Crónicas de Vhaalzord - Libro 13 - 3

Val por fin logra tener frente a él al Dragón que ha estado incordiándole a lo largo de todo el trayecto

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 13

Capitulo - 3

El tener frente a ti lanzándose a tu yugular a cincuenta Guerreros Khulgan no es nada divertido, pero desde luego algo mucho peor que darles la espalda es chocar contra tus compañeros descabalgándoos mutuamente, entorpeciéndoos o simplemente creando confusión entre todos. De los cuarenta y dos tíos que se lanzaron alegremente contra mí ni uno solo cayó bajo mis espadas, no llegue a tiempo, los Khulgan se me adelantaron masacrándolos con más que evidente placer. Tras la escaramuza casi, casi podría jurar que antes de desconvocarles me pareció que los guerreros me miraron como si me estuviesen agradeciendo el volver a contar con ellos... os aseguro que casi me dio hasta miedo el haber siquiera podido llegar a pensar algo como eso.

En sus cadáveres no encontré nada que los hubiese podido vincular ni remotamente a un Dragón. No obstante no las tenía todas conmigo, a esa encerrona con tanta gente no le veía ni pies ni cabeza, para atracara a alguien con ser cinco o seis les habría valido. Además, a que venían tantos tíos escondidos para emboscar a un único blanco. Puse de nuevo mis Ojos de Dragón en funcionamiento, pero en esta ocasión sí que detecte una poderosa fuente de magia sobre una especie de pequeño farallón. En lo alto apareció por sorpresa una figura alta, sobre dos metros, cubierta por completo por una armadura de color verdoso de cuerpo entero. En su mano vi como se empezaban a acumular Urdimbres de poder, empecé con cuidado a aumentar el poder de todos mis escudos.

De repente vi como todo poder en el cesaba de golpe, a mi lado algo toco mi pierna, al volver sobresaltado la cabeza me encontré con el caballo que transportaba el cofre del huevo. Fue entonces cuando me di cuenta, era el huevo, todo el tiempo había sido el huevo, me habían atacado durante todo lo que llevaba de viaje pero nada que hubiese puesto el huevo en peligro, cuando la batalla naval el Dragón no intervino mientras masacraba sus demás barcos, e impidió que ese en el que él estaba pudiese atacarnos. El quería el huevo intacto y bajo ningún concepto estaba dispuesto a que este sufriese el menor daño. El Dragón se había retirado, aunque estaba seguro de que antes o después volvería a tener noticias de él o de sus contratados.

Cruce el paso tranquilamente, dirigiéndome a la ciudad más cercana, aunque el Dragón hubiese contra dado a alguien en ella este no permanecería allí entre tanto humano. Cualquier problema parodia dejarle al descubierto como lo que era... ningún Dragón en su sano juicio permanecería mucho tiempo en una ciudad humana. Procure alojarme en una zona intermedia de la ciudad, ni mala ni buena... una zona de comerciantes y artesanos, normalmente muy concurrida por patrullas de soldados, ya que esa zona era el verdadero pulmón económico de la ciudad.

No dejaba de sorprenderme el dichoso Dragón la forma en la que se me adelantaba continuamente. Ciertamente podría volar y ponerse delante mío en un instante, pero debía de poder hacerlo sin que nadie pudiese verlo con su verdadera forma, lo que en reinos como estos era complicado de verdad. En mi habitación me puse a pensar por primera vez seriamente en el comportamiento del Dragón. Estaba claro que no querían que el huevo entrase en las arenas de cría de la reina antes de que eclosionara, pero tampoco quieran que el huevo sufriese el menor percance... sonreí para mí al pensar que no dejaba de ser todo un problema para los Dragones, habida cuenta de que además no podían dejar que les descubriesen los humanos, y yo para colmo no era alguien con quien enfrentarse así como así, pensé riéndome en el "pobre Dragón", menudo muerto que le habían colocado.

Lo más sensato sería permanecer por zonas lo más habitadas posible, esquivando aquellas en las que supiese que podría haber problemas territoriales o de fronteras, lo que podía suponer la presencia de mercenarios, o lo que era lo mismo, soldados para el Dragón. También debía de evitar en lo posible ciudades muy grandes, otro foco de posibles aliados para el Dragón, debía de ir con cuidado al moverme, si lo hacía bien el Dragón se las iba a ver negras para poder molestarme antes de tiempo. Me equivoque en toda mi apreciación sobre lo que me convenía hacer.

La primera noche en mi cuarto entraron dos asesinos con la sanísima intención de eliminarme. Desafortunadamente para ellos, yo era mil veces mejor en esas artes, invirtiéndose el resultado normal, los asesinos terminaron asesinados. Eso sí, tras ser torturados y debidamente interrogados de forma habitual por diversión para terminar leyéndoles la mente claro. Podría ser una buena idea o no, pero estaba hartándome de todo esto, lo había enfocado mal desde el principio, debía de ir a por el Dragón aquí, en los reinos humanos, donde la situación me favorecería contra él. Me deshice de los cuerpos y me prepare para visitar a sus jefes con el fin de obtener información, les gustase dármela o no.

Cuando un asesino de un nivel como el mío entra en un sitio es una sombra, un espectro que no deja huella en ningún sitio, se acerca al blanco y hace lo que tienen que hacer, en caso de que alguien lo contrate para obtener respuesta el asesino hará la extracción del blanco de sus dominios sin que nadie sea consciente de lo que ha sucedido. Incluso algunas veces se interroga al objetivo, de le mata y de nuevo se le vuelve a introducir en el lugar de donde fue realizada la extracción, así de duro juegan los asesinos de mi nivel.

Cuando yo entre esa noche en el sitio, un garito y lupanar... los dos primeros guardias quedaron tras de mi destripados, en sentido literal, y con las gargantas rajadas. Los tres siguientes con los que me encontré, dos fueron decapitados, el ultimo resulto con una espada atravesándole el estomago mientras la otra le cruzaba de lado a lado a la altura de los riñones, entrando por un costado y saliendo por el contrario, terroríficamente doloroso además de una muerte de lo mas agónica. Después de eso se las saque, dejándolo caer al suelo sollozante y sin poder articular palabra. Continúe mi camino encontrándome con una puta en uno de los pasillos del garito, intento gritar y mi espada penetro por su garganta, dejándola allí tirada tras retirarla, ahogándose en su propia sangre.

En la primera puerta que abrí me encontré a la señora de las chicas castigando a una de estas que debía de haberse portado mal. Estaba con una fusta haciendo que la pobre chica entre lágrimas le lamiese los pies mientras la golpeaba con saña. La mano con la fusta salió por los aires amputada por mi espada, después le corte la cabeza al ver que empezaba a gritar. Pregunte amablemente a la chica por el jefe... esta la mar de agradecida me lo indico. La dije por donde podría escapar de allí, también le avise que no hiciese ruido ni me mencionase nunca a nadie, salió corriendo mientras yo seguía sus indicaciones.

Tal y como me dijo la chica, ante el despacho del jefe había un cuarto con cuatro tíos de mal genio y peores modales haciendo las veces de guardias personales. Entre sin llamar, estaban los cuatro intentando levantarse al verme cuando mis espadas empezaron a repartir saludos entre ellos. Segundos después los cuatro estaban muertos con sus armas a medio sacar. De una patada entre en el despacho del jefe, estaba sentado en una gran silla con los pantalones por el suelo y una puta haciéndole una mamada. Corte tan bello momento mandando irse a la chica... esta hizo algo extraño, se retiro del tío aun de rodilla sacándome un cuchillo lo que le supuso la pérdida de su cabeza de forma automática, su cuerpo se derrumbo solo un segundo después.

Al jefe le interrogue mágicamente, no quería tonterías, necesitaba dar con el puñetero Dragón. Supe donde se había encontrado con él y una imagen bastante nítida de donde debía encontrarse con el de conseguir su objetivo, lo que más o menos me lo identificaba. Cuando me iba algún que otro matón de tres al cuarto se cruzo conmigo, quedando también listo para cuando llegase el enterrador. Tras mi marcha del garito dudo que quedase en él alguien con vida. Como dije antes, un asesino siempre opta por entrar en silencio, con el cabreo que tenia encima por mi error de cálculo, yo decidí entrar silenciando todo lo que pillase a mi paso, que es otra forma de verlo, al fin y al cabo todo sigue terminando en silencio, ¿o no?.

A los dos días y tras comprobar, o al menos no encontrar a nadie más que hubiese estado en contacto con él me dirigí con cautela al sitio donde había quedado con el tipo de la ciudad en caso de que su plan hubiese tenido éxito. Llegue al lugar indicado un día antes de lo acordado entre los dos, estuve casi seis horas moviéndome por la zona comprobando y verificando con sumo cuidado para que no fuese una trampa o el mismo me estuviese ya esperando allí. Cuando comprobé que no era así lo primero que hice fue poner el Cofre en lugar seguro junto con las cabalgaduras, quería tener libertad para tratar con el Dragón.

Al día siguiente estuve preparado desde el inicio del día, puse a la vista la señal convenida, esperando pacientemente. Tenía una ventaja, o al menos eso esperaba, podía usar los Ojos de Dragón y confiaba en que él no lo supiese. Estuve con ellos hasta el mismo momento en que vi los brillos de una poderosa urdimbre mágica cerca de mí. Desde mi lugar no se veía pero supuse que el Dragón acababa de aterrizar y adquirir forma humana, o al menos forma de humano con armadura. Avanzo tranquilamente hacia donde se suponía que estaba su cómplice, me había cuidado muy mucho de no conjurar nada, y de que mis escudos, aunque activos tuviesen una energía mínima, comprobando que no se viesen a no ser que se encontrasen muy cerca.

Cuando salí al descubierto ante el vi que paró en seco, tal y como ya sabía no se podían leer emociones en el. Si ya en un Dragón era difícil saber lo que podía estar pasando por su cabeza, en uno que había hecho una de estas transformaciones era algo del todo imposible. Estuve pendiente de todos y cada uno de sus movimientos mientras reforzaba mis escudos fortaleciéndolos con más magia. No mantuve los Ojos de Dragón porque no quería que supiesen que podía usar algo como eso, en el Reino del Norte esa sorpresita podía llegar a ser decisiva para llevar mi objetivo a buen fin.

- Dragón : Humano, ¿por qué no me das el huevo?, es lo único que quiero, te permitiré irte sin daños

- Val : Dragón, porque no vuelves a tu reino, de esa forma no tendré que hacerte daño...

- Dragón : Mi nombre es Shless humano, algo que no deberías de olvidar para el futuro, porque después de irme y aunque te permita vivir, si te vuelves a cruzar conmigo alguna otra vez te matare...

- Val : Mi nombre es Vhaalzord, y creo que me estas subestimando un poquito, ¿sabes?

- Shless : Humano, si no me das el huevo ahora mismo te matare al instante...

- Val : Dragón...

- Shless : (Siseando enfadado) Shless, humano, mi nombre es Shless...

- Val : Como tu prefieras... Dragoncito...

Para mi sorpresa Shless estallo en roncas carcajadas al oírme llamarle así, cuando fui a hablar alzo una mano en un gesto humano de que esperase un instante a que terminase de reír. Me pareció que el gesto fue simplemente un reflejo del papel en el que estaba metido, pero lo de las risas sinceramente no lo entendía. Con lo de "Dragoncito" debería de haberse enojado muchísimo conmigo, y no reírse como se estaba riendo.

- Shless : Muy bien Vhaalzord, muy bien, eres tal y como había oído de ti en todos esos cuentos que circulan por el mundo humano. Si llegas a ceder a mis peticiones te hubiese matado sin dudarlo.

- Val : Vaya Shless, ¿eso quiere decir que no deseas matarme?

- Shless : Eso solo quiere decir que no te matare en este momento, pero puedes creerme que aunque de verdad no quiera matarte, sí que me gustaría mucho enfrentarme a ti... algo que espero poder hacer en cuanto entres en el Reino del Norte...

- Val : Vaya, pues para no querer matarme lo has intentado con mucho ahincó todo este tiempo, ¿no crees?

- Shless : (Nueva risa ronca) Eres muy divertido sabes... solo quería saber más cosas de ti y saber hasta donde eran ciertas tus leyendas, ni te has inmutado con las trampas que te he puesto. Con que únicamente la decima parte de lo que se dice de ti en el mundo humano o lo que nos han dicho del Reino del Sur sea cierta, entonces eres alguien a quien sería un honor enfrentarse por esta situación, pero solo un necio se enfrentaría a ti sin haberte echado al menos un vistazo, ¿no crees?

- Val : Vaya, eso quiere decir que desde ahora tendré un viaje tranquilo... sin que interfieras... hasta que entre en vuestro reino, se entiende.

- Shless : Quizá Vhaalzord, quizá no interfiera más contigo, quizá...

Vi como se transformaba de nuevo en un Gran Dragón Verde y desaparecía en el cielo. Estaba muy seguro de que volvería a verlo incluso antes de llegar al Reino del Norte, me había dejado muy claro que estaba probándome, aunque evidentemente a la vez intentaba la obtención del huevo. Era consciente de que al tenderle la pequeña celada le había sorprendido, aunque eso también lo hizo el conmigo debido a nuestra conversación. Me había puesto para mi sorpresa las cartas sobre la mesa, al estilo de un Dragón, pero le entendí perfectamente. Lo primero que me dejo claro es que lo principal en todo esto es la seguridad del huevo, eso está por encima de todo lo demás, que con su seguridad no había negociación posible, una información tremendamente valiosa para mí.

Recupere el cofre y los caballos, poniéndome de nuevo en camino, con la nueva información en mí poder reestructuré el resto de mi viaje. Sabiendo ahora sobre seguro que el huevo en ningún caso estaría en peligro decidí ir al mar de hielo por una ruta algo más directa que la que estaba tomando. No iba a esquivar nada de nada, tomaría una línea lo mas recta posible esquivando, es si, las tierras salvajes del centro del continente, en caso de ataque de las tribus no tenía ganas de tener que convocar masivamente a los Khulgan y hacer una matanza. Bastantes de esas tribus se dedicaban en plan juego para los guerreros en participar todos en la caza del intruso, con lo que podrías encontrarte con todo un pueblo tras de ti solo por diversión. Todo eso sin contar con que no sería buena idea ir mostrando mucho mi poder con ese Dragón observándome.

Atravesaría algunas ciudades ciertamente peligrosas, pero en estas como mucho el Dragón podría hacer lo que ya había hecho, echarme a algunos profesionales del delito sobre mí para robar el huevo, pero creedme que eso no me preocupaba en absoluto, total, solo era cuestión de hacer como hasta el momento, matarlos a todos con mis dotes como asesino y punto. Me dirigí a la primera de estas ciudades que había planeado esquivar anteriormente, era una que ciertamente tenía una fama que era para echarla de comer aparte. Importante puerto comercial en todo tipo de mercancías o sustancias, centro importante de comercio de esclavos, bien situada estratégicamente y posiblemente con uno de los bajos fondos más poderosos de todo el Gran Continente, en definitiva una ciudad capaz de suministrar todo lo se pueda desear, tanto bueno como malo.

Me aloje en un establecimiento adecuado al aspecto que quería transmitir de persona acaudalada. En esta ciudad el robo estaba prácticamente desahuciado de los delitos que se cometían, los grupos de los bajos fondos tenían sus formas "legales" de robar a la gente, con lo que el método tradicional estaba mal visto porque daba mala fama y eso era pésimo para los negocios. Estaba esperando algún tipo de trampa por parte del Dragón, sin embargo llevaba dos días de tranquilo descanso y relajación sin encontrarme con problemas de ningún tipo. Pero en este caso concreto me equivoque con el Dragón, Shless había decido probar con la sutileza, en lugar de atacarme en plan militar.

Veréis, existe un conjuro que yo por cierto conozco y siempre me pareció una tomadura de pelo, justo hasta estos días que estoy a punto de contaros, creedme que me hicieron cambiar de opinión sobre él. Ese conjuro es realmente ridículo, se supone que influye en las posibilidades o probabilidades, no sé bien como definirlo. Si por ejemplo tu estas sentado en una silla, el conjuro no hará que esta se rompa o algo de ese estilo, pero si estando sentado por casualidad, porque le han serrado una pata, por lo que sea se rompe… entonces se presupone que el conjuro se encargaría de que tú te caigas sin poder evitarlo y de la peor forma posible para ti. Si en una escalera hay algo resbaladizo no hará que tú lo pises, pero si tienes esa mala suerte, el conjuro se encargaría de que te cayeses del peor modo posible sin poder evitarlo. Es decir, ese conjuro necesita de que te ocurra algo, lo que sea, para poder actuar e intentar perjudicarte o complicarte la existencia, pero una vez que ocurre... creedme que es malo, pero que muy malo. El hecho de que parezca una estupidez de conjuro, es que puedes estar bajo sus efectos y no pasar absolutamente nada que le haga dispararse puede que incluso en meses… puede que incluso más tiempo, ya que depende por completo del azar.

En realidad además es un conjuro muy simple de anular, pero para ello hay que saber que te lo han puesto y amarrado a ti. Mi problema es que en una ciudad como está el que te sufra cualquier mínimo percance que le permita poder hacer algo está a la orden del día, y claro, una vez sucedido el hecho el conjuro se encarga de terminar de "arreglarlo". Es una trampa muy sutil que como digo lo deja todo al azar y hace que no te des ni cuenta que estas bajo su influencia hasta que este se termina... que suele ser cuando ya te has roto la crisma de mala manera o incluso has muerto de algún modo realmente estúpido.

Tras dejar en mis habitaciones el cofre como siempre, con protección magia, me marche rumbo a la calle, directo a algún local de diversión. Entre en uno cercano al hotel y en él había lo de siempre, bebida, drogas, juego, mujeres, etc. lo de siempre como ya dije. Mi primer encuentro con el conjurito de marras fue al poco de haber entrado. El que en medio de una multitud te tropieces con alguien es normal, el que sea una de las camareras no deja de ser también hasta cierto punto normal. El problema es cuando todas las copas o jarras que llevaba cayeron sobre tres hombres de aspecto mal encarado que se levantaron como flechas de la mesa en la que estaban jugando... Uno de ellos levanto la mano para golpear a la camarera, por instinto se la cogí por la muñeca parándosela, le indique que la culpa había sido mia, entonces para mi sorpresa los otros dos sacaron sendas dagas, igual que el tipo al que estaba sujetando, que con su otra mano saco raudo una daga e hizo intención de apuñalarme.

Fue automático, le torcí el brazo haciéndolo girar, con mi otra mano logre arrebatarle la daga cuando la soltaba por el dolor, entonces directamente se la clave en la nuca. Me moví de costado de forma rápida para esquivar a los otros dos, como ya se había creado un amplio espacio a nuestro alrededor a mi vez saque también dos pesadas dagas de mi cinturón... Espere pacientemente sus ataques, el primero lo rechace simplemente, el segundo lo desvié y aprovechando la libertad de mi otra daga apuñale al tipo en el costado para volverme enseguida sobre el superviviente. Intento retroceder pero le paso lo que a su compañero, con una daga ataqué y cuando me la bloqueo use la otra para apuñalarlo... ventajas de saber usar las dos manos por igual a la hora de luchar... supongo. No sucedió nada, tras caer los tres la gente volvió a lo suyo y miembros del local sacaron los cadáveres de allí.

Seguí tranquilamente dentro del local sin que nadie me molestase en lo más mínimo, así funcionaban las cosas por allí. Debo de aclarar que cuando me metía en sitios así, junto a mis dos espadas en la espalda, mis dagas Khlomn en los antebrazos y los dos Colmillos de la Luna, también me dotaba de dos dagas pesadas en el cinturón, una a cada lado ya que en sitios tan cerrados el usar espadas podía llegar a ser más un problema que una ayuda. Durante un par de horas me moví por el local mirando los distintos juegos pero sin jugar, no me fiaba para nada de las mesas, me parecían casi todas "tocadas".

Cuando casi estaba a punto de irme la camarera a la que ayude me guiño un ojo haciéndome una clara señal. Al pasar por mi lado me dijo en un susurro que se alojaba en una habitación en la planta de arriba, que no tenía clientes por lo que me proponía pasar una noche agradable los dos juntos. No dude, acepte estar con ella, me apetecía echar un polvo, que queréis que os diga.

Si yo me hubiese ido para mi habitación en el hotel no hubiese pasado nada ya que nadie que no fuese cliente podría entrar allí salvo con las armas en la mano y matando a los guardias que este tenía. Pero en un local de juegos, donde las chicas además hacían servicios de otro tipo con los clientes dentro del mismo local... bueno, digamos que es de entrada libre mostrando dinero. Un autentico problema cuando has matado a alguien que tiene amigos con ganas de venganza, no digo que esto fuese por el conjuro o no, pero dadas sus características, ofrecí la oportunidad y es lo que hace el conjurito de las narices, aprovecharlas.

Estaba encima de la chica empujando como un descosido, fòllandomela a lo bestia mientras ella me mordía en un hombro gimiendo y jadeando cada vez que recibía una de mis embestidas. Sus piernas estaban cerradas sobre mi cintura apretándome el culo con los talones, sus uñas se medio enterraban en mi espalda. Estábamos los dos sudando a chorros por el esfuerzo, yo la besaba y mordisqueaba el cuello. Cuando mejor estábamos, justo en el momento en que ella soltó un grito de placer al correrse y yo me vaciaba en su interior hicieron su aparición tres tipos en la habitación.

De repente se astillo la puerta de un golpe, al segundo esta salía disparada para dentro estrellándose contra la pared mientras la chica y yo aullábamos de placer al corrernos al unisonó. Mis escudos funcionaron en el acto, al tensarme de golpe y alertarme por la situación, estos se activaron incrementando rápidamente su poder, por lo que aun habiéndome atacado en ese momento difícilmente hubiesen podido hacerme mucho salvo alguna pequeña herida, nada vital. Pero por desgracia para ellos no hicieron eso, me dieron tiempo.

Estaba desnudo y desarmado ya que toda mi ropa estaba en una especie de banca justo al lado de ellos, supongo que por eso esperaron a que me incorporara. Sonriendo maliciosamente uno de ellos dijo que así es como debía de morir el asesino de sus amigos, desnudo como un vulgar perro. La chica estaba asustada al ver la escena, pero solo segundos después se puso a vomitar por un lado de la cama. Para desgracia de ellos había un arma que nunca había dejado en ese banco, mi Shilkka, la reclame y con un veloz movimiento semicircular les corte a los tres por la cintura, dejando un espectáculo dantesco en la habitación. Sangre, vísceras... decididamente la imagen no era nada agradable, me vestí tranquilamente despidiéndome de la chica a la que por las molestias deje de propina una moneda de Oro, por su cara al verla pienso que dio por bueno lo que había tenido que presenciar allí.

CONTINUARA