Crónica de una Venganza Capítulo I Un Amor Sincero
Toda venganza tiene un porque y un inicio, vale la pena la venganza? esta esta justificada? ayuda para algo?
Crónica de una Venganza Capítulo I Un Amor Sincero
Este relato no contendrá sexo, posteriores entregas si tendrán su ración de sexo, pero a su debido tiempo, habrá situaciones de intercambio, una pequeña orgía y algo de infidelidad no sé si consentida o no, pero creo que “confesiones” es la sección correcta, después de todo se trata de eso precisamente una confesión, pienso que es mejor si entrego la historia por capítulos, no demasiados unos 6 o 7 creo que me bastarán. Como muchos autores diré que mi historia es 100% real, pero poco importa si se trata de una fantasía o si sucedió realmente, lo que le importa a usted estimado lectora o lector es pasar un buen rato, encontrar una historia que estimule su cerebro y ya que se trata de una página de relatos eróticos, que contenga erotismo y además porque me interesa la opinión de completos extraños, sobre mi particular caso, sea esta negativa o positiva.
Mi motivación por otro lado como autor es distinta, no es lograr un cierto número de lecturas, ni obtener reconocimiento o conocer gente a través de esta página. Mi propósito es poder contar lo que ha pasado, con la libertad que da el relativo anonimato del internet, porque hay cosas que jamás contamos de nosotros mismos, ni a nuestros familiares, ni a nuestros más cercanos amigos, cosas que francamente pueden asustar y que preferimos guardar dentro, muy dentro para que nadie las vea jamás, para que nadie nos juzgue. ¿Qué espero contando lo que me ha sucedido?, espero obtener tranquilidad, “paz mental”, ese término es el que le daría ella.
¿Quién es ella?, mi primer amor y no se necesita ser muy perspicaz para saber que durante el transcurso de la historia dejará de serlo y será eventualmente objeto de una venganza justa o no, no lo sé. Pero para que esta sea una buena historia de venganza debemos conocer la afrenta que debe ser vengada y la motivación tanto del vengador como de su objetivo.
Pero en toda historia de pareja existen dos versiones de los hechos, yo por mi parte prometo ser los más imparcial que pueda, es decir, no mentiré sobre mí mismo, las situaciones que me dejen mal parado, incluso en ridículo, no las omitiré, tampoco ocultaré mis sentimientos o las reacciones que tuve y aún tengo por miedo al qué dirán o que piensen mal de mí. Por otra parte, la historia desde el punto de vista de ella es más complicada y sin duda estará incompleta, puedo tratar de adivinar lo que sucedía o lo que pasaba por su cabeza en aquellos momentos, aunque nunca pueda tener la certeza, pero si tuve acceso a años de sus conversaciones.
Ese es uno de mis grandes secretos poco antes del final definitivo de la relación cuando se llega a ese estado de cosas donde uno sabe que todo está mal pero no puede explicar el porqué, donde las explicaciones de nuestra pareja no cuadran pero no podemos decirle exactamente porque es que no cuadran, tuve la suerte (buena o mala) de que mi pareja me pidiera arreglar 2 computadoras la de su hermano y la de ella, limpiarlas de virus, algo de mantenimiento e instalarles el reciente (en ese entonces) office 2010. No pude resistirlo, la duda me estaba matando, instale un programa para que la siguiente vez que ella utilizara su computadora me mandaría a mi correo todo lo que ella escribiera, incluidas contraseñas de correo y Facebook e incluso del difunto Hi5 una antigua red social. Respecto al antiguo Messenger fue aún más fácil, iniciaba sesión automáticamente al encender la computadora y pude copiar años de conversaciones, 5 años para ser exactos.
Lo sé, estuvo mal, en 5 años de relación nunca revise el celular de mi novia, nunca había intentado violar su privacidad y ese día cambió todo, no me arrepiento, pude leer 5 años de correos, conversaciones con sus pretendientes, primas, amigas y amantes. ¿Es mejor saber lo que sucedió? O por el contrario, ¿es mejor ignorar algo aunque sea doloroso?, al menos en mi caso creo que la incertidumbre es más dañina que la certeza, aun cuando se trata de la certeza que el amor de tu vida considera que eres un imbécil.
Los nombres están cambiados, (aunque la primera letra del nombre sea la real) mi venganza no se trata de exponer a otra persona a una vergüenza pública, sin embargo los lugares no se pueden cambiar sin que pierda sentido la historia y ocultar mi nombre a estas alturas sería ridículo pues está en mi perfil de autor, sin duda los demás participantes de la historia podrían reconocerse fácilmente si leyeran esto, aunque pienso que la posibilidad es remota, añade cierto riesgo a esta confesión.
Tras esta larga introducción, toca describirme no tanto por el físico, sino por mi perfil psicológico que les servirá para entender mejor mis reacciones más adelante. Mi llamo José a secas, sin un segundo nombre, el mismo nombre que mi padre y mi abuelo paterno, originario del sur del Distrito Federal o Ciudad de México. Al momento de empezar esta historia tenía 19 años, soy un chico, moreno claro (lo que en México equivale a que me griten güerito o güero), cabello negro, 1.75cm de altura y hace 12 años pesaba 62 kilos, en otras palabras era bastante delgado, aunque bien parecido si he de confiar en la palabra de mis amigas. Siempre me gustó el deporte hice natación cuando era pequeño hasta que una apendicitis mal atendida evito que pudiera continuar en una escuela de natación “Nelson Vargas” al sur de la ciudad de México, después durante la secundaria me la pasé jugando futbol, pero mi éxito con las chicas era nulo, por supuesto que me gustaban pero simplemente no sabía cómo acercarme o que decir.
Fui en escuela privada hasta la secundaria y a la edad de 15 años no sabía lo que era subirse al transporte público. Mi padre se dedicaba a la compra y venta de bienes raíces y debo reconocer que no lo hacía nada mal, porque ni a mis hermanos (un hermano menor y una hermana mayor) nunca nos faltó nada material, vacaciones en la playa cada año, algunos fines de semana a Cuernavaca, visitar Disney (el de Orlando y el de los Ángeles), siempre la última consola de videojuegos y mi madre dedicada a ser ama de casa sin necesidad de trabajar, vamos que nunca hubo carencias o dificultades materiales en mi infancia. El problema era otro…
Mi padre originario de uno de los pueblos del Ajusco, al sur de la capital, era el prototipo de macho mexicano, él sí que tuvo muchas carencias en su juventud, únicamente termino la secundaria, pero había aprovechado las oportunidades que la vida le ofreció, (no todas esas oportunidades fueron apegadas a la legalidad) e hizo bastante dinero, quería una casa grande, varios coches y a una mujer de buen ver, que resultó ser mi madre que modestia aparte era bastante guapa pero siendo honesto no es la persona más inteligente que conozco. Mi padre le pidió que dejara de trabajar para que se dedicara a cuidar a mi hermana y al hogar exclusivamente, después se embarazó de mí y por una cuestión u otra jamás volvió a su trabajo de educadora en un kínder. Mi padre no soportaba a la familia de mi madre, así que poco a poco los fue alejando al punto de liarse a golpes con uno sus hermanos, el resultado fue que mi madre se fue aislando, recluida, sin ningún contacto con amigas, amigos o su familia, en la casa, sin hablar con nadie, dedicada solo a mí y a mis hermanos. ¿Por qué permitió esto mi madre? Hasta la fecha dice que lo hizo por el bien de mis hermanos y el mío, pero creo que fue más bien por cobardía y conformismo.
Por supuesto, mi padre no era hombre de una sola mujer, le gustaba ir a palenques a diferentes estados del país, acompañado de alguno de sus amigos, mientras mi madre estaba embarazada de mí, en uno de esos palenques en Cuernavaca se acostó con la mujer de un policía y lo descubrieron, no sé si en el acto, pero al menos dentro de la casa del policía. El marido cornudo pero armado, sacó la pistola y mi padre que también iba armado se defendió, el resultado fue un policía muerto y mi padre unos 4 años tras las rejas en lo que alegaba defensa propia, algo bastante difícil dado que el homicidio se dio en el domicilio del fallecido, pero en México cualquier problema legal se puede arreglar con el suficiente dinero.
¿Que yo como se esto? Bueno, mi madre en cada discusión durante los siguientes años siempre mencionaba el tema y como salió la noticia en varios periódicos, mi madre tuvo la previsión de recortar los artículos de periódico como evidencia y para que fuera imposible de negar incluso para mi padre, lo que no evitaba que de vez en cuando llegara borracho (no más de 5 veces que yo recuerde) a discutir y eventualmente llegara a los golpes con mi madre y posteriormente conmigo o mis hermanos. Esos episodios de golpizas fueron raros (bastante más frecuentes para mi madre), pero era más común recibir una bofetada en la cara si hacía algo mal o algunos cinturonazos si no ayudaba en el jardín o arreglaba mi cuarto, además del constante abuso verbal, vamos que incluso si no hacía nada mal era normal que se refiriera a mi como “pendejo” en lugar de mi nombre. Sin embargo lo peor que hizo mi padre fue dispararle a mi gatita, un hermoso y leal animal cuyo único delito fue rayar el cofre de uno de sus coches, el día que mato a mi mascota, creo que definitivamente deje de tener algún sentimiento por ese imbécil que fue mi padre, pero entonces descubrí un rasgo de mi personalidad inesperado… era vengativo.
La siguiente ocasión en que mi padre amenazó con golpearme, en lugar de quedarme callado, respondí a su abuso verbal, sabiendo de antemano que era arrojar gasolina al fuego, calculadamente esperaba que él comenzara a golpearme, pero había una diferencia esta vez. Mi padre tenía un problema severo de apnea, en otras palabras roncaba como un cerdo y acababa de someterse a una operación para arreglar su problema, al momento de que ocurrió esto aún tenía la nariz muy frágil no habrían pasado más de 5 días desde la operación y menos de un mes desde que había matado a mi gatita. Como era de esperarse se abalanzó a golpes sobre mí, yo únicamente tire un golpe, por primera vez lo vi retorcerse de dolor cuando se le quebró la nariz, mi padre roncó hasta el final de sus días, aun me produce satisfacción el recordarlo.
Además mi padre también estaba peleado con su familia por ese entonces y sus hermanos no le dirigían la palabra debido a que mi padre insistía que dos de sus hermanos le habían robado parte de un montón de tabiques, siendo esto muy probable, no me parece un asunto tan serio como para cortar todo contacto con tu familia, pero mi padre opinaba distinto.
El resultado fue que crecí acomplejado, introvertido, sin tíos o primos, sin saber que era una vida familiar normal y con una timidez extrema a abrir la boca y meter la pata y ser tímido no te ayuda precisamente con el sexo opuesto, aun así adoraba la escuela porque me permitía estar lejos de mi padre, era bueno en los deportes y videojuegos, lo suficiente como para poder hacer amigos, si bien nunca salí a una fiesta en toda la secundaria.
El primer año de la preparatoria lo hice en una escuela privada, pero entonces un día mi madre después de su última golpiza junto el valor suficiente para decir “basta”. No quiso el divorcio porque mi padre tenía suficientes conocidos en la delegación (gobierno local) como para sospechar con fundamento que no arreglaría nada por la vía legal. Así que se salió de la casa, primero a un refugio para mujeres maltratadas que dependía de unas monjas y después consiguió trabajo, como trabajadora doméstica, poco sueldo pero lo suficiente para vivir y poder ahorrar. Su plan era irse a Canadá, por aquél entonces el gobierno canadiense aceptaba peticiones de refugio por violencia doméstica y si además se demostraba que la otra persona era peligrosa y estaba en contubernio con las autoridades locales, algo que afortunadamente se podía comprobar fácilmente con los antecedentes penales de mi padre (a parte del policía muerto hubo otra bronca que acabó en investigación por homicidio antes de que se casara con mi madre). Pero pagar un abogado en migración que la asesorara y el viaje a Canadá iba a llevarse su tiempo, 4 años para ser exacto.
Mi padre no sobrellevó bien que lo abandonaran, dejo de comer, hasta bajó de peso, no sé cómo pudo averiguar el albergue de religiosas donde estuvo al principio mi mamá, pero fue a tratar de que las monjas le dijeran a donde había ido, no logro sacarles información y mis hermanos y yo aunque sabíamos la verdad nunca revelamos nada. Contradictoriamente mi padre acabó deprimido, no comía, dejo de atender sus negocios, lo escuchaba llorar frecuentemente. ¿Por qué se deprimió así mi padre si trataba a mi madre como una mierda?, ahora pienso que la quería, la quería mucho pero nunca la respetó, la veía como un objeto de su propiedad, sin voluntad propia o al menos había pasado años eliminado cualquier vestigio de independencia de parte mi madre.
Entre las consecuencias de su depresión, felizmente dejó de pagar la colegiatura del colegio privado, por lo que no termine el año escolar y tuve que hacer mi examen de ingreso para una preparatoria de la UNAM. El cuál aprobé fácilmente, podía haber pedido el horario matutino, pero yo mismo solicité turno de la tarde, porque me iba a dar la oportunidad de estar fuera de casa más tiempo, de 1 o 3 de la tarde y hasta las 9 de la noche, por primera vez utilice el transporte público ya no me iban a dejar o a recoger a la escuela en coche y yo era mucho más feliz, la mayor independencia que había tenido nunca, de hecho se volvió común que me saliera de la casa a medio día y no llera sino hasta las 11 o 12 de la noche.
Independencia de la cual abuse todo lo que pude, faltaba a clases constantemente, pero eso sí, jamás deje de asistir a la escuela a jugar magic (un juego de cartas), jugar mucho futbol y pasar tiempo en un café internet donde jugábamos Age of Empieres, Unreal, Medal of Honor, Halo, Starcraft, Warcraft, DOTA, etc, etc y mis primeras fiestas de verdad y con ellas alcohol y conseguir algún faje eventualmente (gracias alcohol te debo tanto)… el paraíso desde mi punto de vista.
Sobre la escuela, no me preocupaba demasiado mientras terminara la preparatoria a como diera lugar, así que prácticamente todas las materias las aprobé entre segunda vuelta y exámenes extraordinarios. No es por presumir pero creo ser listo, conozco a gente mucho más lista que yo, pero al menos puedo dedicarme a estudiar unas 4 o 5 horas antes de un examen y pasar una materia… a excepción de matemáticas que si necesita de más esfuerzo. Previsiblemente el plan no resultó del todo bien y tuve que quedarme un cuarto año en la preparatoria recursando 3 materias y un montón de tiempo libre que decidí utilizar en aprender inglés tomando cursos en el CUC, justo al lado de la UNAM y tomar el pumabus que salía hacía Xochimilco, donde estaba mi preparatoria.
Frecuentemente iba dormido la media hora o poco menos que duraba el trayecto, así que un día mientras dormitaba sentí que alguien me movía el brazo, desperté extrañado y vi a una chica morena, no muy alta 1.63cm, lentes, nariz aguileña, cabello lacio, negro hasta debajo del hombro, delgada, frente amplia, ojos cafés y en conjunto un muy lindo rostro que me pedía por favor que le detuviera su maqueta de arquitectura. Todos los lugares del pumabus (un autobús de la escuela) ya estaban ocupados y no quería dañar su maqueta.
- Claro que si – fue mi respuesta y así empezó todo.
Su nombre era Lucía, estudiante de primer año de Arquitectura en la UNAM, además de un lindo rostro tenía unas piernas y brazos largos, bastante largos para su estatura y en el caso de sus piernas bastante bien formadas debido a que practicaba basquetbol regularmente y a prolongadas caminatas en el metro. Pocas tetas pero un traserito respingón que estaba todo lo firme que tenía que estar y por sobre todas las cosas una actitud coqueta, sin caer en ser zorra que mantenía en todo momento, sonrisa fácil, ladear la cabeza al hablar, rápidamente te tocaba el brazo o te agarraba la mano sin que supiera bien como.
El caso es que además se bajaba en la misma parada que yo, sus padres le rentaban un cuarto que compartía con otra compañera de su mismo pueblo, de San Andrés Chiautla en el Estado de México o para simplificar de Texcoco. Estando su escuela a 3 horas en transporte público, sus padres prefirieron rentarle un cuarto que quedaba solo a media hora de camino de su escuela. Su compañera de cuarto rápidamente se hizo de un novio y apenas se le veía, prácticamente vivía con su novio, así que para efectos prácticos Lucía vivía sola de lunes a viernes y regresando los fines de semana a su “rancho” como ella le llamaba.
Naturalmente coincidí con ella en más ocasiones en el pumabus, así que la empecé a llamar “niña puma”, nos sentábamos juntos y la acompañaba hasta la puerta de la casa donde le rentaban el cuarto, eventualmente la invite a salir al cine, nada muy original, no recuerdo ni qué película vi, pero si recuerdo que comimos helados y caminamos mucho, solo por el placer de hacerlo mientras platicábamos y ella me hacía un test que había leído en una revista de Cosmopolitan.
Antes de que se acabara el semestre había conseguido besarla, de una forma bastante torpe mientras veíamos televisión en su cuarto y que aceptara ser mi novia. Los fines de semana que ella regresaba a su pueblo aprovechaba Messenger para saludarla, todo iba bien, estaba en proceso de enamorarme por primera vez.
Claro que había algunos inconvenientes, de mi parte no estaba interesado en platicarle mi vida familiar, bastaba con un “es complicado y mis padres están separados”, de parte de ella, que no la pudiera ver los fines de semana me incomodaba, pero lo entendía, era una circunstancia que estaba fuera de su control, Algo más grave fueron las dos ocasiones en que me dejo plantado y no contestaba su celular, pero siempre lo justificaba, se le habrá olvidado con todo lo que tiene que hacer, su celular no tendrá batería, su servicio de celular habrá fallado de nuevo, bastante más grave fue una anécdota que me platicó de su anterior exnovio, al que había mandado golpear (con uno de sus primos que era policía) para que dejara de molestarla.
Por supuesto que pensé que se lo tenía bien merecido si alguien como Lucía mandaba golpear a alguien era sin duda porque esa persona había hecho méritos suficientes para merecer tal castigo. Y después de todo ¿con que autoridad moral podía criticarla?, después de todo yo también era vengativo.
Por esas fechas había una convención de videojuegos en el World Trade Center de la Cd. de México, al cual religiosamente asistía con mis amigos, la diferencia fue que ese año, una estación de radio que participaba en la convención no se le ocurrió mejor actividad que un torneo de un videojuego de peleas en x-box (la consola negra y gorda) de Dead or Alive. El premio consistía en algo de dinero en efectivo y un par de boletos para el “Vive Latino” (un festival de rock en la ciudad de México). Con bastante fortuna yo fui el ganador de dichos boletos, lo cual era una bendición ya que a Lucía le encantaba todo lo que fuera rock en español, ska, reggae y similares.
La invite y ella aceptó encantada, pero con la condición de que fuéramos “como amigos”, nada de besos o siquiera algún abrazo. Acepté, lo justifique a mí mismo diciendo que era demasiado pronto para que me presentara con sus amigos como su novio, que debía darle tiempo, que ya llegaría eso naturalmente cuando ella estuviera lista, después de todo tal vez no me presentaba como su novio debido a que no estaba segura de si esto iba a funcionar o no y no quería quedar mal ante sus amigos. Y así llegó el día del concierto, por cierto fue mi primer concierto. La vi cerca de las taquillas con 6 o 7 amigos de ella, entramos y terminó siendo un día memorable, aunque seguí al pie de la letra su condición de que únicamente salíamos como amigos.
Me enteraría de la realidad 5 años después, cuando leí sus conversaciones del Messenger. En efecto quería quedar bien frente a sus amigos y no “quemarse”, pero era por razones muy distintas a las que yo pensaba. Con las vacaciones de verano a punto de comenzar, la iba a dejar de ver de lunes a viernes, hasta el regreso a clases y en efecto tenía sus dudas si la relación conmigo iba a ser algo serio o únicamente pasajero. Pero su condición de que saliéramos únicamente como amigos y no diera muestras de ser algo más frente a sus conocidos se debía a que no quería pasar por ser una fácil o un poco puta.
Me explico, los fines de semana, se veía con alguien que en el chat de Messenger se identificaba como “El Borrego”, había dejado la escuela y se dedicaba a algo relacionado con el campo, nunca supe muy bien a qué, pero tenía una camioneta Ford pick up que aparte de utilizarla para su trabajo era un buen lugar para dedear a mi novia los sábados por la tarde y dejarla practicar sexo oral, actividad en la que poco a poco iba mejorando mi chica, aprendiendo lo básico, no usar los dientes, cambiar de ritmo cada cierto tiempo incluso practicaba sus primeras “gargantas profundas” y la primera vez que probo el semen de un hombre, pero el Borrego no era un amante muy generoso, sus dedeadas no eran de lo mejor y hasta donde sé, ella no llegaba al orgasmo, cada vez que se veían, la cita consistía en pasar por un six de cervezas, escuchar música en la camioneta del Borrego porque no tenía dinero para un hotel o llevarla a cenar o siquiera a un bar (por otro lado el Borrego al menos estaba viendo a otra mujer lo que explicaría su falta de presupuesto), estar en el campo y a continuación besos, subirle la blusa mordisquear sus pequeñas tetas y antes de que se diera cuenta Lucía, su amante ya había sacado su miembro, tomaba una de sus manos y ella dócilmente empezaba a masturbarlo, de ahí poco tardaron en que ella empezara a hacerle sexo oral, todo terminaba cuando el Borrego alcanzaba el orgasmo lo cual la dejaba al principio un poco contrariada pero crecientemente insatisfecha.
La primera vez que tuvieron sexo fue una semana antes del Vive Latino, en una “lunada” o peda a la luz de la luna que organizaban en casa de una chica llamada Svetlana, en el jardín ponían tiendas de campaña, una fogata y tomar alcohol y algún porro quien se animara. Lucía que mientras tanto me juraba que ella salía muy poco y de vez en cuando de fiesta, que no tomaba alcohol y había fumado un porro únicamente una vez por curiosidad, se la paso cogiendo con el Borrego en una tienda de campaña a pocos metros de sus amigos que evidentemente se habían dado cuenta de todo y no dejaban de hacerle bromas al respecto de sus gemidos que no pudo reprimir estando borracha, varios de los amigos que la acompañaron al Vive Latino fueron los mismos amigos que estuvieron en aquella “lunada”.
Así que en nombre de las apariencias, no podía permitir que ellos pensaran que la siempre correcta Lucía era un poco zorra en realidad y salía con dos chicos a la vez, decidido estaba, yo iba a ser presentado como el amigo. Y probablemente se habría decidido ese verano por el Borrego, mientras que yo no había pasado de algunos besos, con el Borrego ya había tenido sexo, eso si el sexo estando borracho es bastante desabrido, pero era evidente que me llevaba varios cuerpos de ventaja. Sucedió que el azar decantó esta carrera en la que competía sin saber a mi favor.
El Borrego embarazo a una de sus vecinas a la que se cogía regularmente desde hace tiempo, todos en el pueblo se enteraron y Lucía quedo como idiota y un coraje enorme. El suficiente como para invitarme ese verano durante las vacaciones a un concierto gratuito en el deportivo de Texcoco, de nuevo a condición de que fuera únicamente como su amigo, pero lo que buscaba era que el Borrego me viera con ella y provocarle celos, torpe de mí, acepté de nueva cuenta. Su plan fue un éxito o casi, en efecto el Borrego la vio junto conmigo y ella aprovecho para presentarme con sus padres (el concierto era de trova de Oscar Chávez), así que mientras ella me dejaba con sus padres, me dijo que iba a saludar a unos amigos que había visto que regresaba pronto no más de 15 minutos. En realidad fue casi media hora a hablar con el Borrego que no dejaba de enviarle mensajes de texto a su celular y discutieron detrás de las gradas del deportivo, es todo lo que sé, pero a partir de ese momento Lucía dejó de considerarlo como opción. Que yo sepa hasta que terminó la relación conmigo, nunca volvieron a dirigirse la palabra.
Si me hubiera enterado de esta primera infidelidad a tiempo, probablemente ahí hubiera terminado la relación o quien sabe tal vez hubiera intentado tener sexo con ella antes de cortarla, en cualquier caso no me hubiera enamorado, me habría lastimado pero no demasiado e incluso habría sido saludable, una mala relación que termina a tiempo y de la cual podía aprender muchas cosas, pero las cosas no resultaron así. De su lado, lo entiendo, ella sentía una fuerte atracción por el Borrego, en cambio yo era “lindo” pero no le provocaba lo mismo, ella no pensaba que lo nuestro tuviera algún futuro, su plan A nunca fui yo, pero una vez que el Borrego embarazó a su vecina y quedó claro que ella solo podía ser la otra, la amante, decidió intentarlo conmigo, ya sea por desquite o por cómo llegó a decirle a una de sus amigas por Messenger, para quitarse de la cabeza al Borrego.
Mientras tanto predeciblemente, yo en mi primera experiencia en una relación estaba encoñado (y eso que aún no llegaba a tocar su coñito) y nada de esto se me pasaba por la cabeza, es más pensaba que iba bien, ya me había presentado a sus padres, ¡eso sin duda era un avance!
Con la distancia que da el tiempo, puedo reprocharle que jugara conmigo de esa forma, pero lo entiendo, aún no había desarrollado lealtad o sentimientos hacía mí, lo cual no justifica jugar con otras personas, en cambio yo de mi parte aún era sincero.
Continuara…
*** Sé que no hubo mucho sexo, pero la historia es real, ya habrá más sexo en posteriores entregas, su crítica y opinión es bien recibida, gracias por leerme.