Cronica de mi primera humillacion (1)
De como una joven conoce a su Ama
Suena mi teléfono por segunda vez, cuelgo y entro en el servicio siguiendo las instrucciones de mi Ama. El mail que recibí decía claramente:
-Bien perra, te quiero el viernes a las 15:30 en la puerta de los servicios de la última planta del Centro Comercial XXXXX. Deberás llevar vestido corto de tirantes y sin ropa interior alguna. Además has de ir TOTALMENTE RASURADA Y DEPILADA.
Escucharás una llamada perdida mía e inmediatamente entras en el último servicio de caballeros, me esperarás de espaldas a la puerta, inclinada hacia delante, apoyando las manos en la cisterna y el vestido subido a tu cintura.
La hora y el lugar estaban cuidadosamente seleccionados, al medio día de un viernes apenas había gente en el Centro Comercial y vía libre para las depravaciones que hubiese diseñado mi Ama.
Estaba muy nerviosa, nunca había visto su rostro, sólo sus manos y parte de su cuerpo mientras me daba instrucciones en las sesiones que habíamos tenido por ciber y en una ocasión escuché su voz, apenas unos minutos, proferirme algunos insultos bien merecidos por llegar tarde a una cita suya. Esta era la primera vez que íbamos a tener contacto real.
La situación era dantesca, con el culo en pompa esperando que entrase alguien en un servicio de caballeros. Justo me estaba arrepintiendo de mi osadía cuando oí unos pasos acercarse, alguien entraba y cerraba la puerta echando el pestillo.
Hola perra fueron sus primeras palabras, la voz me resultaba familiar, pero no me atreví a levantar la cabeza simplemente dije Hola Señora.
Inmediatamente ella sacó algo del bolso, una especie de pañuelo oscuro con el que me vendó los ojos, yo no opuse resistencia alguna, pero estaba totalmente desconcertada.
La ausencia de unos sentidos estimula otros perrita me dijo y yo no pude sino asentir con la cabeza, mientras mi corazón palpitaba rápidamente debido a los nervios de la situación.
Me cogió las dos manos y me las colocó en la espalda, entonces sacó algo parecido a unas esposas de su bolso y me inmovilizó completamente ambas manos. Estaba totalmente a su disposición. Era lo que yo quería ¿no?
Ya no era hora de arrepentimientos, estaba a su merced y lo iba a pagar… o a disfrutar.
Aprovechando que acabamos de entrar y no había moros en la costa, mi Ama inició las hostilidades. Me puso de pie, me saco los pechos del vestido y comenzó con unas caricias suaves para inmediatamente apretarlos como si fueran limones y quisiera exprimirlos hasta la última gota. No se olvido de los pezones, que fueron retorcidos convenientemente. Quería gritar por el dolor, pero trataba de contenerme por el sitio donde estábamos.
Me hizo girar y ponerme en la misma posición que tenía cuando la esperaba. Me palmo las nalgas y empezó con una tunda a mano abierta en mi trasero que me puso rápidamente a tono.
Primero en el carrillo derecho y luego en el izquierdo. Después repitió operación con una especie de palmeta que sacó del bolso y que al cabo de un ratito me causaba un escozor que pasó de inmediato a dolor casi insoportable.
Cuando acabó la temperatura de mi culo había subido varios grados y del color no puedo opinar, pero debía estar entre el púrpura y morado en algunas zonas.
Seguidamente y tras la oleada inicial, note como me separaba las piernas con sus pies, y un chorro de un líquido gelatinoso impregno de repente mi agujero, que se contrajo inmediatamente por un espasmo.
Escuché el ruido de algo parecido a una bolsa o eso me pareció, pero era el sonido del guante de látex que mi Ama se estaba enfundando.
Hasta aquí las únicas palabras que habían salido de su boca eran el Hola perra inicial que me había sabido a gloria por hacerme saber al menos que se trataba de mi Ama.
Su dedo índice atacó mi ano sin miramientos y empezó un movimiento circular, buscando ir relajando mi esfínter poco a poco.
De pronto unas palabras salieron de su boca:
- Bien puta, vamos a abrirte un poco ese culito virgen que tienes.
Mi respiración seguía acelerada y seguidamente su dedo fue sustituido por un plug que rompió toda la resistencia que podía ejercer mi pobre culito.
Fue metiendo y sacando el plug hasta que noté que el agujerito, se estaba tornando agujero y al sacarlo percibía el aire fresco que entraba en él. En una de estas lo dejó dentro y por el ruido se puso a rebuscar de nuevo en su bolso.
Pronto descubrí lo que estaba buscando, primero el ruido de una correa o algo similar me hico pensar que podía ser, pero enseguida caí en la cuenta que se estaba abrochando algo a la cintura y que eso tendría serias consecuencias en mi maltrecho culito.
El arnés estaba listo para su uso y mi Ama, saco el plug y sin mediar palabra metió su polla de plástico con firmezas en mi culito. Sus manos se asieron firmemente a mis caderas casi clavándome las uñas y mi Ama comenzó un movimiento sincronizado que iba incrementando el ritmo y la profundidad poco a poco.
- Para esto he venido aquí puta perra, para follarte el culo. No creas que te vas a ir de rositas, cerda.
Mi excitación iba en aumento y en cada embestida yo resoplaba, aguantando su peso para no irme contra la cisterna de bruces, lo cual me resultaba difícil puesto que ella empujaba con fuerza clavándome toda su polla en mi trasero y llegando hasta lo más profundo de mí.
Estuvo así un buen rato, o al menos a mi me lo pareció, incluso paró a descansar un par de veces.
Finalmente saco su polla de mi culo que debería tener ya un hueco considerable, puesto que notaba el aire entrar y salir a su gusto.
- Bien puta, así me gusta, que lleves el culito bien abierto
Volvió a clavar el plug en mi culo y mediante un estirón brusco de las esposas me puso de pie, me giró y me puso de rodillas ante ella.
- Vamos a ver como sabe tu culo zorra
Un escupitajo, de mi Ama llego a las inmediaciones de mi boca e inmediatamente una bofetada resonó en mi cara. Yo entendí que era una orden y comencé a chupar la polla que mi Señora llevaba atada a la cintura.
Me cogió del pelo y comenzó a follarme la boca, la polla sabia a una mezcla de goma y culo y me la clavaba tan dentro que daba arcadas de vez en cuando.
- Así se come una polla cerda, con mucha saliva
En cada arcada la polla se iba impregnando de saliva y ella disfrutaba más, lo que a mí me hacía sentirme más perra, además iba a poder satisfacerla convenientemente.
De pronto se oyó alguien entrar al servicio y mi Ama introdujo la polla con fuerza en mi boca y se mantuvo quieta, durante el tiempo en que el señor acababa de hacer sus necesidades y se marchaba de nuevo sin notar nada fuera de lo común.
Cuando sacó su polla de mi boca la baba me chorreaba por la barbilla, goteando por mis pechos y mi aspecto debía ser patético, me sentía una perra sirviendo las depravaciones de su Ama y estaba entregada al morbo y la sumisión.
Seguidamente se desabrochó el arnés y lo guardó, para levantarse la falda y ponerse de espaldas a mí invitándome a lamer su trasero.
- Vamos puta lámeme el culo como dices que sabes hacerlo
Comencé a lamer, primero los contornos de su agujerito para ir poco a poco entrando en materia y trabajando con mi lengua hasta el último resquicio de su culo. Por sus gemidos parecía satisfecha, pero al cabo de unos minutos, me pidió más agarrándome la cabeza y presionándola sobre su culo, me dijo:
-Puta fóllalo con la lengua.
Introduje una y otra vez mi lengua en su culito con la fuerza suficiente para penetrarlo al menos someramente y producirle el placer deseado.
Seguidamente se dio la vuelta y continué comiéndole el coño un buen rato, esta vez con saliva abundante como ella me pedía y usando todos los músculos de mi lengua que se estaba tornando un pelín áspera tras aquellos trabajos forzados.
Otra vez me agarró la cabeza y entendí que me estaba solicitando un último esfuerzo para poder correrse, ya que unas pequeñas convulsiones acompañaban sus movimientos.
Aceleré la comida y una explosión de jugos procedentes del interior de su coño acabo en mi cara acompañada de una presión máxima en mi cabeza que casi me deja sin respiración.
Estaba totalmente exhausta y sucia, de jugos vaginales y saliva propia y mi aliento sabia a una mezcla de culo, coño, goma y no sé qué más.
Mi Ama se fue recuperando poco a poco de lo que parecía una buena corrida, me volvió a levantar y me puso de nuevo en la posición inicial inclinada y apoyada en la cisterna, para quitarme las esposas, guardarlas en su bolso y tras arreglarse un poco la falda y componerse de nuevo me dijo:
- Zorra te dejo dos regalos uno el plug clavado en tu culo y otro el pañuelo en tu cara, adiós puta, ya hablaremos
Sin mediar más palabras, mi Ama se marchó volviendo a cerrar la puerta.
Yo entendí que todo había terminado, que mi labor allí había concluido, terriblemente excitada y con unas ganas terribles de correrme. Me quité el pañuelo de la cara y saqué el plug de mi culo roto. Me compuse la sucia ropa, de fluidos y del roce con el suelo.
Oí la señal de que había recibido un correo. Lo mire, era de mi Ama, me citaba por skype, ordenaba que no me quitara el plug hasta que ella me lo dijera y que cuando me conectara tuviera la venda puesta. No decía nada de que me masturbara, no hacía falta. Yo sabía que mis orgasmos eran suyos y no me había dado permiso para tener uno.
Me puse de nuevo el plug. Se notaba un poco en mi vestido, debí ponerme uno menos ajustado.
Al salir me lavé un poco para aparecer presentable y cuando salí no pude sino fijarme en casi todas las mujeres solas que veía paseando por el Centro Comercial, intentando adivinar si alguna de ellas era mi Ama que estaba todavía allí observándome. Pero eso nunca lo supe.