Cristobal y Rodrigo
La historia del gran descubrimiento del Nuevo Mundo, o lo que no se ha contado.
"Yo no creo en la historia, porque la historia la escriben los hombres". (Maximiliano H. Martinez)
CRISTOBAL Y RODRIGO
"Ahh, Almirante...ahh...dadmelo todo...dadmelo..."- la voz fuerte, sonora del muchacho resonaba en aquel lugar cubierto con madera.
"No sabia que os gustara tanto...sino lo hubiera hecho antes..."- le contesto Cristobal mientras se quitaba la pesada chaqueta que le cubria su espalda ancha.
Las nalgas blancas y firmes de Cristobal, llena de vellitos rubios contrastaban con las nalgas morenas y abiertas de Rodrigo, el joven grumete que estaba siendo perforado por el nuevo Almirante. El culo del marinero permanecia abierto, mientras sus piernas se expandian lo mas que su cuerpo le permitia y su pecho se apoyaba en la mesa de madera donde habian varios mapas y cartas esparcidas.
"Ahh...dadle...cogedme...dadle..."- la voz de Rodrigo tenia tono de suplica mientras sus intestinos eran abiertos por la verga de Cristobal.
"Oye...que sabroso esta vuestro culo...ahh..."- le dijo Cristobal mientras su verga blanca, casi rosada entraba y salia de aquel culo tambien cubierto de vellos y que se empapaban con el liquido preseminal que ya lubricaba aquellos 16cms de carne maciza.
Rodrigo abrio sus brazos dirigiendolos hacia atras logrando tocar la carne de los gluteos de Cristobal quien a sus 41 se mantenia en excelente forma fisica, y era todo un semental, como lo estaba demostrando. Apreto las nalgas de Cristobal con fuerzas empujando el cuerpo del Almirante hacia el.
"Ah, me gusta...ahh...que delicioso..."- dijo mientras sus palabras eran entre cortadas por la embestida del Almirante.
"Os habia prometido un premio..."- dijo Colon con una sonrisa picara en su amplio rostro mientras su cabello dorado caia libremente sobre su frente y sus mejillas.
"Ahh...que premio!"- Rodrigo nunca antes habia disfrutado de una sesion con otro hombre, pero habia escuchado de como los marineros en alta mar se cogian los unos a los otros cuando les venian las ganas y no llegaban a puerto donde alguna mujerzuela los pudiera consolar. "Esto es mas delicioso de lo que imagine"- le confeso a Cristobal.
"Y se pone mejor..."- le contesto el Almirante mientras se separaba levemente de Rodrigo. Lo tomo por las caderas tostadas por el sol de aquel viaje de mas de 2 meses desde Palos. "Veamos que teneis aqui..."- le dijo mientras la verga parada del grumete rozaba levemente con la del Almirante quien abrio sus ojos azules y observo aquel mastil parado -"Debeis de hacer gozar a las feminas con esto..."- Rodrigo sonrio -"Y ahora me vais a hacer gozar a mi"- agrego Cristobal mientras se agachaba.
La nave insignia de aquella expedicion, la Santa Maria, crujia de vez en cuando se movia en el agua clara frente a las costas de la recien nombrada Isla de San Salvador. Afuera los marineros acababan de regresar de la playa y todos hablaban del premio que el Almirante habia prometido para el primero que divisara tierra hacia unas horas. Y aquel premio estaba siendo entregado en aquel momento.
Las piernas fuertes, gruesas y musculosas del joven grumete le sirvieron al Almirante como ayos en los cuales apoyar sus manos mientras ponia su lengua en el glande prieto, amplio, y semi abierto que estaba delante de el. La saliva de Cristobal comenzo a inundar la cabeza de aquellos 18cms que estaban delante de el haciendo que Rodrigo se inclinara hacia atras apoyando sus nalgas en la mesa y cerrando sus ojos disfrutando de aquella mamada. Con una de sus manos tomo la cabellera rubia del Almirante y con la otra se comenzo a pelliscar una de sus ya erectas tetillas.
"Que rico...que rico..."- decia mientras sentia como sus piernas eran electrificadas por el placer de sentir la boca de otro hombre en su verga y mientras apretaba sus propios pezones negros.
"Que verga mas rica la que teneis...esta a punto de estallar, creo"- le dijo Cristobal abriendo sus ojos y levantando la vista hacia el -"Pero aun tenemos que disfrutar...hay que celebrar..."
"No os preocupeis, todavia no termino...que mas quereis hacer?"-le pregunto Rodrigo soltando su tetilla mientras Cristobal se ponia en pie frente a el.
"Venid aqui, al piso"- le dijo Cristobal mientras el se colocaba en el piso de madera de la carabela. Se arrodilo e hizo que Rodrigo se arrodillara frente a el. "Poneos asi, con las piernas abiertas mientras yo permanezco arrodillado"- le indico.
"Vos sabeis mucho de esto"- le dijo el grumete haciendole caso y poniendose frente a el. El pecho desnudo y con dos tetas redondas se expandia en cada respiracion entrecortada por la excitacion.
"Esta es la posicion de la mariposa"- le dijo Cristobal sin contestarle directamente -"Me la mostro un joven marino de Lisboa...dice que la aprendio de alguien de Marruecos..."- al decir esto tomo gentilmente las piernas del muchacho abriendolas para que estas le rodearan la cintura -"Ahora empujaros hacia mi verga...empujaros lo mas que podais..."
Rodrigo abrio sus piernas poniendolas alrededor de la cadera regordeta del Almirante mientras su orto buscaba avidamente el glande rosado que estaba delante de el como una lanza para atrapar a su presa. Al principio le costo un poco y tuvo que ayudarse con las manos para colocar aquella lanza en el lugar correcto. Sintio escalofrios de placer al roce del glande con el esfinter humedecido ya por la cogida anterior. Poco a poco se fue empujando hasta sentir como la verga entraba lentamente en su cuerpo juvenil. Sus manos, ahora libres, se colocaron alrededor de la espalda de Cristobal apretando su pecho contra el de el. Los vellos rubios del Almirante le producian una cosquilla placentera en sus tetillas erectas mientras su boca se deshacia de placer y buscaba con sus besos en los hombros y cuello de Cristobal el acercarse a su boca. El Almirante no se resistio y su lengua libidinosa acepto complacido la de su joven grumete. Ahora, su verga y su lengua estaban dentro del cuerpo de Rodrigo y ambas sensaciones eran placenteras mas alla de cualquier descripcion.
"Ahh... Rodrigo...ahh..."- le dijo Cristobal sintiendo como su verga entraba y salia del culo del marinero mientras todo su cuerpo era envuelto por la pasion que el joven desbordaba. "Ese es tu nombre, verdad?"
"Realmente es Rodrigo Bermejo, pero me enliste en esta expedicion como Rodrigo de Triana"- le contesto tratando de mantener el ritmo mientras hablaba.
"Ahh... Rodrigo...estais tan joven...estais sabroso...ahh..."- la quijada amplia de Cristobal estaba apretada mientras disfrutaba de cada segundo y cada parte del cuerpo del muchacho. Sus manos jugaban ahora con la verga llena de gotas preseminales del muchacho mientras topaba su pecho aun mas al de el. "Estais disfrutando tanto como yo?"
"Aun mas Almirante...aun mas"- le contesto Rodrigo mientras sentia como la mano firme y fuerte de Cristobal le masturbaba su verga que estaba a punto de estallar.
"Ahh...voy a terminar...voy a terminar..."- le dijo Cristobal mientras su cuerpo se tensaba y el semen comenzaba a salir en direccion al intestino de su amante. "Ah...ay..."
La cabeza de la verga de Rodrigo se hincho y en pocos segundos comenzo a expulsar borbotones de semen que cayeron directamente en el abdomen y pecho de Cristobal. Sus vellos se llenaron del liquido volviendolos pegajosos.
"Ahhh...por la virgen....ahh...que delicia..."- Rodrigo, sin separarse del Almirante, puso sus brazos hacia atras para apoyarse en el piso mientras su verga aun palpitaba en los ultimos momentos del extasis, y sintiendo como su culo estaba ahora lleno por la carga del semental que tenia adentro.
"Por que tuve que esperarme tanto? Si hubiese sabido lo rico que estabais, os hubiera hecho venir antes"- le dijo Cristobal acercando su boca a la del muchacho. Se besaron como cerrando un compromiso, para que luego el Almirante se parara.
"No os vistais...aun tengo algo que hacer por vos"- le dijo Rodrigo poniendose tambien de pie. Se acerco al pecho velludo del Almirante y comenzo a limpiar su propio semen con su lengua. Cristobal cerro los ojos mientras la saliva de Rodrigo sustituia su semen.
"Ahh Rodrigo de Triana...hasta eso que haceis me produce placer"- le dijo mientras el grumete se tragaba su propio semen dejando limpio a su Almirante.
"Lo decis ahora, pero en algunas horas..."- dijo Rodrigo siguiendo a Cristobal hasta la silla frente al escritorio.
"En algunas horas...estaremos alla afuera...y Europa sabra que hay una ruta mas directa a las Indias".
Cristobal tomo la pluma, busco un pedazo de papel. Rodrigo se lo facilito y lo puso delante de el. El tintero estaba a la par, y sobre el estrujado pedazo de papel, escribio:
"Christianisimos e muy altos e muy poderosos principes, Rey y Reyna...en las calendas de las dos de madrugada del doce de octubre del mil cuatrocientos noventa y dos el joven grumete Rodrigo de Triana parecido avisto tierra...llegamos a las Indias cuales reclamado he por vuestro honor...firma, Almirante del mar Oceano y Gobernador de las Indias, Cristobal Colon".
La ultima linea de su firma no salio derecha. A sus pies, el joven Rodrigo se habia agachado para comenzar a mamarle los huevos y la verga que ya queria ver accion, la segunda en el Nuevo Mundo.
Por supuesto, esta parte de la historia nunca llegaria a los libros, seria una parte, que solo tu y yo conocemos...
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