Crónicas de Vhaalzord - Libro 12 - 4
Las dificultades para Val aumentan, aunque el tener que encargarse de la princesa Nerya para que no descubra a su marido con la princesa Khala en la cama tiene sus ventajas
CRONICAS DE VHAALZORD
Libro - 12
Capitulo - 4
Los dos tipos salieron con mucho cuidado de no ser vistos, acercándose donde dormían las dos mujeres... cuando llegaron a la puerta no me corte ni media, les mate a ambos, aunque para sorpresa mia se abrió de golpe la puerta apareciendo ambas con sus espadas en la mano. La explicación fue de lo más breve, ambas me dieron las gracias mandándome de vuelta a la habitación, diciéndome que no me preocupase de nada, que ellas mismas se encargarían de los dos cuerpos... sin mencionar el brebaje que llevaban para una de ellas.
Cuando regrese a mi habitación no dude en espiar a ambas y efectivamente, vi que si, si sabían que hacer exactamente con los cuerpos. Estos ya que no tenían signos aparentes de violencia en sus muertes, ya que no emplee otra cosa que mis manos para romperles el cuello, ambos cuerpos terminaron arrojados por encima de la muralla debidamente cubiertos de vino... vamos que a simple vista parecía que llevaban una borrachera de aúpa y que de algún modo ambos habían terminado cayendo por encima de la muralla... No me pareció mal plan.
Entonces vi como se preparaba la dolida esposa para partir en busca de su traicionero maridito... solo me faltaría que llegase y sorprendiese a su esposo en semejante situación, sin contar con como quedaría Khala después de saberse algo semejante. No me quedo otra que ponerme en camino hacia su habitación para tratar de evitar que pudiese armar ningún escándalo, por el camino fui preparando una serie de conjuros que estaba seguro iba a necesitar para esto. Llegue a su puerta justo cuando ella la abría para salir, llevaba un sencillo vestido, nada parecido a los lujosísimos vestidos con que había estado en estos dos días de negociaciones... sinceramente ese sencillo vestido la hacía aun más atractiva, la convertía en alguien ciertamente deseable. No la deje salir, sino que la obligue a entrar por mera fuerza, ya que digamos que al chocar contra mi cuando abrió, no pudo evitar recular, cosa que aproveche para colarme dentro de su habitación y cerrar la puerta tras de mi...
- Nerya : ¿que creéis que hacéis?
- Val : Esta muy claro, no dejaros salir...
- Nerya : Saldré cuando yo quiera... ¡¡quitaos de en medio ahora mismo...!!
- Val : Lo siento, pero no puedo permitir que sorprendáis a vuestro marido en la cama con mi señora... seria problemático en extremo para todos...
- Nerya : (Rabiosa y a gritos) Quitaos de inmediato... voy a matar a la puta de vuestra princesa...
- Val : Lo lamento señora, pero como os he dicho no puedo permitíroslo...
Entonces decidió emplear otra táctica más... agresiva. Intento darme un guantazo usando para ello la mano donde tenía el anillo en el que había visto verter aquellas gotitas. Le cogí la mano al vuelo, cuando le di la vuelta a la misma para ver su palma, vi como una pequeña aguja asomaba por la parte baja del anillo, de haberme golpeado con él me hubiese envenenado al instante... el conjuro de protección que llevaba lo hubiese evitado de todos modos, pero no hubiera dejado de ser algo desagradable para mí. Le quite el anillo del dedo tirándolo encima de una especie de cómoda con numerosos cajones.
- Val : Mi señora, por favor... es de mal gusto ir por ahí envenenando a la gente con anillos como ese...
Lo siguiente fue el pasador de su pelo, se lo saco de un rápido movimiento e intento clavármelo, algo que de nuevo impedí al cogerle con fuerza el antebrazo, quitándole con mi otra mano el pasador... también siguió el mismo camino que el anillo, diciéndola prácticamente lo mismo que con el anterior. Vi como poco a poco había ido retrocediendo con los ojos brillantes, parecía una gata acorralada, buscando desesperada una salida de allí. Sabia de sobra que aún le quedaban unos cuantos trucos que poder usar contra mí, desgraciadamente para ella, sabia cuales eran todos y cada uno de ellos. Fue desmontándoselos sin piedad a medida que intentaba usarlos contra mi... uno tras o otro, acorralándola lenta pero progresivamente en dirección a su lecho matrimonial.
Cuando por fin logre que sacara su último recurso y al verse acorralada, intento pasar por mi lado a toda velocidad, pero la sujete por la cintura atrayéndola hacia mí, después de eso la lance sobre la cama, de donde se reincorporo como una fiera, se tiro a por mí con las uñas por delante por semejante afrenta. La sujete por ambas muñecas, moví sus brazos para ponerlos por encima de su cabeza y poder sujetárselos con una sola mano mientras que con la otra tiraba de golpe de su vestido desde el cuello hacia abajo. Rasgue el vestido por completo, dejándola prácticamente desnuda, intento cubrirse como buenamente pudo mientras llamaba a gritos a la guardia.
Lamentablemente cuando entre tras ella deje ir un conjuro de silencio que envolvió toda la habitación por completo, por lo que fuera de ella no la podría escuchar nadie. Como una gata intento volver a atacarme pese a su situación, intento ir a por algunos de sus preciados objetos envenenados, algo que como podéis suponer no le permití. De nuevo volví a capturarla antes de que pudiese alcanzar ninguno, es esta ocasión cuando la derribe por fin sobre la cama después de un serio forcejeo en el que me costó controlarla ya que estaba quitándonos la ropa hasta el mismo instante en el que por fin ambos nos encontrábamos completamente desnudos... mi pene se encontraba completamente erguido y cimbreante. Vi como se retiraba por el lecho matrimonial reculando pero sin dejar de mirar fijamente mi sexo... en sus ojos, en su cara o en sus gestos podía empezar a vislumbrar ciertos deseos muy contenidos y nada parecidos a los que se deberían de esperar ver en esa mujer, era como si sus pensamientos sobre que desear hacer esa noche hubiesen cambiado de repente, medio olvidándose de la afrenta de su maridito.
Antes de que pudiese saltar del lecho por el lado contrario, la sujete por un tobillo tirando de ella con fuerza, acercándola a mí, después cuando intento golpearme con el otro pie paso lo mismo, mi otra mano también se cerró como un cepo sobre su otro tobillo... aproveche la circunstancia para abrirla totalmente de piernas... pude ver su sexo que estaba brillante y bastante mojado. Despacio me arrodille ante ella, situándome entre sus piernas, acercando lentamente mi sexo al suyo... no paraba de insultarme llamándome de todo, asegurándome que esta violación desencadenaría una guerra entre ambos reinos. Se medio irguió intentando arañarme con sus manos... entonces las mías soltaron sus tobillos centrándose en sus muñecas... la tumbe por completo sobre el lecho quedando sobre ella, entonces la penetre escuchando escapar de sus labios un intenso gemido de placer al sentir como entraba en su interior... mientras seguía intentando resistirse pese a todo.
Jadeando y gimiendo de placer siguió insultándome, amenazándome con cosas cada vez más salvajes... Pero por sus jadeos, gemidos y cada vez más intensos grititos de placer ante mis embestidas estaba más que claro que Nerya estaba disfrutando de la follada de un modo muy intenso. Después de lograr que se corriese en esa posición, me retire de su interior, haciendo que se diese la vuelta, nuevamente como pudo, a medio recuperarse aun del orgasmo intento escaparse sin conseguirlo. En esta ocasión hice que situase su culo en pompa con su cadera alzada... después sin mediar palabra la ensarte de nuevo por el coño en una sola estocada.
Tumbado sobre ella mientras me movía fòllandomela, una de mis manos me sujetaba mientras que la otra estaba bajo ella estrujándola los pechos hasta hacerle algo de daño. Mi boca no paraba de besarla en el cuello y los hombros, además de darle algún que otro mordisco ocasional. Esta vez Nerya por fin dejo de luchar, estaba completamente entregada ya que me exigía mas, quería que fuese más duro con ella... en una de esas aproveche y sacando mi pene de su coño, se lo metí de golpe en su culo, abriéndoselo también de una sola estocada, haciéndola aullar, mezcla de dolor y algo de placer... descubrí que a Nerya le iba el dolor... o al menos determinado grado de dolor en circunstancias concretas… en medio de la situación me empezó a gritar que siguiese, que eso era lo que necesitaba y que el mierda de su marido no le daba…
No pare de moverme para nada mientras ella soltaba aullido tras aullido de dolor al sentir como le reventaba el culo una y otra vez. Poco después logro un increíble orgasmo a la vez que yo me vacié en su interior. La mantuve sujeta bajo mi peso, incapaz de moverse mientras la besaba y le seguía acariciando o estrujando sus pechos con mis manos, según me diese en ese momento. La tenía casi completamente sometida dentro de lo que eran este tipo de mujeres poderosas, aunque pese a todo ciertamente todavía le quedaba algún reducto de soberbia y superioridad sobre los demás en su carácter. Para terminar con ello le hice darse la vuelta y le metí la polla en la boca, fòllandomela también por ahí... sin darla tregua hasta el momento en que me volví a correr en su interior, obligándola a tragarse toda mi lechada...
Cuando me quite simplemente le dije que se acercase a mí para abrazarme, vi como durante un instante dudaba entre hacer lo que le pedía o volver a intentar ir a por sus cosas... al final se acerco a mí a gatas sobre el lecho para terminar abrazada a mí, me pareció que incluso ronroneaba mientras se acomodaba. Supuse que era la primera vez en su vida que en temas de sexo alguien se había impuesto por completo a ella, dominándola y haciendo con ella lo que le había dado la gana... Imagine que la sensación de sentirse dominada le había gustado bastante, el que un hombre no solo no la temiera como era más que evidente que pasaba con su marido, sino que la hubiese reducido casi a un mero juguete para su disfrute le había gustado en cierto modo. Apenas minutos después me levante, indicándola que se preparase porque dentro de poco llegaría su bien amado esposo, a lo que me contesto soltando una carcajada cargada de ironía.
No pude evitar reírme por su contestación, me dijo que se pondría su horrorosa ropa de dormir de siempre, acostándose entonces con el cubierta y llena de mi leche por todos lados... creo que debía de ser la primera vez que le daba igual lo que su maridito hubiese estado haciendo por ahí con otra. Solo me dijo una cosa más antes de irme... me dijo que antes de que terminásemos con las negociaciones tenía que volver a follàrmela tal y como había hecho antes... según ella quería volver a sentirse como le había hecho sentirse mientras me la follaba.
Salí rápido de su habitación, esquivando por poco al cuidadoso y ojeroso maridito. Según lo que sabía por mis criaturitas, las tres mujeres le habían pegado un repaso de escándalo... aunque él había follado más bien poco, lo cierto es que las que habían follado eran las tres entre sí pero sobre él, le habían usado de cama... creo que el principito no debía de estar muy contento que dijéramos con el resultado de su aventura extramatrimonial. Había ido a por una jugosa princesita y se había encontrado con una autentica fiera a la que no había podido dar juego... Khala por lo que había visto, puede que fuese aun más dura que Nerya en el sexo con los hombres... Pero al igual que con esta, para que fuese algo más dócil, únicamente había que pillarla a contrapié y si era a traición, mejor que mejor... y tenía muchas ganas de follarme también a la princesita, mas después de lo que había visto.
Al día siguiente el principito parecía tener mal aspecto, la princesa Khala no parecía tampoco muy satisfecha que digamos, pero sin embargo la esposa del príncipe heredado del Reino de Shydlar, la bellísima Nerya aparecía radiante... incluso su forma de vestir parecía haber cambiado un tanto. Otro detalle que no paso desapercibido especialmente a Khala, es que ahora no hacia ni caso a lo que hiciese su marido, ni al hecho de que Khala se hubiese puesto cerca de él, parecía que por algún motivo estaba más pendiente de mí que de cualquier otra cosa. También se podía apreciar cierta inquietud en el monarca, sin lugar a dudas el que encontraran a sus dos hombres de confianza despanzurrados bajo las murallas lo tenía un pelín intranquilo.
Las conversaciones iban... digamos que mal, bastante mal de echo. El Rey parecía enfadado y eso se notaba en el trato que nos daba, el principito también parecía un pelín escamado, sin embargo para asombro de Khala y los consejeros, la esposa del heredero, Nerya parecía querer que se suavizaran las posturas. Después de toda una mañana de conversaciones me di cuenta de que Khala no me perdía de vista, bueno, ni ella, ni Nerya ni su esposo. Este último no tenía yo muy claro si su interés era debido a ver el que repentinamente tenía su esposa por mi o al que tenia Khala, pero en cualquier caso era indudable que muy amigo mío no parecía que fuese a ser precisamente.
Con toda sinceridad a la hora de la comida empecé a plantearme directamente la posibilidad de eliminar al rey, no me gustaba lo que había tratado de hacer con las mujeres de la escolta de la princesa, más que nada porque supuestamente estaban bajo mi protección, y últimamente esas cosas me las estaba tomando muy a pecho, sin contar con mi corazonada. En cualquier caso, para el Imperio de Tharkand podía ser mucho más beneficioso que al anciano Rey le llegase su hora de una vez, y que su hijo ascendiese al trono... aunque visto lo visto, tampoco es que fuese un gran cambio en realidad, y por supuesto, al Reino de Shydlar dudaba mucho que le fuese a ir mejor con el que con su padre... aunque al tener a su lado a un mujer como Nerya, quizá eso si marcase una diferencia... de todos modos decidí dar todavía un margen a que los consejeros, la princesa y el Rey lograsen algún tipo de acuerdo.
Durante las dos noches siguientes el principito acudió como un perrito a la habitación de Khala, mientras esta junto con sus dos compañeras se divertían con el... o más bien, usándolo como superficie sobre la que follarse entre ellas, yo estuve follàndome a su mujercita, a la princesa Nerya que cada vez era más fogosa y entregada. La primera noche que acudí de nuevo a su habitación tras asegurarme de que su marido estaría a esas alturas entretenido me recibió con una túnica como única vestimenta. Tras cerrar la puerta vi como se quitaba la túnica y subiéndose sobre el lecho se ponía a cuatro, moviendo el culito para después pedirme que por favor no lo demorase más y me la follase como la vez anterior. Creo que podéis imaginar que no proteste e hice lo que me pedía durante las siguientes dos noches, me la folle bien follada por todos sus orificios, arrancándola gritos de dolor y placer.
El Rey por su parte no volvió a intentar en esas dos noches nada contra las soldados de Khala, aunque por mis criaturitas sabía que no se había olvidado de ellas en lo mas mínimo... descubrí tras su fracaso que además de un baboso y todo lo que se os pueda ocurrir, también era un sádico, ya que se lo hizo pagar a las seis mujeres que tenia para que le atendiesen. Con una de ellas incluso llego a emplear un látigo para castigarla por alguna supuesta falta que había cometido al follar con una de sus compañeras ante él. Desde luego menuda familia que estaba en el trono. El problema es que las conversaciones no avanzaban, y parecía que no fuesen a avanzar mientras que el decrepito Rey no alcanzase su objetivo de poseer a alguna de las soldados.
Al quinto día el asunto se puso un poco desagradable, ya que por la noche el Rey había realizado un nuevo intento y su ejecutor, nuevamente había aparecido despanzurrado bajo las murallas... Llego en esta ocasión al extremo de hacer contra nosotros acusaciones veladas, los consejeros que nos habían acompañado trataron de rebajar la situación, pero en este caso se encontraron con mi intervención, que se podría decir que complico aun más el asunto... El Rey entonces llego a amenazar con retirar por completo el suministro de madera al Imperio, diciendo después colérico perdido después de eso, que la Emperatriz construyese los barcos con su coño... A Khala le sentó fatal el comentario sobre su madre, pero en este caso también me adelante a ella...
- Val : Majestad, creo que en ese caso la solución del Imperio es muy sencilla... lo único que habría que hacer es cortaros a vos la cabeza y ocupar por la fuerza el Reino de Shydlar...
- Rey : Jajajajaja... que lo intenten, ni un solo soldado saldrá de los bosques... jamás podrán invadirnos...
- Val : ¡¡Ohhhhh!! (Sonreí con maldad) Creo que no me habéis entendido majestad... La Flota Imperial podría colocar tranquilamente en cuestión de un día un ejército de cuarenta o cincuenta mil soldados en vuestras costas... y eso, nos evitaría el engorroso problema de los bosques... un día hacemos el transporte de tropas, el siguiente el de los suministros, creo que en una semana o semana y media tendríamos aquí las tropas necesarias para pasaros por encima sin muchos problemas…
- Rey : Eso es imposible... no aguantarían sin suministros... no podrían hacerlo tan rápido, imposible del todo… (Parecía un poco histérico en sus negativas)
- Val : Majestad, creo que olvidáis el pequeñísimo detalle de que el puerto de Raschilld, principal base de la flota imperial en estas costas, esta como se suele decir, a tiro de piedra de varios de vuestros pequeños puertos pesqueros, ni a un día de viaje siquiera... Dada la proximidad existente, no es necesario ningún puerto de grandes dimensiones para abastecer al ejército... y el imperio tiene flota más que suficiente para eso y para mucho más… majestad.
Mi sonrisa tras soltar eso fue amplísima y os puedo garantizar que todos los presentes se quedaron con la boca abierta ante tan clara amenaza de invasión por mi parte. Evidentemente esto que acababa de decir no era algo tan simple como yo lo había explicado, no es que no pudiese hacerse, pero en primer lugar habría que acantonar en Raschilld el ejercito en cuestión, también habría que suministrarlo, sin olvidarnos de concentrar allí también la totalidad de la flota de guerra, y posiblemente usar buena parte de la flota mercante para el transporte que tan alegremente había propuesto.
En esos momento seguramente nadie se molestaría en tomar ninguna consideración mas allá de si se podría hacer o no por parte del Imperio Tharkand, y ciertamente lo que acababa de decir era más que factible debidamente organizado. Por otro lado también influía el hecho de que por pequeña que fuese la inteligencia que el Reino de Shydlar tuviese sobre Samirna, tendría muy clarito que era alguien más que perfectamente capaz de llevar a cabo algo como lo que yo había dicho tan tranquilamente y sin hacer mucho alboroto por ello.
Y si, también es verdad que algún listo podría estar pensando seriamente tras mi intervención en tomarnos como rehenes... pero digamos que eso sería una mala idea por su parte ya que me dejaría con las manos libres para poder actuar a mi modo y no según las instrucciones recibidas de Samirna. Os garantizo de ante mano, que de tener que decidir yo en esos instantes por sufrir ese tipo de amenaza hubiese matado al Rey y a su queridísimo heredero junto con gran parte de sus leales allí presentes, colocando en el trono a la Viuda, a la princesa Nerya, apoyada por Tharkand en caso de que tuviese problemas con los nobles del reino. O más sencillo aun, podría hacer que todo el que no jurase lealtad durante la coronación recibiera mi muy enfadada visita sobre sus dominios en el acto junto con la presencia a mi lado de ciertos seres la mar de agradables, aunque eso significara el exterminio de varios miles de personas llegado el caso. Sinceramente el que el Rey muriese para ser sucedido por su hijo... era más de la misma estupidez, aunque al menos este podría ser encauzado por su esposa y puede que llegado el caso de una situación estable eliminado por ella para hacerse directamente con el trono, realmente la princesa Nerya era la opción más deseable desde el punto de vista del Imperio.
Después de esto el Rey visiblemente nervioso decidió suspender la reunión hasta el día siguiente, parecía tener cierta urgencia en quitarse de nuestro alcance, aunque también su reacción dejo claro que era consciente de los riesgos intrínsecos para su reino de pensar siquiera en hacernos rehenes. No os digo la bronca que me cayó cuando los miembros de la delegación nos quedamos a solas, principalmente por parte de la princesa Khala... Con este enfrentamiento empecé a darme cuenta de que debía de comenzar a hacerle ver cuáles eran sus obligaciones como heredera, que podía hacer y que no... Empecé a maquinar como narices darle una lección que le costase olvidar, y al ver como se retiraba Nerya haciéndome una leve inclinación de cabeza a modo de saludo se me ocurrió algo que sería perfecto para lo que quería con ella.
Esa fue la primera noche desde que comencé a follarme a la princesa Nerya que dormiría solo, supuse que sería porque ni siquiera el principito se atrevería después de la discusión a hacer su habitual escapada por miedo a ser sorprendido por los hombres de su padre en las habitaciones “del enemigo”. Por otro lado eso me preocupo, di instrucciones de que todo el mundo permaneciese alerta y dado que quien hizo la amenaza fui yo, me procure algún que otro guardián para protegerme… esa noche en mi habitación iban a dormir diez poderosos Lobos Espectrales… solo por si acaso. Por primera vez desde nuestra llegada ciertos sitios habían sido cubiertos con guardias, hasta ese momento únicamente el dormitorio del rey había estado con guardias, esa noche también el del príncipe así como cualquier otro posible acceso a ambos.
Estuve pensando en la situación que se estaba generando a mí alrededor con todo esto. Por algún motivo tenía la sensación de que era importante que lograse la estabilidad del Imperio de Tharkand y del Reino de Shydlar, de algún modo sabia que una alianza entre Tharkand y Khrissa, el que Shydlar contase con el apoyo sin condiciones de Tharkand sería importante en el futuro para las tres naciones… era una de esas cosas que me pasaban de vez en cuando y a las que me convenía hacer caso, ya que como dije anteriormente, hasta el momento antes o después, siempre se han mostrado como algo cierto.
Para los Imperios de Tharkand y Khrissa el acceso a la madera de los bosques de Shydlar podría ser vital para la construcción de sus flotas. Los astilleros de Tharkand eran más que capaces de abastecer en una medida lógica y a buen ritmo a ambas flotas de nuevos navíos de llegar a darse el caso de ser necesario y viceversa, algo vital en el tratado que negociaban en esos instantes ambos Imperios. Aun así la importación de madera por Khrissa sería también rentable para sus astilleros en vistas a su flota de guerra actual. Pero para poder llegar a todo esto había una cosa que estaba muy, muy clara, habría que eliminar la molestia que suponía el anciano Rey, no me parecía alguien confiable… no es que el heredero fuese mejor, pero al menos a este podría controlarlo su esposa, si no hacia el tonto claro… pero para eso estaba yo, tendría que encargarme de dirigir sus pasos en la dirección correcta…
Esa noche me dormí planeando y maquinando los siguientes pasos a dar en esa dirección, solo esperaba que cierto Dragón tuviese la delicadeza de esperar a que todo terminase para necesitarme… si R’halrhaz me llamaba en esos precisos instantes se me podría complicar la situación considerablemente… mi única opción sería internarme con rapidez en lo más profundo de los bosques y recibir allí el huevo, aunque lo más probable es que aun me quedase tiempo de sobra.
CONTINUARA