Crónicas de Vhaalzord - Libro 10 - 5 (final)

Val realiza tareas diplomáticas ante los tres Grandes Duques, ayudando con ello a la estabilidad del Reino y a sus propios intereses en la zona.

CRONICAS DE VHAALZORD

Libro - 10

Capitulo- 5

Al final decidí aceptar el encargo que me hicieron de deshacerme de los tres Grandes Duques, pero no lo hice por dinero, a cambio de mis servicios solicite la concesión de un favor al Rey, algo que solo le pediría si conseguía mi objetivo con plena satisfacción para él. Aunque yo veía otro escollo en todo lo que ellos me habían dicho, tras sus muertes aun quedarían tres ejércitos en pie de guerra en las cercanías de Shurpel, sin duda no tendrían dirección política, pero si militar, ya que sus generales seguirían al mando y lo más normal es que contasen con la fidelidad de la mayoría de sus tropas.

Mi duda es si ellos aceptarían que cualquiera de los hijos o parientes de los Duques se hiciesen con el poder, o por el contrario aprovecharían la coyuntura para intentar hacerse ellos mismos con el control. Desapareciendo el Rey y sus hijos si tomaban la ciudad, bajo su mando estarían los tres únicos ejércitos que quedarían en el país, después de eliminarlos ellos podrían repartírselo tranquilamente. Era quizá poco probable, pero yo desde luego de ser el Rey me lo hubieses pensado detenidamente dos veces... añadiéndoles a los tres generales a mi lista de blancos... no pensaba andar corriendo riesgos.

Rayaran estaba situado sobre el mejor acceso existente a la zona donde se alzaba la extinta Thalmunt, especialmente la zona de la aldea donde había estado viviendo, y sobre esa ruta de las montañas se alzaba la Torre de Khaabar con su guarnición. Un reino poco estable como hasta ahora, suponía la proliferación de bandas de forajidos por sus montañas. Prefería que ese acceso estuviese controlado, con los bandidos pululando la zona podía convertirse en el perfecto escondite de supervivientes... no lo creía, pero tampoco quería correr riesgos de que nadie que hubiese pertenecido a la secta lograra acceder a lo que en su día fue la ciudad sin que se supiese... Con la zona controlada por el ejercito yo estaría bastante más tranquilo, sobretodo sabiendo que el propio Rey evitaría que nadie se volviese a enquistar en esa región.

El Rey me entrego un salvoconducto para poder entrar y salir de la ciudad cuando quisiese, algo que use para poner fuera de la misma a la gente de la aldea. A esas alturas todos ellos tenían claro que yo desde luego un simple pastor no era, tampoco es que se atreviesen demasiado a hacerme preguntas. Les indique por donde deberían de ir con el fin de evitar a los tres ejércitos que se aproximaban, a su pregunta de a donde me pensaba dirigir yo, solo les respondí que a cumplir un encargo, el cual me había permitido conseguir el salvoconducto que nos acababa de permitir abandonar la ciudad... Alguno de los más jóvenes fueron a preguntarme sobre ello, pero los demás se lo impidieron, habían entendido con mi respuesta que lo que podía decirles ya se lo había contado, el resto... era únicamente cosa mia.

Cuando me separe de ellos para mi sorpresa resulto que quienes más reticentes se mostraron a que me separase del grupo fueron Mirtha y Niara, ninguna de ambas parecía contenta con eso. El tener que desviarme de mi ruta directa para ponerlos en el camino por el que estarían a salvo me llevo a una casualidad... hacía apenas cinco horas que me había separado de la gente de la aldea cuando me alcanzo gente a caballo por el camino. Yo iba andando por el borde, debido a mi ropa de pastor ni me miraron dos veces... ese fue su último error.

Eran cuatro personas llevando a una quinta amarrada a su caballo, mi sorpresa fue total cuando reconocí en esta persona a Aldana, la hija del Rey. Según llegaron a mi altura mis dagas Khlomn salieron a toda velocidad de mis manos... Dos de los jinetes, y no necesariamente los más cercanos a mi cayeron con ambas dagas clavadas en sus costados... les habían entrado justo por un resquicio que dejaba su liviana armadura de cuero. Los otros dos recibieron en sus espaldas sendos colmillos de la Luna... al verlos pasar por su lado se confiaron, entreteniéndose quietecitos en su sitio mientras desenvainaban sus espadas... cuando intentaron azuzar sus caballos para caer sobre mi fue cuando sus espaldas recibieron mis Colmillos de la Luna... derribándolos de los caballos en el acto.

El motivo por el que había elegido a aquellos dos para mis dagas Khlomn, fue que más o menos eran de mi altura y corpulencia... estaba claro que llevaban un prisionero a alguno de los Grandes Duques... lo que podría significar ser mi acceso hasta el. Ninguno de los dos que alcance con mis dagas estaba muerto, únicamente agonizantes... aproveche el escaso tiempo del que disponía para leer sus mentes y... sorpresa, uno de ellos era un ex asesino Lahishin... Estos años de vida cómoda lejos de la dureza de Thalmunt le habían embotado muchísimo, apenas era ya una sombra de lo que fue en su momento... Otra cosa que supe con mi lectura es que murió aterrorizado, sabiendo en todo momento quien debía de ser yo realmente en cuanto empecé a usar mi poder con el... algo que reconozco me dejo un regustillo de placer en la boca.

De este modo supe como poder llegar hasta el responsable final de este secuestro, el Gran Duque Lorat precisamente. Por la aldea sabia muchas cosas de cómo se las gastaba el sujeto y ciertamente no era alguien agradable en absoluto. En la mente de ambos hombres encontré los datos que requería para la eliminación de mis objetivos en el campamento de ese ejército en concreto. Otro problema distinto era que iba a hacer con la princesa Aldana... el tenerla conmigo no me venía nada bien, iba a restarme tanto velocidad, como sigilo, aunque no negare que con ella me lleve una sorpresa de lo más grata, por lo menos no era la típica princesita que pintaban los trovadores por las aldeas.

Una vez que leí las mentes de ambos hombres procedí a desatar y retirar la capucha que llevaba la princesa... y gracias a que el caballo cuando ataque no salió al galope, sino quizá hubiese podido haber una desgracia ya que sus ligaduras al mismo no es que fuesen muy allá... un par de kilómetros a galope limpio y tenía mis serias dudas de que las cuerdas que sujetaban a la presionara hubiesen aguantado mucho mas, con el peligro de caída que ello supondría. Al igual que paso con su padre, ella me reconoció nada mas verme, no consintió en que la llevase de regreso a la ciudad.

No dudéis ni por un instante de que le di el sermón sobre lo que se podría esperar de seguir conmigo, no tendría nada de favoritismos. La primera noche ambos dormimos tan ricamente bajo la luz de las dos lunas que había en el cielo. A la mañana siguiente despertamos con el amanecer, levantándonos de inmediato, comimos algo y volvimos a ponernos en camino. La princesa iba haciéndome multitud de preguntas más o menos disimuladas sobre mí, sobre todo parecía interesada en el hecho indudable de que no pareciese haber envejecido lo más mínimo, algo que la extrañaba... poco a poco iba deslizando sus preguntas hacia la magia. Entre tanta pregunta fui colocando lo mas disimuladamente que pude una serie de conjuros sobre algunos objetos que llevaba, anillo, cinto, incluso en algunas de las fundas de mis… objetos especiales.

Uno de los principales problemas de acercarse al grueso de un ejército en movimiento, son las innumerables patrullas que pululan a su alrededor. En este caso concreto nuestra ventaja es que disponíamos de las contraseñas necesarias para poder pasar atraves de ellas, en caso contrario podría haber llegado a ser todo un problema… o casi. La princesa pese a sus esfuerzos no era precisamente un dechado de sigilo, de hecho podríamos decir que era bastante ruidosa de por sí. Fui regulando nuestra velocidad, de modo que llegásemos cuando ya hubiesen montado el campamento para pasar la noche... el mejor momento para poder acceder a la presencia del Gran Duque, justo cuando todos sus hombres están completamente relajados y dispuestos para descansar.

Use a la Princesa Aldana como llave para acceder a la presencia del Gran Duque... mis cálculos fueron realmente impecables, ya que cuando me introdujeron a su presencia tras desarmarme... por llamar de algún modo a lo que hicieron, me fui a encontrar con la plana mayor del ejército allí adentro con el Gran Duque... podría descabezar por completo el poder del Ducado de un solo golpe, estaba incluso la mismísima Duquesa... sin duda atraída por la idea de poder vengarse de la ciudad en donde murió su hijo... aunque eso no fuese del todo exacto. Vi como la princesa al ver tal cantidad de gente, unas treinta personas, sin contar los diez guardias personales del Duque que se encontraban presentes, me miro muy preocupada, creyendo sin duda que habíamos fracasado en nuestro empeño de "capturarlo"... que fue lo que le dije, ya que no considere oportuno en bien de mi misión, decirla que pensaba matarlo junto al general en jefe del ejercito..... Digamos que aprecie que posiblemente la princesa tenía un altísimo concepto del bien y del mal, junto con el del honor, otro concepto que supuse que también tendría muy arraigado, de modo que decidí no darle motivos que le pudiesen llevar a tener serios cargos de conciencia con lo que pasaria.

Lo malo de todo esto es que todas mis buenas intenciones para con la princesa y su moral, duraron poquísimo. El Gran Duque al verla allí con una alegría desbordante, casi incluso diría que rayando en la pura maldad, dio orden sin más a sus guardias de que se la llevaran para que se divirtiesen con ella antes de matarla… lo que como comprenderéis no me gusto para nada. Primero de modo disimulado active varios conjuros sobre la princesa, básicamente extensiones de mis propios escudos mágicos, también desde un pequeño anillo que llevaba active un conjuro de insonorización… no quería que nadie escuchase nada de lo que allí iba a suceder, principalmente gritos, estertores de muerte y cosillas así que suelen poner a los guardias de los nervios…

Otra cosa que me sorprendió es que además de cinco de los guardias también la Duquesa se puso en movimiento con el odio reflejado en su cara. De un solo movimiento solté a la princesa, mientras yo avanzaba reclamando la presencia de mi Shilkka y liberando la casi totalidad de conjuros acumulados sobre mis pertenencias. Los cinco soldados apenas duraron segundos, mi Shilkka se ocupo de partirlos por la mitad, pero para mi sorpresa no pude hacer nada contra la Duquesa, ya que la princesa Aldana sacando una pesada daga de debajo de sus ropas la apuñalo en el corazón, atravesándoselo a la primera por lo que vi... no pude evitar pensar que joder con la de los escrúpulos, como engañaba la condenada. Después, de nuevo para mi asombro, se dirigió directa hacia el Gran Duque, que ya había sacado su espada, como todo el mundo allí adentro.

Debido a esa intromisión de la princesa no me quedo otra que hacer un mayor uso de mi magia del que esperaba. Concentre mi poder rápidamente, convocando cuatro poderosos Lobos Espectrales a los cuales ordene proteger a la princesa... los cuatro veloces animales se interpusieron entre ella y la mayoría de sus atacantes, destrozando en el acto al mas cercano de ellos al pillarle por sorpresa. A mi vez también me moví veloz hacia el Gran Duque, pero viendo que de seguir así la princesa ella llegaría antes y no sería rival para este, no dude en arrojarle contra ella un banco con el pie, golpeándola en toda la espalda derribándola al suelo, al llegar a su lado le golpee en la cabeza con el extremo romo de mi Shilkka según se intentaba levantar, dejándola inconsciente y bajo la protección de sus cuatro guardianes de enormes colmillos.

El Gran Duque decidió que lo mejor para su salud, seria salir de la tienda visto como se estaba desarrollando todo. No lo dude ni un instante, una daga Khlomn salió volando de mi mano yendo a enterrarse en el centro de su espalda, mal hecho por su parte lo de quitarse la armadura por sentirse seguro en su lujos tienda en medio del campamento de su ejército y así poder estar más cómodo, por cierto, un error bastante habitual en la gente poderosa, lo que facilita enormente el trabajo a los humildes artistas de la muerte como yo. Tras caer el Duque todo fue un caos, tuve que hacer malabarismos para evitar que nadie lograse escapar con vida de allí ya que de repente todo el mundo decidió que lo más sensato sería huir… pobrecitos, lo cierto es que eso me facilito un poco las cosas, ya que jamás se le debe de dar la espalda a un asesino, especialmente a uno tan bueno como yo. Tras la masacre lo primero que hice fue una lectura de mente sobre el malherido Gran Duque Lorat, para de seguido degollarlo como un cerdo y recuperar todas mis armas. Una vez con los datos que quería me cree dos mensajes para sus aliados, uno para cada uno de los otros dos Grandes Duques... Falsifique también un salvo conducto para poder abandonar el campamento esa misma noche sin necesidad de aumentar el número de muertos. Debíamos salir de allí antes de que nadie pudiese averiguar nada de lo acontecido en el interior de la tienda.

Me acerque a la princesa haciendo que se recuperara lo antes posible, lo primero que hizo al poder coordinar fue protestarme, algo que corte por la vía expeditiva, de un fuerte guantazo que la mando al otro extremo de la tienda. Después le arroje varias prendas que había requisado de los muertos para que se las pusiese, algo que hizo en el acto con algunas lágrimas en los ojos. Logre salir de allí con la princesa sin muchos problemas, ya que aparentemente éramos dos mensajeros que debían de partir de inmediato según el salvoconducto que llevábamos. Nos perdimos en la noche a galope tendido, llevándonos de paso los seis caballos más veloces de los que disponían para darnos. Teóricamente iríamos cambiando de montura cada vez que esta se fuese cansando, algo innecesario para nosotros, ya que mi poder mantenía bastante eficazmente el cansancio de nuestras monturas alejado.

Tres horas después de cabalgar a toda velocidad, pese a todo habiendo cambiado de caballo cada hora casi sin detenernos, ordene pararnos. Salimos del camino hacia una pequeña arboleda que habría como a unos diez minutos tierra adentro. En ella pude ver una pequeña laguna, la princesa nada mas detenernos y ponerme a preparar el campamento volvió por sus fueros, y a grito pelado, en primer lugar acusándome de ser un mago... que no se que tendría que ver en todo esto, pero bueno. Viendo el asunto muy mal, decidí ser muy clarito con ella en todos los aspectos... interrumpí su diatriba para explicarla cuatro cositas...

- Val : Primero de todo cállate de una puta vez, aquí solo eres una mujer, y ni siquiera eso, no pasas de ser una niña mal criada que no merece ni la carne que estoy preparando para que cenes...

- Aldana : Como te atreves a hablarme así... perro... que solo eres un maldito perro comprado por el oro de mi padre... un maldit...

En ese mismo instante ya no creí necesario explicarle los tres restantes puntos, preferí hacer otra cosa bien distinta con ella. En primer lugar volví a sacar la mano a paseo contra su cara como en la tienda, pero esta vez no retuve el golpe para nada, lo hice de modo que me asegurara que quedara la marca en su rostro por unos días. Después, según estaba tumbada sobre el suelo a consecuencia del golpe, me lance sobre ella, arrancándola la ropa a tirones, hasta dejarla únicamente con girones de ella...

- Aldana : Que haces cerdo... qué coño crees que estás haciendo... mi padre te matara...

- Val : Te voy a follar puta de mierda, niñata engreída... Sabes, todavía no le he pedido pago ninguno a tu padre, pero ya sé que quiero, he decidido que como pago quiero tu virginidad... te voy a reventar...

Intento zafarse con todas sus fuerzas, resistiéndose a lo que parecía inevitable del todo. Le volví a sacudir dos fuertes guantazos, haciendo en esa ocasión además que se pudiese girar a darme la espalda en su afán de proteger su sexo de mi. Lo que logro con ello fue reducir casi al extremo sus posibilidades de resistirse, en esa posición no podía hacer nada contra mí, aunque la infeliz creyó haber ganado cuando se protegió su sexo fuertemente entre sus piernas, justo fuera de mi alcance...

- Val : Jajajajajajaja, (me reí con ganas al ver sus gestos de triunfo) no sabes lo que has hecho zorrita... con tu virginidad me hubiese conformado, pero ahora también tomare lo que me ofreces con tanto interés, pienso sodomizarte, te voy a romper ese culito real que tienes... jajajajajaja...

Cogí una de mis dagas como sumo cuidado, use un leve conjuro para calentarla y proteger su filo para que no cortase. Acerque a su culito la empuñadura como si se tratase de mi polla, empecé a empujar con ella, abriéndoselo lentamente para que fuese entrándola... Intento hacer un último y agónico esfuerzo por evitar lo que estaba a punto de ocurrirle, pero no le sirvió de nada. Sus sollozos empezaron a mostrar autentica amargura ante lo inevitable... fue entonces cuando me levante de ella... dándose la vuelta como si la mordiesen, viendo como le enseñaba el mango de la daga, dejándola claro que era lo que había estado a punto de violarla realmente... después me la guarde...

- Aldana : Que... pero... yo...

- Val : Esto solo ha sido una advertencia princesa... cuando estés rodeada otra vez por docenas de criados y guardias, entonces serás una princesa otra vez, aquí y ahora, solo eres una mujer... y además una que no parece saber defenderse demasiado bien por otra parte, de modo que procura no hacerme enfadar otra vez. Sobre el peligro de que intente violarte, estate tranquila que no te violare, pero te garantizo mas te vale dejar las tonterías de princesita mimada. De momento ya te he golpeado varias veces en cuanto te has pasado de lista, pero como sigas así podría ser aun peor para ti, ya que no tengo el menor problema en cortarte el cuello si no cambias de actitud. Muerte arriba o abajo no me supondrá esfuerzo alguno, ¿te ha quedado lo bastante claro?

- Aldana : (Trago saliva sonoramente, con cara de estar realmente asustada) Si... lo que tu digas...

- Val : Eso espero princesa, por tu propio bien, eso espero.

Después de cenar volvimos al camino para seguir cabalgando en busca de nuestro siguiente Gran Duque. Según cabalgábamos se puso en paralelo conmigo para hacerme algunas preguntas, entre mucha morralla por fin me pregunto lo que de verdad quería saber, si de verdad la hubiese violado o matado de haber seguido así. Yo la respondí que si a las dos cosas, que uno de los mejores orgasmos que pude producir una mujer en un hombre ocurre mientras estas apunto de correrte y ella agoniza, de modo que posiblemente la hubiese violado y cuando estuviese apunto de correrme en su interior la hubiese degollado para potenciar mis sensaciones... Creo que se lo tomo como si fuese una especie de broma por mi parte, también ciertamente como una advertencia, pero no me creyó que eso fuese real... Aunque por otro lado, lo cierto es que es algo que jamás he hecho con alguien "inocente", y la princesa hasta cierto modo eso es lo que era.

El campamento del Gran Duque Ismit era más o menos como el del Gran Duque Lorat, parecía calcado al otro. También logre pasar sin problemas entre las patrullas y los guardias del mismo, a la princesa la había dejado a un par de horas de distancia... solo esperaba que no le diese por hacer ninguna estupidez. Apenas estuve media hora con el Gran Duque, cuando me retire del campamento habían muerto una docena de personas, además del propio Duque y sus guardias, una decena de ellos para ser más exactos. Sin duda la Shilkka era un arma perfecta, por un lado no estaban acostumbrados a enfrentarse a ella, por otro me concedía cierta distancia, sin olvidar el detalle de que su mágico filo es capaz de cortar el acero como si fuese manteca caliente.

Cuando llegue donde deje a la princesa vi que ciertamente sí que había hecho una estupidez, no tuvo otra ocurrencia que darse un baño en el rio... desnuda…, y fue sorprendida por varios jóvenes que aparentaban querer que saliese para hacerla un favor entre todos. Me situé tras ellos y carraspee, se volvieron, el que parecía llevar la voz cantante en el grupo me dijo amablemente que me perdiese, que les estaba molestando. Cuando le conteste que por su puesto, en cuanto mi "hermana" saliese del rio me iría, pero que antes quería que todos ellos se girasen para no verla desnuda. El idiota, porque no tiene otro nombre, se rio en mi cara diciéndome que no pensaba dejar de mirarla... ¿Sabéis lo desagradable que resulta ir por ahí rajándoles los ojos a la gente?... Pues bien, a este estúpido le concedí su deseo, use los filos de dos dagas Khlomn para pinchar sus globos oculares, reventándoselos.

Menudos alaridos de dolor que daba el pobre al quedarse ciego... sus amigos intentaron hacer algo, pero tuvieron mala suerte. Use mis dos espadas, que van colgando boca abajo en mi espalda, bajo mi capa... según las saque, alzándolas velozmente aprovechando el movimiento para cortarles de abajo a arriba a dos de ellos... después hice un giro lateral decapitándolos. De seis idiotas dos habían muerto, uno estaba ciego y los otros tres valientes pensaban escaparse... ¡¡ilusos!!. Tres Dagas Khlomn les alcanzaron por la espalda eliminándolos también. Después me apiade del pobre ciego, antes de volver a ponernos en marcha lo destripe con un preciso corte de la Shilkka, dejándolo allí agonizante. Según mis cálculos moriría en una hora, dos como mucho. Por cierto que todo esto pareció afectar bastante a la princesita… me dio la impresión de que se empezó a tomar mis anteriores advertencias completamente enserio.

Después nos dirigimos a toda velocidad a por el último de los Grandes Duques... Aquí si que hubo un problema, según mostré el salvoconducto y el mensaje a la primera patrulla que nos intercepto, esta no ataco sin mediar palabra... doce soldados contra dos... mal numero… para ellos, eran demasiado pocos para hacer eso conmigo. Debo de reconocer que la princesa en esta ocasión me sorprendió, ya que mato a uno de los soldados que le dio la espalda ignorándola para atacarme a mí, del resto me encargue sin el menor problema, cayeron como corderitos ante el carnicero. Resulto evidente que nosotros íbamos muy rápido, pero sin duda los pájaros iban todavía más rápido... y algún mensajero alado debía de haber hecho su aparición, era la explicación más probable a lo sucedido.

Deje a la princesa en lugar seguro y me dirigí al campamento con todo el sigilo que fui capaz de empeñar. Logre infiltrarme en el por una de sus puertas. Estaba claro que estos no se fiaban, habían acampado en una zona de difícil acceso sin ser avistado para cualquiera que no viniese por el camino. Aun así logre llegar hasta la tienda del Gran Duque sin eliminar más que a cuatro guardias. Cuando entre en la tienda me lo encontré durmiendo en su interior debido a lo tarde que era ya. No llego a despertarse, le deje inconsciente, hice una lectura de su mente y tranquilamente le corte el cuello sin dejarle hacer ningún ruido, después salí por donde había entrado y me dirigí a la tienda más probable para que fuese la del general del ejercito... A este no fue tan sencillo como con el Gran Duque, no logre sorprenderlo del todo pero casi, estaba como a dos metros de su lecho cuando abrió los ojos, tirándose a por su espada en el acto mientras intentaba dar la voz de alarma... una daga Khlomn penetro en su cuello, matándole a la vez que le impedía gritar.

Después de verificar su fallecimiento me fui de su tienda por donde había llegado. Salí del campamento sin más tropiezos, recogiendo de su escondite a la princesa y dirigiéndome a Shurpel, también había logrado otra cosa más. Lo cierto, aunque no lo he dicho con todos ellos, es que leí las mentes de los tres Duques antes de proceder a eliminarlos de este mundo... encontrando en sus mentes ciertos datos la mar de interesantes, como por ejemplo la identidad de su principal espía en la corte del Rey... además era alguien muy allegado a este, sabía que aquello le iba a escocer lo suyo cuando se lo descubriese.

Una cosa que también me sorprendió lo mío fue un comentario que me hizo la princesa Aldana mientras nos dirigíamos a ver a su padre... me soltó de sopetón que lo único que lamentaba era no ser una simple campesina, ante mi pregunta del porque de esa afirmación, su respuesta me dejo de piedra. Según ella para poder entregarse a mi antes de regresar, por lo que me dijo no es que estuviese enamorada, pero que si me deseaba con locura... que se moría de ganas por "follarme" y hacer conmigo de todo lo que se me pudiese ocurrir, incluso aquello con que la amenace de su culo, que incluso eso estaba dispuesta a entregarme. No sabéis el calor que me dio su respuesta, el calentón que pille, el repentino deseo que sentí por ella, además del tamaño y dureza que mi polla adquirió en el acto... dos deditos menos de frente y me habría lanzado a por ella para follàrmela quisiese o no después de lo que me acababa de decir.

Cuando llegamos a la ciudad fuimos llevados directamente a presencia del Rey, por lo visto este ya sabía de nuestras andanzas, incluido el que había rescatado a su hija, el por lo que se veía también tenía sus espías en las cortes de sus enemigos. El ejército Real ya había atacado y disuelto dos de los tres ejércitos, en esos momentos por lo que dijo la caballería estaba persiguiendo y dando caza hasta el exterminio a todos aquellos que al huir hubiesen cometido algún desmán. Por lo que también dijo, sorprendentemente el ejercito del Gran Duque Sartha había decidió reconocer el poder de la corona y había solicitado instrucciones sobre qué hacer. El Rey había despachado un gobernador provisional para las tierras del ducado de Sarthas que se estaba llevando al ejército de regreso.

Cuando le comunique quien era el espía que tenía cerca suyo estallo en cólera, su Chambelán era una de las personas en las que más había confiado, el fue de hecho el que facilito la misión de secuestro de la princesa. Su muerte desde luego no fue nada, pero que nada agradable... estaba claro que el rey cuando se enfadaba era un hombre de recursos, hasta para lo desagradable... fue envuelto en cuero, enterrado hasta el cuello junto a un hormiguero, su cuerpo fue untado con melaza, mientras su cuello y cabeza fueron frotados con un preparado de repelente para esas hormigas... tardaron casi seis días en devorarlo lo suficiente como para que muriese agonizando de la forma más horrorosa.

El Rey me ofreció trabajo, al igual que Shelby, claro que esta última incluso me ofreció otro tipo de "alicientes". Por cierto que el rey me pregunto si había sucedido algo con su hija durante nuestro viaje, ya que la encontró muy cambiada, lo primero que le pidió al llegar digamos que lo dejo perplejo por completo... En lugar de ser algo de lo que el preveía, como un baño, sus criadas o algo de ese estilo, lo que le pidió fue permiso para entrenar con el capitán de la guardia en el uso de las armas. Su padre le comento que ella como princesa no tenía necesidad de ello, pero según le dijo, este viaje conmigo le había dejado claro que precisamente por ser una princesa, debía de ser capaz de defenderse por sí misma... por eso su pregunta.

Le di ciertas explicaciones, evidentemente tuve mucho cuidado con lo que le contaba, aunque de la parte de los guantazos no me ahorre ni una coma, pero creo que más o menos entendió los motivos de su hija. Después de eso me dirigí de nuevo a la aldea atravesando las montañas, con tanto soldado de un sitio para otro era el modo más rápido para llegar. Para mi sorpresa, antes de poder llegar, me encontré con buena parte de la antigua guarnición de la Torre de Khaabar que escapaba de la cercanía ejercito del Rey en dirección a las montañas. Decidí hacer algunas pruebas con mi poder, usándolos como blancos móviles...

Me situé en una zona algo mas alta, donde pudiese verlos bien vistos al llegar a mi alcance. Nada mas estar casi encima empecé a lanzarles de todo lo que se me ocurrió, bolas de fuego, dardos mágicos, convocar dos docenas de Lobos Espectrales que les lance encima... de unos doscientos soldados, apenas lograrían huir de allí ocho... el resto fue masacrado sin piedad por mi magia o mis lobos. Dude por un momento sobre lanzar a los lobos tras los fugitivos, pero temía por el control de los mismos si se situaban lejos de mi... preferí dejarlos huir. Cuando llegue a la aldea me encontré con que Tok había fallecido, dejándome como heredero de sus cosas... las pocas que tenia. Cuando partí de forma definitiva de la aldea una semana después, las cosas de Tok se las di a los más pobres de la misma, repartiendo equitativamente entre ellos también el ganado que le perteneció. Después de ello partí con rumbo al Templo de los Archipiélagos...

EPILOGO

De nuevo tuve más conversaciones mentales, telepáticas o como se quieran llamar eso que tenía con R’halrhaz que no paraba de meterse en mi mente para hablar conmigo, al final decidí aceptar su petición. Le transmití en su última comunicación conmigo que nos citaríamos los dos en el Templo de los Archipiélagos... en el plazo de un año, tiempo más que suficiente para que hubiese puesto a prueba mi poder y estudiado varias cosas en el Templo que quería mirar.

Sobre el largo plazo de tiempo, bueno, digamos que la medición de tiempo de un Dragón no es igual que la de un humano, y para ellos, un año si es ciertamente un plazo bastante corto. Una cosa por la que nos cite en el templo, es que quería averiguar que era un Shaddin-Nur, y creía que había visto esas mismas palabras en las runas del templo la última vez que estuve, aunque no logre descifrar nada que tuviese sentido en ese momento en referencia al vocablo, quizá ahora tuviese algo más de suerte teniendo un contexto por pequeño que fuese sobre el que operar con la posible traducción.

El trono en Rayaran consiguió el poder y la estabilidad de la que había carecido esos años anteriores por culpa de los tres Grandes Duques. Las tres familias fueron ejecutadas al completo, el rey extermino las tres líneas de sangre para conseguir esa estabilidad y evitar futuros levantamientos en venganza. Decidió dejar una sangrienta huella de su paso por la historia del reino, a fin de que sus sucesores no tuviesen otra vez mas problemas como los que el padeció, se incauto de los tres títulos, de la totalidad de las tierras y sus beneficios, retirando por completo a toda la nobleza de los privilegios que estos tres habían tenido, como la posibilidad de tener sus propios ejércitos, de hecho solo estos tres habían sido lo bastante ricos y poderosos como para poder permitírselo, de modo que fue algo que no le costó tampoco en demasía.

Mientras me dirigía a los Archipiélagos, en dirección a la isla y al Templo, fui probando poco a poco mi poder, llevándome sorpresa tras sorpresa... la primera y más importante fue la capacidad de uso de mi fuente interna... mi capacidad de uso sobre ella se había multiplicado casi por cien... pero si algo sabia es que todo tiene un punto débil, y estaba claro que debía de encontrar como fuese el de algo tan bueno como ese incremento. Cuanto más rápido mejor, y a ser posible conseguirlo antes de que R’halrhaz hiciese acto de presencia en el Templo para verme… o lo que fuese que quisiese de mi.

CONTINUARA