Crónicas de Vhaalzord - Libro 14 - 3
Las cosas se van complicando aún más. Por otro lado, parece que la crueldad de Val se va haciendo cada vez más extrema intensificándose...
CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 14
Capitulo - 3
Al final no tuve otra opción que empezar a moverme por el Harem para intentar averiguar lo que estaban tramando el Principito y su Madre, para ellos, dispuse de varios espías mágicos en el sitio más probable para poder enterarme de sus planes, en las dependencias de ella dentro del Harem, también lo hice en las que él tenia asignadas dentro del Palacio. Era una de las ventajas de ser uno de los tres "idiotas" y juguete preferido del Rey, que como ya dije se me permitía moverme con libertar también por el palacio, pero siempre dentro de la muralla de la meseta exclusivamente. De momento, el primer, segundo y tercer día fueron tranquilos, ya que no se metieron en ningún enredo, ni liaron ninguna, supongo que aun les debía de durar el susto de la desagradable muerte de su amigo. A ver entendámonos, violaron a un par de esclavas o tres, cosieron a palos a un par de eunucos que trataron de defender a sus señoras, sendas concubinas, cuando los amiguísimos se pusieron en plan cariñoso con ellas. Sacudieron también un poquito a los otros dos "tontos" oficiales del Harem.
Pienso que el motivo de respetarme a mí por el momento, y pese a cruzarse conmigo en varias ocasiones, con las ganas de sacudirme o hacerme alguna putada que mostraban sus ojos cada vez que me veían, era sin duda el encontrarme bajo la protección de la Princesa Lessay, al que viviera ahora en sus aposentos, protección en cierto modo impuesta por el mismísimo Rey. El cuarto día uno de los amiguitos del príncipe salió de los aposentos destinados a las esclavas de una de las principales concubinas del Harem me mando entrar dentro, al pasar por su lado supongo que no pudo evitarlo, pero puso su pie sobre mis posaderas empujándome con el dentro.
Trastabille entrando de cabeza y arrollándolo todo a mi paso entre las atronadoras carcajadas del capullo ese. Una vez que me incorpore de nuevo, con mi mirada más tímida y mi sonrisita más estúpida...
- Capullo : Recoge esa mierda de ahí y llévala a su señora, si puedes le dices que gracias por el regalo de su mejor esclava, pero que ya no me sirve..., jajajajajajaja...
Vi en el suelo a una joven esclava en una posición bastante desagradable, la paliza debía de haber sido de escándalo, tenía como mínimo los brazos rotos, una de las piernas con serias heridas y se apreciaban multitud de cortes por todo el resto de su desmadejado cuerpo desnudo. No me gustó para nada lo que estaba viendo, en esa chica se apreciaba el fino trabajo de un cuchillo o una Daga torturándola, posiblemente, antes o después de habérsela follado hasta hartarse. Parece que el Capullo se impacientó con mi tardanza, el problema es que sin darme cuenta, actué por reflejo ante su nuevo insulto...
- Capullo : Date prisa imbécil, antes de que llegue alguno de mis amigos y vea este desas... arglgllllllllllll...
De su boca empezó a salir un gorgoteo junto con esputos sanguinolentos. Me miraba con los ojos completamente abiertos de par en par y totalmente desencajados del todo. Su boca se abría espasmódicamente intentando obtener el aire que le demandaban sus pulmones, los mismos pulmones que en ese momento estaban perforados por las hojas de sendas Dagas pesadas cuyos mandos sobresalían de ambos lados de su pecho...
- Val : Mi nombre es Val, y eres el segundo imbécil de tu grupo que se equivoca conmigo..., tu amigo no sabía volar, ahora veremos que tal respiras tu sin pulmones...
Saque ambas dagas clavándolas de nuevo en su pecho, justo en la zona donde sabia que estaban los conductos que conectaban estos con la garganta, cortándolos al instante. No le permití caer al suelo, sosteniéndole con las propias hojas de las dagas hasta el momento en que sus ojos se apagaron por completo y toda la vida escapo de su cuerpo. Después de eso, retire las Dagas dejándole caer al suelo como si fuese un fardo...
- Val : Eras tan imbécil que ni de has dado cuenta de que te he matado con tus propias dagas... – dije hablando en voz baja más para sí mismo que otra cosa, después de eso le escupí encima-.
Recogí del suelo a la esclava, me marche de allí llevándola al dormitorio de la princesa Lessay. Cuando me vio llegar con ella, me preguntó por lo que había sucedido. Se lo expliqué, y antes de que pudiese decir nada de nada, le dije que ya había conseguido su primera esclava total y absolutamente leal dentro del Harem... La princesa no se quedó nada conforme con mi explicación, por lo que empezó con las preguntas...
- Lessay : ¿Cómo estas tan seguro de ello? ¿Cómo sabes que cuando se recupere no nos traicionara? ¿Cómo puedes...? -Le corte con educación, pero le corte su diatriba.
- Val : En primer lugar, tengo medios para saber si será leal a nosotros o no..., si no lo es..., lo sentiré por ella, pero la degollare. Era una espía de la primera concubina y del mago del Harem entre las esclavas de la que se creía su autentica dueña, por eso se la entrego a ese animal, ahora, cuando despierte solo te tendrá a ti con tu protección, la muerte a manos de cualquier miembro del Harem al no tener señora, o más probable, que se la lleven de aquí a un destino aun muchísimo peor. Creo que sus opciones en este caso son mucho más que obvias, ¿no?.
La princesa Lessay aceptó a regañadientes. La cara le cambió cuando le dije que si preguntaban, dijera que yo había sido quien había llevado a la esclava a sus habitaciones, que al preguntarme si era un regalo para ella yo afirme con la cabeza. Tal y como le sugerí, se quejó amargamente allá donde quisieron escucharla sobre lo maltratada que se sentía dentro del Harem, despotricando contra su tío por haberla usado de ese modo con un matrimonio político. Uno de mis espías de las habitaciones de la mama del principito y primera esposa del rey, me notificó las risas que se echaron los dos por la ocurrencia del amigo al enviarle a Lessay el "despojo" tras haberla aprovechado, como pensaban que sin duda debió de hacer. Luego estuvieron hablando y trazando planes de los que me encantó enterarme.
Lo realmente divertido, fue cuando les llegó la noticia de la muerte tan desagradable que tuvo su querido amiguito del alma a mis manos. Por lo que vi con mis criaturitas, tanto la madre como el hijo estaban de lo más nerviosos, creo que este último "accidente", les hizo suponer algo tan estúpido, como que debía de haber alguien en el Harem que podría estar intentando matarles... Pensé que menudo par de ingenuos, en el Harem no había nadie intentando matarles, aquí solo estaba yo. Y desde luego, no pensaba intentar nada con ninguno de los dos, pensaba matarlos a ambos sin la menor duda. Aunque lo cierto es que en su caso, no sería así de simple, antes tenía una pequeña fiestecita preparada para ambos, pero especialmente para ella... Lo de la esclava por el amiguísimo había sido todo idea suya, igual que otras de las que pensaba ocuparme, tenía pensado resarcirla de semejantes buenas y cariñosas ideas para el prójimo, me relamía solo de imaginarme haciendo lo que estaba tramando para ella.
Al día siguiente del descubrimiento del cadáver del amiguito del príncipe un problema más se me vino a sumar, si bien la esclava avanzaba en su recuperación sin problemas, era indudable de que estaba aterrorizada sobre cuál sería su destino. Hice que Lessay hablase con ella y le explicase su nueva situación, pero sin adornársela o ser compresiva con ella de ningún modo. Mientras Lessay hablaba con ella yo exploraba sus pensamientos según esta escuchaba atentamente a la princesa. De entre sus caóticos pensamientos de alivio, alegría y un jubilo contenido al darse cuenta de que no moriría, también se escaparon sentimientos de lealtad hacia Lessay por todo lo que estaba haciendo por ella... Aproveche esos sentimientos para intentar fijárselos en lo posible. Era algo complicado y tremendamente difícil de conseguir, pero la caótica, asustada, agradecida, jubilosa y desconcertada mente de la esclava me permitía poder intentarlo con un más que razonable porcentaje de éxito.
Cuando termine con ello, hice la comprobación final, sabía que había un modo muy simple de saber si seria de verdad leal a la princesa o no. Cuando me recuperé, me acerque a la Esclava modificando de nuevo mi apariencia de estúpido, me situé junto a ella empezando a concentrar mi poder para relajar su cuerpo e ir curándola poco a poco, evitándole dolores, pero sin acelerar el proceso en exceso para no despertar sospechas con ello. Mientras trabajaba en ella la princesa Lessay hablamos con calma y a petición mia fue ella misma quien fue sacando quien había sido el asesino que durante todo este tiempo había tenido medio aterrorizado al Harem. En la mente de la joven pude leer con claridad unas enormes ganas de saltar de allá para contar todo lo que sabía un poco acuciada por el miedo, eso es verdad. Pero al final lo cierto es que se relajó y se dejo llevar, apretando los dientes y conjurándose así misma a no decir nada incluso bajo tortura, todo eso, según aprecié, debido a la lealtad que sentía por Lessay por haberle dado esta nueva oportunidad.
Supe que mi intento de manipulación había fracasado, pero que aún así, no había de que preocuparse con ella, su lealtad era indudablemente genuina. De todos modos, en caso de equivocarme, cosa extraña por otro lado, si nos traicionaba, no iba a resultarle nada agradable lo que le haría en cuanto cayese en mis adorables manitas. Lo de esta pobre les hizo tanta gracia a los amiguísimos, que con las tres siguientes esclavas que obligaron a entregarles con cambio de propiedad a nombre de la madre del principito, también se las mandaron a la princesa Lessay como regalo, todas ellas también antiguas espías de la primera concubina y del Mago... Con todas y cada una de las tres chicas intente el truco mágico que puse en práctica con la primera, solo me funciono al 100% con una de ellas, pero aun sin él lo cierto es que las cuatro, incluyendo a la primera mostraban fuertes sentimientos de lealtad hacia la princesa.
También es cierto que por otro lado, en su caso, volver con sus antiguas dueñas ahora que estas sabían que les habían espiado, les era imposible del todo, estarían condenadas a muerte en el acto. Les quedó claro que con esta acción, Lessay en cierto modo, también se enfrentaba a ellas al haberlas aceptado, lo que provocaba que su lealtad y su gratitud se magnificase... También es cierto, que el trato que estaban recibiendo era muy distinto del que se habían acostumbrado a recibir hasta el momento, eso hizo mucho para que en verdad asumiesen una posición de total lealtad por voluntad propia. Incluso cuando se dieron cuenta de "mi" realidad, conjurándose para sí mismas también estas tres últimas igual que en su momento hizo la primera.
En cierto modo eso era por una cierta lealtad hacia mí, ya que aparte de curarlas asegurándolas que quedarían bien pero explicándolas el porque iban a tardar bastante, me ocupe de que pese a sus heridas estas no las doliesen mas allá de unas simples molestias..., aunque tanto la princesa Lessay como yo les hicimos comprender que si alguien visitaba el recinto debían de fingir y que posiblemente en ese caso yo mismo retirara lo que les impedía sentir esos fortísimos dolores por sus heridas. Las cuatro asintieron, apretaron los dientes y aceptaron que era necesario hacerlo así, indicándome que por favor lo hiciese directamente según entrase alguien, directamente sin consultarlas y a la mínima con el fin de no poner en peligro a la princesa.
Las esclavas tardarían como mínimo de mes y medio a dos meses para estar recuperadas, en ese plazo la princesa Lessay al contar con ellas, pero estar en semejante estado de indefensión propia estaría aun más expuesta que antes al tener sus enemigos más blancos sobre los que atacarle. La parte buena es que como las cuatro estaban en sus aposentos personales sería muy complicado que nadie pudiese acceder a ellas, ya que Lessay al fin y al cabo pese a su debilidad en el Harem, seguía teniendo una poderosa carta a su favor, seguía siendo la tercera esposa oficial del rey, lo que la protegía de todo el mundo allí a dentro excepto del principito y las otras dos esposas oficiales, mas altas ambas que ellas en el escalafón y rangos oficiales.
Estuve en los dos días siguientes soliviantando la situación del principito y su madre con la princesa Lessay, con mucho cuidado de no ser descubierto. Me ocupe de que se decidiesen a actuar contra ella, aprovechando su momentáneo poder, al ser el príncipe Hussin el ocupante temporal del trono por orden del propio Rey. Lo cierto, es que se me fue un poquito la mano, ya que al final, cuando se decidieron a actuar, planificaron algo un tanto retorcido y rebuscado, que en caso de quedar algún superviviente la cosa podría llegar a ser muy peliaguda para ellos con el Rey, pero supongo que mis manipulaciones en la Primera esposa habían sido más agresivas de lo que yo pensaba.
En las dependencias privadas de la princesa Lessay entraron la primera esposa, el principito, sus cuatro restantes amiguitos junto con media docena de eunucos también armados... Con una maligna sonrisita en la cara de superioridad, y de odio en los ojos, la primera esposa le comunico a Lessay que su hijo iba a detenerla acusada de alta traición, acto cometido al dar cobijo a cuatro esclavas fugitivas de sus señoras y conspirar con ellas para asesinar al ausente Rey. Incluso yo me sorprendí con eso, ya que no era lo que esperaba, esta acusación ciertamente era muy grave y no me la esperaba para nada, supuse que tenía algo en la manga para lograr que el Rey lo aceptase a su regreso como tal. Aunque sonreí al escuchar hablar a una de las esclavas salvadas al aceptarlas Lessay bajo su protección...
- Esclava : Eso es mentira. Señora, no os preocupéis, cuando llegue el Rey no lo podrán sostener, sé donde hay pruebas que mi anterior dueña guardo contra ellos dos. Ellos son los que han tratado de matar al rey en una ocasión...
- Hasseney : Estúpida muchacha, de verdad crees que alguno de los presentes saldréis de aquí con vida. -Se dirigió al sillón preferido de Lessay como una última ofensa, sentándose en él para disfrutar del espectáculo-. Podéis matarlas a todas..., pero primero violadlas..., y vosotros –dirigiéndose a sus eunucos- encargaos de que esa sabandija estúpida –me señaló-, tenga una muerte aun más desagradable que las de ellas..., jajajajajaja...
La risa que la primera esposa, la princesa Hasseney, dejo escapar tras dar sus ordenes fue de lo más desagradable, resulto rasposa y de alguien que no parecía estar del todo en sus cabales. Los eunucos fueron los primeros en moverse, avanzaron sonriendo hacia mí. Incluso alguno creo que se relamió pensando en lo que iba a hacerme. Para desgracia de todos ellos, fueron a intentar matarnos en el sitio menos aconsejable de todo el Harem, en los aposentos privados de su enemiga...
El motivo de esto que digo, es porque existen una ley, que dice que dentro de los aposentos de las Esposas del Rey, a estas, sí que estaban permitidas las armas, incluso la presencia de guardias eunucos armados para su protección, si estas así lo deseaban, por lo que la princesa hizo uso de ello para conseguir ciertas cosillas para nosotros. Cuando supe que se pensaban poner en marcha ese mismo día o al siguiente, me había ocupado de ir armado hasta los dientes en todo momento, eso sí, siempre con la idea de esperarles allí mismo, en los aposentos de Lessay, que era donde me interesaba a mí que fuesen para poder sorprenderles.
Ninguno de los eunucos tuvo la menor oportunidad, sacando dos *alfanjes del sitio donde las había preparado, me lance sobre ellos por sorpresa, ya que ni por casualidad podrían nunca haberse imaginado semejante actitud por mi parte. Menos de veinte segundos después, estaban los seis en el suelo dando alaridos de dolor, e intentando meterse de nuevo las tripas que se les escapaban del interior de sus cuerpos, por los cortes realizados por mis espadas. Volviéndome con cara de Lobo hacia donde estaban paralizados el principito, sus amigos y su queridísima mama..., les dije:
- Val : Y ahora vais vosotros... Por cierto..., mi nombre es Val y para que sepáis lo que pasa, os diré que soy posiblemente el mejor ejecutor de que dispone y posiblemente nunca dispondrá el Imperio de Khrissa...
- Lessay : Desde luego por aquí no saldréis..., por lo menos vivos..., os pienso destripar como los perros que sois... –dijo con voz dura.
Cuando los amigotes del principito tras ver lo que hice con los eunucos en escasos segundos, y asustados por mis palabras, miraron hacia la puerta de entrada con la sana intención de escapar, se fueron a encontrar con una nueva sorpresa. La princesa Lessay aprovechando que toda su atención quedo centrada sobre mi mientras hacia la carnicería con los eunucos, desentendiéndose de ella, se movió veloz hacia la puerta, extrayendo otro par de espadas que había preparado en un escondite cercano a su posición. Ella sin embargo, se tenía dos largas espadas rectas, que era las que estaba acostumbrada a usar por su entrenamiento en Khrissa.
Desde el principio y conociendo como conocía a su tío, especialmente sabiendo de la ocasión en que le salve junto con sus servidores cuando era casi un niño, me extrañó mucho que Lessay, siendo su ojito derecho, pareciese una estúpida princesita incapaz de defenderse por sí misma, más aún con el genio que demostraba tener... La noche anterior me senté con ella y me puse en serio a someterla a una profunda revisión mágica, pese a su negativa, pero al final me impuse. Desde luego los magos de Khrissa habían hecho un magnífico trabajo con ella, mágicamente habían logrado inhibir ciertos conocimientos en su mente, aunque los conjuros eran inestables y perderían fuerza en tan solo un par de años o tres como mucho, dejándola de ese modo libre para poder actuar con todas sus habilidades intactas, cuando fuese alguien de confianza y estuviese fuera de toda sospecha en el Reino. Pero aquí, pese a lo intrincado de los conjuros hablábamos de mí, no tuve muchos problemas en desbaratarlos, para eso me vino estupendamente el poder de mis Ojos de Dragón, con su capacidad de permitirme ver las Urdimbres de los sellos mágicos dispuestos sobre ella.
Lessay había sido educada como una princesa, pero además había sido entrenada con las armas por decisión expresa de su tío, y era..., uhmmmm, digamos que una especialista en sobrevivir, no llevaba al nivel de un buen asesino profesional, pero no os creáis que quedaría muy lejos de poder alcanzarlo con dos o tres años más de duro e intenso entrenamiento... Lo que ciertamente, y aunque pueda no parecéroslo, era un plazo de tiempo muy corto para eso. Cuando uno de los amigos saltó sobre ella en plan "solo eres una princesita estúpida", quedó tendido en el suelo con las dos manos amputadas y retorciéndose de dolor por ello. Lessay sonrió a los demás con candidez, y luego, cuando fijo su vista en la princesa Hasseney, con la cara del depredador que mira a su presa.
Dejando uno de mis alfanjes encima de una mesita, alce la mano apuntando la palma hacia las cuatro esclavas que nos miraban asombradas, lance lentamente un conjuro sobre ellas mientras decía:
- Val : Sera mejor que vosotras no veáis nada de lo que ocurrirá a partir de ahora... Dormid tranquilas...
Fue lo que les faltaba por ver a nuestros presuntos y patéticos asesinos, que el idiota, por si no fuese suficiente con demostrar semejante destreza con las armas, con ser según parecía un asesino profesional, además resultaba ser un mago, o por lo menos también dominar, aunque solo fuese mínimamente, las artes mágicas. En voz alta le dije a Lessay...
- Val : Recuerda princesa, quiero vivos al principito y a su mamá –sonreí maligno-, los demás son..., prescindibles, y todo tuyos si así lo deseas, que disfrutes con sus muertes –le deseé.
Lessay salto en el acto a por los tres restantes amigotes. Estos intentaron defenderse de ella, pero sus niveles estaban a kilómetros los unos de los otros en diferencia a favor de la princesa. A uno le clavó la espada en el estomago, girándola dentro de él, y empujándole hasta clavarlo contra una de las paredes. Con la otra, atravesó el hígado de otro de los amigotes, dejándole sobre el suelo, abrazado a la empuñadura de la espada, que sobresalía de su estomago, sollozando de dolor y pidiendo socorro igual que sus compañeros. Contra el último, uso la misma espada del que despacho anteriormente, y que dejo caer al suelo cuando Lessay le atravesó.
Con este cambio tres golpes de espada: El primero fue un ataque de él que la hizo retirarse y simular un pequeño patinazo, el imbécil se tiro a fondo contra ella en cuanto lo vio, avanzo un pie y lanzo la espada con el brazo extendido. El segundo fue una parada para ese ataque, desviando la hoja y haciendo que pásese por encima de ella. Luego se agacho poniendo una rodilla en tierra, aprovechando el supuesto resbalón. Una vez que la espada del rival la superó y empezó a retirarse por encima de su cabeza, Lessay metió su hoja por debajo de la de su adversario, clavando la punta de la espada en su costado, justo por debajo del brazo. Luego rápidamente cuando él se encogió por el dolor, lanzo un golpe de abajo hacia arriba, clavándole la hoja en su entrepierna en sentido ascendente, haciéndole lanzar al infeliz un aullido de agónico dolor. Lessay se separo de él rápida cómo una serpiente, sacando entonces con dos pesadas Dagas, preparándose con ellas en sus manos, lista para defenderse de cualquier posible contraataque... Pero el tipo se limito a caer al suelo junto a sus amigos, aullando de dolor igual que estos.
El principito, asustado, levanto la espada y se lanzo a por mí. Sonriendo malignamente alce la mano, poniendo la palma hacia él, y le lance atraves de la habitación, hasta incrustarle casi en la pared, con una poderosa descarga de magia. La princesa Hasseney también intentó escapar por la puerta, aprovechando que Lessay se había separado un poco de ella, pero esta llegó antes de que pudiese salir, descargando un fortísimo guantazo sobre el rostro de la primera esposa del Rey, mandándola trastabillando varios metros hacia atrás. Sendos conjuros míos hicieron que tanto la madre como el hijo perdiesen la consciencia...
Hice que Lessay me ayudase a preparar a ambos para poder divertirnos con ellos, se presento voluntaria en cuanto le dije que pensaba torturar al imbécil antes de matarle... Pero digamos que no quedo muy conforme cuando le explique la totalidad del plan, le pareció bastante fuertecito y sádico incluso para ella, con todas las que les tenía guardadas. Le deje bien claro lo que quería de ella y como, al final no le quedo otra opción que ayudarme..., pero dudaba que tuviese tanto estomago como para algo así, aunque más le valía ir haciéndose a la idea de estas cosas, porque tenía toda la intención de sentarla en un trono donde hasta esa fecha las mujeres no era más que un trozo de carne con el que se comerciaba.
Cuando el principito, junto con su mamá, despertaron, se encontraron desnudos y atados a una mesa, los dos con el culito en pompa. La princesa Hasseney era una mujer de piel morena de unos 44 o 45 años muy bien conservados, aun tenía el cuerpo duro y fuerte sin duda debido al ejercicio. El principito por su parte tendría unos 19 o 20 años recién cumplidos, y era un autentico sádico que disfrutaba del dolor ajeno, ambos sentían adoración por el otro, el nene por la mamá, y la mamá por su nene, tal y como debía de ser, por fortuna para mí y mi muy maligna mentalidad en esos momentos. Ante los horrorizados ojos del principito, me quite el calzón, situándome tras de su mamá, a la que perfore el culo con mi pija sin piedad, metiéndole la polla, debidamente protegida en un pequeño escudo para evitar hacerme daño, hasta el fondo, haciéndola soltar una alarido de dolor... Tanto la madre como el hijo intentaron soltarse, dando tirones de las fuertes cuerdas que les sujetaban por manos y pies.
Empecé con cuidado a usar ciertos conjuros de magia con toda mi concentración, tanto sobre mí como sobre mis victimas. Sobre mi porque quería asegurarme de durar todo lo que considerase necesario sin correrme, es decir, manteniendo mi polla dura para poder follarme a la perra de la princesa Hasseney. Luego use dos conjuros distintos sobre madre e hijo, quería que ambos viesen sus cuerpos exacerbados por el deseo y la lujuria más extrema. Había sido complicado, pero sabia como hacer que sus cuerpos respondiesen por mucho que ellos no quisiesen hacerlo. Estuve follàndome a la princesa Hasseney por el culo, metiéndosela sin piedad durante unos diez minutos aproximadamente, mientras esta intentaba negar lo evidente a esas alturas, que su cuerpo le estaba traicionando... De su sexo caía un hilillo de jugos piernas abajo, mientras de su boca escapaban cada vez jadeos y gemidos ahogados de placer por la enculada.
Pero peor lo llevaba el hijo, este estaba completamente empalmado siendo acariciado por la princesa Lessay, mientras su cuerpo reaccionaba sin que pudiese evitarlo al morbo de ver como violaban salvajemente a su madre, por mucho que el intentase impedirlo. Para colmo, las manos de Lessay acariciándole, no parecían evitarlo mucho para desesperación del joven heredero. Entonces cambie de agujero, se la metí a la princesa Hasseney en el coño, haciendo que de sus labios partiesen un profundo gemido de gozo y jadeos de intenso placer al sentirse perforada de ese modo por mi polla. Además mi conjuro provocaba que también sintiese, sin poder evítalo, además cierto morbo al saber a su hijo viéndola en ese plan.
Los ojos de ambos se llenaron de desesperadas lágrimas cuando la princesa metió por el culo del principito un objeto cilíndrico, bastante ancho y alargado, y después se puso a moverlo hasta que termino en lo más profundo. Una vez bien dentro, empezó a follàrselo con él, el principito lloraba mientras que su cuerpo sucumbía al exacerbado placer que este le transmitía por culpa de mis conjuros, para gozo de Lessay, cuya cara reflejaba como estaba disfrutando de torturar de ese modo a semejante animal... Por su parte, su madre estaba más o menos igual.
Ella estaba siendo follada por mi y disfrutándolo. También estaba viendo a su hijo con la polla completamente empalmada, y disfrutando como un puto cualquiera de un burdel para hombres, con ese objeto metido por su culo..., mientras miraba excitado, como ella estaba siendo violada por mí. Susurrándola al oído, la puse ante la realidad de cómo disfrutaba de todo ello, incluido ver la sodomización de su hijo, la excitación de él viendo como era violada, la enfrente con sentir como su lujuria aumentaba. Era un círculo vicioso en el que ninguno pensó ni por un instante, que estuviesen siendo víctimas de varios conjuros, haciendo que se desesperasen, de ver al otro y sus reacciones con sus propias torturas.
Entre Lessay y yo estuvimos llevando a ambos al borde del orgasmo durante casi hora y media, sin dejar que ninguno lo alcanzase, siempre mas con la tortura del otro que con la propia. Era casi el momento preciso, desate con cuidado a la madre, que estaba completamente destrozada anímicamente por todo lo vivido, por verse excitada mientras violaban a su hijo, porque su cuerpo disfrutase al ver como pasaba, por ser ella misma violada y disfrutando de todo ello.
Cogida del pelo, pero sin sacarle mi polla de su culo que era por donde estaba metiéndosela en esos instantes, la lleve así en cuclillas hasta que la polla de su propio hijo quedo a centímetros de su boca. Yo no la obligue, al menos no del todo, aunque gran parte fue el conjuro, también ayudo toda la lujuria, el deseo y las ganas acumuladas en ella, se metió la polla de su propio hijo en la boca mamándosela hasta que él se corrió dentro, llenándosela con su leche para su propia desesperación, ya que vio como él disfrutaba de lo que su queridísima y adorada mama le había hecho.
Empecé a follarme a lo bestia a la madre delante de los anegados ojos del hijo, mientras la obligaba a seguir chupándole la polla sin parar, yo me movía de uno a otro agujero sin que ya opusiese resistencia, únicamente pensaba en como correrse de una vez y terminar con el martirio de deseos que sentía. Logre evitarlo haciendo que ordeñase a su hijo en dos nuevas ocasiones obligándola tragarse toda su leche en cada una de ellas. Volví a llevarla en volandas de nuevo a su mesa donde seguí fòllandomela sin piedad. Considere que ambos estaban ya completamente rotos del todo por lo sucedido... Hice una seña acordada a Lessay que se puso pálida como una muerta al entender que por fin había llegado el momento...
Saco el cilindro de madera con el que había estado follando el culo del príncipe Hussin, después de forma brusca y salvaje le metió un largo madero por el culo, cubierto de clavos colocados con sus puntas hacia abajo, por lo que entrar en el culo lo hicieron sin problemas, pero para salir, en esa ocasión, harían un destrozo terrible. Cuando noté como la mamá y el niño estaban al borde del orgasmo, fue cuando reforcé mis conjuros disparando los últimos que había preparado para ellos, e hice la señal... El principito soltó un alarido aterrador de dolor cuando Lessay tiro del palo, sacándole parte de sus tripas por el culo aferradas con los clavos... Yo acelere con mi polla, moviéndome en el culo de Hasseney, que se corrió dando alaridos de placer y gritando un fortísimo “si”, mientras aterrada veía lo que habíamos hecho con su amado hijo..., como se le salían las entrañas por el ano.
Por su parte la mano de Lessay fue directa a la durísima polla del príncipe, que estaba en estado de Shock, pero cuyo cuerpo manipulado por mi magia aun respondía al placer... Entonces fue cuando en medio de su orgasmo, degollé a su madre, justo en el momento en que el se corría, viéndola desangrarse mientras movía el culo con sus últimos estertores, con cara de haber estado disfrutando de su tortura, e incluso de su propia muerte. Ambos murieron conscientes de haberse corrido mirando como mataban al otro..., de eso me encargue yo con mi magia, de que aguantaran lo suficiente vivos, y fuesen conscientes de lo que veían.
La princesa Lessay al final no pudo más y vomito durante varios minutos hasta que no pudo echar más... Me encargue de limpiarlo todo y llevarme los cuerpos de madre e hijo hasta las dependencias de la princesa Hasseney... dejando a ambos como si hubiesen sido víctimas de las más sádicas torturas, mientras que a los cuatro amigotes les hice desparecer para siempre, ya que para mis planes no me convenía que sus cuerpos apareciesen. Cuando regresé, la princesa Lessay pareció haberse recuperado un tanto...
- Val : Princesa, más os vale ir dejando esas niñerías y endureceros, o terminareis por morir más pronto que tarde...
- Lessay : Pero es que eso ha sido algo muy extremo...
- Val : Creo que más os vale recordar para el futuro, que mas valen diez muertes de un modo muy extremo que mil después de forma piadosa por no haber tenido el valor de tomar decisiones complicadas a tiempo...
- Lessay : Pero es que esto que hemos hecho..., no había necesidad de...
- Val : Princesa, creo que no lo habéis entendido muy bien del todo... Esto solo ha sido para mí diversión, me apetecía devolverles el mismo cariño que daban a los demás, entre ellos a mi durante este último año... Solo ha sido eso princesa, solo ha sido un poquito de diversión, creedme que podría haberles hecho cosas muchísimo peores que esas..., y ahora pienso, que lo mejor sería que os echarais a descansar un rato, no parecéis tener muy buena cara...
- Lessay : Claro... si... lo mejor será que me eche un rato... (Estaba temblorosa, asustada y pálida como una muerta)
El revuelo que se armó fue de escándalo al día siguiente, cuando encontraron los cuerpos de madre e hijo con evidentes señas de haber sido violados y torturados. Como no se liaría, que el Rey regreso a toda velocidad, ordenando la búsqueda de los cuatro amigos supervivientes que fueron a los que todo señalo como culpables, pero parecía que hubiesen desaparecido. Las familias de estos cuatro eran importantes en el reino, y la orden del Rey de matar a los padres, hermanos y hermanas de estos cuatro, en represalia, quizá no fuese lo más inteligente, habida cuenta de que eran familias bastante grandes y eso dejaba al resto del clan con deseos de venganza.
Misteriosamente se empezó a correr el rumor de que los otros dos amigos asesinados, en realidad habían sido víctimas del Príncipe y la princesa, solo porque habían decidido divertirse con ellos, y que por eso los otros cuatro, al descubrirlo y pensar que serian los siguientes, los mataron a los dos. Con esto inicie el coctel que debería de llevar a Lessay a ocupar el trono en un futuro no muy lejano.
CONTINUARA
* Alfanje: E spada de hoja ancha y curva, con filo en un solo lado.