Crónica Morbosa Presenta: 69 Razones para ir al Ri
Porque el placer cuando es compartido es mejor... esta es la segunda entre de Crónicas Morbosas, esta vez con una experiencia propia, espero les guste...
Es algo curioso, pero las mejores historias de nuestra vida comienzan con algo improvisado, por eso siempre digo que hay que aprovechar las oportunidades mientras se pueda.
Este capitulo de Crónica Morbosa me tiene a mi misma como protagonista, lo se, lo se, algunas de ustedes mis fieles lectoras me han escrito para contarme experiencias que han querido compartir, pero esta en particular, pienso que merece ser contada.
Pero antes, quiero presentarme, por si alguien no lo sabe aun, mi nombre es Aleida, soy una venezolana de casi 29 años, Barinesa de nacimiento pero con 13 años en Barquisimeto.
Nunca me ha gustado exagerar mis proporciones en mis relatos, así que no comenzare ahora, soy una orgullosa propietaria de 1,61mts de blanca piel, mi cabello es castaño oscuro natural, mi Nena siempre me dice que “color nucita”, los atributos de mi cuerpo no son nada voluptuosos, pero mis pequeños y delicados senos pecosos dicen que enamoran.
Mi Nena es de mi estatura, blanca, con ojos azules, y hermoso cabello rubio, lo que más me gusta de ella, sin duda alguna son sus firmes y tersos glúteos, nada voluptuosos, pero sin ropa forma una flor hermosa, además, sus senos son un poco más grandes que los míos, con una hermosa aureola casi neutra y unos pezones divinamente grandes.
En fin, en Venezuela dan 2 días libres por semana santa, es decir, forma un fin de semana largo desde el jueves hasta el domingo, cosa que todo el que tiene un trabajo agotador agradece.
En realidad, no teníamos planes para estas mini-vacaciones, y pensábamos solo pasarla en casa viendo pelis y disfrutando de nuestra afición por los juegos, digamos, perversos, que desde que ella se animo a practicar disfrutamos enormemente.
Pero era el jueves por la noche, cuando mi mejor amiga nos invito para ir a un rio para quedarnos una noche en carpa, era un viaje de su trabajo, pero a última hora, dos personas habían decidido no ir, y como alquilar un bus ahora sale tan costoso, no podía darse el lujo de dejar esos asientos vacios.
Así que sin pensarlo mucho, decidimos ir, el viaje era a un rio muy adentrado en Barinas, mi padre me había llevado de pequeña y me animaba bastante recordar esos viejos tiempos.
Rápidamente nos preparamos, eran como las 10pm cuando nos aviso, y el viaje salía aproximadamente como en 4 horas.
Aprovechando el calor tan horrible que estaba haciendo, ambas decidimos usar una minifalda de tela deportiva para cubrir nuestros trajes de baño tipo tanga, el mío negro, y el de mi Nena blanco, además ella prefirió usar una pequeña camiseta de algodón, mientras yo opte por solo llevar una blusa holgada.
Salimos como a las 2am del viernes, generalmente es medio incomodo viajar con personas que una no conoce, pero ambas somos muy amigueras, por lo que nos hicimos en ambiente rápidamente.
Mi mejor amiga trabaja en una empresa nueva de telecomunicaciones, por lo que casi todos los que estaban en el viaje eran de nuestra edad, así que no tuvimos problemas en decir que mi Nena y yo somos novias.
El ambiente en un punto era inigualable, no parecía que fueran las 3-4am, porque nadie iba durmiendo, el autobús tenia un equipo de sonido más que decente y su gusto musical era más que aceptable.
Entre tragos de sangría y bromas entre todos los pasajeros la estábamos pasando bomba, el alcohol estaba haciendo efecto en todos y sin darnos cuenta empezamos a bailar.
Primero me saco un chico joven, de tal vez unos 22 o 23 años, solo un poco más alto que yo, bien mono, de esos caritas de bebe con peinado a la moda, que realmente bailaba bien y estaba siendo un caballero.
No tardaron en sacar a mi Nena, y el que la saco a bailar era un chico realmente alto, de buen cuerpo, que tal vez sea por el efecto del alcohol o que le animaba bailar ella, pero lo vi muy excitado para mi gusto.
Aunque no tuve que actuar, ella solita pudo sacudírselo para acercarse a mi, y robarme de mi pareja de baile, ella se le acerco al oído y le dijo que me iba a robar, con una sexy voz que hizo que el chico se le erizara el cuerpo.
No pude evitar preocuparme, los chicos jóvenes generalmente son muy tontos para saber cuando es juego y cuando es broma, pero la sonrisa de el me dio a entender que sabia que solo estábamos jugando, eso me tranquilizo, porque se veía buen persona.
Empezamos ambas a bailar como si estuviéramos en alguna discoteca de ambiente, sin importar mucho el que dirán o si nos miraban, me puse de espalda a ella, y con el sensual vaivén de mis caderas empecé a rozar mis glúteos en su cuerpo.
Ella ayudada por la oscuridad del autobús, el poco espacio que había, y que todo el mundo estaba bailando, empezó a meter sus manos por debajo de mi falda y acariciar la cara interna de mis muslos.
Yo me deje hacer y me apreté más a ella para aumentar el roce, moviendo mis caderas al ritmo de Calvin Harris y Alesso, con la espalda inclinada hacia delante para que tuviera más espacio para seguir con sus caricias.
Ella dejándose llevar por el momento, llego hasta mi sexo y lo acaricio sobre mi traje de baño, lo que hizo que mi entrepierna terminara de encenderse, y mis jugos empezaran a brotar.
Yo sabía que no era el momento y lugar, por lo que decidí separarme de ella para ponerme de frente para darle un rápido beso, ella con solo verme a los ojos entendió lo que por mi mente pasaba, así que no insistió.
Seguimos bailando hasta que salió el sol por el horizonte del hermoso llano venezolano, el espectáculo era tal, que todos dejamos de bailar para disfrutar de esa hermosa vista.
No tardamos mucho más en llegar al sitio en cuestión, que en realidad era una gran finca de la familia de uno de los dueños de la empresa, por donde pasaba un rio hermoso, y pues dieron permiso para que se hiciera ese viaje, y nos quedáramos en carpas dentro de esas tierras.
Nos instalamos rápidamente, mi Nena nunca había viajado a un rio así, y mucho menos se había quedado en carpa en algún lugar, pero yo había tenido la fortuna de tener un padre llanero, de esos que les gustaba ir de pesca y quedarse varios días, por lo que aprendí mucho de él cuando pude hacerlo.
Monte nuestra carpa más rápido que la mayoría de los hombres, incluso tuve que ayudar al chico mono que había bailado conmigo y al fortachón que no lograban hacerlo bien.
Me di cuenta que mi mejor amiga había ido emparejada con el más maduro de todos los hombres, parecía como el supervisor de ellos, y aunque no llegaba a los 36 años, se notaba muchísimo la diferencia entre él y los demás nenes que había en el viaje.
Aunque también note que fueron los primeros que desaparecieron entre la maleza, sé que mi mejor amiga es de esas que se calientan muchísimo cuando beben, y pues conociéndola, seguro apagaría esas llamas primero antes de meterse en el rio.
Yo en cambio no aguantaba las ganas de lanzarme al rio y disfrutar de sus turbias y tranquilas aguas, ya que del lado que estábamos el relieve formaba una especie de laguna.
Creo que ambas fuimos las primeras en lanzarnos al agua, que a pesar de ser tan temprano, el calor que ya reinaba en ese momento hizo que el contacto con nuestra piel caliente y sudada fuera más que refrescante.
Todos los demás en el viaje se animaron al vernos a nosotras y también se fueron lanzando, no lo voy a negar, había un par de chicas realmente hermosas entre las compañeras de mi mejor amiga, pero nada ni nadie me distraían de la mujer que tenía entre mis brazos.
Yo no aguantaba las ganas de continuar lo que estábamos haciendo en el autobús, y mirándola con deseo nos fuimos alejando de todos, y aprovechando lo turbia que era el agua, empecé a meterle mano debajo de su traje de baño.
Ella estaba de espaldas a mí, mirando a la horilla donde íbamos a acampar, mis dedos se entretenían apretando sus pezones y con mi otra mano empecé a rozar su sexo por encima de su traje de baño.
Ella abrió más sus piernas para permitirme seguir con mis caricias, aparte hacia un lado la tanga y esta vez mis dedos se encontraron directamente con su hinchado clítoris.
Mis movimientos empezaron a ser más rápidos, y mi Nena tuvo que taparse la boca disimuladamente para evitar gritar, unas chicas se acercaron a nosotras, y empezaron a hablarnos sobre lo fresca que estaba la piscina.
Yo sin dejar de estimular su clítoris le respondía a lo que decían, y mi Nena solo se limitaba a asentir con su cabeza, prácticamente con su rostro desdibujado del placer que estaba sintiendo.
En un rápido movimiento la apreté más hacia mi cuerpo y usando la mano que tenia libre la penetre lentamente con un par de mis dedos, ella respingo y prácticamente soltó un pequeño grito entrecortado.
Tal vez las chicas no se dieron cuenta porque estaban alegres por el alcohol, o lo animada que estaba la conversación, pero seguían hablándonos como si nada hubiera pasado.
Que si tal chico es lindo, que si ella nunca hubiera imaginado que mi Nena y yo éramos pareja, el punto es que se entretuvieron mucho rato “conversando” con nosotras, un par de veces mi Nena tenía que responder alguna pregunta, y cuando lo hacía profundizaba mi penetración para ver como se le entrecortaba la voz.
Mi Nena tuvo 4 orgasmos brutales en casi una hora que estuvimos hablando con las chicas, ya para el último las piernas no le permitieron mantenerse en pie, y prácticamente tuve que cargarla.
Salimos del rio para comer y tirarnos en la orilla un rato para llevar algo de sol, a lo largo del día disfrutamos de buena música, tragos e incluso una parrilla improvisada que montaron para comer.
Tengo que hacer un paréntesis y para intentar explicar lo hermoso que es el atardecer en el llano, es una fiesta de colores matizados entre sí, que dan la sensación de vivir en medio de una película por lo espectacular que se ve, y en buena compañía, creo que fue una de los mejores momentos de mi vida, sin ninguna duda.
Yo prácticamente dure casi todo ese tiempo con mi sexo hecho agua de las ganas que tenia por mi Nena, y ella lo sabía, de vez en cuando me acariciaba o me rozaba para ver cómo reaccionaba mi cuerpo excitado, y sobre todo caliente por el alcohol que estábamos tomando.
Pasadas las 10 de la noche no aguante las ganas, y sin importar que todavía había gente despierta, incluso bailando cerca de las carpas, le pedí a mi Nena entrar en nuestra carpa.
Ella ni corta ni perezosa fue la que tomándome de la mano me llevo hasta entrar en la carpa, y tomando la iniciativa, incluso me acostó para prácticamente arrancar mi tanga y separar mis piernas casi al máximo.
Mi empapado y brillante sexo estaba a su completa disposición y inclinándose metió su rostro de lleno en el, para con su lengua reventar mi clítoris a punta de caricias rápidas.
La imagen de nosotras en esa pequeña carpa, con gente tan cerca de nosotras bailando, el rostro de mi Nena entre mis piernas, y su hermosos glúteos en pompa, fueron demasiado para mi, llevándome a un orgasmo que tuve que callar mordiendo mi blusa.
Pero quería más, mucho más, y aprovechando el poco espacio jale sus piernas hacia mí para que quedáramos en un 69 muy apretado, ella sobre mí, así que moví su tanga a un lado para observar su sexo palpitante.
Y empezamos ambas a devorarnos mutuamente en un hermoso acto de placer mutuo, sus dedos empezaron a penetrarme con un ritmo muy rápido, como me gusta, y yo hice lo mismo con ella, pero con profundas penetraciones.
Creo que fueron como 3 o 4 orgasmos compartidos los que tuvimos esa noche, algo que rozaba lo perfecto sin lugar a dudas.
Nos quedamos dormidas completamente desnudas, con nuestros sexos agotados de tanto placer, y abrazadas como formando un solo ser.
Fue mi mejor amiga la que nos despertó en la mañana para que desayunáramos y termináramos de prepararnos para regresar.
Claro, nos metimos un rato al de nuevo, pero esta vez para refrescarnos y quitarnos el olor a sexo que todavía tenía nuestra piel.
Creo que todos en el viaje hicieron una terapia de sueño colectivo, porque todo el mundo durmió el camino de vuelta entero, mi Nena acostada con su cabeza en mis piernas.
Y esta fue mi crónica morbosa, espero que les haya gustado, no olviden comentar…