, desde luego más le hubiera valido haberse hundido porque era poco más que un esqueleto flotante ennegrecido.

La que pagó el pato con todo esto fue la ciudad, de repente estaba llena de Nekrim y Sharnem deseosos de matarse mutuamente... al final pasó lo que tenía que pasar antes o después, se fueron a encontrar, sumándose cada vez más marineros o soldados en uno y otro bando hasta convertirse en una batalla campal entre ellos... al final se vieron obligados a intervenir la Cofradía Roja, aparecieron cuatro magos a poner paz. Entonces pasó algo que no se le ocurriría a nadie en su sano juicio, algún presunto idiota lanzó una daga contra uno de los magos... ejem, os juro que no fue aposta, se me escapó de la mano, os lo aseguro de verdad, fue sin querer.

Bueno a lo que íbamos, una daga dio con el escudo de protección de uno de los magos... después de esto decidieron poner paz de su peculiar forma habitual, a lo bestia, lanzaron contra el grueso de la pelea cuatro enormes bolas de fuego que explotaron en el mismo centro... matando más de trescientas personas entre gente de la zona, Nekrim y Sharnem, quemando cuatro edificios cuyo fuego se extendió a los colindantes liándose parda en el centro de esa zona de los muelles... yo me libré por mis propios escudos, porque se pasaron tres pueblos en su afán de "calmar" a la gente con los bolazos, si sólo hubieran lanzado uno habría habido algún muerto, pero el lanzar cuatro contra el mismo sitio, estos se auto alimentaron entre sí amplificándose y armando la que armaron.

Durante una semana entera la cosa estuvo muerta para el negocio ya que la Cofradía tras el incidente se dedicó a enviar magos a patrullar por la ciudad en grupos de cuatro... después de lo anterior como podréis imaginar cualquier cosa que alguno de ellos pudiera encontrar como molesta, amenazante o simplemente considerar que lo mismo no les gustara se suspendieron inmediatamente, de forma que los parroquianos bajaron bastante de numero en el local. La parte buena es que al cerrar antes me pude dedicar a divertirme con Norah todo el tiempo que pude, ella desde luego parecía insaciable. Digo todo lo que pude porque surgió un problema en la banda a la que pertenecía Norah... resulta que en varios de los locales encontraron ciertas labores relacionadas con los contendientes de la guerra o naciones afines a uno u otro... solo uno de los locales estaba completamente limpio de ello, justo en el que yo estaba.

Por fin descubrí el porqué de enviarme a mi asesinos... resultó que después de comparar datos en ciertos locales los porteros habían sido asesinados y sustituidos por gente afín a unos u otros, lo que todavía no sabía la organización es el porqué de todo esto ya que no tenía sentido. Habían encontrado cierto patrón al hacerlo, pero había un problema con este... si todo era correcto había un portero que debería de estar muerto y no lo estaba... Estaba la cúpula de la organización reunida en un sótano comentando todo esto mientras me miraban todos ellos, tanto los jefes primero y segundo, como la propia Norah... igual que los mejores hombres de la organización que como por casualidad también estaban allí...

- Norah : Tienes algo que explicarnos...

- Yo : No creo... no tengo nada que ver en todo esto... es más, no sé ni de que va...

- Norah : ¿Alguien ha intentado matarte?

- Yo : Bueno, algún intento de robo que otro durante mis paseos sí que ha habido...

- 1 Jefe : ¿Si te registráramos encontraríamos algo más a parte de ese bastón?

- Yo : (Sonriendo maliciosamente sin decir palabra me arremangue las mangas descubriendo las Dagas Khlomn, los dos punzones y mostré mi bastón)

- 1 Jefe : Vaya, no está nada mal para solo ser un simple portero de tres al cuarto como nos habías vendido... Dagas Khlomn ¿eh?

- Norah : Algo más que lleves aparte de eso...

- Yo : (Guiñándole un ojo a Norah que se puso completamente seria, moví la mano haciendo la capa a un lado, mostrándola los colmillos de la Luna, la daga y la espada, evitando cuidadosamente mostrar el hilo de triple trenzado y la cadena).

- 2 Jefe : ¿Si te pregunto si tú has tenido algo que ver con lo sucedido a los embajadores de Nekrim y de Sharnem me contestaras?

- Yo : No. (Lo que evidentemente era ya una respuesta en sí..., definitivamente por cómo me miraban todos me estaban reevaluando a marchas forzadas)

El primer jefe dijo a los demás que ahora sí que todo cuadraba, que obviamente si el portero en cuestión no estaba muerto, era porque los muertos habrían sido los asesinos enviados, y por lo que podía deducir, sus contratadores les habían seguido poco después también. Una cosa que si vi es que sin duda alguna iba a tener que darle muchísimas explicaciones a Norah en cuanto volviéramos al local... pero que muchas, muchas, muchas.

Después de esto me hicieron salir junto con parte del resto de la gente que allí había, otra cosa que pude comprobar es que los que salieron conmigo no me quitaban ojo, evidentemente me estaban vigilando, supuse que a falta de que la propia Norah me diera otra vez el visto bueno seguiríamos por este camino. Pude no obstante separarme lo suficiente como para poder empezar tranquilamente a recomponer todas y cada una de mis defensas mágicas habituales.

Las había reducido muchísimo al entrar en la ciudad precisamente por el problema que representaban los magos de la Cofradía Roja, dado como se estaba empezando a poner la cosa preferí correr el riesgo de ser descubierto por los magos a estar sin mis defensas... todo esto cada vez me olía peor y me parecía todo más raro, por mucho que los jefes estos dijeran, lo de los porteros de los locales no tenía ni pies ni cabeza para nada...

Por si no tenía ya suficiente con lo mío, me cayó encima un problema de Norah, algo que desde luego aunque no habitual iba con la vida que ella había decidido vivir, y más siendo la tercera en una organización del estilo de esa en la que estaba. Me vi metido sin comérmelo ni bebérmelo en un intento de asesinato contra ella según volvíamos al local. Volvíamos los dos y los tres tíos que eran su escolta habitual... de repente seis tipos salieron de las sombras cayendo sobre nosotros, uno de los escoltas de Norah cayó en la primera embestida, pero los otros dos pudieron sacar sus cortas espadas para defenderse, Norah a su vez sacó dos dagas para defenderse, sosteniendo una en cada mano, y yo... bueno yo hice una de las mías otra vez.

En vez de pensar en que Norah seguro que quería interrogar a alguno de ellos me volví a emocionar, esto era como una dadiva del cielo para poder desahogarme... usé tres de las Dagas Khlomn en los primeros segundos de la pelea, cayendo enseguida los tres blancos sin poder siquiera intentar atacar a nadie. Los escoltas de Norah se llevaron también dos por delante y el último fue cosa de la propia Norah.

El fallo evidente del ataque fui yo, ellos sólo esperaban tres escoltas y Norah, eran los justos para ir por sorpresa dos contra cada escolta y luego cebarse con Norah, pero mi presencia en primer lugar había provocado que dos de ellos cayeran al instante con sendas dagas en sus gargantas, seguidos de un tercero que iba a por Norah pasando delante de mí, él fue quien se llevó la tercera en la espalda. Hubo una baja por nuestro lado, ya que uno de los escoltas como dije antes cayó enseguida, le metieron una cuchillada por la espalda entre las costillas, matándolo en el acto.

Cuando llegamos al local Norah me dijo que subiera a sus habitaciones que enseguida iba, que tenía que hablar conmigo muy seriamente... después de eso se marchó seguida de sus dos escoltas en dirección a su despacho, supuse que iba a dar instrucciones para averiguar de quien partía este ataque contra ella, porque claramente fue contra ella, mi presencia también la quedo claro que fue circunstancial, así como que si no hubiera llegado a estar allí posiblemente hubieran tenido éxito. Sin lugar a dudas también la quedo claro en ese encontronazo el porqué los asesinos que hubieran mandado contra mí no hubieran tenido el menor éxito.

Cuando llegó a su habitación le olía el aliento a licor, evidentemente se había tomado alguna bebida para pasar el "trago", desde luego por muy acostumbrado que se pueda estar, no es nada agradable el sufrir un intento de asesinato como era en el caso de ella. Como os dije me cayó encima una Norah híper tensa, nada más ponerse a mi lado me plantó una daga en el cuello, amenazándome con cortármelo inmediatamente por haberla engañado sobre mi...

Pese a todo me di cuenta de que había conseguido cierta ventaja sobre ella, mi situación no era tan mala porque al defenderla en el ataque, gran parte de las sospechas que pudiera albergar sobre mí se habían disipado por si solas, lo que no quería decir que si veía algo que no la cuadrara me cortaría el cuello en el acto y sin dudar para nada, era de ese tipo de mujer pese a todo lo que pudiera parecer, Norah no se casaba con nadie como vulgarmente se suele decir. Por fortuna le pude dar ciertas explicaciones factibles sobre el porqué oculté mis "capacidades", obviamente de magia no dije ni media.

Se dio más o menos satisfecha con mis explicaciones, pero vi algo mucho más peligroso en sus ojos al mirarme después de aceptar mis explicaciones... Norah me estaba mirando con una mirada densa, posesiva, agresiva, viciosa, se la notaba muy, muy caliente... digamos que cada vez estaba más enchochada conmigo, algo que podía llegar a ser peligroso tanto para mí como para ella, pero bueno, bastantes problemas tenía ya encima como para preocuparme ahora también por eso. En mí había obtenido algo que no debía de haber logrado con ningún otro en mucho tiempo, un hombre que claramente no la tuviera miedo, que follara con ella de tu a tu, sin dejarse dominar, siendo tan o incluso puede que más dominante que ella en la cama, algo que sin duda la hacía sentirse atraída por mí más de lo debido, vamos que como dije antes, estaba totalmente enchochada.

Sin retirar la daga de mi cuello me llamó cerdo y me metió un guantazo... yo la llamé puta y le devolví el mismo, ella tiró a un lado la daga mientras se limpiaba el hilillo de sangre que salía de su labio después de mi guantazo... sus ojos eran cada vez más turbios. De pronto saltó sobre mí como una posesa empujándome como una bestia parda contra la cama, lanzándome contra la misma, en la que deje que me tirara de bruces, dándome la vuelta lo más rápido que pude, con el tiempo justo para quedar bocarriba cuando ella llegó, sentándose a caballo sobre mi cintura mientras se inclinaba para comerme la boca a besos.

Como no moví para nada las manos, ni intente nada de nada con ella se puso furiosa del todo, levantándose y llamándome de todo menos guapo... intentó rabiosa sacarme la polla y calzársela sin que se lo permitiera con facilidad, lo que todavía la puso de peor humor. Al final se intento liar a guantazos conmigo... digo intento porque según empezó así fue cuando me moví, la descabalgué tumbándola sobre la cama, colocándome sobre ella, tumbado sobre su espalda, empecé a romperla la ropa mientras sacaba mi polla... una vez libres de estorbos se la metí por el culo sin lubricar ni nada, simplemente con un leve hechizo por mi parte de protección para no hacerme daño...

Norah pegó una alarido increíble al sentir como mi polla la abría el culo sin piedad... una de mis manos la cogía del pelo levantándola la cabeza para poder morderla el cuello y los hombros sin problemas, sin hacer caso del daño que la pudiera hacer... haciéndola gemir también de dolor con esos pequeños mordiscos. La otra mano se metió por debajo de su cintura para acudir a su coño para ir jugueteando con él y lubricarlo, aunque eso ultimo fue totalmente innecesario, estaba encharcadisimo... la muy zorra estaba incluso al borde del orgasmo con mi maltrato, tal y como suponía por mis anteriores veces con ella, el que la trataran bien y la demostraran cariño, que la hicieran el amor, que fueran dulces la encantaba, pero también me di cuenta que de vez en cuando quería sentirse dominada, sentirse como la hice sentirse la primera vez que lo hicimos en la habitación secreta de su dormitorio... la gustaba que la maltratara todo lo posible mientras me la follaba.

Mucho cuidado con equivocaros con esto, sólo era lo que Norah permitiera, cualquiera que se creyera que eso iba con ella por como gritaba cuando estaba conmigo o con otro ya que estamos, y lo intentara sin ella querer de verdad... podía acabar apareciendo en cualquier callejón de los muelles esa misma noche. Después de destrozarla el culito durante al menos cinco minutos se corrió dando alaridos, estremeciéndose debajo de mí mientras la mordía el cuello en medio de su orgasmo, potenciándoselo un poco más, ya que eso la encantaba como descubrí el primer día que lo hicimos.  Después de que se relajase tras el orgasmo, saqué mi polla de su culo, enfundándosela en el coño de golpe también, seguía tan caliente que a las pocas embestidas se volvió a correr sin dejar de gritar, Norah era una mujer sumamente escandalosa en la cama.

Sin llegar a sacársela ya que no me había corrido todavía continúe moviéndome dentro de ella, sin esperar para nada a que se recuperara del orgasmo anterior... poco a poco volvía a gemir sin parar, gozando de nuevo. Unos instantes después se la saqué, ayudándola a darse la vuelta, dejándola bocarriba mirándome, me volví a introducir en su interior mientas aprovechaba para besarla sin parar el cuello, los hombros, colocándome como pude empecé a lamerla los pechos sin dejar por ello de embestirla, haciéndola llegar una vez más al orgasmo, solo que esta vez yo también llegue al mismo a la vez que ella... corriéndome en su interior copiosamente.

Una vez me repuse y mi soldadito se volvió a poner en marcha debido a la mamada que me estaba haciendo ella, la hice volver a ponerse en plan perrita volviendo a metérsela por el culo hasta el fondo, pero esta vez lo hice despacio, lentamente, dejándola saborear el dolorcillo ese que le provocaba mi entrada, ese mismo que según ella le encantaba sentir después de haberse corrido unas cuantas veces, por lo que me contó era como si volviera a empezar casi de cero... haciéndola desear un orgasmo como si fuera el primero de la noche.

Después de estar dándola un buen rato me corrí en su culo junto con ella, al alcanzar su orgasmo movía el culo que daba gusto, parecía una perrita de verdad. Una vez calmados y recuperados me dio una última advertencia antes de decirme que me fuera ya... me dijo que si volvía a ocultarla algo como esto de lo que se había enterado me mataría. Sin decir ni media salí de la habitación yéndome a dormir, os aseguro que me lo tomé completamente en serio, el problema de lo que dijo es que si llegaba a intentarlo siquiera yo sí que la mataría a ella, pero sin el menor escrúpulo además, no sabía con quien se la estaba jugando realmente.

En todo esto había algo que no me gustaba nada de nada, y es que como dije antes desde luego nada de lo que pasaba tenía ni pies ni cabeza... Era evidente que todo el mundo sabía que la ciudad bullía de espías de ambos contendientes, de diversos barcos piratas e incluso corsarios, averiguando las rutas de los barcos para luego poder asaltarlos, que estos se asesinaban unos a otros sin piedad constantemente por toda la ciudad. No tenía sentido deshacerse de los porteros de los locales para que los espías pudieran entrar... Todos ellos entraban cuando y como les daba la gana en cualquier local del puerto constantemente, desde siempre, lo de los porteros debía de ser por otro motivo distinto, ¿pero cuál?... Si esto me importaba es porque evidentemente yo era uno de los blancos, alguien me había metido en medio por su cuenta y riesgo, ahora me iba a tomar mi tiempo para averiguar la razón, sino me hubieran metido me hubiera importado tres leches todo esto como podréis entender.

Salí a dar otro de mis habituales paseos por la noche a los muelles después de cerrar el local. Durante el mismo me salieron al paso cuatro sujetos y una mujer pertenecientes a la organización, dado que yo ya había hecho mis averiguaciones cuando Norah me metió a empujones dentro de ella al hacerme mensajero, sabía que estos cuatro eran los hombres de más confianza del segundo jefe, la mujer era una de las chicas del local de Norah, una de las más jóvenes, de las más guapas y de las que más trabajaban. Uno de los sujetos me dijo que por favor los siguiera sin oponerme, que el segundo jefe también quería hablar conmigo, dando a entender que la chica estaba allí en la misma situación que yo...

La verdad es que no sabía que me estaba empezando a mosquear más, si el que me tomaran por imbécil, o el que me menospreciaran de la forma en que lo estaban haciendo. Esa chica claramente había salido del local sin permiso con lo que era evidente que si estaba allí era por propia voluntad, lo que significaría que realmente trabajaba para el segundo jefe como espía... sino algo peor, pero bueno ya veríamos cuando le viera lo que sucedía, por si acaso reforcé mis principales conjuros de defensa, incluido el veneno al que esta gente era muy dada.

La chica se acercó a mí como asustada, como de forma fortuita me acabo cogiendo del brazo, como si se sintiera más segura... al poco sentí una pequeña rozadura justo en el punto donde estaba apoyando su mano... enseguida entro en acción el hechizo de defensa contra los venenos, iniciando una purga de uno de ellos en mi brazo, justo en la zona donde sentí el arañazo...

Una cosa de este hechizo que conocía era que funcionaba con cualquier veneno, era terriblemente efectivo pero tenía un problema... cuando actuaba era como si la sangre empezara a arder en mi interior, subiendo de temperatura poco a poco hasta límites casi insoportables, pero eso sí, no había veneno que se le resistiese. De momento empezaba mal la cosa, pero que muy mal, acababan de intentar envenenarme, acababan de enojarme hasta límites insospechados... primero averiguaría de quien era esta brillante idea, y una vez hecho eso empezaría a matar a todos los involucrados, empezando por esta zorra estúpida que me había arañado introduciendo el veneno en mi.

CONTINUARA

PD. Quería darle las gracias a mi queridísima Bubu por la manita que me ha echado con este capítulo de la serie, muchísimas gracias preciosa, un besazo.