Crónicas de Vhaalzord - Libro 15 - 3

La situación poco a poco se va complicando para Val, que se ve metido en medio de una guerra como tercer Oficial del barco.

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 15

Capitulo - 3

Durante aproximadamente ocho o nueve días, el Dragón del Mar se estuvo mostrando por todos los archipiélagos con su aspecto más imponente como barco de guerra. Otra cosa que quería la Capitana dejar claro, era que todos supiesen que barco de guerra de Khirland era el que se encontraba navegando por la zona... No puede evitar reír para mi mismo cuando me di cuenta de que con todo esto lo que en realidad pretendía era aprovecharse de la funesta fama que tenía el barco sobre su valor, y de las poco menos de opiniones de desprecio por esto mismo que generaba. Además también estaba el hecho de que alguien que viese al Dragón del Mar a diario podría reconocerlo en el acto si aparecía, pero el Dragón tenía dos configuraciones distintas, y dado el historial del buque dudaba seriamente que salvo su tripulación alguien pudiese distinguirlo o pensar que era el al verle transformado... y contra desde mas lejos se le viese evidentemente menos todavía.

Estuvimos mostrándonos por toda la zona sin parar durante casi dos semanas, persiguiendo, deteniendo y revisando cualquier barco que nos pareciese sospechoso navegase bajo el pabellón que navegase excepto los que lo hacían bajo nuestra bandera. Tras estos días de frenético trabajo de inútil persecución, retiramos de nuevo el espolón, a continuación reconfiguramos de nuevo el barco para que recuperase su anterior apariencia de tierno mercante sin importancia. Como ya dije, esa era una de las principales características del barco cuando fue construido, el que sin su espolón, con unos pocos artesonados falsos colocados en la bordas, y con su velamen desplegado, no parecía un barco de guerra sino que tenía más apariencia de un mercante que otra cosa.

Apenas dos días después de navegar rumbo a la más septentrional de las islas de ese archipiélago, nos cruzamos con un barco que navegaba bajo nuestra misma bandera, y que sin embargo nos ataco según nos acercamos. Se trataba de un veloz navío del tipo de los que llevaban pasaje, su tripulación rondaría los sesenta tipos... Para cuando se dieron cuenta de la realidad de nuestro barco, ambos navíos estaban amarrados y nuestras pasarelas habían caído ya sobre su cubierta. Tanto las arqueras de los palos como los soldados convirtieron la cubierta enemiga en una autentica masacre... Una docena de piratas que intentaron abordarnos saltando directamente sujetos a cabos, al llegar a nuestra cubierta se encontraron con que fueron recibidos con largas lanzas que los ensartaron antes siquiera de poner un pie sobre el suelo. No hubo supervivientes entre los piratas, no se les ofreció cuartel, al navegar bajo nuestra propia bandera la capitana tenia potestad de decisión y esta fue tajante, nadie debía de salir vivo del encuentro con nosotros... Cuando nos alejábamos el barco corsario quedaba en llamas y nadie con vida sobre él.

Durante los siguientes dos meses nos logramos deshacer de cinco barcos corsarios más, que como el anterior, creyéndonos un mercante nos atacaron. En todos y cada uno de los casos, ya que enarbolaban la bandera de Khirland, todos sus tripulantes fueron ejecutados y sus barcos incendiados, desapareciendo de ese modo del mapa, según parecía la presencia del Dragón les hizo cambiar a navegar bajo nuestra bandera para esquivarle, por muy mala fama que tuviésemos. El siguiente mes dimos con otros dos barcos, el primero también enarbolaba nuestra bandera y corrió la misma suerte que los anteriores, sin embargo el otro no, el último cuando nos ataco no enarbolaba bandera ninguna. La capitana dio la misma orden que con el resto, ejecutarles a todos e incendiar los barcos. Llegó un momento en que el Dragón del Mar llevaba sus bodegas excesivamente cargadas con todo lo que habíamos recuperado de los barcos piratas, como fueron identificados todos ellos en los informes para el mando.

Teníamos dos opciones igualmente validas..., regresar a nuestra base para vaciar allí las bodegas, reponer víveres y hacer aguada, dejando la zona sin presencia militar, o bien entrar en algún puerto importante de dicho archipiélago para hacer lo anteriormente descrito vendiendo todo lo conseguido por nuestras capturas por medio de algún intermediario validado por Khirland, ya que esto solía ser algo previsto por el alto mando de la flota, con lo que la opción de volver perdía muchos enteros al dejar la zona sin nuestra presencia. Por orden de la capitana, volvió a montarse el espolón y se retiraron los artesonados para que nuestro navío pareciese de nuevo un barco de guerra de Khirland. La elección de la capitana fue el puerto de Maslech, un importante centro de comercio del archipiélago donde atracaban todo tipo de barcos, y digo todo tipo, incluidos piratas o corsarios..., digamos que en las islas no tenían muchos miramientos con la procedencia del dinero mientras el visitante lo tuviese.

Las islas de este archipiélago estaban muy bien situadas como punto de paso entre continentes, e incluso varias importantes rutas comerciales norte-sur y este-oeste de los Archipiélagos pasaban por ellas. Formaban una especie de federación, tenían sus propios barcos de guerra, apenas dieciocho o diecinueve, pero muy bien armados, que no se metían ni en nada, ni con nadie, pero estaban ahí, pendientes de que nadie atacase a sus barcos interislas, el resto les daba igual... Evidentemente molestarles era algo que no se le ocurriría a ningún pirata o corsario, nadie se jugaría el perder el hecho de que eran admitidos en cualquiera de las islas sin la menor pregunta mientras no les causasen problemas. Por ese motivo no era nada raro ver ese tipo de barcos anclados en el puerto cerca de algún mercante extranjero, vigilando incluso con toda tranquilidad, como era cargado y con qué, aunque en realidad esto lo hacían sobre todo cuando por las tormentas los mercantes se veían obligados a refugiarse en puerto.

Lo cierto es que la Capitana fue lo bastante inteligente como para fondear y realizar luego el correspondiente amarre del barco en una zona un tanto aislada del puerto, de modo que si alguien intentaba algo contra el navío se le viese venir desde lejos. Varios comerciantes de los que habitualmente manejaban los productos proporcionados por los navíos de Khirland fueron los encargados de mover todo lo que había en nuestras bodegas. A medida que iban saliendo las cosas y los marinos iban hablando empezó a correrse el rumor, o conocimiento, según se mire, de los barcos piratas que el Dragón del Mar había logrado hundir. Lo curioso es que a nadie se le escapo en ningún momento la forma en que estos fueron destruidos, por lo que todo el mundo asumió que el barco de guerra había logrado dar caza a los piratas tras arduas persecuciones. Cuando lo comente con la primera oficial esta riéndose me dijo que todos a bordo sabían que contra más tiempo aguantara nuestro secreto mas presas podríamos capturar y más dinero habría para repartir, motivo por el que nadie se iba de la lengua... cosa que de verdad me resultaba absolutamente increíble.

La Capitana permitió que la tripulación fuese bajando poco a poco y por grupos. La ciudad de Maslech tenía una zona muy concreta donde la población respetable de la misma procuraba no pisar y que era extraordinariamente peligrosa, que era donde estaban todos los locales de diversión para los navegantes que llegaban allí, un lugar donde se podía obtener todo lo que uno pudiese imaginar por un precio adecuado. Mi principal problema con estos sitios es que tenia tendencia a meterme en líos cuando no era por una cosa era por otra, pero no había forma de que no me sucediese. Junto con los grupos la Capitana ordeno que cada noche un oficial acompañado por al menos una docena de soldados del barco se pasearan entre los locales cercanos para controlar a los hombres cuando bebiesen y para que no les ocurriese nada.

Al segundo día, los hombres ya se habían metido en varias peleas contra tripulantes de otros barcos, pero lo de siempre, simples puñetazos que no conducían a otra cosa que a una "sana" diversión. Los oficiales no habían tenido por el momento ningún problema, la tercera noche fue la primera oficial quien bajo a tierra para cuidar de los hombres. Cuando regreso estuvo un buen rato hablando con la Capitana, después de eso llamó a todos los demás oficiales, explicándonos que por lo visto esa noche habían surgido algunos problemas con ciertos elementos de otros barcos anclados en puerto, de modo que nos rogaba que intentásemos evitar problemas lo más posible.

De todo esto yo estaba excluido ya que al encargarme de las guardias de la noche era también el responsable del navío mientras estábamos en puerto. Pero para esa noche concreta decidí pedir permiso a la capitana para poder salir a divertirme como uno más, algo que era totalmente inconcebible en un oficial naval de la flota, aunque también me di cuenta de que al tratarse de mí, la petición no resultó tan chocante como pudiese haber sido de recibirla la Capitana de cualquier otro oficial. Digamos que el motivo para pedir ese permiso, es que estaba teniendo un mal presentimiento sobre esa noche, que además, y para terminar de arreglarlo estaba a cargo de la segunda oficial, que mas principiante en casi todo no podía ser.

Por regla general los marineros o soldados bajaban a tierra a divertirse por lo que como mucho iban armados con dagas, dejando espadas y demás en el barco, únicamente la segunda oficial y los seis soldados que le acompañaban en la ronda iban "armados" debidamente. En mi caso baje del barco por una de las cuerdas de amarre con el puerto, evite cuidadosamente que me viesen como iba vestido en realidad. Botas negras, finos guantes de cuero, camisola negra, pantalón negro, cinturón con dos dagas pesadas a la cintura, larga capa negra que ocultaba las dos espadas de afiladísima hoja situadas en mi espalda con la empuñadura hacia abajo, dagas Khlomn en mis antebrazos, Colmillos de la luna a la espalda sujetas al cinturón y cubiertas también por la capa que por cierto también llevaba una amplísima capucha con su correspondiente doble tela, algo que serbia para cruzarla por delante de la cara y que solo se viesen los ojos llegado el caso. Vamos, cualquiera que me viese de esa guisa pensaría en el acto que algo muy bueno no debía de estar tramando.

Seguí de cerca al grupo de la segunda oficial, que era el que se encargaría de tener a los hombres a ralla para que no sucediese nada malo. Durante casi toda la noche se estuvo de fabula, nada que mereciese la pena de comentar. Esto se fastidio sobre las cinco de la mañana gracias a la presencia de determinados sujetos ante la patrulla de la segunda oficial, realmente les acorralaron en una estrecha calle en los mismos muelles cuando regresaban tras haber recuperado sin problemas a todos los marineros. Fueron interceptados en un lugar solitario. El problema es que los catorce tíos que le estaban tendiendo la trampa parecían estar perfectamente sincronizados entre ellos y operar mas como una unidad que como un grupo, algo que denotaba que sin lugar a dudas debían de ser soldados de algún tipo, pero por otra parte, ¿¿¿de quien???

Espere hasta el último instante para actual contra ellos. Sacaron sus armas y se fueron a por la segunda oficial y los soldados que la acompañaban que por supuesto también sacaron sus armas a relucir para enfrentarse a sus atacantes. De repente y para su asombro vieron caer en rápida sucesión a cuatro de los atacantes con dagas Khlomn clavadas en sus cuellos o el centro de sus espaldas, segundos después dos más se fueron al suelo mostrando cada uno de ellos también una gran media luna de metal en el centro de la espalda. Entonces aparecí por la espalda de los que quedaban en pie, sin avisar tampoco, mis espadas entraron por las espaldas de otros dos, acuchillando a otros dos de forma lateral al sacarlas del cuerpo de los dos anteriores. Tiempo total empleado veinte segundos, resultado diez de los catorce asaltantes muertos. Los cuatro restantes aun duraron menos.

La segunda oficial y los soldados se lanzaron sobre los cuatro supervivientes acabando con dos de ellos, los otros dos murieron cuando mis espadas les entraron por la espalda mientras intentaban defenderse de nuestros soldados. La oficial dio orden de irnos a toda velocidad de allí, antes de que alguien pudiese sorprendernos en semejante situación, justo en medio de aquella carnicería. Antes de obedecer las órdenes, e incluso tras el inicio de marcha del grupo en dirección al barco, yo por el contrario me dedique a escarbar en los bolsillos y pertenencias de los asaltantes. Solo cuando termine con el último, me fui hacia donde la segunda oficial junto con los soldados me estaban esperando nerviosos para irnos.

Cuando llegamos al barco, la segunda oficial acudió rauda a presentar su informe a la capitana que estaba junto a la primera oficial, que por cierto, ambas me miraban muy fijamente y de arriba abajo, mientras la segunda oficial les contaba mi intervención. Una vez hubo terminado, se retiro a indicación de la capitana, después de esto y ante la primera oficial, empezó con sus preguntas...

- Capitana : La segunda oficial piensa que no fue ningún encontronazo fortuito, que iban a por ellos... ¿qué piensa usted de esto?

- Val : Que efectivamente estaban tras del grupo de la segundo oficial y tenían toda la intención de eliminarlos del mapa en el acto. Es más que posible que la idea fuese que en estos momentos todos ellos estuviesen con algo atado a los pies y en el fondo de puerto...

- Capitana : ¿Alguna idea en claro de sobre qué va esto?

- Val : Pues no sé exactamente de que iría, pero por lo que averigüe cuando los registre, esos hombres eran soldados Dankhares, y desde luego por accidente le aseguro que no están aquí..., menos aun con la actual situación en la que estamos junto con Qhorit frente a ellos y sus demás aliados...

- Primer Oficial : De donde habrán salido estos soldados, que yo sepa en el puerto no hay amarrado ningún barco de Dankha, ¡¡Maldita sea!!

- Val : Si que ahí uno, justo al extremo contrario a donde nos encontramos nosotros amarrados, aunque trata de aparentar ser únicamente un pequeño mercante.

Describí el barco a la capitana y a la primer oficial. Era un barco relativamente muy pequeño, con aspecto de ser extremadamente veloz, justo el tipo de barco que cualquier flota de guerra usaría como enlace con sus superiores, entre los mismos barcos de la propia flota o como explorador. En este caso más que un correo, parecía ser un explorador de alguna flota, que de ser ese el caso, no debía de estar muy lejos por cierto...

- Capitana : ¿Tu opinión personal?

- Val : Ninguna en concreto, antes de formular una hipótesis cualquiera, me gustaría que me diese permiso para ir a echar un vistazo... Me gustaría subir a bordo y mirar de conseguir algún tipo de información sobre su misión aquí.

- Primera Oficial : ¿Te ves capaz de hacer eso?

- Val : Si, perfectamente, no será ningún problema para mi...

- Capitana : ¿Quién eres en realidad Val?, porque desde luego, y aunque debo de reconocer que eres un gran oficial, sinceramente, no creo que este sea tu verdadero oficio..., o por lo menos no el único para el cual estas perfectamente capacitado

- Val : ¿A qué se refiere?, no entiendo...

- Capitana : Has eliminado a doce soldados entrenados en menos de un minuto, sin que te viesen venir o pudiesen defenderse en modo alguno... Tu ropa negra..., la facilidad que has mostrado para seguir a la patrulla durante toda la noche sin que te detectaran, algo de lo que cada vez estoy más segura, y la rapidez con que actuaste cuando se vieron en peligro... Además están tus actuaciones en los abordajes y la forma de luchar que has mostrado..., pareces un especialista en ciertos trabajos… -insinuó.

- Val : ¿Me está preguntando si soy un "ejecutor" o algo por ese estilo?, eso es lo que quiere decirme…

- Capitana : Básicamente sí, eso mismo es lo que te pregunto...

- Val : No..., ni lo soy, ni lo he sido, no es esa mi profesión –pensé que técnicamente era verdad lo que hasta el momento había dicho, no soy un asesino profesional-, aunque alguna vez he hecho ese tipo de trabajo para mi mismo... Ahora bien, si me pregunta si he sido entrenado de forma que pueda realizar tal profesión, la respuesta es sí, y posiblemente en razón de mis habilidades, de dedicarme a ello, mis tarifas por "conversar" con alguien serian..., digamos que muy, muy, muy caras, prohibitivamente caras de echo. ¿Algún problema con ello señora?, creo que he desempeñado mi papel como tercer oficial de un modo tan digno o más que cualquier otro...

- Primer Oficial : Tranquilo –intervino para mi sorpresa-, no hay queja ninguna sobre tu desempeño, es más, nos alegramos incluso por tu interés en hacer la guardia nocturna... Debemos de ser de los pocos barcos de guerra que cuenten en ese puesto con alguien que con toda probabilidad podría incluso capitanear el barco sin problemas llegado el caso..., como ya has demostrado en alguna ocasión anterior... Contigo al mando por la noche estamos seguros de que no se nos echaran encima por sorpresa..., y visto lo visto, pobre del que lo intente.

- Capitana : ¿Entonces de verdad crees poder entrar en ese barco y ver de averiguar algo?

- Val : Puedo intentarlo, entrar y salir de allí sin que sepan de mi paso por el no será ningún problema... Pero sobre encontrar algo, quiero dejar claro que no garantizo nada...

- Capitana : Eso se sobreentiende... ¿ahora o mañana por la noche mejor?

- Val : Mañana... será peor momento porque después de lo de esta noche sin duda aumentaran la guardia, pero ahora mismo es imposible, no hay tiempo material para poder hacerlo..., así que pese a ser mayor el riesgo, tiene que ser mañana.

- Capitana : Bien, vete a descansar un poco anda... te encargaras del servicio de medio día nada mas, luego podrás tumbarte un buen rato aun para dormir algo, te quiero lo más descansado posible para esta noche.

- Val : Si señora, como desee...

Ese día transcurrió de lo más tranquilo, incluso mi guardia estuvo también de lo más tranquilo, tras ella me volví a mi escondite de proa, donde normalmente tenía mi hamaca colgada para dormir. Estuve allí tirado un buen rato descansando con los ojos cerrados y medio dormido cuando sentí que tenia a alguien a mi lado, al mirar vi que se trataba de la segunda oficial. Me levante enseguida para ponerme firme pero me lo impidió, me pidió incluso permiso para poder sentarse allí un rato conmigo y hablar. Quería principalmente darme las gracias por la ayuda que les preste por la noche.

Tras su marcha acudió a mi encuentro una de las arqueras, la misma con la que anteriormente nos habíamos entretenido mutuamente. De nuevo volvió a pasar lo mismo, solo que esta vez fue al revés, me tumbe sobre la hamaca y ella se sentó sobre mi sacando sus piernas por los bordes, montándome a caballo como una amazona y nunca mejor dicho. Además el movimiento de su caderas al rotarlas mientras me follaba provocaba la oscilación de la hamaca con lo que todo resultaba aun muchísimo mas placenteros. Era la ostia como follaba la chica... me llevo al orgasmo en un abrir y cerrar de ojos, terminaba de descargarme en su interior cuando ella gimió fuerte y se derrumbo sobre mi completamente Jadeante. Tras unos pocos minutos se retiro de allí dejándome terminar de descansar para poder dormir un poco antes de ir a cotillear en el barco Dankha.

Esa misma noche volví a salir de nuestro barco del mismo modo, solo que en esta ocasión lo tendría mucho más complicado que de no haberse producido la matanza de la noche anterior, sabía que seguramente la vigilancia en el barco se habría intensificado. Lo primero que hice fue estudiar las posiciones de los centinelas que habían puesto en la borda del barco y el movimiento de la posible tripulación que estuviese trabajando por la noche. Encontré un modo de entrar por la parte de Popa, podía encaramarme al buque desde el timón, aprovechándome de este para ascender desde el agua hasta el interior del barco directamente, sin necesidad de pasar por la cubierta.

Encontré si problemas la cámara del capitán, obviamente estaban en la popa, como en todos los barcos.... Una vez encontrada estuve esperando el momento propicio para entrar, además aproveche para preparar la pequeña cerbatana con una dardo cargado hasta arriba de un líquido transparente y de un rapidísimo efecto somnífero. Una vez todo listo le lance el dardo sin que en ningún momento se despertase de su profundo sueño... Me apresure a entrar por completo dentro y ponerme a revisar todo tipo de escritos, pergaminos, etc, hasta que por fin encontré lo que buscaba, o al menos algo muy interesante. Regrese a nuestro barco por el mismo sitio por donde llegué, dejando cero huellas de mi presencia allí.

Al llegar al barco la capitana estaba esperándome despierta, se reunió conmigo y me solicito un informe de mi visita, cosa que inmediatamente hice.

- Capitana : ¿Y bien?, ¿Averiguó algo útil?

- Val : Ese barco es uno de los dos exploradores con que cuenta una flota Dankhares que se encuentra en estos momentos fondeada en una pequeña rada justo al otro extremo de la Isla...

- Capitana : ¿Averiguaste cuantos y qué tipo de barcos tiene ese flota?

- Val : Dos unidades exploradoras y doce barcos de guerra divididos en dos escuadras, aunque en este momento están bajo un único mando, y por tanto formando solo una... Los barcos son, dos Quinquerremes pesados, cuatro Trirremes y seis Birremes ligeros. Además encontré un documento especificando una fecha como inicio de sus ataques sobre cualquier tipo de nave aliado de Qhorit en esta zona..., con especial atención a los barcos de guerra.

- Capitana : ¿Qué fecha da?

- Val : Una semana, siete días desde hoy... Puede que se trate del día en que iniciaran hostilidades abiertas o cualquier otra cosa, solo aparecía el día de inicio de sus movimientos.

- Capitana : Si, podría tratarse de una guerra, pero esta zona no es de interés económico para Qhorit mas allá del paso de sus mercantes... pero si para nosotros y otros de sus aliados, pero especialmente para nosotros –dijo mordiéndose el labio-... no me gusta nada de lo que has averiguado... retírate a descansar, venga... y gracias por esto...

- Val : Como diga señora...

Yo sabía alguna cosa que no le había dicho y otras me las suponía por propia experiencia. La coalición que se había creado contra Qhorit estaba comandada por Dankha, y todos sus miembros había terminado chocando con Qhorit a nivel comercial, algo que normalmente solía pasar con ese reino. El problema que muy bien había visto la Capitana Shazha para sorpresa mia que sinceramente no me esperaba que tuviese también semejante mente política, es que ellos ganaban mas luchando contra aliados de Qhorit como Khirland, que contra el que verdaderamente inicio el problema al meterse en sus mercados de malos modos.

Con Qhorit les esperaba una larguísima guerra, sin embargo las armadas combinadas de la coalición eran muchísimo mas potentes que lo que los aliados de Qhorit pudiésemos poner contra ellos por separado, y el principal problema para juntarnos es que nuestros intereses no coincidían en casi nada..., podrían destruir una por una nuestras pequeñas armadas y después quedarse son las rutas comerciales. A la larga, aún perdiendo por completo aquellas rutas en las que Qhorit se metió, ellos saldrían ganado con las nuevas que nos arrebatarían a sus aliados... Y una vez conseguido su objetivo, Qhorit no se avendría a defender líneas que estuvieran lejos de su principal esfera comercial, y si lo intentaban tendrían que dividir su flota, debilitándola en exceso, algo que a la coalición seguro que le encantaría que sucediese. Era todo un problema.

Dos días después, nos preparábamos para zarpar cuando tuvimos que cancelarlo todo, ya que en el puerto entro una flotilla de barcos de guerra de Khirland, concretamente cinco rapidísimas birremes pesadas que se apreciaban como recién construidas, sin duda eran parte de las que se encontraban en los astilleros cuando nosotros zarpamos de la base de la flota en la capital. Al mando iba un oficial superior que fue informado por la capitana de la situación y nuestros descubrimientos... No se creyó nada de nada al respecto, la parte buena es que nos mando zarpar de inmediato para seguir con nuestras patrullas, la mala es que nos asigno una zona casi desconocida y donde desde luego no nos encontraríamos con nadie hostil ni por casualidad.

La capitana volvió muy enfadada de la reunión ya que según sus propias palabras, el almirante a cargo de la flota se había reído en su cara de sus preocupaciones, poco menos que acusándola de únicamente ser fruto de su miedo y el de su tripulación, lo que la sentó malísimamente mal. Me atreví a aconsejarla aprovechar para salir de la ratonera en la que estábamos... si la flota de Dankha se hacía a la mar y se situaba ante la bocana, quien en ese momento estuviese dentro ya no podría salir sin tener que enfrentarles, algo que dado su fuerza era un suicidio completo. Esa pequeña flota estaría acabada si no partían en un par de días o tres como mucho... y eso lo sabíamos de sobra todos los que estábamos al tanto de la flota escondida al otro lado de la Isla.

CONTINUARA