Cronicas de una infiel 1.1
MI marido me descubre mientras me estoy masturbando y tengo un segundo encuentro con el chico de la tienda
Al día siguiente de mi primer encuentro por chat con el chico de la tienda, fui despertando poco a poco sintiendo como mi vientre palpitaba, y a través del bikini se sentía la humedad que sólo una gran excitación podía ser motivo. Alargue mi mano y comencé a acariciar, lentamente, mi clítoris. El deseo se expandió a través de todo mi cuerpo como una ráfaga. En un segundo mis pezones estaban erectos. La humedad se multiplico, y vaya que me sentía muy caliente.
Rozaba con un dedo mi clítoris, mientras con el otro me pellizcaba los pezones, cada vez más fuerte. Mis gemidos pronto llenaron toda la habitación y fueron los culpables de no darme cuenta que la puerta se abría de improvisto. Mi esposo, quien había estado fuera toda la semana, acaba de llegar. No sabía qué hacer, estaba ruborizada de la excitación, y no dudo que también de la frustración por haber sido interrumpida de manera tan absoluta.
¿No me oíste llegar? - me pregunto enseguida
¿qué? no... Lo siento, ¿qué haces aquí tan temprano?
Tengo una cita pronto, me la cambiaron ayer y no pude avisarte - me dice mientras se acerca a darme un beso- te extrañé
Al ya estar a un lado de la cama, se da cuenta que tengo los pechos por fuera del camisón, y a su vez, el mismo esta arremangado a la altura de mis muslos, me mira diferente y se acerca más a mí, pasando su mano por mi cabello.
- Creo que podría hacerte compañía, la cita será hasta dentro de dos horas.
Cierra la mano en un puño, tomando entre sus dedos mi cabello y me jala hacia su boca, abriéndola e introduciendo su lengua hasta mi garganta. Mientras me besa, comienza a desabrocharse los pantalones y lleva mi mano hacia su pene erecto. Siempre me excitó que hiciera eso. Aprieto la mano y comienzo a masturbarlo, hasta que me toma de las caderas y me avienta al centro de la cama. Sube y se posa sobre mí, me besa el cuello, me mordisquea los pezones y me pregunta si lo extrañe. Quisiera responderle que mis caricias no eran pensando en él, pero sé que cuan dulce puede ser la venganza si tengo paciencia. Así que me detengo, lo miro a los ojos y le contesto:
- Mi amor, tu sabes cuánto me excitas, sólo de pensar en ti me estremezco de deseo – dicho esto, comienzo a acariciarle el miembro, lo que solo lo excita más – sólo pienso en cómo vas a cogerme a tu regreso
- Te voy a coger como si no hubiera cogido a nadie en años – me dice mientras me penetra con gran fuerza, incluso con brutalidad para sus estándares, diría yo.
- ¡Ooooh! – fue lo único que pude exclamar mientras le encajaba las uñas en la espalda - ¡Sí mi amor! ¡Cógeme!
Hace un ruido gutural, que podríamos definir como un gruñido y toscamente me toma de las caderas y me pone a cuatro patas, diciéndome: - Así te gusta que te coja ¿verdad? Que entre hasta el fondo
- Sí, mi amor, mmmmmmmmmm
Luego de una hora se fue hacia la oficina y pude volver a la cotidianidad de las labores de la casa, leí un poco, navegue por internet y debo ser sincera, me conecte a esperar a mi chico de la tienda. El cual tristemente no llegó ese día.
Pasó alrededor de una semana hasta que logramos contactar de nuevo, entre que yo no puedo estar diario buscándolo, y ¿para qué mentir? No es lo único que quiero o debo hacer, y él que en ocasiones tiene que dormir temprano, no fue fácil encontrar otro momento oportuno.
- Hey, ¿estás allí? – me pregunta por el chat
- Hola!!! Tanto tiempo sin vernos – le digo – ¿cómo has estado?
- Bien, gracias por preguntar, le he estado dando vuelta a las cosas, y me gustaría seguir donde le dejamos, pero en esta ocasión me gustaría pedirte algo
- ¿Qué cosa? – le pregunté totalmente intrigada
- Quiero escucharte esta vez, quiero saber que es real
- Muy bien, pero no podré hacer mucho ruido sabes, en cualquier momento podría despertarse mi marido – y habiendo dicho esto la sola idea de estar un piso abajo, tocándome, mientras mi “fiel” esposo duerme la mona, me pareció lo más excitante del universo. Podría estar con el tipo más feo y gordo que haya conocido y aun así se que me vendría como una loca desfachatada.
- Esta perfecto, con que lo intentemos, para mi será ya demasiado bueno.
Ponemos el chat de voz y le pido que me describa lo que me haría de estar con él. Su voz, tan sexy como la recordaba, hace que me humedezca por entero, mis piernas se debilitan, y comienzo a gemir.
- ¿quieres que me toque?
- Sí, quiero que acaricies tus pechos y que los aprietes
- Mmm, se siente muy rico, me imagino que eres tú, manoseándolos toscamente, apretándomelos, mordiéndolos
- Llenaría mi cara con ellos preciosa, son tan grandes y perfectos. ¿Te excita tocarlos?
- ¡Oh Sí! Lo que más me excita es apretarlos, sentir ese pequeño dolor, similar a las mordidas.
- Bien, sigue haciéndolo, pero con una mano quiero que te toques allá abajo. Con un solo dedo quiero que recorras desde tus labios, hasta el clítoris, y comienza a acariciarte. Imagina que soy yo quien te está tocando así, mientras te estaría abrazando por detrás, y sentirías cuan excitado me tienes.
- Aaaaayy – Sale un gemido hondo de mi garganta, y sé que escucho más allá del cuarto, pero eso ya me tiene sin cuidado. Sigo acariciándome, viendo a través de la cam su pene erecto demostrándome que estamos los dos juntos en esto, que no soy solo yo, y que puede ser tanto o más excitante que mi marido en persona.
Me vengo, sé que es así, porque un pequeño grito quiere salir de mi garganta, porque mis piernas tiemblan, me siento débil y pequeñas gotas de sudor se comienzan a formar en mi frente. Fue tan intenso que apenas logro respirar lo necesario. Veo pocos segundos después su líquido saliendo de él.
- Quisiera limpiarte con mi lengua, se ve tan rico
- Siempre podemos volver al super, encontrar un pequeño lugar apartado, talvez, incluso, en el mismo estacionamiento. ¿Qué te parece?
- Vaya señor, me parece que usted me está invitando a salir.
- Bueno, también podemos comer, estoy seguro que el ejercicio nos dará hambre
- Jaja – me rio tontamente con la broma – el plan me parece perfecto.
Nos despedimos y será para otra ocasión, con más calma y tiempo que les cuente nuestro encuentro en el super…
Agradeceré todos los comentarios, especialmente los que tengan alguna recomendación, ya que estos harán posible la entrega de mejores relatos. Y a los que ya me han comentado, pues muchas, muchas gracias. Este segundo escrito solo fue posible al ver el buen recibimiento del anterior.
Saludos a todos. Isa