Crónica de una noche
Bueno la primera historia que hago, espero que guste... Sobre dos chicas que poco a poco van tomando confianza la una con la otra.
Bueno, ahí va mi primera creación xD. Espero que os guste... (porque tiene varias partes! XD). Debo tener fallos seguro pero soy suuuperreceptiva con las críticas constructivas :)
Paula es una chica de media estatura, no llegará a los 165 cm, con el pelo largo, ondulado y de color castaño claro. Lleva un flequillo desaliñado que a veces le tapa parte de los ojos, que son azul cielo. Tiene los rasgos muy marcados y es de sonrisa fácil, en la que muestra casi toda su dentadura, no perfecta del todo a pesar de haber pasado parte de su infancia y adolescencia con ortodoncia. De espalda ancha y con barriga “crónica” (su asignatura pendiente, según sus palabras, “nací con tripa y moriré con ella”), acude asiduamente al gimnasio para mantenerse tonificada y con un peso más saludable que en otras épocas de su vida (siempre tuvo complejo de gorda), pero aún así siempre le sobran esos "3-5 kilitos". Nunca ha tenido relaciones sexuales con chicos, y hace poco que se ha dado cuenta de que en realidad siempre se ha sentido más atraída por ellas que por ellos.
Alba mide más o menos como Paula, pelo moreno rizado, a la altura de los hombros, y con el flequillo de lado y perfectamente alisado. Lleva gafas de pasta y tiene los rasgos más finos que Paula. Es de complexión más delgada, aunque es ancha de caderas. Es de Granada y está en Madrid estudiando farmacia con una beca; ha tenido alguna relación heterosexual duradera, pero una noche de borrachera universitaria se acostó con una de sus amigas y disfrutó tanto que pensó que igual no era tan heterosexual como ella se pensaba…
Malena está cocinando en su piso en el que vive con tres chicas más, entre ellas Alba. Esta noche hay una de tantas cenas que hace los sábados para verse y ponerse al día con sus amigas. A veces unas, a veces otras. Hoy es el turno de Paula, a la que hace ya una semana que no ve.
M: Bueno pues a ver cuando se digna a aparecer por aquí esta Paula... claro, tanta fiesta tanta fiesta, luego al día siguiente va con la lentitud de serie.
A: Es verdad, ya me acuerdo, la otra vez que la ví también iba un poco afectada todavía del dia anterior... le va la marcha ¿no?
M: Sí, la verdad es que últimamente bebe un poco demasiado... pero bueno, está un poco en época de desfase, la conozco, se le pasará pronto. Anoche es que salió a darlo todo por una Chueca con sus amigos... digamos que se está redescubriendo.
A: Ah pero que Paula es ...?
L: Ella dice que no es nada, simplemente que últimamente se fija mucho en las chicas... pero vamos, que también se ha liado con chicos desde que me lo dijo. Pero creo que en realidad si que es, o por lo menos bisexual...
En ese momento suena el interfono. Alba va contenta a abrir la puerta.
A: Quien es?
P: Yooo
A: Paula?
P: ¿me lo parece a mí o está como contenta por algo? Si fuera Malena esperaría que me recibiera así, pero ella que apenas me conoce… -con una sonrisa en la boca-: Síiii!!!
Llega al piso saludando amistosamente a todas las chicas (ya llevan muchos meses viviendo ahí y no son como una amiga más pero hay muy buen rollo), menos a Alba, a la que sólo le dice un tímido hola. No hay tanta confianza, sólo es la segunda vez que la ve, y ella tampoco muestra mucha efusividad al saludar ahora que la tiene cara a cara, así que Paula se pone a hablar con Malena sobre lo que han hecho durante la semana mientras ésta hace su parte de la cena.
Alba las observa desde el umbral de la puerta, sobretodo a Paula, que por lo que le han contado sabe que es una chica con los pies en el suelo -aunque se desfase de vez en cuando- pero tiene un deje infantil al hablar.
Alba entra y sale de la cocina cada cierto tiempo, al fin y al cabo, están hablando Malena y Paula sobre sus cosas y ella tiene poco que decir, es muy tímida, y no es de las que se introduce en la conversación si no se lo piden. Pero desde el sofá del salón sigue observando a esa chica ralentizada por la resaca, infantiloide y a su vez muy irónica en sus comentarios. Una de las veces que entra en la cocina, Paula se va a poner a hacer su plato estrella, y nota la presencia de Alba a su lado. Sabe que la está observando porque comenta un par de cosas sobre el plato y la granadina contesta rápidamente, como si hubiera estado todo el tiempo atenta a lo que decía y hacía.
La cena está en la mesa y las dos chicas han ido a sentarse la una al lado de la otra, así que no tienen mucho contacto visual mientras comen, pero sí que están a punto de rozarse la mano en algún que otro "pásame ese plato de ahí". A Paula estas situaciones le ponen muy nerviosa, pero lo disimula muy bien; no tiene experiencia ni habilidad en el arte del flirteo y cualquier situación que implique contacto físico o abrirse a la gente le cuesta un mundo. Alba le parece muy guapa pero no cree que tenga posibilidades, "seguro que es hetero" es lo único que piensa … ni se imagina que la otra va detrás de ella.
Después de comer hasta reventar, Malena propone jugar un rato a las cartas y después ir a tomar un cocktail en un lugar que conoce. A todas les parece estupendo, y más a Paula, ya que el bar está al lado de su casa. Durante el juego, que era de esos en los que según lo que tire un jugador, el que está a su lado tiene que robar cartas, Alba aprovecha para intentar acercarse de alguna manera a Paula, echando todas las cartas posibles para que tenga que robar y así tardar más en acabar... una manera de llamarle la atención; cada vez que esto ocurre, Paula se gira a mirar a Alba y le dice con actitud picada pero claramente bromeando comentarios del estilo de “que, te lo pasas bien eh?” o “vaya con la amiga como se divierte”, a lo que ella siempre contesta con risas; en esos momentos se cruzan la mirada, se la sostienen durante dos segundos que parecen eternos y cuando se dan cuenta de la situación vuelven al juego como si nada poniendose serias de repente.
Una hora y ocho partidas después, deciden salir del piso e ir hacia el bar. Está muy bien ambientado y tiene fama de que sirven unos cocteles deliciosos y generosos. Después de las tres copas de vino que se han tomado durante la cena y las cartas, el ambiente entre ellas es más distendido, siguen sin hablarse mucho pero hay algo más de contacto físico y visual. Al sentarse, Paula, queda con las piernas estiradas, tocando las de Alba, que está enfrente y también se ha sentado en la misma postura.
P: uy, perdón, ¿le he dado a alguien? Por supuesto que sí, si lo he hecho a propósito
A: SÍ claro, a mi -con cara de ofendida pero claramente bromeando-
P: Ah vaya, perdón
A:-con una sonrisa de oreja a oreja- Jajaja, tranquila tonta! si es culpa mia, que también las tengo estiradas. por mí como si las dejamos así todo el tiempo
P: no pienso mover las piernas en toda la noche, me encuentro genial y ella tampoco las ha apartado, y la he pillao varias veces mirandome y apartando la mirada al verla... ¿le gustaré?? La verdad es que nos hemos soltado un poco más y me encanta! Pocas veces me había sentido así de tonta...
Pasa el rato entre cocktails y las cinco chicas hablan de temas triviales y trascendentales; mientras, Paula y Alba no han perdido el contacto a través de las piernas, hasta que Alba se acuerda de algo...
A: Ostias! Me he olvidado por completo de mi hermana!! Hoy se examinaba del MIR y ni la he llamado para preguntarle qué tal ... supongo que todavía estará despierta, salgo fuera a ver si puedo hablar con ella, ahora entro!
Casualmente, cinco minutos después, a Paula le suena el móvil, en la pantalla ve que es Lucas, uno de los amigos con los que salió anoche. Le interesa coger el teléfono, ya que el chico acabó desapareciendo ... y Paula es muchas cosas y entre ellas, cotilla.
P: Ei chicas! Me llaman, entro ahora vale? Que me tienen que contar cosillas importantes y aquí hay mucho ruido.
M: Vaaale, nos vamos a tener que ir a la calle a tomarnos esto eh! Dentro de nada habrá más fuera que dentro! Anda tira cotillaaa!!! jejeje
Al salir, Paula cruza corriendo y casi sin mirar la estrecha calle y se apoya en la pared, mirando hacia la puerta del bar.
P: Bueno bueno buenooo, cuentame, ¿donde te metiste? O más bien, ¿donde la metiste? uyyy me he pasado Perdóoooon!!!! jajajaja, ya sabes que me salen solos estos comentarios.
L: ja-ja-ja! Muy graciosa, pero la verdad es que... tienes razón, vi a un chico monísimo, y bueno, entre baile y baile...
En ese momento Paula se percata de la presencia de Alba en el banco que hay al lado de la entrada del bar. Está sentada en una pose un tanto pasota pero a la vez muy sexy, con el brazo derecho doblado y apoyado en la parte superior del respaldo, y con la otra cogiendo el móvil; está mirando a Paula o más bien comiendosela con la mirada. En ese momento, las conversaciones de las dos pasan a basarse en monosílabos, y pocos minutos después cuelga Alba, espera a que Paula acabe y cuando esto pasa, sin quitarle la mirada de encima, se le va acercando. En vez de pararse a una distancia normal, empieza a invadir el espacio vital de Paula; se tienen a escasos centímetros, y Alba ha dejado de mirar a su presa a los ojos para pasar a mirarle los labios. En un impulso pone los suyos sobre los de Paula, los besa suavemente durante unos segundos y al separarse le succiona levemente el labio superior.
Se separan un poco pero lo justo como para quedarse hablando a la oreja entre susurros.
A Paula se le ha abierto el cielo con ese beso; quizás no ha durado ni diez segundos, pero ha sentido más que con todos los chicos juntos con los que se ha besado en alguna noche de fiesta. Cada vez está más segura de que quiere que pase algo con Alba, y más ahora, que la ha sentido tan cerca.
A: Llevo queriendo hacer esto desde antes que llegaras al piso
P: Yo ... desde que te he visto esta noche también... estás muy guapa.
A: -Sonrojandose- Muchas gracias hermosa. Tú también lo estás, -mientras le coloca un mechón de pelo por detrás de la oreja-. Al menos la espera ha merecido la pena ...
P: -duda unos segundos, tiene la boca seca por los nervios y el corazón le va a mil- Mi casa está aquí al lado, y no hay nadie...
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