Crónica de amor en familia 4

Nos mantuvimos en esa posición por un par de minutos, hasta que él se levantó. Ahora su pene estaba flácido y pequeño pero eso a mí no me importaba, pues ahora sentía amor por mi hermano.

Nos mantuvimos en esa posición por un par de minutos, hasta que él se levantó. Ahora su pene estaba flácido y pequeño pero eso a mí no me importaba, pues ahora sentía amor por mi hermano. Ya no era un simple calentón. Me miró con sus penetrantes ojos verde oscuro y me dijo.

  • Levántate, no tardan en volver todos.

Hice caso a sus palabras y me puse de pie. Tomó mis manos y me guió hacia la ducha. Nos bañamos juntos, tallamos nuestros cuerpos. Él jabonó mis pechos, mis nalgas, y todo mi cuerpo. Yo por mi parte limpié su pene con mi lengua, el cual poco a poco fue poniéndose duro y grande. Es una sensación maravillosa sentir cómo crece poco a poco dentro de mi boca, sentir sus venas. Tomó mi cabeza con ambas manos y comenzó a moverla hacia atrás y delante demasiado rápido. Mi saliva se desbordaba de mis labios pero se confundía entre el agua que caía de la ducha. Todo era maravilloso hasta que se abrió la puerta. Era mi padre. Comenzó a lanzar gritos y maldiciones que ahora no recuerdo con exactitud; yo me alejé de mi hermano y puse mi mejor cara de inocencia.

  • Papi, el me obligó – Dije con la mirada hacia abajo – yo no quería hacer nada de esto

  • No te hagas pendeja, vi cómo se la chupabas y sólo se chupa así con amor. – dijo mi padre, su cara estaba roja por el coraje.

Mi hermano no dijo nada, simplemente miraba a la expectativa de todo. Nuestro padre comenzó a acercarse hacia nosotros, eran pasos cortos y vacilantes.

Por mi parte no sabía qué hacer, mis mejillas estaban rojas por la vergüenza. Dejé caer mi cuerpo vencida por la pena, y mi hermano cerró la llave de la ducha.

  • Perdón – dijo mi hermano – todo esto es mi culpa.

  • ¿Por qué cierras la llave? – Dijo mi padre, en su cara se dibujaba una sonrisa perversa – mejor bañémonos los tres juntos.

Recordé el video que me había mostrado mi hermano y la rabia inundó mi ser. Me levanté y caminé dando grandes zancadas hacia mi padre, me postré enfrente de él y le di una cachetada lo más fuerte que pude. Su cabeza se ladeó y con su mano talló su mejilla, la cual estaba roja.

  • Le diré a tu madre lo que vi, le diré a toda la familia lo puta que eres – dijo mi padre, y continuó diciendo – y te voy a correr de la casa, a ver cómo le haces para vivir, pendeja.

Mi hermano intervino al momento, se puso entre mi padre y yo y dijo.

  • Tú dices algo de lo que viste y yo enseño el video a nuestra madre en el que te masturbas con mi hermana, ya lo pasé a mi celular.

La expresión de mi padre era épica, el juego ahora estaba parejo y no podía hacer nada, sólo salió del lugar.

Agradecí a mi hermano por la ayuda, nos vestimos y por unos meses pretendimos que no había pasado nada entre nadie, pero mi hermano y yo seguíamos teniendo encuentros sexuales casi todos los días, y un par de veces mi padre me miraba mientras me duchaba, algo que me excitaba y yo hacía como si no me diera cuenta, pero mis deseos carnales por mi hermano estaban cesando cada vez más y ahora me apetecía coger con mi padre, pero tenía que hacerme del rogar y provocarlo…

Agradezco a todos los lectores que  han seguido los relatos hasta ahora, agradezco a los que critican para poder mejorar la calidad de éstos.

Como aviso quiero decirles que serán 6 relatos en total, con sucesos que van a gustarles, y quiero recalcar que todo lo que les narro es real. Besos, mis amores.