Crónica de una follada anunciada

Las sorpresa que se llevo claudia

Por un error, en los nombres al equivocarme de relato, lo vuelvo a subir corregido

Hola a todos, mi nombre es Claudia, como me describiría, soy morena, con la piel un poco oscura, mido 1.68, tengo ojos marrones, la verdad siempre he considerado que tengo un buen físico, la única excepción son mis pechos, es lo único que me trae loca, pues son menudos, a las vez ese detalle en mi físico es una desventaja, pero también una ventaja, pues he de añadir que  puedo sacarle partido a mi trasero, pues tengo un culito respingo, que me gusta cuidar, dado que es mi baluarte, para volver locos a los hombres, puesto que me gusta hacer que los hombres se volteen para admirarlo cuando voy caminando por la calle..¿Qué queréis que os diga? Me gusta lucir mi mejor joya, dado que, como he mencionado antes no puedo “lucir” delantera.

Veréis si por algo me caracterizo es por ser una cabrona, y con ganas, nunca he tenido novio, más bien amantes, ¿El porqué de ello?, siempre he pensado que para satisfacer mis necesidades, no me hace falta tener a una sola persona, quiero decir una relación monógama con un solo chico, he de añadir que siempre he tenido recelo de estar con una sola persona, en plan “formal” yo soy joven así que si hay muchos peces en el río, ¿Por qué conformarse con uno solo?.

Vivo en una ciudad pequeña, concretamente en un barrio humilde, un poco alejado del centro de la ciudad, un barrio donde todos o casi todos nos conocemos, eso tiene sus ventajas  y sus inconvenientes, la ventaja es que si llega a pasar algo, al conocernos todos nos protegemos, nos ayudamos, etc. El inconveniente está en que si haces alguna tratada, al minuto está en boca de todos, y como no, a los dos minutos eso ya ha llegado a oídos de tus padres, que si por algo se caracterizan ambos, es por el genio que se gastan.

Mi padre es un hombre alto (1.82), que a sus 42 años y pese a su trabajo se conserva de buena manera, moreno, ojos marrones, fuertes brazos, una espalda ancha, un pecho fornido y bien contoneado, unas piernas robustas. Recuerdo que siempre que llega de trabajar las vecinas se asomaban para verle pasar, eso es algo que me molestaba, dado que la mayoría de ellas se las daba de puritana, y siempre fiel,  joder solo les faltaba quedarse en pelotas y saltar a por él en medio de la calle.

Mi madre, era todo lo contrario, pero eso sí muy guapa, pelo castaño, 1.68 de altura, un trasero bien puesto, y al contrario que yo, poseía un par de senos impresionantes, vamos desde luego, que la madre naturaleza a mi me la jugo a base de bien. Ella era menor por 3 años que mi padre, pero eso sí, que nadie dude que en casa la que mandara era ella, pese a que mi padre tenía un genio que vamos… para tirar cohetes.

A pesar de que mi padre llegaba tarde de su trabajo en el campo, no había noche en que no follaran como conejos. Siempre que lo hacían pe ponían caliente, más bien no por el hecho de follar, sino por todas las animaladas que se decían, no escatimaban en vocabulario para nada.

Una noche en que mis hermanos pequeños y yo terminado de cenar, ellos ya debían de acostarse,  a mi aún me quedaban por terminar tareas escolares para el siguiente día. Yo como siempre que hago deberes me cojo el mp3, y así me abstraigo de todo hasta terminar mis tareas.

Mi casa mi casa es una casa sencilla, tienes 3 habitaciones, un pequeño salón-comedor, una cocina pequeña, y dos cuartos de baño, uno está frente a la habitación de mis padres y el otro está al lado de la cocina. Como ya era muy tarde y había acabado todo lo que tenía que hacer, me dispuse a ir al cuarto de baño a lavarme los dientes para acostarme, cuál fue mi sorpresa que al llegar a la puerta, de allí salió un  gemido, abrí la puerta, lo suficiente para poder ver el lavabo, y presenciar lo que allí dentro acontecía.

Mi madre estaba con su albornoz abierto, arrodillada en el frio suelo haciéndole una descomunal mamada a mi padre, que se aferraba como buenamente podía en el lavabo. Veía como mi madre le daba besitos al glande, con la lengua recorría toda su magnitud, porque vaya si la tenia grande mi padre, pude calcular entre 22 y 23 cm de carne, que mi madre se metía en la boca entera, desde luego practica tenía con semejante herramienta, y lo digo porque de arcadas nada. Me di cuenta que lo que más le gustaba a mi padre era los mordisquitos que ella le daba, es mientras la mano libre de mi madre se perdía dentro de su albornoz. Cuando  ella supuso que aquello estaba más que lubricado, se levantó y sin soltarle la polla, con una cara de vicio, que nunca imagine ver le decía a mi padre que ya era hora de comportarse como lo que era, cabrón que le llenaba el coño noche sí, noche también y que a que esperaba para complacerla.

Este no se hizo de rogar, le quito el albornoz, la apoyaba en la pared y que ahora se arrodillaba era él, hizo que una de las piernas de mi madre, quedasen en su hombro, y la verdad me lleve una sorpresa, nunca imaginé  que mi madre se arreglar la entrepierna, solo llevaba un pequeño hilo de pelo en la pelvis, desde luego eso fue algo que agrado a mi padre, y sin más recorrió toda la raja con su lengua, jugaba a placer con los labios vaginales, aumentaba el ritmo sin  cesar, atrapo su clítoris con la lengua mientras introducía dos dedos que movía sin cuartel, llevando al límite  a mi madre, y cuando está estaba a punto de caramelo, mi padre cambia el ritmo para dejarla con las ganas, a lo cual mi padre separo su boca, y le dijo a ella mirándola a los ojos… No gatita, ya sabes cómo va esto, no será hasta que me lo pidas… mi madre le dijo algo así, como... Eso ya lo veremos cabrón, veremos quien pide a quien que se corra….y mi padre lo único que hizo fue esbozar una sonrisa, y volvió a sus menesteres.

Pero en esta ocasión fue directamente hacia su clítoris, y le metió con saña dos de dedos, que le hizo dar un respingo, y mi padre, empezó a succionar aquello sin piedad, subía y baja el ritmos según mi madre llegaba al límite, así hasta que mi madre le suplicaba que la dejase correr, algo q mi padre hizo tardar 5 minutos más. Cuando ella se corrió, él, la tuvo que sujetar para qué callera al suelo mientras se bebía todo lo que allí salía.

Cuando se recupero mi padre le dijo que si ya estaba en condiciones, que a que esperaba, que su amiguito estaba en pie de guerra y no iba a esperar toda la noche.

Ella sin más tardar le cogió del rabo, y aferrándose al lavabo, se giro para mirarle a los ojos, diciéndole que era toda suya.

El se acerco, y empezó a rozar la punta del glande, para ir calentándola, así durante un minuto… por lo que noté, lo hacía para desesperarla, ella ya desesperada con tanto roce le soltó… que mucho hablar pero nada follar.

Sin vacilar, se la clavó de un solo golpe, empezó un frenético vaivén de caderas, era un ritmo acojonante, sin piedad, ella cogió una toalla para no gritar y “despertar” a todos mientras mi padre, empezaba macharle el clítoris con la mano, mientras con la otra le daba pequeños azotes en el culo, que ella correspondía con un leve gemido, sin apartar la vista de sus ojos, incitándolo a que le siga dando esos azotes que tanto le gustaban.

Él: quieres más zorra, quieres que te la meta más, eh!! Dime…

Ella: si cabronazo, párteme, ¡como bajes el ritmo te mato! Me has escuchado.

Esa aclaración hizo que mi padre sonriera, si ya antes de ese comentario, llevaba un ritmo descomunal, ese comentario hizo que incrementara aún más si cabe el ritmo, pero en esta ocasión dejo de darle azotes en el culo, que ya estaba rojo, y paso pinzarle los pezones, algo que por lo que aprecie, a mi madre le encantaba.

Me lleve un pequeño susto, veréis, por un instante pensé que mi padre me había pillado mirándolos, fue por un leve gesto que hizo con la cabeza, pensaba en retirarme, pero en ese instante mi padre se la sacó de golpe a mi madre, que estaba a punto de alcanzar el orgasmo.

Ella: ahora no cabrón, estaba a punto.

Él: calla zorra, ahora ven.

El se dirigió hacía el wáter, del cual bajó la tapa y se sentó, le hecho una mirada furtiva como diciéndole, que no tenía toda la noche.

Ella sin más se acercó, y se iba a sentar de forma que quedaría cara a cara, pero mi padre la paró en seco cuando ella estaba a punto de ensartarse, y le susurró algo al oído, que hizo que mi madre se riera, se levantara, se diera la vuelta y se la clavara, de forma que ella le daba la espalda a él, y quedar cara a cara conmigo.

Empezó a cabalgarle frenéticamente, mientras mi padre le daba pequeños mordisquitos tanto en el lóbulo de la oreja y en los pezones, mientras con una mano, le pulverizaba el clítoris sin compasión.

A los cinco minutos ambos alcanzaban el tan ansiado orgasmo, ella se apoyó en el pecho de mi padre mientras se daban besos. Yo había alcanzado al menos dos orgasmos, porque queréis que os diga, pero deciros que no me había metido mano a conciencia, sería mentiros de una forma poco descabellada. Me retire al otro cuarto de baño, por suerte ahí tenía otro cepillo de dientes. Y me fui sin dilación a mi habitación, donde me atraparon los brazos de Morfeo.

Poco menos de dos meses encontré un trabajo por la tarde, era para un par de horas, pero no iba a discernir si estaba bien pagado o no, necesitaba el dinero, puesto que pronto llegaría las fiestas de la ciudad, y ese dinero me iba a venir niquelado.

Mi trabajo era atender un pequeño comercio de víveres y a la vez poseía unos 5 ordenadores, que hacían del local un establecimiento, como definirlo, una especie de “cyber”, en uno de ellos siempre estaba yo. A más que nada, porque era el que iba más rápido de ellos y me beneficiaba, porque así terminaba mis trabajos más rápido, y tenía toda la tarde para chatear, ver vídeos musicales, etc.

Por aquellos tiempos, existían pocas redes sociales, pero a mí no me gustaba nada o casi nada su uso, por lo que solo usaba el Messenger, si alguien quería ponerse en contacto conmigo, no le quedaba de otra que ir al Messenger.

Al tiempo llegó el nieto de mi jefa, por lo que dijo la misma cuando me lo presentó me llevaba un año de edad. Cómo definiría al chico? Solo una palabra. NERD. Su nombre era Arturo

Era alto, su tez clara le daba un aspecto “enfermizo”, su pelo era corto, tenía unas pecas en los mofletes, era delgado, (aunque no lo noté en ese instante, tenía unos abdominales más que definidos) tenía unos robustos brazos. Era el típico chico que le encantan los ordenadores y era un viciado de los videojuegos, seguro que sabía cuántos videojuegos había, que los mismos diseñadores.

Pasaron los días, y por algún motivo, siempre que entraba a trabajar se ponía en el ordenador contiguo al mío, aun habiendo sitio de sobra. Siempre que abría el Messenger se ponía inquieto, y me figuraba el motivo del porqué.

Era difícil no saberlo, puesto que en mi foto de perfil había una foto la mar de suculenta, era yo un poco recostada en la cama, posando con ropa interior, “semi-transparente”, para ser exactos. Un día harta de su inquietud, le pregunté que le pasaba, a lo que me respondió, que nada, que solo que mi foto de perfil le había encantado.

Yo me puse un poco colorada, por su contestación, le dije que gracias, entonces me preguntó que quien era el afortunado que me la había hecho, ante ese comentario me reí como nunca, le comenté que me la había hecho una amiga.

Desde ese entonces hablábamos con asiduidad, de todos o casi todos los temas habidos y por haber.

Un día cuando llegaba a trabajar vi que estaba ayudando a su abuela a cargar unas cosas en la encimera que tenían en un pequeño, no fue hasta que me acerqué cuando lo aprecie bien. No llevaba camisa, joder como estaba el nerd de la narices, que cuerpazo se gastaba el jodió, que abdominales, que brazos, que pecho, la boca se me hacía agua.

Desde ese entonces mi cabeza cavilaba en como espabilar al susodicho, porque si algo tenía claro, es que ese, no se iba sin pasármelo por la piedra.

La oportunidad me llegó días después, mis padres y mis hermanos se iban a la finca de unos tíos a pasar el fin de semana, yo alegué el no ir por que “supuestamente” tenía un examen el día lunes, y si iba, entre mis primas y mis tíos no me dejarían estudiar. Fue suficiente para convencerlos, aunque mi madre no estaba tan convencida para dejarme sola. No me preguntéis como lo conseguí, pero los argumentos que le di fueron suficientes para que no tocara el tema.

Ahora tocaba pensar en cómo llevarme a la cama a esté “niño” con el fin de espabilarlo. Pronto me daría cuenta que a la que iban a espabilar iba a ser a mí.

Como sabía que le encantaba mi foto de perfil, y que era un pirado de los ordenadores, esos días siempre que hablábamos lo hacía, llevando los comentarios hacía esos dos temas.

Ya el día en que mis padres se fueron le comenté que tenía un “fallo” en mi ordenador y que si no le importaba mirarlo. El un poco reticente por el hecho de pensar que mi padre estaba ahí, dado que le tenía un poco de recelo, ya que me vio un día hablando con él. Le dije que no se preocupara, pues mis padres no estaban. Aun así estaba reticente, entonces le solté la bomba.

Y: mira si me ayudas te paso mi foto de perfil en tamaño natural y te la imprimo… le cambio la cara en un instante.

A: Vale, pero!... vi que se ponía colorado, hasta que continuo… Quisiera hacerte una foto igual.

Y: está bien.

Fuimos a casa, puesto que no había nadie le dije que se sentara en el sofá que mientras me iba a cambiar pues “accidentalmente” me había manchado la camisa y los vaqueros.

Me fui directa al baño, me lavé el cuerpo   raudamente, tiré toda la ropa a la cesta y me cambie, me puse un pantalón muy pequeño, vamos para que se ciñera y me marcará culo, y un top, igual de ajustado, con unas chanclas a juego con el pantalón.

Cuando salí y vi que me miró, se quedo mudo. Le dije que me acompañase y lo llevé a mi habitación.

Por el rabillo del ojo observé que no me apartaba el ojo de mi culo, esboce una sonrisa, y le comente que después de verificar si mi ordenador estaba correcto podía hacerme la foto.

Pasaron los minutos y por fin había acabado de arreglar el error, (que yo mismo realice).

Y: bien entonces hay que pasar a cosas serias… Me quite el pantalón  y el top, y le enseñé los que llevaba bajo ellas, tuve a bien elegir el mismo conjunto que el de la foto.

A: buff!, estás como quieres… Sacó de su bolsillo una pequeña cámara  y me dijo… bueno si no te importa quisiera sacarte la foto.

No me hice de rogar, hice la misma pose que en la foto de mi perfil y el raudo sacó la foto.

Cuando vi que una vez cumplido su cometido se iba marchar, me levanté rápido y le cerré el paso.

Y: no pienso dejarte ir, mira el otro día, te vi ayudando a tu abuela, y por lo que vi, tú tienes un cuerpo, que me vuelve loca, mira como me tienes mamonazo… sin más le cogí la mano y  la llevé a mi entrepierna.

Fue entonces cuando sucedió todo… le dije que actuara como él es siempre, eso hizo que le cambie el chip, pues de inmediato se soltó de mi mano, me empujo contra la puerta  y me  metió un beso de tornillo que me dejó a cuadros.

Cuando nos separamos para respirar, me sobresalte, pues su mirada no era la de un pardillo virgen, todo lo contrario, era la de un depredador que sabía que hoy iba a tener un festín.

Me tiro sobre la cama mientras él se desnudaba, solo se quedó en ropa interior. Cuando estuvo lo suficientemente cerca me dijo… Claudia, prepárate, esta tarde te voy follar por todos los agujeritos.

Sin más me quito el sujetador con una maestría que jamás había visto y las bragas, y se paró en para observarme de arriba abajo.

A: oh! Vaya, que tenemos aquí, veo que te arreglas bien el chochito, mmm! Así es como me gustan, sin un pelo. Me lo voy a pasar de miedo toda la tarde.

Sin más se metió entre mi piernas, empezó a darme mordisquitos en los muslos, acto después pasó a darme besitos en los labios vaginales… yo empezaba excitarme, y mi manos empezaban a jugar con mis pechos, hasta que el las cogió y me soltó…

A: no putita, tus tetas son mías, solo te las tocarás cuando yo te lo diga, solo te tocaras el coño, cuando yo te lo diga, solo te correrás cuando a mi me dé la gana, de lo contrario… ¡plass, plass! Dos sendos azotes me estremecieron.

Te ha quedado claro putita… como vio que no respondía, me cogió de la nuca e hizo que mi cara quedara a la altura de su cara… responde zorra… yo como pude asentí.

Una vez “aclaradas” las cosas, se volvió a meter entre mis piernas, empezó a comerme el coño si piedad, pasaba su lengua de arriba abajo en mi rajita, y con un dedo empezó a jugar con mi sphincter, yo me agarraba a las sábanas y empezaba a jadear.

El seguía comiéndome sin piedad, empezó a meter su dedo por mi ano, mientras que con la mano libre, empezó a jugar con mi coñito, mientras con su deliciosa boca me pinzaba el clítoris, succionándolo, lamiéndolo, hasta que yo no podía más estaba a punto de llegar, cuando sin previo aviso cambio el ritmo, lo hizo más lento, y empezó a darme besitos en la pelvis, cuando vio que me calmaba, empezó nuevamente a comerme entera, así hasta que veía que estaba a punto de llegar al clímax. Me hizo eso unas 4 veces más hasta que yo con lágrimas en los ojos le pedía, le rogaba que me dejara correr, que no podía, que era un cabrón.

A: eso es zorrita, por fin lo has comprendido, tenías que suplicarme… y sin dilación empezó de nuevo ese vaivén de sensaciones, hasta que dejó que me corriera, él no paraba de lamer y beberse todos mis jugos, cuando vio que me calmaba, pues el orgasmo fue intenso, se puso de pie y me dijo señalándose el rabo, que se notaba que pugnaba por salir de su prisión.

A: vamos, putita, de rodillas, quiero que me la saques y empieces a hacerme la mejor mamada de tu vida.

Y: eso no hace falta que me lo digas… sin más me puse de rodilla, y le baje los calzoncillos, y menuda sorpresa me dio, menudo rabo se gastaba el muy hijo de puta, casi me da en cara.

Era inmenso, por lo que vi, pude fácilmente compararlo al de mi padre, unos 23cm de carne.

Menudo pollón iba a tener para mi solita.

Empecé a lamer el glande, a darle mordisquitos, algo que por lo que aprecie le encantaba. Pues sus ojos estaban cerrados y él se relamía el labio inferior y empezaba a jadear. Yo mientras, comencé a recorrer toda su magnitud con mis labios, volviendo de nuevo al glande, y empecé a meterme toda su polla en la boca, hasta el fondo, al punto de darme arcadas, pero no me importaba, pues tanto él como yo estábamos disfrutando, empecé a  aumentar el ritmo, y me paraba para jugar con mi lengua sobre su glande y a darle mordisquitos que era lo que más le gustaba. Llevaba un ritmo frenético, hasta que sentí como le llegaba el orgasmos, me cogió de la cabeza y empezó a dar sacudidas, su néctar me inundo, no tenía más salida que tragarme todo aquello, pero no me importo, no era la primera vez que me tragaba una corrida.

Cuando se calmo me ordeno, que me acostara, se metió entre mis piernas, y empezó a jugar con mi coñito.

A los dos minutos, su herramienta estaba en plena forma de nuevo, empezó a subir dándome besitos hasta que llego a mis labios, donde me metió un beso de tornillo, mientras el empezaba a rozar el glande con mi rajita, cuando noto que estaba lo suficientemente lubricada, me la empezó a meter poco a poco, y cuando ya llevaba la mitad, me la enguiño sin compasión, comenzó con ritmo frenético, si compasión, menudas acometidas me daba, me llevaba loca, que calentón tenía, llevaba un ritmo bestial, el sin parar de darme su polla, se irguió, me cogió las piernas y se las puso en los hombros, con lo cual si sus acometidas anteriores, eran ya de por sí impresionantes, ahora eran un alucine de cuidado. Mantuvo ese ritmo, durante al menos 6 minutos más.

Me ordeno que me pusiera a cuatro patas, lo hice lentamente, llevándome dos azotes instantáneamente, mientras el mascullaba… vamos zorra, no tengo toda la tarde… me puse a cuatro como me indico, y sin más me la enguiño de una sola sacudida de su pelvis.

Empezó el mete-saca sin dilación, metió una de sus manos a mi entrepierna y empezó a jugar con mi botoncito del placer, que a los pocos minutos me hizo alcanzar el orgasmo, mientras el no bajaba el ritmo para nada en absoluto.

Con la otra mano jugaba con mi culito, note cuando me metió el primero de sus dedos, así durante unos minutos, luego el segundo, y acto el siguiente el tercero. Con ese último me llevo al tercer orgasmo de la tarde.

A los dos minutos de que él ya había percibido que lo tenía suficientemente dilatado, me la sacó de mi coñito, y llevo su polla a mi culito donde empezó a empujar, poco a poco me la iba metiendo, mientras me machaba el coño con los dedos, para poder ir asimilando el dolor.

Cuando me la clavó entera, se quedo quieto para que me acostumbrara, pasados unos minutos empezó un bamboleo lento, mientras me daba besitos en la nuca, y movía sus dedos con maestría en mi entrepierna.

Y: vamos cabrón rómpeme el culo, me tienes loca…

Subió el ritmo de las acometidas y al minuto me llevo al clímax, me la metia sin parar, mientras al oído me decía, lo del otro día cuando me viste sin la camiseta, lo hice a posta para que me vieras bien visto, llevo días machacándomela, pensado en como follarte, pero vas tú y me lo dejas a huevo.

Te voy a llenar el culo de mi leche puta, no sabes cómo me has puesto  todos estos días, más bien desde hace dos años cuando te vi comiéndosela en el portal a aquel imbécil, pero no te preocupes, esta tarde todos tus agujeritos serán míos.

Y aceleró más si cabe sus acometidas, a los pocos minutos yo volvía a correrme y mientras me duraba el orgasmo, el me llenaba el culo con su leche.

Caímos rendidos, mientras el empezaba, a darme besos en la frente. Hablamos de todo lo que había ocurrido, de nuestras impresiones de estos días.

Decir que no seguimos follando todo ese fin de semana, es mentiros de una forma descarada. Vamos menudo me salió el “NERD” de las narices.

A los pocos días se marcho de vuelta a su ciudad natal, y cada vez que volvía, nos poníamos al día, en todos los sentidos.

P.D:

Actualmente es esta prometido con una chica de su ciudad, yo pronto viajaré al extranjero a terminar mis estudios universitarios. Lo que me depara el futuro es incierto, pero seguro, que me triunfo a algún compañero/os de clase, para no “aburrirme”.