Crónicas de La Metarmofosis (2)
La degradación Animal de Sara es irreversible y no podrá ser evitar usada como objeto sexual por parte de su amigo de confianza.
A Liam se le estaba forjando un orgasmo a base de sus violentas penetraciones, entonces Sara despertó emitiendo aquel chillido de un auténtico maullido.
Liam se espantó y se salió de ella inmediatamente y se echó hacia atrás. Sara se volteó con pesadez quedando de frente a Liam, su cara había cambiado apreciablemente.
Sus ojos eran amarillos y sus pupilas rasgadas tal cual una gata y unos colmillitos se asomaban por sus carnosos labios.
Pero su cuerpo que parecía mas escultural seguía intacto, sus deliciosas tetas eran grandes y Duras. En medio de sus carnosos y firmes muslos tenía una tersa mata de pelo rojizo que bajaba hasta sus bellísimos labios vaginales.
Lo miraba fijamente y respirando agitadamente, como sorprendida, pero a Liam le ganó una vez mas el deseo y hecho una fiera se lanzó sobre Sara, no pensaba ya en nada y nada le importaba, solo debía cogerse a Sara.
En cuanto se abalanzó sobre ella, Sara abrió instintivamente las piernas para recibir a su macho y este se acoplo con violencia a ella clavándole su dura estaca en lo más profundo de sus entrañas.
Mordía sin piedad sus tetas y después la cabalgaba desesperado, Sara maullaba lujuriosamente y lo aprisionó entre sus piernas y sus brazos clavándoselo más si era posible.
Liam la poseía salvajemente y de pronto sintió unos profundos arañones en la espalda producto de la calentura de Sara, sin embargo no le importó sino que se excitó al extremo y sus embestidas se hicieron más fuertes.
Al tiempo que besaba a Sara en la boca sintió que se venía, en ese instante Sara tuvo un espectacular orgasmo convulsionándose y arqueándose al extremo, Liam sintió unos golpecitos en la espalda y entonces notó su gran cola de gata bamboleándose al ritmo de su orgasmo.
Pero ya no pudo pensar en esto, pues eyaculó abundantemente clavando su semen en las profundas entrañas de su útero. Aquello era la quintaescencia del placer.
Quedó un rato encima de ella aturdido por su orgasmo, respirando muy hondo, entonces Sara se ladeó y el cayó a su lado izquierdo todavía abrazándola y contempló su cara con detenimiento, aún iluminada de frente por la luz de la mañana.
Ella lo miraba fijamente con una expresión como sorprendida, sin embargo su rostro había cambiado. Si bien seguía siendo hermoso, su cabello era ya casi pelirrojo, crespo y abundante, le llegaba hasta la cintura; sus ojos eran mas grandes, pupilas rasgadas y de un amarillo centelleante. Pero lo más peculiar era que parecía ya no tener orejas, pues ahora sobre su cabecita, sobresaliendo de entre la mata de cabello estaban dos prominentes orejas de gato cubiertas por un fino pelambre rojizo.
A pesar de su extraña apariencia Sara proyectaba una imagen muy erótica y sensual, así que después de contemplar sus carnosos labios, por instinto Liam la besó con apasionada fuerza y la estrechó contra sí como se estrecha un peluche.
Sara parecía complacida y emitía alegres ruiditos, parecidos a un ligero ronroneo. De cuando en cuando Liam podía sentir golpecillos de leves a duros en su espalda y glúteos desnudos, producto del movimiento de la nueva cola de gato de su amante.
Así estuvieron mucho tiempo, hasta que Liam exhausto por la cogida y la noche de desvelo se durmió con ella entre sus brazos.
Varias horas después lo despertó el llanto de Sara, ahora mas humano, trató de besarla pero ella se zafó de el con felina agilidad y se acurrucó en un rinconcito de su recámara todavía sollozando.
-Prometiste ayudar mi, malo Lia-. Dijo ella con patente dificultad. -Lo siento Sara, es solo que te amo, te voy a ayudar lo prometo. -Tu yo no, tu probechar mi-. Liam vio que perdía la capacidad de hablar con gran rapidez. -Sara te prometo que te voy a sacar de esto-. Pero ella casi no reaccionaba, lloró hasta quedarse dormida en su rincón.
Liam se entristeció al constatar que en un aspecto mas racional Sara no lo amaba. Se vistió y se puso a trabajar con las hojas que había traído con él. De momento, arrepentido por su comportamiento hizo lo que Sara le había pedido, solo que era evidente que su gatita no podría estar en el apartamento, pues no era seguro.
La llevó a una casa de campo fuera de la ciudad que le habían dejado sus padres al morir, pero que casi no visitaba. Era un lugar pequeño no muy lejos de la ciudad, elegante y cómodo, en un lugar no muy densamente poblado; los vecinos más cercanos estaban a un kilómetro.
Acondicionó un cuarto anexo para Sara. Tapió las ventanas y a ella le ató un collar de perro unido a una correa empotrada a la pared, le dejó abundante comida y hasta le preparó un gran cajón de arena para gato después de mucho pensarlo, pero se sorprendió al ver que Sara lo usaba por instinto; también le dejó un teléfono celular, pero vio que era evidente que ya no era capaz de usarlo cuando le llamó mas tarde.
Decidió por órdenes de la propia Sara no contactar a amigos de ella, familiares no tenía (rasgo que tenían en común). Extrañamente nadie de sus amigas ni su novio habían hecho el menor esfuerzo para contactarse con ella.
Finalmente, puso una cámara que conectó a una computadora con Internet, así podría verla desde su casa o su trabajo y cerciorarse de que ella esta bien. Así descubrió que a las pocas horas ella había hecho jirones su propia ropa, era evidente para deleite de Liam que necesitaba estar desnuda. La visitaba cada tres días debido a sus propias ocupaciones y a tratar de descifrar el gran acertijo. Pensaba en ella a todas horas.
Poco había avanzado, pues prácticamente no había reportado nada relacionado o parecido a lo que ella había hecho. Entonces le llegó un chispazo de inspiración a raíz de un papel que encontró en el apartamento de ella.
Fue a visitar a la persona que ella había ido a ver a una ciudad cercana la noche en que lo llamó. Quien resultó ser el mismísimo doctor Koler.
Vivía en una casa opulenta en un barrio lujoso. Cuando llamó a la puerta se encontró con un viejo sajón, alto y de ojos azules. Se identificó como amigo de Sara y el viejo lo hizo pasar aunque se adelantó a decir que no la había visto desde que dejó Suiza.
Liam fue sincero y le contó lo que había sucedido con Sara y lo poco que comprendía sobre el asunto. El viejo decidió sincerarse al fin.
-Comprendo, sin embargo si quieres hablar del tema debes saber que no puedo respaldarte paran nada en ningún lado. Hay en juego intereses muy fuertes respecto a esto y es preciso que hagas de cuenta que esta reunión no existió jamás, ¿entendiste?-. Liam asintió. -Una mala declaración nos puede costar la vida a los tres y si accedo a esto fue porque fui el jefe directo de Sara y tengo por tanto cierta responsabilidad-. -Entonces, ¿si es posible una cura?-. -No lo creo-. -Eso no puede ser...-. -Mira chico, lo que está pasándole a Sara es un proceso de reacción en cadena y hasta donde sabemos es irreversible-. -¿Sabemos? ¿Es que ya lo sabían y aún así siguieron adelante?-. -Sí y no; es complejo-. -¿Como?-. -En un principio la sustancia iba a ser descartada por los efectos de mutación y luego por ocasionar menstruación violenta en animales, esto se descubrió después del regreso de Sara-. -Pero ella siguió investigando aquí...-. -Sara fue enviada aquí para investigar moléculas con el mismo propósito pero de naturaleza muy diferente, en pocas palabras otra cosa-. -La descartaron, ¿no es así?-. -Como dije, estaba descartada. Sin embargo Sara llamó y nos planteó su situación; como no parecía suceder nada amenazó con demandarnos, esto llegó a oídos de algunos altos cargos de la empresa y movió oscuras intenciones. Me propusieron sintetizar grandes cantidades de la Chat-10 y re direccionar mis investigaciones a tratar de mutar personas-. -Eso no puede ser, no tiene sentido-. -Despierta niño, Biotech está quebrada, ciertos directivos se encargaron de ello dilapidando el dinero de la compañía en negocios turbios que fracasaron y tienen que reponerlo antes de que la bomba estalle; planean vender la Chat-10 y sus sustancias hermanas a grandes capos del crimen organizado-. -¿Pero para que la querrían?-. -¿A caso eres tonto?, imagina por un momento que eres un millonario sin escrúpulos o un simple hombre que gusta de frecuentar prostitutas, ¿No te excitaría probar o poseer mujeres exóticas, semi animales y muy calientes?. Va a ser una mina de oro para los tratantes de blancas y para todo aquel que quiera trasformar a una mujer, minando su capacidad intelectual y convirtiéndola en un objeto sexual. Piensa en las consecuencias-. -Es terrible-. -Yo no acepté, desde luego y me dieron dos opciones: me retiraba y no interfería o la muerte. Escogí vivir-. -¿Como sabe entonces parte de lo de la reacción?-. -Gran parte del proceso lo observé en los animales y la otra parte del científico que se les unió-. -¿Lo conoce?-. -Es Hanz, mi antiguo ayudante, se como sonsacarle información-. -Entonces no piensa hacer nada-. -No por el momento-. -Aún a costa del mal que desencadenaran en el mundo-. -Sara, después de corroborar su historia fue despedida de Biotech, según tengo entendido fingió seguir con ellos para ganar tiempo y tratar de encontrar una cura, ahora parece que hay cura en etapas muy tempranas, pues la hormona muta a velocidades exponenciales después de un breve lapso-. -Está perdida, entonces-. -Y en un gran peligro, por lo que me dices un día después de llevártela parece que alguien de Biotech la fue a buscarla para llevarla a Suiza, aún la buscan, pero como has negado saber de ella siempre, parece que no sospechan de ti-. -¿Que puedo hacer?-. -Oculta toda la información escrita sobre el asunto y hazla pasar por desaparecida-. -No me voy a rendir respecto a la cura-. -Lo que hagas, hazlo bien oculto-.
Aquella conversación fue abrumadora para Liam, cuando regresó a ver a Sara esta parecía extasiada por su presencia, hacia días que ya no podía hablar. La llevó a la sala y vieron juntos la televisión, ella lo abrazó repentinamente muy cariñosa y cubrió su cara a lametones. Liam la besaba con pasión, la amaba y no se iba rendir, pero movido por su instinto la subió al dormitorio, se desnudó y le hizo el amor toda la noche. Extrañamente no le importaba cuidarse y se vino siempre en lo más profundo de ella.
Al otro día despertó abrazado a ella y arañado. Ya era muy tarde para el trabajo y se quedó todo el día con Sara. Ella lo seguía a todos lados, se bañaron juntos y anduvieron desnudos por la casa.
Para sorpresa de Liam estar con Sara lo hacía sentirse muy animal, comieron carne con patatas fritas. Liam se sorprendió al darse cuenta de estar comiendo la carne con las manos y cortándola con los dientes junto con las patatas fritas, en el suelo del comedor los dos. Al final acabaron atragantándose con la leche que se escurría del envase a su boca y de ahí por sus cuerpos.
Sin saber bien como, se encontró paseando de la mano de Sara desnudos por el bosquecillo del rededor de la casa, la tiró en el pasto y la volvió a montar y cabalgar desesperadamente hasta que le acababa dentro en medio de gemidos y orgasmos de ella. Ahí tirados los dos se sintió libre y relajado, tal como debiera sentirse Sara. No le pareció en ese momento que le abrumara su situación, después de todo si no podía razonar mucho no podría preocuparse de casi nada, salvo comer, dormir y coger.
Se tomó la semana completa con Sara diciendo en los laboratorios que estaba enfermo. Valía la pena pues estaba muy a gusto con ella y sin preocupaciones. Cuando pasó la semana se tomó otra y otra, solo salía de la casa por comestibles. Era tan feliz, tal vez los de Biotech en realidad estaban haciéndole un bien al mundo.
Al principio de la cuarta semana se convenció que ya no regresaría nunca pues lo ocurrido hacia unos días era trascendental.
Sara volvió a entrar en su periodo y el la cogía como de costumbre, pero enseguida que Sara acabó con su periodo y un día después de cogérsela, Liam notó un cambio muy brusco en ella, estaba cariñosa en exceso y vomitaba con frecuencia. Compró entonces una prueba de embarazo que dio positiva, había embarazado a Sara.
Pero para su sorpresa su pancita había crecido en buena medida en solo mes y medio, era evidente que el embarazo de Sara iba a ser muy corto.
Fue en esos días que por su casa apareció un emisario de Biotech.