Crónicas de Vhaalzord - Libro 19 - 4

Mina y Val, acompañados de las Guardabosques Talkinq, se adentran en los bosques de Khal-tor-Khild… en su interior se encontraran con Guerreros Korhisas y Val… a alguien más

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 19

Capitulo- 4

Al final y pese a que aún dudaba de la forma tan “veloz” en que había sido aceptado, no ocurrió nada sospechoso. Nos reunimos con el grupo principal, por lo que vi las dos jefas estuvieron poniendo al corriente de la situación mía y de Mina a quienes estaban al mando de ambos grupos. Por un lado eran unas cincuenta Guardabosques, y por otro unas quinientas sesenta Guerreras aproximadamente.

En lo que a nosotros nos incumbía, las Guardabosques se dividieron en grupos de doce, excepto en el principal con catorce, en el que estaba la jefa, en el que también fuimos incluidos Mina y yo. Los dos primeros días fueron normales, sin embargo en la segunda noche volví a recibir un nuevo comunicado mental, y esta vez fue mucho más comprensible, debido a que mi interlocutor estaba relativamente cerca de mí, quería verme, y ciertamente, me intrigaron sus prisas.

Nuestros caballos habían quedado con las guerreras, ya que en el bosque había dos formas posibles de moverse, una con las monturas, lo que provocaba un ruido delatador para quien conociese bien el terreno, y segundo, provocaban que el propio ruido que hacían, enmascarase en cierta medida los propios sonidos del bosque. Una persona a pie y una a caballo, a la larga, como media y ya no digamos en las zonas intrincadas de Khal-tor-Khild, recorrerían la misma distancia aproximadamente, por lo que las Guardabosques preferían desplazarse por sus propios medios.

Me di cuenta de que no dejaban de observarnos ni por un solo instante, el primer día, por la noche, cuando paramos para descansar…

-      Eres francamente bueno, sabes… -comento la jefa del grupo.

-      ¿Tú crees?

-      Sí, sí que lo creo, eres excepcionalmente bueno de echo

-      Eres muy amable –intervino Mina, mientras las demás Guardabosques nos miraban.

-      No, no lo soy hechicera. Solo he dicho lo que de verdad pensaba sobre él. Tú en cambio, es obvio que sabes moverte por aquí y que no tienes problemas a la hora de seguir nuestro ritmo, sin duda fuiste entrenada en un tiempo como una de nosotras.

-      Si, así fue, fui entrenada como una Guardabosques más –admitió-, y me alegro que consideréis de tan buena manera a mi hombre escudo, os aseguro que no nos retrasara –terminó haciendo un leve gesto de saludo.

-      Jajajajajajajaja –se rieron las Guardabosques al completo-, perdona pero creo que no me entendiste lo que dije, realmente somos nosotras quienes le entorpecemos a él. No creo que ninguna Guardabosques, tras verle este día, tenga la menor duda de que podría dejarnos atrás tranquilamente de querer avanzar a su verdadero ritmo –dijo la Jefa de las mismas.

-      Pero… -interrumpí a Mina.

-      Tienen razón, podría ir más rápido de quererlo, pero a mayor rapidez, mas problema para poder escuchar, atender, pensar y reaccionar ante el terrero en el que este en caso de cualquier tipo de imprevisto, algunas veces, ir demasiado rápido es un error, la velocidad que mantenemos es la adecuada.

Todas las guardabosques asintieron dándome la razón ante el asombro creciente de Mina, que no se lo terminaba de creer del todo, y que cada vez me miraba de un modo mucho más extraño que antes. Estuvimos avanzando por nuestra zona con calma, pendientes de cada sonido del bosque, escuchando detenidamente a los animales, llegado un cierto instante todo quedo en silencio, deteniéndonos de inmediato, a un gesto de la jefa del grupo todos tomamos posiciones con las armas en la mano, cada uno con una ballesta lista para ser usada.

Tan solo unos pocos minutos después, frente a nosotros, aparecieron varios guerreros Korhisas riéndose y charlando animadamente entre ellos, aparentemente ajenos a cualquier tipo de precauciones por su seguridad, pese a encontrarse relativamente cerca de la salida de los bosques a las llanuras Talkinq… se les veía muy confiados. Tan solo segundos después, la jefa del grupo dio la orden de disparo, catorce dardos de ballesta buscaron sus blancos, diez Korhisas resultaron muertos o gravemente heridos por la descarga, el resto rápidamente intento sacar sus armas para defenderse de la emboscada.

Tanto las Guardabosques como yo, sin embargo no intentamos sacar para nada nuestras espadas, lo primero en usarse fueron las dagas Khlomn, una vez usadas, fue cuando las espadas aparecieron en nuestras manos… algo ya completamente inútil, ya que la veintena de Korhisas estaban tendidos sobre el suelo… Las espadas de las Guardabosques eran muy, muy similares a las mías, de hoja un poco endeble, mas útiles para cortar que para clavar, evidenciaban haber sido creadas para dar muerte rápidamente al contrario, no para una lucha larga con intercambio de golpes… algo que también fue notado enseguida tanto por Mina, como por las propias Guardabosques.

Tras registrar por parte de las Talkinq todos los cuerpos de los Korhisas muertos, nos volvimos a poner en marcha, aumentando las precauciones por si acaso aparecían más guerreros. Sinceramente, me extraño un grupo de guerreros tan “pequeño” cuando según dijeron estaban atacando incluso Aldeas, pero no dije nada al respecto, ni siquiera me moleste en hablarlo con Mina, decidí no involucrarme en ello mas de los estrictamente necesario para la seguridad de “mi” maga.

La tercera noche tras estos sucesos, salí del campamento eludiendo tranquilamente a las centinelas, me aleje unos cuarenta minutos hacia la profundidad del bosque, busque un pequeño claro, dispuse el sitio e inicie una pequeña fogata, creando un tiro para que el humo saliese hacia el cielo… Solo tuve que esperar media hora a que apareciese… Vi avanzar a una joven con un largo vestido blanco, una graciosa sonrisa animaba su cara y sus ojos de color ámbar parecían chispear… me levante sonriente, avance a su encuentro, le di sendos besos en las mejillas y la acompañe a la fogata…

-      ¿Qué tal todo? –pregunté.

-      Bien, muy bien, he estado muy entretenida, aunque creo que tú no me has ido a la zaga… -hizo un gracioso mohín.

-      Jajajajaja, bueno, he estado un poco liado recorriendo el mundo, viendo los cambios que han ocurrido…

-      ¿Te estarás preguntando porque te llamé con tanta urgencia, no? –dijo repentinamente seria.

-      Si, la verdad –respondí, viendo aparecer al Nahkkar Verde, Shless, por el bosque.

-      Como te dije, he estado investigando en nuestras… ehhh… digamos que bibliotecas, y lo que encontré… bueno…

-      ¿Inquietante? –pregunté.

-      Si, bastante de hecho –respondió Shless, dándome la mano y sentándose luego junto a Amaratha.

-      ¿Qué has averiguado?

-      Tu poder, la capacidad de abrir las puertas a otros… “sitios”… Creemos que podrías abrir puertas que “sería mejor no tocar” -remarco Amaratha.

-      ¿Damok? –dije pensativo, refiriéndome a los Demonios por su nombre real.

-      Entre otras cosas, si, el reino de los Demonios también… Lo que nosotros entendíamos por Shaddin-Nur, era alguien con poderes más allá de lo que conocíamos y nos preocupaba siempre quien podría acceder a ello, excesivamente poderosos para nuestro gusto, fuese Dragón o no. Pero según todo lo que hemos averiguado en este tiempo… en lo poco, de hecho, que hemos podido investigar… un “Guardián” es algo muchísimo más serio que cualquier otra cosa anterior… -explico una Amaratha seria, muy seria de hecho.

-      Traduciendo…

-      Que lo mejor, hasta saber más, es que no andes practicando a ver qué es lo que puedes hacer o no hacer respecto a las “puertas”… no vayas a abrir la menos indicada…

-      Ya, el problema es que no tengo ni idea de cómo se supone que podría hacer algo así. No tengo ni idea de ello…

-      Eso lo suponemos Vhaalzord, pero en el caso de que descubrieses algo, o tuvieses alguna idea de cómo poder… intentarlo, evítalo hasta que sepamos algo más… -replico Shless

-      Ya veo… -entrecerré los ojos mirándole fijamente.

-      Entiéndenos, eres una oportunidad para nosotros, podrías abrirnos la puerta de nuestro verdadero mundo y poder regresar… Ahora mismo, eres alguien muy importante para todos los Dragones, eres una oportunidad que nunca pensamos volver a tener…

-      Para mi pueblo, y el pueblo del Sur, eres como dice Shless, una grandísima oportunidad… -apoyo Amaratha mirándome fijamente- es muy importante para todos que continúes vivo... como sea…

Estuvimos hablando sobre una hora en total, en gran parte, entre Amaratha y yo, gran parte de la conversación fue a nivel mental exclusivamente, aunque mantuvimos las apariencias ante Shless de estar hablando los tres.

-      Amaratha, me he encontrado en los reinos humanos del sur con algo… desconcertante. Parece que todos en un momento dado tuvieron la idea de hacer un libro con mi imagen para no olvidarme… -deje caer mentalmente sobre ella la imagen del libro que vi.

-      No tengo una respuesta clara para ello, pero si es cierto, que tras tu aparición del pozo, justo cuando caíste en ese estado que te tuvo tanto tiempo “muerto”, tuve sueños.

-      ¿Sueños?

-      Si, sueños. Soñé muchas cosas, muchísimas, pero no soy capaz de recordarlos claramente, puede que esos sueños… -se detuvo.

-      ¿Crees que pudieron tener algo que ver, que quizá influenciaste con tu poder de algún modo a esas personas…? –pregunté.

-      No lo sé, pero creo que es lo más probable, se que algunos trataron sobre ti. Me veía a mi misma hablando con humanos sobre ti, para que esperasen tu regreso, pero no sé ni cómo, ni a quien, ni donde, ni cuando… en definitiva, no lo sé Val.

-      ¿Alguna vez ha ocurrido algo así entre vosotros?

-      Que yo sepa o que nuestros registros muestren, no, nunca antes… aunque… yo ahora… -se detuvo dubitativa.

-      Tranquila, entiendo, esto tú tampoco lo reflejaras en ningún sitio, no dirás nada… por lo que sí ha pasado, han podido hacer lo mismo…

-      Básicamente, aunque entiendo que no se hiciese de pasar, ya que yo por mi parte no dejare nada tras de mí, porque no tengo la menor idea de que es lo que podría poner o contar, no tendría ningún sentido… y sobre lo que hablamos con Shless… bueno hay cosas concretas que no quiero que nadie fuera de los dos sepa… sea quien sea ese alguien… al menos de momento…

-      Está bien, dime…

En realidad, Amaratha investigo más de lo que dijo en voz alta, y me explico muchísimas más cosas telepáticamente de las que aquí he reflejado, pero que o bien no son de interés, o que quizá, sea mejor que nunca nadie conozca y sigan permaneciendo en el olvido. Pero una de las cosas que me dijo, me sobresalto, y no os hacéis una idea de hasta que niveles… empezó a rondarme una idea, algo que podía cambiar drásticamente todos y cada uno de mis planes, obviamente también los de Amaratha. Si a mí la idea ya de por si me hacía poca gracia, no os cuento la que iba a hacerle a ella de confirmar mis sospechas, en gran parte, porque posiblemente, ella hubiese sido de modo inconsciente parte activa en la creación de dicho problema…

Antes de marcharse, Amaratha me hizo una última advertencia sobre la presencia de varios hombres acercándose sigilosamente a donde estaba, recomendándome irme, ya que tenía tiempo más que de sobra. Pero, por mi parte, mis pequeños espías dispuestos a nuestro alrededor, también me habían avisado, además de la presencia de esos Korhisas, de la de una de las Guardabosques, concretamente, de la jefa de estas. Dispuse mi capa de forma que pareciese un cuerpo dormitando ante la hoguera, se veía un poco tosco, pero su misma tosquedad, hacia que pareciese de verdad alguien que se había quedado dormido por accidente.

Estaba oculto en la espesura, esperando a que los Korhisas hiciesen su aparición estelar, en un momento dado mis pequeños espías me informaron de la presencia tras de mí de la jefa de las guardabosques. Sin volverme siquiera, sorprendiéndola, me limite a hacerle una seña indicándola hacia donde desplazarse… Luego levante la mano marcándole el número de enemigos y la dirección desde la que avanzaban, solo entonces, gire mi cabeza  mirándola. Casi me hecho a reír al ver su expresión, no se había esperado ni por un solo instante que pudiese descubrirla antes de poder llegar a mí, pero vi que me hacía caso.

Solo minutos después, dos dardos de ballesta hacían caer hacia adelante el bulto que formaba mi capa con las maderas, dando la apariencia de un cuerpo… En seguida aparecieron unos sonrientes guerreros, en cuanto levantaron la capa se dieron cuenta de que era una trampa, pero ya era demasiado tarde, al aparecer cada uno desde diferentes direcciones, causamos un poco de confusión en los guerreros. La confusión se tradujo en que yo raje las tripas de los dos Korhisas más cercanos a mí, mientras que la guardabosque, apuñalaba en los riñones a otros dos enemigos. Se empezaban a recuperar cuando dos guerreros más cayeron al cortarles el cuello el filo de mis espadas, mientras que la guardabosque, usaba dos dagas Khlomn contra otros dos Korhisas… En tan solo veinte segundos, de doce, el número de enemigos había quedado reducido a tan solo cuatro.

Tras estas bajas, la situación de los guerreros había quedado en precario, aunque nominalmente seguían siendo cuatro contra dos, el hecho de haber eliminado a sus ocho compañeros en tan rápido periodo de tiempo, se notaba que les pesaba como si fuese plomo, se movían con enorme torpeza y lentitud. Para cuando los cuatro se quisieron recuperar, ya estaban bajo el filo de nuestras espadas, dos habían caído ante nosotros, los dos restantes, como poniéndose de acuerdo, echaron a correr a la vez, sendas dagas Khlomn se hundieron en sus nucas… matándolos en el acto.

Una vez que el último guerrero fue aniquilado, registramos minuciosamente los cadáveres, recogiendo todo lo que era de valor o podía ser de alguna utilidad. Tras ello, nos pusimos ambos en marcha en dirección al campamento, por el camino…

-      Y dime, ¿qué relación tienes con tu maga? –me preguntó.

-      ¿Te refieres a si estamos juntos como pareja?

-      Si, básicamente si, a eso mismo me refería –me miró como un halcón a su presa.

-      Pues no, no estamos de ese modo, nuestra relación es la que se ve, maga-hombre escudo, simplemente.

-      Bien, entonces perfecto… -dijo sonriendo.

-      Perfecto, ¿Por qué? –pregunte haciéndome el tonto.

-      Porque de ese modo, no tendré que dar explicaciones… -añadió.

Tras esto salto sobre mí, derribándome al suelo. A la vez que caia, logre hacer presa sobre su antebrazo, arrastrándola conmigo, quedando entonces sobre mi… metió la mano dentro de mi calzón y…

-      Te voy a follar…

-      O yo a ti…

-      Lo dudo, no eres suficiente como para poder dominar a una guerrera… -sentencio orgullosa.

Fue lo único que me hizo falta para “activarme”. Permití que sacase mi polla, que se la introdujese en su interior y que empezase a follarme, tal y como ella dijo. Se introdujo mi polla en su interior, empezando a cabalgarme mientras sujetaba mis brazos por encima de mi cabeza, mirándome ufana fijamente a los ojos, gozando además de del polvo, de verme completamente dominado por ella, siendo usado según me dijo… “como un perrito”.

Normalmente hubiese usado magia y tomado el control en un instante, pero en las presentes circunstancias me resultaba difícil. La magia fácil de usar para mí era la de Nakriss, pero hacer eso mientras me follaba hubiese supuesto descubrirme al instante, de modo que estuve controlando en todo momento, dentro de lo posible, mis fuerzas, para justo al llegar su orgasmo poder derribarla. Con, porque no decirlo, muchísima suerte, conseguí mi objetivo, logrando derribarla, colocándola en esta ocasión debajo de mi, solo que sobre su espalda, ya que consiguió voltearse para negarme su coño y pechos, además de que de ese modo sería capaz de ejercer mayor fuerza para liberarse…

En tal situación, solo tuve una única opción para poder follármela yo a ella y devolverle la jugada anterior, su culito… Logre aflojar solo lo suficiente como para permitirla subir la pelvis con la intención de ponerse de rodillas, pero solo lo suficiente como para dejar el culo en pompa pero no ser capaz de ejercer fuerza suficiente con sus piernas para desbancarme. Tarde un par de minutos en colocar mi pene sobre su entrada trasera, ya que al darse cuenta de la jugada se empezó a debatir con todas sus fuerzas.

Cuando logre introducir la punta lo justito, afianzando de ese modo el camino, empuje con todas mis fuerzas contra ella, que respondido dando un autentico alarido de dolor al sentir como mi polla le abría por completo el esfínter, penetrando profundamente en su interior… Nada mas quedar mi polla completamente enterrada en su interior, empecé a moverme, sacándola y volviendo a metérsela con todas mis fuerzas, mientras a su oído la llamaba perra, puta, zorra, etc… Lo que si observe, es que tras dos o tres minutos de estar follándomela de esa forma, es que la muy cabrona pese a intentar resistirse no paraba de gozarlo, de gemir y de jadear…

En un momento dado entendí que el combate entre ambos había terminado, ninguno teníamos ya intención de imponernos sobre el otro, solo de gozar follando. Aproveche para dejar de controlarla, meter una mano bajo su cintura y alcanzar su encharcadísimo coño, dos de mis dedos se introdujeron en su interior, arrancándole una nueva colección de gemidos. Cuando note que estaba a punto de correrse, saque los dedos y haciendo pinza con ellos, capture su clítoris, retorciéndoselo con saña en medio del orgasmo, lo que provoco que pegase un buen numero de culetazos mientras se corría como un grifo y yo le llevaba el culo de leche.

La follada entre los dos fue verdaderamente brutal, después de eso, cuando se recupero, volvió de nuevo a montarse sobre mí, introduciéndose la polla dentro, solo que en esta ocasión me permitió jugar con sus pechos, incluso alzarme para poder alcanzar, mordisquear y lamer su cuello, sus hombros. Llevaba mucho sin estar con una mujer, y esta ciertamente, era de las de bandera, además de que follaba como una Loba Espectral en celo, era auténticamente salvaje… aun con el culo roto por la anterior “juerga”.

Tras terminan ambos y recuperar un poco el resuello, volvimos de nuevo al campamento. Una vez llegamos vi como Mina fruncía el ceño viéndome con la guardabosques volviendo de las profundidades de este. Al regresar así la guardabosques explico a sus compañeras y a Mina nuestro encontronazo con los guerreros Korhisas, creándose un buen ambiente cuando narro como nos deshicimos de ellos. Por otro lado, Mina, cuando estuvimos “a solas” sin nadie cerca escuchándonos…

-      ¿Se puede saber de dónde coño vienes?

-      Pues creo que es obvio que del interior del bosque, nos hemos tropezado con unos cuantos guerreros Korhisas como ya explicamos y los hemos eliminado.

-      ¿Y que fuiste a hacer al bosque?

-      Bueno, fui a pasear un rato, ya sabes que muy de “aglomeraciones” no soy… -dije sonriendo, aunque estaba clarísimo que a Mina no le hacia la menor gracia.

-      ¿Te estás intentando burlar de mí?, dime, ¿te ríes de mi?

-      No, por supuesto que no… nunca haría algo como eso…

-      ¿Te la has follado? –la pregunta fue seca a mas no poder.

-      No veo que…

-      ¡Responde!, ¿sí o no?

-      Pues sí, la verdad es que si, follamos los dos tras eliminar a esos guerreros, supongo que nos excitamos un poco demás por el combate.

-      Ya veo, no podías dejar la polla tranquila, tenías que… -su rostro parecía congestionado, aunque vi que hizo un gran esfuerzo controlándose-, en fin… mejor será dejarlo…

-      ¿Estás celosa? –le dije sonriendo mientras veía como respingaba sobresaltada.

-      No, como crees eso… es solo preocupación por ti… -se defendió.

-      ¡¡¡Ahhh!!! Vale, te lo agradezco, pero no te preocupes, solo follamos, sin más compromiso que ese, y fue… estimulante –sonreí viendo la cara de enfado que ponía sin poder evitarlo.

Tan solo ocho días después, nos pusimos en marcha saliendo del bosque al campamento donde reunimos al entrar. Las huellas que habíamos encontrado en estos cuatro días, hablaban en todos los casos, de que los guerreros Korhisas que pudiesen andar aun por el bosque, se estaban dirigiendo con rapidez hacia su propio territorio. Avanzamos pese a todo lo anterior, con sumo cuidado por si acaso algunos hubiesen estado esperando escondidos a que nos confiásemos.

Cuando llegamos allí, resulto que fuimos los que más nos internamos en el bosque y también los que más guerreros Korhisas cazamos eliminándolos. Las guerreras habían estado patrullando sin encontrar nada, el resto de los grupos tampoco, solo uno de ellos se topo con unos pocos rezagados mínimos, a los que no pudieron interceptar por completo, mataron a cuatro, pero el resto escapo. La Guerrera que hacía las veces de jefa de todo el grupo, dio orden de ponernos en marcha en dirección hacia la Aldea principal de la 4ª.

Por el camino las guerreras iban hablando animadamente, haciendo sus pronósticos sobre quien sería la Matriarca elegida. Por lo que saque en claro, había dos concretas que por razones obvias, las dos restantes eran de esas aldeas, no podrían serlo, la actual Matriarca de la 4ª y la de la 8ª Aldea. Las que supuestamente, según ellas tenían más papeletas eran las Matriarcas de la 3ª, la 5ª, la 10ª e increíblemente, la Matriarca de la 24ª Aldea, la más débil de todas ellas. Por lo que comentaban hacia más de 400 Años que no existía una Gran Matriarca de alguna Aldea por encima del puesto 10º, lo que ya de por si hablaba muy bien de ella para que llegasen siquiera a planteárselo, cuanto más siendo de la más débil de todas ellas.

Una cosa también era cierta, si bien esa Matriarca concreta, había entrado dentro de los pronósticos de todas las que yo había escuchado hablar de la elección, ¡¡ella había entrado en absolutamente todas!!, las otras unas veces sí y otras no, pero paradójicamente también, a la vez, todas estaban de acuerdo en que era la que menos opciones tenia de ser elegida como Gran Matriarca. Normalmente también, estas solían ser mujeres que habían hecho o sido importantes por una u otra causa, también por encima de los cincuenta años, sin embargo, esta Matriarca, solo tenía unos 34 según parecía. Sinceramente, me resulto chocante, os aseguro que estaba intrigado por conocerla o al menos, por la oportunidad de poder verla y analizarla, aunque esto hablando siempre, de hacerlo desde cierta distancia…

El caso, es que estábamos aún a un par de días de la Aldea, cuando a nosotros se unió una pequeña columna de Talkinq compuesta por una hechicera, doce guerreras y la Matriarca de la 24ª Aldea…

CONTINUARA